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UNIVERSIDAD FERMÍN TORO


VICE-RECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE DERECHO

TEMA NRO. 15 –
LA TACHA DE DOCUMENTOS

Alumnos:
Adriana Barrera C.I.: V-24.549.915
Leonides Vásquez C.I.: V-11.786.692
Profesor: Julio Ramírez
Asignatura: Derecho Probatorio
Sección: N-645
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BARQUISIMETO, MARZO DE 2018


INDICE DE CONTENIDO

PAG
INTRODUCCIÓN 3

Impugnación de la prueba…………………………………………………………. 4

Falta de autenticidad del documento………………………………………………. 5

Concepto de falsedad……………………………………………………………… 5

Concepto de la tacha de falsedad.............................………………………………. 8

Procedimientos de tacha por vía principal y por vía incidental...…………………. 12

La tacha de los instrumentos públicos y privados…………………………………. 14

Reglas de sustanciación de la tacha de falsedad…………………………………… 16

JURISPRUDENCIAS……………………………………………………………. 20

CONCLUSIÓN…………………………………………………………………… 24

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………......... 25
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INTRODUCCION

El tema a desarrollar en el presente trabajo, consiste sobre la tacha de


documentos, la cual consiste un medio de impugnación de un documento, lo cual
tiene como fin y objeto fundamental enervar la capacidad probatoria de dicho
instrumento en el procedimiento judicial en el cual se pretende hacer valer dicha
prueba. La función que cumple la prueba tanto en el proceso como en el campo, de la
doctrina del derecho reviste de gran importancia.

Cuando se desea demostrar un hecho, esto no es un simple acto de


demostración; sino que su importancia llega mucho más allá, porque se trata de un
acto necesario para la afirmación de los hechos fundamentales de la pretensión, para
que el ejercicio del derecho de acción redunde en una sentencia o una decisión acorde
con los postulados de justicia y equidad, es decir, una sentencia favorable cumpliendo
con los presupuestos procesales y materiales para que podamos hablar de una
sentencia de fondo.

La presencia de los instrumentos probatorios y su capacidad de transportar


hechos al proceso ha logrado que las pruebas sean consideradas un medio de
transporte donde se demuestra la veracidad o la verdad de la cosa en litigio, es
importante considerar que entre el proceso y la prueba debe existir un vínculo que
permita la posibilidad de acceso a los fines de la demostración de los hechos
alegados, lo cual constituye la teoría de los medios probatorios.
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IMPUGNACION DE LA PRUEBA

La doctrina ha dicho que el derecho de impugnación es el derecho subjetivo que


asiste a las personas para pedir el otorgamiento de la tutela legal contra actos
jurídicos cumplidos con desviación de las directrices legales. Los actos jurídicos en
general son susceptibles de impugnación, ya que, normalmente, están sometidos a
condiciones legales de existencia y validez, que de no llegarse a cumplir afectan el
acto y devienen en causa de impugnación. Puede verse que el derecho de
impugnación transciende el campo del derecho procesal, para implicarse en el campo
del derecho sustantivo, pues allí también existen mecanismos de impugnación.

Existe una variada gama de recursos de impugnación de los actos o contratos


jurídicos, tanto en el derecho sustantivo como en el derecho procesal. El documento
admite variados medios de impugnación. Pero la impugnación del documento debe
plantearse bajo la concepción de su forma y contenido, es decir de lo que se le
atribuye a él, como declaración de personas o presencia de ellas, entre otros. La
impugnación de documento trata sobre el mismo, no sobre el acto o contrato que
contiene. Típico de ella es en civil la tacha de falsedad, el cotejo; en penal, la falsedad
y forjamiento de documento. De manera que la impugnación procesal de documento
es el rechazo que se hace de el con el fin de enervar su eficacia probatoria.

Con la moderna concepción de documento de ser un medio de representación o


de declaración, la posibilidad de impugnación se amplia. Señala el autor Romero
Soto, refiriéndose a los diferentes instrumentos que hoy se califican como
documentos, decía “todos esos elementos son susceptibles de alteración ya por
medios puramente mecánicos como sería el recortar una cinta magnética, otra por
procedimiento físico, ejemplo, el calor, ácidos, entre otros. Es decir, cualquier clase
de documento puede ser sometido a falsificaciones o alteraciones. Entonces,
impugnar es el rechazo que se hace a un documento por haber sido alterado o no ser
cierto lo que se atribuye como autentico, o cuando no es verdad el contenido,
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constituyendo la falsedad ideológica que quebranta el deber de veracidad. Se puede


ver que hay dos formas de falsedad: material e ideológica.

LA FALTA DE AUTENTICIDAD DEL DOCUMENTO

Tal como lo hemos venido expresando, documento autentico (no se refiere al


público, sino como cualidad de autenticidad), en sentido estricto, es aquel cuyo autor
aparente coincide con su autor real. En este sentido, la autenticidad del documento
puede referirse a la sinceridad de las declaraciones de voluntad que integran su
contenido o a la veracidad de los hechos, o estado de cosas en el reflejados. Es
autentico lo que es verdadero, es decir, lo que no es falso ni fraudulento.

Se dirá que un documento, sea público o privado, es inauténtico o le falta


autenticidad cuando ese documento integralmente, esto es, sus elementos que lo
conforman, no coinciden con la realidad.

