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Encuentro de Psicomotricistas Córdoba 5 de octubre de 2013 Ponencia Marina Marazzi

Psicomotricidad: En busca de un re-encuentro

Gracias a Verónica, Nora, Graciela, Alicia, la gente de la Afep

Cuando me llamaron Y de aquí el nombre de esta ponencia.


Psicomotricidad: Historia de un re-encuentro

Después me pregunté ¿es reencuentro? ¿es re-unión? es confluencia? Y


es historia Es historia, es relato, es en busca de… me quedo con Psm en
busca de un reencuentro

Lo que quisiera compartir es una perspectiva. Un desde donde mirar en


la Psicomotricidad.

La tensión, el padecimiento vienen


por querer separar lo que podría
estar unido. Integrado. El alivio
viene cuando vuelven a juntarse,
cuando vuelven a interactuar, a
comunicarse. Cuando un aspecto
sabe del otro, y ambos cooperan
entre sí.

Psicomotricidad En busca de un reencuentro

Un poco de mi recorrido, de donde vengo: Hablarles de mis


integraciones, de mis re-uniones es una invitación a que encuentren las
de uds. y a que sigamos buscando y encontrando aspectos de la psm que
pueden cooperar entre si.

Soy Psm Trabajo en la clínica psicomotriz con niños con trastorno


psicomotor y como docente de dos materias de formación corporal en la
Untref. Ambas prácticas se han enriquecido mutuamente. La función
como docente de la disciplina se vincula estrechamente con la disciplina

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misma. La búsqueda por transmitir con claridad los modos de pensar, de


hablar y de hacer la Psicomotricidad beneficia la clínica que es leída con
otro alcance. Voy desarrollando una exploración, una investigación
acerca del quehacer psicomotor que esclarece y precisa a su vez
conceptos trasmitidos en la Universidad.

Soy psicóloga social, tengo una mirada interesada en el campo de lo


grupal. Atiendo grupos y me intereso por como armar los entramados en
torno a la tarea para que un grupo se constituya y funcione como tal
para beneficio de sus miembros.

Soy instructora de Kum Nye que es un yoga que viene de la antigua


medicina tibetana. Esto marca mi práctica docente y clínica, (y mi vida,
que no queda ajena.) Transitando el KN voy aprendiendo a vitalizar lo
que está dormido, a aquietar lo que está sobreactivo. A tratar
amablemente las dificultades, lo que está tenso, retenido, detenido en
mi cuerpo. A hacerlo circular otra vez. A permitir que me informe, que
me guíe. A adentrarme en la profundidad de la experiencia que tiene
capas, explorando en el sentir para que quede más equilibrado con el
pensar que habitualmente suele gobernarnos.

Estudié constelaciones familiares y trabajo con ello. Lo que me brinda la


posibilidad de mirar a los niños con sus padres, sus tíos y abuelos,
inmersos en una historia a veces muy antigua que deja huellas,
comprendiendo que no es para nada única la razón por la cual los niños
padecen un trastorno psicomotor. Me he vuelto más humilde, al ver lo
grande de las influencias.

Por último en esta presentación, decir que me interesan los cuentos, los
cuentos maravillosos que también hablan de re-uniones. Los cuentos
como medicina, como dice Pinkola Estés, repletos de instrucciones para
sanar antiguas cicatrices. Y los considero de gran ayuda en la clínica
Psicomotriz

De acá vengo.

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Todo esto para que vayan abriéndose a la experiencia de este encuentro


con que van a escuchar. Permitiendo que toque sus cuerpo y los
informe. No solo escuchar con la cabeza…

Entonces Para abrir los sentidos

Sentir los pies zapateando, estirarse,

saludarse dando palmaditas con los de al lado

Un momento con ojos cerrados sentir el propio cuerpo y vernos a todos


en esta sala, dispuestos a compartir, a reflexionar juntos, interesados
por la Psicomotricidad.

Entonces, aunque ahora voy a hablarles, mi cuerpo sigue presente. Y lo


que voy a compartir son reflexiones que se entrelazan con experiencias
corporales…

Estas reflexiones surgen en parte, de una incomodidad. En una reunión


entre psicomotricistas se hablaba de la tensión cuerpo -palabra. Yo lo
escuchaba como una tirantez, como una ¿lucha?, como si los
psicomotricistas tuviéramos que elegir entre estar de un lado o del otro.
Mirar al cuerpo desde la palabra. Y entonces la palabra prevalece, gana,
prepondera. Mirar a la palabra desde el cuerpo… y entonces es el cuerpo
el que predomina, el que reina…sobre la palabra.

