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Las actividades de los capítulos que siguen no sólo tienen como denominador común
el uso del plegado de papel sino también el empleo de los dos polígonos regulares
convexos que más tempranamente aparecen como objetos de estudio en la
escolaridad: el triángulo equilátero y el cuadrado.
En nuestras prácticas de enseñanza utilizamos conceptos que por pertenecer a lo que
llamamos saberes previos, muchas veces se dan por sobreentendidos sin detenernos
a analizar si todos nos representamos el mismo objeto cuando hablamos de un objeto
determinado. Basta con remitirnos al capítulo 3, donde se presentaron las dificultades
de un grupo de alumnos de nivel terciario con respecto a la definición y clasificación de
los cuadriláteros.
En los dos capítulos siguientes, a partir de una hoja rectangular, construimos un
triángulo equilátero y un cuadrado con la intención de centrar la atención en la
definición y propiedades de cada una de estas figuras.
Según Skemp (1980) los conceptos contributorios deben estar disponibles para cada
nueva etapa de abstracción pues si un nivel dado se comprende imperfectamente
cualquier cosa derivada se encuentra en peligro. Plantea que un concepto es una
forma de procesar datos que capacita al usuario para utilizar la experiencia pasada de
manera provechosa al mejorar la situación presente. La escasa experiencia incide en
la interpretación de un dibujo geométrico, no permitiendo muchas veces adecuar el
objeto percibido a alguna forma organizada dado que los dibujos no representan un
objeto particular, sino una clase de objetos.
En el desarrollo de las actividades de los dos capítulos siguientes tiene especial
protagonismo lo que Camargo, Perry y Samper (2005) denominan actividad
demostrativa. Estas autoras consideran que en la actividad demostrativa se combinan
dos aspectos: el proceso y el producto. El primero de ellos involucra las acciones de
visualizar, explorar, analizar, conjeturar y verificar y el segundo de ellos incluye
acciones del razonamiento argumentativo hacia la formulación de explicaciones,
pruebas y demostraciones formales.
Consideran a la explicación como una “justificación de carácter empírico, basada en la
remisión a una representación gráfica para mostrar lo que en ella se ve” (p. 57), a la
prueba, como una “justificación parcial en la que se explicitan afirmaciones y razones,
referidas a propiedades geométricas generales, sacadas del conjunto de posibilidades
y de nuevas relaciones de dependencia, encontradas en el análisis” (p. 57) y definen a
la demostración formal como la “justificación de carácter deductivo que encadena, en
forma explícita, afirmaciones y razones, desde la información conocida hasta el
enunciado esperado” (p. 57)
Proponemos las actividades de los capítulos que siguen esperando que los alumnos
de la escolaridad obligatoria puedan comenzar a realizar explicaciones y avanzar
hacia las pruebas, en el sentido antes definido para llegar a demostraciones formales
en un nivel superior.
Otro autor que se dedica al estudio de la enseñanza de la demostración es el Dr.
Ángel Gutiérrez Rodríguez. Gutiérrez (2007), distingue razonamiento deductivo
matemático y demostración formal considerando al primero de estos conceptos como
“un proceso mental creativo, orientado generalmente a extraer conclusiones válidas de
la información disponible” y al segundo concepto como “un producto resultante de la
intención de comunicar de una manera particular las conclusiones resultantes del
proceso de razonamiento deductivo”.
Según este autor, es tarea de la escuela en todos sus niveles, favorecer los
razonamientos deductivos para en un futuro, poder expresarlos en forma de
demostración. Siguiendo esta propuesta, plantea que en el contexto educativo, el
concepto de razonamiento deductivo riguroso y el concepto de demostración formal se
flexibilicen para dar lugar a un razonamiento matemático y una demostración
matemática, con los siguientes significados:
“Razonamiento matemático es cualquier forma de razonamiento, inductivo o deductivo,
orientado a analizar información matemática o a extraer conclusiones a partir de ella” y
“Demostración matemática es cualquier forma de argumento matemático, empírico o
abstracto, inductivo o deductivo, orientado a explicar o justificar convincentemente la
veracidad de una afirmación o conjetura”. (Gutiérrez, 2007, p. 4)
Decimos que los alumnos cuando ingresan al nivel superior del sistema educativo, no
logran conjeturar, argumentar, validar o demostrar y ya dijimos que creemos que
debemos plantear métodos de trabajo que permitan desarrollar estas prácticas desde
la escolaridad temprana.
