Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Al continuar avanzando por las líneas de este interesante texto, se vislumbra una
reflexión más, encaminada hacia las finalidades de los métodos, en donde se nos
explica que al no existir un criterio uniforme sobre nuestro objeto de conocimiento,
se puede aludir a cualquiera de los tres grandes pensadores de estas teorías para
aclararlas. El primero de ellos es Hans Kelsen, quien considera que el objeto de la
ciencia está constituido por un sistema normativo, después viene Santi Romano,
Al centrarnos un poco más sobre este tema podemos establecer que existe un
objeto de conocimiento de la ciencia jurídica constituido no sólo por ordenamientos
jurídicos sino además, por conceptos elbaorados por la dogmática que perimite
abordar el conocimiento que nos ayuda a identificar los instrumentos
indispensables de manera selectiva a través de los datos de la experiencia jurídica
que nos invita a construir nuestro punto de partida a través del análisis de
principios, conceptos e instituciones jurídicas y evitar pensar a estos, como un
punto de llegada para el derecho.
Ahora bien, un punto final que aborda el autor de la obra, es el del equilibrio entre
la dogmática y la realidad del derecho pues la exageración de la primera conduce
a un racionalismo estéril y la exageración de la segunda contribuye a una
recopilación anárquica de datos.
Al mencionar ello, el Doctor por amor institucional pero también por méritos
académicos alcanzados, menciona a manera de ejemplo a la Universidad de
Guanajuato, y la forma en que esta aborda estos pilares universitarios ( tanto de
manera formal a través de su normatividad universitaria, como de manera material
con sus peculiaridades inherentes a toda maquinaria institucional) y donde
particulariza sobre la investigación, la cual, bien señala, debe tender a resolver las
necesidades locales, regionales y universales y que esto sólo será posible
mediante la extensión, que no es otra cosa sino, el hace llegar a la sociedad los
bienes de la ciencia, la tecnología y la cultura. Sólo cuando se lleva la extensión
de manera transversal con la docencia y la investigación es que se puede poner
en contacto a la Universidad con el pueblo, al beneficiarse de manera directa del
trabajo de docentes e investigadores, acercándose con sus avances tecnológicos,
científicos y culturales, que no siempre se traducen en producto físicos pues
existen beneficios producidos en la academia que no se perciben como los otros
productos (modelos matemáticos, ensayos jurídicos, etc), sólo así es que
entendemos una de las razones de ser de toda las universidad, la contribución a la
sociedad a través del mejoramiento en la calidad de vida de sus miembros.
Ello conlleva a hablar ahora de los tipos de obras que se producen gracias a la
investigación jurídica y que nos advierte, no son exclusivas de la materia del
derecho, ya que muchas ciencias pueden encuadrar de la misma forma, sus
productos de investigación. Lo cierto es que, para el derecho, resulta primordial
hablar de estos como posibilidades de un universo dentro de la investigación y que
la perspectiva sesgada de muchos profesionales del derecho, no pueden concebir
como investigación jurídica sino es a través de la publicación de artículos y obras
especializadas. Pero nos encontramos con que existen productos tan variados que
resulta inimaginable su concepción sin ayuda de la investigación jurídica. Estos
productos son: los artículos científicos, las ponencias, las tesis profesionales y de
grado, el dictamen jurídico, el ensayo, los manuales, las reseñas, proyectos
legislativos.
Al continuar con la lectura del Doctor González Galván, hace una referencia
especial a la necesidad de crear investigación jurídica o investigación en general,
por gusto, curiosidad, no por obligación como sucede en la mayoría de los jóvenes
que lo que desean, es obtener un grado académico. Lo que debemos dejar en
claro es que al realizar una investigación por gusto, se evitará hacerlo como una
carga u obligación y más por la necesidad de buscar, porque al final, la
investigación jurídica se trata más de buscar y saber cómo buscar que encontrar la
respuesta.
