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El “Caring”

LA COMUNIDAD DE “CARING”
Ricardo Pulido Aguilar
Doctor en Ciencias de la Educación. UNISAL-
Roma

La capacidad de “cuidar de... o cuidar de uno”


Es un elemento clave del ser auténtico de la vida
humana.
Martín Heidegger (1962)

Este término del caring, usado en sentido amplio se refiere a la actitud de


preocupación y de disponibilidad hacia los otros; es un afán de hacer las cosas
con atención frente a los otros, es una actitud que está presente en todas las
etapas y situaciones de la existencia humana. Por consiguiente el caring se
convierte en el anhelo y en la realidad más profunda de la vida.

Todos los seres humanos necesitan sentirse queridos y querer a los otros. Esta
es una necesidad fundamental, que exige una respuesta. ¿Qué significa cuidar
de o tener preocupación por…? ¿Qué cosa importante hace cada uno por el
otro? Cuáles son las exigencias que impone el haber preocupación por el otros?
¿Que características particulares asume el caring en la clase?

Una relación de caring, en su forma más fundamental, es una conexión o un


encuentro entre dos seres humanos, uno que manifiesta atención y otro que recibe
la atención, el cuidado de la otra persona. Para que la relación sea
verdaderamente de caring, es necesario que ambas partes contribuyan de
acuerdo a las características que se asumen en la relación; si esto falta, el caring
deja de existir:

“Una relación de caring requiere un desplazamiento motivacional en la persona


que manifiesta la preocupación y requiere el reconocimiento y la respuesta
espontánea de quien recibe la atención” (Nodding, 1984, p. 78)

Nel Noddings (1984) ha descrito que el estado de conciencia de la persona que


manifiesta la atención se caracteriza por un cambio motivacional y por una
receptividad abierta frente a la otra persona. Weil (1951) ha colocado la atención
por el otro, como el centro del amor por aquellos que nos son cercanos:

“Esta forma de observar es ante todo “atención”. El alma se vacía


de todo lo que contiene para acoger en sí misma al ser que está
observando, en su realidad, en toda su verdad. Solo quien es
capaz de esta atención puede hacer esto” (Weil, 1951, p.115).

En la relación del caring, la persona que decide dar su atención al otro sufre un
desplazamiento motivacional en cuanto que antes del caring, eran prioritarios de
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sus proyectos individuales y ahora lo que está en su mente es la forma de ayudar


al otro o a los otros o a toda la comunidad. Toda la energía motivacional se
dirige hacia los otros y hacia sus proyectos. La persona recibe lo que los otros
le han transmitido y quiere responder eficazmente, favoreciendo el proyecto de los
otros (Noddings, 1992).

Cuando el caring se realiza, toda la atención es atraída por el deseo de responder


al sentir del otro. Esta atracción tiene muchas posibilidades y niveles: la persona
es absorbida por sus amigos, cuando es capaz de sentir sus problemas; es
absorbida cuando piensa en el futuro de la humanidad o de su país; cuando
piensa en la salud de una persona querida. En estos casos la atracción no
siempre se da con la misma intensidad, con la misma imparcialidad o con las
mismas consecuencias. La intensidad depende de la relación entre quien da el
caring y quien lo recibe, siempre se presentan diferentes tipos de “atención”.

La relación fundamental del caring está en la particularidad del encuentro, ya


que los roles en el caring, pueden cambiar de un momento a otro, esto manifiesta
las relaciones maduras entre los seres humanos. Ambos dan atención y son
objetos de atención de acuerdo a la situación que estén viviendo.

Un ejemplo del caring se da en la escuela; cuando el docente descubre las


necesidades de sus estudiantes a través de ambientes de aprendizajes abiertos y
acogedores e inmediatamente realiza una serie de acciones para ayudarlos, pero
cuando estos no responden siente una terrible perdida de energía. Esto quiere
decir que el caring encarna siempre una reciprocidad aunque la persona que
recibe la atención no pueda cuidar al otro, como en el caso del bebé o del alumno
en clase.

