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Por:
1
Santiago Nino, Carlos, Algunos modelos metodológicos de ciencia jurídica, edit., Fontamara, 2ª., edic.,
1995, México, pág. 11.
2
Pérez Tamayo, Ruy, Como acercarse a la ciencia, LIMUSA-CONACULTA, México, 2002, p. 7.
3
Diccionario de la Real Academia Española, Voz: “creativo”, en: https://dle.rae.es/creativo, fecha de
consulta: 29 de mayo de 2021.
2
Hay una polémica, que a primera vista parece estar destinada a no pasar de
moda rápidamente es el relativo al carácter científico de las llamadas ciencias
sociales. Es en la filosofía de las ciencias sociales donde más podemos notar este
debate. Al derecho, la sociología y la economía, algunas personas dedicadas al
trabajo científico desde las ciencias naturales, no consideran que merezcan la
etiqueta de ciencias.5
4
Eco, Humberto, El mago y el científico, en; http://www.sindominio. net/ biblioweb/
escepticos/eco.html, p. 1 y 2.
5
Mardones J.M. y Ursua N., Filosofía de la ciencias humanas y sociales, Ediciones Coyoacán,
México, 1999, p. 13.
3
que la sociedad, la vida de los hombres en ella con sus múltiples relaciones, no era
ni algo claro, ni dado de una vez por todas. Así surgen la ciencia histórica,
sociológica, política, económica, psicológica y jurídica... ¿pero, eran
verdaderamente ciencias tales intentos, explicaciones, reflexiones y quehaceres?
La respuesta dependería del concepto de ciencia que se utilizara como medida.6
Para unos lo eran y para otros no. Los científicos de la naturaleza exigían que las
nacientes ciencias se alinearan al modelo de las ciencias físico-naturales y otros
defendían su autonomía.7
Siguen diciendo estos autores que: aquí se advierta otra polémica más
profunda y amplia: ¿qué es ciencia? El problema de fondo es analizar la diversidad
de opiniones que se aplican a la palabra ciencia.8
6
Idem. En este sentido tenemos que resulta de vital importancia para este trabajo el determinar que
concepto de ciencia adoptemos puesto que, de ese concepto es del cual arrancaremos y el cual nos
marcara los límites del quehacer científico.
7
Idem.
8
Ibidem., p. 14.
4
nuestra preparación con una conducta deontológica distinta a las del resto de los
abogados.
3. CONCLUSIONES
FUENTES