Está en la página 1de 5

Universidad Anáhuac México Norte

Facultad de Turismo y Gastronomía

Cultura Gastronómica de México

Eduardo Emmanuel Bazán Martínez

ID: 00416511

Ciudad de México
15 de abril de 2021
Explicar el surgimiento de lo que hoy conocemos como la Gastronomía Nacional, es un
fenómeno que podríamos encontrar un tanto complejo y sencillo al mismo tiempo y es
que para mí, la Gastronomía Mexicana es como la mismísima Historia de México,
convulsa y al igual que nosotros una mezcla de culturas tan diversas y con
pensamientos y técnicas tan diferentes que la enriquecen y complementan.

Así, de esta manera podemos comenzar con lo que serían los recetarios nacionales, y es
que como nos explican en las lecturas y también tomando un poco de lo visto en clase,
uno podría empezar pensando que la Gastronomía Nacional siempre ha existido como
un elemento de unidad, primero en la Nueva España, que fue donde durante 300 años
elementos de la cocina prehispánica se integraron con técnicas traídas por los
españoles, que a su vez adquirieron de cocinas como la árabe. Sin embargo, lo anterior
no es del todo cierto, porque las evidencias demuestran que no hubo recetarios
impresos hasta comienzos del México independiente, y que según la lectura Narrativas
deleitosas de la nación. Los primeros libros de cocina en México (1830-1890), y cito: “En
México, la publicación de los primeros recetarios data de 1831 e inaugura un nuevo
género editorial en América Latina.”, este recetario, escrito por Mario Galván y titulado
El cocinero mexicano, fue uno de los primeros en su tipo, y es aquí donde yo me pongo
a pensar que la fecha de publicación no es una mera coincidencia, México venía de un
período de 10 años de la guerra de Independencia y luego de unos años del Primer
Imperio Mexicano, el nuevo régimen republicano por supuesto necesitaba elementos
de unión, algo que de alguna manera nos identificara y de esta manera sentir una
especie de orgullo nacional.

No obstante, más allá de eso, creo que no logró consolidar una unidad nacional, pero sí
se consiguió una unidad gastronómica y una identidad culinaria, porque cuando
pensamos en la cocina mexicana, inmediatamente se nos viene a la mente que contiene
chile, es abundante y sobre todo, que el eje fundamental es el maíz, además de una
manera de distinguir los ingredientes muy a la “mexicana”, cosa de la que nos habla la
misma lectura: “Observamos un interés de los primeros recetarios mexicanos por
establecer un sistema de homologación del vocabulario culinario mexicano. La autora del
Nuevo y sencillo arte de cocina incluye en su recetario las equivalencias de los diferentes
nombres que se emplean en el país para identificar los ingredientes.”, y claro, por ejemplo,
hablando del chile, hay una inmensa variedad de chiles y reciben su nombre de acuerdo
a la región o al grado de maduración del chile, entonces es aquí donde empezamos a
unificar todos los aspectos gastronómicos.

Entre tanto, podemos abarcar un poco más el tema de los recetarios y los alimentos
icónicos, y profundizar en ellos, con lo que para ello comenzaré a citar a Alberto Peralta
de Legarreta, que en la lectura De Chiles en nogada, mitos e historiadores aguafiestas
escribió “Ninguna gastronomía social existiría o se mantendría incólume sin beber de
las sagradas fuentes de lo mítico”. Y que con tanta razón escribe, y tomando como
ejemplo algo mítico y no precisamente mexicano, nos puede servir como un punto de
partida, ¿Por qué el hombre tiene la necesidad de dar ese efecto místico y legendario a
los alimentos?, pienso yo que es por su sabor y por lo que representan, para los antiguos
griegos, por ejemplo, ¿Qué hubiera sido de ellos si Dionisio no los hubiera librado de
sus preocupaciones diarias con el vino?, ciertamente una bebida tan espléndida a mi
parecer, no podría tener un origen tan acorde como el divino. Y la concurrencia de este
fenómeno en todos los sitios es muestra no solo de una unión social, sino, de algo más
grande a nivel universal, algo que une a la humanidad como hermanos y que nos hace
partícipes de las delicias de la vida.

Ahora bien, pienso que también la Gastronomía Nacional está envuelta en un halo de
misticismo y de grandeza dependiendo de tu visión del mundo, porque podemos creer
que los chiles en nogada, que supuestamente fueron servidos a Agustín de Iturbide y
que son un platillo patrio, son magníficos por el hecho de haber sido supuestamente
elaborados en un contexto de júbilo independentista y sobre todo a esa figura de
libertador y que, con razón, en la misma lectura leemos:

“Son el producto del empeño de dos cocineros de la tercera década del siglo XX por ver
publicados sus recetarios, pero sobre todo de la imaginación de un conocido cronista
con ganas de ser historiador al que le ganaban siempre la ficción y el frenesí por lo
pintoresco.”
Por lo que se desmitifica la historia nacional de que alguna vez fueron el alimento del
emperador, aunque también vemos que la cocina prehispánica está llena de sabor y
tradición o que nuestra ascendencia española nos vino a traer nuevas técnicas y es
maravillosa porque con las especias se vino a establecer una cocina nueva. Y la realidad
es que todo lo anterior, ya sea cierto o falso, como mexicanos nos alegra y nos llena de
orgullo, porque el hecho de que tengamos estos pensamientos nos brinda de alguna
manera felicidad y sentimientos únicos, lo cual en sí mismo es el objetivo de los platillos
de ese tipo.
Bibliografía

 de Legarreta, P. A., De Chiles en nogada, mitos e historiadores aguafiestas.


Facultad de Turismo y Gastronomía, Universidad Anáhuac México.
 Bak-Geller Corona, Sarah. (2013). Narrativas deleitosas de la nación: Los primeros
libros de cocina en México (1830-1890). Desacatos, (43), 31-44. Recuperado en 14
de abril de 2021, de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1607-
050X2013000300003&lng=es&tlng=es

 Puebla, J. F. (s. f.). La importancia del vino en la Grecia clásica antigua.

Vinorama. http://vinorama.es/magazine/la-importancia-del-vino-en-la-grecia-

cl%C3%A1sica-antigua

También podría gustarte