En el caring la persona que ofrece el cuidado, no busca dar cualquier cosa al otro,
sino que toda su atención y su fuerza se dirige hacia el otro, la prioridad de su
vida en ese momento es el otro. El caring debe ser entendido como una
relación y no como una virtud del individuo. En consecuencia, esta experiencia
implica respeto mutuo, honor, confianza, comprensión y una dedicación activa
por el otro, que necesita tiempo y una serie de ayudas a nivel moral para
aprender a querer a los demás. El caring es una capacidad que requiere ser
cultivada y practicada. El caring es una forma de aprendizaje moral que consiste
en: “El desarrollo de actitudes y habilidades requeridas para sostener las
relaciones de caring y mantener el deseo de realizarlas” (Noddings, 1992, 21-22).

La acción de preocuparse por el otro, de querer a los otros, de cuidar de ellos está
en la base de la moralidad, y por ello, las personas que quieren comenzar a
desarrollar el caring deben realizar un aprendizaje que se da en y a través de las
relaciones interpersonales. Este aprendizaje deber ser asumido tanto por quien
ofrece la atención como por quien la recibe. Nel Noddings propone un derrotero de
educación moral del caring, que está constituido por cuatro componentes:
modelaje, dialogo, práctica y confirmación:
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(1) El modelaje. Los niños en la comunidad de aprendizaje necesitan un modelo


en las relaciones para poder entender y asumir el caring. De esta manera los
niños, en la práctica, van aprendiendo poco a poco a manifestar su
preocupación, su atención por los otros y al mismo tiempo, aprendiendo a
recibir la atención y el cuidado de los demás (Noddings, 1984, 179-182).

(2) El diálogo. El camino que facilita el modelaje y el caring es el uso del diálogo.
En un diálogo genuino ninguna de las partes sabe donde inicia o donde
termina; el diálogo es cíclico y puede construir fuertes relaciones
interpersonales, que ayudan a los estudiantes a tomar mejores decisiones a
largo plazo. (Noddings, 1984, 182-187)

(3) La práctica. Las actitudes prácticas y mentalidades se forman en y por la


experiencia. Esto quiere decir que en el ámbito formativo se necesitan una
serie de casos y de experiencias que ayuden a las personas a desarrollar lo
más posible el caring. Estas experiencias debe ser significativas, adecuadas y
formadas en las relaciones de caring (Noddigns, 1984, 187-193).

(4) La confirmación. Después de la práctica viene la confirmación que es el acto


de afirmación de lo mejor que tienen los otros. Noddings cree que todos estos
esfuerzos son válidos cuando las personas conocen bastante a los otros. Por
tanto la confirmación crece en la medida que el conocimiento de los otros va en
ascenso, de ahí que una buena visión de los demás se afirma en la
experiencia de las relaciones interpersonales.

Actualmente las instituciones formativas se encuentran frente al reto de preparar a


las personas para los diferentes cambios que la sociedad les va imponiendo y
exigiendo. Esto requiere la formación en una serie de habilidades sociales, las
cuales dan a los sujetos los elementos necesarios para manejar las diferentes
situaciones difíciles que se van presentando en la vida.

En conclusión se puede decir que el caring requiere tiempo, perseverancia,


esperanza y fe en sí mismo y en los otros. En este proceso es importante creer
que los cambios son posibles y que las cosas pueden ser diferentes en la
sociedad con una verdadera cultura del caring. Seguramente las escuelas, las
familias y los grupos de apoyo no solucionarán totalmente el problema de “querer
y de preocuparse por el otro”, pero ayudarán a que las nuevas generaciones
aprendan a manifestar está preocupación en acciones concretas en favor de los
demás y a que sean capaces de recibir este “cuidado” por parte de los otros.
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BIBLIOGRAFIA

Levine, D. (2003). Building Classroom Communities: Strategies for Developing a


Culture of Caring. Bloomington, IN: National Educational Service.

Noddings, N. (1984). Caring: A Feminine Approach to Ethics & Moral Education.


Berkeley: University of California Press.

Noddings, N. (1992). The Challenge to Care in School: An alternative approach to


education. New York: Teachers College Press.

Noddings, N. (1997). Character Education and Community. In A. Molnar (Ed.). The


construction of children's character, part II: 96th yearbook of the National Society
for the Study of Education. Chicago: University of Chicago Press.

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