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¿Qué se aprende y cómo se aprende desde las teorías E-R?

Teorías E-R de Pavlov y Watson

A pesar de Pavlov ser un fisiólogo y no un psicólogo, sus aportes a la teoría del aprendizaje fueron
amplios, tanto desde el desarrollo de un modelo experimental sólido, como para la creación de un
conjunto de conceptos que sentaron las bases para las teorías conductuales sobre el
condicionamiento; estas razones justifican que abordemos sus principales descubrimientos y sus
propuestas teóricas. Posteriormente, se revisará su influencia sobre psicólogos como Watson y los
aportes que este último hizo al aprendizaje como teoría E-R. Inicialmente se describe el contexto de
ambos autores y la explicación de por qué es posible encontrar comunalidades entre sus posturas,
y luego, se responderá a las preguntas de qué se aprende y cómo se aprende desde la descripción
de sus contribuciones teóricas y experimentales (Swenson, 1980).

Contexto sociopolítico e investigación

Referente al contexto sociopolítico de ambos autores, se puede observar que tanto en Rusia (con
Pavlov) como en Estados Unidos (con Watson), se tenían creencias sociopolíticas semejantes acerca
de la perfectibilidad del hombre, y por ello, es posible ver en ambos autores teorías optimistas sobre
el aprendizaje que respaldan la posibilidad de moldear al hombre según sus mejores formas. Esta
premisa puede ser rastreada en Watson al declarar que podría tomar en sus manos a cualquier
infante bien constituido y hacer de él lo que se quisiera, por ejemplo, un artista un médico, un
banquero. En el caso de la unión soviética, la concordancia entre el énfasis pavloviano sobre las
influencias ambientales en la modificación de las personas y la filosofía marxista-leninista del
hombre como ser mejorable, aseguró un apoyo gubernamental en favor de las investigaciones de
Pavlov. Es a partir de esta financiación que Pavlov realiza el descubrimiento de uno de los principios
más importantes del aprendizaje, uno basado en la contigüidad1 (Swenson, 1980).

Pavlov y su contexto investigativo

Pavlov estudió ciencias naturales en la universidad de San Petersburgo, trabajó en el campo de la


fisiología y adelantó investigaciones que le llevaron a obtener una medalla de oro, pero poco dinero,
haciendo precarias las condiciones económicas familiares. Mientras trabajaba, Pavlov culminó sus
estudios en medicina y fue profesor de farmacología. Cuando dirigió el instituto de medicina
experimental desarrolló las técnicas quirúrgicas que le permitieron generar los principales hallazgos
en el campo del aprendizaje. En 1904 gana el premio nobel por sus investigaciones sobre digestión.
Sus estudios implicaban la recolección del jugo gástrico segregado cuando al animal se le colocaba

1
La contigüidad es entendida como la cercanía o proximidad espacio-temporal entre dos o más eventos. Para
Pavlov el condicionamiento era tan simple como la presentación cercana en tiempo y espacio de dos
estímulos. Sin embargo, algunos hallazgos posteriores van a sugerir que quizá otros requisitos son los
necesarios para determinar las relaciones responsables de los cambios en el comportamiento. La relación que
fue ganando terreno fue la de contingencia mientras la evidencia recolectada ponía en punto de mira a la
contigüidad y la su excesiva responsabilidad en la determinación del condicionamiento (Martínez y Moreno,
1995).
alimento en la boca, alimento que no llegaría al estómago puesto que previamente el
experimentador había realizado una incisión en la tráquea, colocándole una fístula que desviaba la
comida. En sus estudios comenzó a observar que los perros segregaban saliva ante la vista del
alimento, como si este estuviera en la boca. A esta reacción Pavlov la llamó secreciones psíquicas, o
también reflejos psíquicos (Swenson, 1980., Rachlin, 1983), y es a partir de estos hechos que planea
un programa de investigación destinado al estudio del aprendizaje.

Hablar de secreciones psíquicas llevó a Pavlov a incursionar en el campo de la psicología, que en su


tiempo estudiaba la consciencia y los fenómenos que se desprendían de ella. La psicología rusa en
su momento consideraba que todos los fenómenos mentales dependían del funcionamiento de las
neuronas cerebrales, donde se originaban. Esta visión neurofisiológica de los procesos mentales
permitió abordar la actividad mental tanto de animales humanos como no humanos y a
conceptualizarla como una reacción a estímulos ambientales en el mismo sentido en que el reflejo
rotuliano es una reacción de estiramiento en un tendón ante un golpe en la rótula. Por tanto, desde
una postura Pavloviana, toda la conducta, incluso la compleja, es reflexiva2 y las leyes que la
gobiernan también son válidas para animales humanos (Swenson, 1980., Rachlin, 1983).

