Está en la página 1de 10

Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

Psicología educacional

Clase 8: La relación educativa adultos -


adolescentes
8.1 Introducción

Contenidos

 Adultos con adolescentes: ¿Qué ves cuando me ves?


o ¿Qué no ves cuando me ves?
 Educar adolescentes.
o El papel del adulto: “Son cosas de chicos” versus “la
importancia de la intervención de los adultos”.
o Violencia versus convivencia.
o ¿En qué lugar nos posicionarnos como adultos educadores?

Bienvenidos y bienvenidas a la octava clase de Psicología educacional. En esta clase


continuamos trabajando en el tema "el adolescente como sujeto de aprendizaje". En la
clase pasada, señalamos la importancia de no adultizar ni infantilizar a los adolescentes,
sino de desarrollar una sensibilidad especial para tratar con personas en esta etapa de la
vida, ya que, como adultos en función educativa, tenemos una responsabilidad en
relación con su desarrollo. Veremos en esta clase cómo asumir una función educativa
activa, que proponga sin imponer y cuide sin sofocar. En este sentido, nos formulamos
las siguientes preguntas.

¿En qué medida la mirada y el posicionamiento del adulto inciden en el vínculo


pedagógico con los y las adolescentes? ¿Qué cuestiones involucra el hecho de
ocupar un rol educativo en relación con adolescentes? ¿Qué incidencia tiene el
rol del adulto educador en el desarrollo adolescente? Todas estas preguntas se
engloban bajo el interrogante general que iniciamos la clase pasada: ¿qué
tenemos que tener en cuenta para encarar una buena relación educativa con los
adolescentes?

8.2 ¿ Adultos con adolescentes: “¿Qué ves cuando me ves?”

1
Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

Como ya señalamos, para establecer una buena relación con los adolescentes, no alcanza con
estudiar sus rasgos. También es necesario, cuestionar nuestra mirada hacia ellos. Y qué mejor
para cuestionarnos a nosotros mismos que el genial sarcasmo de Les Luthiers.

“Los jóvenes de hoy en día (r.i.p. al rap)” de Todo Por Que Rías (2000).

Letra de la canción y ficha técnica, en el siguiente enlace:


https://lesluthiers.org/verversion.php?ID=141

El humor sarcástico de Les Luthiers nos proporciona el punto de partida para


plantearnos las siguientes preguntas: ¿la canción se refiere a los jóvenes? ¿o se refiere
a los adultos cuando miran y hablan de los jóvenes? Haciendo un juego de palabras, nos
preguntamos ¿el problema son los jóvenes de esta época? ¿O el problema de todas las
épocas son los jóvenes?

A continuación, los invitamos a leer el siguiente fragmento.

Por su talante, pues, los jóvenes son propensos a los deseos pasionales y de
la condición de hacer cuanto desean. De entre los deseos que se refieren al
cuerpo son, sobre todo, dóciles a los placeres del amor e incapaces de
dominarse ante ellos, pero también son volubles y prontos en hartarse de
sus deseos: tanta es la fogosidad con que desean como la rapidez con que
se les pasa (pues sus afanes son agudos, más no grandes, igual que la sed y
el hambre de los enfermos). Son también apasionados, coléricos y proclives
a sucumbir a la ira. Los domina el apetito irascible, pues, en efecto, por
causa de la honra, no soportan que se les desprecie, sino que se indignan si
piensan que se les trata con injusticia.

Tal vez, al leerlo, pensaron que se trata de un texto reciente que se refiere a los jóvenes
de la actualidad. Sin embargo, es un fragmento tomado de la Retórica de Aristóteles,
escrita en el siglo IV a.C. Sorprendente, ¿verdad?

Quizás estas descripciones que los adultos hacemos de los jóvenes hablan más bien de
nosotros, de nuestra mirada de adultos, que de los jóvenes en sí. Tal vez debamos
reconocer que es una constante que en todas las épocas los adultos nos quejamos de
los jóvenes: “En mis tiempos esto no pasaba”, “Nosotros no éramos así…” Esto nos

2
Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

conduce entonces a cuestionar nuestra mirada. Como mencionamos en la clase 1,


cuando vamos a trabajar con adolescentes, vale la pena revisar nuestras propias
definiciones.

