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DECIMA CUARTA SEMANA

PRIMERA SESION

Semejanzas y Diferencias entre los regímenes de responsabilidad civil


contractual y extracontractual y los problemas prácticos que acarrea su
distinción.

En cuanto a su origen.
La semejanza radica en que en ambos sistemas la responsabilidad surge por la
violación de una obligación preexistente.

La diferencia está en la naturaleza de la obligación preexistente que ha sido violada;


en la responsabilidad contractual se trata de una obligación de carácter contractual,
es decir, cuando “entre las partes existe un contrato o una relación contractual y los
daños son debido al incumplimiento o cumplimiento defectuoso de los que es
estrictamente materia del contrato”4[38], se trata pues de una obligación
determinada, concreta o específica; mientras que en la responsabilidad
extracontractual se trata de la violación “de deberes generales de conducta o de la
regla general alterum non laedere”5[39] En consecuencia “si se trata de la
responsabilidad extracontractual la obligación preexistente es legal, y si estamos
en el ámbito contractual la obligación preexistente será convencional”

En cuanto al factor de atribución.

Ambos regímenes son semejantes porque en los dos, para que exista
responsabilidad, debe existir un factor de atribución en virtud del cual el
responsable tenga la obligación de responder, pues debe haber “alguna buena
razón para obligar a una persona a cubrir los daños” sufridos por el damnificado.
Pero en la responsabilidad contractual el factor de atribución “es eminentemente
subjetivo y consiste en la imputabilidad con culpa del deudor en la inejecución del
contrato”. En cambio, en la responsabilidad extracontractual coexiste el factor de
atribución subjetivo: culpa, con el factor de atribución objetivo en sus diversos
matices: riesgo adicional, riesgo creado, riesgo beneficio y riesgo empresa, que los
estudiaremos en un capítulo aparte.

En cuanto al daño causado y al fenómeno resarcitorio

El daño es un elemento común a ambos regímenes “es el presupuesto central de


la responsabilidad civil” y como consecuencia lógica, también ambos regímenes
persiguen repararlo. “La razón de la indemnización no es la existencia de un
contrato (...) sino la presencia de un daño que debe ser reparado”.

Sin embargo, en la responsabilidad contractual el autor del daño es una persona


capaz, porque para incumplir o cumplir defectuosamente un contrato, primero ha
tenido que celebrarlo válidamente y “para que una persona se obligue a otra por un
acto o declaración de voluntad, es necesario, entre otros requisitos que sea
legalmente capaz”. En cambio, en la responsabilidad extracontractual el autor del
hecho puede ser un incapaz, de allí que “se establecen algunas responsabilidades
por los hechos de los incapaces”

En cuanto al fenómeno resarcitorio, de modo general, se dice que en la


responsabilidad contractual se hace una distinción, si el daño ha sido causado con
culpa, el deudor solo responderá por los daños que pudo prever al momento de la
celebración del contrato, y si el daño es causado con dolo, el deudor deberesponder
por todos los daños; mientras que en la responsabilidad extracontractual no es
posible efectuar esa distinción, en consecuencia “se responde de todos los daños
ocasionados”, tanto por “los que sean consecuencia inmediata (...) y mediatadel acto
ejecutado”.

Por otro lado, siguiendo con el fenómeno resarcitorio, en la responsabilidad


contractual puede darse el llamado “tarifamiento anticipado del monto de los daños
y perjuicios”, o sea, las partes al celebrar el contrato pueden acordar, por medio de
una cláusula penal, el monto de la indemnización en caso de incumplimiento o
cumplimiento defectuoso del contrato, ¡“ello es factible en mérito del principio de
autonomía de la voluntad en materia contractual” ; sin embargo, en la
responsabilidad extracontractual no es factible un acuerdo anticipado.

Finalmente, en caso de pluralidad de responsables, en materia contractual la


responsabilidad “es en principio simplemente mancomunada”, es decir que cada
responsable sólo está obligado a responder por su cuota parte o en proporción a
su parte, salvo que la solidaridad resulte del contrato o por mandato de la ley. En
cambio, en materia extracontractual, el principio que rige es el de la responsabilidad
solidaria, es decir que el damnificado puede accionar contra todos o contra
cualquier responsable por el total de la indemnización; o, como lo manifiesta Visser
“cada uno es solidariamente responsable de todo el perjuicio”.

En cuanto al plazo prescriptorio.


