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Natalia De Vicente
El primer encuentro con la imagen, nos agrada o nos desagrada, esto ha sido así
desde la antigüedad. A partir del conocimiento obtenido en clase, decidimos dividir la
noción de imagen en la antigüedad en dos culturas, la greco romana y la
judeocristiana; ambas con percepciones totalmente diferentes hacia las imágenes, las
cuales caben en las definiciones de iconoclasia e iconolatría.
A pesar de sus grandes diferencias en cuanto a religión y forma de vida estas dos
culturas conforman el mundo antiguo y con sus tradiciones e imágenes o falta de ellas
querían llegar a definir ¿qué es lo eterno?. Un mundo eterno e ideal que estaba fuera
de tiempo. El mundo era feo e injusto pero el ideal que tenía cada una de estas
culturas, ya sea embelleciendo su ciudad o cuidando su alma, era el punto de
referencia para su desarrollo. Las imágenes plasmaban lo que podía llegar a ser su
mundo.
Aquí se puede ver claramente como estos tienen grandes diferencias en la raíz de sus
ideales, por lo que su comportamiento es totalmente opuesto a pesar de vivir en una
misma época. Su meta podría ser la misma pero sus creencias los guiaban y
proponían caminos diferentes.
Otro ejemplo que podemos destacar es desde el arte, comprendiendo una imagen
como el resultado de un objetivo universal como lo es el logro que obtuvo la pintura de
la Mona Lisa que se muestra como una pintura atrapada en el tiempo y que va
formando a través de él una historia acerca de cómo lograr que las representaciones
lleguen a ser tan icónicas y representativas como esta obra.