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SUPUESTO nº 5
El 01 de febrero de 2011 ingresa de forma voluntaria en el centro penitenciario de
Alicante II el interno Ernesto Lujan, de nacionalidad colombiana, condenado por un delito
continuado de abusos sexuales a una pena de 8 años de prisión, habiendo permanecido en
prisión preventiva por esta causa del 30 de noviembre de 2005 al 29 de noviembre de 2006.
Los hechos objeto de su condena fueron cometidos durante los años 2004 y 2005, y
consistieron en que estando separado, y aprovechando el régimen de visitas, abusó
sexualmente al menos en cinco ocasiones de la hija de su ex mujer, cuando ésta tenía 11 años, y
a la que había reconocido como hija suya, llegando a penetrarla vaginalmente al menos en una
ocasión.
Además de la condena de abusos sexuales, se recibe una nueva causa por un delito de
lesiones sobre su actual pareja cometido en 2007, en la que aparece condenado a una pena de 6
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meses de prisión, figurando orden de alejamiento sobre la víctima que se cumplió del 02 de
junio de 2007 a 01 de junio de 2008. No obstante, según consta en los informes sociales, ambos
reiniciaron su relación como pareja en 2009, y es por ello por lo que desean comunicar en
prisión, de manera que el interno presenta solicitud de comunicación íntima con su pareja. El
Director, al comprobar el delito por el que cumple condena el interno, deniega la comunicación
por razones de seguridad y de buen orden del establecimiento.
Cumplidas las tres cuartas partes de condena, a la vista de la situación ilegal del interno
que tenía en España, el centro penitenciario propone a los tribunales sentenciadores la
sustitución de las penas por la expulsión del territorio, a lo que el interno se opone
manifestando que lleva muchos años residiendo en nuestro país y que desea seguir viviendo en
España cuando salga en libertad.
CUESTIONES:
2.- ¿Puede el interno recurrir la decisión del Centro Directivo de asignarle como centro de
destino la prisión de Huelva?
3.- ¿Tiene derecho el interno a que se facilite el ejemplar íntegro de la cartilla o folleto
informativo? ¿Actuó correctamente la Dirección del Centro Penitenciario? Razone su
respuesta.
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RESPUESTAS SUPUESTO 5
1.- Emita un informe sobre la clasificación inicial del interno.
Con esta nueva redacción dada al artículo 36.2 CP por la LO 5/2010 de 22 de junio, que
entró en vigor el 23 de diciembre 2010, la existencia del período de seguridad deja de ser
imperativa en todo caso y pasa a ser sólo de aplicación cuando el testimonio de sentencia así lo
recoja o bien se trate de alguno de los delitos enumerados en los apartados a), b), c) y d) de
dicho artículo.
Por lo tanto, en nuestro caso, al tratarse de un delito de abusos sexuales cometido sobre
un menor de 13 años, el interno se encuentra sujeto al período de seguridad en todo caso, y no
podría ser clasificado en tercer grado hasta el cumplimiento de la mitad de la pena impuesta.
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Por lo tanto, con la nueva redacción del artículo 36.2 CP, en los supuestos enumerados
en los apartados a), b), c) y d) de dicho artículo no cabría en ningún caso solicitar al Juzgado de
Vigilancia Penitenciaria la aplicación del régimen general, debiendo cumplirse necesariamente
la mitad de la pena impuesta para ser clasificado en tercer grado.
No obstante, hemos de tener en cuenta que en nuestro caso el delito por el se aplica el
período de seguridad se cometió en 2004 y 2005, esto es, antes de la entrada en vigor de este
nuevo artículo 36.2 CP, por lo que, en virtud de la aplicación de la norma penal más favorable,
habrá de estarse a la redacción del artículo 36.2 CP dada por la LO 7/2003 de 30 de junio, donde
se establecía que el juez de vigilancia, previo pronóstico individualizado y favorable de
reinserción social y valorando, en su caso, las circunstancias personales del reo y la evolución
del tratamiento reeducador, cuando no se trate de delitos de terrorismo de la sección segunda
del capítulo V del título XXII del libro II de este Código o cometidos en el seno de
organizaciones criminales, podrá acordar razonadamente, oídos el Ministerio Fiscal,
Instituciones Penitenciarias y las demás partes, la aplicación del régimen general de
cumplimiento.