8. ¿Qué NO ves cuando me ves?

Profundicemos la idea precedente: en todas las épocas los adultos nos quejamos de los
jóvenes. Veamos algunos argumentos interesantes para analizarla.

Egocentrismo generacional

«Nadie escucha», «Los chicos están en otra», «No leen», «No aprenden
nada» son enunciados que escuchamos o pronunciamos
habitualmente acompañados de una actitud escéptica. De parte de los
adultos, esta actitud denuncia una soberbia profunda, que nace de
creer que la sociedad de su juventud fue mejor, que su generación fue
más inteligente, más capaz, más temeraria… […] Desde esa visión de
las cosas no es posible escuchar a los jóvenes, registrar sus
demandas. El egocentrismo generacional […] solo puede ver a los
jóvenes como actores del propio escenario. Dale categoría de sujetos
con entidad propia implicaría aceptar el implacable envejecimiento de
las propias ideas, o al menos, su evidente limitación frente al
surgimiento de otras distintas” (Puiggrós, A., 1995, pp. 29-30).

En mis tiempos, en mi época

Según Urresti (2008) cuando comparamos a los jóvenes de hoy con lo


que ocurría "en nuestros tiempos", estamos haciendo referencia a la
época en que nacimos como adultos, es decir, paradójicamente, a
nuestra propia adolescencia y juventud. Vale preguntarse, entonces, si
no constituyen expresiones nostálgicas más que una comparación
objetiva de momentos históricos.

Los adolescentes como culturalmente necesarios

Si en todas las épocas los adultos se quejan de los jóvenes, es


seguramente porque en todas las épocas las generaciones jóvenes
interpelan la cultura y los valores establecidos. Este cuestionamiento
es una necesidad evolutiva, inherente al proceso de reestructuración
de la identidad, pero, además, puede interpretarse como culturalmente
necesaria: que haya una etapa de la vida en la que el ser humano se
ve lanzado a interpelar y renovar la cultura establecida. Según Dina
Krauskopf (s/f) “la adolescencia, en un mundo de permanentes
cambios, pasa a tener mayor relieve social, por cuanto los

3
Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

adolescentes y jóvenes son capaces de romper la inmovilidad de los


roles facilitando el avance nacional en el campo global. Absorben, con
mayor flexibilidad que otros segmentos etarios, las transformaciones
culturales”.

“Cambia todo cambia”

Los jóvenes de unas décadas atrás incomodaban a los adultos con su


pasión por el rock. Hoy esos adolescentes son padres a los que no les
preocupa la pasión de sus hijos por el rock, pero les preocupan otras
cosas, por ejemplo, la relación con las redes sociales y el manejo de la
intimidad. En cada época los adolescentes realizan actividades o
tienen consumos culturales que perturban y preocupan a los adultos…
¿Qué nos sorprenderá de los adolescentes dentro de veinte años? ¿De
qué se preocuparán los adolescentes de hoy cuando sus hijos sean
adolescentes? Quizás… “Hij@, por favor, hacé lo que quieras, pero no
te clones”, sea una preocupación para los padres de un futuro no tan
lejano. Y algunas otras que ni siquiera podemos imaginar
actualmente.

8.4 Educar adolescentes

Retomemos la pregunta: ¿qué tenemos que tener en cuenta al encarar una buena
relación educativa con los adolescentes? Nos proponemos a continuación ofrecer
algunos lineamientos.

Si la adolescencia representa un segundo nacimiento, un nacimiento a la vida adulta, es


función de los adultos generar ambientes a la vez seguros y estimulantes para practicar
y poner a prueba las nuevas habilidades que el adolescente está desarrollando. Así como
al niño que comienza a caminar le ofrecemos espacios seguros y lo estimulamos a
animarse, podemos brindar lo mismo a los adolescentes: permitámosles practicar sus
nuevas habilidades en forma segura y generemos situaciones para estimularlos a
practicarlas. Estas afirmaciones retoman lo que hemos señalado en la clase 2 en
relación con los rasgos esenciales del contexto de aprendizaje: un ambiente a la
vez confiable y desafiante. ¿Cómo traducimos “confiable y desafiante” en relación con
los adolescentes?

