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Montevideo, 2021
Equipo de trabajo
Líber Benítez, Evelise Amgarten, Gonzalo Pérez Monkas, Bruno Mora, Javier Sayavera,
Martina Pastorino, Andrea Quiroga, Diego Alsina, Federico Wainstein, Gabriela Rodríguez,
Ignacio Cáceres, Daniela Franco, Susana Guedes, Nicolás de León, Gabriel Vargas, Milca
Sosa, Héctor Azpiroz, Rodrigo Goicoa, Pedro Arjona, Gonzalo Pesce y Álvaro Pereira.1
Líber Benítez
1
Al momento de la realización del proyecto Líber Benítez, Evelise Amgarten, Gonzalo Pérez Monkas, Bruno
Mora, Javier Sayavera, Martina Pastorino, Andrea Quiroga, Diego Alsina, Federico Wainstein y Gonzalo Pesce
eran docentes del Instituto Superior de Educación Física (ISEF). Gabriela Rodríguez, Daniela Franco, Susana
Guedes, Nicolás de León, Gabriel Vargas, Milca Sosa, Héctor Azpiroz y Álvaro Pereira eran estudiantes del ISEF.
Rodrigo Goicoa era estudiante de Facultad de Psicología. Pedro Arjona era estudiante de Trabajo Social de la
Facultad de Ciencias Sociales. Ignacio Cáceres era egresado de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales.
ÍNDICE
Prólogo
Gonzalo Pérez Monkas (ਨਲਤਥ / Jorge Burgell (ਮਭਥਨ ..................................... 7
Presentación
Líber Benítez ................................................................................................. 12
Introducción ................................................................................................. 18
'HORVIXQGDPHQWRVGHODFUHDFLyQGHODਢਭਡਥ ............................... 27
)~WEROLQIDQWLO\SURIHVLRQDOL]DFLyQXQDFXHVWLyQGHWUDGLFLyQ ........ 29
(OI~WEROLQIDQWLO\VXDQFODMHWHUULWRULDOQRWDVGHVGHODKLVWRULD
cultural ........................................................................................................... 33
0LUDQGRKDFLDGHODQWH ............................................................................. 37
$OWHULGDGHQHOI~WEROLQIDQWLO¢FyPRVHSURGXFHXQRWUR" ...................... 41
'HSRUWH\FODVHVRFLDOHQWUHORSRSXODU\ORDULVWRFUiWLFR ............... 44
/RSXURORREVFHQR\HOGHVHFKR.................................................... 48
3URSXHVWDVGHSURIXQGL]DFLyQ ......................................................... 56
/RVMXJDGRUHVVHOHFFLRQDGRVHQHOI~WEROLQIDQWLOXUXJXD\R\VX
entorno .......................................................................................................... 57
5
Capítulo 3 - Prácticas de enseñanza en el fútbol infantil
Federico Wainstein, Gabriela Rodríguez....................................................... 61
4XpGHSRUWHVHHQVHxDHQHOI~WEROLQIDQWLO\HQTXpPDUFRV ................. 66
3UR\HFFLRQHVGHVGHHOHMHGHHQVHxDQ]DGHOI~WEROLQIDQWLO .................... 74
&DStWXOR&RQVLGHUDFLRQHV¿QDOHVDPRGRGHSXQWDSLpLQLFLDO
Líber Benítez, Gonzalo Pesce ....................................................................... 79
6
Prólogo
En Uruguay todos los fines de semana un grupo de niños y –cada vez más– niñas se
encuentran a jugar un partido de fútbol por el cuadro de su barrio. Para algunos/as es el
comienzo del sueño de ser jugador/a de fútbol, para otros es la posibilidad de encontrarse
con los/as amigos/as y, para muchos otros es el único lugar de esparcimiento en la semana.
Para otros/as el fútbol infantil también es la cantera inagotable, el semillero del fútbol
profesional, donde empieza la carrera un/a jugador/a. Son múltiples las valoraciones y
discursos que circulan en torno al fútbol infantil en Uruguay. Y también son múltiples las
ambigüedades y tensiones que provoca la concentración de instituciones e
institucionalidades haciendo del fútbol infantil uno de los fenómenos más populares del país.
