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¿Se puede leer sin escribir?

En el texto que publico la jornada el domingo 18 de abril 2004: “¿se puede leer
sin escribir?” del doctor en lengua y cultura escrita, Gregorio Hernández Zamora,
nos menciona la importantísima necesidad de saber escribir, ante la campaña que
hizo el gobierno federal en el 2003, por ello el autor sentencia que si no sabemos
usar la escritura, solo seremos lectores pasivos, que no saben darle voz a sus
propios pensamientos.
Hernández Zamora desde una perspectiva histórica nos anuncia en su artículo,
que la escritura es un instrumento para hacer cultura, porque para muchos quitar
esa capacidad de escribir, quemando las escrituras por ejemplo, es una arma
bélica que despoja la identidad cultural de los pueblos, entonces por eso nos dice
el autor, de hechos como los que sucedieron con los nazis, que quemaron lo libros
de autores judíos para tratar de arrancar de raíz la identidad del pueblo oprimido;
por otro lado tenemos también el ejemplo del mundo prehispánico, cuando los
españoles también trataron de erradicar de raíz todo el cumulo de conocimientos y
sabidurías de los pueblos mesoamericanos, quemando los códices, mejor
conocidos como los amoxtli, para poder evangelizarlos mejor.
Ahora bien, desde una perspectiva teórica, nos comenta Hernández Zamora al
respecto, citando algunas ideas del pedagogo brasileño Paulo Freire, que si los
oprimidos se dedicaran a escribir su propia historia supieran quiénes son y
quienes pueden ser, ya que al escribir el oprimido puede darle voz a esos
sentimientos y pensamientos y expresarían verdades insurrectas. Por otro lado
nos cita también el autor a Noam Chomsky, y este nos dice que de nada sirve leer
si no se sabe escribir, porque memorizar a los grandes autores o “libros clásicos”
de nada sirve, pues no pensamos por sí mismos, y por lo tanto al saber escribir
posibilitamos buscar una propia identidad al no quedarse atrapado en las ideas de
un libro o de un autor.
Después en párrafos siguientes de manera irónica el autor nos invita a pensar
como sería una educación terrible en las aulas de los diferentes niveles de
enseñanza, y en estos escenarios imaginarnos como se empeñaría el sistema
educativo en renunciar a la enseñanza de la escritura. Y sin embargo al pasar lista
de esos escenarios vemos que en muchos de los casos pasa y es una realidad
que sucede en las aulas de la educación mexicana. De manera general nos
enseñan a copiar y pegar argumentos y no nos invitan a escribir un propio
argumento, por otro lado, en lugar de ello muchas veces solo ciertos maestros de
educación básica enseñan a ser planas y hacer palitos; o bien en el bachillerato no
se nos enseña a los estudiantes que es un “trabajo” y en cambio solo los hacen
repetir lo dicho por lo autores que leemos y solo nos hacen escribir algunos dos o
tres oraciones, por ello no se estimula la enseñanza a la escritura.
Finalmente nos dice el autor que en el caso de los universitario no se nos enseña
a escribir, de tal manera que sepamos explicarnos a nosotros mismos, que es lo
que expresamos en los ensayos finales, y después con malas calificaciones por no
saber expresarse escribiendo, el maestro le dirá al estudiante que todo lo que
escribe está mal hecho, recriminándole y que su tesis no sirve de nada, pero lo
que está detrás de esto es que en ninguno de los niveles de educación, al alumno
jamás le enseñaron a escribir. Como dice el autor, si no enseñamos a escribir
callamos las voces que pueden dar libertad, y sin esa libertad no habría una
expresión propia que otorgue identidad y dignidad de pensar per se.

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