Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Que Hacemos Los Profesionales de La Salud en La Escuela Norma Filidoropdf
Que Hacemos Los Profesionales de La Salud en La Escuela Norma Filidoropdf
Norma Filidoro
Para citar: Escritos da Crianza, Centro Lydia Coriat, Porto Alegre, 2016, n° 7, 1° edição
Edição comemorativa - 20 anos de Educação Inclusiva
ISBN 978-85-62597-45-9
Resumen
Palabras clave
1
profesionales de la salud en la escuela y aún dentro del aula, bien que necesaria y
pertinente, requiere ser desnaturalizada.
En una reunión social, una señora, maestra jubilada, cuestiona a su hija que
acaba de consultar con una psicopedagoga porque sospecha que su niño de siete años
puede tener dislexia. La señora le dice suavemente: Yo no se qué pasa, antes no había
tanta psicóloga ni tanta psicopedagoga y nos arreglábamos. Ahora lo único que se les
ocurre es llevarlos a ver qué tienen. ¿Qué van a tener? ¡Nada! Tienen que ir a la
escuela y que la maestra les enseñe.
Lejos de pensar que todo tiempo pasado fue mejor: ni mejor ni peor, diferente.
Y la diferencia está en que los profesionales de la salud entramos a la escuela. No se
trata de volver el tiempo atrás sino de hacer visible de qué modo llegamos a la escuela,
qué sepamos qué lugar ocupamos allí, qué estamos haciendo, para qué, para quién, en
qué lógica se inscribe nuestra intervención, a quién servimos. Vamos a tener que
atravesar la incomodidad de estas preguntas.
2
A los efectos de este trabajo, pensamos el discurso como designando
modalidades de los diversos vínculos sociales. Llamamos “discurso” a ciertos modos
de relación fundamentales y estables que fijan el marco y, por lo tanto, las
restricciones para la interpretación de toda producción. Llamamos “discurso” a las
regulaciones que ordenan los vínculos sociales.
3
Los efectos del discurso: un ejemplo del campo de la educación
4
Viñeta: Sofía, una nena lerda pero brillante en disciplina
5
derivamos nuestra propia imposibilidad? ¿Qué hacemos con lo que derivamos?
¿Qué hacemos con lo que retorna de la derivación? ¿Qué se pierde/gana en una
derivación? ¿Quién pierde/gana en una derivación? ¿Qué esperamos, (si es que
esperamos algo) de una derivación?
No buscamos ni pretendemos una respuesta universal para estas preguntas ya que
la respuesta a la diversidad nunca puede ser una-y-la-misma-para-todos, para
todos los alumnos y alumnas, para todas las familias, para todas las escuelas, para
todos los docentes. Pero ello no implica que no haya que buscar, cada vez, en una
respuesta que nos permita tomar decisiones acerca de la intervención en la escuela
como una práctica que necesariamente forma parte de la clínica.
6
Una tercera posibilidad (entre tantas otras) es hacerme cargo de lo que el otro, el
docente, la directora, la escuela dicen acerca de Sofía. Esta es la consecuencia
necesaria de pensar en términos de lo dialógico. Se trata de una idea que arma una
posición de escucha. Escucho lo que viene del otro pero sabiéndome parte de eso
que el otro enuncia. El centro formador de sus representaciones no está en su
interior sino en la interacción de la que, también, soy parte.
Escuchar al docente, hacerle lugar en mi y también, claro, interpelarlo (que no es
destituirlo ni desestimarlo). Y esperar a que algo suceda, un acontecimiento. No
por casualidad ni mágicamente.
La maestra sigue hablando del brillo disciplinario y de la lentitud del pensamiento
de Sofía… La psicopedagoga la escucha y le pregunta… ¿Tenés alguna hipótesis?
