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PRESENTADO POR:
CURSO:
SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN II
DOCENTE
FACULTAD DE MEDICINA
1
Tabla de contenido
Contenido ................................................................................................................................... 2
FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ........................................................................................... 3
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ................................................................................... 3
JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA ................................................................................. 5
PREGUNTA DE TRABAJO ................................................................................................... 7
MARCO TEÓRICO .................................................................................................................... 8
Definiciones ........................................................................................................................ 8
Introducción ...................................................................................................................... 11
Epidemiología ................................................................................................................... 12
Ocupaciones de riesgo ..................................................................................................... 13
Fisiopatología ................................................................................................................... 14
Manifestaciones clínicas .................................................................................................. 16
Diagnóstico ....................................................................................................................... 20
Tratamiento ....................................................................................................................... 25
Prevención ........................................................................................................................ 26
Pronóstico ......................................................................................................................... 28
Perspectiva ....................................................................................................................... 28
Conclusiones .................................................................................................................... 29
Recomendaciones ............................................................................................................ 31
DISEÑO METODOLÓGICO .................................................................................................... 35
Tipo de estudio ................................................................................................................. 35
Población de referencia .................................................................................................... 35
Población de estudio ........................................................................................................ 35
Descripción de la estrategia de búsqueda ....................................................................... 35
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................................ 38
2
FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
Las consecuencias de esta entidad son múltiples (4), alterando el continuo del
individuo, la sociedad y el estado, lo que ocasiona dificultades para la comunicación
de deseos y necesidades de los afectados, pérdida de oportunidad de acceder a un
trabajo donde la audición sea un punto crítico (2), problemas en las relaciones
interpersonales (5), años de vida ajustados por discapacidad (6, 7) y costos directos
e indirectos por atención médica.
Se trata de una entidad prevenible, que ha sido reconocida como una enfermedad de
origen ocupacional desde la industrialización, lo que llevó a diferentes estados a
formular estrategias para la disminuir su ocurrencia (2, 8). A pesar de estos esfuerzos
y de décadas de investigación, sigue siendo una enfermedad con alta incidencia y
prevalencia (9), que a su vez no dispone de tratamiento efectivos.
3
Ya que la severidad del compromiso depende de la interacción entre factores
exposicionales y componentes individuales (4), no es posible predecir quiénes
presentan un riesgo mayor al usual con el fin de evitar su exposición a ambientes
potencialmente nocivos, por lo que toma fundamental importancia el papel del
personal de seguridad y salud en el trabajo en el diseño y vigilancia de los programas
de protección auditiva, así como en la formulación, diseño y aplicación de proyectos
de investigación que respondan a los vacíos en el conocimiento actualmente
existentes (5). Por las razones anteriormente expuestas, se desarrollará entonces, y
como una fase previa al diseño de esos proyectos, un capítulo de libro que busque
recopilar la evidencia existente, para a partir de esta soportar las preguntas de
investigación a responder.
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JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA
5
propenderá por respetar los derechos de autor y la propiedad intelectual a quien
corresponda. Así mismo, se dispone de suficientes recursos, como bases de datos
institucionales, para la adquisición del material de consulta.
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PREGUNTA DE TRABAJO
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MARCO TEÓRICO
Definiciones
▪ Audición: es el proceso por el cual las ondas sonoras que se propagan por el
espacio son percibidas a través del oído externo, trasformadas en vibración al
chocar la membrana timpánica, haciéndola vibrar, produciendo el movimiento de
la cadena de huesecillos del oído medio, que a su vez conducen estas vibraciones
hacia la perilinfa del caracol. Dichas vibraciones mueven las cilias de las células
ciliadas del órgano de Corti, estimulando a su vez las terminaciones nerviosas del
nervio auditivo, ya que las vibraciones se transforman en impulsos nerviosos,
siendo estos últimos los que viajan a la corteza, lugar donde se interpreta en la
corteza auditiva.
▪ Hipoacusia (CIE-10: H919): es la disminución de la capacidad auditiva por encima
de los niveles definidos de normalidad. Se ha graduado el nivel de pérdida auditiva
con base al promedio de respuestas en decibeles (11):
• <25 dB Audición normal.
