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INTRODUCCIÓN
La fermentación alcohólica es un proceso biológico de fermentación en plena ausencia de aire
(oxígeno - O2), originado por la actividad de algunos microorganismos que procesan los hidratos
de carbono (por regla general azúcares: como por ejemplo la glucosa, la fructosa, la sacarosa, el
almidón, etc.) para obtener como productos finales: un alcohol en forma de etanol (cuya fórmula
química es: CH3-CH2-OH), dióxido de carbono (CO2) en forma de gas y unas moléculas de ATP
(Adenosín trifosfato) que consumen los propios microorganismos en su metabolismo celular
energético anaeróbico. El etanol resultante se emplea en la elaboración de algunas bebidas
alcohólicas, tales como el vino, la cerveza, la sidra, el cava, etc. Aunque en la actualidad se
empieza a sintetizar también etanol mediante la fermentación a nivel industrial a gran escala para
ser empleado como biocombustible.
La fermentación alcohólica tiene como finalidad biológica proporcionar energía anaeróbica a los
microorganismos unicelulares (levaduras) en ausencia de oxígeno a partir de la glucosa. En el
proceso las levaduras obtienen energía disociando las moléculas de glucosa y generan como
desechos alcohol y dióxido de carbono CO2. Las levaduras y bacterias causantes de este fenómeno
son microorganismos muy habituales en las frutas y cereales y contribuyen en gran medida al
sabor de los productos fermentados. Una de las principales características de estos
microorganismos es que viven en ambientes completamente carentes de oxígeno (O2), máxime
durante la reacción química, por esta razón se dice que la fermentación alcohólica es un proceso
anaeróbico.
LEVADURAS VÍNICAS
Desde la antigüedad diferentes culturas y civilizaciones de todo el mundo han usado sin saberlo
levaduras. Lo hicieron fermentando de forma natural sus panes y bebidas alcohólicas, por lo que
se pensaba que era algo misterioso y mágico. Esta idea comenzó a cambiar gracias a la ciencia
con la intervención de Louis Pasteur, quién a mediados del siglo XIX probó que la fermentación
alcohólica era hecha por levaduras y no por un catalizador químico que era lo que se había
pensado hasta entonces. El trabajo de la levadura en este proceso es consumir azúcares para
producir dos productos importantes: CO2, que es dióxido de carbono, y etanol. Además de esto,
produce otros productos químicos en pequeñas cantidades, que es lo que le da a las diferentes
bebidas sus diferentes sabores tan peculiares dependiendo de la levadura usada.
Tradicionalmente, la producción de vinos se ha realizado a partir de fermentaciones de los mostos,
llevadas a cabo por cepas de levaduras endémicas residentes en las superficies de las uvas y de
los equipos de las bodegas, aunque se ha demostrado también que viven en asociación con la vid,
hallándose usualmente sobre la corteza, las hojas, las flores y en la pruina de la baya. Y que su
crecimiento sobre la superficie de las bayas está determinado por diversos factores ambientales,
como la temperatura y la humedad, así como por el grado de madurez y el estado de salud. La
fermentación con estas levaduras endémicas se llama fermentación espontánea y son de gran
importancia ya que con ellas consiguen características organolépticas típicas de la zona, que no
estarían presentes si se utilizara un inóculo de cepas foráneas. Sin embargo la calidad del producto
puede ser muy variable .
La actividad metabólica de los diferentes géneros y especies de levaduras presentes en la
superficie de las uvas en el viñedo, y capaces de resistir las condiciones de vinificación,
influencian la calidad sensorial del vino obtenido.
En la tabla siguiente se muestran con más detalle cuáles son las levaduras relacionadas a la uva
y el vino.
Se ha comprobado que estas especies fermentativas están asociadas con el área de la bodega y
que son incorporadas dentro del mosto durante el tratamiento mecánico de la uva y el proceso de
fermentación. La acción secuencial de estos diferentes géneros y especies de levadura,
contribuyen al aroma y sabor de los vinos, determinando la calidad de estos. El aroma y el sabor
están dados por los compuestos volátiles formados durante la fermentación incluyendo alcoholes,
ésteres, ácidos orgánicos, fenoles, tioles, monoterpenos y norisoprenoides. Entre los compuestos
volátiles derivados del metabolismo de la levadura se encuentran los ésteres, alcoholes y acetatos,
que en diferentes combinaciones afectan la calidad del vino .