Les proponemos recuperar las ideas relativas al vínculo pedagógico (clase 3) y


combinarlas con lo estudiado en estas clases acerca de los adolescentes, para delinear
algunas respuestas. Ensayamos aquí algunas y los invitamos a analizarlas y elaborar
otras. ¿Son factibles de llevar a la práctica? ¿Qué obstáculos aparecen?

 No entrar en el enfrentamiento. El vínculo pedagógico con adolescentes puede conducir


al enfrentamiento, mucho más que con otras edades. Ello se debe al cuestionamiento del
mundo adulto propio de esta etapa.

4
Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

 Respetar el modo en que vivencian y perciben las cosas que pasan y que les pasan. La
percepción no es objetiva y la mirada de los adultos no la única manera de ver la
realidad.
 Respetar sus emociones, ya que las tienen a flor de piel. No minimizarlas, aunque desde
la mirada del adulto puedan parecer nimiedades.
 Comprender que el grupo de amigos tiene un lugar diferente que en la adultez. No
homologarlo.
 Generar “espacios de seguridad”: para que puedan “probarse” identidades adultas, para
experimentar sus nuevas capacidades físicas, cognitivas, sociales y emocionales.
 No tratarlos como adultos (aunque parezcan adultos). Recordar que se están “probando
identidades”, de modo que estas no son estables.
 No tratarlos como niños. Si el vínculo pedagógico tiende a infantilizar al que ocupa el rol
de alumno, con los adolescentes esto tiene una importancia mayor ya que justamente es
la identidad que están abandonando.

Agregamos a este debate una serie de Principios de Procedimiento


para el trabajo con adolescentes elaborados en la Guía “Herramientas
para la participación adolescente”, de UNICEF- Uruguay.

http://www.herramientasparticipacion.edu.uy/index.php?option=com_c
ontent&view=article&id=221&catid=96&Itemid=331

8.5 El papel del adulto: “Son cosas de chicos” versus “La importancia de la
intervención de los adultos

Sexualidad, búsqueda de la identidad, primeros amores y primeras frustraciones,


participación política, ciudadanía, no son “cosas de chicos”. Tampoco lo son el acoso
(bullying) y el ciberacoso, el consumo de drogas, la bulimia y la anorexia, el abuso virtual
por parte de adultos (grooming). Los adolescentes ya no juegan con cosas de chicos,
sino con cosas del mundo de adulto. Y por más que tratemos de “dejar afuera del aula”
las cuestiones del desarrollo, lo que impedimos ingresar por la puerta se nos mete por la
ventana.

Lejos de ser exhaustivos, estos listados muestran problemáticas que enfrentan


cotidianamente los adolescentes y en las cuales el acompañamiento de un adulto puede
marcar una diferencia sustancial. Por ejemplo, un informe del Ministerio de Educación
muestra que, estadísticamente, los porcentajes de episodios violentos en las escuelas
disminuyen cuando hay presencia e intervención de los adultos (Kornblit y otros, 2007).

Como queda claro, entonces, educar adolescentes no es solamente “enseñar mi


materia”. Por el contrario, nos exige atender a su desarrollo y velar por su consecución.
No significa convertirnos en psicólogos o consejeros. Pero, como adultos que educamos
adolescentes, tenemos una responsabilidad, tal como vimos al estudiar el vínculo
pedagógico (clase 3): “Porque alguien depende de mí, soy responsable de mi acción
frente al otro”, dice Perla Zelmanovich (2003, p.61) parafraseando a Paul Ricoeur.

5
Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

El rol de los adultos es fundamental para la construcción de la subjetividad, tanto en la


infancia como la adolescencia: somos quienes recibimos a los recién llegados y los
ayudamos a incorporarse en el mundo.

