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Conclusión del mapa mental sobre las competencias emocionales y habilidades

sociales
Importancia de estas en la vida cotidiana:
Las habilidades emocionales nos permiten manejar nuestras emociones de manera racional,
es decir, son aquellas capacidades que muestran o trabajan la inteligencia emocional. Un
elemento esencial para ser más capaces y poder adaptarnos a los diferentes entornos laborales
actuales, marcados por las constantes transformaciones digitales. En el ámbito laboral actual,
resulta esencial potenciar las soft skills o habilidades blandas, como las habilidades
emocionales, las cuales adquieren cada vez más relevancia y, en muchos casos, otorga el
rasgo que diferencia el profesional que está preparado para asumir nuevos y constantes retos
del que no.
Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que nos permiten interactuar y
relacionarnos con los demás de manera efectiva y satisfactoria.
La cultura y las variables sociodemográficas son imprescindibles para entrenar y evaluar las
habilidades sociales, pues dependiendo del lugar, los hábitos cambian. La cultura y las
variables sociodemográficas son imprescindibles para entrenar y evaluar las habilidades
sociales, pues dependiendo del lugar, los hábitos cambian.
Las habilidades sociales son competencias definidas por el comportamiento que un individuo
puede tener en su entendimiento de los diversos códigos, sus actitudes y sus expresiones en
sociedad. Éstas, permiten a una persona expresar sus propios sentimientos, necesidades y
opiniones, lo que se traduce en el bienestar personal, que es el primer paso para una mayor
integración social.
En la juventud, las habilidades sociales cobran una importancia fundamental, ya que es en
esta etapa cuando desarrollan su personalidad y tienen la necesidad de alejarse del núcleo
familiar y acercarse más a las relaciones amicales, donde se sientan las bases para
desenvolverse como adultos en la esfera social y siendo la clave para sobrevivir de manera
sana tanto emocional como laboralmente.
Conocer cómo reaccionamos, qué es lo que sentimos, cómo podemos regular las distintas
respuestas emocionales más automáticas para mejorar nuestro pensamiento y disposición
ante determinadas tareas o situaciones relevantes para nuestro bienestar, son algunos de las
competencias emocionales que sustentan la inteligencia emocional.
Así el resultado de hacer las cosas de forma emocionalmente inteligente sería, aceptando los
celos como una emoción que podemos tener, observando y entendiendo porqué está, y
actuando para minimizar los celos, siendo realista y no perjudicando una buena relación por
suposiciones infundadas.

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