El concepto de autenticidad se puede descomponer en varios subconceptos, a


saber; a) autenticidad extrínseca, que es lo externo, referida al documento como
objeto material o físico (paginas completas, no cortadas, sin borraduras o manchadas,
enmiendas, o carece de las formalidades precisas en cada caso concreto, entre otras.);
b) autenticidad intrínseca, que se refiere a la veracidad de su contenido, de lo interno;
esto es, desde el punto de vista subjetivo, que el autor que aparece lo haya sido en
realidad; y desde el punto de vista objetivo, es la autenticidad interna, material,
ideológica o de fondo, se refiere a que el contenido expresa la verdadera voluntad y lo
que se quiso incorporar.,

Obviamente, cuando no hay duda de la autenticidad, bien porque no fue


impugnada, o porque si lo que ha quedado determinada, se dice que se ha conseguido
un documento dotado de la aptitud o de la capacidad de hacer prueba por sí mismo,
sin requerir apoyo de cualquier otro medio probatorio, con relación al hecho a que el
mismo se refiere.
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CONCEPTO DE LA FALSEDAD

La falsedad es lo contrario de la verdad. Esto es, un antagonismo con lo que es


cierto. En el sentido jurídico falsedad es la alteración de la verdad, de tal forma que
establece obligaciones no verdaderas, o que induce a error sobre obligaciones o
convenciones, o determina una relación jurídica que no es cierta. En este sentido
falsedad de documento podría sinterizarse en toda alteración que se produce que
deforma la verdad de los actos jurídicos contenidos en él.

La doctrina distingue dos tipos de falsedad: falsedad material y falsedad


ideológica. La primera supone una alteración de ese orden del documento
preexistente; es decir, se altera su forma material original. El concepto de falsedad
material constituye la antítesis de la autenticidad externa. Así, cuando el documento
ha sido alterado después de su elaboración, sin importar que haya sido falso desde su
origen, esto es, que después de la elaboración le cambia algún elemento de su
contenido con el fin de usarlo, estamos en presencia de falsedad material.

La falsedad material se presente sobre el documento como objeto. La segunda


ocurre cuando el autor del documento hace constar en el declaraciones o
representaciones que no corresponden a la verdad o realidad; es decir, cuando la
genuinidad formal del documento no corresponde a su veracidad intrínseca, ejemplo,
la declaración mendaz y dolosa del funcionario público competente para darle fe
pública. La falsedad ideal o ideológica constituye la antítesis de la autenticidad
interna; estas cuestiones tienen alguna confusión.

Hay que tener presente que la falsedad ideológica desciende al elemento


objetivo, alterando la verdad material de las declaraciones emitidas o de las
circunstancias de hecho. Así, cuando un documento escrito se conserva en su
integridad material porque no ha sido alterado, se dice que es genuino y, cuando el
contenido de tal documento corresponde a la realidad, se dice que es veraz.

La falsedad material se ha querido identificar exactamente con el termino


falsificación. Esto puede ocurrir por una suplantación total del documento original;
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puede ser por superposición, por adición o por supresión. En cada una de esas formas
hay alteración, lo que tergiversa la voluntad y contenido original del documento. Esta
falsificación material en nuestra legislación penal está regulada en los artículos 317 al
326 del Código Penal. Con relación a la falsedad ideológica obviamente hay
consecuencias penales, dependiendo de lo que se trate, si es declaración mendaz del
funcionario, suplantación de persona, entre otros; mas no cuando hay falsedad
ideológica del contrato, no del acto, de tipo simulado, debe expresar que la
simulación es un vicio de la cusa no es alteración del documento como tal. Debe
indicarse que en caso de simulación los efectos solo se producen entre parte conforme
lo estatuye el artículo 1.382 del Código Civil.

Por lo general, la falsedad ideológica, es la declaración u omisión mendaz y


dolosa llevada a término por el funcionario público revestido funcionalmente de
competencia certificadora, es un documento o instrumento capaz de producir efectos
jurídicos erga omnes.

La ley protege la veracidad de los instrumentos públicos. Conforme al artículo


1.359 del Código Civil hace plena fe mientras no sea declarado falso. No obstante,
deben distinguirse los hechos a los que la ley otorga esa presunción de autenticidad,
por ello, se diferencia entre el contenido formal del documento y lo sustancial. La
presunción de veracidad establecidas en el artículo citado “solo alcanza al contenido
formal, quedando al margen, por lo tanto, el contenido material”.

En cuanto, a los instrumentos privados no puede hablarse de esta clase de


falsedad por el mismo carácter que presentan, no obstante, hay presunción de
autenticidad del documento firmado, lo que supone coincidencia entre el autor
aparente y el real, hasta tanto no sea desconocido.

El jurista Dei Malatesta, partiendo del examen de la verdad en el documento,


establece una diferencia entre la falsedad material y la ideológica, a través de la
determinación de tres condiciones:

a) Correspondencia entre lo que aparece escrito y lo que se escribió.


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b) Correspondencia de la persona que aparece como firmante, sea


como simpe interviniente en el documento o como autora de él, con la
persona que en verdad firmo y extendió el documento.
c) Correspondencia de lo que está escrito con lo que de lo escrito
(expresado o declarado), resulta como existente, ocurrido o dicho.

La verdad del documento la determina la presencia de las tres condiciones. La


falsedad surge de su no aparición, sea singularmente, sea en conjunto. La ausencia de
las dos primeras corresponde a la falsedad material. Así la ausencia de la tercera es
indicación de falsedad ideológica. Debe entenderse, en este sentido, la falsedad
ideológica como la creación o inserción de un documento público original de hechos
o circunstancias que no corresponden a la verdad por parte del funcionario público
competente para autorizar o certificar tales actos jurídicos, los cuales producen
efectos jurídicos.

