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Instituto Tecnológico de Santo Domingo

Robert M. Ureña de Jesús

1085990

PSI387 – Psicología del Aprendizaje

Prof. Julissa M. Gómez Fernández

Síntesis capítulos 1 y 2 del libro “Teorías del Aprendizaje: Una perspectiva educativa”
El análisis del aprendizaje humano se enfoca en la manera en que las personas adquieren

y modifican su entendimiento, capacidades, tácticas, creencias y conductas. El aprendizaje

representa un cambio perdurable en el comportamiento o en la capacidad para actuar de

determinada forma, el cual resulta de la práctica o de otras vivencias.

El análisis científico del aprendizaje se empezó en los escritos de viejos filósofos como

Platón y Aristóteles. El análisis psicológico del aprendizaje se comenzó a fines del siglo XIX.

Las teorías dan marcos de alusión para darles sentido a las visualizaciones del ambiente;

además, sirven como puente entre la averiguación y la práctica educativa, y como herramientas

para ordenar y cambiar los hallazgos de averiguación en sugerencias para la práctica educativa.

Varias maneras habituales para evaluar el aprendizaje son la observación directa, los análisis

escritos y orales, las calificaciones de terceros y los autorreportes.

Comúnmente se estima que las teorías del aprendizaje y la práctica educativa son

preguntas diferentes, empero por cierto deberían complementarse entre sí. La teoría por sí misma

no capta plenamente el valor de componentes situacionales; la vivencia práctica sin teoría es

específica de cada situación y carece de un marco general para ordenar el razonamiento de la

educación y el aprendizaje. La teoría y la práctica se ayudan mutuamente a mejorarse.

Las teorías conductuales argumentan el aprendizaje en términos de eventos observables, a

medida que las teorías cognoscitivas además toman presente las cogniciones, las creencias, los

valores y las emociones de los aprendices. Las teorías del aprendizaje difieren con relación a la

manera en que abordan temas primordiales.

La neurociencia del aprendizaje es la ciencia de la interacción del sistema nervioso con el

aprendizaje y la conducta. La indagación neurocientífica estudia el sistema nervioso central


(SNC) —que está formado por el cerebro y la médula espinal, los cuales regulan el

comportamiento voluntario—, y el sistema nervioso independiente (SNA), que regula los actos

involuntarios. El SNC está formado por una cantidad enorme de millones de células en el cerebro

y en la médula espinal.

Hay 2 clases de células primordiales: las neuronas y las células gliales. Cada neurona está

compuesta de un cuerpo humano celular, una cantidad enorme de pequeñas dendritas y un axón.

Las dendritas reciben información de otras células, en lo que los axones envían los mensajes a las

células. Las células gliales secundan el trabajo de las neuronas debido a que eliminan tanto las

sustancias químicas innecesarias como las células cerebrales muertas; además, colocan la vaina

de mielina.

El cerebro humano maduro pesa alrededor de 3 libras y tiene la medida de un melón. La

corteza tiene 2 hemisferios (izquierdo y derecho), y todos ellos consta de 4 lóbulos (occipital,

parietal, temporal, frontal). Varias otras superficies primordiales del cerebro son el tallo cerebral,

la formación reticular, el cerebelo, el tálamo, el hipotálamo, la amígdala, el hipocampo, el cuerpo

humano calloso, el sector de Broca y la zona de Wernicke. En la mayoría de los casos, el

hemisferio izquierdo del cerebro domina el campo visual derecho y al contrario.

Al parecer el raciocinio analítico se sitúa en el hemisferio izquierdo, mientras tanto que

los procesamientos espacial, auditivo, emocional y artístico ocurren primordialmente en el

hemisferio derecho.

El sector de Wernicke, en el hemisferio izquierdo, controla la comprensión del habla y la

utilización de la sintaxis correcta en la producción del lenguaje. No obstante, el hemisferio


derecho es primordial para interpretar el entorno y, por consiguiente, el sentido de enorme parte

del lenguaje.

El campo de la indagación del cerebro está cambiando con velocidad y se continúan

desarrollando novedosas tecnologías más sofisticadas.

Los estímulos sensoriales se procesan en las piezas de los recuerdos sensoriales del

cerebro; dichos son retenidos y transferidos a la memoria de trabajo, que al parecer se basa en

diversas piezas del cerebro, sin embargo, primordialmente en la corteza prefrontal del lóbulo

frontal. Diversas piezas del cerebro permanecen relacionadas en la memoria a extenso plazo,

dependiendo del tipo de información (por ejemplo, declarativa y procedimental).

Ciertos componentes que influyen en el desarrollo del cerebro son la genética, la

estimulación ambiental, la nutrición, los esteroides y los teratógenos. A lo largo del desarrollo

prenatal, el cerebro se incrementa en tamaño, composición, número de neuronas, células gliales y

sinapsis. El cerebro se realiza inmediatamente en los bebés; los chicos pequeños poseen

conexiones nerviosas complicadas. Al parecer hay periodos cruciales a lo largo de los primeros

años de vida para el desarrollo del lenguaje, los sentimientos, las funcionalidades

sensoriomotoras, las habilidades auditivas y la perspectiva. El desarrollo temprano del cerebro se

favorece de vivencias del medio ambiente estimulantes y de las interrelaciones emocionales con

los papás y los cuidadores.

Al parecer el cerebro tiene un sistema para procesar las recompensas y crea sus propias

recompensas a modo de opiáceos, las cuales generan placer de forma natural.


La actividad emocional relacionada con el cerebro podría diferir de los sentimientos

primarias y fundamentadas en la cultura. Los sentimientos tienen la posibilidad de facilitar el

aprendizaje pues dirigen la atención e influyen en el aprendizaje y la memoria.

Los resultados de la averiguación del cerebro secundan varios de los resultados

conseguidos en estudios cognoscitivos sobre el aprendizaje y la memoria. No obstante, es

fundamental eludir que los resultados de esta clase de indagación se generalicen bastante,

ejemplificando, etiquetando a los alumnos como individuos con cerebro derecho o izquierdo. La

mayoría de las labores de aprendizaje necesitan la actividad de los dos hemisferios y la diferencia

en medio de las funcionalidades del cerebro son relativas más que absolutas.

La indagación del cerebro indica que la enseñanza temprana es importante, que la

instrucción debería tener en cuenta las complejidades cognoscitivas de los chicos, que se necesita

evaluar los inconvenientes específicos para planificar las intervenciones apropiadas y que las

teorías complicadas del aprendizaje sostienen mejor el manejo del cerebro que las teorías más

sencillas.
Bibliografía

 Schunk, D. H. (2012). Teorias del Aprendizaje: Una perspectiva educativa (6.a

ed.). Pearson.

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