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SISTEMA PUNITIVO PERUANO

 CLASES DE PENAS:
Las diferentes clases de penas se encuentran en el capítulo primero (I) del
título tercero (III) de las penas. Más concretamente, nos tenemos que ir al
artículo 28 que refleja que las penas aplicables son la privativa de libertad,
las restrictivas de libertad, las limitativas de derechos y, finalmente, la multa.
 DURACIÓN DE LA PENA DE PRISIÓN:
Respecto a la duración de la pena privativa de libertad en prisión, el artículo
29 mantiene que esta puede ser tanto temporal, con una duración que
puede ir de los dos días hasta los 35 años, o de cadena perpetua en caso
de extrema gravedad de los hechos y/o reincidencia.
 SANCIONES ALTERNATIVAS A LA PRISIÓN:
Primero de todo, hay que tener en cuenta que encontramos una modalidad
de esta como es la vigilancia electrónica personal cuya ejecución se lleva a
cabo en el domicilio o en cualquier otro sitio indicado por el condenado; lo
cual debe ser ratificado y aprobado por el Juez con el objetivo de facilitar el
control y seguimiento de la persona condenada (CP, 1991, art. 29-A.1 y art.
29-A.2). Los apartados 4 y 5 de este artículo también mantienen que esta
modalidad penal no se podrá aplicar a aquellas personas reincidentes
condenadas por un delito doloso y que, tras analizar su historial personal,
laboral, familiar y social, solo podrá ser aplicable a:
“a) Los mayores de 65 años.
b) Los que sufran de enfermedad grave, acreditada con pericia médico
legal.
c) Los que adolezcan de discapacidad física permanente que afecte
sensiblemente su capacidad de desplazamiento.
d) Las mujeres gestantes dentro del tercer trimestre del proceso de
gestación. Igual tratamiento tendrán durante los doce meses siguientes a la
fecha del nacimiento.
e) La madre que sea cabeza de familia con hijo menor o con hijo o cónyuge
que sufra de discapacidad permanente, siempre y cuando haya estado bajo
su cuidado. En ausencia de ella, el padre que se encuentre en las mismas.”
Como refleja el artículo 30, la pena restrictiva de libertad hace referencia a
la deportación del país peruano aplicable solamente a extranjeros
posteriormente al cumplimiento de la pena privativa de libertad o al
otorgamiento de un beneficio penitenciario no permitiendo su regreso.
Comentar que esta podría generar confusión pero considero que no puede
considerarse una pena alternativa puesto que dicha sanción restrictiva de
libertad no evita el cumplimiento de la pena de prisión sino que se
complementa al cumplimiento de esta aplicándose después.

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Así, otras sanciones alternativas a la prisión directamente reflejadas en este
código penal peruano y referidas como penas limitativas de derechos son la
prestación de servicios a la comunidad, la limitación de días libres y la
inhabilitación. Estas se encuentran evidenciadas en el artículo 31 y 32
manteniendo que solo pueden ser aplicables por el Juez cuando la sanción
sustituida no sea superior a cuatro años.
 POSIBILIDADES DE NO EJECUCIÓN DE LA PENA DE PRISIÓN:
En primer lugar encontramos la suspensión de la ejecución de la pena (arts.
57 al 61 CP) la cual tiene una extensión posible de 1 a 3 años y siempre:
“1. Que la condena se refiera a pena privativa de libertad no mayor de
cuatro años.
2. Que la naturaleza, modalidad del hecho punible, comportamiento
procesal y la personalidad del agente, permitan inferir al juez que aquel no
volverá a cometer un nuevo delito. El pronóstico favorable sobre la
conducta futura del condenado que formule la autoridad judicial requiere de
debida motivación.
3. Que el agente no tenga la condición de reincidente o habitual.”
De esta forma, al llevar a cabo esta suspensión el juez podrá imponer
determinadas reglas de conducta como:
“1. Prohibición de frecuentar determinados lugares;
2. Prohibición de ausentarse del lugar donde reside sin autorización del
juez;
3. Comparecer mensualmente al juzgado, personal y obligatoriamente, para
informar y justificar sus actividades;
4. Reparar los daños ocasionados por el delito o cumplir con su pago
fraccionado, salvo cuando demuestre que está en imposibilidad de hacerlo;
5. Prohibición de poseer objetos susceptibles de facilitar la realización de
otro delito;
6. Obligación de someterse a un tratamiento de desintoxicación de drogas o
alcohol;
7. Obligación de seguir tratamiento o programas laborales o educativos,
organizados por la autoridad de ejecución penal o institución competente.”
Además, a efectos de incumplimiento de estas reglas de conducta durante
el tiempo de suspensión o por condena por otro delito superior a 3 años (art.
60), el legislador permite al Juez:
“1. Amonestar al infractor;
2. Prorrogar el período de suspensión hasta la mitad del plazo inicialmente
fijado. En ningún caso la prórroga acumulada excederá de tres años;
3. Revocar la suspensión de la pena.”
Otro sistema de prueba que permite la no ejecución de la pena de prisión se
trata de la reserva del fallo condenatorio que permite al Juez no dictar una
resolución penal siempre que de las características individuales del
condenado se pueda pronosticar que este no volverá a cometer un delito;
independientemente de que la responsabilidad civil sí que pueda ser fijada.

