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VERSIÓN PRELIMINAR, PARA USO INTERNO Infancias, adolescencias y juventudes

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Capítulo 4

Acerca de la adolescencia
y la juventud
4.1. Alcances y limitaciones
4.2. Jóvenes y representación social
4.3. El lugar de los jóvenes en la comunidad

E ste capítulo es un paseo por las distintas con-


cepciones teóricas y representaciones de los
momentos de la adolescencia y juventud.
También nos muestra el modo en que este grupo etá-
reo da respuesta a sus necesidades y el no lugar en
su comunidad. Son respuestas que transforman la
exclusión en creatividad o en un pedido desespera-
do de ser nombrados y mirados, según las opciones
sociales y posibilidades individuales.
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4.1. Alcances y P
ara el INDEC niños son las personas hasta los 14
años de edad y adolescentes son las personas
que tienen entre 15 y 17 años.

limitaciones Para la Organización Mundial de la Salud la adoles-


cencia es el período comprendido entre los 10 y 19
años y está incluida dentro de una franja etarea ma-
yor, denominada juventud, que se da entre los 10 y
los 24 años. La pubertad o adolescencia inicial es la
primera fase, comienza normalmente a los 10 años en
las niñas y a los 11 en los niños y llega hasta los 14
o 15 años. La adolescencia media y tardía se extien-
de hasta los 19 años. A la adolescencia le sigue la ju-
ventud plena que va desde los 20 hasta los 24 años.
Desde una mirada institucional, la UNESCO define a
la juventud como "un período que se da entre la in-
fancia y la edad adulta". El marco cronológico de ju-
ventud es definido por la UNESCO como "el período
de la vida que va desde los 15 años a los 25 años in-
completos"; o sea que, al completar los 25 años, la
persona deja de ser joven.
Otros autores centran su definición en los cambios
corporales y hormonales, en el grado de independen-
cia que este grupo etáreo tiene respecto a su familia
de origen; también aparece el debate entre quienes
creen que la adolescencia es un camino de paso ha-
cia el ser adulto, confrontando con la mirada de esta
etapa como un momento en sí mismo.
En todo orden social la edad funciona como un cri-
terio clasificatorio y, al igual que el sexo, son los pri-
meros determinantes de diferencias básicas que se-
rán luego procesados por la cultura. A primera vista
puede aparecer como transparente el criterio etá-
reo, pero al adentrarnos en la observación exhausti-
va, estos límites parecen quedar cortos.
¿A qué edad comienza la adolescencia?, ¿a qué
edad termina?; ¿y la juventud?, ¿cuál es la diferen-
cia entre una y otra?; si son lo mismo un momento
y el otro, ¿por qué se usa una terminología diferen-
te?; ¿cuándo comienza la adultez? Las respuestas a
estas preguntas superan los criterios de edad; aun-
que durante algún tiempo, muchos estudios se con-
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centraron sólo en aspectos demográficos basados
en datos censales -incluidos los criterios vinculados
a la esperanza de vida de la humanidad-.
p mirar
ara
“En sociedades modernas las curvas demográficas
Con este video proponemos agregar una cuota
tienden a extenderse cada vez más, las estructuras
de humor a la cuestión generacional, que aun-
socioeconómicas se complejizan, surgen nuevos sa-
que lamentablemente sea de la autoría de una
beres y prácticas institucionales, se combinan y plu-
multinacional, supo captar el espíritu de lo que
ralizan los sistemas educativos, se diversifican las
significa sentirse hermanos de una generación;
producciones culturales y sus consumos, situación
como así también, el hecho de no pertenecer a
en la que el juego de las diferenciaciones sociales se
las más jóvenes.
multiplican. El presente actual en constante explo-
sión se encuentra con una variedad creciente de gru- Anuncio Coca-Cola – La generación de los `80
pos de edad, producto de esta diversificación: hoy http://www.dalealplay.com/informaciondeconte-
en día tenemos niños, púberes, adolescentes, jó- nido.php?con=35893
venes, jóvenes adultos, maduros, mayores, tercera
edad, gerontes y hasta comienza a surgir una cuarta Sin embargo, como mencionáramos más arriba, ho-
edad. (…) Las diferencias entre adolescencia y juven- mogeneizar a los distintos grupos juveniles sobre la
tud responderán al tipo de cultura al que nos refira- base de una pertenencia generacional suele ser erra-
mos, a sus rituales oficiales u oficiosos de pasaje, a do. La trampa en la que no se puede caer es la de
las marcas de sus tránsitos” (Urresti, 2005). identificar a este momento vital como una masa ho-
En ocasiones se suele hacer referencia al aspec- mogénea, en el sentido de que los adolescentes y jó-
to generacional. Entendiendo por esto que los jóve- venes son todos iguales por el sólo hecho de haber
nes son generacionalmente iguales por el sólo hecho cumplido determinada edad; negando las diferencias
de haber nacido en determinado año. Sin embargo, geográficas, biográficas y culturales.
la cuestión generacional remite al momento históri- Considerar la dimensión etárea como un dato expli-
co en que ha sido socializado esa persona, a lo que cativo de percepciones y prácticas regulares termina
también se denomina paisaje de formación, enten- funcionando como un obstáculo epistemológico que
diendo a este como “el conjunto de grabaciones que impide comprender la influencia de otros factores
configuran el substrato biográfico sobre el que van -como sector social, género y las pertenencias étni-
sedimentando hábitos y rasgos básicos de perso- cas y culturales-, que en ocasiones terminan siendo
nalidad. La formación de ese paisaje comienza en más importantes que la tenencia de una edad deter-
el nacimiento. Las grabaciones estructuradas bási- minada.
cas comprometen no sólo a un sistema de recuerdos Para Mario Margulis (2000), el tema de la juventud se
sino a tonos afectivos, a una forma característica de complica cuando "ésta no se refiere sólo a un esta-
pensar, a una manera típica de actuar y, en definitiva, do, una condición social o una etapa de la vida, sino
a un modo de experimentar el mundo y de actuar en que es vista como un producto", y agrega que "la ju-
él” (Silo, 2006). Volveremos sobre este aspecto en el ventud aparece entonces como un valor simbólico
apartado sobre relaciones intergeneracionales. asociado con rasgos apreciados, sobre todo por la
estética dominante, lo que permite comercializar sus
atributos (o sus signos exteriores), multiplicando la
variedad de mercancías -bienes y servicios- que im-
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pactan directa o indirectamente sobre los discursos a la participación social y política del conjunto de la
sociales que la aluden y la identifican". sociedad- pudieron evitar que en nuestro país los jó-
Al interior de la sociedad argentina se sostienen dis- venes participen actualmente de distintas y novedo-
tintas miradas acerca de los jóvenes. Una encuesta sas manifestaciones políticas, sociales y culturales
nacional realizada en 2008 entre personas mayores que buscan transformar la realidad desde diferentes
de 18 años, daba cuenta de ellas: las que ponen el espacios: partidos políticos, sindicatos, organizacio-

