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Que las maestras y los maestros generen estrategias para fortalecer el aprendizaje de las alumnas y los
alumnos, a partir de la reflexión y el reconocimiento tanto de su práctica, como de la relación con el colectivo
y la comunidad, a fin de afrontar los retos en el regreso a clases.
Específicos
Que las maestras y maestros:
1. Identifiquen sus emociones en torno al regreso a clases desde lo individual y lo colectivo, con la finalidad de
plantear acciones que les permitan propiciar un reencuentro positivo con todas y todos.
2. Generen estrategias para promover la participación de madres, padres de familia o tutores como figuras
coadyuvantes del proceso educativo, en un marco de respeto y colaboración.
3. Identifiquen la importancia del diagnóstico como una herramienta fundamental para tomar decisiones ante
los desafíos que se presenten en el aprendizaje de las alumnas y los alumnos.
4. Generen estrategias de trabajo en el aula, enfocadas en las características de las alumnas y los alumnos,
para fomentar la autonomía, el ambiente de colaboración en el grupo y el trabajo entre pares.
5. Establezcan compromisos para favorecer un regreso a las aulas centrado en el bienestar y el aprendizaje del
alumnado.
Orientaciones para la facilitación y el desarrollo del taller
La Guía está dirigida al personal que se hará cargo de la organización de las actividades y su puesta en marcha
con la finalidad de alcanzar el objetivo establecido. Este material puede adaptarse en la medida que se
considere pertinente, atendiendo la diversidad de contextos y condiciones existentes para la formación
docente.
La metodología del taller se fundamenta en un enfoque colaborativo y centrado en la persona, con la
intención de propiciar que las maestras y los maestros dialoguen y reflexionen, a partir de su propia
experiencia, para intercambiar prácticas y estrategias en colectivo que fortalezcan su labor.
En atención a dicha metodología, las sesiones se organizan de la siguiente manera:
Incluyen actividades que se desarrollarán de forma individual, por equipos y en plenaria, las cuales se
identificarán con la iconografía que se presenta a continuación.
En las actividades individuales o por equipo se pondrá en práctica la colaboración y autonomía de las y
los participantes para organizar sus procesos y realizar los productos que compartirán en la plenaria.
Las actividades en plenaria se organizarán en torno a los siguientes aspectos:
a) compartir e integrar los trabajos realizados de manera individual o en equipo;
b) elaborar reflexiones colectivas;
c) tomar decisiones;
d) llegar a acuerdos, y
e) elaborar productos finales.
Para el desarrollo del taller, considere lo siguiente:
Realice la toma de acuerdos sobre los compromisos y las reglas que se requieren para el trabajo en el
taller, a través de una lluvia de ideas.
Registre los acuerdos y recurra a éstos para ir monitoreando su cumplimiento.
Organice equipos de 3 a 5 participantes, los cuales pueden mantenerse juntos en las distintas sesiones
del taller. Cuando sea posible, es conveniente que los equipos integren a las maestras y los maestros
que imparten el mismo grado escolar, asignatura o, en su caso, reunirse por zona escolar.
Promueva que en los equipos cada participante tenga un rol, que puede ir cambiando en cada sesión:
coordinación, relatoría, exposición, control del tiempo y materiales.
Considere que requiere una persona de apoyo que se haga cargo de la relatoría diaria, es decir, que
tome notas, integre y organice la información que se aporte.
Destaque la importancia de la colaboración y la autonomía en la organización del tiempo para realizar
el trabajo individual y por equipo. Esto contribuye de manera fundamental al cumplimiento del
objetivo del taller.
Invite al colectivo docente a seleccionar algunos productos que considere importante compartir con la
comunidad escolar o a difundirlos por distintos medios, como la página de la Dirección General de
Formación Continua a Docentes y Directivos (http://dgfc.basica.sep.gob.mx/), en la sección Sala de
Maestras y Maestros.
Para cumplir con los objetivos del taller, se hace énfasis en la colaboración y el trabajo en equipo, con la
intención de propiciar el diálogo y la reflexión, a partir de la recuperación de la experiencia y el intercambio de
prácticas y estrategias en colectivo. Además, es necesario considerar los siguientes aspectos:
Organización del tiempo al realizar el trabajo individual, en equipo y en plenaria.