La escuela constituye el lugar en el que los alumnos desarrollan las primeras


habilidades para el ejercicio democrático. […] En ella, niños y jóvenes ensayan
sus primeros lazos más allá del seno familiar, encuentran la oportunidad de
valorar la riqueza de convivir junto a otros, de enfrentarse a la resolución de
conflictos y hacer de estos una oportunidad para el aprendizaje. La escuela
es en sí misma una apuesta al lazo social. Y en esta apuesta, resulta crucial
la figura del docente. (Ministerio de Educación de la Nación, 2014, pp. 13-14)

Los docentes, como figuras adultas alternativas a los padres, podemos cumplir un rol
decisivo en relación con los adolescentes, ya sea ampliando los horizontes del
desarrollo, ayudando a contener situaciones de angustia, interviniendo en casos de
violencia, advirtiendo escenarios de riesgo. Podemos sintetizar este papel en dos
sentidos, tanto proactiva como preventivamente:

 Un docente, aun sin saberlo, puede poner a disposición de un/a


estudiante una ventana para mirar, conocer, saborear algo del mundo
que hasta ese momento era ignorado, y ese acto pedagógico
convierte al docente en un verdadero repartidor de ocasiones. (Brener,
2015; s/p).

 En la medida en que el docente tenga disposición a saber cómo están


los chicos, qué les pasa, qué no les pasa, en qué andan,
cotidianamente, tendrá mayor capacidad de advertir cuando algo no
anda bien, y, simultáneamente, generará más confianza de parte de
ellos para hacérselo saber. (Ministerio de Educación de la Nación,
2014, p. 37)

8.6 Violencia versus convivencia

Un apartado especial merece la cuestión de cómo abordar situaciones de violencia que


afectan a los adolescentes. Los especialistas nos proponen diversas líneas de análisis.
Desde lo conceptual que es también histórico e incluso moral, Noel (2011) nos invita a
interrogarnos a qué llamamos violencia escolar: ¿un comportamiento violento es lo
opuesto de una conducta normal?, ¿lo opuesto de la violencia es la ausencia de

6
Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

conflicto? Incluso, se pregunta si esta violencia es realmente un fenómeno reciente, o


solo recientemente es un problema.

Por su parte, Brener (S/f) cuestiona los significados sociales y culturales que se
atribuyen a la llamada “violencia escolar”, señalando que es agigantada por los medios
de comunicación, que instalan una sensación de “miedoambiente” a través de la
mercantilización y espectacularización de las situaciones de violencia.

En función de estas ideas, parece prudente, para analizar la actuación institucional,


destacar que no hay chicos violentos, sino contextos que generan violencia. El
Ministerio de Educación (2014) recomienda evitar las lecturas que simplifican los
conflictos y los traducen como disputas entre buenos y malos, víctimas y victimarios,
matones y débiles. El asunto que debe ocuparnos no es la violencia escolar, sino la
convivencia: si la violencia es resultado de modos de vincularse, la escuela no puede
limitarse a intervenir solo ante los episodios en que la violencia emerge; su objeto es
más amplio: los vínculos o los lazos sociales.

8.7 ¿En qué lugar posicionarnos como adultos educadores?

Este es quizás el mayor desafío de quienes tenemos la responsabilidad de educar


adolescentes. Para pensarlo, proponemos recuperar la tensión que introduce Meirieu
en Frankenstein Educador entre “la educación como fabricación” y la “abstención
pedagógica” (clase 3), que define dos extremos:

 un adulto que pretende imponer y controlar,


 un adulto que se sitúa como espectador pasivo.

Muchos educadores, para no caer en el autoritarismo, optan por este segundo extremo:
la no intervención. Pero, como señala Meirieu, esto significaría que “el niño lleva en sí los
fines de su propia educación”. Por eso, el autor dice que la posición del educador se
sitúa en un delicado equilibrio entre ofrecer sin imponer y cuidar sin sofocar.

