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Constituciones codificadas o escritas

El autor nos dice…


Raúl Contreras Bustamante

Refiere que “cuando una Constitución se condensa y expresa por escrito, mediante normas
sistematizadas, precisas y solemnemente promulgadas, se estará dentro de este género”
(2014:50).

Una de las principales ventajas que ofrecen las constituciones escritas es que los derechos y
garantías en ellas plasmados a través de la escritura, maximizan el principio de legalidad,
que impide a las autoridades actuar a su arbitrio y sólo les permite realizar lo que está
plasmado en la ley (regla que en nuestra Constitución está plasmada en el artículo 14
(párrafo segundo) y 16 (párrafo primero).

Por ello, los Estados que se consideren democráticos deben tener una Constitución escrita
para que no exista duda de los derechos que reconocen a sus gobernados.

Otro aspecto importante de las constituciones codificadas es que, en caso de que las normas
que de ella deriven (secundarias) no reconozcan derechos o garantías en aquélla dispuestas,
tendrá prevalencia lo plasmado en la Constitución del país que se trate.

Lo anterior, sin soslayar los novedosos principios que trascienden fronteras de países que
forman parte de una comunidad internacional y, por lo tanto, se someten y atiendes
disposiciones de ordenamientos internacionales también llamados supranacionales.

Constituciones dispersas o no escritas

Las constituciones dispersas son aquellas que no tienen todas sus normas codificadas en
un solo documento.

Los países que las tienen se rigen por disposiciones emanadas principalmente de la
costumbre, así como de leyes, reglamentos, decretos, tratados y de la propia experiencia
social y judicial, a través de los tiempos.

Los Estados con constituciones dispersas también han sido llamados como de “Derecho
Consuetudinario”.

Según su reformabilidad

La reformabilidad es un aspecto que atiende a la posibilidad de que las constituciones se


modifiquen para adecuarse a la realidad imperante en un país que va cambiando. Así,
tenemos que se pueden clasificar en rígidas y flexibles.
En ambos casos, existen procedimientos de modificación, pues de no hacerse por esas
vías, estaríamos en presencia del “quebrantamiento” de la Constitución a que se refiere Carl
Schmitt.

Rígidas

Las constituciones rígidas son aquellas que requieren un método especial para su
modificación. Es decir, no se puede modificar a través del procedimiento legislativo
ordinario. La mayor parte de los países tienen este tipo de constituciones.

EJEMPLO: Tal es el caso de México, en el que se requiere un procedimiento especial en el


que participa el Poder Legislativo no sólo a nivel federal sino también de los Estados, pues
la mayoría de éstos deberán aprobar cualquier modificación. Lo anterior tiene sustento en el
artículo 135 constitucional.

Flexibles

En cambio, las flexibles son las que pueden modificarse conforme al procedimiento
legislativo ordinario sin diferenciarse de la ley ordinaria, es decir, no se requiere ningún
órgano especial , sino del legislativo común para que pueda ser modificada. Se caracteriza
porque viene de la misma fuente de las leyes ordinarias, y, por consiguiente, puede ser
anulada u reformada por el mismo órgano y de la misma manera que dichas leyes
(Contreras Bustamante: 2014: 53).

EJEMPLO: En este supuesto encontramos a la Constitución Británica que mantiene los


principios desde la Carta Magna de 1215 hasta nuestros días, debido a usos y costumbres
formados lentamente y sin fecha precisa de gestación (Contreras, 2014: 54).

Que una Constitución sea rígida o flexible para modificarse no significa que tenga más o
menos modificaciones.

El claro ejemplo se puede ver en los dos países mencionados anteriormente: México, con
un procedimiento rígido para modificar su Constitución, tiene alrededor de setecientas
modificaciones desde su promulgación en 1917.

Sólo el artículo 73, relativo a las facultades del Congreso, hasta enero de 2018, llevaba 77
reformas.

En cambio, la constitución inglesa, con un procedimiento flexible para su modificación ha


tenido mínimas modificaciones, y continúa utilizando normativa tan antigua como la Carta
Magna.

Según su origen
Esta clasificación atiende a las causas o motivos que dieron origen a la Constitución, lo
cual dependerá del proceso histórico y social de cada país.

Los principales autores las clasifican en otorgadas, impuestas y pactadas, algunos otros
hacen referencia a otras clasificaciones, una de ellas y que se abordará en este tema, es la de
voluntad de soberanía popular.

Clasificación según su origen:

-Otorgadas: Este tipo de constituciones tienen su origen en una “concesión” del


gobernante en turno hacia su pueblo. Generalmente derivan de necesidades o reclamos
sociales para que se reconozcan derechos mínimos de los gobernados. En estas
concesiones, quien detenta el poder político se da a sí mismo reglas en contrapeso con otros
poderes, principalmente el legislativo.

-Impuestas: Contrario a las otorgadas, las constituciones impuestas son las que el propio
pueblo establece y obliga a cumplir a quien detenta el poder político. Generalmente
surgen frente al abuso de poder de gobernantes frente a gobernados.

Por ejemplo...
Raúl Contreras Bustamante

Señala Contreras Bustamante que la Constitución de Cádiz de 1812, creada por los
españoles en defensa de la invasión napoleónica; cuando restituyó el poder a Fernando VII,
éste la derogó, viéndose obligado años después a restituirla.

-Pactadas: Como su nombre lo dice, estas constituciones se pactan o acuerdan entre


gobierno y pueblo representado por diversos grupos sociales que tienen cierta claridad
respecto a los derechos y garantías que deben plasmarse en el documento fundamental de
un país.

-Por su voluntad de soberanía popular: Atendiendo a su literalidad, son resultado de un


acto de soberanía del pueblo y la fuente de poder es el pueblo mismo que ejerce su
soberanía a través del voto.

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