Creo que la tensión que sentí fue a partir de notar en mi cuerpo ese
forzamiento a separar algo que yo entiendo que en mi práctica
psicomotriz busco acercar, reconciliar, reencontrar. Algo en esa forma
de nombrar la relación cuerpo palabra, me incomodaba

Comienzo con cuerpo palabra pero entiendo que la Psicomotricidad está


hecha de conceptos dobles y es un desafío cotidiano transmitir esa
manera de mirar que entrelaza, articula, teje, liga.

En los niños que atendemos en la clínica psicomotriz muchas veces


notamos un desencuentro entre cuerpo y palabra. Vemos niños que
hablan y explican con detalle lo que quieren hacer pero no pueden

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llevarlo a la práctica, se les enredan los brazos, los dedos o los pies. O
hablan y hablan en vez de hacer, se demoran en explicaciones que dejan
al cuerpo postergado. En otros niños nos encontramos con más cuerpo
que palabra. Vertiginosidad en el movimiento, un hacer sin pausa. Poca
palabra que de sentido al hacer. Que lo signifique. Y vemos otros niños
en los que las dificultades en la construcción del cuerpo y del lenguaje
van parejas.

Cuando intervenimos también tenemos que encontrar un equilibrio


entre lo oportuno desde la acción del cuerpo y lo oportuno desde la
palabra. En la formación personal corporal 3 en la que los estudiantes
hacen sus exploraciones en relación a la intervención. Una estudiante
refiere que se dio cuenta al llegar a la casa donde iba, que antes de jugar
con la niña con la que iba hacer su trabajo práctico a quien no conocía,
tenía que conversar. -Creí que podía ir directo al juego y vi que tenía que
preguntarle algo de su jardín, de su vida antes de decir ¿a qué te gustaría
jugar?…Y reflexionamos en el grupo en relación a la palabra armando
puente en el vínculo, fundando un espacio que favorezca el encuentro,
que establezca las bases para que el cuerpo se despliegue. Pero también
conversamos de cómo la palabra está ligada al cuerpo, a la actitud
corporal con la que nos presentamos, a los gestos, a la voz.

Otra estudiante dice –Era imposible hablar. El niño era pura acción.
Buscaba golpearme, perseguirme, luchar. No podía entrar con la palabra
tenía que entrar con el cuerpo. Me agoté. Le propuse luego de las luchas
que armáramos un refugio. Para descansar!! Y al cabo de un rato
empezó a destruirlo. Recién después pudimos dibujar y pintar, más
calmos, con un diálogo de palabras y dibujos. Reflexionamos en el grupo
acerca de cómo la intervención con la acción corporal puede armar
puente, como permite armar la conexión para que la palabra tenga
lugar, para que toque, tenga efecto, sea escuchada por el cuerpo.

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Cuando digo cuerpo digo ligado a la experiencia.1 Cuerpo que siente.