Todo ello, nos lleva forzosamente a hablar sobre la hipótesis, que es una
respuesta provisional a nuestra pregunta, esta respuesta en nuestro primer paso
para estructurar una intuición, una emoción, una curiosidad. Al estructurar esta
respuesta provisional se hace un planteamiento que permite orientar la utilidad de
la investigación. Al hablar de una estructuración nos referimos a establecer que
tipos de fuentes de información consultaré para comprobar mi hipótesis, que no es
otra cosa más que la elección del método a utilizar. De este momento, se parte
para la creación de un marco teórico-conceptual, que son los conceptos que
pueden considerarse como esenciales. Su importancia radica en la ambigüedad
que se causaría en caso de no ser definidos para los fines de la investigación
jurídica.
Comenzando ya el análisis del texto, podemos reconocer que este es un texto que
busca ayudar al lector con los consejos y guías que tiene para compartir un gran
investigador, como lo es Umberto Eco. Él nos señala que el índice se debe
concebir como hipótesis de trabajo ya que, el índice tentativo es como trazar una
ruta o un camino que hayamos explorado o estudiado para que nos permita
disfrutar de una ruta específica, independientemente de sí la seguimos a cabalidad
y su durante nuestro trayecto decidimos alterar esta ruta, porque lo podemos
hacer con base a lo ya estudiado o analizado previamente.
Nuestro título y subtítulo para el señor Eco, juega un papel muy importante. Nos
señala que aunque se tenga un título de dominio público, lo verdaderamente
personal radica en el subtítulo, pues es ahí donde se refleja la parte esencial del
trabajo. Por otra parte, también puntualiza la necesidad de crear una introducción
que sea trazada a través de una directriz que permita una continuidad en el trabajo
y la cual, no puede modificarse ya que es la médula estructural del trabajo de
investigación. Lo demás podrá seguir cambiando conforme se reflejen nuestros
avances en la investigación y se puede constatar con nuestra primera introducción
en contraposición a nuestra última introducción, previa a la entrega del producto.
La primera resulta más ambiciosa, mientras que la última resulta más cautelosa.
Po útlimo, nos encontramos ante los consejo más valiosos del texto en el apartado
sobre Advertencias, trampas y costumbres, en donde entre la gama presentadas
hay un par de las que quisiera hacer una reflexión muy breve y es la advertencia
segunda que dice: “No atribuyais a un autor una idea que él transcribe como idea
de otro” y la cito porque en específico este puede ser un error muy recurrente
entre quienes no conocemos el arte de la metodología en la investigación y
tratamos de impresionar al lector con estas citas, sin tomar en cuenta el daño y la
magnitud de lo que hacemos cada vez que atribuimos el crédito de cierta idea a un
autor que nunca la generó. La otra advertencia que quiero resaltar es aquella que
va encaminada a añadir o quitar citas o referencias sólo para encuadrarlas con un
número; aunque sé que el autor se refiere a un problema específico sobre cuando
la redacción de estos documentos se hacía a través de instrumentos
mecanográficos y no computarizados, lo cierto es que el hecho de añadir citas
En la obra “Metodología del Trabajo Jurídico” “de Juan Villoro Toranzo, se analizó
sólo un extracto esencial de esta obra donde se menciona la actitud psicológica
científica, que la define como el amor y búsqueda de la verdad por encima de todo
interés y preocupaciones personales. Al hablar de ello, el Doctor Juan Villoro,
quiere expresar que para que un investigador realice un verdadero trabajo
científico, debe comprometerse con la verdad como mantra axiológico. Y por
compromiso a la verdad no se habla de los resultados de las investigaciones, es
decir, no lo debemos entender como sinónimo de originalidad de los resultados.
Creo que debemos atender ese compromiso a la verdad, como una honestidad
intelectual. Si existe esta honestidad, no importará si al término del trabajo de
investigación resulta que nuestra hipótesis no resulta válida ante el planteamiento
de nuestro problema. El compromiso con la verdad radicará en la aceptación de
ello. Al final, la labor de investigación ya es una contribución a la investigación.
El resultado de todo ello, como lo señala el señor Juan Villoro, refiriéndose a los
griegos, se conseguirá la virtud de “sofrosyne” que es el equilibrio y moderación
intelectuales, que incluye el propio conocimiento de nuestras debilidades.