Si el pueblo –dice Agamben (2010)– puede identificarse como aquel sujeto que en un
sistema democrático es el que gobierna o aquel que debe ser gobernado por el soberano
elegido por ese mismo pueblo, también puede ser aquel al que permanentemente se lo
excluye del gobierno porque se lo oprime, se lo margina o se lo vulnera. En este sentido el
fútbol es una práctica popular en la medida en que se mete en la sensibilidad de gran parte
de la población (adultos/as, niños/as, jóvenes), pero al mismo tiempo los y las excluye por
un criterio de selección que solo implica a aquellos niños y niñas con las habilidades y
condiciones corporales óptimas para continuar una carrera hacia la profesionalidad, en un
escenario desigual en términos sociales, económicos, culturales y políticos. Incluso suele
hacerse alusión a la posibilidad de la movilidad social a partir del esfuerzo individual. No
obstante, su popularidad se mantiene vigente. En tiempos en los que la participación
ciudadana enfrenta notorios obstáculos para su amplitud, los clubes de fútbol infantil
resultan un caso paradigmático en tanto –aún con muchos esfuerzos– mantienen un nivel
de funcionamiento sin fines de lucro. Se trata de instituciones (muchas veces grupalidades
sin institución) que forman parte de la tradición de un barrio, que logran una unión y un
espacio de encuentro como pocas instituciones. No obstante, su tradición también lo
conecta con aquella distinción moral de principio del siglo XX, y amparada en el
conocimiento científico de la época, que no permitía la participación de las mujeres en
prácticas deportivas. Esto ha marcado a tal punto que recién en los últimos años comienzan
a visualizarse experiencias interesantes en las que juegan niños y niñas en un equipo o las
mujeres mantienen un rol fundamental en la gestión y dirección del club. Por ello, el fútbol
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infantil resulta ser uno de los lugares donde las disputas de género tienen una fuerte
expresión a problematizar.
Por lo expresado, entiendo pertinente destacar la iniciativa del Grupo de Estudios Sociales y
Culturales sobre Deporte2 (Gesocude) por el acuerdo con la Organización Nacional del
Fútbol Infantil (ONFI) en la creación de un Observatorio sobre el Fútbol Infantil que se
propone analizar, sistematizar, producir conocimiento y generar insumos para evaluaciones,
concretando así una fuerte articulación entre la universidad y una política en torno al
deporte infantil imposible de ser entendida fuera de los componentes social, cultural y
barrial. De esta manera, el Gesocude logra dos grandes aspectos para nada menores: en
primer lugar, poner a dialogar el pensamiento académico con el deporte, vínculo que
Norbert Elías (1992) dejó en evidencia en su texto El deporte y el ocio en el proceso de la
civilización, de la década de los setenta, cuando la sociología discutía el carácter científico
del deporte. Se trata de un libro revelador por diversas razones: a) porque logra exponer las
relaciones entre el juego y el deporte que, si bien es cuestionable la perspectiva
evolucionista del estudio, aporta algunas pistas para comprender su distinción, entre ellas la
importancia de la «reglamentarización» y su tendencia universal y homogénea; b) la
configuración de un umbral de violencia que se remite a las posibilidades de una cultura; c)
la emoción como elemento central en los estudios sobre el ocio; entre otros aspectos. En
segundo lugar, el Gesocude pone de manifiesto ya no una representación de la sociedad a
partir del deporte, sino un marco de solidaridades articuladas que no pueden entenderse en
forma aislada y ahistórica. Estos dos aspectos resultan sustanciosos para comprender las
historias de un barrio, sus emociones, la forma y el modo en el que se participa, sus
disputas, así como los lugares que asume la niñez en una sociedad.
2
El Grupo de Estudios Sociales y Culturales sobre Deporte (Gesocude) se conforma por miembros de diferentes
servicios universitarios de las diferentes regionales de la Udelar y con docentes extranjeros que –a nivel
nacional, regional e internacional– se proponen abordar el deporte como fenómeno social y cultural en base a
una triple agenda: académica/política/comunicativa. El Gesocude mantiene un anclaje administrativo en ISEF –
Udelar– en el departamento académico de Educación Física y Deportes.
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del campo de luchas de lo político. Es a raíz de ese reconocimiento que lo académico no
puede desconocer sus efectos de poder y deslegitimación de otros saberes, y así colocarse
en un rol de problematizador, con una clara búsqueda de profundizar lo democrático, y en
detrimento de las lógicas del capital donde el mercado naturaliza las distinciones de clase,
raza y género.
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En el encuentro
Que la Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI) facilite y agradezca una mirada
externa, calificada e implicada en la temática del deporte en la infancia debe verse como un
logro colectivo muy importante. Debe saludarse este encuentro entre el pensamiento y el
accionar académico con el deporte, en general, y con el fútbol infantil, en especial. Se trata
de un diálogo pertinente que resultará muy productivo. Mentamos en este prólogo la
iniciativa del Grupo de Estudios Sociales y Culturales sobre Deporte (Gesocude) y el
acuerdo producido con la Organización Nacional del Fútbol Infantil (ONFI) creando un
Observatorio sobre el Fútbol Infantil. De ese diálogo deberán surgir resultancias positivas
divididas entre acuerdos y enfoques diversos. Y también servirá si hay desacuerdos. Hasta
la opinión adversa habrá sido útil si el camino recorrido ayudó a problematizar lo que se
entendía como inmutable o si, por el contrario, se refuta el pensamiento cuestionador
porque no ha convencido. El observatorio producirá, seguramente, una mirada abarcadora
que analice el fútbol infantil como un fenómeno social, cultural y deportivo. Analizará la
situación existente y apuntará a colaborar con su mejoramiento o su transformación posible.