• 26-40 dB Hipoacusia leve.
• 41-55 dB Hipoacusia moderada.
• 56-70 dB Hipoacusia moderada a severa.
• 71-90 dB Hipoacusia severa.
• >90 dB Hipoacusia profunda.
▪ PTA (Pure Tone Average – Promedio de Tonos Puros) (11): es el promedio de los
umbrales de 500, 1000 y 2000 Hz. Para salud ocupacional se recomienda
adicionar las frecuencias de 3000, 4000 y 6000 Hz dada la afectación de dichas
frecuencias en la hipoacusia inducida por ruido. Se recomienda así reportar el PTA
colocando en paréntesis las frecuencias tenidas en cuenta para calcular el
promedio. Ej. PTA (512) para 500, 1000 y 2000 Hz.
▪ Hipoacusia conductiva (CIE-10: H90.0, H90.1, H90.2) (11): disminución de la
capacidad auditiva por alteración a nivel del oído externo o del oído medio que
impide la normal conducción del sonido al oído interno.
8
▪ Hipoacusia neurosensorial (CIE-10: H90.3-H90.4, H90.5) (11): disminución de la
capacidad auditiva por alteración a nivel del oído interno, del octavo par craneal o
de las vías auditivas centrales. Las alteraciones más frecuentes se relacionan con
las modificaciones en la sensibilidad coclear.
▪ Hipoacusia mixta (CIE-10: H90.6-H90.7, H90.8) (11): disminución de la capacidad
auditiva por una mezcla de alteraciones de tipo conductivo y neurosensorial en el
mismo oído.
▪ Hipoacusia neurosensorial inducida por ruido de origen ocupacional (HNIR) (CIE-
10: H83.3, H90.3-H90.4, H90.5) (11): hipoacusia neurosensorial producida por la
exposición prolongada a niveles peligrosos de ruido en el trabajo.
▪ Trauma acústico (CIE-10: H83.3) (11): es la disminución auditiva producida por la
exposición a un ruido único de alta intensidad (mayor a 120 dB).
▪ Cambio del Umbral Auditivo Temporal (CUAT) (CIE-10: H83.3) (11): es el
descenso encontrado en los umbrales auditivos, relacionado con la exposición
reciente a ruido, que desaparece en las horas o días siguientes a la exposición,
para retornar a los umbrales de base.
▪ Cambio del Umbral Auditivo Permanente (CUAP) (CIE-10: H83.3) (11): es el
descenso encontrado en los umbrales auditivos, relacionado con la exposición a
ruido, que se mantiene en el tiempo sin retornar a los umbrales de base.
▪ Audiometría tonal (11): es la medición de la sensibilidad auditiva de un individuo
mediante el registro del umbral de percepción de tonos puros calibrados.
▪ Audiometría de base (11): es la audiometría tonal contra la cual se comparan las
audiometrías de seguimiento. Será en principio la preocupacional o de ingreso,
pero podrá ser cambiada si se confirma un cambio permanente en los umbrales
auditivos.
▪ Audiometría de confirmación (11): es la audiometría tonal realizada bajo las
mismas condiciones de reposo auditivo que la de base, y que se realiza para
confirmar un descenso de los umbrales auditivos encontrado en una audiometría
de seguimiento.
▪ Nivel TWA (Time Weighted Average): nivel de ruido ponderado en el tiempo,
expresado en dB, representativo de la exposición ocupacional. Está dado por la
siguiente expresión. TWA = 85 + 10 log D/100. Donde D es el porcentaje de la
dosis de exposición.
9
▪ Protector auditivo (11): elemento de uso individual que disminuye la cantidad de
ruido que ingresa por el conducto auditivo externo.
▪ Ruido estable (11): es el ruido que presenta variaciones de presión sonora como
una función del tiempo iguales o menores de 2 decibeles A.
▪ Ruido impulsivo o impacto (11): ruido caracterizado por una caída rápida del nivel
sonoro y que tiene una duración de menos de un segundo. La duración entre
impulsos o impactos debe ser superior a un segundo, de lo contrario se
considerará ruido estable.