Hay falsedad material cuando se altera el documento en sus elementos


materiales deformando la voluntad de los otorgantes, que en realidad lo que se trata es
de desfigurar los hechos que el documento está destinado a probar. Hay pues,
falsedad ideológica, cuando el funcionario público da fe sobre datos, creación,
inserción que no corresponden con la verdad. El medio jurídico apropiado, concebido
legislativamente, para impugnar el documento falso es la tacha de falsedad.

CONCEPTO DE LA TACHA DE FALSEDAD

Conforme a la ley el instrumento público hace plena fe hasta que sea declarado
falso. También es posible impugnar de falso el instrumento privado. Para anular la
eficacia probatoria y comprobar la falsedad que contiene se hace mediante la tacha de
falsedad. Esta forma de impugnar la autenticidad o veracidad, tanto en documentos
públicos como privados, siempre que se trate de falsedad material se llama tacha.

Según el profesor Cabrera Romero que la corriente predominante en el país es


que las falsedades atinentes al acto de documentación del genero documentos, sin
importar la especie, se ataquen mediante la tacha de falsedad instrumental, tanto las
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simples falsedades que contenga dicho acto, como las relativas a la autenticidad.
Tanto para los instrumentos públicos como para los instrumentos privados, el
legislador en el Código Civil ha previsto un numero de causales, las cuales
fundamentan la tacha de falsedad instrumental que puede incoarse dentro de la
jurisdicción civil.

Si bien es cierto, que la tacha de falsedad procede tanto contra documentos


públicos como privados, es necesario hacer una distinción. Contra el documento
público el único medio de impugnación es la tacha, el documento privado puede
impugnarse por desconocimiento, aunque es de principio que toda prueba puede ser
combatida con cualquier medio de prueba contraria, la del instrumento público hace
excepción al principio, y subsiste invalidable mientras no sea declarado falso (artículo
1359 C.C.V). Fíjense que contra la fe del contenido del documento privado si se
admite prueba en contrario (artículo 1.363 C.C.V).

La tacha de falsedad es un recurso específico para impugnar el valor probatorio


de un documento público, que goce de todas las condiciones de validez requeridos
por la ley.

El artículo 1.380 del Código Civil señala las causales por las cuales puede
tacharse como falso el instrumento público o el que tenga las apariencias de tal, lo
cual puede hacerse por vía principal o incidental. Las causales establecidas son las
siguientes:

1. Falsificación de la firma del funcionario. “Que no ha habido la


intervención del funcionario público que aparezca autorizándolo, sino que la
firma de este fue falsificada”.
2. Falsificación de la firma de los otorgantes. “Que aun cuando sea
autentica la firma del funcionario público, la del que apareciere como
otorgante del acto fue falsificada”.
3. El fraude o la sorpresa acerca de la identidad de la persona.
“Que es falsa la comparecencia del otorgante ante el funcionario, certificada
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por este, sea que el funcionario haya procedido maliciosamente o que se le


haya sorprendido en cuanto a la identidad del otorgante”.
4. Las declaraciones que no ha hecho el otorgante. “Que aun
siendo auténticas la firma del funcionario público y cierta la comparecencia
del otorgante ante aquel, el primero atribuya al segundo declaraciones que
este no ha hecho; pero esta causal no podrá alegarse por el otorgante que
haya firmado el acta, ni respecto de él”.
5. Las alteraciones materiales posteriores al otorgamiento. “Que
aun siendo ciertas las firmas del funcionario y del otorgante, se hubiesen
hecho, con posterioridad al otorgamiento, alteraciones materiales en el
cuerpo de la escritura capaces de modificar su sentido y alcance”.

Esta causal puede alegarse aun respecto de los instrumentos que solo aparezcan
suscritos por el funcionario público que tenga la facultad de autorizarlos.

6. Constancia falsa del funcionario de la fecha y lugar. “Que aun


siendo ciertas las firmas del funcionario y los otorgantes, el primero hubiera
hecho constar falsamente, y en fraude de la ley o en perjuicio de terceros,
que el acto se efectuó en fecha o lugar diferente de los de su verdadera
realización”.

No compartimos el criterio del Parilli Araujo que las causales enunciadas en el


artículo 1.380 en comento sean las únicas, esto es, que la enumeración allí establecida
es taxativa. Puede observarse que en esa enumeración no están todas las posibles
causas de falsedad de un documento, lo cual puede verse en el Código Penal en los
artículos 317 al 326, en ellos se tipifican algunas otras como delitos de falsedad en los
actos y documentos, como lo expresa el maestro Borjas “que al igual de los indicados
por modo explicativo en el Código Civil, invalidan la fuerza probatoria de las
escrituras públicas”. Puede, por tanto, existir falsedad no solo en los actos genuinos,
sino también en las copias certificadas, las cuales según el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil pueden hacen las veces del original, por supuesto siempre que
sean expedidas por funcionarios competentes con arreglo a las leyes.
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No obstante, el profesor Cabrera Romero, sostiene que el hecho de que la tacha


instrumental, este fundada en causales taxativas en el C.C y que se sustancie por un
procedimiento especial del CPC, no es exclusiva de la jurisdicción civil, y no
significa que sean las únicas causales. Ciertamente, no compartimos el criterio de
Parrilli Araujo, pues, hacer restrictiva la tacha de falsedad a las causales del Código
Civil, cuando hay un precepto que atribuye a los documentos públicos merito
probatorio que no admite prueba en contrario, es cercenar o limitar el derecho de
defensa. Pienso que la intención del Articulo 438 al utilizar el término “puede”, es de
dar discrecionalidad al promovente, sin que restrinja otros motivos de falsedad.

