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DIARIO ILUS- DIARIO ILUS-

TRADO DE IN- T R A D O D E IN-


F O R M A C I O N F O R M A C I Ó N
GENERAL )8. W ^ , G E N E R A L *£ W
REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: PRADO DE SAN SEBASTIAN. SUSCRIPCIONES Y ANUNCIOS: VELAZQUEZ< 12. SEVILLA.

Las dificultades económicas, y, más cobijo de' esa cumbrecilla palestiniaria.


EL FONDO DEL ARCA aún, la falta de espacio, han volatilizado i Qué ámbito el que desde aquí se descu-

G
A D A día son más pequeñas las ca- todos los tesoros del fondo, del arca: vie- bre a la mirada codiciosa, que, más que
sas. Hace años que desaparecieron jos sombreros con plumas y largos alfile- mirar, contempla y navega deliciosamen-
los sótanos y las guardillas: es de- rones, bastones de caña de bambú, cam- te bajo este cielo incansable, traspasado
cir, las casas burguesas perdieron sus co- pilanes" y sables tremendos que el abuelo de luz! Toledo, contemplado desde la'al-
lonias. -Después empezó a mermarse. el trajo de Filipinas, cajas de todas clases, tura, acrecienta su gracia y su mistsrio y '
solar metropolitano. La_ cosa se inició con- cada una con su mínimo secreto, sedas nos descifra el secreto" de su arte y su
'una'especié de racionalización: los arqui-, antiguas, terciopelos' mustios, pieles sua- armonía,. Por un azar no quedó conver-
tectos decidieron hacer las casas "mejor", ves, que van descubriendo al niño el mun- tido en isla, defendida po: el río enig-
es decir, suprimiendo esas habitaciones do maravilloso del tacto; grabados que mático, "que es un agua mayor"—corno
"superfinas", a veces inexplicables, a las se fueron guardando año tras año, grue- se dice en el "Poema del mío Cid"—,
que había que buscar "á posteriori" fun- sos catálogos que hablan de todas las co- para vivir ¡ntemporalmente de su propia
ción y utilidad, en los viejos caserones sas estupendas que, por lo visto, hay en intimidad.
del siglo X I X ; las casas no tenían, ya él mundo; bicicletas, carabinas para ca- Los ojos no se sacian de Ver, y se posan
' más que las habitaciones necesarias, ca- zar elefantes y tigres,' escopetas con que agradecidos sobre esta sucesión de hermo-
da una con su papel preciso: comedor, puede abatirse una perdiz o un pato de suras sorprendidas. E l paisaje en torno,
. dormitorios-—ya sin gabinetes "a la ita- pesado vuelo, esquís,'* cañas-de pescar, duro y dulcificado, con sus caminillcs so-
liana"—, despacho, sala. U n paso más filé floretes de esgrima, trajes extraños, pipas, ñadores, con sus senderos perezosos, dete-
la combinación de funciones: en lugar de navajas de quince ^sos, tiendas de cam- nidos, que invitan a quedarse, setneja al
trsbajar n una pieza y dormir en otra, un paña, caneas para los ríos., Y retratos: paisaje ^asombrado . y nostálgico dé Tie-
en los gruesos cartones color sepia, la
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mueble equívoco,-qu , pretende ser diván- rra Santa. Que algo tiene este Toledo
joven abuela con miriñaque, deliciosa-
e

y lecho, sin ser, claro está, ninguna de las alucinado de tierra de promisión y rome-
dos cosas, permite realizar la fusión; y mente amanerada, el tío. que fué coman- ría, y algo, de hontanar no 'enturbiado
simultáneamente todas esas habitaciones dante carlista, con la.boina caída, y aquel de emociones y de sorpresas para el espí-
sé contraen, sus 'muros se aproximan, los otro que entró .en Bilbao con'los cristi- ritu. Todo el escenario absorto que desde
techos se acercan a los suelos; hay que nosf y .un señor imponente, con bigote, el Cigarral se abarca parece protegido por
empezar a hacer multiplicaciones para que nadie recuerda ya quién es, y a quien un fanal invisible, que recoge y potencia
calcular lqjj metros cúbicos de aire; y los se suele emparejar con. una dama muy los sonidos claros, el aire limpio, la luz
optimistas se consuelan pensando q u es- atractiva—más dentro que fuera—, crean- acendrada y vehemente, el ánima de To-
do para ambos una última e inesperada
e

tas casas son fáciles de caldear. Pero la ledo, "gloria de, España—como le llama,
historia no termina aquí: en los últimos aventura postuma. con énfasis Cervantes—y luz de las ciu-
cinco, o seis años empieza a invadirnos Esa era la realidad de la familia. Ese dades, en cuyos senos han estado guarda- .
esa nueva realidad, a la, que nadie se atre- poso de las generaciones .hacía sensible das . por infinitos siglos las reliquias de 1

ve ya a llamar "casa" ni "piso": los al niño la sustancia familiar. Y , a i a vez, los valientes godds, para volver?a resu-
"apartamentos", de cuyas probables con- era un repertorio d posibilidades: para citar su muerta gloria y ser claro espejo
y depósito d católicas ceremonias".
e
secuencias habrá que hablar algún día. jugar, para distraerse, para disfrazarse, c