En las «consideraciones finales» se establece, con acierto, que «en el eje dialógico se
presenta a su vez un doble desafío. El de favorecer los diálogos en la construcción de
conocimientos sobre el fútbol infantil. Y, por otro lado, el de generar espacios en los que
esos conocimientos se puedan debatir y discutir entre los diferentes actores que configuran
el fenómeno». El documento nos dice que el observatorio «puede considerarse como una
herramienta que permitirá pensar nuevas hojas de ruta del fútbol infantil en el Uruguay». En
esa dirección cabe anotar que se necesitará precisar más las llamadas «dinámicas
profesionalistas del deporte» que llegan más que nada desde fuera de la organización del
fútbol infantil e impactan en el entorno familiar lo que no siempre queda expresado.
También habrá que definir con más claridad el concepto de «semillero» que apunta al
destino futuro de algunos/as de los/as niños/as, objetivo no privilegiado, no buscado, pero
que naturalmente se da, en muchos casos, al llegar a la edad del fútbol juvenil. Ese tránsito
a otra «categoría» se está dando cada vez más gradualmente (en el interior, en las ligas
más grandes, en baby, o sea, quienes cumplen 13 años, se juega con 11 integrantes en
cancha, y también existe una edad compartida entre ONFI, OFI y/o AUF). Y se deberá
dilucidar si el concepto de «semillero» es equivalente a «prepararse para...». La gestión
deportiva orientada al rendimiento/resultado también es –obviamente– tema de esta
publicación. Es altamente arriesgado, por lo discutible o lo parcialmente compartible, un
pasaje de las «conclusiones» del trabajo. Allí se propone «modificar radicalmente la
estructura competitiva, eliminando las finales y los campeones nacionales. No es necesario
tener campeones si el fin de la organización, que pertenece a una órbita estatal, es la
inclusión social y no la estratificación deportiva. La motivación de juntarse a jugar al fútbol
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debe ser juntarse a jugar al fútbol y no ser una fábrica de campeones (algunos) y
perdedores (muchos), impostando este modelo como único posible...». Se puede derivar
entre la sorpresa y el aplauso ante la lectura de esta proposición. El asunto de lo
competitivo habría que trabajarlo más allá de las posibilidades drásticas. Un apunte sobre la
integración de las niñas a la práctica del fútbol infantil. Hablamos de un fenómeno (niñas
que convierten en mixtas las categorías de varones o niñas que juegan en equipos de niñas
ante otros iguales) que está lejos de alcanzar los 20 años de existencia. En algunos pasajes
se plantea el hecho como una sentencia definitiva. Eso esconde la realidad que es la del
crecimiento permanente desde el año 2005 hasta la actualidad. Algunos datos, todos en
tendencia de alza: más de 160 de los 600 clubes tienen categorías de niñas, un tercio de las
65 ligas tienen torneos internos de niñas, la cantidad de niñas en todo el país supera las
5.000 o sea el 10% del total sin tener debidamente contabilizadas las niñas que juegan en
todas las categorías en el mixto, pero allí también es notorio el crecimiento ya anotado
como característica fundamental. Finalmente, puedo decir que en el pasaje de
«Proyecciones posibles» se propone la ejecución de proyectos de trabajo estudiantil en el
marco de prácticas docentes y pasantías con anclaje en el observatorio. Creo que esta
acción sería de mutuo apoyo. Estoy seguro de que, dentro de un trabajo formativo
estudiado, colectivizado y estructurado, los estudiantes avanzados de la Licenciatura de
Educación Física y los entrenadores deportivos en formación harían un gran aporte desde
dentro de ONFI. A su vez, al mismo tiempo podrían hacer aportes a la deliberación y el hacer
que propone el observatorio en marcha. Concluyo saludando al Observatorio sobre el Fútbol
Infantil, ya más realidad existente que proyecto, y les insto a seguir ofreciendo productos de
tanta riqueza intelectual y tan provocadores como el aquí presentado.
Jorge Burgell
Entrenador y periodista
Vicepresidente de ONFI con atención hacia el Departamento de Niñas (2019)
11
Presentación
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Esta doble universalización, por momentos, genera un ocultamiento de las posibilidades de
abordaje del fenómeno «fútbol infantil» que quedan por fuera de los polos opio de los
pueblos vs. panacea. El proyecto, que deja sentadas las bases para la consolidación del
observatorio, se propuso encontrar un lugar de ejercicio reflexivo entre ambos, optando por
el análisis de las diferentes aristas configurativas del fútbol infantil que excedan los polos
reductivistas del fenómeno.