penarauenta
énfasis en los aspectos generacionales tales como la nes sociales, grupos culturales, etc.
vitalidad o la alegría; las que ven a la juventud como
tener
c
una etapa de tránsito entre la niñez y la adultez; las
que destacan el rol de los jóvenes como agentes de
cambio; o las que creen que los jóvenes son un pro-
blema o están en problemas.
En la actualidad, la cuarta parte de la pobla-
Visiones sobre las juventudes (expresado en %)
ción argentina (un 24,7%) tiene entre 15 y 29
Generación 25 años. Se trata de alrededor de 10 millones de
Moratoria social 17,3 adolescentes y jóvenes, de los cuales poco más
Agente de cambio 12,3 de la mitad son varones.
Sin fututo / jóvenes en problema 10,2
Porción de jóvenes en el conjunto de la población
Juventud en problema 10,1
Divino tesoro 7,3 Jóvenes 24,7%
10.009.185
Etapa de la vida 5,3
NS&NC 10,4
Otros 2,1

Fuente: Encuesta Nacional de Juventudes 2008. Proyecto Juven-


tudes Sudamericanas. Fundación SES, 2009.

Como se puede observar en el cuadro, no son pocos


los que consideran que los jóvenes son portadores
75,3%
de aspiraciones e ideales de transformación social,
son actores de cambio. Es interesante destacar esta Distribución de los y las jóvenes por sexo. Año 2010
visión, ya que sostiene que la juventud es el grupo Mujeres 49%
más sensible a los problemas que afectan a la socie- 4.941.544

dad, y la promesa de cambio de las situaciones de


injusticia y desigualdad.
En Argentina se puede identificar la mayor expresión
de este compromiso con la transformación de la so-
ciedad en la corriente de movilización política y so-
cial que tuvo a la juventud como su principal pro-
tagonista, en especial durante las décadas de los
Varones
sesenta y setenta. 5.067.641
51%
Ni la dictadura militar, ni las políticas neoliberales de
la década de los noventa -procesos que afectaron Fuente: Estimaciones poblacionales del INDEC para el año 2010
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m omento
de reflexión
Aquí les proponemos realizar un trabajo de
reflexión e intercambio sobre el concepto de
adolescencia y juventud desde la perspectiva del
paisaje de formación.