▪ Ruido intermitente (11): es el ruido que presenta variaciones de presión sonora
como una función del tiempo mayores de 2 decibeles A.
▪ Tasa de intercambio (11): es un incremento en decibeles que requiere que el
tiempo de exposición sea reducido a la mitad. También, la disminución en
decibeles que requiere que el tiempo de exposición pueda ser duplicado.
▪ Tasa de reducción de ruido (NRR - por sus siglas en inglés: Noise Reduction
Rating) (11): número asignado a los protectores auditivos y que representa la
reducción global media del ruido, en decibeles que un protector auditivo lograra.
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Introducción
Dada la importancia que supone el poder discriminar adecuadamente los sonidos, así
como de las cualidades inherentes que lo componen, hace que la pérdida de la
capacidad para percibirlos adecuadamente o por completo, situaciones médicamente
denominadas hipoacusia o anacusia respectivamente, se convierta en un desafío
para las personas que lo padecen, así como para sus familias, amigos, comunidades,
empleadores, legisladores y los estados en sí mismos, reconociéndose este
problema, independiente de su origen, como la tercera causa de años vividos con
discapacidad a nivel mundial (3).
11
económicos (3, 16, 17), con el agravante de ser una entidad completamente
prevenible (4), se hace menester el contar con unas bases fundamentales sólidas que
permitan realizar actividades de prevención y diagnóstico temprano, con el fin de
establecer pautas de intervención y rehabilitación que permitan mejorar la calidad de
vida de los afectados (7).
Epidemiología
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en la exposición a mayores niveles de ruido en el trabajo, así como por la historia
ocupacional (15, 22); no obstante, se ha teorizado que diferencias en las hormonas
sexuales pudieran jugar un papel protector importante en el caso de las mujeres (16,
23, 24).
Ocupaciones de riesgo
Estas ocupaciones mencionadas hacen parte de las que tradicionalmente han sido
reconocidas como de riesgo. A pesar de esto, diferentes oficios “emergentes” como
los teleoperadores (29), trabajadores de la industria del entretenimiento (bármanes,
meseros en discotecas, etcétera) (30), e incluso aquellos que desarrollan su trabajo
en las calles (ej. Vendedores ambulantes) (3), podrían estar expuestos a niveles de
ruido con intensidades superiores a los permitidos.
Dicho lo anterior, en el mundo real podrían ser muchos más los individuos expuestos
a fuentes de nocivas de ruido en sus ambientes de trabajo, especialmente en países
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en vías de desarrollo, si se tiene en cuenta el subregistro (3) y la alta tasa de empleo
informal en estos (26).
Fisiopatología
Desde el punto de vista mecánico, los sonidos de alta intensidad, puede provocar
fluctuaciones violentas de la endolinfa y la perilinfa, lo que tiene el potencial de
producir desacoplamiento reversible entre las células ciliadas externas (CCE) y de la
membrana tectoria. Con exposiciones repetidas y prolongas a niveles nocivos de
ruido, deja de haber una separación reversible de las cilias, y pasa a haber una
pérdida de dicha estructura, así como un daño estructural interno de las cilias
restantes. Esto se traduce en una menor densidad ciliar y en disfunción de la CCE
(15, 20, 31).
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intracelulares. Todas estas sustancias tienen la capacidad de señalizar vías de
muerte celular en las células del oído interno mediante la apoptosis (15, 20).
La lesión mecánica y/o metabólica, pueden alterar también estructuras del sistema
nervioso (degeneración de neuronas en ganglios espirales, daño en el nervio y vías
auditivos centrales), empeorando la pérdida auditiva (5).
De todo lo anterior, pueden derivarse dos tipos de compromiso auditivo (15, 20, 31) :
Es importante tener en cuenta que las células ciliadas son células altamente
diferenciadas y que no poseen capacidad de regenerarse, situación que explica la
característica de irreversibilidad del daño auditivo (15).
Clásicamente se ha visto a los CUAT como eventos sin mayor trascendencia basados
en la recuperación teórica de la función evidente en las pruebas audiométricas (15).