Porque nada es indiferente, y las trans- para realizar cualquier proyecto! Cuando Todo contribuye aquí a la fasoinación
formaciones más humildes y materiales de hacía falta algo, la primera instancia no de los sentidos, al goce de esta paz res-
la vida cotidiana'repercuten en su sus- era lá tienda donde sé compra, sino el tituida. L a primavera adolescente se ha
tancia misma. Hoy sólo quiero tocar el baúl, llenó de promesas, donde se.busca, detenido gozosa entre las. ramas tiernas
más trivial y hasta pueril de los efectos «e bucea, se pesca; .el baúl o él armario, de los almendros madrugados, y anda en-
de esa progresiva disminución del espacio que eran el>reino de la sorpresa; casi tretenida en reconocer las florecillas azu-
: vital doméstico. E n las casas actuales nunca se encontraba lo que se quería, pero les de, los romerales y en distinguir ios
apenas hay sitio; los muebles, brevísimos, siempre otras cosas—como en la v i d a - verdes sinfónicos de los olivos, de los ci-
entran con dificultad; las criadas sirven Temo que la cosa no tenga remedio; y preses, de los. albaricoques. Es una deli-
Ja rnesa evitando los picos de las sillas que los niños de hoy empiecen su vida cia recibir el aliento de este aire tímido
como las astas de un toro, y es menester "ligeros d equipaje", sin ese perfunfé,
e —flor y luz—que 'tiene una- pureza des-
recurrir a la geometría superior para po- sin esa esencia de una forma histórica de acostumbrada y nos trae la verde anun-
der colocar mediai docena de invitados. vida familiar que ha sido la nuestra y que ciación de la primavera.
No hay lugar, por supuesto, para los rriue- se desprendía del fondo del arca cada vez • Este de los Dolores, con s u reliquias
s

bles más,importantes del pasado inmedia- que la revolvíamos ilusionados. mozárabes, es hoy el Cigarral más ilus-
to: las grandes arcas, los cofres, los baú- tre, el más poblado de serenidad, con su
les mundos, las cómodas, los altos, pro- Julián MARÍAS aire renaciente y acogedor. ¡Cuántos re-
fundos armarios de tablas casi innacce- cuerdos congregados! L a capilla recoleta
sibles y misteriosos cajones. Estos mue- luce,como una joya el altar "mozárabe de
bles, los menos usados, los menos actua-
les, eran los decisivos. Significaban, ni
P R I M A V E R A . Cisnerós: allí está la mesa de piedra la-
brada con primor, que fué de don Alvaro
más ni menos, él pretérito, la acumula- EN EL C I G A R R A L de-Luna; en este patinillo se representó '
ción, la reserva. Eran tos muebles predi. j por vez primera " E l vergonzoso en Pa-
' lectos dé, los niños, llenos para ellos de
prestigio y tle posibilidades; y la$ casas
--^no nos engañemos—son, ante todo, pa- E L Cigarral de los Dolores tiene, un lacio". En, esl,a vecindad pacífica escribió
aire recogido de ermita campesina, el padre Mariana parte de su "Historia",
y algo, acaso, de alcor soleado, de y "Tirso de Molina" " E l convidado dé
ra los niños, aporque son. su mundo casi colmena hacendosa. Pero ese esquilonci- piedra". Y a l beneficio de esta paz y de
único, y los adultos tenemos el nuestro. to monacal, que. convoca a la congrega- est silencio se acogieron Cervantes y
(Una de las cosas más problemáticas, y, ción ai diálogo y al saboreo del platicar
e

Garcilascu
a mi juicio, más peligrosas, es el "cuarto amistoso,'está denunciando que el Ciga-
de los niños". ¿Cómo serán, en su día, los rral de los Dolores fué un día convento E l Cigarral de los Dolores, que .atesora
hombres que entre los dos y los seis años o cenobio, _propicio al gocé'de la paz, y de tantos recuerdos, acrecienta su prestigio
no han reptado* por las alfombras; no la meditación.' Aquellos clérigos menores con esa biblioteca/que tiene aire de ceTda
han explorado esos países que hay de- 4
lo erigieron para. el retiro ascético, para conventual, en la que se ha elaborado, ca-
bajo de los sofás y las mesas, nó sé han el merecido descanso; pero quien escogió •si íntegra la obra vasta y densa del doctor
estremecido al entrar en los oscuros cuar- el lugar y la quietud, como buen enamo- Marañen,'y se ha madurado d serenidad, e

tos de baúles y armarios, no han violado rado de la ciudad y. del paisaje, supo ha- de equilibrio, de honda emocipn humana.
el recinto levemente vedado^ del despacho cer del'conventillo un remanso de paz, y, Ahora sé explica la influencia," el señorío,
paterno? ¿Les, habrá bastado, como sola a la vez, un mirador para sorprender her- la nativa elegancia de la obra del doctor
posibilidad mundana, una habitación—¡in- mosuras y para que el espíritu se diese Márañón, que cada mañana • se • levanta
ABC SEVILLAfantil!—con
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20/04/1951,esmaltados
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P.; Félix GARATA
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