¿Por qué pensás que le pasa? Desprevenidamente, la maestra comienza a enlazar
hipótesis acerca de (sin mencionarlo en esos términos) el lugar de Sofía en esta
familia a la que conoce desde hace mucho porque también fue maestra de sus dos
hermanos mayores. Es así que tanto la brillantez disciplinaria como la lentitud del
pensamiento dejan de oponerse para pasar a constituir dos modos complementarios
en los que Sofía nos revela su inhibición (la inhibición de la acción la hace
brillante en disciplina y la inhibición del pensamiento la transforma en un ADD
encubierto). La psicopedagoga le devuelve que ella sabe mucho sobre Sofía, sobre
lo que le pasa, sobre su familia, su lugar en la familia. Y le ofrece pensar juntas
alguna propuesta para el trabajo en el aula.
La conversación sigue y la psicopedagoga le pregunta por qué pensó en una
derivación. La docente responde: Porque ¿viste?, les hacen esos perfiles… que
ponen todo de la atención perceptiva y todo eso… los distractores… Yo de eso no
entiendo nada…
7
Estamos expropiando a los docentes de su saber. Los hemos convencido que la
llave que abre el proceso de aprendizaje está en los perfiles, en los manuales de salud
mental, en las categorías… O que está en el deseo, en la subjetividad, en el síntoma…
O que está en la escuela como reproductora del orden social. Estamos expropiando a
los decentes del lugar de ser autores del proceso de enseñanza con las restricciones
que ello conlleva, pero autores, hacedores y, por tanto, responsables. ¿Responsables
de qué? Responsables de su conocimiento, de su saber y responsables de las
decisiones que toman a partir de ese conocimiento y de ese saber. Responsables de su
deseo como docentes, responsables del deseo de que cada alumno y cada alumna
puedan aprender todo lo que sean capaces de aprender… ¡Nada menos!
Los docentes que no derivan son sospechados de “omnipotentes”. Y si no
“detectan” a los disléxicos, addes 1 , teas2 , tels 3 , si no “detectan” problemas en la
constitución subjetiva o síntomas o inhibiciones entre sus alumnos y alumnas es
debido a una falta en la formación. El discurso de la ciencia se ha colado en las
escuelas, en todas las escuelas, vía los diagnósticos y los profesionales de la salud no
somos ajenos a este proceso.
Circula la idea de que para poder enseñar, para poder decidir acerca de un
proyecto de integración, acerca de las adecuaciones curriculares, es necesario tener un
diagnóstico, es necesario conocer qué diagnóstico tiene. Lo significativo es que quien
debe tenerlo no es la escuela ni el docente sino el alumno o la alumna y eso porque el
diagnóstico que se pide es un diagnóstico médico / psiquiátrico / neurológico. Todos
hemos escuchado a la escuela, al docente, afirmar cosas tales como No sabemos qué
hacer porque no tiene diagnóstico o Nadie nos da un diagnóstico: estamos perdidos.
1
Síndrome disatencional (ADD)
2
Trastorno del espectro autista (TEA)
3
Trastorno específico del lenguaje (TEL)
8
Estas afirmaciones conllevan la idea de que el diagnóstico médico guarda en sí,
devela de manera inmediata, el proyecto pedagógico que nos dirá que hacer para que
ese niño o niña aprendan. Conlleva la idea de que el alumno se define por una
determinación biológica. Y acá tengo que hacer una aclaración: que afirmemos que el
alumno no está especificado en su estructura biológica no equivale a afirmar que es
sin su estructura biológica.
El caso de Dante: Dante tuvo diagnóstico médico recién a los 27 años, cuando el
médico de la familia les pide que repitan un estudio genético que le habían realizado
cuando tenía 2 años, en un momento en el que los medios para realizar eso estudios
eran más escasos y menos precisos. Esta vez el estudio da positivo. El médico dice: Si
el diagnóstico lo hubiésemos tenido hace 25 años, le hubiéramos dicho a los padres
que Dante no iba a poder leer ni escribir y, posiblemente, tampoco hablar. Sin
embargo, hoy, a los 27 años, Damián disponía de la posibilidad de identificar y
reconocer algunas escrituras (como los logos de las marcas) lo que, a su vez, le había
permitido ingresar a trabajar como repositor en un supermercado donde hablaba con
todos los clientes que lo conocían, justamente, por su conversación. El Día de los
Jubilados, era su día preferido porque -dice Damián- todos se quedan charlando
conmigo.
