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2. En 1992 el causante comienza una relación sentimental con una mujer más joven y
madre de dos hijas, con las que convive en su vivienda.
4. En fecha de febrero de 2016, el causante contraer matrimonio con una de las hijas de
su pareja sentimental.
ANTONIO, el causante, en el año 2015, otorga testamento ante notario, en el que deja a
sus dos hijos, MARIA Y RAÚL, la legítima estricta de conformidad con la ley e
instituye heredera de todos sus bienes a SONIA, su entonces pareja sentimental,
estableciendo una sustitución vulgar en favor de las hijas de SONIA, todo lo amplia que
la ley permite.
De acuerdo con el artículo 807 del Código Civil, modificado por Ley de 13 de mayo de
1981, dispone que «Son herederos forzosos: 1.º Los hijos y descendientes respecto de
sus padres y ascendientes. 2.º A falta de los anteriores, los padres y ascendientes
respecto de sus hijos y descendientes. 3.º El viudo o viuda en la forma y medida que
establece este Código».
Por su parte, el art. 808.1 CC dispone que la cuantía de la legítima correspondiente a los
descendientes debe ser las 2/3 partes del haber hereditario, sin embargo 1/3 de la misma
puede ser utilizado para mejorar a alguno de los hijos o descendientes por lo que, en
strictu sensu, la legítima estricta se reduce a 1/3 del haber hereditario que debe ser
repartido por igual entre los legitimarios.
Así, sus descendientes, MARÍA Y RAÚL, obtendrían 2/3 de la herencia puesto que, a
pesar de que el causante especificó en el testamento que solo debían adquirir el tercio
correspondiente a la legítima estricta, de acuerdo con el art. 808.2 y 823 del CC, solo se
puede mejorar a los descendientes.
Por su parte, SONIA recibiría el tercio de libre disposición, en caso de que renuncie a su
parte del haber hereditario, serán sus hijas las herederas por sustitución vulgar.
1) Validez del matrimonio. En caso de que este matrimonio fuera válido, cómo
modifica el testamento otorgado con anterioridad (tercio de mejora en usufructo para
la viuda)
En cuanto al caso que nos ocupa haremos exclusiva referencia al matrimonio civil pues
no se especifica la naturaleza de este. Para determinar su validez, nos centraremos en los
requisitos para contraer matrimonio y en especial, en la capacidad y consentimiento
matrimonial y su validez.
El Capítulo II del Título IV del Código Civil dispone en su artículo 56 “Quienes deseen
contraer matrimonio acreditarán previamente, en acta o expediente tramitado
conforme a la legislación del Registro Civil, que reúnen los requisitos de capacidad y
la inexistencia de impedimentos o su dispensa, de acuerdo con lo previsto en este
Código”, es decir, la norma exige unos requisitos mínimos para contraer matrimonio y
que este sea válido y eficaz.
Este artículo dispone que “No hay matrimonio sin consentimiento matrimonial. La
condición, término o modo del consentimiento se tendrá por no puesta”.
Este es un requisito esencial del matrimonio por lo que no basta con la mera prestación del
consentimiento, sino que este debe ser válida y libremente emitido. A este respecto, el artículo
73.1. CC establece que “Es nulo cualquiera que sea la forma de su celebración: El matrimonio
celebrado sin consentimiento matrimonial”
Debemos diferenciar en este caso dos supuestos, por un lado, la posible incapacidad total de
ANTONIO para prestar consentimiento para contraer matrimonio debido a su alzhéimer y por
otro, el posible vicio del consentimiento por simulación.
En este sentido, el art. 56 CC afirma que “Quienes deseen contraer matrimonio acreditarán
previamente, en expediente tramitado conforme a la legislación del Registro Civil, que reúnen
los requisitos de capacidad establecidos en este Código. (…) Solo en el caso excepcional de
que alguno de los contrayentes presentare una condición de salud que, de modo evidente,
categórico y sustancial, pueda impedirle prestar el consentimiento matrimonial pese a las
medidas de apoyo, se recabará dictamen médico sobre su aptitud para prestar el
consentimiento.”
Por todo lo anteriormente señalado, cabe concluir que ANTONIO, prestó consentimiento válido
para contraer matrimonio, sin perjuicio de que posteriormente pudiera probarse judicialmente
que, en realidad y en dicho momento, no tenía capacidad matrimonial para contraer.
En relación con la otra cuestión que podría viciar el consentimiento, podemos definir
como simulación aquel matrimonio contraído con fines distintos a aquellos para los que
fue creado, es decir, se trata de alcanzar un efecto derivado del matrimonio, (Francis
Lefebvre, 2016/2017), como es en este caso, LUISA.
Francis Lefebvre. (2016/2017). Memento práctico Francis Lefebvre : civil. Madrid: Francis
Lefebvre.