Por lo tanto, en nuestro caso, al no estar ante un delito de terrorismo ni un delito
cometido en el seno de organizaciones criminales, cabría la posibilidad que el Juez de
Vigilancia Penitenciaria acordara el régimen general de cumplimiento para así poder clasificar
al interno en tercer grado sin necesidad de cumplir la mita de la pena impuesta.
Con relación a las circunstancias concretas del supuesto y considerando todas las
variables jurídico penales y penitenciarias concurrentes debe estimarse lógica la decisión
administrativa sobre el segundo grado de clasificación del penado. Al respecto debe reseñarse
que la propuesta de clasificación data de 03 de marzo de 2011, cuando sólo había transcurrido
poco más de un mes desde el ingreso en prisión del penado, tiempo, ciertamente mínimo para
poder asegurar debidamente un pronóstico y valoración penitenciaria que justifique de manera
razonable y consistente una pretensión de clasificación en tercer grado, porque, asimismo, se
debe indicar que lo desacostumbrado será que una clasificación inicial e inmediata al comienzo
de la ejecución de una pena se sitúe en el tercer grado, debiendo concurrir unas muy evidentes
y palmarias condiciones personales en el penado que lo justifiquen, y no sólo unas condiciones
aparentemente favorables, sino que ofrezcan una especial garantía personal en que el penado
no va a defraudarlas en su desenvolvimiento en vida de semilibertad ante una reincorporación
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social tan temprana y derivada de esa clasificación primera tan favorable, además de que
asimismo debe justificarse una autorización de tal clase desde la perspectiva de otros principios
y criterios jurídico-penales a los que más adelante se aludirá. En definitiva, resulta lógico que,
salvo circunstancias muy patentes y de notable garantía, tal clasificación sea la de segundo
grado, tal y como se hizo en el caso presente.
Aparte de todo lo dicho hasta ahora, asimismo conviene añadir que tampoco se hubiera
justificado una salida tan pronto al exterior desde la perspectiva de los principios de
prevención general y especial que asimismo cumplimentan las penas, pues difícilmente se
cumpliría ni de manera elemental las mismas en este caso, si la comunidad social apreciara que
la sanción prevenida para el delito tuviera una efectividad material ciertamente tan limitada, lo
que además asimismo minimizaría el sentido de la seria advertencia al mismo infractor y que
toda pena debe conllevar, debiendo recordarse que la cuarta parte de la condena se cumplirá el
31 de enero de 2012, la mitad el 30 de enero de 2014, y la extinción total está prevenida para el
29 de enero de 2018.
2.- ¿Puede el interno recurrir la decisión del Centro Directivo de asignarle como centro de
destino la prisión de Huelva?
En cuanto al grado, debemos señalar como primer dato que las propuestas de
clasificación inicial tienen consideración de actos de trámite y por tanto no son recurribles ante
el Juez de Vigilancia Penitenciaria (artículo 107 Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de RJAP-
PAC).
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Es por ello que consideramos que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria podría resolver
la queja del interno sobre el centro de destino y, a la vista de la nula motivación del acuerdo,
dejar sin efecto el mismo.
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3.- ¿Tiene derecho el interno a que se facilite el ejemplar íntegro de la cartilla o folleto
informativo? ¿Actuó correctamente la Dirección del Centro Penitenciario? Razone su
respuesta.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el interno hace una pretensión consistente
en que por el Centro Penitenciario de Huelva se proporcione a todos los internos la
información completa. Este pretensión no debería ser admitida porque el actor no ostenta en
modo alguno la representación de "todos" los internos (actuales o futuros) del Centro
Penitenciario al que denuncia, careciendo de legitimación para ejercer pretensiones en relación
con los mismos.
Así pues, nos centraremos en la cuestión de si tiene o no derecho a que por la Dirección
del Centro se le suministre la información escrita que en su día solicitó mediante escrito de 21
de diciembre de 2011.
