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EL CANICHE DE MITO RAMOS

Comparto el artículo publicado hoy en el diario Ahora


Arlindo Luciano Guillermo

Mito Ramos ha escrito una novela para recordarlo siempre. Es más conocido
como cantante de prodigiosa voz y compositor de canciones que alegra la vida
de la gente, quizá no lo conozcamos igualmente como contador y abogado; sin
embargo, es todo eso, pero también ha escrito en 2011 una novela breve que
ha tenido acogida y encandilado por la historia que cuenta sobre la base de las
confesiones de un personaje de carne y hueso que vivió y existió en Huánuco.
Caniche y su fuga hacia la muerte tiene ocho ediciones. Un récor envidiable
que exhibe la editorial Amarilis Indiana. Un libro que logra empatía y aprecio de
los lectores tiene frescura para la relectura. La novela de marras se lee de “un
tirón”, sin pausas.

La estrategia de la novela es la siguiente: Caniche relata a un interlocutor


paciente, de comentarios pertinentes, amigo suyo, las vivencias, trajines y
aventuras en Huánuco, Uchiza, Panao, Huánuco, Ambo y otra vez en la ciudad
de Huánuco donde terminará su azarosa existencia remojado en alcohol barato
en un bar de baja estofa. Cuando a Caniche le preguntan hasta cuándo va a
beber, él responde categórico: “Hasta reventar”. Así fue. Refiriéndose al bar
donde se había refugiado, para evitar que lo mate la subversión o los militares,
dice: “En medio de todo esto estoy yo: acá vivo, acá duermo, acá como y de
acá no salgo, porque si salgo a la calle soy hombre muerto”. Caniche se vuelve
un paranoico compulsivo. En el prólogo a la séptima edición, Luis H.
Mozombite afirma de Caniche: “Es un ángel caído, un antihéroe que nos
conmueve y con el cual simpatizamos desde el primer momento”.
Efectivamente, a Caniche no le interesan el confort ni la vida muelle, sino
sobrevivir, masticar sus frustraciones sucesivas, vivir hasta donde se pueda,
beber obsesivamente, sortear adversidades con ingenio e instinto de fiera
montaraz que huye del depredador. Sobrevivir es la consigna, conservar la vida
quizá, por un golpe de suerte, para reencontrarse con su esposa e hija,
abandonadas, precisamente, para que él siga viviendo. A Caniche no lo mata la
subversión ni los militares, sino el alcohol barato y la indiferencia de una
sociedad pragmática y egoísta que exige fortuna, éxito y banalidad.

Mito Ramos configura un personaje infeliz y desheredado cuyos avatares


personales empiezan con la muerte de su madre; para librarse de la madrastra
escapa y es cuando empieza su odisea y peregrinaje de riesgos, situaciones de
vida o muerte y sobrevivencia, siempre con coraje, ingenio y feroz resistencia.
De profesor con quinto de secundaria se convierte en un prófugo de sí mismo y
de los contrincantes de la guerra subversiva. ¿Realmente el ejército y Sendero
Luminoso buscan a Caniche para asesinarlo? ¿Cuál hubiera sido el impacto
social y el beneficio para ambos bandos? ¿Qué tan importante era liquidar a
Caniche? Simplemente huye para vivir como un paranoico, adicto enraizado en
el consumo de alcohol. Mito Ramos recogió la historia de primera mano, sin
intermediarios, del mismísimo Caniche, apelativo de José Álvarez Freyre.
Cuando le dijo a Hevert Laos que tenía una historia que podría interesarle, este
le contestó que sí. Lo publicó. Caniche en su fuga hacia la muerte tiene la
octava edición, con proyectos de cortometraje y película. Es una novela corta,
escrita con agilidad, suspenso permanente, que revela la degradación física y
moral de un personaje, pero elevado a la categoría de ficción. La novela atrapa
al lector como poderosa telaraña a una mosca curiosa.

Es la historia contada por un oyente. Mito Ramos, con oficio de escritor


fabulador, reconstruye la vida de contratiempos reiterados de Caniche no tal
como se la contó, sino tal como la recuerda. Entonces decimos junto a Gabriel
García Márquez: la vida no es cómo la vivimos, sino cómo la contamos y
recordamos. La novela de Mito Ramos exhibe ostentosa sencillez de lenguaje,
poder persuasivo para involucrarnos en la historia de Caniche. La linealidad del
relato es ejemplar, sin apelar a la sofisticación de la narrativa contemporánea.
Mito Ramos posee un innato talento para narrar historias; es un excepcional
narrador oral cuya virtud es saber contar vivencias con agrado y fluidez. Luego
de la lectura de la novela, el lector es capaz de contar a otros la misma historia,
seguramente añadiéndole estilo propio y recreación singular. Caniche así se
convierte en un personaje popular apreciado que supo sobrevivir a toda costa,
vivir con libertad y, a la vez, atrapado en su paranoia y morir en su ley:
“chupando hasta reventar”. Mito Ramos pagó la deuda por receptar la historia
publicando la novela que hoy disfrutamos.

La novela, aparte de contar las vicisitudes de Caniche, muestra una sociedad


donde hay narcotráfico, subversión, mendicidad, injusticia, pobreza,
alcoholismo, drogadicción, hipocresía, resiliencia, soledad, destino esquivo a
los deseos y desprecio demencial por la vida, la esperanza y el legítimo
derecho de gozar de la felicidad y el bienestar. La novela es un fresco donde se
observa el deterioro moral de ciertos ciudadanos, la indiferencia de otros.
Mientras leía Caniche recordaba la novela Conversación en La Catedral de
Mario Vargas Llosa donde los personajes, el periodista Santiago Zavala y el
chofer Ambrosio, se enfrascan en una amena y larga charla en un bar limeño,
ocasión que les permite hablar de las circunstancias políticas de la dictadura de
Odría. Dice el interlocutor de Caniche: “Siempre recuerdo la historia de Caniche
y cómo me la contó: sentados junto a una mesa y tomando unos tragos”.

Celebro esta octava edición de Caniche en su fuga hacia la muerte de Mito


Ramos. Al talento musical, se suma el talento para fabular y construir ficciones.
Caniche fue enterrado el 22 de abril de 1999, a ocho meses de terminar el siglo
XX. Murió en abril como César Vallejo. “Caniche se quedó en aquel bar a beber
hasta reventar. Se quedó solo con su dolor y con su inmensa tristeza, pero
también se quedaron en el aire sus esperanzas de solucionar algún día su
problema y poder abrazar a su hija y a su esposa y sentirse vivo al menos por
un instante”.

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