¡La prescripción “es una de las instituciones jurídicas más necesarias para el orden
social” y se sustenta en el principio de seguridad jurídica; por ello “si el titular de un
derecho durante considerable tiempo transcurrido no hace efectiva su pretensión
ejercitando la acción correspondiente para que el órgano jurisdiccional lo declare y
lo haga efectivo, la ley no debe ya franquearle la posibilidad de su ejercicio”

La responsabilidad civil contractual y extracontractual no escapa a este principio,


pues la acción que busca se declare y haga efectiva la reparación de un daño
causado, en ambos casos, prescribe por el transcurso del tiempo.

La diferencia entre los dos regímenes radica en que la acción de daños y perjuicios
resultantes de un incumplimiento contractual prescribe a los diez años, si se trata
de acción personal o real y a los siete, si versa sobre actos simulados. Mientras que
en materia extracontractual la acción prescribe a los dos años.

Problemas prácticos en la distinción de ambos regímenes.


Cuando tratamos de distinguir los regímenes de responsabilidad contractual y
extracontractual, tal como ha manifestado Pier Giusseppe Monateri, ¡“es el régimen
jurídico sustantivo de fondo el que está en tela de juicio” ; sin embargo los problemas
prácticos en esta distinción son normalmente de orden procesal, pues debemos
tener en cuenta que ambos regímenes dan lugar a acciones distintas. Para aclarar
la idea, Diez-Picazo plantea la siguiente situación: “cuando la acción se plantea
como extracontractual y el tribunal sentenciador entiende que la responsabilidad
que rige la materia es la contractual (o viceversa), ¿debe el tribunal sentenciador
rechazar la demanda para evitar, en otro caso, incidir en vicio de la incongruencia?”

En este caso, dice el referido autor, que “los procesalistas son concordes en que la
acción se califica por la pretensión que se ejercitó o petitum, pero también por la
causa petendi”; entendiendo por causa petendi, según la teoría de la
substanciación, los fundamentos de hecho de la demanda; lo cual implica que el
Juez la debe calificar y resolver a través de los hechos, dejando de lado la
fundamentación jurídica, en virtud del “principio de la teoría de la substanciación en
la demanda y de la libre búsqueda y aplicación de la norma por los tribunales”.
Los llamados casos difíciles que pueden presentarse son, en realidad,
innumerables; pero los más frecuentes y más abordados por los tratadistas son:
lesiones corporales o muerte y daños en las cosas causados en la ejecución de
relaciones contractuales, tal es el caso de los accidentes de vehículos que se
dedican al transporte de pasajeros o de carga, accidentes de trabajo, daños
producidos con ocasión de servicios profesionales. En estos casos estamos ante la
concurrencia de acciones de resarcimiento originadas en contratos y a la vez en el
deber general de no dañar a otro, concurrencia que la doctrina la ha denominado
“yuxtaposición de responsabilidades contractual y extracontractual”.

Frente a esta concurrencia de responsabilidades o de normas, Diez-Picazo propone


la solución que, en nuestro parecer, es la más acertada: “las acciones pueden
ejercitarse alternativa o subsidiariamente u optando por una u otra e incluso
proporcionando los hechos al juzgador para que éste aplique las normas (...) que
más se acomoden a ellas, todo en favor de la víctima y para el logro de un
resarcimiento del daño lo más completo posible”.

Finalmente, exponemos en forma resumida la posición del jurista peruano


Fernando de Trazegnies, quien refiriéndose a los casos difíciles y usando sus
acostumbradas metáforas, afirma: “De ninguna manera puede decirse que estas
regiones – responsabilidad contractual y extracontractual- se superponen y que
algunas situaciones son oriundas de ambas etnias jurídicas. Los hechos de la
responsabilidad tienen que tener pasaporte contractual o pasaporte
extracontractual: el que tiene dos pasaportes es un impostor o es un aprovechador
a quien debe privársele de uno o de otro”. “Todo ello parece indicarnos que quizá
no estamos propiamente ante una población de frontera sino ante una nación
distinta dentro de la responsabilidad civil que habita entre la contractual y la
extracontractual, y que requiere que sea oficialmente reconocida: la nación de los
accidentes”. “Se requiere fragmentar aún más el campo de estudio”.

De lo expuesto hasta aquí se advierte que aún hay mucho camino por recorrer
respecto de los temas analizados y se nos abre la posibilidad de aportar nuevos
planteamientos que sirvan para el enriquecimiento intelectual a fin de concretizar
aquella vieja noción: El derecho es el arte de lo bueno y lo justo.

LA RESPONSABILIDAD CIVIL SU ORIGEN PUEDE SER CONTRACTUAL O


EXTRACONTRACTUAL
La responsabilidad civil contractual es una sanción convenida por las partes para
el caso de que una de ellas incumpla sus obligaciones.