9
Dijimos que el discurso es dialógico y que lo es porque se va estructurando
continuamente entre los interlocutores a medida que una voz refracta a la otra.
Entonces, vale develar que las instituciones y los profesionales, tanto del campo de la
salud como de la educación, que trabajamos con niños y adolescentes, solemos
dirigirnos a los médicos con insistentes pedidos de definición diagnóstica e indicación
terapéutica. Les pedimos que respondan desde un lugar de una certeza que tranquiliza
y sirve como base o como resto (Terzaghi: 2011). La escuela constituye uno de los
ámbitos que reclama más fuertemente de esa modalidad diagnóstica al momento de
abordar diferentes dificultades presentadas por los alumnos. Pero también los padres y
los profesionales del campo psi participamos de este tipo de demanda.
10
educativas, antes que de los recursos que se asignan a la educación en términos de
sueldos docentes, en términos de infraestructura, en términos de formación.
Las consultas médicas son necesarias; los diagnósticos médicos son necesarios.
Pero es necesario abrir pregunta acerca del efecto que esos diagnósticos tienen, en los
padres, en las escuelas, en los profesionales, en la comunidad, porque nos pueden
conducir a la renunciar de nuestro saber como docentes, como padres, como
profesionales y aún como médicos.
4
Cremino es una marca de caramelo blando de dulce de leche.
11
borde a Cremino no es lo mismo que ponerle límites. Hacer borde es ofrecerle la
posibilidad de tener un cuerpo.
Docente: Nunca se me hubiera ocurrido pensar que un chico podía no tener
cuerpo. Y concluye: Qué difícil debe ser para él cuando cambiamos de aula. Porque
acá, en esta escuela, las maestras tenemos un aula y los chicos cambian… cuando
tienen matemática están acá… pero cuando tienen lengua van a un aula que está del
otro lado del patio… Ahí es cuando se arma el lío. Corre, grita, revolea…
No es lo mismo si el deambular o el movimiento excesivo de un niño o una niña
adentro del aula tienen que ver con problemas en la compresión (se para, camina,
juega, es decir, no está en la escena del aula, porque no comprende, porque la escena
no lo toma), que si un chico o una chica se mueven, caminan, hablan, tocan por
problemas en la construcción de su imagen corporal, porque se trata de un cuerpo no
construido como unidad que recurre al movimiento para localizarse y encontar
alguna representación de sí.
Quiero hacer dos puntuaciones: la primera, que la docente no puede llegar sola
a la conclusión que llegó. La segunda, que de ningún diagnóstico médico, psiquiátrico
o neurológico, ningún electro, TAC ni RM se desprende la conclusión a la que su
maestra llega.
12
La intervención en la escuela: hacer alumnos y alumnas
El hecho del que debe partir todo discurso sobre la ética es que el
hombre no es ni ha ser o realizar ninguna esencia, ninguna vocación
histórica o espiritual, ningún destino biológico. Solo por esto puede
existir algo así como una ética: pues está claro que si el hombre fuese o
tuviese que ser esta o aquella sustancia, esto o aquel destino, no existiría
experiencia ética posible, y solo habría tareas a realizar.
13
disparidad de conceptos, de ideologías y de éticas, no es posible conformar equipos
interdisciplinarios sino meros agregados de profesionales con enfoques metodológicos,
epistemológicos y ontológicos que a veces se oponen y superponen sin siquiera tomar
conciencia de ello. ¿Y la escuela? ¿Y los docentes? Bueno, esta disparidad que, no
pocas veces deviene pelea (no conflicto sino pelea), la introducimos en la escuela,
desorientando a los docentes, haciéndolos nuestros aliados o nuestros oponentes.
