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Propuesta argumentativa
Tema:
“Habilidades gerenciales interpersonales (blandas) necesarios para enfrentarse a los
cambios organizacionales que trajo la pandemia, especialmente con el uso de la tecnología
y el teletrabajo”
Facilitadora:
Karla Madrigal Bravo
Alumna:
Jacqueline Muñoz Sandi
I Cuatrimestre, 2022
Fecha: 20/03/2022
Introducción
Todas las organizaciones enfrentan retos internos y externos y para sobrevivir, deben
hacer frente a ellos con niveles cada vez más altos de productividad y mejorar su presencia
en el entorno (mercado). La meta es volverse más consistentes, más abiertas, menos
burocráticas y más flexibles. El propósito es volverse cada vez más productivas y más
capaces de responder a sus usuarios (los clientes) y a los competidores.
Vivimos tiempos nuevos en los que el cambio y la competitividad son desafíos cruciales
que tenemos que afrontar y solucionar con celeridad de acuerdo a la nueva dinámica de los
negocios y la competencia.
Para mantener una ventaja en la competitiva en dicho entorno, se tendrá que invertir en
la formación de la Gerencia, a fin de poder afrontar los cambios que ayudaran a la
organización.
Se deben implementar desde la gerencia nuevas prácticas que permitan una nueva
cultura para el desarrollo de herramientas y tecnologías, existen referentes de prosperas
industrias que no emplean niveles jerárquicos convencionales, logrando resultados y
posicionamiento en cortas líneas de tiempo. Complementando esta iniciativa de nueva
cultura, la gerencia debe tener la habilidad de actualizar los niveles jerárquicos de la
organización para buscar ambientes propicios 7 que permitan tener nuevas oportunidades
de productividad, logrando alcanzar metas en una forma dinámica y acorde a las exigencias
de los mercados actuales.
Este concepto del desarrollo tecnológico repercute directamente en las habilidades que
un gerente debe tener, al encontrarse frente a nuevos conceptos y dimensiones, que influyen
en los ámbitos humano, económico y social. La visualización y comprensión de cómo la
tecnología impacta la organización, debe iniciar con un enfoque multidisciplinario para
poder identificar cual o cuales desarrollos tecnológicos se requieren para poder mejorar el
interior de la empresa y su entorno. Surge entonces la habilidad para administrar este
desarrollo tecnológico dentro de la organización o empresa, como implementarlo y lograr
los resultados deseados. La gerencia debe tener la capacidad de involucrar en su quehacer
dos elementos básicos de este concepto; la investigación y el desarrollo, para que el papel
de su gestión se dirija hacia la competitividad y genere oportunidad de innovación. Esta
habilidad de innovar permite a la gerencia influir, mejorar o transformar varias áreas, en los
productos y procesos, en general en la organización.
Se requiere de una capacidad para mantener una interacción constante con los
desarrollos tecnológicos actuales para propiciar canales de transferencia e interacción de
nuevos conocimientos en el área de producción y organización de la empresa. Surge la
necesidad de que la gerencia prepare y capacite a su equipo de trabajo para realizar un
excelente uso de los avances de la ciencia y la tecnología. Estos procesos generan la
oportunidad de incentivar otra habilidad que no solo debe estar en la gerencia sino debe
desarrollarse en los equipos de trabajo y es la creatividad. La capacidad de crear o adaptar
nuevos conocimientos en el contexto y entorno de la empresa se hace más efectivo con la
capacidad creativa desarrollada para poder reinventar o mantener un ambiente creativo
donde se busque un mejoramiento continuo. Existe una estrecha relación entre la
creatividad y la innovación, estas dos habilidades brindan la oportunidad de generar
referentes de cambios, que deben originarse desde la gerencia para que los equipos de
trabajos y el resto de la organización identifiquen este nuevo patrón.
Es indispensable mantener actualizados los softwares base para los procesos de mejora
continua a nivel interno de la organización u empresa, paralelamente se establece la
necesidad de implementar un sistema de evaluación y análisis de los riesgos o amenazas
que se encuentran en el entorno. No solo se debe mantener una observación interna
constante, se debe tener la capacidad de análisis del entorno. Se debe generar una constante
actualización a esta evaluación y análisis de datos, con el objetivo de ser muy acertado y
tener la ventaja sobre el sector al tener la información verídica y tomar oportunas
decisiones.