Este esfuerzo colaborativo presenta un estado de situación del fútbol infantil desde las
posibilidades que nos brindan los estudios sociales y culturales del deporte, del que se da
cuenta en el presente trabajo de sistematización. Se pudo sostener por una coyuntura de
mutuo acuerdo entre los integrantes del Gesocude y la ONFI. Desde allí, se marca la
importancia que tiene la sistematización, la investigación y la ejecución de prácticas
creativas en el marco de una política pública con alto impacto. Esta nuclea a casi un tercio
de la población infantil comprendida entre los 6 y los 13 años de edad a nivel nacional y
pretende para ello posicionarse como una política social más allá de las dinámicas
profesionalistas del deporte que cuentan con el proceso del fútbol infantil como origen
constitutivo de su semillero deportivo. Esta tensión es parte de las dinámicas con las que la
ONFI tiene que dialogar constantemente para poder pensarse como articulación de dos
nuevos polos discursivos, a saber: el de la política social de carácter deportivo y la gestión
deportiva orientada al rendimiento-resultado. Esta nueva tensión tiene su relación con la
doble universalización mencionada anteriormente, y se expresa en las formas en las que
son tenidas en cuenta la particularidad y la universalización.
13
que configuran la práctica del fútbol infantil no son neutrales, tienen efectos en los cuerpos,
a la vez que son parte de una construcción cultural que los excede en tanto individuos
ejecutantes. Los efectos de tales relaciones, los ensambles de lo social en una práctica tan
popular y massmediática como el fútbol, no pueden ser obviados al momento de pensar la
política estatal que pretende regularlo. Porque allí, en el ejercicio de gobernabilidad, nace la
posibilidad de una formación discursiva que integre prácticas orales y de movimientos
corporales que dan cuenta de relaciones de poder, siempre presentes. Mientras exista la
necesidad de gobernar, va a existir la necesidad de una búsqueda –siempre contingente–
de la mejor forma de hacerlo y claro está de definir qué significa ello, de acuerdo a las
ópticas en las que nos podemos posicionar.
Podemos decir entonces que el marco desde el que nace la propuesta del observatorio
tiene una triple agenda que el Gesocude y la ONFI se propusieron transitar (previo y durante
el proyecto). La tríada se compone por a) una agenda política, que supone analizar los
intereses que se generan en el deporte, desde que formas se proponen dirigirlo, y que
acciones terminan siendo ejecutadas y practicadas por un otro ajeno al que les dio origen;
b) agenda comunicativa y mediática, desde la que se pretende incidir –a partir de la
reflexión en torno a cómo se aborda la exposición del deporte como espectáculo de masas,
los intereses comerciales y la forma en que se exhiben los cuerpos deportistas– en una
forma de comunicar y presentar los diálogos y debates respecto al fútbol infantil; c) una
agenda académica que propone, desde la problematización de las perspectivas existentes,
la posibilidad de generar nuevas formas de ser y hacer deporte en y con el mundo
denominado infantil.
Ahora bien, ¿qué sería un observatorio del fútbol infantil? Si bien no hay un cerramiento
último en torno al concepto o funcionalidad de lo que puede denominarse un observatorio,
en este caso un observatorio social, es importante destacar algunas ideas que configuran
14
nuestro contexto. A partir de una revisión documental realizada por Moreno y Castellano
(2015) que da cuenta de las finalidades y posibles conceptualizaciones de un observatorio,
lo podemos tomar, para la idea que se propone llevar adelante, como un espacio enfocado
a elaborar y difundir información fiable, de interés y oportuna para quienes configuran el
recorte de acción del mismo (Moreno y Castellano, 2015). Decidimos que este se mantenga
en un diálogo fluido que permita pensar los ejes de acción sin contraponer ni superponer
roles.
Esto no podría ser pensado sin el apoyo de la ONFI. La apertura que se ha mantenido desde
la organización durante todo el proceso de trabajo permite que, al día de hoy, podamos
pensar en una táctica de trabajo colectivo y de sumatoria de actores y esfuerzos que
posibiliten este escenario tan favorable para pensar en un fortalecimiento de la política
pública sin confundir tareas. Es decir, la mesa ejecutiva como referente de la organización
va a ser la que siga tomando las decisiones de la política pública respecto al fútbol infantil.
La UdelaR mantendrá la autonomía para generar líneas de trabajo que desde una
perspectiva de integralidad de las funciones universitarias puedan desarrollarse de forma
más articuladas por las dinámicas de trabajo compartidas año a año. Y en resumen, desde
el diálogo entre los diferentes actores que configuran la ONFI con aquellos que hoy integran
el Gesocude (abierto a aquellos que entiendan pueden aportar a la reflexión) sobre el
fenómeno del fútbol infantil en el Uruguay, poder generar líneas de acción que pongan el
foco en el fútbol infantil y los actores centrales, aquellos que a veces parecen estar
llamados a ser los actores de la ficción de una práctica que es imposible de ser pensada por
fuera de la mímesis del fútbol profesional. Esto no significa que no pueda modificarse, ni
siquiera debería mantener una connotación negativa. Simplemente debería ser reconocida
como parte configurante del fenómeno para poder ver qué papel cumple cuando se
pretende dirigir el fútbol infantil o la infancia.
El observatorio, que hoy cuenta con una sistematización y presentación del estado de
situación del fútbol infantil construido para su puesta en marcha, puede considerarse como
una herramienta que permitirá pensar nuevas hojas de ruta del fútbol infantil en el Uruguay.