14
Voy a definir la intervención en la escuela como del orden del oficio: se trata de
lo artesanal, se trata de uno. De esa escuela, en ese momento, de ese docente, de ese
alumno o alumna, de esa familia. Y se trata del oficio de hacer alumnos y alumnas,
pero no de cualquier modo.
Más aún, hacer alumnos y alumnas es también hacer docentes y hacer escuelas.
Es hacer a uno o una docente de ese niño o niña; es hacer de ese niño o esa niña el
alumno o alumna de ese maestro o esa maestra. Es hacer de esa institución una escuela
posible para ese niño o niña, es hacer un lugar de alumno o alumna, es hacer que ese
lugar devenga escuela para ese niño o esa niña.
Yanina es una hermosa niña, de aspecto frágil. Vive con su mamá y la abuela
materna en una vivienda precaria de una villa, en algún lugar de provincia. La mamá
no sabe quién es el padre de Yanina. Es una mujer con una severa problemática
psíquica: hace que Yanina duerma con ella porque -dice- tengo miedo. Le hace usar
un chupete que Yanina rechaza y, por las mañanas, le da una mamadera que la niña
suele revolear violentamente. Así comienza el día de esta nena, así se va a la escuela.
La escuela está al tanto de la situación de la niña y de su madre.
Se trata de una mamá que necesita del cuerpo de su hija para sostenerse y de
una nena que separa su cuerpo del cuerpo de los otros de manera compulsiva: en la
escuela golpea a los compañeros muy violentamente. Los chicos y chicas se quejan,
los padres de los compañeros y compañeras, también. Algunos se acercaron a la
escuela para pedir que la separen del grupo: Esta chica es un peligro, va a matar a
alguno, tienen que hacer algo.
15
En la escuela, las maestras dicen que no pueden más, que lastima a todos y a
cualquiera, que no pueden contenerla porque cuando la agarran se pone como loca y
empieza a los puñetazos. La situación se va tornando cada vez más insoportable: los
compañeros y compañeras se quejan y ya ninguno quiere estar cerca suyo, es lógico…
a nadie le gusta que lo golpeen porque sí. La escuela, su maestra, piensan que esta
nena tendría que estar en otra escuela, nosotros no tenemos recursos, es una nena
para severos trastornos5, dicen, aludiendo al servicio para niños con problemáticas
subjetivas graves que depende de Educación Especial. La escuela pide una vacante en
la Escuela Especial a través de una maestra integradora, (del Servicio para niños con
trastornos emocionales), que por estar trabajando en la integración de un alumno, va a
la escuela de Yanina una vez por semana.
16
y se molesta: ¿Cómo qué pasa? Se pone como loca, se enfurece. Su madre es
psiquiátrica (sic). Eso le pasa.
17
que a Yanina le pasan cosas, que tampoco ella la está pasando bien. La psicopedagoga
avanza con la premisa de que Yanina tiene algo para decir, que algo de la verdad está
de su lado. Pero para que el malestar devenga palabra, es necesario que haya alguien
dispuesto a escucharla. Y ahí se dirige la intervención de la psicopedagoga.
18
Revolver lo común
Bibliografía
Agamben G (1996) La comunidad que viene, Valencia: Pre-textos
Carballeda A (2012) La intervención en lo social. Exclusión e integración en los
nuevos escenarios sociales, Buenos Aires: Paidós
Elichiry N (comp) (2013) Historia y vida cotidiana en educación. Perspectivas
interdisciplinarias, Buenos Aires: Manantial
Frigerio G y Diker G (2008) Educar: posiciones acerca de lo común, Buenos Aires:
del estante
Jerusalinsky, A (2009) Curso virtual “Procesos de integración escolar: prácticas
inclusivas”, FEPI, http://www.fepi.org.ar/educacion_a_distancia.html
Jillien F (2009) Conferencia sobre la eficacia, Buenos Aires: Katz
Terzaghi M (2011) Los niños, los médicos, la medicalización en ¿Niños o síndromes?,
Dueñas G (comp), Buenos Aires: Noveduc
19