Muy a pesar de esto, información reciente apunta a lo contrario, produciendo la ya
mencionada sinaptopatía coclear que da cuenta de las pérdidas auditivas ocultas. Por
otra parte, independiente de este tipo de daño, los CUAT parecen acelerar el
envejecimiento celular del órgano de la audición incluso en ausencia de CUAP, por lo
que, no correspondería a una situación inocua. Incluso, es posible que se traten de
15
dos entidades clínicas diferentes y que las explicaciones dadas correspondan a una
sobre-simplificación de los fenómenos subyacentes (31).
Por otra parte, el hecho de que ciertos individuos sean más susceptibles que otros a
los efectos producidos por el ruido, ha planteado la posible existencia de variaciones
genéticas tanto en los genes que determinan las características estructurales de la
cóclea, como aquellos que se relacionan con el metabolismo de antioxidantes,
reciclaje de electrolitos y otras funciones intracelulares afectadas por el ruido,
conociéndose hasta la fecha que algunas de estas hipótesis tienen una correlación
de importancia clínica (2, 15, 20). Así mismo, es posible que cambios epigenéticos
den también cuenta de las diferencias interindividuales, aunque hacen falta estudios
que lo comprueben de manera inequívoca (34, 35).
Manifestaciones clínicas
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que puede haber cierta asimetría en la pérdida auditiva, particularmente si existe una
exposición diferente al sonido entre los dos oídos (2). Este hecho se demuestra al
comparar la población general, donde la incidencia de una diferencia en el límite
interaural de 15 dB o más es del 1%, mientras que en personas expuestas a ruido
varía entre el 4,7 y el 36% (15). Cuando existe una discrepancia, la HNIR ocupacional
suele ser más grave en el oído izquierdo, aunque las causas de esto son
desconocidas (2).
El ruido al ser un agente de riesgo físico puede desencadenar otro tipo de déficits en
el órgano de la audición, especialmente tinnitus e hiperacusia, siendo también posible
encontrar reclutamiento y diplacusia (31).
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síntoma (36, 37). Puede aparecer después de una exposición a ruido excesivo
(episódica o recurrente), así como por muchas otras causas (37). La prevalencia es
mayor en personas expuestas a ruido ocupacional, 10% a 15%, en comparación con
trabajadores no expuestos a ruido ocupacional (5%) (33).
La diplacusia, es la percepción anormal del sonido, sea en tiempo o en tono, que hace
que este se perciba como dos (diplacusia) o más (poliacusia), puede representar una
afectación del oído interno por la exposición a ruido (40). Existen varios tipos de
diplacusia (monoaural, binaural, disarmónica, ecoica), y su manifestación depende de
la frecuencia del sonido que la evoca, así como de su intensidad; a mayor intensidad,
menor grado de diplacusia (40).
Finalmente, cada vez existe más evidencia de que la exposición a ruido puede
ocasionar alteraciones del equilibrio, por daños directos en las cilias vestibulares y/o
las vías del reflejo sacculocólico (15). La relevancia clínica es desconocida (15),
incluso algunos reportes solo evidencian daños subclínicos (31). Lo anterior hace
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necesario el disminuir el umbral diagnóstico y/o incrementar el rigor para evaluar las
funciones vestibulares en personas expuestas de manera crónica a ruido de
moderada a alta intensidad.
Como se mencionó previamente, los efectos del ruido no se limitan al oído interno.
Diversos estudios han demostrado de manera contundente, un incremento en el
riesgo de diversas enfermedades cardiovasculares, cefalea, estrés, insomnio,
aislamiento social, ansiedad, depresión, disminución del apetito y deterioro cognitivo,
especialmente demencia (16, 20, 33, 34, 41, 42).