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El periodo de reserva del fallo condenatorio es de uno a tres años pudiendo
aplicar:
“1. Cuando el delito está sancionado con pena privativa de libertad no
mayor de tres años o con multa;
2. Cuando la pena a imponerse no supere las noventa jornadas de
prestación de servicios a la comunidad o de limitación de días libres;
3. Cuando la pena a imponerse no supere los dos años de inhabilitación.”
Dicho esto, el juez puede imponer siempre motivadamente algunas de las
reglas de conducta comentadas antes en la anterior posibilidad de no
ejecución de la pena así como los mismos efectos de incumplimiento
cuando se infrinjan dichas reglas. De igual manera este régimen de prueba
podrá ser anulado cuando se cometa un nuevo delito doloso con una
sanción de prisión mayor a 3 años y será considerado finalizado al
cumplirse el plazo fijado (CP, 1991, art. 62 al 67).
La exención de la pena queda reflejada únicamente en el artículo 68
mediante la cual el Juez puede eliminar la pena de prisión en aquellos
casos en que esta no supere los 2 años.
La rehabilitación, expuesta en los artículos 69 y 70, se muestra como otra
posibilidad de no ejecución de la pena de prisión que se produce cuando se
ha cumplido la pena o medida de seguridad impuesta además de la
satisfacción de la reparación civil provocando:
“1. Restituye a la persona en los derechos suspendidos o restringidos por la
sentencia. No produce el efecto de reponer en los cargos, comisiones o
empleos de los que se le privó; y,
2. La cancelación de los antecedentes penales, judiciales y policiales. Los
certificados correspondientes no deben expresar la pena rehabilitada ni la
rehabilitación.”
Se producirá cancelación definitiva de los antecedentes por la comisión de
delito doloso cuando pasen 5 años sin que haya reincidencia o habitualidad.
Finalmente, encontramos dos medidas de seguridad argumentadas en los
artículos siguientes que también pueden ser consideradas como otras dos
posibilidades de no ejecución de la pena de prisión siendo estas la
internación (CP, 1991, art. 74 y art. 75) y el tratamiento ambulatorio (CP,
1991, art. 76 y art. 77). Por un lado, la internación en un centro hospitalario
especializado u otro establecimiento adecuado de sujetos considerados
como inimputables cuando exista la posibilidad de que este lleve a cabo
delitos graves. Por otro lado, el tratamiento ambulatorio tiene una
consideración especial puesto que esta medida es aplicada a sujetos
imputables y no sustituye el cumplimiento de la pena de prisión (por eso
puede no ser considerada como una posibilidad de no ejecución) pero sí

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que puede reducir la duración de la pena de prisión e incluso dar por
finalizada la condena si el tratamiento es exitoso y eficaz.
 POBLACIÓN PENITENCIARIA:

Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática peruano.

Fuente: Instituto Nacional Penitenciario/ Unidad de Estadística - Unidades de Registro


Penitenciario.

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Con estas dos representaciones se puede observar claramente como la
población penitenciaria en Perú ha ido aumentando progresivamente en las
fechas en las que se tiene constancia de los datos; con los que también se
puede deducir que dicha población ha ido en aumento durante el 2020. Sin
duda son datos alarmantes que deberían preocupan a las autoridades y a
los dirigentes políticos peruanos los cuales deberían aplicar políticas para
intentar paliar esta problemática. No obstante, hay que ser conscientes de
la realidad social que se vive en la mayoría de países latinoamericanos
donde hay manifestaciones de la delincuencia que se encuentran
consolidadas en la sociedad y, en especial, en la clase socioeconómica
media-baja.
Adentrándonos en algunas características de esta población penitenciaria
he podido informarme de que uno de los principales problemas actuales es
el hacinamiento que hay en las cárceles que provoca que haya muchas
tensiones debido al riesgo de contagio por coronavirus así como de otras
enfermedades como la tuberculosis y el sida. Gracias a la información
ofrecida por el Instituto Nacional Penitenciario sabemos que muchas
cárceles de este país cuentan con un elevado número de internos en el
rango de los 50 a los 54 años de edad con más de 6000 internos, más de
4000 que tienen entre 55 y 59 años y poco más de 4700 reclusos que
sobrepasan los 60, datos de los cuales preocupan al Tribunal Constitucional
por la vulnerabilidad actual que sufren estas personas y que provoca que se
estudie indultar y conmutar penas a determinados condenados de
peligrosidad baja y de aquellos que tengan una determinada elevada edad.

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Y es que uno de los mayores periódicos del país como es La República nos
ofrece datos muy claros de esta problemática del hacinamiento
demostrando que hay un exceso de más de 55.000 reclusos suponiendo un
porcentaje de hacinamiento penitenciario del 138% en relación a la
capacidad total de todos los centros. Este periódico nos informa de que los
centros penitenciarios más hacinados de Perú son los que se encuentran en
el centro del país y que del total de 68 cárceles solamente la de Cerro de
Pasto, la de Barbadillo y la de Base Naval del Callao no sobrepasan su
ocupación debido a que son penales de máxima seguridad.
Dicho esto, hay cerca de 7000 reclusos que cumplen penas inferiores a los
cuatro años (cerca de 1000 tan sólo de un año) lo que ha llevado a las
autoridades penitenciarias, y continúa haciéndolo, a que se pida a los
Jueces que traten de imponer en estos casos sanciones alternativas a la
pena de prisión para aligerar las diferentes prisiones del país y paliar el
problema del hacinamiento.

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Bibliografía
Código Penal. Decreto legislativo nº635. (1991). Lima.

Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). (s.f.). Obtenido de


https://www.inei.gob.pe/

Romero, C. (27 de 3 de 2020). El 5% de la población penitenciaria en el Perú tiene más de 60


años de edad. La República.

Torrico, M. A. (Marzo de 2013). Sanciones penales en el sistema jurídico peruano. Obtenido de


http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/7620EFA610E504C2052
57D270070381F/$FILE/06ROSAS.pdf

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