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ENSEÑANZA: El autor que ejerce la enseñanza tiene relación con lo maternal:

sensibiliza con el otro además de alentar a una transformación. Es como una madre
viendo a su niño capaz de crecer más alto que uno mismo, volando y siendo libre. La
enseñanza está siendo la acción de promover y motivar una experiencia transformadora
en una comunidad. Digo está siendo por no precisar encajarla en una definición, por su
cualidad de mutar. Continúa, pretendiendo activar voluntades propias del humano
mediante la percepción, caminando, utilizando los sentidos. Acoplando en un sistema de
red que combina y comparte para el conocimiento experimental, no de algo ya
conocido, sino más bien, de lo atravesado en el momento, de la resolución de problemas
con la capacidad de pensamiento operando.

APRENDER: Aprender es conocer lo nuevo, haciendo, jugando, tocando. Es como estar


cocinando y multiplicar los ingredientes para aumentar el tamaño de una torta, o hacerla
mas pequeña. Es la química detrás de una mayonesa, del condimento de una ensalada.
Es fracción cuando corto una pizza y comparto. Es la semilla germinando en el sol o la
geografía en mis paisajes. Acción como resultado de una transformación, es otorgada
por una experiencia. Se da de manera personal, por ser una cualidad humana y depender
de la construcción que contempla vivencias de lo cotidiano junto a reflexiones
anteriores y suma problemáticas en lo espontáneo que van a proponer posibles
resoluciones a través del pensamiento.

MIRAR: En ocasiones es como el sentir de un perro cachorrito recién adoptado


entrando a un hogar. Presenta esa mirada sin imponer un juicio o suponer un estado en
ellos. Mirar en la escuela es dejar de sostener un ideal de alumno para evitar un juicio,
para abrirnos a la diversidad, reconocer de manera recíproca a toda la comunidad como
humana y como parte. También es alejarnos de las etiquetas, de las categorías, para que
la comunidad en la escuela sea promovedora de sorpresas y no de decepciones.

HABITAR: habitar es formar parte de la comunidad poniendo el cuerpo, es la


disposición de compadecernos con el otro y sentir, dejarnos afectar. Es dejar de
situarnos como espectadores y ser parte de la escena, utilizando como recurso nuestras
experiencias, dejar de ver las emociones como ajenas, recordar cómo nos sentíamos en
situaciones similares para entregarnos. Habitar deja las rutinas, los horarios y
estructuras para dar un espacio de escucha y de improvisación con el otro.
DESEAR: Es como unas vacaciones luego de un año de arduo trabajo, existe un
impulso por caminar, descubrir, relajarte, vivir experiencias nuevas. Luego de eso no se
encuentra un retorno, si no una tensión por volverlo hacer, por seguir conociendo. Puede
el cuerpo físico seguir sumergido en una rutina, pero siempre queda, ese fuego que
empuja a salir, a descubrir. Dentro de la escuela trata de una tensión que activa en el
cuerpo la voluntad de la comprensión, Es una presión poderosa que impulsa una
voluntad, para luego potenciar el descubrimiento. El desear es una acción que se motiva
y contagia, además de ser ambiciosa, es perdurable y logra expandir el alma.

INCLUIR: es como un conjunto de instrumentos componen una canción: todos y cada


uno dan el granito de arena que embellece, armoniza y da ritmo. Todos son diferentes y
precisan de habilidades diversas para liberar su sonido. Incluir tiene que ver con saber
quién está siendo el otro y como moverlo, de una incomodidad, para obtener la
pertenencia. La comunidad es un espacio de todos y los que lo integran siempre tienen
un color diferente que aportar, que enriquece. Es dar tiempo, no relajarse frente a un
diagnostico que encasilla a un alumno y lo tilda de diferente. Este tiempo nos sirve para
charlar, pero dislocándonos de los roles, del espacio, donde todos seamos humanos
vulnerables y nos podamos ver internamente.

Rasgo: La escucha permite el conocimiento mutuo, es la charla informal que rompe con
la distancia formada por el mismo rol de los integrantes de la comunidad. Permite un
acercamiento compasivo entre estudiantes y docentes. La escucha es abrir el corazón
para dejar entrar el alma de otro, es ver el reloj y no saber cuando se pasó el tiempo, a
tal punto de desear tener un encuentro nuevo, volver a compartir.

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