Sin embargo, Pavlov, a diferencia de otros reflexólogos rusos, consideró que, por más complejos
que fuesen los mecanismos del reflejo, estos no serían suficientes para explicar las distintas
adaptaciones que realizan los organismos a su medio, y por tanto, estos mecanismos no podían
explicar el proceso de asociación abordado por los psicólogos3. Para ello, Pavlov y sus discípulos
estudiaron la salivación en perros y lo que descubrieron fue que los perros salivaban cuando se les
presentaba cualquier estímulo que les fuera mostrado junto a la comida un número suficiente de
veces (reflejo psíquico). Este procedimiento, muy semejante al de Ebbinghaus 4 dio origen a
conclusiones parecidas: que entre más veces se presentaban juntos los estímulos, mayor era la
fuerza de asociación entre ellos. Para medir la fuerza, Pavlov tomaba la cantidad de saliva segregada
cuando se presentaba el estímulo que precedía la comida, lo que llevó a Pavlov a establecer la

2
Reflexiva hace referencia a una conducta que es refleja o de origen filogenético y producida por un estímulo
antecedente.
3
Los psicólogos que estudiaban eventos mentales como las sensaciones fueron altamente influenciados por
filósofos empiristas quienes a través de sus especulaciones promovieron la idea de que el estudio de las
operaciones mentales podrían ser estudiadas por medio de experimentación. En las universidades alemanas
emergieron dos líneas de investigación que posteriormente se fusionan, el estudio de la intensidad de las
sensaciones y de la cualidad de las mismas. En el estudio de la intensidad de las sensaciones se intentaba
relacionar el reporte subjetivo de la estimulación en el individuo y los cambios ambientales en los estímulos,
y en el estudio de la cualidad de las sensaciones las preguntas estaban orientadas a la forma en que se
construían fenómenos mentales complejos a través de elementos limitados y simples, y cómo era posible. Es
en esta línea de investigación que se retoman las leyes primarias de asociación de Aristóteles y las secundarias,
en las cuales se aborda el número de veces que deben ser experimentadas las sensaciones, la propiedad de
las sensaciones que facilitan la asociación, el tiempo de permanencia de unión de las sensaciones, etc.
(Rachlin, 1983).
4
Ebbinghaus también aportó nuevos hechos a la asociación, pues fue el primero en realizar experimentos
sistemáticos sobre el aprendizaje. Su objetivo era estudiar las relaciones cuantitativas implicadas en las nueve
leyes secundarias de asociación, especialmente aquellas que dicen que la asociación cambia dependiendo del
número de emparejamientos y el tiempo transcurrido desde que este se produjo. Para estudiar dichas
relaciones Ebbinghaus uso sílabas sin sentido y preparó listas para memorizarlas, posterior a ello quiso evaluar
cuántos emparejamientos eran necesarios antes de que se formara una asociación (Rachlin, 1983).
existencia de dos tipos de reflejos: los fijos e innatos (relativamente simples) y los adquiridos o
condicionados (relativamente más complejos) (Rachlin, 1983).

Descripción de Experimento inicial

A pesar de que Pavlov es quien primero llama la atención a la comunidad científica sobre la
relevancia de la contigüidad en el condicionamiento, previamente filósofos como Aristóteles con las
leyes primarias de asociación, y otros autores con las secundarias, ya habían mencionado su
importancia en la adquisición de conocimiento. Incluso la importancia de la contigüidad también ya
podría ser rastreada en las investigaciones sobre memoria hechas por Ebbinghaus (Rachlin, 1983).
Pero es hasta 1903 que la comunidad científica presta atención a esta propiedad, cuando Pavlov
diserta sobre el tema en el campo del reflejo y su estudio de funciones psíquicas (Swenson, 1980).

El experimento original consistió en exponer a un perro, sujeto por un arnés, y en una plataforma,
a carne en polvo colocada en la boca, lo que llevaba de forma no aprendida a que el animal salivara.
El investigador iniciaba el experimento presentando un sonido de una campana o de un metrónomo
inmediatamente antes de darle la carne en polvo, y repetía este procedimiento en varios ensayos.
Posteriormente presentaba el sonido, pero sin darle comida al animal y evaluaba su reacción. Pavlov
observó que el animal, a pesar de no tener el alimento, volvía a salivar (ver figura 1), a lo que
comenzó a llamar secreciones psíquicas o reflejos psíquicos (Swenson, 1980., Rachlin, 1983). A este
procedimiento y al resultado de una nueva respuesta ante un estímulo novedoso, se le ha llamado
condicionamiento clásico, respondiente o pavloviano y resulta cuando dos eventos se suceden
cercanos en el tiempo, de manera que se crea una asociación entre dos estímulos: uno que puede
tener una relación innata con la segregación de saliva (señal de comida carne) y otro que puede
desencadenar dicha respuesta por aprendizaje (señal condicionada: sonido de la campana o
metrónomo). A la primera señal Pavlov la denomina estímulo incondicionado (EI) y a la segunda,
estímulo condicionado (EC).
Figura 1. Caricatura tomada de: https://bachinuria.wordpress.com/2017/02/10/el-perro-de-
pavlov/. Es alusiva a la respuesta condicionada (salivación) generada por un estímulo condicionado
posterior al condicionamiento.