En las últimas dos décadas se ha descrito una nueva entidad relacionada con la
exposición a fuentes sonoras, denominada “shock acústico” (29, 43). La descripción
de estos incidentes ha sido limitada a teleoperadores. Los síntomas descritos por los
afectados han consistido primordialmente de otalgia, sensibilidad auditiva, tinnitus,
alteraciones auditivas y mareo. Las evaluaciones audiométricas no han logrado, de
manera consistente, demostrar deficiencias relacionadas con el evento. En la
actualidad y tras evaluarse la evidencia disponible hasta la fecha, en la que se incluye
el hecho de que los dispositivos de telecomunicaciones poseen limitadores de
intensidad sonora, la variación entre las situaciones desencadenantes y los síntomas
descritos por los pacientes, así como el hecho de que la enfermedad se ha limitado a
zonas específicas donde se ha descrito la enfermedad, se sugiere que tiene un
componente psicógeno importante, aunque más información es necesaria para
dilucidar esta situación (29, 37, 43).
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Diagnóstico
Desde el reconocimiento del potencial que tiene la exposición a ruido para ocasionar
daños a nivel auditivo, y la descripción del patrón de pérdida audiométrica específico
de la HNIR, el abordaje diagnóstico se ha establecido mediante la aplicación de
audiometrías tonales puras (ATP) de manera sistemática en aquellos expuestos a
fuentes nocivas de este agente.
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Demuestra la ATP en fases tempranas o moderadamente avanzadas de la HNIR, un
patrón típico de hendidura en 4000 Hz, que puede extenderse a frecuencias vecinas
en 3000 y 6000 Hz, con alguna recuperación auditiva en los 8000 Hz. Con mayores
TWA, la hendidura puede llegar a volverse más profunda y amplia, comprometiendo
incluso las frecuencias de 2000, 1000 y 500 Hz (15). Pareciera ser que la afectación
ocurre en 4000 Hz a causa de propiedades intrínsecas de resonancia del conducto
auditivo y el oído medio (15).
Para lo anterior se han planteado diferentes modalidades diagnósticas entre las que
destacan el uso de pruebas de emisiones otoacústicas, la realización de audiometrías
tonales de alta frecuencia y, recientemente, se ha replanteado la posibilidad de
monitorizar los CUAT para prevenir el daño, aunque la realidad es que no se dispone
de un método definitivo para la identificación, monitorización y seguimiento en la fase
preclínica de la enfermedad (15, 30, 33).
21
lo que tal vez representa diferencias en los métodos utilizados entre diferentes
autores.
Una de las mayores dificultades para el uso de las EOA como método de
monitorización, es la necesidad de “espacio para el deterioro”, es decir, que no haya
habido un daño; en caso de deficiencias preexistentes o cuando las señales de las
EOA sean bajas o están ausentes, deberán utilizarse audiometrías convencionales
para el seguimiento (45). No obstante, más que una dificultad, podría interpretarse
esto como una oportunidad para la implementación precoz de esta metodología, dada
su mayor sensibilidad para el diagnóstico (48).
Finalmente, pareciera ser que las EOA poseen la capacidad de demostrar un daño
coclear secundario a ruido antes de sea evidente en la ATP (15). Dicho lo anterior y
sumado a otras ventajas inherentes al procedimiento (ej. No necesidad de
colaboración voluntaria del examinado), podrían constituirse las EOA como el método
de tamización de elección para la HNIR, como lo es en la actualidad en los Países
Bajos (45), pero deberán desarrollarse protocolos de aplicación que homogenicen los
resultados y sus interpretaciones antes de su uso masivo (15).
Por otra parte, se ha hipotetizado que la exposición a ruido podría afectar la audición
en frecuencias superiores a las históricamente descritas. La evidencia actual,
demuestra, de manera contundente, que el desenvolverse en ambientes con
intensidades sonoras elevadas reduce la capacidad de discriminar sonidos por
encima de los 8000 Hz de manera más temprana y confiable que las audiometrías
convencionales (AC) (41).
Las audiometrías de alta frecuencia (AAF), son pruebas que permiten evaluar la
discriminación auditiva en frecuencias que oscilan entre los 8000 y los 20000 Hz (41).
Si se tiene en cuenta que el oído humano tiene la capacidad de percibir frecuencias
entre los 20 y los 20000 Hz, y que esta capacidad va disminuyendo con el paso de
los años, habría que formular la estandarización de las pruebas y sus resultados de
acuerdo con el grupo etario correspondiente al individuo (49).