El citado profesor Cabrera Romero manifiesta que se pueden aducir otras


falsedades en el proceso civil, pero bajo la figura amplia de impugnación, pues
mantener la posición contraria seria impedir dentro de ese proceso el derecho de
defensa de la parte perjudicada por la falsedad.

Los instrumentos privados también pueden ser tachados de falsedad, tanto por
vía principal como por incidental. Las causas de tacha de instrumento privado están
previstas en el artículo 1.381 del Código Civil. Hay que revisar también lo dispuesto
en su parte final con respecto al privado que haya sido reconocido en auto autentico.

ARTICULO 1.381. Sin perjuicio de que la parte a quien se exija el


reconocimiento de un instrumento privado se limite a desconocerlo, puede
también tacharlo formalmente con acción principal o incidental: 

1º Cuando haya habido falsificación de firmas. 

2º Cuando la escritura misma se hubiere extendido maliciosamente, y sin


conocimiento de quien aparezca como otorgante, encima de una firma en
blanco suya. 

3º Cuando en el cuerpo de la escritura se hubiesen hecho alteraciones


materiales capaces de variar el sentido de lo que firmó el otorgante. 
Estas causales no podrán alegarse, ni aun podrá desconocerse el instrumento
privado, después de reconocido en acto auténtico, a menos que se tache el
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acto mismo del reconocimiento o que las alteraciones a que se refiere la


causal 3º se hayan hecho posteriormente a éste. 

En síntesis, la tacha en general, es la vía que otorga la ley para la impugnación


de los instrumentos, tanto públicos como privados. El ordenamiento jurídico nacional
regula cuidadosamente la institución de la tacha, tanto desde el punto de vista
sustantivo como del adjetivo o procesal. Pero especialmente desde el punto de vista
procesal se formulan unos lineamientos rígidos para el procedimiento de la tacha
debido al bien jurídico que se protege: “la fe pública” emanada de la autoridad
competente, pues si fuese un procedimiento flexible la estabilidad y seguridad
jurídica se harían inestables.

PROCEDIMIENTOS DE TACHA POR VIA PRINCIPAL Y POR VIA


INCIDENTAL

Cabe destacar que se puede proponerse la tacha de falsedad en vía principal o


incidentalmente en juicio civil. Tal y como lo establece el artículo 438 del Código de
procedimiento Civil, ya sea como objeto principal de la causa, o incidentalmente en el
curso de ella, por los motivos expresados en el Código Civil”, Código penal, las leyes
y actos que puedan distorsionar la veracidad de los instrumentos públicos o privados.

De igual manera el demandante expondrá en su libelo los motivos en que funde


la tacha, expresando pormenorizadamente los hechos que le sirvan de apoyo y que se
proponga probar; cabe destacar que la tacha como acción civil no procede de oficio,
sino a instancia de parte, y el demandado, en su contestación a la demanda, declarará
si quiere o no hacer valer el instrumento; en caso afirmativo, expondrá los
fundamentos y los hechos circunstanciados con que se proponga combatir la
impugnación.

Y cuando se hace valer incidentalmente, por medio de un escrito de


formalización equivalente a  dicho libelo, pues esta articulación, aunque no es
controversia  autónoma, sino un accesoria de la causa principal para anular un
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instrumento hecho valer en ella, se instruye y decide cómo se fuese un juicio


ordinario intercalado dentro del proceso principal, desde luego que son comunes a la
demanda y a  la  incidencia de falsedad las reglas de sustanciación que establece el
artículo 442 eiusdem, pero al igual de las demás incidencias, hace parte del acción
principal, está sometido a la misma competencia y tiene las mismas fases que este.

Tanto en el libelo como en el escrito de formalización deben llenarse todos los


requisitos que establece el artículo   340 del Código de Procedimiento Civil, , sin otra
diferencia que la de enunciar en la explanación de los motivos fundamentales de la
tacha, los hechos circunstanciados que le  sirvan de apoyo  y que se pretenda probar,
pues el tribunal, al abrir a pruebas el juicio o la incidencia, tiene la facultad de poder
desechar de plano la prueba  de aquellos hechos que, aun probados, sean a su juicio
ineficaces para invalidar el instrumento tachado. La explanación de los motivos es
requisito esencial, cuya omisión hace inadmisible la querella y en dicha explanación
debe el querellante determinar, si la falsedad fuere material, las partes falsificadas del
instrumento y las alteraciones hechas en su verdadero texto; y si fuere moral o
ideológica, las declaraciones falsas con que hayan sido sustituidas las verdaderas.

El escrito de tacha incidental, si bien puede ser presentado en todo estado y


grado de la causa, porque hay instrumentos tachables cuya presentación procede
igualmente en todo estado y grado de la causa   hasta los últimos informes, debe
seguir inmediata y necesariamente a la producción de dicho instrumento, y no podrá
presentarse sino al quinto día siguiente a aquel en que fue producido. Declarando
asimismo expresamente si insiste o no en hacer valer el instrumento y los motivos y
hechos circunstanciados con que se proponga combatir la tacha la incidencia de tacha
debe sustanciarse en cuaderno separado para el mejor manejo del expediente, y
porque no siempre paraliza el curso de la causa principal, y sería harto embarazoso
seguir en un mismo cuaderno dos órdenes distintas de actuaciones, con menoscabo de
la claridad y de la ilación regular de las diligencias procesales. En la tacha incidental
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se requiere además que el efecto probatorio del instrumento deba obrar en el juicio
que se ventila y en el cual se haya producido.