Estudios en los que se han investigado cultivos iniciadores y levaduras nativas han demostrado
que existen diferencias significativas en la composición química de los vinos resultantes. Las
levaduras del mosto de uva en el inicio de la fermentación del vino se pueden dividir a grandes
rasgos en dos grupos, es decir, las levaduras Saccharomyces cerevisiae y las levaduras
noSaccharomyces. Las levaduras de Saccharomyces se derivan principalmente de los equipos de
bodega y en muy bajo número en la uva. Las levaduras no-Saccharomyces, se encuentra
predominantemente en las uvas, pero también en menor número en el equipo de bodega. Por lo
que en la trituración de la uva, y las condiciones ambientales específicas en el mosto, es decir, la
presión osmótica alta, la presencia de SO2, la temperatura y la higiene bodega, todos juegan un
papel en la determinación de las especies que pueden sobrevivir y crecer en el mosto.
Saccharomyces cerevisiae La levadura Saccharomyces cerevisiae es un hongo ascomiceto que
ha sido ampliamente estudiado dada su importancia en la industria panadera y vitivinícola, así
como por su capacidad de producir etanol. Filogenéticamente de las cepas de Saccharomyces
cerevisiae se ha encontrado que la especie en su conjunto consta de dos poblaciones, domésticos
y salvaje. Algunas características de esta levadura que forman parte de su adaptación son el hecho
de que pueda metabolizar la glucosa y la fructosa tanto por vía respiratoria como por vía
fermentativa, y de crecer en condiciones aerobias o anaerobias. Siendo la fórmula simple de
fermentación la siguiente:
No- Saccharomyces
Las levaduras no- Saccharomyces en la producción de vino se han considerado principalmente
como organismos de descomposición. Los metabolitos de descomposición más importantes
producidos por estas levaduras son el ácido acético, acetaldehído, acetoína y acetato de etilo,
junto con malos olores, tales como el vinilo y etilfenoles, que están relacionados con el desarrollo
de Brettanomyces / Dekkera spp . Afirmando además, que murieron durante las etapas iniciales
de la fermentación debido a la toxicidad de la concentración de alcohol al aumentar el
metabolismo de Saccharomyces. Aunque se ha demostrado que algunas sobreviven durante la
fermentación, y que además los metabolitos formados por algunas especies no- Saccharomyces
pueden contribuir a la calidad del vino, por ejemplo la producción de glicerol por Candida stellata
y la producción de éster por Candida pulcherrima que, en algunos vinos pueden tener una
influencia positiva en la calidad del vino. Otras especies, tales como Kloeckera apiculata, se
asocian con la producción de ácido acético que puede ser perjudicial para la calidad del vino.
Algunas especies no-Saccharomyces también poseen actividad ß-Glucosidasa que pueden
hidrolizar los precursores del aroma. Por lo que la actividad inicial de las levaduras no-
Saccharomyces en el mosto de fermentación se considera importante para el perfil final de
compuestos aromáticos de los vinos, debido a que estas levaduras son responsables de diferentes
reacciones enzimáticas en el desarrollo de una amplia gama de los productos finales volátiles y
no volátiles. La producción de exo y endonucleasas por estas levaduras juega un papel muy
importante, como lo son las pectinasas que tiene algunas aplicaciones de clarificación, filtración
y también la extracción de color del vino. El uso de enzimas pectolíticas para la maceración
también puede aumentar el contenido en jugo de terpenol. Otras enzimas son las esterasas
formadoras de compuestos del aroma del vino y las lipasas que degradan los lípidos procedentes
de la uva.
La fermentación mixta se realiza usando cultivos de Saccharomyces cerevisiae y levaduras no
Saccharomyces y representa una forma viable hacia la mejora de la complejidad y la mejora de
las características particulares y específicas de los vinos. Las posibles interacciones sinérgicas
entre diferentes levaduras pueden proporcionar una herramienta para la aplicación de las nuevas
tecnologías de fermentación. Por lo tanto, el conocimiento de la interacción de estas levaduras
durante la fermentación del vino necesita ser mejorado. Se ha demostrado que cuando algunas
levaduras se desarrollan juntas en condiciones de fermentación, no lo hacen pasivamente, sino
más bien interactúan.
En la siguiente tabla se muestran algunas interacciones de las levaduras Saccharomyces y
noSaccharomyces.