Nuevas, pero retomando las tradiciones y los diálogos con sus actores para pensar sus
sentidos educativos. Y a su vez nuevas, en el sentido que permitan crear, repensar y
transformar en base a la reflexión de dichas tradiciones, espacios de participación de
actores, que deberían ser centrales en la propuesta y por momentos quedan reducidos a
ser el fundamento de las acciones del mundo adulto que regula y toma decisiones en el
fútbol infantil. De esta forma podemos plantear algunas interrogantes que pueden orientar
los procesos que a futuro desarrolle el observatorio del fútbol infantil. ¿Cuáles son los ejes
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centrales por los que la política social transita desde su creación a la fecha? ¿Qué
elementos se desprenden del discurso oficial a lo largo de la gestión CNBF-ONFI? ¿Qué tipos
de procesos de inclusión y exclusión aparecen en el marco del impacto de la política
vinculada al fútbol infantil? ¿Qué marcos referenciales podemos configurar para
comprenderlos? ¿Qué prácticas se desarrollan en el marco de la enseñanza del fútbol
infantil y desde donde se fundamentan? Proponemos profundizar las respuestas a las
preguntas realizadas desde la producción de conocimiento respecto al fenómeno del fútbol
infantil desde prácticas de enseñanza, de extensión, de investigación y espacios de debate,
diálogo e intercambio con la mayor cantidad de actores posibles que hoy son parte esencial
del fútbol infantil.
Líber Benítez
Lic. en Educación Física
16
Mag. en derechos de infancia y políticas públicas
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Introducción
El proyecto denominado «Hacia la conformación del primer observatorio del fútbol infantil»
fue evaluado y financiado por la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio
de la Udelar en la convocatoria «Fortalecimiento de trayectorias integrales» del año 2017 y
se ejecutó a lo largo del 2018 y principios del 2019. Se contó al momento de la presentación
del proyecto con el apoyo de la Organización Nacional del Fútbol Infantil (ONFI), desde
diferentes anclajes. En primer término, el proyecto fue presentado en diálogo con actores de
la división técnica de ONFI y con el apoyo de la mesa ejecutiva de la organización. Además
se contó con el apoyo inicial de algunos clubes y actores con los que veníamos trabajando
previo a la presentación del proyecto.
Como queda planteado en el título del proyecto, el objetivo principal buscó sentar las bases
para la conformación del primer observatorio del fútbol infantil en el Uruguay en tanto
política pública, fenómeno social y cultural. Para ello, se propusieron tres ejes de abordaje4
que integraron tareas de enseñanza, investigación y extensión universitaria, con la finalidad
de realizar (en diálogo con los actores que configuran la ONFI):
A - un estado de situación del fútbol infantil en tanto política pública y fenómeno social y
cultural que convoca a más de la cuarta parte de la población infantil del país.
B - informes y materiales que puedan ser tomados como insumos y generar asesoramientos
a la política pública en torno a la práctica del fútbol infantil.
C - acciones en conjunto que viabilicen la puesta en marcha de un observatorio del fútbol
infantil y su consolidación.
Es así que desde la coordinación del proyecto se propone producir este informe como parte
de los resultados en los que puedan visualizarse las tareas, las formas de trabajo y los
principales aportes y resultados de cada uno de los ejes temáticos abordados. El proceso
permitió el diálogo del Gesocude con los actores responsables de la política pública
4
1 - Fútbol infantil, política social e historia cultural; 2 - Procesos de inclusión y exclusión en el fútbol infantil; 3 -
Prácticas de enseñanza en el fútbol infantil.
18
respecto al fútbol infantil (Mesa ejecutiva de ONFI) y desde allí se realizó un diálogo directo
que involucró a niños y niñas, adultos referentes, orientadores y orientadoras de fútbol
infantil, dirigentes, etc. En este sentido, se realizaron actividades en diferentes
departamentos del país y se participó de diferentes escenarios donde el fútbol infantil se
hace presente: campeonatos nacionales, partidos por campeonato y amistosos de ligas,
prácticas de clubes y encuentros organizados por la ONFI.
El equipo del proyecto que dialogó durante todo el proceso con la mesa ejecutiva de la ONFI
y con actores por ella designados, eligió para profundizar los siguientes ejes temáticos:
Mirar al fútbol infantil en tanto agencia social y en tanto política social demanda la
comprensión de su constitución histórica como institución y como estructura. Analizar los
procesos iniciales de institucionalización del fútbol infantil desde la creación de la Comisión
Nacional de Baby Fútbol es una de las preocupaciones centrales. Visualizar qué miradas
pueden emerger más allá de la mirada oficial (desde los actores presentes) es otro de los
intereses de este eje. Por lo que llevó a separar el eje en dos subejes.
El anclaje territorial de los clubes en relación a los barrios en los que se ubican sus espacios
de desarrollo de la práctica. Se propone trabajar con los actores directos de ocho clubes
con la intención de cubrir también desde la historia elementos que van más allá del discurso
oficial.