Mucha información ha sido recolectada en las últimas décadas con relación al uso de
las AAF en personas expuesta a ruido. Los hallazgos descritos hasta el momento
sugieren que:
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▪ Los cambios auditivos en frecuencias altas son atribuibles no solo a la edad
sino también a la exposición a ruido (50).
▪ Las AAF son más sensibles que las AC y las EOA para la identificación de
HNIR (48).
▪ Puede utilizarse para la identificación temprana de la HNIR (48, 51), incluso en
frecuencias conversacionales (52), contribuyendo de esta manera a la
prevención.
▪ Hay una alta correlación entre la duración de la exposición y los umbrales
auditivos en todas las frecuencias (53).
▪ El incremento en el umbral auditivo de alta frecuencia aparece de manera
acelerada en los primeros años de exposición, lo que sugiere que su utilidad
sería mayor en trabajadores jóvenes, especialmente menores de 30 años (50).
▪ Las frecuencias más consistentemente afectadas son 14000 y 16000 Hz (48).
▪ Al estratificar a los expuestos por grupos eterios, se han descrito las siguientes
frecuencias como las más sensibles para la identificación de HNIR:
▪ 14 y 16 kHz en el grupo de 20-29 años (54).
▪ 16 kHz en el grupo de 30-39 años (55).
▪ 11,2 y 12,5 kHz en el grupo de 40-49 años (54).
▪ 10, y 11,2 kHz en el grupo de 50-59 años (54).
▪ Otras frecuencias sugeridas pueden encontrarse en (56).
▪ Las pérdidas en 16000 Hz son superiores que los cambios en 4000 Hz para el
diagnóstico de HNIR (41, 49).
Dos limitantes fundamentales con relación al uso de las AAF sobre las AC existen. La
primera es la no disponibilidad comercial de equipos y la falta de criterios de
estandarización para la calibración, situación que ha mejorado en los últimos años
dados los avances tecnológicos que han permitido la reducción de costos y una mayor
distribución de equipos (41). La segunda es la mayor variabilidad en los resultados en
la AAF comparado con la AC (41, 49). Al igual que con las EOA, es necesario
estandarizar una metodología de aplicación previo a la tamización con AAF (41).
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predecir pérdidas auditivas derivadas de exposiciones a fuentes sonoras (30). Si bien
los resultados en su momento no demostraron beneficios (30), información publicada
recientemente sobre el seguimiento longitudinal de una cohorte sugiere lo contrario
(57), lo que lo convertiría en un método con el potencial de prevención esperado de
los programas de conservación auditiva.
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en el Lugar de trabajo” (GATI-HNIR), se decanta por la no corrección por presbiacusia
(11).
A pesar de que las descripciones del compromiso han argüido a las no diferencias en
el patrón de compromiso derivado de la exposición a ruido dependiente del origen,
ocupacional o no ocupacional (recreacional/ambiental) (2, 13), evidencia reciente
apunta a que sí podría haber discrepancias entre los patrones audiométricos con
relación a si se trata de un ruido estable o un ruido de impacto (58, 59). También se
ha demostrado que en aquellos expuestos a ruido de impacto, las pérdidas auditivas
son más tempranas que en aquellos con ruido continuo (1, 58), e incluso que el daño
podría seguir avanzando una vez cese la exposición a la noxa (59).
Muchos son los avances efectuados en las últimas décadas con relación al
diagnóstico de la HNIR. Independientemente de la metodología que se utilice, siempre
deberán correlacionarse los hallazgos de las pruebas auditivas con una historia
detallada que busque reconstruir posibles exposiciones a fuentes nocivas de ruido en
el sitio de trabajo, así como a otras fuentes de ruido no relacionadas con el trabajo, a
ototóxicos, a vibración, antecedentes de traumatismos craneales y/o patologías
previas o concomitantes que expliquen, en conjunto, el grado de compromiso de la
persona como un todo.
Tratamiento
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futuro podría llegar a considerarse el consumo regular de antioxidantes como
profilaxis para la HNIR en la población expuesta (61).