Así pues, se puede considerar que la Dirección del Centro Penitenciario de Huelva ha
dado suficiente y adecuado cumplimiento a las exigencias establecidas en aquellos preceptos
en lo que se refiere a "las de régimen interior del Centro penitenciario". A su ingreso se hizo
entrega al actor de una "carpeta informativa resumen sobre las normas de régimen interior" en
la que se contienen, de manera completa y considerablemente pormenorizada, las reglas de
funcionamiento del Centro en relación con su horario general. Es cierto que tales normas no
son "completas" en el sentido de ser las literales de un ejemplar informativo, pero su
minuciosidad y, sobre todo, el ofrecimiento al interno de la totalidad de la normativa a través
de la biblioteca descarta que la Administración penitenciaria haya incumplido los preceptos
legales y reglamentarios arriba enunciados. Si la finalidad de éstos es facilitar la vida del
interno en la propia prisión, la misma se cubre plenamente con la amplísima carpeta resumen y
con la posibilidad para el interesado de consultar las normas completas en la biblioteca del
Centro o a través del canal de televisión local.
4.- Emita un informe sobre la solicitud de la comunicación íntima del interno con su pareja.
Las comunicaciones de los internos con sus familiares y muy especialmente con su
cónyuge están contemplados en nuestro ordenamiento jurídico como un derecho subjetivo. El
artículo 25.2 de la Constitución establece como norma el respeto a los derechos fundamentales
del penado salvo los limitados por el contenido del fallo condenatorio el sentido de la pena y la
ley penitenciaria... y reconoce en todo caso el derecho al desarrollo integral de su personalidad,
difuso derecho, pero que es evidentemente incompatible con la reducción del recluso al mundo
carcelario y la negación de apertura al mundo exterior.
La forma en que vienen redactados los artículos 51 y 53 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria en términos imperativos “Los internos estarán autorizados para comunicar...”
“Los establecimientos dispondrán de locales anejos especialmente adecuados para las visitas
familiares...” refuerzan la interpretación de las comunicaciones como un auténtico derecho
subjetivo. En el caso de la esposa, reforzado por el hecho mismo del matrimonio y los derechos
y deberes que conlleva conforme a los artículos 66, 67 y 68 del Código Civil -los cónyuges son
iguales en derecho, deben vivir juntos, ayudarse y socorrerse mutuamente, etc.-”.
encuentren detenidos, presos o penados por delitos de violencia doméstica y/o sobre los que se
haya dictado orden judicial de alejamiento, no se les autorizarán comunicaciones con las
víctimas, salvo que resoluciones judiciales dispongan lo contrario.
Establece el artículo 89.5 del Código Penal, en su redacción dada por la LO 5/2010 de 22
de junio, que los jueces o tribunales, a instancia del Ministerio Fiscal y previa audiencia del
penado y de las partes personadas, acordarán en sentencia, o durante su ejecución, la expulsión
del territorio nacional del extranjero no residente legalmente en España, que hubiera de
cumplir o estuviera cumpliendo cualquier pena privativa de libertad, para el caso de que
hubiera accedido al tercer grado penitenciario o cumplido las tres cuartas partes de la condena,
salvo que previa audiencia del Ministerio Fiscal y de forma motivada aprecien razones que
justifiquen el cumplimiento en España.
Por lo tanto, este precepto permite sustituir la pena por la expulsión, tanto en sentencia
como en un auto posterior durante su ejecución, sin que sea requisito la conformidad del
penado, bastando simplemente la previa audiencia.
El procedimiento para llevar a cabo esta sustitución de la pena por la expulsión en estos
casos durante la fase de ejecución sería el siguiente.
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Por otra parte, cuando el penado extranjero sin residencia legal en España se encuentre
próximo a cumplir las 3/4 partes de la condena, en todo caso tres meses antes de dicha fecha, el
Director del Centro informará de tal circunstancia al Sr. Fiscal Jefe de la Audiencia Provincial
de la que dependa el Juez o Tribunal que corresponda, y al órgano jurisdiccional competente
para la ejecución, a los efectos de posible aplicación del artículo 89.5 del Código Penal.
Junto a dicha comunicación, se remitirán la solicitud de expulsión del propio interno, si
éste la hubiera presentado, y el informe social y penal-penitenciario en los mismos términos del
número anterior.
No obstante todo lo dicho, en nuestro caso hemos de tener en cuenta que los delitos por
lo que cumple condena el interno son anteriores a la entrada en vigor de este nuevo precepto,
por lo que, en aplicación del principio de irretroactividad de las normas penales desfavorables,
habría de estarse a la redacción anterior de dicho artículo 89.1 CP, donde la sustitución de la
pena por la expulsión sólo se establecía en sentencia.
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