Ante el estímulo incondicionado, que en el experimento original era la carne en polvo, Pavlov
observaba que se producía una respuesta refleja apropiada (salivación), mediada por fibras
nerviosas que interactuaban con la corteza cerebral. A la relación entre el estímulo incondicionado
y la respuesta incondicionada Pavlov le dio el nombre de reflejo incondicional, pues no se requería
de ninguna condición de aprendizaje previo para que el animal salivara cuando se presentara el
estímulo indicado; esto ocurría porque el organismo contaba con unas conexiones nerviosas
heredadas. En el caso del reflejo condicional, Pavlov notó que se requería de repetición, es decir,
que una de las condiciones fundamentales para el aprendizaje era la presentación contigua y
frecuente del EI y el EC para que diese como resultado la aparición de una respuesta nueva ante
un estímulo que previamente no producía esta respuesta (Swenson, 1980., Rachlin, 1983). Un
diagrama que representa el experimento es presentado en la figura 2; después de que el animal se
expusiera a esta experiencia mostrada en el diagrama, y de forma repetida, el organismo se
comportaba diferencialmente cuando el EC era presentado, pues, a pesar de que la respuesta
incondicionada permanece igual (salivación), la respuesta condicionada puede emerger ante la
presencia del EC, es decir, el animal puede salivar ante el sonido de la campana o metrónomo.

Figura 2. Esquema del procedimiento de condicionamiento clásico. EI hace referencia a estímulo


incondicional que genera una respuesta innata. EN5 a estímulo neutro, RI reflejo incondicional o respuesta
incondicionada6, RC reflejo condicional o respuesta condicionada y EC estímulo condicional.

5
EN en el esquema de condicionamiento clásico hace referencia a Estímulo Neutro, y adquiere este nombre
puesto que no evoca inicialmente la respuesta condicionada (Rehman, Mahabadi, Sanvictores, Rehman,
2021), sino otras respuestas que fueron seleccionadas por evolución, pero que no están vinculadas con el
condicionamiento. Un ejemplo de ello, es que al animal escuchar un metrónomo puede presentar de forma
innata una respuesta de orientación que Pavlov definió como respuesta investigativa a estímulos nuevos y
repentinos (Frieman, 2002), pero no una respuesta de salivación. Una vez el metrónomo se presenta de forma
repetida junto a la carne pasa de ser estímulo neutro a ser estímulo condicionado, y por tanto, producir una
respuesta de salivación.
6
La mayoría de los manuales en psicología llaman a RI y RC respuestas incondicionadas y condicionadas
respectivamente. Sin embargo, el manual de Swenson (1980) del cual es extraído el ejemplo, las llaman de
reflejo incondicionado y condicionado, posiblemente porque consideran que no existe una respuesta que no
esté vinculada con un estímulo, y que es a dicha relación, a la que se le llama reflejo.
En este ejemplo clásico la RC es semejante a la RI; sin embargo, investigaciones posteriores a las de
Pavlov muestran que la forma de esta respuesta condicionada depende tanto del estímulo
condicionado (EC), como del estímulo incondicionado (EI) (Frieman, 2002). En el caso expuesto es
posible observar que el animal presenta una respuesta de salivación ante un nuevo estímulo que
previamente no la producía, el sonido del metrónomo o el de la campana, pero en otros casos, que
serán revisados con mayor detalle en otras asignaturas, se puede observar que la respuesta
condicional puede llegar a ser diferente de la respuesta incondicional, a pesar de que su origen fue
producto del pareamiento 7 entre estímulos. Cada uno de estos ejemplos en los que la RC es
diferente de la RI, y en los cuales se aparea más de un EC con un EI, o incluso en momentos
diferentes, han dado origen a diferentes resultados de los esperados de manera que han forzado a
los investigadores a buscar teorías que descifren si lo que se aprende es una relación EC-EI o EC-RI
y si el condicionamiento clásico es una simple transferencia de reflejos o si está más relacionado
con el valor informativo que tiene el EC sobre el EI8 (Pérez, Rozo y Baquero, 2003., Tarpy, 2000). A
continuación, se expondrá sólo la perspectiva teórica de Pavlov acerca de qué es lo que se aprende
según la complejidad de la respuesta, pero con la salvedad de que los datos y teorías posteriores a
él, han sido ampliamente explorados desde una epistemología cognoscitiva fuera del análisis del
comportamiento, o han buscado la integración de procesos cognoscitivos al análisis del
comportamiento, como una forma de hacer más sólida la teoría.

