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LA PEDAGOGÍA COMO FUNDAMENTO DE EDUCABILIDAD

ESTEFANNY JULIETH GUERRERO MUÑOZ


PEDAGOGÍA Y SOCIEDAD EN COLOMBIA

LICENCIATURA EN LITERATURA Y LENGUA CASTELLANA


INSTITUTO DE EDUCACION A DISTANCIA (IDEAD)
CAT IBAGUÉ - UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

JANNETH BETANCOURT TAMAYO


27 DE AGOSTO DE 2021
LA PEDAGOGÍA COMO FUNDAMENTO DE EDUCABILIDAD

Cuando hablamos de una configuración social, cultural y académica, hacemos referencia a


la viva interacción entre los factores que influyen en la construcción de la pedagogía y la
didáctica como instrumentos de conocimiento y los fundamentos que bajo una estructura
lineal desarrollan la noción de un saber pedagógico, sustentado en esencia por la
aprendibilidad, la enseñabilidad y la educabilidad que desde esta perspectiva, son
elementos creados para determinar un aprendizaje constante desde lo individual a lo
colectivo.
Ahora bien, si precisamos que bajo esas producciones socialmente constituidas el campo
discursivo se establece como tal y desarrolla sus concepciones epistemológicas sobre la
elaboración de sentido, la construcción y reconstrucción de nuevos significados ante el
aprender, enseñar y educar. ¿Cómo es que estos saberes pedagógicos y didácticos
intervienen eficazmente en la configuración de la educación?
Por cuanto aprender es ir de una carencia de conocimiento, a un saber explicito, adquirir
habilidades y conductas cimentadas en determinadas fuentes de conocimiento directa o
indirectamente influenciadas por los factores culturales, sociales, económicos y políticos,
cuando hablamos de la experiencia, la instrucción, el razonamiento e incluso la
observación, los factores que influyen en ese contexto son netamente sociales, habituales a
una forma de vivir y actuar frente a ellos. Por ejemplo, En un contexto académico, el
aprendizaje es relativamente metódico y mecanicista, pues el sujeto en cuanto aprendiz
debe ser permanentemente lo que es y no puede cambiar, el ir en un sentido distinto al
propuesto por lo académico, lo podria llevar a perder su esencia, dejaría de ser lo que debe
ser.
Por otro lado, ese aprendizaje puede darse de manera simultánea partiendo de un
descubrimiento individual, un cambio conceptual, metodológico, estético y actitudinal. Un
descubrimiento tendiente a mejorar la capacidad total del pensamiento crítico por la
enseñanza de los principios de la lógica, en que se permite hacer de cada niño un pensador
crítico y creativo capaz de construir significados y nuevas formas de actuar, por lo que
aprender no es acumular información sino transformarse con ella y cambiar la mirada a un
nuevo horizonte. (Ausubel, 2012)
Por lo anterior, desde esta perspectiva, la aprendibilidad está realmente vinculada a la
enseñabilidad. De modo que, el educador en función de mentor, guía y facilitador de
aprendizaje a los educandos, pueden integrar de forma pedagógica nuevos conceptos e
ideas que estructuran el aprendizaje como cambio y mejora para el perfeccionamiento de
sus proyectos éticos de vida.
La relevancia de la enseñabilidad surge cuando se reúnen educadores y educandos a
realizar sus dos actividades fundamentales: enseñar y aprender, respectivamente. Es aquí
donde los elementos epistemológicos pasan a ser redefinidos y reestructurados en función
de los discursos pedagógicos y didácticos, los problemas de aprendizaje y la
aprendibilidad del saber, son objeto de enseñanza y más aún por que la enseñabilidad puede
darse desde la óptica en que los educandos están escasos de significados, y cuyas mentes
están relativamente vacías; u otra que se establece a partir de los conocimientos que el
educando ya posee. El enseñar se ve reducido a la transmisión de información adecuada a
los niveles de comprensión de los educandos. Así lo plantea ( Gallego Badillo, Perez
Miranda, 1998) Los saberes se didactizan simplificándolos para ponerlos al nivel de las
estructuras de significados y de significaciones de los discentes; de esta manera, no son
ellos quienes acceden, sino que son los docentes quienes se los entregan. Por lo que la
función docente incide en ser intermediario entre las comunidades académicas de
especialistas y el alumnado, precisando la pedagogía y la didáctica como instrumentaciones
para su determinada labor.
A demás si la enseñanza es precisamente labor del educador, la educabilidad abre camino y
cimenta la enseñabilidad, se fundamenta intrínsecamente en la construcción de un
aprendizaje constante que permite al educando formarse social, cultural, intelectual y
éticamente para así transformar su ser, su actuar y su pensar bajo experiencias propias y con
