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PSICOMOTRICIDAD INFANTIL

El término psicomotricidad se divide en dos partes: el motriz y el psiquismo, que constituyen el


proceso de desarrollo integral de la persona. La palabra motriz se refiere al movimiento,
mientras que psico determina la actividad psíquica en dos fases: la socio-afectivo y la cognitiva.
La estimulación psicomotriz, lleva al niño a través del movimiento a la formación de las
estructuras cognitivas de atención, memoria, percepción, lenguaje y a los niveles de
pensamiento superiores que le irán permitiendo interpretar las nociones de espacialidad,
temporalidad, velocidad, entre otras, al mismo tiempo que su movimiento se hace más
autónomo y consciente a través de la expresión y del lenguaje.

Beneficios de la actividad psicomotora

Favorecen el desarrollo de la noción de espacio, tiempo y cantidad.


Colaboran a la independencia y la confianza en sí mismo.
Desarrollan el sentido del ritmo y la secuencia.
Estimulan la estructuración del esquema corporal.
Desarrollan seguridad y autonomía.
Favorecen el desarrollo de la actividad psicomotriz creadora.

En los primeros años de vida, hasta los siete años aproximadamente, la educación del niño es
psicomotriz. Todo, el conocimiento y el aprendizaje, se centra en la acción del niño sobre el
medio, los demás y las experiencias, a través de su acción y movimiento.

Estimulación psicomotriz

La estimulación en la educación inicial se logra mediante la repetición útil de pequeñas


sesiones que forman rutinas agradables para el bebé, lo cual le brinda seguridad y confianza;
sensaciones que potencializan su desarrollo integral.

La estimulación temprana ayuda a fortalecer el cuerpo y a desarrollar las emociones y la


inteligencia de tu hijo o hija. Integra estas actividades a su juego diario. Abrázale, felicítale,
sonríele, háblale y dile lo mucho que lo quieres, así, contribuirás a su desarrollo pleno y al
cuidado de su salud.
ESTIMULACIÓN 0 A 3 MESES

 Acueste al bebé boca abajo y acaríciele la espalda para que enderece la cabeza y el
tronco.
 Acueste al bebé boca arriba, ofrézcale sus dedos pulgares para que se agarre, sujételo
firmemente y levántelo un poco.
 Acueste al bebé boca arriba y propicie que vuelva la cabeza a un lado al rozarle la
mejilla con la mano.
 Roce los labios del bebé con un cepillo suave para que los mueva.
 Golpee levemente con la palma de sus manos la planta de los pies descalzos del bebé y
pásele un cepillo de cerdas suaves por los mismos.
 Hágale masajes y báñelo con elementos de diferentes texturas: elabore muñecos o
guantes con telas de estropajo (suave y húmedo), toalla o terciopelo.
 Cuando lo arrulle, balancéelo a diferentes velocidades sin agresividad
 Muéstrele objetos con contraste fuerte de colores para que los siga con la mirada,
póngale música. Los juguetes ideales son aquellos que se mueven y emiten sonidos.
Por ejemplo, sonajeros, móviles y pelotas.
 Háblele al bebé y cuéntele qué está haciendo con él (decirle, por ejemplo, “este es tu
brazo y lo estoy masajeando”).
ESTIMULACIÓN 4 A 6 MESES

A partir de los 3 meses, y hasta los 6 meses, el bebé puede sostener la cabeza cuando lo
cogemos y si lo dejamos boca abajo, apoyándose sobre los antebrazos, levanta el tórax y
aguanta la cabecita.

Al colocarle un juguete en la mano, lo coge de forma voluntaria iniciando así el juego con las
manos.

También es capaz de realizar otras actividades, como seguir un objeto con la mirada, girando la
cabeza. Al oír un sonido, gira la cabeza hacia donde se ha producido el ruido. Se entretiene
mirándose las manos y moviéndolas. También aparece la visión en perspectiva. Es decir: ya
puede percibir la profundidad.

En esta etapa, el bebé busca activamente el contacto social y muestra interés por los objetos y
las personas. También inicia la risa con ruido y el balbuceo.

A partir de los 4 meses, cuando está tumbado, si le ayudamos a sentarse cogiéndole de las
manos, es capaz de desplazar su cabecita con el tronco. Se puede mantener sentado durante
bastante rato, apoyando la región lumbar, aunque sin apoyo sólo se aguantará un ratito. A
partir de los 6 meses, ya es capaz de permanecer sentado sin apoyarse.

Haz caricias y cosquillas en zonas sensibles como la cara, las palmas de las manos, las plantas
de los pies y la columna vertebral. Ello fomenta la sensación del tacto y hace que el bebé se
mueva como muestra de bienestar o como reacción a las cosquillas.

Pon en la mano del bebé objetos de fácil presión y de distintas texturas (muñecos de trapo,
sonajeros, pelotas de trapo, etc.) para estimular su capacidad de coger objetos y de
explorarlos.

También puedes poner al bebé boca abajo y atraer su atención con un objeto vistoso o sonoro
situado dentro de su campo visual. Cuando lo observe atentamente, levantad el objeto para
que alce la cabeza. Después, podéis tumbarlo boca arriba y llamar su atención con otro objeto,
moviéndolo de izquierda a derecha y de arriba a abajo para que el bebé lo siga con la vista.

Otra actividad estimulante puede ser sujetar al bebé con las dos manos por debajo de las axilas
manteniéndolo de pie y animándole a que, en contacto con el suelo, mueva las piernas, las
flexione y las estire.

Dar sonajero de mango largo y no demasiado grueso. También sonajero de cuna.

Coger al niño/a, subirlo suavemente y llamarlo para que dirija su mirada hacia abajo.

Tomar un objeto que le llame la atención. Tratar que el bebé lo siga con la vista mientras que
se va moviendo el objeto, lentamente hacia arriba, hacia abajo, derecha, izquierda, alejarlo,
acercarlo y ponerlo en contacto. (ir disminuyendo el tamaño del objeto).

Colocar un móvil al pie de la cuna. De paseo, mostrarle cosas que no estén muy cercanas.

Un cubo pequeño y de color vistoso encima de la mesa, para que lo tome.

Sentado, dejarle una cuchara o un cubo para que pueda golpear con ellos sobre la mesa.

Ofrecer sonajero horizontal para coger con las dos manos.


Un cubo pequeño y de color vistoso encima de la mesa, para que lo tome.

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