En este eje se intentará organizar lo concerniente a los diferentes marcos teóricos que
suponen o sostienen procesos de selección en el fútbol infantil. Entran en juego de este
19
modo, diferentes áreas de conocimiento vinculadas a las ciencias humanas y de la
educación, ciencias sociales y ciencias biológicas, en el campo del deporte. Los subejes
definidos son:
En este subeje se propone una revisión bibliográfica en torno a tres variables: género, clase
e identidad. Está fundamentada en torno a la idea que en el fútbol infantil hay una serie de
fuerzas coercitivas tendientes a moldear las elecciones de los individuos, y por lo tanto las
formas de ser y cómo consumir deporte. Interesa en definitiva, analizar los significados que
el fútbol infantil adopta en el marco de las relaciones humanas que se configuran en el
fenómeno. Emerge, en primer lugar, la posibilidad de pensar al campo del deporte como
campo de productos deportivos (actividades, entrenamientos, creencias, apuestas, etc.). Y,
en segundo lugar, emerge la necesidad de estudiar cuáles son las condiciones sociales que
posibilitan las apropiaciones de estos productos deportivos, analizando la producción de su
demanda y cómo la gente adquiere el gusto por ellos (Bourdieu, 1993).
Este sub eje se planteó estudiar qué ocurre con los/as jugadores/as considerados como
talentos o seleccionados para disputar competencias de mayor nivel dentro del fútbol
infantil. Se parte de la hipótesis de pensar el fútbol como un deporte que tiene un espacio
en la edad adulta que es atractivo para muchos/as por lo que implica desde el punto de
vista del reconocimiento social. En este sentido pensar el contexto de los/as jugadores/as
de selección y en los elementos que son tenidos en cuenta para su selección se tornan
datos de interés para pensar el fútbol infantil. Recordemos que los campeonatos nacionales
de la ONFI, tienen como antecedentes históricos aquellos realizados incluso antes de la
creación del ente rector CNBF en el 1968.
Este eje aborda los elementos y objetos referentes a las miradas de la enseñanza en el
fútbol infantil, haciendo foco, por un lado, en la formación de orientadores y actores
responsables de los clubes y ligas del fútbol infantil y, por otro, en la formación brindada a
niños y niñas en el fútbol infantil en los entornos de prácticas y partidos.
En la siguiente tabla se esquematizan los ejes temáticos abordados con sus respectivos
objetivos, metodologías utilizadas y un adelanto de los principales resultados:
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Ejes de Objetivos Metodología - Resultados (R)
análisis
El fútbol Presentar el recorrido Análisis de fuentes primarias con afectación desde una
infantil en de la política del perspectiva del análisis del discurso
tanto fútbol infantil desde
preocupación la creación de la R: Digitalización de documentos oficiales de la CNBF -
estatal CNBF a la actual ONFI ONFI. Finalización de tesis de grado respecto a la política y
en lo que respecta a sus impactos. R: Tesis de posgrado sobre los conceptos
intereses de gobierno de deporte y de infancia en la organización desde su
y presentar qué creación. R: En los documentos oficiales analizados, a lo
deporte se propone largo de la historia de la CNBF-ONFI se visualizan tres
desde el discurso preocupaciones invariables: 1- La organización de
oficial a partir de campeonatos nacionales y el mejor control de los locales
ellos. por ligas; 2- Los reglamentos de juego para esos
campeonatos y la búsqueda de justicia al momento de
Recopilación de medir resultados deportivos posibles; 3- La designación
documentos que de presupuesto para campeonatos nacionales y partidos
puedan ser fuentes de fútbol. Estos tres puntos en 1968 oficiaron no solo para
de futuras regular la infancia sino para controlar a las familias de los
investigaciones niños que participaban en el «baby fútbol».
respecto al fútbol Paradójicamente hoy son la posibilidad de estar en
infantil. tensión con la globalización FIFA en el mundo fútbol. Los
sponsors o ingresos privados de la organización son
utilizados básicamente en sostener campeonatos en los
que se generan tensiones en la forma de organización. R:
Polarización entre estatizar el fútbol infantil y la
deportivización del Estado. R: No se visibilizan espacios
de participación para los niños y niñas que configuran el
fenómeno. Se limitan desde el discurso oficial a regular el
espacio deportivo y son los orientadores técnicos quienes
terminan siendo el vínculo directo con los niños y niñas.
R: Mímesis de mímesis. El fútbol infantil pareciera seguir
los pasos del mundo adulto en sus modos, sus formas, y
la referencia que indudablemente supone el fenómeno
global. R: Es un movimiento que según los datos
sistematizados comprende un entorno a la práctica del
fútbol una participación de más de 100.000 personas por
fin de semana (jueces, orientadores, dirigentes, padres y
familiares, etc.). R: No se evidencian acciones concretas
para poner en el marco de prácticas de enseñanza,
elementos que vayan más allá de los técnicos y tácticos
que parecieran delimitar una lógica interna del fútbol.