Prevención
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intensidad (7, 8). Es por esto por lo que la prevención se constituye como el pilar
fundamental para disminuir la incidencia y prevalencia de la enfermedad (19, 30), lo
que se ve reforzado por la ausencia de tratamientos efectivos a la fecha (1, 20).
Se considera que los estándares proporcionados por la NIOSH tienen una mejor
evidencia de respaldo y tienden a ser más restrictivos. Se propone entonces que toda
persona expuesta a niveles de ruido iguales o superiores a 85 dB(A) durante 8 horas
al día o 40 horas por semana, con una tasa de intercambio de 3 dB(A), debería hacer
parte de estos programas y debería otorgársele los elementos necesarios para su
protección (2). Debe recordarse que la tasa de intercambio hace referencia al cambio
en la intensidad del ruido ante el que debe disminuirse la exposición a la mitad o
viceversa; es decir, con 85 dB(A) son 8 horas y con 88 dB(A) 4 horas.
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a largo plazo). Pareciera además que no existe diferencia entre el uso de protectores
auditivos completos (copas) en versus tapones de espuma a largo plazo con
ambientes que superan los 89 dB(A) de ruido (OR 0.8, 95% CI 0.63–1.03). No
obstante, el uso de protección auditiva más frecuentemente disminuye las pérdidas
auditivas con el muy largo plazo (5).
Pronóstico
Perspectiva
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por lo que debería evaluarse la audición de forma holística y no solo en función del
reconocimiento de palabras en frecuencias conversacionales (62).
Conclusiones
29
Nuevos modelos preventivos y diagnósticos se han desarrollado en las últimas
décadas, lo que, en conjunto con las nuevas tecnologías en el análisis de datos,
debería ayudar a prevenir la ocurrencia de la HNIR.
30
Recomendaciones
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médicas, aplicación de cuestionarios tamiz, y pruebas audiológicas, como la
audiometría.
8. Los programas de conservación auditiva deben incluir estrategias educativas y de
motivación para la aplicación de las medidas de control dirigidas al empleador y a
los trabajadores.
9. Los EPP son una medida provisional mientras se asegura el control en la fuente o
el medio y para su utilización debe aplicárseles un ajuste en las tasas de
protección proporcionadas por los fabricantes.
10. Se recomienda realizar evaluación auditiva preocupacional, de seguimiento y
postocupacional, que explore adicionalmente las condiciones individuales
relacionadas con hipoacusias, y otras actividades asociadas con los hobbies y
hábitos personales, así como la exposición a sustancias químicas y a vibración.
11. Para la evaluación auditiva se indica audiometría tonal realizada por personal
calificado y en cumplimiento de los estándares de calidad. Deben examinarse las
frecuencias de 500, 1000, 2000, 3000, 4000, 6000 y 8000 Hz en cada uno de los
oídos.
12. Las audiometrías pre y postocupacionales se realizan bajo las mismas
condiciones, con reposo de mínimo 12 horas, no sustituido por uso de protectores
auditivos. Las de seguimiento deben ser realizadas al terminar la jornada laboral
o bien adelantada la misma, con el fin de detectar descensos temporales en los
umbrales auditivos. Es indispensable disponer de la evaluación audiométrica
preocupacional, para determinar cambios en los umbrales.
13. La periodicidad recomendada para el seguimiento de la vigilancia médica es: cada
5 años para trabajadores expuestos a niveles de ruido entre 80-<82 dB(A) TWA;
anuales para los trabajadores expuestos a niveles de ruido de 82 a 99 dB(A) TWA
y semestrales para los expuestos a niveles de 100 dB(A) TWA o más.
14. Si en la audiometría se encuentra un desplazamiento de 15 dB o más, en al menos
una de las frecuencias evaluadas en cualquiera de los oídos, se recomienda
repetir inmediatamente la audiometría, verificando que se han controlado todas
las posibles causas de error. Si persiste descenso de 15 dB en alguna de las
frecuencias evaluadas, se indicará audiometría tonal de confirmación de cambio
de umbral auditivo dentro de los siguientes 30 días, bajo las mismas condiciones
de toma de la audiometría preocupacional.