1. Conformen un grupo con al menos tres com-


pañeros que sean de edades aproximadas.

2. Listen las características de la época en que


los miembros del grupo eran adolescentes: valo-
res, estilos de vestimenta, actividades de tiem-
po libre, sexualidad, relación con los adultos, etc.

3. Luego, les sugerimos juntarse con otro grupo


de compañeros de edades distintas (pueden
ser más jóvenes o mayores a las del grupo
inicial). Intercambien en este grupo mayor las
características de la época y armen relaciones
con las definiciones de estos grupos etáreos.
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4.2. Jóvenes y S
egún lo visto en apartados anteriores, las per-
sonas conocen la realidad que les circunda me-
diante explicaciones que extraen de los procesos

representación social de comunicación con otros. Estas explicaciones se


guardan en la memoria y, cada vez que algo igual, si-
milar o posible de asociar vuelve a aparecer, la con-
ciencia remite a la memoria y así lo representa. Las
representaciones sociales sintetizan dichas explica-
ciones y en consecuencia, hacen referencia a un tipo
específico de conocimiento que juega un papel cru-
cial sobre cómo la gente piensa, organiza su vida co-
tidiana y se relaciona con lo demás.
Según Sergio Balardini (1999) "jóvenes hubo siem-
pre, pero juventud no, aunque parezca extraño, la
idea de juventud está íntimamente ligada a los roles
históricos de los distintos grupos etáreos y sociales",
y agrega que "la juventud como tal (no los jóvenes)
es un producto histórico resultado de relaciones so-
ciales, relaciones de poder, relaciones de producción
que generan este nuevo actor social. La juventud es
un producto de la sociedad burguesa, de la socie-
dad capitalista, antes la juventud no existía; uno po-
día decir que jóvenes hubo siempre mientras que ju-
ventud no, la juventud como fenómeno social en los
términos occidentales que hoy la comprendemos, es
un producto histórico que deviene de las revolucio-
nes burguesas y del nacimiento y desarrollo del ca-
pitalismo".
Entre los argentinos hay visiones contradictorias so-
bre el rol social que deben cumplir los jóvenes en la
sociedad y sobre sus actitudes y comportamientos.
Por un lado, prevalecen opiniones -sobre todo de los
adultos- que los califican negativamente (como con-
sumistas, violentos, peligrosos e individualistas); aun-
que también se los reconoce como más creativos e
idealistas.
También hay quienes sostienen que el rol de las ju-
ventudes es formarse y prepararse individualmen-
te para el futuro: casi la mitad de la población tiene
esta opinión, aunque parecen desconocer que más
de 6 de cada 10 jóvenes no puede vivir la juventud
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de esta manera, por ser parte de los sectores socia- le son útiles y unidos son más eficaces”.
les más desfavorecidos. En respuesta a estas representaciones sociales ne-
Por otro lado, es esperanzador ver que aunque se gativas, existen grupos de jóvenes dispuestos a par-
asigna un rol meramente individual a la juventud, ticipar para revertirlas y en los últimos años, de la
distintas acciones colectivas promovidas y lideradas mano de políticas públicas, se han abierto espacios
por los jóvenes en nuestro país en el último tiempo, que les brindan la posibilidad de elegir los caminos
tienen una alta aceptación social. Los reclamos vin- participativos para asegurar que se reconozcan y se

