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Los tumores cerebrales son ligeramente más frecuentes entre los hombres que
entre las mujeres. Solo los meningiomas, que por lo general no son cancerosos,
son más frecuentes en las mujeres. Los tumores cerebrales pueden
desarrollarse a cualquier edad. A medida que la población envejece, el
glioblastoma, el tipo de tumor cerebral más grave, es cada vez más frecuente
entre las personas mayores.
Un tumor cerebral, ya sea canceroso o no, siempre es grave, debido a que el
cráneo es rígido y no deja espacio al tumor para expandirse. Además, si los
tumores se desarrollan cerca de partes del cerebro que controlan las funciones
vitales, pueden causar problemas, como debilidad, dificultad para caminar,
pérdida del equilibrio, pérdida parcial o total de la visión, dificultad para entender
o usar el lenguaje y problemas relacionados con la memoria.
Provocando hemorragias
Primarios: se originan en las células del interior del cerebro o en las que
están próximas a este. Pueden ser benignos o malignos.
Secundarios: estos tumores son metástasis, es decir, se originan en otra
parte del cuerpo y se diseminan hacia el cerebro. Por tanto, siempre son
malignos.
Tumores primarios
Los tumores primarios más frecuentes comprenden
Los tumores benignos reciben su nombre según las células o tejidos específicos
en los cuales se originan. Por ejemplo, los hemangioblastomas se originan en los
vasos sanguíneos («hema» se refiere a los vasos sanguíneos y los
hemangioblastos son las células que forman los tejidos de los vasos
sanguíneos). Algunos tumores benignos se originan en células del embrión
(células embrionarias), en etapas tempranas del desarrollo fetal. Estos tumores
son congénitos.
Tumores secundarios
Las metástasis cerebrales son mucho más frecuentes que los tumores primarios.
Más del 80% de las personas con metástasis cerebrales tienen más de una
metástasis. Las metástasis procedentes de otras partes del organismo pueden
diseminarse en una única zona del cerebro o en diversas zonas. Muchos tipos de
cáncer pueden diseminarse al cerebro. Entre estos factores se incluyen los
siguientes:
Cáncer de mama
Cáncer de pulmón
Cáncer de riñón
Melanoma
Cáncer tiroideo (cáncer de tiroides)
Linfoma y leucemia
Los linfomas cerebrales se están volviendo más frecuentes entre las personas
cuyo sistema inmunológico está debilitado (como las que padecen sida), las de
edad avanzada y, por razones desconocidas, entre personas con un sistema
inmunológico normal.
Según cuál sea la zona del cerebro afectada (véase la página Disfunción según
su localización), el tumor tiene alguno de los efectos siguientes:
Causa debilidad o parálisis de un brazo, una pierna o un lado del cuerpo
Por ejemplo, un tumor hipofisario presiona los nervios ópticos cercanos (2º par
craneal), que intervienen en la visión, y afecta así la visión periférica. Cualquiera
de los síntomas anteriores sugiere una afección grave y requiere atención
médica inmediata.
Otros síntomas frecuentes de un tumor cerebral son el vértigo, la pérdida del
equilibrio y la incoordinación. Algunos tumores cerebrales, generalmente tumores
primarios, causan convulsiones.
Si un tumor obstruye el flujo del líquido cefalorraquídeo a través de los espacios
intercerebrales (ventrículos), se acumula líquido y se dilatan (un trastorno
denominado hidrocefalia). El resultado es el aumento de la presión intracraneal.
Además de otros síntomas de presión intracraneal alta, la hidrocefalia dificulta
levantar la vista. En los lactantes y niños muy pequeños aumenta el tamaño de la
cabeza.
Los síntomas empeoran con el tiempo, a menos que se trate el tumor. Con el
tratamiento, sobre todo en el caso de tumores benignos, algunas personas se
recuperan completamente. Para otras, la esperanza de vida se reduce, a veces
en gran medida. El pronóstico depende del tipo de tumor y de su localización.
Por lo general, es necesaria una biopsia (extracción de una muestra del tumor
para su examen al microscopio) para identificar el tipo de tumor y determinar si
es canceroso. La biopsia suele practicarse durante una intervención quirúrgica
en la que se extirpa todo el tumor o parte del mismo. O si el tumor es difícil de
alcanzar, se puede practicar una biopsia estereotáctica. Para este procedimiento,
se sujeta un marco al cráneo. El marco proporciona puntos de referencia que
pueden ser identificados en una resonancia magnética nuclear o en una
tomografía computarizada. Estos puntos de referencia permiten guiar la aguja de
la biopsia de forma precisa hacia el tumor.
Radiocirugía
Implantes
Derivaciones
Técnicas estereotácticas
Determinar dónde insertar los implantes o un láser para destruir las células
tumorales