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Aportes a la Psicología
Publicado: mayo 2, 2020, 1votos , No hay comentarios
Jairo A. Rozo
Fundación Universitaria Los Libertadores
Bogotá, Colombia
Andrés M. Pérez-Acosta
Universidad del Rosario
Bogotá, Colombia
El 26 de septiembre de 1849, hace 170 años, nació en Riazán (Rusia) Iván Petróvich
Pavlov, uno de los más grandes científicos de su país, el primer Premio Nobel ruso (1904:
ver Rozo, Andrade-Talavera & Rodríguez-Moreno, 2017) y, aunque fisiólogo de formación,
fue uno de los grandes pioneros de la psicología básica del aprendizaje (Rozo & Rodríguez-
Moreno, 2015a).
Asratián, alumno directo de Pavlov, nos dejó esta descripción de su legado como figura
científica:
Siguiendo esta línea planteada por Asratian, De la Casa et al. (1997), recalcan, que si bien la
obra de Pavlov al ofrecer un método que desvela los mecanismos por los que se establecían
las asociaciones entre estímulos, le garantizó un lugar destacado en el desarrollo de la
Psicología del siglo XX, su obra va mucho más allá de la mera aportación metodológica y
abarca temas tan dispares como la psicopatología, el aprendizaje inteligente (que estudió en
simios al final de su vida), el desarrollo de una teoría sobre el lenguaje, la hipnosis, el sueño
o la propuesta de una tipología de los temperamentos.
Ruiz et al. (2003), plantean que la influencia de Pavlov en la psicología americana se puede
analizar en tres sentidos: 1) el simbólico o ideológico, al representar un modelo de la
posibilidad de construir una psicología objetiva; 2) el metodológico, por la influencia de la
técnica de los reflejos condicionales (influencia indudable sobre el conductismo) y 3) el
teórico, tiene que ver con su vocabulario específico y con sus conclusiones teóricas que se
derivan de su teoría de la actividad nerviosa superior y manifiesta su mayor influencia
dentro de Rusia. La mayor parte de la influencia de Pavlov sobre el conductismo fue de
carácter simbólico y metodológico. La técnica de los reflejos condicionales fue aceptada
entre los psicólogos americanos, no por su valor a la hora de dilucidar los procesos que
ocurrían en el sistema nervioso, sino por la importancia de ofrecer una explicación objetiva
de los posibles procesos de aprendizaje.
En la presente editorial, nuestro propósito es sintetizar los legados de Iván Pavlov, en los
siguientes ámbitos: fisiología, psicología, técnico y metodológico, terapia de la conducta,
teoría de la personalidad y desarrollo de modelos animales en psicopatología. Por último,
mencionaremos algunos errores de la obra pavloviana y críticas recibidas.
Legado a la fisiología
– Fisiología de la circulación sanguínea.
Legado a la psicología
– El estudio del reflejo condicional, más tarde conocido como condicionamiento pavloviano
y su caracterización, aportando al conocimiento de su adquisición (basada en la contigüidad
temporal), la extinción, la generalización, discriminación, inhibición, condicionamiento de
segundo orden, etc.
– Condujo a una ingeniosa teoría explicativa del antiquísimo problema del sueño.
– Pavlov estableció la relación entre método y teoría que sería el foco principal de los
conductistas posteriores. Lo importante, es que Pavlov reconoció la necesidad de que teoría
y experimento marchasen de la mano, cada uno contribuyendo al refinamiento progresivo
del otro (Barratt, 1970).
– Joseph Wolpe en la década de los 1950, basándose en los estudios de Pavlov y su método
de contra-condicionamiento desarrolló una de las principales terapias de la conducta, la
desensibilización sistemática. En ella se asociaba una respuesta incompatible con la
ansiedad, como la relajación, con la presencia de los estímulos que producen ansiedad, con
el fin de obligar que la respuesta de ansiedad ante tales estímulos se debilite o sea
finalmente eliminada (Wolpe & Plaud, 1997; Plaud, 2003).