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15. La recuperación de los umbrales es considerada un Cambio de Umbrales
Auditivos Temporal (CUAT), lo cual indica reforzar el cumplimiento del programa
de conservación auditiva. Ante persistencia de descenso de umbrales se
considera puede haber un Cambio de Umbrales Auditivos Permanente (CUAP),
para lo cual la empresa reevaluará el nivel de exposición y las medidas de control
implementadas y se realizará remisión para valoración clínica por medicina laboral
u otorrinolaringología. Si no se tiene duda con respecto a los umbrales se
procederá a realizar un registro cambio de los umbrales para las siguientes
audiometrías de seguimiento.
16. Se indica el uso de ayudas diagnósticas auditivas complementarias cuando se
presentan dudas al respecto de los umbrales auditivos reportados por el paciente
en la audiometría tonal, sea preocupacional, de confirmación de cambio del umbral
auditivo o postocupacional.
17. Se recomienda asegurar una exposición por debajo de los 80 dB(A) dentro del
programa de control e higiene industrial en aquellos trabajadores en los cuales se
han identificado algunos antecedentes, que pueden estar relacionados con un
riesgo discretamente mayor de presentar hipoacusia (mediada por condiciones
diferentes y que no han mostrado tener asociación con la exposición laboral a
ruido)
18. La indicación de tratamiento quirúrgico con implante coclear para pacientes post-
linguales es la presencia de hipoacusia neurosensorial bilateral de severa a
profunda, con una capacidad de discriminación en contexto abierto de frases del
30% o menos, bajo las mejores condiciones posibles de amplificación auditiva.
19. Algunos trabajadores presentarán indicación de rehabilitación auditiva, la cual no
difiere de indicaciones para las pérdidas neurosensoriales de otro origen. Se
apoya tanto en los hallazgos audiológicos como en las limitaciones referidas por
el paciente desde el punto de vista comunicativo.
20. La hipoacusia inducida por ruido ocupacional se caracteriza por ser principalmente
neurosensorial, afectando las células ciliadas del oído interno. Casi siempre
bilateral, simétrica y casi nunca produce una pérdida profunda. Una vez que la
exposición a ruido es descontinuada no se observa progresión adicional por la
exposición previa a ruido. La pérdida más temprana se observa en las frecuencias
de 3000, 4000 y 6000 Hz, siendo mayor usualmente en 4000 Hz. Las frecuencias
más altas y las bajas tardan mucho más tiempo en verse afectadas. Dadas unas
33
condiciones estables de exposición, las pérdidas en 3000, 4000 y 6000 Hz
usualmente alcanzan su máximo nivel a los 10 a 15 años y decrece el riesgo de
mayor pérdida en la medida en que los umbrales auditivos aumentan. Los casos
que no se ajustan a los elementos caracterizadores de una pérdida por exposición
a ruido deben ser evaluados individualmente.
34
DISEÑO METODOLÓGICO
Tipo de estudio
Población de referencia
Población de estudio
35
español o portugués, con estudios en humanos y/o trabajos en animales presentados
en forma de revisiones sistemáticas o metaanálisis.
Las bases de datos donde se realizaron las consultas para la obtención de los
documentos fueron:
▪ MEDLINE.
▪ Scopus.
▪ EBSCO.
▪ Trip Data Base.
▪ Lilacs.
▪ Bireme.
▪ Google Scholar.
Los temas que se desarrollaron fueron una breve introducción, la epidemiología actual
de la enfermedad, los procesos fisiopatológicos que explican la ocurrencia de esta,
así como las manifestaciones clínicas auditivas y extra auditivas que esta ocasiona,
con el respectivo abordaje diagnóstico clínica y paraclínico, la sensibilidad de las
pruebas diagnósticas, las modalidades terapéuticas, así como el uso de estrategias
36
complementarias y las pautas para su aplicación. Por último, se hizo una descripción
detallada de las estrategias de prevención, buscando establecer unos parámetros que
hayan demostrado beneficios, y que sean fácilmente aplicables, medibles y
replicables.
La población objeto de estudio fueron los documentos científicos que cumplían con
los criterios de inclusión y las características de los criterios de exclusión.
37
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