En Ia fiesta, que se celebraba en una casa abando-
nada préxima a un cementerio, aparecié otro vam-
piro llamado Viad, al que todos temen. Entonces
nos fuimos, pero Vlad nos siguié por el cemente-
rio y Iuché con Cuervo. Durante la pelea, mordé
a Vlad en la muiieca para ayudar a Cuervo, que
le rompié un brazo. Vencido, Vlad se marché con
el brazo colgando, pero de pronto se dio la vuelta y
me lanzé un cuchillo (de oro, por cierto). Cuervo se
puso delante de mi para defenderme y result6 heri-
do. Nos refugiamos en una cripta del cementerio y
Cuervo me dijo que lamara a Van Helsing, pues al
haber mordido a Vlad corria el riesgo de convertir-
me en vampira. Van Helsing me dio un antidoto,
pero mientras estaba dormida escondié un chip en
‘mi ropa y luego me siguié hasta la cripta para cap-
turar a Cuervo, 0 tal vez para matarlo. Fue una
suerte, pues Vlad estaba esperdindome en lugar de
Cuervo, y no sé qué habria sido de mé si llega a
pillarme sola. Van Helsing lo hirié con su bastén
sstoque, yo le clavé el cuchillo de oro en Ia pierna
y Cuervo, que llegé en ese momento (habia salido
en busca de sangre), se lanz6 sobre él y lucharon
de nuevo. Los dos vampiros acabaron tirados en el
suelo sin fuerzas a causa de sus heridas, y Cuervo
Ine dijo que huyera, pues terata que Vlad intentara
atraparme y beber mi sangre para recuperarse.
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Viad me persiguié por el cementerio, pero estaba
muy débil y se desplomé. Me dijo que iba a morir y
que un sorbo de sangre habria bastado para salvar
su vida. Me dio pena y la dejé beber un poco de mi
sangre tras hacerle prometer que luego me dejaria
ir. ¥ la verdad es que cumplié su palabra y no me
hizo dafto al recobrar las fuerzas. Incluso me regalé
su puiial de oro.
Poco después, y gracias al chip de Van Helsing,
Cuervo me encontré desmayada junto a una tumba
y me llev6 de nuevo a la cripta. Mientras tanto,
Van Helsing habia llamado a la policia y tuvimos
que huir por una trampilla que habia en el suelo de
a cripta y que llevaba a un rio subterrdneo.
Por el rio Negamos a una gran caverna que hay
bajo la casa de Cuervo. En esa caverna acudtica
hay una columna, y junto a ella vi una cuerda que
colgaba desde un agujero del techo, que era el pozo
que hay en el patio de la casa de Cuervo. Subimos
por la cuerda (bueno, él trep6 y Iuego me subid con
el cubo) y por fin estuvimos a salvo.
Y ahora viene lo mejor: en la casa de Cuervo,
ademds del pozo normal, hay otro diminuto que
parece un macetén, pero que es un pozo de verdad.
La columna de la cueva estd hueca y el falso ma-
ceton es su parte superior, que emerge de la tierra