– Las ventajas de los modelos animales son varias: Puede conseguirse gran precisión en el
control de variables experimentales, puede controlarse la historia genética y ambiental, se
puede aislar una causa mediante la introducción sistemática de hechos traumáticos en la
vida del sujeto y observar continuamente los síntomas comportamentales y fisiológicos
(Abramson & Seligman, 1983).
– Pero también tienen desventajas: Es muy difícil demostrar que una alteración de
laboratorio es similar a una psicopatología de aparición natural, cuando la primera se
produce en una especie y la última se aprecia en otra. Otra desventaja, es que algunas
patologías y síntomas puede que no tengan correspondencia en la replicación con animales
(Abramson & Seligman 1983).
El modelo que nos ofreció Pavlov del cerebro es muy poco propicio para explicar la
actividad central procesadora de información, requerida por las modernas posturas
cognitivas, basadas en los modelos de ordenador o de procesamiento en paralelo de las
redes neurales artificiales, que son coherentes con la teoría de la neurona de su
contemporáneo, el español Santiago Ramón y Cajal (Rozo & Rodríguez-Moreno, 2015b).
El cerebro era para Pavlov una compleja estación de enganche, que trabaja como una
central telefónica en la que la relación entre estímulos y respuestas tiene tan sólo los límites
que imponen las condiciones descubiertas por Pavlov para la formación de los reflejos
condicionales, y en las que tales conexiones tienen tan sólo un carácter temporal. Además,
la actividad nerviosa superior es explicada por los hipotéticos procesos cerebrales de índole
puramente fisiológica: inhibición, excitación y desinhibición y sus leyes (inducción,
irradiación y concentración) (García-Vega, 1993). Por otro lado, la neurociencia
moderna ha dejado en el pasado las hipótesis y teorías de Pavlov para explicar el
funcionamiento del sistema nervioso central y especialmente de la corteza cerebral, o como
él la llamaba, la actividad nerviosa superior. De hecho, como destaca Boakes (1989), la
fisiología de los años veinte del siglo pasado se vio poco afectada por los trabajos de
Pavlov, ya que los procesos que éste invocaba para explicar el condicionamiento, las
neurosis o las diferencias de personalidad, tenían poco sentido para los fisiólogos de esa
época.
Para ser una persona dedicada a comprender el cerebro, Pavlov permaneció
singularmente desinteresado por su anatomía o por los cambios fundamentales de la
neurociencia que comenzaron cuando él iniciaba el estudio del condicionamiento; es decir,
la aceptación general de que el sistema nervioso se compone de células nerviosas
individuales separadas por sinapsis, y que la acción nerviosa consiste en la transmisión a
lo largo de los axones de las células nerviosas de breves estados de despolarización de la
membrana celular, o «picos», que producen interacciones en las uniones sinápticas. Era
difícil interpretar las referencias de Pavlov a «olas» de excitación o inhibición, a sistemas
nerviosos «débiles», o a la producción de neurosis debido al «choque de los procesos
nerviosos antagónicos», en términos de las ideas contemporáneas sobre el sistema nervioso
(Boakes, 1989, p. 244-245).
Como vemos, esas nuevas ideas del sistema nervioso se basaban en el trabajo de Cajal y la
comprensión que nos brindó del mismo, que desgraciadamente Pavlov no conoció (Rozo &
Rodríguez-Moreno, 2015a y 2015b).
Paso a paso, fundándose siempre en las particularidades de sus animales y sin recurrir
siquiera a observaciones sistemáticas, acabó por presentar una verdadera tipología que
debía valer lo mismo para el hombre que para el perro. De hecho, se contentaba con seguir
los cuatro temperamentos clásicos descritos por Hipócrates; su única originalidad
consistía en referirlos a diversas combinaciones entre la excitación y la inhibición.
Olvidando que todas esas nociones no tenían más realidad que la virtud dormitiva del opio,
que eran sólo una manera cómoda de clasificar fenómenos cuya realidad fisiológica se le
escapaba completamente (Bonnot, 1973, p. 249-250).