21
Marcos para Generar un marco Revisión bibliográfica
pensar los referencial para Observación participante
procesos de futuras R: El 89% de niñas y niños opta por una profesión que
inclusión/ investigaciones en nada tiene que ver con el fútbol infantil. Asesoramiento de
exclusión en base a tres ejes: acciones concretas a la política pública. R: La gran
el fútbol mayoría de los niños y niñas que fueron observados en
infantil – clivajes de clase prácticas y partidos visten indumentarias deportivas de los
– género grandes héroes del fútbol uruguayo y mundial. R: Las
– identidades. niñas jugando en los clubes que mantienen categorías
mixtas pocas (se evidencia además en el porcentaje de
niñas respecto al total de fichados en el fútbol infantil).
También son inferiores los clubes de niñas y las ligas que
mantienen esos espacios no lo generan con todas las
categorías (generalmente son categorías sub-13 los
campeonatos locales). Se evidencian procesos de
inclusión excluyente de las niñas en espacios mixtos de
juego y pocos espacios de competencia para los equipos
de niñas registrados en la organización (vale aclarar que
es un problema reciente el de las niñas en el fútbol y que
viene de la mano de la regulación FIFA más que de una
apuesta por los derechos del niño). R: Las problemáticas
económicas en los clubes con integrantes de menos
recursos terminan siendo reflejadas en las formas de
organización de cada directiva (los problemas sociales
fueron para los clubes de menores ingresos la posibilidad
de contar con espacios de referencia para ellos, mientras
en los clubes con mejores ingresos las personas que lo
integran ven al club como un espacio de cuidado de los
riesgos que se encuentran en la calle, vinculado a los
problemas de seguridad).
22
actualización técnica. replicados con los niños. En las observaciones realizadas
En la cancha a nivel los ejercicios analíticos son los que predominan en los
de prácticas y espacios de práctica. Desde los 5 a los 13 años.
partidos. R: «En la cancha se entrena; afuera se juega» es la
mirada que emerge de los técnicos con los que
compartimos espacios de charlas y entrevistas. En cuanto
a las formas de enseñanza la repetición de los ejercicios
aparece como elemento central y reiterado en los
diferentes contextos y clubes donde se realizaron
observaciones. Solo en dos de los espacios observados
los juegos eran parte de la dinámica de práctica o entrada
en calor de los partidos.
R: No se evidencian acciones concretas para poner en el
marco de prácticas de enseñanza, elementos que vayan
más allá de los técnicos y tácticos que parecieran
delimitar una lógica interna del fútbol.
R: Los aspectos psicológicos manejados en los cursos
técnicos, al momento de pensarlos en prácticas y partidos
aparecen en función del resultado deportivo y no en
marco a los sujetos practicantes.
El presente informe nuclea: un resumen de los análisis realizados en cada eje temático,
un detalle de las metodologías utilizadas por cada eje abordado en el proyecto y los
principales resultados alcanzados, así como también, posibles proyecciones desde cada eje
que pueden ser tomadas en la puesta en marcha del observatorio (capítulos 1, 2 y 3, que
abordan cada uno su eje respectivo).
En segundo lugar, se propone compartir una reseña del manejo de datos cuantitativos y las
proyecciones que se habilitan a partir del trabajo realizado con ellos (capítulo 4).
En el capítulo 5, se proponen consideraciones finales que, más que eso, configuran el punto
de partida del trabajo de un observatorio del fútbol infantil a consolidarse en diálogo con los
actores con los que se articuló el proyecto.
23
Capítulo 1
25
Capítulo 1 - Fútbol infantil, historia cultural y política social
El presente capítulo es producto del trabajo realizado por el eje temático que le da nombre.
En primer lugar, se propone un recorrido desde la creación de la Comisión Nacional de
Baby Fútbol (CNBF) a la actual Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI), identificando
las principales discusiones y tensiones que predominan en el discurso oficial del fútbol
infantil. Para ello se trabajó en la recolección y análisis de documentos oficiales entre los
cuales se encuentran: actas de la Comisión Nacional de Educación Física (CNEF), Ministerio
de Deporte y Juventud, y Ministerio de Turismo y Deporte (Libros de actas desde 1960 a
2015); leyes y decretos vinculados a la creación y cambios organizacionales y estructurales
de la actual ONFI (Decreto 635/968 y Decreto 81/001, Ley Nº 3.798 Creación de la CNEF y
los juegos atléticos en 1911, Ley Nº 18.833 Fomento del deporte en 2011); estatutos que
mantuvieron vigencia desde la CNBF a la actual reglamentación de funcionamiento de la
ONFI (1968, 1988, 1995, 2001-2005, 2015); actas de congresos nacionales de ligas que
pudieron recuperarse desde 1968 a la fecha y actas de la mesa ejecutiva CNBF-ONFI que
fueron encontradas en dicho lapso de tiempo.
