Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
clubes sociales que comenzaron a instalarse en la provincia hacia fines del siglo XIX y
comienzos del XX.
El Arte de Cocinar presenta también otras peculiaridades que revelan cuán
laboriosa era la preparación de comidas durante la década de 1920. En efecto, algunas
recetas explican cómo deben alimentarse las aves de corral para conseguir los sabores
especiales que cada plato requiere. Se describe cómo deben ser sacrificados estos
animales y los pasos preliminares para introducirlos en el magma de la cacerola. Las
recomendaciones no sólo evocan costumbres que pertenecen al pasado, sino que su
lectura nos aporta información sobre la dinámica de los hogares tucumanos. A juzgar
por las indicaciones de las recetas, la mayoría de las casas tenían todavía huertos y
gallineros, espacios que constituían vestigios de la antigua función de la casa familiar,
no sólo como reproductora y consumidora, sino también productora de alimentos.
Un comentario especial merece la sección destinada a dulces y repostería,
fundamentalmente de inspiración criolla. Es sabido que las crónicas de los viajeros
europeos registraban como hecho curioso la predisposición de los argentinos a los
manjares azucarados. En este rubro, la provincia ostentaba una profusa tradición en la
confección de chancacas, pasteles, alfeñiques que se remontaba a la fase artesanal y
manufacturera de la actividad azucarera, entre 1830 y 1880. En este ramo, el libro
incluye una amplia variedad de recetas: alfajores, pastelitos, postres tradicionales en
base a huevo y una gran cantidad de dulces de distinto tipo. En la mayoría de ellas se
aconseja comprar el azúcar refinada “de Tucumán”. Recomendación que esboza una
suerte de afirmación regionalista centrada en la actividad azucarera y en el interés por
difundir costumbres culinarias de la región, especialmente recetas de manjares
azucarados.
Merece destacarse que un libro como este, es necesariamente una obra colectiva.
En su elaboración participaron un grupo de señoras y señoritas pertenecientes a la
Congregación de Hijas de María y de Santa Filomena de Tucumán, institución
destinada a recaudar fondos para el funcionamiento de la Iglesia Matriz. La tercera
edición esta dedicada a Ernesto Padilla, gobernador de Tucumán entre 1913 y 1917,
quien manifestó una especial preocupación por la revitalización de las industrias
domésticas femeninas. Este imperativo se enmarcaba en una corriente de pensamiento
destinada a convertir a las mujeres en administradoras ahorrativas y eficientes del hogar.
Bajo esta consigna, se registró a comienzos de siglo XX una explosión de “textos de
economía doméstica” orientados a complementar la enseñanza de esa materia en las
4
escuelas de mujeres1. El libro comparte tales preocupaciones, pero además rescata otro
aspecto primordial de la alimentación: la comida no sólo es fuente de salud, sino
también de placer. Esta nueva dimensión está inevitablemente relacionada con el
desarrollo económico y social de ciertos grupos sociales y con la estilización de las
costumbres culinarias.
En ese sentido, esta nueva edición de El Arte de Cocinar que publica la Editorial
de la Universidad Nacional de Tucumán (EDUNT) propone varias claves para su
lectura. Se puede rescatar el valor histórico y antropológico que trasuntan sus recetas,
se puede advertir las prácticas sociales derivadas de la elaboración de los platos criollos,
los cambios operados en la sociedad tucumana a través de la mutación de los patrones
de alimentación, pero sobre todo, a pesar del tiempo transcurrido, se lo puede seguir
utilizando como libro de consulta en la cocina. Estas múltiples funciones le confieren a
la obra un “sabor” especial, en tanto es capaz de transmitir el “clima de su época”, sin
perder su propósito primordial, que consistía en guiar a los lectores en el apasionante
universo de la gastronomía criolla.
1
La historiadora Marcela Nari demuestra que a comienzos de siglo XX, políticos e intelectuales
argentinos como Alejandro Bunge, consideraban imprescindible la enseñanza de estos tópicos destinados
a dotar a las mujeres de “sentido económico”, especialmente en el orden doméstico (Nari, M., Políticas
de maternidad y maternalismo político, Editorial Biblos, Buenos Aires, 2004, p. 74).