el acompañamiento del educador. En este sentido, La educabilidad más allá de la acción
de educar, es el reconocimiento del otro y que el educar sea un acompañamiento de quién
se educa para que ingrese desde una reflexión propia, por sí mismo y de una forma crítica,
al orden que se le ofrece como posibilidad de realización de su proyecto ético de vida, de
tal manera que esa decisión obedezca a una elaboración crítica de sentidos de
significados, de forma de significar y de actuar vía aprendizaje-enseñanza. Así señalan los
autores (Gallego Badillo, Perez Miranda, 1998)Ya que educar es promover ricos intereses
en los alumnos, más que transmitir un conocimiento especifico se trata de generar una
transformación en la personalidad y la forma de vivir cada uno.
Desde mi postura, el saber, surge de una triple relación cuyos vértices decaen en la práctica,
la reflexión, y la tradición del oficio del educador, que no necesariamente hace referencia a
la transmisión de información, sino a la transformación actitudinal e intelectual bajo la cual
se crea el vínculo critico de las diversas estructuras disciplinarias que convergen en el
oficio del maestro y su vocación. El papel del docente como sujeto transformador e
investigador enlaza la reflexión pedagógica y la dimensión sociocultural, integrando la
escuela, la sociedad y la cultura en un mismo escenario para lograr una adecuada
configuración social, académica y política que permita al educado una mirada práctica y
real del mundo.
El saber pedagógico es transformado desde la práctica pedagógica y configura el rol de
docente. En una triple relación dependiente la una de la otra, en el que los tres elementos
conllevan en el momento a cambios en la concepción del proceso de enseñanza.
Concepciones que merecen ser conocidas, reconocidas y puestas en escenario de acuerdo
a los lineamientos institucionales y al interior de la especialización como reflejo de
formación realizada. Así lo propone (Casas Claudia Patricia, García Nelson Alfonso,
2015).Por lo que la labor docente se establece a partir de las concepciones pedagógicas que
el mismo determina en función de ejercer profesionalmente como educador al enseñar, y
socializar experiencias que le permiten al alumno reflexionar desde la cotidianidad, evaluar
los procesos cognitivos y relacionarse con la comunidad educativa.
Sin embargo, esa labor del maestro más que una acción es una actitud que le permite
ejercer profesionalmente la educabilidad, la capacidad de educar de manera reflexiva y
didáctica un saber pedagógico, que facilite en este marco la aprendibilidad y la
enseñabilidad desde la percepción de escuela como espacio de aprendizaje e integridad
curricular. Por lo tanto, la educación escolar implica doble vía, un alumno para aprender y
un educador para enseñar. Es un ejercicio complementario en el cual es necesaria la
participación del deseo de aprender nuevos conocimientos y las practicas pedagógicas y
didácticas capaces de sustentar dicha enseñanza.
En efecto, la educación es dependiente de los saberes pedagógicos que orientan el que
hacer educativo en configuración con los fundamentos de aprendibilidad y enseñabilidad.
Pues a partir de esa pedagogía aplicada por el educador se desarrolla la habilidad de
aprender, se fundamenta en enseñar y trasciende directamente al educar que es cambiar
diferentes percepciones sociales, culturales y políticas a través de la reflexión y
transformación individual.
En conclusión, podemos afirmar que el saber pedagógico, la labor docente y la práctica del
saber pedagógico, se han transformado para asumir un papel reflexivo, didáctico y
emancipador, donde el educador debe potencializar el aprendizaje desde un pensamiento
interpretativo, reflexivo y analítico, fortaleciendo los valores, conocimientos y
competencias individuales de cada educando. A partir de ello, se reconstruyen diferentes
concepciones de educación, y se plantea como los fundamentos la aprendibilidad y
enseñabilidad influyen en la capacidad que posee cada educador para transformar de
manera simultánea distintas formas de vivir, actuar y pensar dentro de una configuración
social, política y cultural establecida.

Referencia Bibliografía

Gallego Badillo, Perez Miranda. (1998). APRENDIBILIDAD- ENSEÑABILIDAD- EDUCABILIDAD: UNA


DISCUSIÓN. Bogotá: Universidad Pedagogíca Nacional.

Casas Claudia Patricia, García Nelson Alfonso. (2015). EL SABER PEDAGÓGICO. UNA REFLEXIÓN
DESDE LA ESPECIALIZACIÓN EN DOCENCIA UNIVERSITARIA, pág. 16.

Gallego Badillo, Perez Miranda. (1998). APRENDIBILIDAD- ENSEÑABILIDAD- EDUCABILIDAD: UNA


DISCUSIÓN. Bogotá: Universidad Pedagogíca Nacional.

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