La educación solo puede escapar a las desviaciones simétricas de la


abstención pedagógica (en nombre del respeto al niño) y de la
fabricación del niño (en nombre de exigencias sociales) si se centra
en la relación del sujeto con el mundo. Su tarea es movilizar todo lo
necesario para que el sujeto entre en el mundo y se sostenga en él, se
apropie de los interrogantes que han constituido la cultura humana,
incorpore los saberes elaborados por los hombres en respuesta a
esos interrogantes... y los subvierta con respuestas propias […] que
aquél que llega al mundo sea acompañado al mundo y entre en
conocimiento del mundo, que sea introducido en ese conocimiento
por quienes le han precedido... que sea introducido y no moldeado,
ayudado y no fabricado” (Meirieu, Ph., 1998, p.70)

7
Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

Se trata de construir un vínculo asimétrico que sea, a la vez, respetuoso y formativo.


Podríamos enunciarlo así: Aunque parezca que no nos necesitan, los adultos que
educamos adolescentes:

 tenemos algo valioso para ofrecerles. El adulto tiene algo para decir acerca del camino a
transitar a aquel que está justamente ensayando caminos. No porque sea un modelo,
sino porque lo ha transitado antes.
 tenemos la responsabilidad de cuidarlos ya que su subjetividad está aun en desarrollo.

Gabriel Brener lo dice en estos términos: “Siempre los pibes están por delante. Quienes
asumimos el desafío de educar, sabemos que los adultos podemos padecer serios
desamparos, pero nunca debemos anteponerlos a los de los propios pibes, nuestros
alumnos, nuestros hijos. Ellos son siempre la clara expresión de lo que los adultos
hemos hecho con ellos y somos siempre responsables por ellos y ante ellos. Vale
entonces no confundir los tantos [...]” (Brener, 2010; s/p)

Los adolescentes ya no son niños, pero tampoco son adultos. Siguen necesitando
nuestra comprensión y protección para poder crecer. ¿Somos capaces de descentrarnos
para hacerles lugar? ¿Somos capaces de hacerles lugar sin “adultizarlos” y seguir
cuidándolos? ¿Somos capaces de seguir cuidándolos sin infantilizarlos?

Para cerrar, compartimos el siguiente vídeo-minuto, que se titula, justamente, "Protección


más allá de la niñez".

Un minuto por mis derechos – Protección más allá de niñez

https://www.youtube.com/watch?v=EgvI4s-lLKw

Vídeo elaborado por adolescentes argentinos como parte del programa "Un
minuto por mis derechos"

https://www.educ.ar/recursos/115479/un-minuto-por-mis-derechos-cuando-
una-excusa-vale-la-pena

8. 8 Foro: El adolescente como sujeto de aprendizaje

En esta clase, continuamos trabajando en el Foro El adolescente como


sujeto de aprendizaje. Les proponemos incorporar los aportes de esta
clase, para seguir pensando cómo establecer una buena relación
educativa con los adolescentes.

8
Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

8.9 Bibliografía

Material de lectura

 Noel, G. (2011). Violencia en las escuelas. Las relaciones intergeneracionales, los


factores institucionales y la cuestión de la autoridad. Cátedra abierta, aportes para pensar
la violencia en las escuelas 2: ciclo de videoconferencias. Ministerio de Educación de la
Nación, Buenos Aires, Argentina.
o Texto:https://www.academia.edu/13055826/Violencia_en_las_Escuelas._Las_Rel
aciones_Intergeneracionales_los_Factores_Institucionales_y_la_Cuesti%C3%B3n_
de_la_Autoridad
 Antelo, E. (s/f) ¿Qué sabe el que sabe enseñar? Recuperado
de: http://www.estanislaoantelo.com.ar/files/sine-qua-non-.pdf