El concepto de responsabilidad extracontractual es más amplio, ya que incluye las


indemnizaciones derivadas de daños o lesiones que el perjudicado no tuviera el
deber de soportar. En el derecho comunitario se conoce como responsabilidad
cuasi delictual, término que ayuda a entender el concepto.

Así, la indemnización de un accidente de tráfico es de este tipo ya que, aunque no


hay ningún contrato, el responsable debe indemnizar a la víctima por los daños y
perjuicios que le ha causado.

¿Qué es la responsabilidad civil?


La Responsabilidad Civil va a ser definida como: "el conjunto de consecuencias
jurídicas a las que los particulares se someten por el hecho de haber asumido una
situación jurídica de desventaja sea de forma voluntaria o por efectos de la ley.
Definida por la legislación civil, en la que se dice que las obligaciones nacerán de:
1. La ley
2. Los contratos y cuasicontratos
3. Los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o
negligencia.
4. Conviene precisar que el hecho de determinados actos u omisiones ilícitos
conlleven responsabilidad penal, no determina que esta sea incompatible con
el derecho civil.

Elementos de la responsabilidad civil

La responsabilidad civil exige la concurrencia de tres elementos:

a. Elementos personales.
Se trata de la persona que provoca el daño y la que lo padece.
La primera es responsable civilmente de la reparación, restitución o
indemnización frente a la segunda.

b. Lesión
La lesión puede tener forma de incumplimiento contractual o de daño. Además,
puede afectar a la persona o al patrimonio del perjudicado.
En el caso de la responsabilidad civil contractual se pueden establecer
penalidades a la hora de indemnizar la lesión.
Y en el caso de la extracontractual, será el juez el encargado de valorar la
lesión.

c. Relación de causalidad
Es necesario que entre la acción u omisión de quien provoca el daño y la propia
lesión exista una relación de causalidad. Así, nadie tiene por qué responder de
daños fortuitos (salvo que su deber sea evitarlos) o de aquellos imprevisibles
o inevitables.
Consecuencias de la responsabilidad civil
Si se determina la concurrencia de responsabilidad civil, el responsable deberá
restituir el bien lesionado o reparar el daño causado. Cuando la restitución o
reparación sean imposibles procederá una indemnización.

Elementos de la responsabilidad civil extracontractual para penalistas: Daño


y culpa
▪ La acción o hecho dañoso
▪ El daño producido
▪ La relación de causalidad entre la acción y el daño, y
▪ Los factores de atribución

La imputabilidad extracontractual:
Proviene de la comisión de un delito o cuasidelito civil, es decir, de un hecho ilícito,
intencional o no, que ha inferido injuria o daño a la persona o propiedad de otro.
Esta supone la ausencia de obligación, es decir, se produce entre personas
jurídicamente extrañas, y es por ello que el hecho ilícito es que crea la obligación
de reparar el daño.

Daños no reparables:
Suponen una obligación previa, que en la responsabilidad contractual nace del
contrato y en la responsabilidad extracontractual de la ley (obligación genérica de
no causar daño), y en ambas la culpa estaría constituida por un mismo hecho, el
cual es la violación de esta obligación.

Responsabilidad indirecta:
La doctrina moderna señala que básicamente existen elementos comunes a ambos
tipos de responsabilidad y que de consecuencia conviene abandonar las
distinciones arbitrarias. Así, por ejemplo, el autor Santos Briz señala como
elementos comunes:
a. La acción u omisión infractora del contrato o productora del acto ilícito.
b. La antijuridicidad de la misma y causas que la excluyen.
c. La culpa del agente (factor de atribución).
d. La producción de un daño
e. Relación causal entre la acción u omisión y el daño.

DECIMA CUARTA SEMANA


SEGUNDA SESIÓN

LA RESPONSABILIDAD POR RIESGO


El sistema objetivo en el código civil peruano, menciona el riesgo creado; bienes y
actividades que sean riesgosas o peligrosas y niveles de riesgo.

Elementos:
a. Uso de mecanismos peligrosos
b. Que se cause un daño
c. Que haya una relación de causa, efecto entre el uso del mecanismo y el daño
causado.
En el artículo Nº 1757 señala el hecho de las cosas y actividades riesgosas: Toda
persona responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas o
peligrosas por su naturaleza, por sus medios empleados o por las circunstancias
de su realización.

Concurrencia de responsabilidades:
Las obligaciones se clasifican habitualmente como de medios y de resultados, y
esto tiene una gran importancia al determinar la responsabilidad civil contractual.