Con una historia, cuerpo que recuerda, que actualiza, que construye,
que busca, que explora, que encuentra y tolera los desencuentros.
Cuerpo que cuenta, que trasmite sus historias. Cuerpo en juego o cuerpo
que intenta jugar, cuerpo en movimiento o en quietud, cuerpo que
pulsa. Cuerpo que se registra, que se aventura en el espacio, en el
tiempo, con los otros. Siempre cuerpo con otro. Que lo busca, que lo
recibe, que lo espera, que lo llama, o que lo interrumpe o lo provoca, lo
contiene o lo convoca.
Diferente del cuerpo en movimiento sin otro, “al garete”, sin rumbo. Sin
palabra, sinsentido. Cuerpo que entonces, pierde al otro, lo aplasta, lo
arrasa, no deja lugar al decir. Sin palabra que lo nombre, que lo narre.
Cuerpo desordenado, perdido, desorientado. Cuerpo sin juego. Cuerpo
sin palabra Casi no cuerpo porque la palabra no lo alcanza, no lo toca.
Cuando digo palabra. Que simboliza, que tamiza, que atenúa o que
realza. La palabra que alienta, que conduce, que guía. La palabra que
permite la pausa. La palabra que relaciona, que une, que comunica. O
que diferencia o que despega. La que llama, la que habilita. También la
que detiene lo reiterado, la que invita a lo distinto.
Es diferente de la palabra que abandona el cuerpo, que se desconecta,
que lo ignora, que lo retiene, que lo evita. Que habla sin decir.
Quedando aislada. Quedando confundida, disparatada, suelta, a la
deriva. Siempre igual a sí misma, estancada, rígida. Palabrerío,
murmuración, eco vacío. Casi no palabra porque perdió su referencia, y
entonces su flexibilidad.
La palabra está viva cuando, anclada en la voz, se liga al sentir en el
cuerpo, al hacer creativo.
El peligro es que la palabra quiera formatear al cuerpo, a la experiencia y
entonces la experiencia quedaría achatada por las palabras que la
definen, el cuerpo quedaría encajonado sin poder ir más allá de lo que se
dice de él. 2 Dice Tarthang Tulku: “Puede que no nos demos cuenta con
qué facilidad substituimos palabras por experiencia, y hemos dejado de

1
La experiencia es siempre corporal, es sensible. También cuando es experiencia de palabra tocando
el cuerpo. Ocurre en el cuerpo.
2
T Tulku, Joy of Being “Puede que no nos demos cuenta con qué facilidad substituimos palabras por
experiencia, y hemos dejado de pensar cómo esto afecta nuestra capacidad de tocar la cualidad
viviente de la experiencia en sí misma. Cuando pronunciamos una palabra escuchamos su significado;
este la hace real, y luego rápidamente nos prendemos a esa realidad.”

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pensar cómo esto afecta nuestra capacidad de tocar la cualidad viviente


de la experiencia en sí misma. Cuando pronunciamos una palabra
escuchamos su significado; este la hace real, y luego rápidamente nos
prendemos a esa realidad.”

Considero que lo que guía nuestra intervención es ayudar a que se


reencuentren, que se equilibren, que se liguen otra vez, que se
comuniquen apostando a que pueden cooperar entre sí, interactuar.

La tensión no es entre cuerpo y palabra sino que surge de ese querer


disociar lo que la disciplina aúna. Psicomotricidad.

Si acentuamos la mirada en la separación, producimos más tensión, más


disociación. Al etiquetarlo separado, lo acentuamos…. Y entonces es
Psico-motricidad en lugar de Psicomotricidad todo junto.

¿Cómo equilibrar volviendo a mirar lo entero?

Como mirar el padecer por la tensión que la separación produce y el


alivio de lo que se reencuentra, y vuelve a fluctuar.

Este texto surge entonces con la intención de explorar esta mirada más
completa.

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Y me inspiro en un escrito de Rodolfo Walsh del que voy a leerles


algunas partes:

CLAROSCURO DEL SUBIBAJA


Por Rodolfo Walsh

El habla diaria está llena de trampas y agujeros. A un hombre


riguroso le resulta cada año más difícil decir cualquier cosa sin
abrigar la sospecha de que miente o se equivoca. Para designar a
los componentes de un mundo esencialmente ambiguo, ¿no habría
que usar un idioma tan ambiguo como el mundo, palabras que
aplicadas a cualquier realidad afirmaran de ella cosas opuestas?
Estas palabras asumirían, por ejemplo, las formas lindofeo,
malobueno, odioamor, dichas así, de un golpe, sin respirar y
aguantando las consecuencias.

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Un somero examen de los idiomas más antiguos, y aun de vestigios


que quedan en los modernos, parece sugerir que al principio se
hablaba así. La expresión china yüanchin, que significa lejoscerca,
fue, durante mucho tiempo, la única manera de establecer
el paradero de cualquier cosa, si se exceptúa la posibilidad, nada
desdeñable, de afirmar que estaba en el Tung-His, como se
nombraba conjuntamente al Este y al Oeste. La identidad de los
opuestos resplandecía en aquellos tiempos inocentes.

Más tarde, intervinieron los letrados. Observaron que esa manera


de hablar y de pensar, aunque acorde con la íntima esencia de las
cosas, conducía al estancamiento y quizá a la aniquilación de la
vida, que para conseguir sus fines necesita de afirmaciones y
negaciones cerradas, o sea, la mitad de cualquier verdad.