Las empresas venían operando con el manual heredado de principios del siglo XX,
cuando junto con la cadena de producción se inventó que el control era fundamental en la
gestión administrativa.
Trabajar por objetivos ya había sido planteado, pero las empresas de distintas industrias
se adherían al esquema tradicional porque los altos ejecutivos se basan en modelos
piramidales y pensaban que sus unidades eran su guetto.
El teletrabajo hizo obsoletos y sin sentido el control (donde alguien se fija si una persona
está en su puesto y luego pasa por detrás para revisar lo que está haciendo), de trabajar por
horario (contando los minutos hasta del café) y la rigidez.
Actualmente la supervisión, la gestión por objetivos y la flexibilidad se imponen. Las
reuniones de equipo se concentran en aprovechar el tiempo en las propuestas de mejora, la
creatividad y la innovación, que en pensar quién llegó y quién no.
Otro cambio es pasar de creer que el líder debe motivar a sus colaboradores a la
automotivación, donde los propósitos de la empresa y de ellos deben coincidir para que
desplieguen sus talentos y su potencial.
Las pequeñas empresas con más años e incluso muchas de las que surgen en sectores
tradicionales están viviendo un choque entre su estructura mental, muy ligada a las formas
de organización y estructuras del siglo XX, y la nueva realidad.
Si tenían resistencia a la venta en línea, la pandemia y la crisis las obligó a dar el salto a
través de la diversidad de canales: redes sociales, apps propias, modalidades de pago
(código QR, transferencias electrónicas y tarjetas), servicios express y delivery,
marketplace y tiendas en línea.
Incluso en algunos casos, por alguna situación de salud del emprendedor o de su familia,
debieron aprender a delegar y a realizar la gestión del negocio de forma remota.
Lo mismo pasa con el bienestar de los colaboradores, donde se empieza a ver que si las
empresas tienen una genuina preocupación por la salud y el ánimo de su personal hay un
impacto en la reputación de la marca, en la experiencia del cliente y en los resultados
financieros.
Las pequeñas empresas, más que las grandes y debido a las limitaciones de recursos que
padecen, deben realizar una mayor apuesta a la fidelidad, a la creatividad, al desarrollo de
las competencias, capacidades y habilidades de sus colaboradores.
Su ventaja es que son más flexibles que las grandes empresas para adaptarse y repensar
el cambio que deben realizar y cómo adaptar la tecnología, incluyendo soluciones de
inteligencia artificial y de robótica cuyos costos (debido a la disponibilidad mediante
servicios en Internet) están cada vez más a su alcance.
Por otra parte, en teletrabajo el líder, debe estar capacitado para utilizar las TIC, junto
con el manejo de programas de automatización de oficinas que estén conectadas 18 y
dispongan de dispositivos de comunicación entre sí, además tener dominio de un segundo
idioma. También debe establecer trabajos con el personal tanto sincrónicos como
asincrónicos, administrando el tiempo de la Internet de una manera eficiente y eficaz.
Dentro de las competencias que requiere un líder según Domínguez (2020) se pueden tener
en cuenta las siguientes: pensamiento crítico, operativas, gestión de recursos, de tiempo,
sociales, lectura y escritura, comunicativas, disciplina, compromiso y capacitación,
responsabilidad, creatividad, cumplimiento del deber y pertinencia.
Para Domínguez (2020) un buen líder requiere al menos siete habilidades: ser eficiente,
autónomo, orientarse por resultados y metas puntuales, recursivo, gestionar su tiempo,
aplicar las tecnologías de la información y la comunicación, saber trabajar en equipo y
adaptarse al cambio. Para ello es conveniente recurrir a la base de conocimiento existente
sobre equipos de trabajo virtual para gestionar de forma conveniente a los empleados
remotos. Convertir el trabajo presencial de una organización en uno virtual o en una mezcla
de ambos conlleva una serie de retos tanto para el tele trabajador como para el líder de
equipo virtual y la organización misma. El teletrabajo y el trabajo móvil con las tecnologías
de la información y comunicación son una tendencia al alza en el mundo, principalmente
para fomentar un mayor equilibrio entre la vida personal y la laboral. Domínguez (2020).
Conclusión