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Fundamentación:

Según Cecilia Bixio las secuencias didácticas pueden tener como punto de partida los
contenidos, las actividades, los objetivos, entre otros, pero cualquiera sea el caso,
estos elementos siempre tiene que estar implicados de modo tal que se sostengan
unos sobre otros y sean coherentes con las reales necesidades de los procesos de
enseñanza-aprendizaje.
Las actividades también suponen una secuencia, la que queda referida también a los
objetivos que se pretenden lograr, y ya no solamente a los contenidos conceptuales
sino también a los contenidos procedimentales que se espera enseñar. Cecilia Bixio
expresa que: “Secuenciar actividades implica reconocer que cada una de ellas
requiere determinadas habilidades, destrezas, procedimientos, información, etc., que
el alumno deberá poner en juego. La secuencia de actividades habrá de llevarnos a la
construcción de los contenidos escolares, pero también a su articulación con otros
contenidos de otras áreas…” Las figuras y sus representaciones en el aprendizaje de
los niños son imprescindibles en varios sentidos., según Duval (1999), porque los
objetos matemáticos son aprendidos desde y a través de sus representaciones y,
según CACEEM (2017), porque el primer contacto con dichas representaciones de
objetos geométricos con el niño es desde el trabajo empírico, siendo la escuela donde
se dan los procesos de su conceptualización.

El Programa escolar vigente plantea desde 1er grado trabajos con elementos
geométricos en los poliedros y no poliedros (caracterización), progresando en 2do y
3ero con poliedros particulares como prismas y pirámides. A su vez, en este grado y
en 4to se trabajaría por primera vez con las relaciones entre planos, relaciones entre
planos y las figuras, las distintas representaciones de un poliedro y el desarrollo de
paralelepípedos. Finalmente, en 5to grado se profundizará en el desarrollo de prismas
y pirámides.

Burgués y Sarramona (2013, p 33) sostienen:


“Las múltiples variedades de representación proporcionan diferentes vías de
aproximarse a estas ideas de organizarlas y comprenderlas. Un buen indicador del
grado de comprensión de una idea matemática es la capacidad de relacionar las
diferentes representaciones de esta idea y elegir la forma de representación más
adecuada a la situación y propósito planteado”
Lo que logren producir e interpretar con los desarrollos planos están vinculados con el
uso de representaciones: dibujos, escrituras o elementos que dan cuenta de
conceptos o imágenes con los objetos matemáticos que se estudien.
La importancia de manejar material concreto también es fundamental a la hora de
conceptualizar y lograr el acercamiento a un nuevo concepto, siendo de manera
progresiva y secuenciada.

Bibliografía: Bixio, Cecilia. “Secuencias didácticas: enseñar y aprender en el aula” -


Burgués, C., Sarramona, J. (2013). Competències bàsiques de l'àmbit matemàtic.
Identificació i desplegament a l'educació primària. Generalitat de Catalunya.
Departament d'Ensenyament.
Duval, R. (2006). Un tema crucial en la educación matemática: La habilidad para
cambiar de registro de representación. La Gaceta de la RSME. Vol. 9.1.
Justificación:
El aprendizaje en geometría es un proceso progresivo que puede implicar varias
emergentes al momento de lograr adquirir un nuevo concepto. Teniendo en cuenta
que este grupo aún se encontraba en proceso de lograr la descripción de figuras y, a
su vez, tampoco lograban un reconocimiento de las figuras geométricas a partir de sus
características; resulta imprescindible elaborar una secuencia en donde no solamente
se fortalezcan esas carencias, sino que también logren llegar a un nuevo concepto sin
dificultades.
La primer y segunda actividad de la secuencia, se enmarcó en el repaso y
reforzamiento del concepto de polígono. Se buscaron actividades cortas en las que
hubo un buen intercambio de ideas y se logró evacuar varias dudas.
Para la tercer y cuarta actividad, era necesario el manejo del lenguaje matemático y
reconocimiento de las características de los polígonos, para poder trabajar de manera
fluida con poliedros y no poliedros. En esta instancia, las actividades fueron un poco
más complejas para poder evidenciar el avance (o no) del proceso de aprendizaje que
los alumnos habrían logrado hasta el momento.
Se priorizó el trabajo en prismas y pirámides, haciendo énfasis en los primeros, para
que al momento de trabajar con pirámides no resulte reiterativo y se complementen
conceptos nuevos, logrando la diferenciación entre ambos.
Igualmente, no se trabajó de manera aislada con los prismas, en estas actividades, en
los momentos de socialización se trabajó de manera breve con pirámides, a modo de
ejemplo y comparación.
La quinta actividad es clave para lograr la actividad de cierre de la secuencia, puesto
que se pondrá en juego todo lo adquirido hasta el momento. Nuevamente,
aumentando la dificultad en las actividades planteadas para evidenciar el avance del
grupo, y a su vez atender casos particulares para que logren alcanzar ese proceso de
aprendizaje en geometría.

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