¿Cómo se iba a luchar, contra un enemigo que era malobueno y


que, bien mirado, también era un amigo?

Así que, armados de grandes tijeras, empezaron a cortar en dos


todas las viejas palabras y a llenar el mundo de mentiras útiles.
Yüan, pasó a significar lejos, chin, quiso decir cerca, y Yüan-chin
(oh, astucia inimitable de los letrados) se convirtió en "distancia”.
Me resisto a enumerar la sangrienta faena de quita-y-pon, de toma-
y-daca, de tira-y-afloja que consumaron en otras.

En todas las épocas y pueblos sucedió algo parecido. Un terrible


sino (perdón, destino) se abatió sobre la memoria de la ambigüedad
original y eterna, sobre las palabras dobles inexorablemente
aniquiladas o convertidas en algo diferente e inofensivo. 3

3
Algunas, sin embargo, resistieron tenazmente; no pudieron escindirlas ni convertirlas en nombres
"abstractos", estaban demasiado vivas en el corazón de los hombres. Surgió entonces el supremo
refinamiento, la creación de juegos impostores o de objetos inútiles que distrajeron para siempre la
atención. Fue el aniquilamiento por el desprestigio: Un inquisidor decapitó la intuición primordial de
que cualquier cantidad es simultáneamente mucho, poco y nada, convirtiéndola en un pueril
pasatiempo alrededor de una margarita. Otro inventó la cantimplora, para que nadie recordase que lo
que canta llora. Un gramático fabricó el subibaja, disimulando para siempre el hecho, antes obvio, de
que todo lo que sube, eternamente baja, y que sube-y-baja es lo único que puede decirse de algo que
se mueve.

Revelado y ocultado a Ta-Hsigo, que en Occidente se llamó micromegas, en los altibajos, un si es no


es tragicómicos, de una duermevela.

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Y luego dice que un inquisidor inventó la cantimplora, para que


nadie recordase que lo que canta llora.

Cerrar los ojos Dejar un tiempo para ubicar resonancias en el cuerpo…

¿Podríamos ubicar a la Psicomotricidad como una disciplina que busca


un re-encuentro, una re-unión, una confluencia? ¿Como un intento de
recuperar esta ambigüedad original y eterna?

¿De recobrar la identidad de los opuestos que resplandecía


en aquellos tiempos inocentes, como dice Walsh?

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Antes de confirmar que incluiría este texto tuve que amigarme con la
palabra ambigüedad que usa Walsh.

Ambigüedad me sonaba a lo que no es ni una cosa ni la otra, a lo que


no se define…Y no quisiera ligar nuestra disciplina a algo vacilante o
dudoso, o impreciso. Ni chicha ni limonada…

Nuestra práctica tiene una estructura, una forma, y es a la vez, flexible y


creativa.

Al buscar la etimología de ambiguo me encontré que en su raíz más


antigua viene de amb: alrededor e igere, obrar, mover, dirigir:
literalmente lo que se mueve, impele o actúa por ambos lados.4

Y eso me gustó más. Uno y otro. De los dos lados. Que actúa por ambos
lados. Intervenimos por ambos lados, desde el cuerpo palabra, con el
cuerpo palabra.

Y el diccionario si bien en una primera acepción lo liga a vacilar5, en su


segunda acepción dice: que participa de dos naturalezas diferentes.

4
Ambos tiene la misma raíz latín ambo (en griego ampho), dos, uno y otro, del L. ambi. G amphi que
significa alrededor, de los dos lados. Y de la misma raíz vienen ámbito y ambiente (Ámbito de ambire,
rodear, cercar, ceñir, ambiente: alrededor)

5
También lo relaciona con incierto, lo cual no desentona con la psicomotricidad que está hecha de
certezas e incertidumbres.

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Y esto también me interesa. La psicomotricidad participando de dos


naturalezas diferentes. Re-uniendo. Sin vacilar, sin dudar. Con intención.
Abarca. Alberga. Reconcilia. No puede prescindir de ninguna de las dos
No hay que elegir. Hay que incluir.