p mirar
culados a la educación -como por ejemplo marchas hagan valer sus derechos.
estudiantiles por la falta de gas en las escuelas- reci-
ben la aceptación de casi el 80% de los argentinos,
mientras que los escraches de la agrupación HIJOS
ara
en defensa de justicia y castigo son apoyados por
más del 60%.13 Los siguientes videos muestran a los jóvenes
Para muchas personas pertenecientes a este colec- organizados en torno al derecho a la educación.
tivo, el acceso y permanencia en la escuela, el dere-
cho al trabajo digno y bien remunerado, el acceso a 1. Discurso Camila Vallejo 19/10/11 - El Infiltrado
los medios de comunicación y actividades de espar- http://www.youtube.com/watch?v=HBih0c689cI&
cimiento y cultura aún no están asegurados. Tam- feature=related
bién son muchos los que sufren los efectos de la ex-
clusión social y de la violencia. 2. ¿Querés saber por qué los estudiantes se
Resulta interesante la mirada de Mariana Chaves rebelan? El siguiente video retoma la experien-
(2005),14 quien sostiene que “la juventud está asig- cia durante el año 2011, donde los jóvenes toma-
ron escuelas medias con el objeto de reivindicar
nada por `el gran no´, es negada (modelo jurídico) o
su derecho a estudiar en condiciones dignas
negativizada (modelo represivo), se le niega existen-
http://www.youtube.com/watch?v=RtapDPnd-
cia como sujeto total (en transición, incompleto, ni
m4&feature=share
niño ni adulto) o se negativizan sus prácticas (juven-
tud problema, juventud gris, joven desviado, tribu ju-
venil, ser rebelde, delincuente). (...) Según sea la cla-
se o sector de clase será el estereotipo a fijar, así
se encuentran principalmente discursos naturalistas,
psicologistas y culturalistas ligados a la juventud de
clase media y alta, y discursos de patología social
y pánico moral cuando se habla de la clase media
empobrecida y los pobres. Tanto en sus versiones
de `derecha´ como de `izquierda´, estas son mira-
das estigmatizadoras de la juventud. Desde la repre-
sentación negativa o peyorativa del joven, como de
su aparente extremo opuesto, la representación ro-
mántica de la juventud, son miradas que niegan. Las
prácticas de intervención paternalistas no entran en
contradicción con ninguno de estos discursos, todos
13 • Fuente: Encuesta Nacional de Juventudes, (2008).
14 • Disponible en http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-22362005000200002&script=sci_arttext
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4.3. El lugar de A
ntiguamente, en muchas sociedades, el paso de
la condición infantil a la adulta se daba median-
te un rito de paso; la iniciación. En el curso de la ini-

los jóvenes en la ciación se adquiría un conocimiento especializado y,


tras superar la prueba, se reintegraba a la comunidad
como adulto con algún indicador que permitiera que
comunidad los demás iniciados lo reconozcan como un igual. El
iniciado tenía derecho a fundar una familia y parti-
cipar en las instituciones. Quienes no superaban la
iniciación se convertían, en cambio, en marginados.