Explicación teórica Pavloviana acerca de la naturaleza de la conexión asociativa

La explicación de la época, a la razón por la cual el EC producía una reacción que previamente no
generaba, estaba estrechamente relacionada con la formación de nuevas conexiones en el cerebro,
que resultaban ser tan fuertes como para que el EC provocara una respuesta como si fuera un EI.
Pavlov consideró que estas nuevas conexiones tenían una ventaja adaptativa para el animal, pues
el EC parecía funcionar como una señal de espera del EI, y, por tanto, trabajaba como un reflejo
preparatorio que le permitía al animal responder de forma eficaz ante su medio. Esta forma de
aprendizaje constituyó, entonces, la alternativa que animales más complejos encontraron para
ajustarse a ambientes cambiantes (Swenson, 1980).

Pavlov, para dar cuenta de los reflejos aprendidos o psíquicos, tomó como base el concepto de
reflejo explicado por Descartes, y utilizó la visión determinista implicada en dicho concepto. En esta
visión los animales, incluidos los humanos, vienen precableados para que de forma innata el cerebro

7
En la tesis de Sosa (2009) se registra el uso del término pareamiento de forma intercambiable con el término
correlación. Sin embargo, en la mayoría de manuales de psicología y artículos, el concepto es utilizado como
sinónimo de presentación de dos eventos, o asociación, que de acuerdo a unas condiciones necesarias y
suficientes, quedan vinculados.
8
Existen diversas concepciones de condicionamiento clásico que permanecen subyacentes en la literatura
psicológica. Por una parte, están las explicaciones reflexológicas propias de los rusos, como es el caso de
Pavlov, en el que se permite la creación de nuevos reflejos que enriquecen la actividad nerviosa superior. Se
rastrea una visión más conductista en la que se habla de un fortalecimiento o extinción de una conexión entre
estímulos originalmente neutros y las conductas respondientes o reflejas y emocionales del organismo entero.
La tercera explicación, y muy relacionada con las teorías emergentes que intentan explicar si lo que se forman
son asociaciones entre un EC-RI o un EC-EI son las cognoscitivas, que se alejan de la idea del condicionamiento
clásico como metodología para considerarlo un proceso de aprendizaje asociativo que influye sobre la
conducta. Y finalmente, está la explicación neurobiológica que restringe al condicionamiento clásico a un
proceso neuronal y no una operación de control ambiental (Pérez-Acosta & Cruz, 2003).
reconozca las señales apropiadas que desencadenan la expresión de los reflejos. De esta manera,
en la época se clasificaban los reflejos según su grado de complejidad, requiriendo los más simple
sólo una neurona sensible y una motriz y los más complejos, participación del cerebro inferior o de
la corteza cerebral. Pavlov consideraba que los reflejos complejos no son más que cadenas de
reflejos que pueden ser activados bajo una sola señal y que incluso pueden ser desencadenados de
forma secuencial sin aprendizaje, como ocurre con los instintos. Sin embargo, para dar cuenta de
reflejos condicionales o que requieren aprendizaje Pavlov tuvo que argumentar que aquello que
ocurría era una modificación de la corteza cerebral, de modo tal que, una porción de ella que
advierte la señal del EC se convierte en parte física de la conexión EI-ER (figura 3). Una vez se
completa dicha conexión queda finalizado el proceso de condicionamiento (Swenson, 1980). De esta
forma, podría decirse que los elementos asociados en un principio son el EC y un reflejo
preexistente, conformado tanto por el EI como por la RI.

Figura 3. Representación gráfica de la nueva conexión generada entre el EC y el reflejo incondicional. El


círculo mayor representa el cerebro y los círculos menores áreas del cerebro estimuladas por señales
ambientales que estimulan otras áreas para producir respuestas conductuales observables. El círculo
izquierdo es antes del condicionamiento y el derecho posterior al pareamiento. Las áreas no se
corresponden necesariamente con ubicaciones anatómicas específicas.

