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ABC

EDITADO POR R E D A C C I Ó N
PRENSA ESPAÑOLA ADMINISTRACIÓN
SOCIEDAD ANÓNIMA Y T A L L E R E S
1 JUNI O 1983 SERRANO, 61-MADRID-6
FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA

OS e s p a ñ o l e s conocidos, es indis-

L hemos pasado
cuarenta años
oprimidos y protegi-
LA INTEMPERIE pensable la participa-
ción de la sociedad
como tal.
dos a la vez por el poder público. Si se hi- bres buscan lo que no les gusta, defienden ¿Qué quiere decir esto? La inveterada
cieran cuentas bien hechas sorprendería y apoyan lo que en realidad temen o miran politización inducida por decenios sin vida
ver hasta qué punto muchos daban por con repugnancia. Por lo general, tardan en política hace que muchos, cuando se tras-
bien empleado lo primero a cambio de reconocerlo porque conservan alguna espe- ciende lo meramente individual, piensen en
gozar de lo segundo. Ciertamente no estoy ranza y, sobre todo, porque les duele reco- el Estado, el Gobierno, los partidos, las ins-
entre ellos, y no sólo porque la opresión nocer que se han equivocado, que no han tituciones oficiales. Como si no hubiera
me repugna y nunca la he aceptado, sino sido inteligentes. Esto retrasa mucho —a nada entre una cosa y otra. Hay, nada
porque la protección no me parece desea- veces definitivamente— la recuperación de menos, la sociedad —en la que tan pocos
creen, especialmente los que abusan de su
ble. la independencia y la capacidad de deci-
nombre—; y me refiero, no ya al conjunto
El hecho es que la sociedad española sión. de ese «gran cuerpo» que es la nación es-
—como tantas otras en nuestra época— se El período de verdadero entrenamiento pañola, sino a todos los grupos sociales de
ha acostumbrado a una situación de de- en la libertad ha sido demasiado breve todo orden, a las articulaciones que hacen
pendencia, tutela y seguridad (aunque para asegurar las defensas de una socie- de la sociedad, no una masa amorfa, pa-
pueda ser seguridad de lo peor). Ha habido dad entumecida durante cuatro decenios, siva e inerte, sino una compleja forma de
cinco años (1976-80) que me han parecido que siguieron a una de las más atroces si- convivencia llena de energía y de posibili-
en lo sustancial admirables. Sin dejar de tuaciones de violencia de la historia de dades, capaz de realizar lo que los indivi-
ver sus errores y sus riesgos —y advirtién- cualquier país. No se entiende la realidad duos han inventado y propuesto, de opo-
dolos reiteradamente— me ha maravillado española si no se tiene en cuenta el largo nerse a lo que va contra sus aspiraciones
su increíble acierto global, que me ha tiempo de cicatrización que siguió a la gue- profundas y, naturalmente, de tomar las
hecho vivir en estado de esperanza espa- rra civil, con uso abusivo de anestésicos. riendas del poder público para que esté a
ñola. El hecho de que la mayor parte de Nuestra sociedad, desde 1976, ha hecho tí- su servicio y cumpla los grandes proyectos
midos ensayos de vivir a la intemperie, nacionales.
ese tiempo haya coincidido con mi radical
desesperanza personal da más valor a ese pero no lo suficiente para haber tomado Lo único que me preocupa de verdad es
temple, porque no ha sido que proyectase plenamente posesión de sí misma y resistir la inercia de gran parte de la sociedad es-
sobre la vida colectiva mi vida privada, sino a todo intento de disminuir su libertad. pañola, su tentación de ceder y abando-
al revés, que me veía obligado a distinguir- Pero este tiempo, naturalmente, no se ha narse, su resistencia a vivir desde sí
las escrupulosamente y reconocer en Es- acabado. Lo que no ha tenido tiempo de misma, lo cual quiere decir, claro, a la in-
paña algo que no podía encontrar dentro hacer hasta ahora, la sociedad española temperie. Hace más de veinte años, en un
puede hacerlo desde ahora. Basta con que ensayo destinado a explicar a los america-
de mí. nos cómo es el español, dije que se juega
esté alerta, se entere de lo que pasa, lo