Compromisos y reglas para llevar a cabo el taller de forma exitosa.
Conformación de los equipos con base en los siguientes puntos:
a) De 3 a 5 participantes que pueden mantenerse juntos en las distintas sesiones del taller.
b) Cuando sea posible, organizarse de acuerdo al grado escolar, asignatura o, en su caso, zona escolar.
c) Que cada participante asuma uno de los siguientes roles: coordinación, relatoría, exposición, control
del tiempo y materiales.
Designación de un/una docente a cargo de la relatoría, es decir, que tome notas, integre y organice la
información que aporten las y los participantes.
Hacer este ejercicio les permite darse cuenta de las diferentes emociones que se experimentan en el colectivo
y, además, que como personas están viviendo una situación extraordinaria que les replantea su forma de vivir
de manera general, pero también la forma de enseñar y aprender. Entenderse desde esta perspectiva ayudará
a plantear estrategias en común para que la experiencia sea lo más benéfica posible para todas y todos, como
lo verán en la siguiente actividad.
¿De qué forma podemos ser una red de apoyo que fomente el autocuidado emocional de quienes
conformamos el colectivo?
Principalmente con la confianza, creando una relación de respeto, de confianza, generar una conexión especial
con las personas adecuadas, con las que nos sentimos seguros, con las que compartimos formas de pensar,
ideales, valores. Personas que también se hayan sentido vulnerables, que hayan tenido experiencias similares
a nosotros o que tengan la necesidad de ser escuchados, que te miren a los ojos, que pregunten cómo te
sientes, qué necesitas.
A continuación, redacten 6 formas en que pueden brindarse apoyo entre docentes para el autocuidado
tanto en lo individual como en lo colectivo en este regreso a clases.
Listado de formas para autocuidar(nos)
1 Escuchar y expresar nuestros miedos y preocupaciones entre compañeros docentes.
2 Practicar respiraciones profundas, meditación o alguna actividad que nos ayude a calmar la mente.
3 Mantener la sana distancia entre docentes y entre las alumnas y alumnos.
4 Crear hábitos que perduren como por ejemplo aprender a preparar comidas saludables y deliciosas en
lugar de comprar comida para llevar.
5 Crear rutinas como realizar ejercicio.
6 Por las mañanas, antes de que lleguen los alumno y alumnas, intentar visualizar nuestro día en
adelante. Ajustar nuestras expectativas a ese estado de calma, perder el miedo a lo que pueda ocurrir.
7 En el receso o durante cambio de horas, tomarnos unos minutos para caminar un poco por los pasillos
o el patio. Podemos comer una fruta. Desconectarnos por unos minutos de lo que venimos haciendo
desde hace horas y solo concentrarnos en el acto de comer esa manzana, por ejemplo.
8 Estirarnos al menos dos o tres veces cada hora.
9 Hidratarnos adecuadamente.
10 Crear redes de apoyo entre compañeros docentes.
11 Organizarnos con la gente que nos rodea, de aportarnos solidaridad y apoyo mutuo.
12 Hacer frente a los riesgos, las violencias y las crisis, de informarnos e informar, de construir confianza,
de sentirnos protegidos y proteger a las demás
13 Aprender a escuchar(nos). La escucha es, sin duda, la piedra angular de los autocuidados. Para poder
brindarnos aquello que necesitamos para cuidarnos, tanto a nosotras mismas como a las demás
personas, es fundamental que nos escuchemos.
14 Comenzar por conversar con nosotros/as mismos/as. Nuestro cuerpo es el medio para percibir lo que
nos afecta, lo que nos rodea y lo usamos para relacionarnos con otros; al escucharlo, entablamos
una conversación con nosotros mismos para ser conscientes de cuáles son nuestras necesidades y
poderlas satisfacer sanamente.
15 Los cuidados personales como la alimentación, el sueño, la higiene, entre otros, son necesidades
que, por lo general, podemos satisfacer por nosotros mismos. Sin embargo, estos cuidados que podría
parecer que tienen un impacto puramente individual, muchas veces también lo tienen en lo colectivo.
En realidad, las prácticas cotidianas que realizamos para cuidar de nosotros mismos también las
estamos haciendo para cuidar a los demás.