El incumplimiento, que es uno de los requisitos básicos para que la responsabilidad


se produzca, dependerá de la clase de obligación.

Cuando una norma o un contrato obligan a una persona a alguna cosa determinada,
sea esta una acción o una abstención (hacer o no hacer algo), esta obligación se
considera de resultado. Tal es el caso de un transportista que se obliga a llevar
determinada mercancía a un destino en particular. Aquí la responsabilidad es
prácticamente automática, pues la víctima solo debe probar que el resultado no ha
sido alcanzado, y entonces el demandado no podrá escapar a dicha
responsabilidad, excepto si puede probar que el perjuicio proviene de una causa
ajena; por ejemplo, que se debe a un caso fortuito o de fuerza mayor.

Cláusula de irresponsabilidad:
Se ocupa de dar una solución a la víctima de un daño determinado: relaciona al
causante y la víctima del hecho dañoso, el factor de atribución, el modo de reparar
y el monto; define los sujetos legitimados (obligados a reparar y los que merecen
reparación) y en qué consistirá la reparación.

Diferenciación civil, penal y moral:


Es importante distinguir la responsabilidad civil de la responsabilidad penal ya que
esta última tiene por finalidad designar a la persona que deberá responder por los
daños o perjuicios causados a la sociedad en su totalidad, no a un individuo en
particular.

A la vez todas estas especies de responsabilidad jurídica deben distinguirse de la


Responsabilidad moral en la cual los responsables no responden de sus actos ante
la sociedad, ante su propia conciencia.

Para la responsabilidad penal los daños o perjuicios tienen un carácter social, pues
son considerados atentados contra el orden público suficientemente graves como
para ser fuertemente reprobados y ser erigidos en infracciones. Las sanciones
penales tienen una función esencialmente punitiva y represiva, y solo buscan la
prevención de manera accesoria (ya sea a través de la intimidación y la disuasión,
o a través de la rehabilitación del culpable, de su reeducación o de su reinserción
social.

La responsabilidad civil intenta asegurar a las víctimas la reparación de los daños


privados que le han sido causados, y trata de poner las cosas en el estado en que
se encontraban antes del daño y restablecer el equilibrio que ha desaparecido entre
los miembros del grupo. Por estas razones, la sanción de la responsabilidad civil
es, en principio, indemnizatoria y no represiva.
Es importante mencionar que ambas ramas jurídicas pueden coexistir en un mismo
hecho. Es decir, puede aplicarse una pena privativa de libertad, sin perjuicio de la
responsabilidad civil que pudiera acarrear haber incurrido en un hecho lícito o ilícito.

A modo de conclusión de la responsabilidad civil:

Debe ser concebida como el conjunto de consecuencias jurídicas de contenido


económico o patrimonial por el hecho de haber asumido una situación jurídica
subjetiva de desventaja:

1. Desde que se asume un deber, una carga o un estado de sujeción.


2. El deber implica una situación jurídica de desventaja consistente
en la realización de una conducta para lograr la satisfacción del
interés del acreedor.
3. La carga es una situación jurídica subjetiva de desventaja que
consiste en un comportamiento de apoyo al cumplimiento de la
prestación, es decir, es un presupuesto para el ejercicio de un
derecho o una conducta necesaria de colaboración.
4. La sujeción es una situación jurídica subjetiva estática por la que
un sujeto se somete a los efectos de la conducta ejercida por otro.
5. La función es el propósito o utilidad de una institución.
6. Las funciones de la Responsabilidad Civil pueden ser diversas
según nos encontremos en un Sistema de Responsabilidad Civil
por inejecución de obligaciones o en un Sistema de
Responsabilidad Civil Extracontractual.
7. Cuando nos encontramos en un Sistema de Responsabilidad
Civil por Inejecución de Obligaciones las funciones pueden
presentarse de modo diverso según nos encontremos en una
etapa de cumplimiento o en una de incumplimiento.
8. El daño moral no puede ser estandarizado. Para determinar su
valor, el juez deberá tomar todas las consideraciones pertinentes
y utilizar las pruebas presentadas por las partes a fin de decidir lo
más justo. Se debe tener en cuentaque no se trata de castigar al
responsable, sino de apaciguar las heridas causadas a la víctima.
Bajo ese pensamiento, se debe considerar además la condición
económica del responsable, ya que el derecho no busca convertir
a éste en una víctima más.
9. En cuanto a si se trato de un daño resarcible en materia
contractual o extracontractual, carece de sentido la interrogante,
toda vez que ello depende del bien que se afecte con la acción
antijurídica, teniendo en consideración queel ordenamiento legal
peruano prevé en ambos casos el resarcimiento.

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