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Cuántos conceptos dentro de la Psicomotricidad podemos decir que


participan de dos naturalezas diferentes, que integran dos lados. Y que
cuando intentamos comprenderlos por separado nos quedamos rengos,
incompletos, algo no alcanza, algo queda excluido.

Cuando un polo se manifiesta ¿podemos recordar al otro que también


está allí a la espera de ser mirado? ¿Aguardando tener un espacio
tiempo para desplegarse? Quizás clamando por ser atendido?

¿Cómo armar esos puentes que comunican?

En el aprender a ejercer nuestra práctica psicomotriz es necesario


comprenderlos en su alcance ambiguo, que recupera lo abarcativo de
dos polos, de dos naturalezas, el entredós, el ambos. Con ese desafío me
encuentro cotidianamente en la trasmisión de la disciplina a los
estudiantes de Psicomotricidad.

Podemos reconocer en nuestra disciplina muchos conceptos dobles, que


la Psicomotricidad vuelve a reunir: cuerpopalabra, o palabracuerpo,
sería uno.

Cuerpoypalabra, que se entretejen, se buscan, se necesitan, se


sostienen.
El cuerpo como referente de la palabra, como raíz.
El cuerpo que pide palabra para encontrar sentido.
La palabra que pide cuerpo para afirmarse, para anclar.
Juntos cuerpo y palabra, en y para la relación con los otros.

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Escribe Calmels (1998): “El cuerpo es una producción humana


impensable sin la palabra. La palabra es inasible sin cuerpo, sin
cuerpos”.
Podemos ubicar muchos otros conceptos dobles:

 Preparaciónimprovisación : uno se prepara, crea las condiciones y


a la vez improvisa con ese bagaje, en el encuentro con el otro.
Prepararse, es ir al encuentro pero no es ir al choque, no es ir
atropellando. Es ir, entretejido con esperar. Es esperar, entretejido
con ir. Y para poder improvisar, hace falta haber preparado
 Escucharproponer, y proponerescuchar, re-unirlos para evitar las
confusiones en los estudiantes al tomar media verdad, medio
concepto como completo.... Y que escuchen pasivamente o
propongan sin escuchar. (Y en realidad, escuchar también es más
abarcativo, es escuchar y mirar y sentir, saborear, olfatear… )
 Dificultad posibilidad: Otro lugar común es decir que la
Psicomotricidad no trabaja con la dificultad sino con la posibilidad.
Podemos prescindir de la mirada al problema que trae al niño/a la
consulta? No. Y de mirar sus posibilidades? tampoco. Contamos
con ambas miradas y las abarcamos en nuestra perspectiva.
Trabajamos con la posibilidad y con la dificultad. No nos
deslumbramos con el síntoma…, tampoco estamos ciegos a él. Ej
(padres que le dicen al niño que vienen a jugar con una señora!!!)
 Otra palabra clave en nuestra disciplina es fluctuación. La
fluctuación ¿no está nombrando esta posibilidad de albergar dos
Naturalezas? Fluctuación habla de lo que va y viene. No es
titubeo, no es irresolución, Es un vaivén. Una oscilación. Es lo que
permite el fluir.
Si algo está demasiado tenso buscamos que se relaje si algo está
demasiado blando buscamos que se fortalezca. Si algo está
demasiado centrado en un punto buscamos que se amplíe la
mirada Si está demasiado amplio, que se enfoque. A veces les digo
a los estudiantes que parece que siempre estamos apuntando a lo
otro, acompañando a que se atienda, también lo que no está
siendo mirado, reconocido, valorado.

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Trastorno psicomotor

Desde esta perspectiva de re- unión podemos pensar el síntoma


psicomotor como una protesta, un quejido más o menos audible, un
desconcierto como dice Leticia por aquello que podría estar desplegado,
participando y no lo está…

La función tiene la posibilidad de funcionamiento pero no se realiza.


Algo se trabó, se congeló. No fluye ni se desliza. No hay fluctuación que
albergue. Algo no pudo ser procesado, comprendido y se separó. No
encuentra la forma de ser parte. Quedó aislado, retenido, escondido.
Dice Leticia: “El niño padece un desconocimiento, una propiedad de su
cuerpo se presenta mudada, no ha sido vista, no cuenta con ella, ignora
su valor ¿es un enigma?”6

“El sujeto ha sido sorprendido en su cuerpo, para que atestigüe, para


que exprese antiguos desencuentros que no ha podido metabolizar.”7

Algo se va curando cuando empieza a deslizarse otra vez. El alivio viene


de lo que vuelve a participar, de lo que se reencuentra. De lo que
recupera su valor.