m omento
de reflexión
¿Cuáles fueron mis rituales de paso entre la
niñez y la adolescencia? ¿Cuáles son los rituales
que usan los jóvenes en el barrio? Como educa-
dores sociales, ¿se podrían proponer rituales
que construyan subjetividad e identidad local?
Parece claro que los adolescentes y jóvenes son es-
pecialmente sensibles a su situación en y con el mun-
do. Dependen estrechamente de la consideración de
los otros y buscan por infinidad de medios construir
su propio status relacional.
Los rituales de iniciación han ido perdiendo vigencia
o quedaron reducidos a bienes y servicios de con-
sumo.
“El privilegio de pertenecer”15; “Uso estas zapatillas
porque soy el que mando”; “Un verdadero skin se re-
conoce de uno falso por lo que lleva puesto”.
El vacío de rituales significativos se ve potenciado
por las representaciones sociales sobre los jóvenes,
construyendo un tipo particular de condición social
e identidad. Al mismo tiempo, el hecho de que el ser
humano sea naturalmente gregario y que en la ado-
lescencia la tacticidad resulte vital, hace que los gru-
pos de pares sean la conexión con la vida.
Los grupos de jóvenes en la esquina, en los recitales,
en el local, en la parroquia, en la plaza, son un ámbito
de contacto físico; una oportunidad para la cercanía
15 • Slogan de una tarjeta de crédito.
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de los cuerpos y de los sentidos, calor en un mundo en algunos grupos, pero esto se debe al hecho banal
frío, tecnologizado y distante. de que esas clases son las más numerosas en nues-
Estos grupos -skin, new romantics, floggers, militan- tra pirámide social, no a que, en sí mismas, constitu-
tes barriales, ecologistas-, a los que algunos auto- yan una variable dependiente.
res denominan tribus, permiten construir una subje- Un rasgo común de estos grupos juveniles es de
tividad individual que se convierte en un nosotros. tipo tensito-pasional: tienden a conferir a su propia
El gesto constitutivo de este tipo de grupos es an- existencia mayor tensión que la habitual en su socie-
cestral; consiste en términos simbólicos en el esta- dad y un grado mayor de pasión.
blecimiento de un círculo que aúna a los que están Para ello, buscan provocar al sistema social y esta-
adentro y separa a los que están fuera de él. A veces, blecer polémica, tensión. Y lo hacen justamente allí
en contra de un ellos que genera violencia; otras en donde entienden que más puede dolerle a la socie-
una diferenciación pacífica que profundiza la identi- dad establecida, o sea, en el campo de las represen-
dad local. Esta diferencia depende mayoritariamen- taciones públicas de la identidad que, generalmen-
te de adultos capaces de acompañar procesos de te, se hallan dominadas por el mundo del estilo y la
construcción identitaria y políticas públicas emanci- moda.
padoras. Es como si, al margen de la sociedad convencional,
En definitiva estos grupos: estos jóvenes bebieran de unas fuentes subterráneas
y primitivas de la socialidad que les conectan con una
• tienden a potenciar las pulsiones gregarias y aso- sensibilidad más apasionada, más tensa y vital.
ciativas del sujeto, que de este modo, se siente in- Encuentran de este modo, sus valores específicos:
serto en una unidad de orden superior;
• defienden presuntos intereses comunes del grupo • afirmación del yo, en y con el grupo;
y estrechan vínculos gregarios basados en valores • defensa de valores y territorios propios y exclusivos;
específicos; • y establecimiento de recorridos activos en la ciu-
• son un ámbito propicio para compartir experiencias dad, según una lógica del hacer que es, sobre todo,
y rituales a mundos secretos que generan y consoli- un sentir y un tocar.
dan el sentido de pertenencia al grupo.
La pulsión a materializar, a tocar el sentido -evidencia
“Cada vez son más los grupos juveniles que han de- de la importancia de lo táctil tras años de su expul-
cidido utilizar más activamente su potencial de so- sión por el individualismo puritano dominante en la
ciabilidad y se vuelcan hacia agrupaciones de tipo sociedad burguesa- es una necesidad constante en
tribal. Y lo hacen en formas no convencionales, y, a el joven de la tribu urbana” (Costa, 1996).
veces, en franca oposición respecto a la cultura ofi- Asimismo, Costa (1996) rescata algunos elementos
cial dominante. que definen las características de los grupos urba-
El hecho es que el perfil sociológico de esos rebeldes nos, que si bien han sido tomados del caso español,
enmascarados -que han provocado una buena dosis pueden ser útiles a la hora de reflexionar sobre los jó-
de perplejidad para los teóricos de la marginalidad y venes de nuestro país:
del circuito obligatorio marginalidad-desadaptación-
delito- es, decididamente, transversal y no respeta • Anomia: momentos de crisis de reglas, leyes y va-
modelos demográficos fijos. Claro está, hay una pre- lores en los que se generan manifestaciones de des-
sencia cuantitativa más consistente de clases bajas orden como intentos reivindicativos de los grupos
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que pujan con los limites de la sociedad.
• Hiperindividualismo: las subculturas juveniles, apa-
recen como respuesta al excesivo individualismo de
p mirar
ara
la cultura narcisista. Culturas Juveniles y la Pastoral Juvenil
• Complejidad: el complejo entramado de la socie- en México
dad, lleva a los jóvenes a buscar la identificación en- Entrevista del Padre Francisco de Asis de la
tre pares para compensar la inseguridad que les ge- Rosa Patrón (Asesor Nacional de PJ) a la
nera el desconcierto de lo complejo. profesora Rosana Reguillo Cruz acerca de la
• Aceleración: el aumento de la velocidad en los ám- realidad de la juventud y las características de
bitos en los que se desenvuelven los jóvenes, y las la Culturas Juveniles en México.
expectativas del mundo de los adultos sobre ellos, http://www.youtube.com/watch?v=CezBL6-1qn8
generan las condiciones para la combatividad como
modo de asentamiento de sus ideas y autonomía.
• Emergencia de lo dionisiaco: el rígido orden del en-
tramado social, basado en normas, reglas y conve-
nios generales, promueve la necesidad de generar
una mayor comunión de emociones intensas. “Bailar,
codearse con otros cuerpos, beber cerveza en loca-
les repletos gente, pelearse… son expresiones todas
ellas ampliamente presentes en el escenario urbano
más reciente. Y todas ellas atestiguan algo palpable,
una micro explosión de eventos con un fuerte com-
ponente físico” (Íb).
• Moda y pasión por las apariencias: el aspecto físico
no es nada más que la representación para el otro.
En este sentido, se busca que la apariencia sostenga
el sentido de pertenencia al grupo.
• Visibilidad y transparencia: los contenidos televisi-
vos, la arquitectura moderna y el cuidado del cuerpo
y la salud, responden al doble juego de querer ver y
querer ser visto.
• Multirracialidad (que en Argentina podría nombrarse
como discriminación social): las inserciones migrato-
rias sin políticas de integración cultural, las brechas
sociales existentes generan las condiciones para la
guetización física y simbólica que encuentra su an-
claje en las diferenciaciones territoriales, culturales y
de acceso a los recursos.

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