Para Bonnot existe una gran ironía, pues curiosamente el hombre del método termina bajo
las abstracciones de la ideología cartesiana del reflejo y el hombre que insistía en la
necesidad de conservar al ser vivo en su integridad, se pierde en la construcción de
laboratorios aislados de ruidos, luces, variaciones atmosféricas, etc. mutilando las
condiciones normales de vida (Bonnot, 1973).
Por otro lado, y siguiendo con las críticas que plantea Boakes (1989), Pavlov
frecuentemente solía usar una serie de tratamientos farmacológicos con bromuro para
devolver los perros a la normalidad. No obstante, las pruebas que apoyan ese tratamiento
eran pocas y poco sistemáticas. El estado anormal de un perro podría deberse a muchas
razones además de las que refería Pavlov, es decir, el sometimiento de un tipo de sistema
nervioso a un procedimiento experimental especial. Asimismo, la recuperación del perro
con la aplicación de bromuro, cuando no hay una comparación sistemática con las tasas de
recuperación cuando no se administra bromuro, deja bastantes dudas al respecto.
Con respecto al punto 2 anterior, tenemos un ejemplo evidente del impulso que las
investigaciones originales y clásicas de Pavlov y de Cajal han ofrecido para otros
investigadores: El Prof. Eric Kandel, Premio Nobel de Fisiología o Medicina del año 2000,
quién en sus memorias (Kandel, 2007) habla de Pavlov y Cajal como quienes dirigieron e
inspiraron su investigación. Entre las décadas del 60 al 90 del siglo pasado, Kandel y sus
colaboradores enfrentaron el estudio del mecanismo celular del aprendizaje y la memoria
utilizando como animal experimental el caracol marino Aplysia (Campos-Bueno & Martín-
Araguz, 2012).
Referencias
Abramson. L. Y. & Seligman, S. E. P. (1983). Psicopatología de los modelos de laboratorio:
historia y fundamento. En Maser, J. D. y Seligman, S. E. P. Modelos experimentales en
psicopatología. Madrid: Editorial Alhambra.
Asratian, E. A. (1949). I. P. Pavlov, su vida y su obra científica. Moscú: Editorial MIR.
Barratt, P. E. H. (1970). Fundamentos de los métodos psicológicos. México: Editorial
Limusa.
Boakes, R. (1989). Historia de la psicología animal. De Darwin al conductismo. Madrid:
Alianza Editorial.
Boakes, R. (2003). The impact of Pavlov on the psychology of learning in English-speaking
countries. The Spanish Journal of Psychology, 6(2), 93-98.
Bonnot, G. (1973). Han Matado a Descartes. Madrid: Ediciones Guadarrama.
Campos-Bueno, J. & Martín–Araguz, A. (2012). Neuron Doctrine and Condicional Reflejes
at the XIV International Medical Congress of Madrid of 1903. Psicología Latina, 3(1), 10-
22.
De la Casa, L. G., Ruiz, G. & Sánchez, N. (1997). La orientación psicopatológica en la
teoría pavloviana. Revista de Historia de la Psicología, 18(1-2), 87-96.
García-Vega, L. (1993). Reflexiones sobre el condicionamiento de Pavlov a la luz de la
psicología cognitiva. Revista de Historia de la Psicología, 14(3-4), 341-346.
Garrett, H. (1958). Las grandes realizaciones en la psicología experimental. México: Fondo
de Cultura Económica.
Grimsley, D. L. & Windholz, G. (2000). The neurophysiological aspects of Pavlov´s theory
of higher nervous activity: In honor of the 150 anniversary of Pavlov´s birth. Journal of the
th
[1] Aquí es necesario aclarar que la fórmula E-R que retomaron los psicólogos
americanos, erróneamente se atribuyó a Pavlov. Éste abogaba por una formula E-E, que fue
obviada por muchos años por los conductistas americanos.