Cabe destacar que la acción principal de tacha de falsedad puede ser propuesta


por toda persona que tenga interés en ello y capacidad legal para obrar en juicio.
Y la tacha incidental solo incumbe a quienes sean partes legítimas en el proceso en
que se la proponga, pudiendo intentarlo no solo la contraparte del litigante que
produjo el instrumento, sino el mismo presentante, aun cuando sea el propio autor de
la falsedad o algunos de sus herederos.

Una diferencia esencial existe, sin embargo, entre la contestación ordinaria y la


de esta clase de demanda. En aquella el demandado debe declarar si la contradice en
todo o en parte o si conviene en ella de modo absoluto o con alguna limitación; en
esta no necesita declarar si contradice o no la impugnación de falsedad, sino
únicamente si quiere o no hacer valer el instrumento, pues solo en caso de respuesta
afirmativa continuara su curso la causa, y al efecto el demandado deberá exponer los
fundamentos y los hechos con que se proponga combatir la impugnación.

LA TACHA DE LOS INSTRUMENTOS PUBLICOS Y PRIVADOS


El instrumento público hace plena fe, así  entre las partes como respecto de
terceros, primero, de los hechos jurídicos que el funcionario público declare haber
efectuado, si tenía facultades para efectuarlos; segundo, de los hechos jurídicos que el
funcionario público declara haber visto u oído, siempre que este facultado para
hacerlo constar y, tercero, de la verdad de las declaraciones formuladas por los
otorgantes acerca de la realización del hecho jurídico a que se contrae en instrumento
(Art. 1359 y 1360 Código Civil).

La Ley necesita atribuir plena  fe a los funcionarios públicos cuando actúan en


el ejercicio de sus atribuciones, e igualmente es necesario que se presuma la buena fe
con que obran los particulares cuando hacen en presencia del funcionario público
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declaraciones pertinentes al asunto que quieren hacer constar en él; pero como no es
imposible que funcionario y otorgantes, por culpa, negligencia o ignorancia, incurran
en falsedades, simulaciones o fraudes, la fe atribuida a los instrumentos públicos debe
cesar cuando se compruebe que en su otorgamiento se ha incurrido en tales faltas.

Los instrumentos privados reconocidos o tenidos legalmente por reconocidos,


tienen la misma fuerza probatoria de los instrumentos públicos, así entre las partes
como respectos de terceros, en lo que se refiere al hecho material de las
declaraciones, y hacen fe, hasta prueba en contrario, de la verdad de esas
declaraciones. Erga omnes, el instrumento autenticado es prueba plena de que su
otorgante hizo las declaraciones en él expuestas, y en tanto no se demuestre lo
contrario, es fuerza presumir que esas declaraciones son verdaderas; pero ellas no
son, ni pueden ser obligatorias sino entre las partes y sus herederos y
causahabientes (Artículos 1363 y 1381 del Código Civil).

El otorgante puede, sin embargo, impugnar de falsedad el acto mismo del


reconocimiento; y de igual manera, al serle exigido el reconocimiento por la parte
contraria o por ministerio de Ley, puede impugnar de falso el instrumento privado.

De igual manera sé que la tacha puede resultar de un juicio penal o ser


propuesta en juicio civil. La falsedad material constituye un hecho delictuoso y
lesiona, no solo a los particulares, sino también los intereses sociales en cuanto
irrogan una grave ofensa a la fe pública.  Puede ser entonces materia de una acción
penal, dirigida principalmente contra el autor del hecho punible en desagravio de la
vindicta pública, y consecuencialmente contra la eficacia probatoria del instrumento.
Pero los particulares pueden proponer la tacha de falsedad en juicio civil, como
pretensión principal, o incidentalmente en el curso del proceso en que se pretenda
hacer valer el instrumento tachable, y entonces no va dirigida contra el autor del
hecho punible, sino contra el instrumento, para anular su valor probatorio.
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REGLAS DE SUSTANCIACIÓN DE LA TACHA DE FALSEDAD


…Artículo 442 del Código de procedimiento Civil.  “Si por la declaración de que se
insiste en hacer valer el instrumento, deba seguir adelante el juicio de impugnación o
la incidencia de tacha, se observarán en la sustanciación las reglas siguientes:
1º Tanto la falta de contestación a la demanda de impugnación como la falta
de contestación al escrito de tacha, producirán el efecto que da este Código a
la inasistencia del demandado al acto de la contestación.
2º En el segundo día después de la contestación, o del acto en que ésta
debiera verificarse, el Tribunal podrá desechar de plano, por auto razonado,
las pruebas de los hechos alegados, si aún probados, no fueren suficientes
para invalidar el instrumento. De este auto habrá lugar a apelación en ambos
efectos, si se interpusiere dentro del tercer día.
3º Si el Tribunal encontrare pertinente la prueba de alguno o de algunos de
los hechos alegados, determinará con toda precisión cuáles son aquellos
sobre los que haya de recaer la prueba de una u otra parte.
4º Cuando se promoviere prueba de testigos se presentará la lista de éstos
con indicación de su domicilio o residencia, en el segundo día después de la
determinación a que se refiere el número anterior.
5º Si no se hubiere presentado el instrumento original, sino traslado de él, el
Juez ordenará que el presentante manifieste el motivo de no producir el
original y la persona en cuyo poder esté, y prevendrá a ésta que lo exhiba.
6º Se prohíbe hacer que el funcionario y los testigos que hubieren
intervenido en el acto del otorgamiento, rindan declaraciones anticipadas, y,
caso de hacerse, no se admitirán en juicio.
7º Antes de proceder a la evacuación de las pruebas promovidas por las
partes, y sin pérdida de tiempo, el Tribunal se trasladará a la oficina donde
aparezca otorgado el instrumento, hará minuciosa inspección de los
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protocolos o registros, confrontará éstos con el instrumento producido y