Pavlov consideró no sólo el reconocimiento de señales que llevaban al desencadenamiento de


nuevas respuestas, también en otras ocasiones el condicionamiento podía llevar a la suspensión de
determinadas pautas de respuesta para permitirle al animal sobrevivir. A estos últimos reflejos
Pavlov los denominó reflejos inhibitorios, que son aquellos que intervienen para detener otra
actividad refleja. Un ejemplo de ello es el reflejo de orientación, que detiene toda la actividad en
curso e interfiere con la continuación del condicionamiento previo. En humanos, por ejemplo, se ha
observado que, al ocurrir un sonido inesperado, los mismos voltean su cabeza con el fin de localizar
el sonido, preparándose incluso para que sobrevenga un nuevo condicionamiento (Swenson, 1980).
Existe también otro mecanismo de inhibición refleja interna llamado habituación 9, un proceso
interno en el que el organismo distingue entre estímulos nuevos e importantes y estímulos
conocidos y no importantes. Un ejemplo de ello ocurre en la vida diaria de los estudiantes, cuando
inician su rutina de estudio con música, y al comienzo no logran atender a la actividad de lectura
por la presencia de la música; sin embargo, posterior a la exposición repetida del estímulo musical,
el estudiante cada vez es menos responsivo a dicho estímulo. Esta respuesta inhibitoria

9
,Habituación hace referencia a la reducción progresiva de la respuesta producto de la repetición de un
estímulo. La habituación es una característica del responder elicitado producido por una variedad de
estímulos (Catania, 2007).
incondicional también puede transferirse a nuevos estímulos a través de condicionamiento clásico,
como cuando un EC está fuertemente pareado con EI inhibitorio, por ejemplo, cuando un chef ante
la preparación y alimentación con solo hamburguesas (EI) deja de salivar, y cuando se parea la
palabra hamburguesas con dicho EI, y también deja de salivar; cuando incluso un EC que antes
generaba respuestas excitatorias, es ahora pareado con un EI que genera respuestas de dolor,
puede llegar a inhibir dichas respuestas excitatorias previamente condicionadas, como es el caso en
la película “la naranja mecánica” (Swenson, 1980). Otra forma de inhibición conocida y que el
estudiante puede constatar en su diario vivir, está relacionada con las contingencias negativas,
donde la presencia del EC predice la ausencia del EI, como al llegar el periodo semestral, algunos
estudiantes predicen la ausencia de condiciones ambientales propias para generar respuestas
incondicionadas de dormir (Frieman, 2002).

En este sentido, lo que para Pavlov ocurre una vez el organismo se ve expuesto a la repetición de
estímulos contiguos, ya sea generando condicionamiento excitatorio o inhibitorio, es la formación
de nuevas conexiones en la corteza cerebral entre los centros excitados por una señal nueva (EC) y
los que controlan las respuestas (EI). Los procesos en función en la corteza cerebral son los de
excitación, inhibición e irradiación.

Esta conexión supone entonces inicialmente la formación de un vínculo entre un EC y un EI. En el


caso de respuestas nuevas y más complejas, Pavlov sugiere que se requiere de conexiones entre
reflejos simples que terminan participando en esa nueva respuesta. Por tanto, aquello que
termina siendo la unidad de aprendizaje según Pavlov, sería una nueva conexión o vínculo entre
estímulo-estímulo, estímulos y respuestas y entre respuestas. Entre más complejas sean entonces
las respuestas, la unidad de conducta es mayor, mientras que cuanto más simple sea la respuesta
(respuesta glandular) la unidad es menor (Swenson, 1980).

Procedimientos para lograr la conexión asociativa excitatoria e inhibitoria

Tal como fue explicado previamente en el apartado de descripción del experimento inicial, Pavlov
llama la atención de los científicos sobre la importancia de la contigüidad en el condicionamiento.
Su interés en la contigüidad surge de observaciones sistemáticas en las cuales el EC era presentado
alrededor de 5 segundos antes del EI o incluso durante la terminación del EC, lo que generaba,
posterior a múltiples presentaciones, la respuesta condicionada ante el EC. La explicación dada por
Pavlov era que durante este tiempo era posible una superposición entre las respuestas de la corteza
a dichas señales (EC y EI), que terminaba fortaleciendo el vínculo entre el EC y el reflejo innato (EI-
RI). Pavlov observó que esta forma de vinculación temporal parecía ser la más eficiente y la
denominó condicionamiento demorado (ver figura 2) (Swenson, 1980).
Figura 2. Ejemplo de condicionamiento demorado.

Sin embargo, Pavlov también supuso que la presencia de un EC generaba una modificación
fisiológica en la corteza cerebral, dejando una especie de huella neuronal o zona de actividad
alterada que puede dar origen a reflejos, algún tiempo después de haber sido presentado el EC. Esta
modificación neuronal explicaría cómo es posible generar condicionamiento cuando el EC se
presenta previo al EI con un tiempo mayor a 5 segundos. En estos casos, lo que sucede en términos
de conexión neuronal es una vinculación entre la huella del EC y la zona de la corteza excitada por
el EI. A este procedimiento o forma como se produce el aprendizaje se le llamó condicionamiento
de huella (Swenson, 1980) (Figura 3).