Es nuestra tarea como psicomotricistas ver, escuchar, sentir lo que está


separado, incómodo, olvidado y vislumbrar la posibilidad de que se re-
integre, se re-encuentre, se acomode… Tenemos una mirada y un decir
que incluye lo que no está siendo desplegado pero está en potencia.
Hacemos una apuesta y confiamos en que hay modos de religar. Y al
hacerlo, lo permitimos, lo alentamos, lo provocamos en alguna medida.
Esos vislumbres van dejando huella, van haciendo espacio a otros
accionares menos habituales y más sanadores.

Miramos las trabas y los deslizares. Acompañamos a descubrir esa


propiedad mudada, escondida como dice Tarthang Tulku en las
catacumbas del cuerpo. A reapropiársela. A usarla.

6
Gonzalez Pensar lo Psicomotor Clínica de la perturbación psicomotriz BA 2009:56
7
Gonzalez Pensar lo Psicomotor Clinica de la perturbación psicomotriz BA 2009:55

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Y como psicomotricistas, nos preparamos para acompañar a la persona a


tocar lo valioso de aquello que está amurallado. Sostenemos y
escoltamos la exploración del camino hacia la inclusión de ese aspecto.
Nos dejamos inundar, sorprender, escandalizar, incluso atemorizar
(como dice PE), por lo que puja por salir sin espantarnos,
permaneciendo a su lado. Con paciencia y valentía. Invitando a mirar,
explorar, cuidar, descubrir, permitir y cultivar ese encuentro con el lado
oculto, desechado, olvidado, exiliado, lastimado, desoído, aquello que
quedó dormido, detenido, deformado, estirado, no reconocido como
propio.8
Acompañando y siendo testigo de cómo aquello va cobrando sentido.
Celebrando cuando puede retomar el movimiento creativo propio de lo
que está vivo.

Voy Final

Como van hasta acá? Cierren los ojos un momento y permitan que las
palabras circulen por su cuerpo, los inspiren a tocar vuestra práctica
vuestras reflexiones para en un rato compartir luego. Si quieren anotar
algo…

Para ir terminando, algo de la intervención en la práctica psm con niños:

Jugar-no jugar: ¿Qué establece el límite entre uno y otro? ¿Cómo


hallamos el puente que transforma el no jugar en jugar? ¿Cuáles son los
pasos? Cuando un niño no juega, ampliamos internamente el concepto
de juego para que esa acción que no es aun juego pueda entrar en una
escena. Ampliamos la mirada y ofrecemos un sentido. Adivinamos,
intuimos, la posibilidad de jugar en esa conducta estereotipada a la que
aún no podemos llamar juego.

Vislumbramos la posibilidad de mayor movimiento y flexibilidad en el


estancarse de un niño.

8
Florencia Cermesoni

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Vemos la quietud posible, a la que podría arribar un niño inquieto.

Se trata de confiar en que lo que estaba separado puede volver a


encontrarse. Lo que estaba cerrado puede volver a abrirse. Eso nos guía.

No estamos dirigiéndonos a un efecto cerrado. Ni buscando una


determinada manera de conducirse. Acompañamos a crear las
condiciones para que los niños encuentren más maneras de responder.

En Psicomotricidad nos encontramos a diario con estos conceptos


ambiguos que representan la doble naturaleza de nuestra práctica.
Doble naturaleza que en realidad es una naturaleza dividida por siglos de
dualismo. Es un desafío para nosotros convivir con la ambigüedad,
buscar maneras de decir y hacer que armen de nuevo la trama, que
permitan la confluencia, que trencen, que enlacen.

Autora Marina Marazzi

Bibliografía

Releí para este trabajo escritos de Daniel Calmels, Leticia Gonzalez,


Tarthang Tulku, Julián de Ajuriaguerra, Haery Wallon, Clarissa Pinkola
Estés, Diana Milstein, Florencia Cermesoni que retoma palabras de una
artista plástica Ivonne Delor.

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