pondrá constancia circunstanciada del resultado de ambas operaciones.
Si el funcionario y los testigos instrumentales, o alguno de ellos, residieren en la
misma localidad, los hará comparecer también el Juez ante dicha oficina para que,
teniendo a la vista los protocolos o registros y el instrumento producido, declaren con
precisión y claridad sobre todos los hechos y circunstancias referentes al
otorgamiento.
Si la oficina estuviere fuera del lugar del juicio, y el funcionario y los testigos o
alguno de ellos residieren en ese lugar, se dará comisión al Juez de mayor categoría
en primera instancia, de dicha localidad, para las operaciones y declaraciones
expresadas. Si fueren distintos el lugar de la oficina y el de la residencia del
funcionario y los testigos, o de alguno de ellos, se darán las respectivas comisiones a
los jueces locales.
En todo caso, tanto el funcionario como a los testigos, se les leerán también los
escritos de impugnación o tachas y sus contestaciones, para que declaren sobre los
hechos alegados en ellos, haciéndose las correspondientes inserciones en los
despachos que se libren.
8º Las partes no podrán repreguntar al funcionario ni a los testigos; pero
podrán indicar al Juez las preguntas que quieran que se les haga, y el Juez
las hará si fueren pertinentes, en términos claros y sencillos.
9º Si alguna de las partes promoviere prueba de testigos para demostrar
coartada, no será eficaz si no deponen en absoluta conformidad cinco
testigos, por lo menos, que sepan leer y escribir, mayores de toda excepción,
y de edad bastante para conocer los hechos verificados en la época del
otorgamiento del instrumento.
Las partes, y aun los testigos, podrán producir instrumentos que confirmen o
contraríen la coartada y que pueden obrar en el ánimo de los Jueces, quienes, en todo
caso, podrán darla como no probada, aun cuando la afirme el número de testigos que
se deja indicado, si por las circunstancias del caso no la consideraren los Tribunales
suficientemente demostrada.
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10° Si alguna de las partes promoviere experticia para la comparación de firmas o


letras, los instrumentos con que se haga la comparación deben ser de los indicados en
el artículo 448.
11°  Cuando por los hechos sobre que versare la tacha, cursase juicio penal
de falsedad ante los Jueces competentes en lo criminal, se suspenderá el
procedimiento civil de la tacha hasta que haya terminado el juicio penal,
respetándose lo que en éste se decidiere sobre los hechos; pero conservará el
Juez civil plena facultad para apreciarlos cuando el proceso penal
concluyere por muerte del reo, por prescripción de la acción pública, o por
cualquier otro motivo legal que impidiera examinar en lo criminal el fondo
del asunto.
Sin embargo, no se decretará la suspensión cuando el Tribunal encuentre que la causa
o algunos de sus capítulos pueden decidirse independientemente del instrumento
impugnado o tachado, caso en el cual continuará la causa civil.
12° Si el funcionario y los testigos instrumentales sostuvieren
sustancialmente la autenticidad del instrumento y de los hechos del
otorgamiento, no serán suficientes para desechar sus dichos cualesquiera
divergencias en pormenores, o faltas de recuerdo, si hubieren transcurrido
algunos años, o si la edad hubiere podido debilitar la memoria de los
declarantes.
Si todos, o la mayor parte de los testigos instrumentales y el funcionario, sostuvieren
sustancialmente la autenticidad del instrumento, sólo podrá desecharse éste cuando
resulte, sin duda posible, una prueba concluyente de la falsedad.
En caso de duda se sostendrá el instrumento, sin que valga por sí solo a desvirtuarlo
el desconocimiento que de su firma hiciere el funcionario que lo autorizó, si se prueba
que ésta es auténtica.
13° En la sentencia podrá el Tribunal, según el caso y sus circunstancias,
ordenar la cancelación en todo o en parte, o la reforma o renovación del
instrumento que declare falso en todo o en parte; y, además de las costas,
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impondrá indemnización de perjuicios a quien hubiere impugnado o tachado


el instrumento con temeridad.
14° El Tribunal notificará al Ministerio Público a los fines de la articulación
e informes para sentencia o transacción, como parte de buena fe, conforme a
lo dispuesto en el artículo 132 de este Código.
15° Cualquiera transacción de las partes necesitará para su validez, además
del informe del Ministerio Público, la aprobación del Tribunal, si éste no la
encontrare contraria a la moral o al orden público.
16° Si se hubiere dictado sentencia firme, civil o penal, que reconozca la
autenticidad de un instrumento público, no podrá abrirse nuevo debate sobre
ella, respetándose la ejecutoria”.