Se trata simplemente de que los españo- apruebe, fomente y apoye cuando le pa- la vida fácilmente, pero rara vez se juega
les habíamos sido puestos en libertad, y algo menos que la vida. Y la vida es dema-
rezca bien, se resista cuando vaya contra siado importante para jugársela frivola-
durante un quinquenio hemos vivido sin la sus deseos y su voluntad, lo rechace
menor opresión, con una libertad ofrecida y mente (hay que reservarla para lo que real-
cuando ponga en peligro lo que fundamen- mente vale la pena), pero hay que jugarse
creciente, que podíamos usar sin temor al- talmente- quiere-, lo que le parecería- inacep-
guno. El decisivo acierto de haber llevado a algo todos los días si se quiere vivir con
table perder. La sociedad no es cada hom- decencia y, sobre todo, en libertad. Hay
cabo la liberalización de España antes de bre aislado. La intervención de los
proceder a su democratización hizo que la que arriesgar un puesto, ciertas facilidades
individuos me parece esencial, lo más im- económicas, la crítica, la aprobación de los
naciente democracia española estuviera ini- portante de todo —y bien sabe Dios cuánto
cialmente vivificada por un espíritu liberal, demás, tantas cosas, si se quiere uno mirar
la echo de menos, cómo me sorprende y al espejo —por lo menos, en esos minutos
condición de que la democracia sea fe- aflige el silencio de los que tienen el deber del afeitado, los que se afeitan— sin enro-
cunda y deseable. de manifestar su opinión en cuestiones gra- jecer. Y, claro está, hay que jugarse todo
Esta situación, que a mí me parecía vísimas, la complicidad de otros—. Siempre eso cotidianamente para no perderlo todo
llena de promesas, tropezó desde el princi- he creído que son los hombres y mujeres junto sin arriesgarlo, sin pena ni gloria.
pio con no poca hostilidad, porque la liber- individuales los que imaginan, inventan, Tengo entusiasmo por España, enten-
tad, si es efectiva, deja al hombre enfren- piensan, quieren, expresan. Pero la historia dida como una gran creación histórica mile-
tado con los problemas y, sobre todo, con no termina ahí, y cuando se pone en juego naria, de la que no queremos enterarnos, y
sus responsabilidades. Obliga a vivir a la la vida colectiva, manejada hoy por instru- esto es fácil de conseguir. Tengo bastante
intemperie. Los españoles no estaban mentos de incalculable poder nunca antes entusiasmo, con algunas atenuaciones, por
acostumbrados, y a muchos se les ha los españoles que actualmente la pueblan,
hecho cuesta arriba. No hay más que ver más interesantes que la mayoría de los
cómo unos y otros —demasiados— han hombres y mujeres de otros pueblos euro-
empezado a sentirse fatigados en la liber-
tad y se han apresurado a atenuarla de
C.ATALU N peos, y que han creado en este siglo bas-
tantes cosas que no cambiaría por las de
una u otra manera, en una u otra dirección, ningún otro país. Mi zozobra empieza
a dimitir de su independencia, a buscar al- cuando pienso en la falta de elasticidad de
guna tutela, de suerte que alguien piense y
decida por ellos.
1 7 i 4 la sociedad, en su apatía, en la insolidari-
dad dentro de sus grupos y de unos con
otros, en ese frecuente rencor contra la ex-
Lo malo es que el «descanso» que ello celencia que nos lleva a abandonar, olvidar
supone resulta pronto oneroso y molesto. o destruir a aquel a quien se admira, a re-
Eso que se piensa y decide, con frecuencia serva de honrarlo cuando muere o, mejor,
es «contra ellos», contra los mismos que lo Gran exposición cuando se cumple su centenario. Y esto
han deseado y procurado, o por lo menos en el Centro Cultural de la Villa de Madrid conduce a esa peligrosa situación que Or-
mina los supuestos generales de una forma Plaza de Colón tega llamó «la ausencia de los mejores».
de sociedad que no quisieran perder. Me Abierto de 11 a 13,30 y 17,30 a
asombra la frecuencia con la que los hom- (excepto lunes) Julián MARÍAS
ABC (Madrid) - 01/06/1983, Página 3
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