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¿Qué es la administración pública?

La administración pública es el conjunto de Órganos Administrativos que tiene como


función realizar una actividad para alcanzar el bien colectivo de un estado, a partir de los
Servicios Públicos, estas funciones están reguladas en su estructura y funcionamiento,
normalmente por el Derecho Administrativo.

Por su naturaleza, la Administración Pública une de forma directa a la ciudadanía con el


poder político, satisfaciendo los intereses públicos de forma inmediata, por contraste con
los poderes legislativo y judicial, que lo hacen de forma mediata.

Desde que se consagró la separación de poderes como la forma adecuada para organizar
al Gobierno del Estado moderno, se tiene la intención de que estos poderes, se ejerzan
exclusivamente el desarrollo de las actividades relativas a la función que les correspondía,
más la practica demostró que ello era imposible; se hizo patente que para el sano
desarrollo y funcionamiento de la estructura del Gobierno y del Estado en general, era
menester que cada órgano realizara otras funciones, que según su naturaleza, y la propia
teoría de la División de Poderes, les eran ajenas.

Elementos de la Administración Pública.


Los elementos de esta figura jurídica se pueden resumir y explicar de la siguiente manera:
 El Órgano Administrativo. Órgano administrativo es aquella unidad funcional
abstracta perteneciente a una Administración Pública que está capacitada para
llevar a cabo funciones con efectos jurídicos frente a terceros, y cuya actuación
tiene carácter preceptivo.
 La Actividad que la Administración realiza. Esta actividad se desarrolla a través de
la prestación de los servicios públicos, a los cuales está obligada la administración
pública para el logro de su finalidad.
 La finalidad que pretende el Estado a través de la administración. La finalidad es "el
bien común" o "bienestar general" de toda la población en general
 El medio que la Administración Pública dispone para la realización de sus
propósitos. Es el Servicio Público.

¿Qué es la corrupción?

La corrupción es un complejo fenómeno social, político y económico que afecta a todos


los países del mundo. En diferentes contextos, la corrupción perjudica a las instituciones
democráticas, desacelera el desarrollo económico y contribuye para la inestabilidad
política. La corrupción destruye las bases de las instituciones democráticas al distorsionar
los procesos electorales, socavando el imperio de la ley y deslegitimando la burocracia.
Esto causa la ajena a los inversionistas y desalienta la creación y el desarrollo de empresas
en el país, que no pueden pagar los "costos" de la corrupción.
El concepto de corrupción es amplio. Incluye soborno, fraude, apropiación indebida u
otras formas de desviación de recursos por un funcionario público, pero no es limitado a
ello. La corrupción también puede ocurrir en los casos de nepotismo, extorsión, tráfico de
influencias, uso indebido de información privilegiada para fines personales y la compra y
venta de las decisiones judiciales, entre varias otras prácticas.
Reconociendo la necesidad de un instrumento mundial para ayudar a los Estados
miembros en la lucha contra la corrupción, la Asamblea General de la ONU aprobó, en 29
de septiembre de 2003, la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción - el
primer instrumento jurídico anticorrupción con normas vinculantes a los países
signatarios. La Convención ofrece un camino para la creación de una respuesta global a un
problema también global.

Medidas correctivas

Una acción correctiva es aquella que llevamos a cabo para eliminar la causa de un


problema. Las correcciones atacan los problemas, las acciones correctivas sus causas.
Las acciones preventivas se anticipan a la causa, y pretenden eliminarla antes de su
existencia. Evitan los problemas identificando los riesgos. Cualquier acción que disminuya
un riesgo es una acción preventiva

Sin embargo, ¿cuáles son las medidas más resaltantes? En nuestro país se han
establecidos algunos ejes importantes que lograrán la finalidad que persiguen.

Los diez ejes principales

Los siete primeros ejes están orientados a promover la integridad, prevenir y sancionar la
corrupción. El primero de ellos sugiere evitar el delito de tráfico de influencias mediante
tres medidas concretas. Cabe precisar que este ilícito puede ser cometido por cualquier
persona que venda influencias reales o simuladas. Según la comisión, este acto debilita la
misión que el Estado persigue y por ello es esencial su erradicación.
También, se propone impedir el ingreso o reingreso a la función pública de personas
condenadas por corrupción, narcotráfico y lavado de activos. Las medidas planteadas en
este eje deben alcanzar al Poder Ejecutivo, Congreso, Poder Judicial, organismos
constitucionales autónomos, gobiernos regionales y locales.

Asimismo, se ha recomendado transparentar el Sistema de Contrataciones del Estado,


mediante la implementación de 17 medidas orientadas a promover que los contratos
celebrados por el Estado eviten elementos cuestionables durante el proceso de
contratación y se adquieran productos o servicios de calidad. El abogado Carlos Caro
señaló a Perú21 que “una de las principales fuentes de corrupción en el Estado se da en
estos casos”.

Un ejemplo reciente son las compras de computadoras realizadas por el Ministerio de


Educación (Minedu), involucradas en un presunto caso de corrupción. Como es sabido,
dicha compra fue realizada mediante los Catálogos Electrónicos de Acuerdos Marco. Este
es un método de contratación especial en el que una entidad celebra un contrato sin
utilizar un procedimiento de selección, en caso de que dicho catálogo contenga el bien o
servicio que se requiere.

Otro de los ejes planteados es evitar la corrupción en las obras públicas de infraestructura
y fortalecer la autonomía de los organismos reguladores, lo cual, según se señala en el
informe, es uno de los factores de corrupción que más desconfianza genera en la
ciudadanía. También se indica que este ilícito ocurre por la falta de un Plan Nacional de
Infraestructura, la poca transparencia, presentación de postores únicos y los indicios de
concertación entre postores.

Con el objetivo de informar sobre casos de corrupción, este eje promueve la denuncia y
protección a los acusadores. Para ello, consideran necesario contar con mecanismos de
fácil acceso para denunciar estos ilícitos, así como medidas para el resguardo a
denunciantes, testigos y personas involucrados en estos delitos que colaboren en la
investigación.

Eduardo Vega, presidente de la Comisión Presidencial de Integridad, declaró a este medio


su recomendación de incorporar un programa de recompensas para personas que
denuncien a “funcionarios corruptos tanto en el sector público como el privado”.

El informe de la Comisión Presidencial de Integridad, a diferencia de lo que ocurre


actualmente, ha planteado limitar la inmunidad parlamentaria solo en los casos en los que
los congresistas hayan sido condenados mediante sentencia firme con prisión efectiva por
delitos dolosos realizados antes de iniciar su función parlamentaria. Ello sin contar con la
aprobación de ningún órgano del Congreso.

Otra propuesta es promover la integridad en el sector privado, pues la comisión considera


que tiene una participación relevante en el desarrollo económico y social del país. Por ello,
considera que la posibilidad de que también exista corrupción en las empresas afecta
también su avance.

Los tres últimos ejes tratan sobre los mecanismos de seguimiento y promoción de una
cultura de integridad. El primero de ellos busca fortalecer la Comisión de Alto Nivel
Anticorrupción, la cual está orientada a proponer políticas que prevengan y sancionen
estos delitos.

El segundo eje propone crear el Sistema de Integridad en el Poder Ejecutivo. Y el tercero


plantea crear el observatorio de monitoreo y evaluación de la implementación de las
medidas propuestas en dicho informe.

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