También puede ocurrir la Suspensión del procedimiento civil de tacha por


cursar juicio penal. En materia de falsedad, la jurisdicción civil debe ceder ante la
penal, cuando haya un delito que juzgar y un culpable a quien castigar, pues si, en esa
hipótesis, cursare primero el juicio civil de tacha para invalidar el instrumento, y se
iniciare posteriormente la acción penal para determinar la culpabilidad del autor del
hecho punible, ocurrirá un dualismo jurisdiccional, más que inútil, dañoso. En la
demanda de impugnación de un instrumento, la circunstancia de haber un juicio
penal, pendiente sobre los hechos fundamentales de la tacha de falsedad demandada,
es decir, de existir una cuestión prejudicial que reclamare ser resuelta en un proceso
distinto, haría prosperar la cuestión previa correspondiente, y determinaría la
suspensión del procedimiento hasta que aquella cuestión fuere resuelta. 

Pero como pudiera suceder que el juicio penal no se instaurare sino después de
pasada la oportunidad procesal de alegar la cuestión previa o que la tacha hubiere
sido propuesta por vía incidental, el legislador al tenor de lo dispuesto en la regla 11,
dispone la suspensión del procedimiento civil de la tacha, cuando quiera que
aparezca comprobada la existencia del juicio penal. Esa suspensión es de orden
público, y el tribunal deberá decretarlas de oficio, si la cuestión previa no fuere o no
20

pudiere ser opuesta oportunamente en el juicio principal de falsedad, o si las partes se


abstuvieren de solicitarla.

Una excepción comporta, sin embargo, el precepto de suspensión referido; pues


si el tribunal encontrare que la causa o alguno de sus capítulos pueden
decidirse independientemente del instrumento impugnado o tachado, deberá continuar
el procedimiento. Esta excepción, como se ve, es referente a la hipótesis de seguirse 
la tacha incidentalmente, pues cuando la impugnación del instrumento material de
juicio penal de falsedad se hace por acción principal, como este proceso no podrá en
ningún caso sentenciarse con independencia del instrumento tachado, porque sobre su
falsedad o validez  debe recaer precisamente el fallo definitivo, es obvio que dicho
procedimiento de tacha deberá paralizarse  necesariamente en todo caso hasta la
terminación del juicio penal.

La determinación que haya recaído respecto de los hechos materia del juicio
penal de falsedad ha de ser respetada por el juez civil al fallar sobre la tacha. Sería
absurdo que pudiera apreciarlos de manera distinta, y que fueran dictadas sobre el
mismo punto dos decisiones contradictorias, porque es precisamente para evitarlo que
el procedimiento civil se paraliza hasta la terminación de la causa penal.

JURISPRUDENCIA
La Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 540
de fecha 13/06/16, en un Recurso de Casación, estableció que la tacha de
documentos sólo procede contra los documentos públicos.

“En el caso sub-lite, el juez de segunda instancia si bien no se limitó al


alegato esgrimido por la parte demandada en la audiencia de apelación,
indicó que, por tratarse el medio de ataque propuesto por la parte actora en
la audiencia de juicio, de la tacha de documento privado, a los fines de
evidenciar un vicio en el consentimiento, el mismo no era el mecanismo
21

idóneo. De modo que, la sentencia recurrida se pronunció sobre el alcance


del medio de prueba aludido, y fundamentado en el contenido del  artículo
83 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, que indica de manera taxativa
los motivos por los cuales puede ser solicitada la tacha de falsedad, y
motivándose en lo establecido en el artículo 1381 del Código Civil,
aplicable por remisión del artículo 11 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, concluyó que ninguna de las causales contenidas en las
disposiciones normativas podían subsumirse en los hechos de violencia
alegados por la parte accionante, y por tanto le otorgó eficacia probatoria a
las documentales cuestionadas.

En tal sentido, esta Sala de Casación Social de la reproducción de los


argumentos expuestos por la parte accionante para formular la incidencia de
tacha, no logra constatar que los mismos encuadren dentro de alguna de las
causales taxativas contempladas tanto en el artículo 83 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, como en las previstas en el artículo 1381 del Código
Civil, careciendo el mecanismo de defensa ejercido –tacha de instrumentos–
de fundamentos que hagan subsumible el supuesto de la norma a la situación
de hecho alegada, tal como ocurre en el presente asunto, dado que al
pretenderse mediante la tacha de instrumentos, el análisis de vicios en el
consentimiento, desnaturalizando el alcance de la misma, es indefectible
considerar que el juez como rector del proceso y garante de la idónea
aplicación del derecho, actuó acertadamente al evidenciar la errónea
apertura de la incidencia de tacha por parte del juzgado de juicio de primera
instancia y en aplicación íntegra del principio iura novit curia, determinó la
improcedencia de la tacha de documento privado propuesta por la parte
accionante y le atribuyó valor probatorio a las documentales cuestionadas.

Fuente: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scs/junio/188269-0540-13616-2016-12-
929.HTML
22

En sentencia Nº RC000771 de fecha 10 de diciembre de 2013, dictada por la Sala


de Casación Civil, en el Exp. Nº 2013-000221, caso: Francisco Antonio Trías
Rojas c. Construcciones Robica C.A., y Otros, con ponencia del Magistrado
Aurides Mercedes Mora, señalo:

“…debe entenderse que cuando se intenta la tacha dentro de un juicio sin


importar el tipo de proceso de que se trate, ésta incidencia será siempre
considerada propuesta de manera incidental, pues se entiende que el
juicio no es autónomo ni distinto del principal, sino un incidente del
mismo…”

Fuente:http://caracas.tsj.gob.ve/DECISIONES/2015/FEBRERO/2136-23-0646-
12-.HTML.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en fecha 19/05/2009,


Exp. N° 08-0592. Magistrado Ponente: Marcos Tulio Dugarte Padrón, determino
lo siguiente:

Sin embargo, en el caso de autos se debe apreciar que se trata de una


incidencia de un procedimiento de tacha documental, que se produjo en el
juicio principal relativo al juicio de cobro de bolívares por intimación
llevado por la hoy accionante en amparo contra José Rafael Tortosa. A tal
efecto, se observa que el documento impugnado se trata de una prueba que
fue traída junto con el libelo de la demanda y que constituye el instrumento
fundamental de ésta, el cual fue tachado en la oportunidad legal establecida
-artículo 443 Código de Procedimiento Civil-.

