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PAMPLINAS

MartínCaparrós
La palabra liberiad

s UNHECHO:nos la están robando. Les quedaba Mientras tanto, los países del capitalismo triunfante
poco por robar y ahora se roban una de nues- se definieron como estructuras destinadas a conservar
tras mejores palabras. Y nosotros —¿quiénes la libertad de sus ciudadanos, a asegurar que no tuvieran
somos nosotros?—vamos enmudeciendo poco que obedecer a ningún tirano, que pudieran hacer —den-
a poco: nos vamos quedando sin palabras. tro de la ley— lo que quisieran. Así que nuestros Inundos
Y más en estos días. Estamos, dicen, en se consideran un santuario de libertades —yrebosan de
vacaciones —esa palabra que no admite sin- ellas:libertad dc circulación, libertad de expresión, liber-
gular. Es el rnomento de la libertad: en estos días ejer- tad de comercio, libertad de culto, libertad de prensa. Ii-
cernos la libertad extrema de no trabajar tres o cuatro bertad de empresa, libertad condicional, aquella estatua,
semanas y tneter los piecitos en el mar o la marcha o Y libertad, por supuesto, de trabajar mucho (liás que Io
la maleza y ligar —losque pueden—como quien se que uno querría por inucho Inenos que lo que uno merece
desliga y beber o tomar algo más, deshacernos de las para que algún patrón sc beneficie —pero con vacaciones.
obligaciones habituales, deshacernos. Todas libertades La palabra libertad ya estaba capada. neutralizada.
sancionadas por el comité de libertades veraniegas, Nosotros los privilegiados vivimos colrnados de esas
todas con el sello habilitante: todo un set de liberta- libertades liberales que liberan muy poco: que contri-
des tan cautivas. buyen a sostener la pantornirna. Florece, entre ellas, la
Libertad se ha vuelto una palabra muy confusa. libertad de usar a los denuis, de privarlos de lo más ne-
Hubo tiempos en que estaba clara: ser libre era no ser cesario, de vivir tanto mejor y educarnos tanto rnejor
esclavo. Hace unos siglos, cuando aquello de la esclavi- y curarnos tanto mejor y morirnos tanto después que
tud empezó a quedar mal, libertad tomó dos caminos: ellos porque papá hizo algún dinero. o el tatarabuelo,
podía ser la condición de quienes no estaban presos y Yaasí era triste, pero la palabra libertad siguió cayen-
la de quienes no estaban oprimidos, quienes no estaban do. Hace poco recordábamos cólno cierta derecha sc ha-
encerrados por un Estado en una cárcel o quienes no es- bía apoderado dc la palabra catnbio•, la tiene colgada en
taban encerrados en un Estado que parecía una cárcel. el salón de la finca, entre sus cuernos, justo al lado de la
Esta libertad se transformó en una aspira-
ción y empezó a aparecer en las revueltas, los
himnos, las conciencias. La libertad por ex-
celencia condujo la primera gran revolución Se ha vuelto una palabra muy confusa.
ciudadana, liberté, égalité,fraternité, para de-
cir que no querían que un rey les dijera lo que I lubo tiempos en que estaba clara:
podían y no podían hacer. La libertad se vol- ser libre era no ser esclavo
vió un grito, miles y miles pelearon por ella,
murieron por ella, la impusieron. Pulularon poetastros palabra libertad. Libertad supo ser la expresión dc quic-
que la consideraron la palabra más bonita, le cantaron nes querían sacudirse reyes, jefes, cruces. explotaciones
versos repetidos, le hicieron la pelota en cien idiornas varias; ahora es el padrenuestro de los que reivindican
—salvouna que, amarga, desafiante, justo antes de per- su derecho a beber conlo se les cante, a imponernos sus
der la cabeza le gritó "Libertad, icuántos crímenes se usos y costumbres y credos y créditos, a cornprar y ven-
cometen en tu nombre!'l der según la ley de la selva del libre mercado, n explotar
Con el tiempo, la paradoja de Madame Roland se según la misrna ley, a infectarnos, a despreciar a los quc
volvió demasiado común: en los regímenes soviéticos, se toman la libertad de no ser conno ellos.
los monstruos de la razón se cargaron cualquier liber- Otra vez, por otras razones, la frase dc Madatnc Ro-
tad. Lo hicieron, faltaba más, en nombre del bien: para land se llena de sentidos: "Libertad, cuántos crírnencs",
que el Estado impidiera que unos pocos se aprovecha- Otra vez, si no la recuperarnos, si no la recargan10s,se-
ran de la mayoría. Pero, para eso, instalaron Estados guiremos siendo lo que sotnos: pertinaces perdedores
policiales y abusaron de su poder y se aprovecharon de palabras, un silencio más y más ruidoso, Inuditos dc
de la mayoría —como toda dictadura. la mente. —EPS

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