16 Darnos el tiempo necesario. El tiempo es un ingrediente fundamental en los autocuidados pues más
que una meta que se alcanza, son un proceso constante. Pensar en el tiempo como un aliado que está
de tu lado, es reclamar el derecho a establecer tus propios ritmos.
17 Aprender a identificar las situaciones de riesgo y de violencia en las que ciertas acciones se combinan y
nos pueden dañar física o emocionalmente.
18 Identificar situaciones de riesgo con claridad y comprender cuáles son los factores que las están
causando.
19 Aprender a informarnos. Para autocuidarnos es necesario informarnos y a informarse también se
aprende. Los cuidados requieren que aprendamos ciertas cuestiones y para hacerlo es necesario
obtener información y convertirla en conocimiento aprehendido.
20 Aprender a organizarnos. Es prácticamente imposible vivir aislado y cuidarnos sin la ayuda de los otros.
El apoyo y la cooperación son vitales para crecer sanos; tejer redes con personas con quienes
compartir experiencias y construir soluciones.
Recuerden que conformar una red de apoyo, que permite que el regreso no sea solo para organizarse en
relación a la operación y funcionamiento de la escuela, sino un reencuentro en el sentido de lo afectivo y lo
emocional, en su propio reflejo en las vivencias de las y los colegas, para poder reconocerse como personas y
colectivo, y encontrar un punto de partida en común para que este, aun con la incertidumbre que puede
representar, se genere en un marco de calidez, de confianza y de seguridad emocional para todas y todos.
¿Se está promoviendo su participación corresponsable?, ¿en qué medida se está logrando?
Si, en un 85% de los padres de familia los padres apoyan y participan en la escuela de su hijo(a).
Fomentar la participación.
Favorecer la cooperación.
En consecuencia, la puesta en práctica de los valores comunitarios y democráticos que se proponen en la familia
y la escuela forman parte del cúmulo de experiencias que el alumno tiene en frente; cuando se logran configurar
estos dos ambientes el niño puede configurar su propia identidad.
Dialogar no es hablar, sino saber escuchar. Es esencial la actitud de escucha activa con los padres de familia.
Saber ceder. No podemos imponer siempre nuestra opinión.
Esclavos del tiempo. Hay que tener claro de qué hablar porque el tiempo es limitado, pero puede ser de calidad.
Charlas de integración familiar, en la primera reunión de padres de familia los maestros podemos aprovechar la
ocasión para buscar el bienestar común de los maestros y alumnos.
Actividades con padres de familia como “construyo mi historia familiar” donde podemos conocer el entorno de
nuestros alumnos como su situación familiar.
Contacto diario. La entrada y salida de los alumnos de la escuela se puede aprovechar para intercambiar
información sobre el niño.
Organizar actos deportivos y culturales donde no solo participen los niños sino los padres de familia para
promover la unión y el trabajo en equipo.
Cada equipo presente al colectivo las estrategias que seleccionó. Después, con base en estas, elaboren un “Inventario
de estrategias para promover la participación corresponsable de madres, padres y/o tutores”, a partir de lo siguiente:
1. Intégrenlas en un documento.
Este material estará a disposición de todas y todos, para la consulta e implementación de las estrategias o para agregar
algunas nuevas que surjan durante el ciclo escolar. Será la evidencia de que trabajando colaborativamente y en
corresponsabilidad los resultados serán benéficos para todas y todos.
Visitas al aula
Realizar una muestra pedagógica en la que las madres, padres y/o tutores puedan observar cómo se lleva a cabo el
trabajo en el aula, y cuáles son los aprendizajes que están adquiriendo sus hijas e hijos. Puede ser por medio de una
clase muestra seguida de la presentación de proyectos por parte de las alumnas y alumnos y/o de actividades
pedagógicas en la que también madres, padres y/o tutores puedan participar.
De diversos temas que fortalezcan la crianza: el juego, alimentación, sueño, control de esfínteres, desarrollo psicosexual,
características de la conducta en las diversas etapas del desarrollo, comunicación con adolescentes, etc.
Al finalizar las clases, se les puede pedir un momento para explicar qué pasó durante el día, qué aprendizajes esperados
trabajaron, qué hicieron sus hijos e hijas, etc.