No obstante, no se puede olvidar que con la tacha surge un procedimiento


paralelo e incidental, que tiene sus lapsos independientes del juicio
principal, corriendo ambos lapsos sin depender el uno del otro de forma
paralela, tal como ocurre con el procedimiento incidental respecto a las
medidas preventivas - artículo 602 del Código de Procedimiento Civil-, y no
como ocurre con la oposición de cuestiones previas -artículo 346 del Código
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de Procedimiento Civil-, sobre todo cuando observamos que en este último


caso dicho artículo señala “Dentro del lapso fijado para la contestación de la
demanda (…)”, mientras que para la tacha el artículo 440 eiusdem dice
“(…) el demandante expondrá en su libelo los motivos en que funde la
tacha, expresando pormenorizadamente los hechos que le sirvan de apoyo y
que se proponga probar; y el demandado, en su contestación a la demanda
(…)”, con lo que se evidencia de la redacción, que no se supedita la
incidencia al transcurso íntegro del lapso de contestación, como lo señalara
el juzgado superior, sino que son lapsos y términos que corren por separados
e independientes uno del otro, tal como se señalara, por ello que el artículo
439 eiusdem, se indica que la tacha incidental se puede proponer en
cualquier estado o grado de la causa, siendo cuando ocurre en el lapso de
pruebas o incluso en informes no se dejan transcurrir estos lapsos y términos
para comenzar con la incidencia de tacha.

Fuente: http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Mayo/607-19509-2009-08-0592.html.

Ahora bien, para dilucidar el problema en estudio, el Tribunal Supremo de


justicia en Sala de Casación Civil, ha sostenido reiteradamente la taxatividad de las
causales de tacha de falsedad, para lo cual se trae a colación un extracto de
sentencia de fecha 11 de marzo de 2004, Magistrado ponente Jiménez Ramírez,
Antonio.

... “En el caso bajo estudio, se observa que el demandante planteó una
pretensión de tacha de documento público, y la sentencia impugnada
determinó que no fue fundamentada en ninguna de las causales contenidas
en el artículo 1380 del Código Civil.
La Sala considera, que, si bien es cierto que la tacha no es el único medio de
atacar la falsedad de un instrumento como el público, pues existen otras vías
impugnativas generales, distintas a la tacha que pueden conducir a la
demostración de esa falsedad, cuando se escoge la vía de la tacha del
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documento público, sí es necesario fundamentarla en alguna de las causales


taxativas del artículo 1.380 del Código Civil.

CONCLUSION

El tema de la tacha de documentos no es más que aquel acto del proceso donde
uno de los litigantes ataca o impugna la prueba presentada por su contrario. Ningún
análisis que se haga de las fuentes de las pruebas puede ignorar la conducta a seguir
de las partes en el proceso, bien para aceptarla o bien para impugnarla, acerca de la
verdad o falsedad de la afirmación o de la negación que conduce al sujeto para actuar
en determinado momento, o cuando lo considere pertinente; de allí la impugnación
del documento o tacha documental; está sujeta a la conducta procesal de alguno de
los sujetos intervinientes en el proceso.

En conclusión, tiene como finalidad esencial anular la eficacia probatoria de


tales documentos, ya sea por falta de veracidad en la forma extrínseca de este o
porque su falsedad recaiga sobre el fondo de su contenido. Este medio de defensa es
muy útil tanto en la vía principal como en la incidental ya que el interés primordial es
quitar el valor y la fuerza probatoria a un documento que de ser admitido como
prueba y tendrá efectos directos en la decisión del Juez de la causa.
25

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Carnelutti, F. (1979). La Prueba Civil. Buenos Aires: Ediciones DEPALMA.p. 38.


Chiovenda, J. (1977). Principios de Derecho Procesal Civil. II tomos. Madrid: Edit.
Reus. P. 258
Código Civil (1982). Congreso de la República de Venezuela. Gaceta Oficial
Extraordinaria Numero 2.990. 1982, Julio 26. Caracas. Venezuela.

Código de Procedimiento Civil (1990). Congreso de la República Bolivariana de


Venezuela. Gaceta Oficial Extraordinaria Numero 4.209. 1990, Septiembre 18.
Caracas. Venezuela.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Gaceta Oficial de la


República Bolivariana de Venezuela, 36860 (Extraordinaria), Diciembre 30, 1999.

Ossorio, M. (1990). Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. República


de Argentina. Editorial Heliasta S.R.L.

Rivera, R. (2009). Las Pruebas en el Derecho Venezolano. Caracas. Editorial Librería


J. Rincon G. C.A.

Universidad Fermín Toro, Vicerrectorado Académico. (2016). Manual de Normas


para la Elaboración y Presentación de Trabajos de Investigación. Venezuela: UFT.

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