a de un accidente, sino porque esos pe-
ligros me han hecho aprender muchas cosas y
tener muy buenos amigos. Aunque sean per-
sonas poco recomendables —afiadié sonrién-
dole al vampiro.
140
Epilogo
Ante todo, quiero decirte lo feliz. que me ha hecho
tw carta —es la mayor alegria que he tenido en los
uiltimos afios—, y pedirte disculpas por haber esta-
do tanto tiempo sin dar seftales de vida; ha habido
para ello razones muy poderosas, que espero poder
explicarte algiin dia
Pero debo decir también que, al leer tu carta, la
alegria ha dado paso a la inquietud. Nunca habria
imaginado, cuando te contaba aquellas fantésti-
cas historias sobre el Mundo Flotante, basadas en
vagos rumores y antiguas leyendas, que acabarias
envuelta en las oscuras intrigas de ese extraiio
peligroso submundo.
y
El desencadenante de tus peripecias —la bru-
talidad de tu padre— no me ha sorprendido, por
desgracia, pues fue la principal causa (aunque
la tinica) de que, con gran dolor de mi corazén,
tuviera que alejarme de tu madre y de ti hace ya
tanto tiempo. Pero tus encuentros con Cuervo,
0
141