Figura 3. Ejemplo de condicionamiento de huella

Otro procedimiento que generó controversia por la falta de rigurosidad al excluir otras variables
(sensibilización10) que podrían generar la respuesta condicionada, fue un procedimiento en el cual

10
Sensibilización, contrario a la habituación, hace referencia a un fenómeno en el que incrementa la
responsividad de un organismo a una amplia variedad de estímulos. Es un fenómeno que parece estar muy
involucrado en el desorden de estrés postraumático. Esto ocurre porque se expone al sujeto a estimulación
peligrosa y dolorosa y esto termina sensibilizando al organismo a un punto tal que el mismo responde de
primero es presentado el EI y posteriormente el EC. Para Pavlov inicialmente no era posible que
dicho procedimiento generara aprendizaje, pero posteriormente, aceptó lo contrario. Algunos
investigadores demostraron que dicho condicionamiento retrógrado si existía a pesar de que el EC
no tuviese una función de advertencia o señalización. Un ejemplo de dicho condicionamiento ocurre
cuando posterior a recibir carne en la boca (EI) la madre del niño emite vocalizaciones de “Uhhmmm
qué rico” (EC), y posterior a varios apareamientos, el niño ante la sola emisión verbal de la madre
del Uhhmmm qué rico comienza a presentar respuesta de salivación (RC). Un diagrama que puede
representar dicho condicionamiento es presentado en la figura 4 (Swenson, 1980)

Figura 4. Ejemplo de condicionamiento retrógrado.

Todos los procedimientos mencionados tienen en común algún grado de contigüidad entre el EC y
el EI, es decir, alguna cercanía espaciotemporal entre la presentación de ambos estímulos. Sin
embargo, Pavlov describe algunos casos en los que el EC no parece estar relacionado con un objeto
del ambiente en particular, sino con el simple paso del tiempo o más específicamente, con un
intervalo de tiempo. En este tipo de condicionamiento temporal lo que sucede es que el organismo
tiene contacto cada cierto tiempo con el EI, siendo el intervalo temporal el EC que desencadena la
RC. Este es el caso de los humanos que, al utilizar el despertador en un horario fijo, comienzan a
levantarse antes del horario indicado. En estos ejemplos el EI es la alarma que produce una
respuesta automática del sistema nervioso visceral y una respuesta conductual de despertar (RO).
Después de varios días, lo que puede observarse es que una vez transcurra el intervalo de tiempo
(EC) se produce un despertar condicionado y un tiempo antes de sonar el despertador, el individuo
despierta (Swenson, 1980).

Otro de los experimentos que Pavlov realiza en su laboratorio y que dan origen a otros
procedimientos de condicionamiento, ahora llamados condicionamiento de orden superior son
unos realizados con perros. Pavlov aplicaba choques eléctricos de baja intensidad en la pata
delantera (EI) y antes de presentarlo lo apareaba con una estimulación táctil de una pata trasera
(EC). Posteriormente, la estimulación táctil (EC) fue apareada con un sonido de agua burbujeante
(EC secundario). Finalmente, Pavlov apareó el sonido burbujeante con otro tono de 760 Hz, que se
convirtió en un EC terciario. Lo que se observa es que tanto el sonido del agua, como el tono,

forma defensiva a eventos rutinarios. Por tanto, la sensibilización no es un estímulo específico, de hecho, está
caracterizado por una sensibilidad a una amplia variedad de estímulos (Frieman, 2002).
adquieren la propiedad de producir la respuesta de levantar la pata delantera, es decir, responder
como si se estuviese presentando el choque eléctrico de baja intensidad, a pesar de que, nunca
fueron apareados directamente con el EI (para ver el ejemplo en un diagrama, ver figura 5)
(Swenson, 1980). En el caso del sonido de agua burbujeante, se daría condicionamiento de segundo
orden y en el caso del tono de 760 Hz, el condicionamiento sería condicionamiento de tercer orden.

Figura 5. Ejemplo de condicionamiento de segundo orden

Estos tipos de condicionamiento, sin embargo, han mostrado respuestas condicionadas débiles,
razón por la cual tienden a extinguirse más rápidamente y son más difíciles de producir. Incluso
entre más alto sea el nivel de condicionamiento, terciario, etc, más débiles y difíciles serán las
nuevas relaciones. No obstante, aparear el EC secundario con múltiples ECs primarios podría dar
como resultado un vínculo más fuerte (como ocurre con el dinero, el cual puede funcionar como un
EC secundario que ha sido apareado con varios EC primarios como el olor de la comida) (Swenson,
1980).