Pero,”… si se reduce el papel de la demostración en la escuela al de sólo una
herramienta lógica de verificación de veracidad de una proposición (y más si éstas son
evidentes por sí mismas), entonces los alumnos no hallarán justificaciones suficientes
para ese trabajo y no se alcanzarán propósitos como el de construir relaciones
complejas entre la observación, la argumentación y la construcción de
demostraciones.” (Larios Osorio, 2003).
De aquí nos surgen los siguientes interrogantes que como docentes debemos tener en
cuenta para pensar este trabajo en el aula:
¿Qué conceptos aceptamos como primitivos?
¿Qué consideramos como proposiciones verdaderas sin demostración?
¿Qué grado de rigor debe exigirse en cada nivel?
Los conceptos que aceptamos como primitivos son el punto, la recta y el plano. En el
plegado de papel estos conceptos están representados respectivamente por: marcas
realizadas con lápiz u otros elementos en la hoja, dobleces marcados sobre el papel y
la hoja o trozo de papel con el que se trabaja. A semejanza de lo que sucede cuando
realizamos construcciones geométricas o dibujos geométricos, éstos no son los
conceptos geométricos, son representantes de los conceptos geométricos.
Proposiciones verdaderas
En el plegado Foto
aceptadas sin demostración
Por un punto pasan infinitas Por un punto podemos realizar muchos
1
rectas pliegues
Por dos puntos pasa una Por dos puntos distintos podemos realizar un
2
única recta solo doblez
Por un punto pasa una y sólo Los pliegues al cortarse deben formar cuatro 3, 4 y 5
una recta perpendicular a ángulos iguales
1
otra
Para trazar una paralela a una línea
Dos rectas perpendiculares a
tomamos una perpendicular a ella y luego
una tercera son paralelas 6
2
otra perpendicular a esta última que resulta
entre sí
paralela a la primera
Las figuras que se corresponden por un
En la simetría axial las figuras
doblez, son superponibles por lo tanto 7, 8 y 9
homólogas son congruentes
congruentes
Foto 1
Foto 2
Foto 3
Foto 4
Foto 5
Foto 6
Foto 7 Foto 9
Foto 8
Es muy valioso trabajar con contraejemplos que muestran que no alcanza que dos
triángulos tengan un elemento (un lado o un ángulo) respectivamente congruente para
ser congruentes. Tampoco alcanza con dos elementos. Nos planteamos entonces si
es suficiente con tres elementos del triángulo para obtener otro triángulo congruente.
Pero, ¿cuáles elementos se deben considerar? Podemos desarrollar una actividad con
regla no graduada y compás para que los alumnos se convenzan empíricamente de la
validez de los criterios anteriormente enunciados. Para ello dibujamos un triángulo
cualquiera, tomamos tres elementos del triángulo y a partir de la construcción
analizamos si el triángulo construido es congruente con el original.
Escribamos todas las combinaciones posibles de tres elementos del triángulos para
tener en cuenta en esta actividad: tres lados; dos lados y el ángulo comprendido entre
ellos; dos lados y un ángulo no comprendido entre ellos; un lado y los dos ángulos
adyacentes; un lado, un ángulo adyacente y el ángulo opuesto al lado; tres ángulos.
Luego de realizadas las construcciones, se analizan los casos que arriban a una
construcción única concluyendo que coinciden con los criterios enunciados3.
Con respecto al grado de rigor que creemos debemos exigir, dependerá no sólo de
cada nivel, sino también de las experiencias previas de cada alumno. Pensamos que
en un principio debemos permitir explicaciones en forma oral, escritas coloquialmente,
luego simbólicamente avanzando hacia pruebas, en el sentido que describimos
anteriormente cimentando la escritura de demostraciones formales en un nivel
superior.
Battista y Clements (1995) sostienen que el camino más efectivo para engendrar
significativamente un uso de la prueba en la escuela secundaria es evitar la prueba
formal en el trabajo con muchos estudiantes. Solicitando justificar ideas, mientras que
se los ayuda a construir las bases visuales y empíricas para niveles superiores de
pensamiento geométrico, podemos conducirlos a apreciar la necesidad de la prueba
formal. Sólo entonces serán capaces de usarla significativamente como un mecanismo
para justificar ideas.
Los hechos matemáticos se intuyen primero y después se prueban… hay que dar
oportunidades al estudiante para hacer problemas en que primero intuya y luego
pruebe…
George Polya (1887- 1985)
1
Esta proposición es considerada en el plano.
2
Consideramos nuevamente esta propiedad en el plano.
3
Una actividad similar se puede encontrar en Seveso de Larotonda, J y otras. (1998) Matemática 8 E.G.B.
Vértices. Editorial Kapelusz.