En líneas generales se habla de dos tipos de capacidades cognitivas:
Habilidades cognitivas. Permiten la elaboración del conocimiento, operando directamente
sobre la información recabada por los sentidos. Suelen consistir en las siguientes habilidades:
o Atención. Capacidad de captación de detalles y de concentración o foco.
o Comprensión. Capacidad de traducción de lo captado a un lenguaje propio,
elaboración interior de lo percibido, clasificación de la realidad, etc.
o Elaboración. Formación de un pensamiento propio como respuesta a lo percibido,
es decir, formulación de una respuesta.
o Recuperación. Memorización de lo vivido para que sirva de fundamento a futuras
experiencias idénticas o similares, pudiendo recuperar lo aprendido incluso sin hallarse en presencia del estímulo en cuestión.
Habilidades metacognitivas. Aquellas que tienen como objeto no la realidad percibida,
sino los propios procesos cognitivos, permitiendo así la capacidad de pensar sobre el modo en que se piensa, por decirlo de alguna manera. Así, estas habilidades permiten el control, la explicación y transmisión de conocimiento vivido, así como la formulación de un lenguaje útil para ello y de otros sistemas complejos de representación de las ideas.
Ejemplos de habilidades cognitivas
Algunas capacidades cognitivas pueden ser las siguientes:
Capacidad lingüística. El talento en el uso del lenguaje y de sistemas de representación
mediante el sonido articulado o su trascripción física (escritura). Esto incluye: sintaxis, léxico, pragmática, etc.
Capacidad de atención. La posibilidad de percibir más de lo que otros perciben o de estar
mucho más pendiente de los pequeños cambios en el medio ambiente. Esto incluye: concentración, atención selectiva, velocidad de respuesta, etc.
Capacidad de abstracción. El talento para construir o interpretar sistemas complejos de
signos o de proyecciones mentales, y traducirlas a operaciones concretas. Por ejemplo: orientación espacial, imaginación, razonamiento aritmético, etc.
Capacidad deductiva. La habilidad para deducir o inferir eventos a partir de porciones de
la información total, de completar imaginariamente lo percibido o intuir situaciones. Por ejemplo: razonamiento lógico, categorización, semejanzas y diferencias, lógica formal, razonamiento intuitivo, etc.