Para describir el poder adquirido por un EC luego del apareamiento con un EI, Pavlov creó un nuevo
concepto que llamó Refuerzo. Según estos procedimientos, y resultados en el aprendizaje, podría
decirse entonces que desde Pavlov la base primaria para la formación de los vínculos entre
estímulos es el refuerzo de un EC por la presentación repetida y contigua de un EI. Incluso, podría
decirse que, si se evitan los efectos inhibitorios de la fatiga, la solidez del vínculo entre estímulos
está en función del número de ensayos reforzados y la contigüidad como factor de asociación
(Swenson, 1980). Pavlov propuso generalizar los resultados de sus investigaciones a la comprensión
del comportamiento humano, argumentando que tal vez las leyes derivadas de las investigaciones
sobre animales podrían ser útiles para entender la conducta humana, altamente determinada por
el ambiente.

Pavlov y la influencia en Watson


Los hallazgos de Pavlov tuvieron más acogida gracias al psicólogo norteamericano John Watson,
pues éste protagonizó una verdadera revolución en psicología, cuestionando el objeto de estudio
de la misma y la metodología propia para el estudio de su objeto 11. Watson se ve altamente
influenciado por el método pavloviano de los reflejos condicionados (Pérez-Acosta & Cruz, 2003), e
incluso algunos comentan que su influencia fue tal que, con el nacimiento del conductismo, que
redefine el objeto y metodología de la psicología, una buena parte de los psicólogos se adhieren a
esta escuela psicológica (Tavares, de Carvalho-Neto & Freitas, 2018).

La teoría de Watson, altamente influenciada por los resultados de Pavlov, también tenía como punto
central la contigüidad, y a pesar de que habló de condicionamiento clásico y reflejos condicionados
en un segundo momento de su obra (Zego & de Carvalho-Neto, 2010), al inicio explicó, desde la
psicología, la formación de hábitos por dos leyes: la frecuencia y la proximidad temporal. Sin
embargo, en un segundo momento, Watson considera que la unidad básica de aprendizaje era el
hábito 12 que se adquiere como consecuencia del fortalecimiento de un nexo neural entre un
estímulo y una respuesta, pero que se requería de condicionamiento (Swenson, 1980).

El hábito para Watson implicaba un conjunto de movimientos generados por un organismo que
intenta adaptarse a un estímulo, y en los casos en que no existe en su propio repertorio una
respuesta refleja única que le permita tal ajuste, el individuo aprende nuevos hábitos. Un ejemplo
de ello es cuando al entrar luz por la ventana se contrae la pupila en función de disminuir la entrada
de luz al ojo, sin embargo, si esto resulta ser insuficiente para el organismo, este necesitará colocar
la mano sobre el rostro o moverse hasta un lugar con sombra. Estos últimos repertorios son
llamados hábitos, y según Watson cuando un individuo se encuentra en una situación semejante y
logra con este nuevo repertorio obtener resultados de adaptación similares más rápidamente o con
menos movimientos, se dice que aprendió o que se fortaleció su hábito. En esa medida, según
Watson, el hábito es una respuesta aprendida, constituida, en última instancia, de respuestas no
aprendidas (Zego & de Carvalho-Neto, 2010).

Sin embargo, y a pesar de que varios textos mencionan cómo Watson introduce el condicionamiento
clásico en sus experimentos, en la integración de respuestas existentes en el repertorio del
organismo, para dar cuenta de nuevas respuestas propias de un hábito, Watson no da una
explicación en un primer momento. Es posteriormente que Watson encontrará la explicación al
revisar la noción de hábito a partir del trabajo de Pavlov y los reflejos condicionados. Un ejemplo
que permite ver dicha lectura pavloviana al hábito es expuesta por Watson cuando una persona
intenta aprender una melodía en piano. Cada símbolo en la partitura corresponde a una nota a ser
tocada. En el inicio del aprendizaje, el estímulo visual de cada símbolo evoca una respuesta motora

11
En 1903 publica el manifiesto conductista, y abandona en sus propuestas las explicaciones mentalistas, y la
metodología introspeccionista. Llegó a afirmar que incluso experiencias internas como pensar, imaginar etc.,
podrían restringirse a conductas observables, y más específicamente motoras, como en el caso del pensar,
que podría ser restringido a movimientos de la laringe y la garganta. Su rechazo a la introspección también se
basó en el inconveniente que percibía Watson de verificar la exactitud del reporte de la autoobservación de
los hechos mentales, que al ser privados, carecen de un segundo observador capaz de verificar dicho dato y
por tanto, no sería posible resolver el desacuerdo que surja de los observadores (Swenson, 1980).
12
El concepto de hábito fue constantemente utilizado en la psicología experimental de finales del siglo XX, y
puede ser notado en obras de Hull, James, Thornidike y el propio Watson. De forma genérica, la mayoría hacía
referencia al hábito como una combinación ordenada e integrada de respuestas que se volvieron una reacción
patrón de un organismo mediante el contacto con un determinado estímulo (Zego & de Carvalho-Neto, 2010).
de presionar una tecla específica. La melodía es tocada de forma lenta y torpe, dado que el
procedimiento de mirar la partitura necesita ser repetido casi que a cada nota. En este ejemplo,
Watson describiría que, con un número suficiente de repeticiones, los estímulos visuales van a ser
sustituidos por estímulos internos que acompañan las respuestas motoras. A partir de ahí, el
estímulo que evoca la respuesta de presionar la tecla que emite el sonido, pasa a ser el estímulo
interno de la propia respuesta de presionar la tecla anterior (ver figura 6). A pesar de que tocar la
tecla no es una respuesta refleja innata, si es un hábito que al descomponerse podría terminar en
respuestas reflejas simples (Zego & de Carvalho-Neto, 2010).