Bibliografía de referencia

 Argentina, Ministerio de Educación de la Nación (2014): Acoso entre pares: orientación


para actuar desde la escuela. Ana Campelo y Marina Lerner; con colaboración de Julieta
Albrieu; Gerardo Averbuj; Isabel Amor. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Ministerio de Educación de la
Nación http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL004921.pdf)
 Antelo, E. y Alliaud, A. (2009). Los gajes del oficio. Enseñanza, pedagogía y
formación.Buenos Aires, Argentina:
Aique. http://memsupn.weebly.com/uploads/6/0/0/7/60077005/los_gajes_del_oficio__a
ndrea_alliaud_estanislao_antelo.pdf
 Brener, G. (2010) Qué ves cuando los ves. Diario Página 12. 25/06/2010. Suplemento Las
12. https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/subnotas/5799-615-2010-
06-25.html
 Brener, G. (s/f) Convivir mejor en las escuelas. Obtenido
en: http://fundacionfepais.org.ar/convivir-mejor-en-las-escuelas-por-gabriel-brener/.
 Kantor, D. (2008). Variaciones para educar adolescentes y jóvenes. Buenos Aires,
Argentina: Del Estante editorial. https://issuu.com/federiconantes/docs/d__bora_kantor_-
_variaciones_para_e
 Krauskopf, D. (s/f) “Adolescencia y
juventud”: http://www.herramientasparticipacion.edu.uy/index.php?option=com_content&
view=article&id=206&catid=95&Itemid=33
 Kornblit, A. L. y otros (2007). “Violencia en el ámbito de la escuela media. Cómo se
manifiesta y con qué se vincula”, ponencia, VII Jornadas Nacionales de Debate
Interdisciplinario en Salud y Población, Instituto de Investigaciones Gino Germani
(Facultad de Ciencias Sociales, UBA).
 Kornblit, A.L.; Camarotti, A.C. & Di Leo, P.F. (2011). Transformaciones en el lugar de la
escuela y en las relaciones entre jóvenes y adultos. Obtenido
en: https://infanciayjuventudsc.files.wordpress.com/2011/05/4-transformaciones-en-el-
lugar-de-la-escuela-y-en-las-relaciones-entre-jc3b3venes-y-adultos1.pdf
 Meirieu, P. (1998). Frankenstein Educador. Barcelona, España: Laertes
 Puiggrós, A. (1995). Volver a educar. Buenos Aires Argentina: Ariel.
 Ricoeur, P. (1992) Oneself as Another. Chicago, University of Chicago Press. [Trad. cast.
Sí mismo como otro. Madrid: siglo XXI. 1996]

9
Trayectos de Fortalecimiento Pedagógico

 Urresti, M. (2008). “Nuevos procesos culturales, subjetividades adolescentes emergentes


y experiencia escolar”, en E. Tenti Fanfani (comp.), Nuevos temas en la agenda de política
educativa, Buenos Aires, Siglo XXI, IIEP-UNESCO.
 Zelmanovich, P. (2003): “Contra el desamparo”, en I. Dussel y S. Finocchio (comps.)
(2003): Enseñar hoy. Buenos Aires: FCE.

Links de interés

 Ministerio de Educación, República Argentina (s/f) Cuadernos de ESI: EDUCACIÓN


SEXUAL INTEGRAL. PARA LA EDUCACIÓN SECUNDARIA. Contenidos y propuestas para el
aula. http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL005009.pdf
 “Una maestra argentina, entre los 50 mejores docentes del mundo”. Diario La Nación.
13/12 2016. http://www.lanacion.com.ar/1966676-una-maestra-argentina-entre-los-50-
mejores-docentes-del-mundo
 Violencia en las escuelas: un relevamiento desde la mirada de los alumnos, realizado en
los años 2005/2006, 2007 y 2010 por el Observatorio Argentino de Violencia en las
Escuelas del Ministerio de Educación de la
Nación. http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL000186.pdf

Video

 Elogio de la incomodidad. La experiencia de la escuela de reingreso de


Barracas. CTERA (producciones audiovisuales); Di Pietro, S., Yasky, M.; Abal Medina, M.-D.
(realización): Elogio de la incomodidad. La experiencia de la escuela de reingreso de
Barracas, Buenos Aires, 2013. http://www.mediateca.ctera.org.ar/items/show/83

Créditos

Autor/es: Gabriela Alejandra

Fairstein Cómo citar este texto:

Fairstein, Gabriela. (2019). Clase 8: La relación educativa adultos - adolescentes. Buenos Aires:
Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología. Presidencia de la Nación.

Esta obra está bajo una licencia Creative Commons


Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0

10

También podría gustarte