Figura 6. Representación gráfica del ejemplo de integración del clásico al hábito en Watson. E1,
E2, E3 y E4 representan los estímulos externos que inicialmente evocan la respuesta motora, pero
que se parean con el estímulo interno que acompaña la respuesta motora, el sonido, adquiriendo
propiedades de sustitución para posteriormente generar la misma respuesta motora, sin requerir
de ver el estímulo externo.

Una vez constituido el reflejo condicionado, Watson da cuenta, sin usar la ley de frecuencia y
proximidad temporal de la E-R, de la disminución en la latencia de emisión del hábito y la
disminución de respuestas no necesarias de forma gradual (Zego & de Carvalho-Neto, 2010). Por
tanto, Watson abandona la idea de que la frecuencia y la proximidad temporal bastan para explicar
el condicionamiento y adopta la posición pavloviana en su explicación (Swenson, 1980).

Experimentos de condicionamiento clásico de Watson

Cuando Watson abandona la idea de que la frecuencia y la proximidad temporal eran suficientes
para lograr hábitos, e inicia su interés en el condicionamiento clásico expuesto por Pavlov, logra
explicar la mayor parte de la conducta en el lenguaje cuidadosamente elaborado desde el
condicionamiento clásico (Swenson, 1980). El experimento más famoso de Watson, que realiza
junto con su alumna Rayner y que le trajo parte del reconocimiento en psicología básica y aplicada,
fue el condicionamiento del pequeño Albert. Watson y su colega logran demostrar cómo el
condicionamiento clásico puede ser usado para producir emociones como el miedo. El miedo es un
estado psicológico interno, y su existencia es inferida del comportamiento, así, Watson mostraría
una vez más que el condicionamiento no se restringía a respuestas simples como la salivación
(Frieman, 2002).

En el experimento tradicional Watson demuestra que el pequeño Albert, un bebé de 11 meses,


aprende una respuesta emocional ante un estímulo que no evocaba aquella respuesta antes del
condicionamiento. Su procedimiento consistió en poner una rata blanca al alcance de Albert, y
observar lo que ocurría. Una vez Watson notó la respuesta de orientación del bebé, e incluso la de
acercamiento y contacto con la rata, produjo un sonido fuerte detrás de la cabeza del bebé. La
reacción del bebé al ruido fue saltar violentamente y lanzarse hacia al frente y hundir su cara en el
colchón. Después de seis repeticiones de este procedimiento, desplegado en dos sesiones, una en
cada semana, Albert comenzó a llorar y a retirarse cuando la rata fue presentada (Frieman, 2002).

Estos resultados mostraron que era posible crear temores a nuevos estímulos que previamente no
lo evocaban e incluso crear fobias que no existían antes, y argumentaron que no es necesario
invocar conceptos psicodinámicos para explicar los miedos y que muchos de ellos podrían ser
explicados por condicionamiento clásico solamente. Para finalizar, se conoce que Watson y Rayner
proponen algunas estrategias para tratar las fobias, y a pesar de que no pudieron probarlas, y que
Mary Cover Jones demuestra su efectividad en un niño, es en 1950 que estas técnicas son aplicadas
a problemas clínicos (Frieman, 2002).

Referencias

Catania, C (2007). Learning. 4 th Edition. Sloan Publishing.

de Carvalho-Neto Neto, M. B. A noção de hábito no modelo explicativo de John B. Watson. e


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Frieman, 2002, J (2002). Learning and Adaptive Behavior. Wadsworth, ISBN


0534342264,9780534342265

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Interdisciplinaria, 20, (2), 205-227.

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https://riudg.udg.mx/bitstream/20.500.12104/71470/1/MCUCBA00098FT.pdf

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norte-americana: Uma análise bibliométrica (1924-1933). Revista Brasilera de Terapia
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Zego, M y de Carvalho-Neto, M (2010). A noção de habito no modelo explicativo de John B. Watson.


Em Sobre o comportamento e Cognição 25. ESETec Editores associados.

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