A partir del análisis de estos documentos se proponen algunas continuidades y rupturas que
permiten pensar el recorrido de la organización. De esta forma conocer, proyectar y
repensar las futuras y posibles acciones de los actores que configuran el fenómeno del
fútbol infantil desde su gobierno entendiéndolo parte de su práctica. El período analizado
comprende desde el año de creación de la CNBF, en el marco de la CNEF en 1968, hasta el
año 2015 cuando la ONFI pasa a la órbita de la Secretaría Nacional del Deporte de la
Presidencia de la República.
Los principales resultados son propuestos a partir de los dos subejes abordados y para
cerrar el capítulo se proponen algunas líneas de proyección, tanto de acción, como de
posibles temas a ser profundizados a partir de un primer estado de situación en torno al
fútbol infantil, la historia cultural y la política social.
26
1.1 La estructura que sostiene el fútbol infantil: Aproximaciones desde los
documentos oficiales en el devenir histórico del baby fútbol-fútbol infantil
El fútbol infantil (FI) en el Uruguay es denominado popularmente baby fútbol (BF)5, esto se
debe a su configuración y tradición histórica. Aparece bajo la regulación estatal en el año
1968 en el marco del Decreto 635/968, con el que se crea la CNBF, que depende de la
6
CNEF . Los diferentes procesos y movimientos sociales, culturales y de estructuras estatales
hacen que en el 2001 pase a nombrarse ONFI, acompasándose a un lenguaje que refiere
mejor a la franja etaria que convoca (niños y niñas entre 6 y 13 años de edad). Este cambio
coincide en el tiempo con la creación por Ley N° 17.243 del 29 de junio de 2000, de la
Dirección Nacional de Deporte en el marco del Ministerio de Deporte y Juventud
(actualmente inexistente), que toma dentro de las funciones la referencia de la ONFI y las
tareas que la CNEF mantenía como órgano regulador del deporte, la educación física y la
recreación en el país (2001-2005). Actualmente, luego de un pasaje por el Ministerio de
Turismo y Deporte (2005 - 2015), se mantiene en la órbita de la Secretaría Nacional de
Deportes (SND) creada por Ley N° 19.331, proclamada el 20 de julio de 2015 (y que propone
a la SND en relación directa con la Presidencia de la República).
1- La fuerza para la creación de la CNBF tiene que ver con la idea de organizar lo
desorganizado, de ordenar lo desordenado, de homogeneizar una práctica con el
fundamento de la infancia descuidada, y de la familia de los niños que lo practicaban de
forma desorganizada que ponía en riesgo al futuro del país, sus niños. Esto lo podemos
decir porque a la CNEF llegaban pedidos de materiales constantemente para la práctica del
BF desde diferentes clubes o cuadros de barrio que solicitaban pelotas, redes, arcos y el
lugar de referencia era la CNEF. Los fundamentos por lo general, tanto del pedido, como los
utilizados para la aprobación del mismo por parte de las autoridades de la comisión,
5
La distinción entre FI y BF va a ser utilizada para diferenciar los períodos de la estructura organizacional del
ente rector. BF (1968- 2001 bajo la rectoría de la Comisión Nacional de Baby Fútbol - CNBF) y FI (2001-2015 bajo
la denominación Organización Nacional de Fútbol Infantil-ONFI).
6
Creada en el 1911 por Ley Nº 3.798. Hacer referencia a esta ley desde el análisis responde a la oportunidad de
visualizar la idea de deporte y sus fundamentos en esta época como un punto inicial en el proceso de
institucionalización deportiva en el país.
27
estaban claramente relacionados con la humildad o pobreza de los solicitantes, de la obra
que estaban haciendo para los niños de los diferentes contextos desde donde se solicitaban
los materiales; y con una línea de continuidad que se mantiene desde la creación de la CNEF
hasta la actualidad: la salud vinculada a la práctica deportiva (CNEF, 1960-1968 - Libro de
Actas N° 69 al 79).
Podríamos decir que la idea de un cuerpo sano y una moral particular comienzan a ser
articuladas bajo la forma de una política pública vinculada al deporte infantil, más
específicamente al fútbol infantil, como forma de gobierno de los niños y de las familias que
en torno a ellos existe (CNEF, 1968-Libro de Actas N° 82). Este eje, entendemos, se vuelve
central si analizamos el contexto histórico y político de tensiones sociales en el marco del
denominado período predictatorial (Rico, 2005).
Así como también se hace presente la idea de la urbanización y la falta de lugares para la
práctica (Bayce, 1983) de un deporte que en términos del BF mantiene hasta el día de hoy
una relación indisociable con el fútbol como fenómeno global.
28
1.1.2 Fútbol infantil y profesionalización, una cuestión de tradición
Podemos encontrar entonces, una relación desde los inicios del ente rector del BF con el
fútbol profesional. O mejor dicho una relación del fútbol profesional con el fútbol infantil
antes de la institucionalización estatal de este último. A tal punto que en las actas de la
CNEF y como parte de los discursos generados en el marco de su primera designación y
toma de posesión de los cuadros dirigenciales, se hace alusión a la AUF de los niños cuando
se hace referencia a la CNBF en torno a sus tareas y cometidos (CNEF, 1969 - Libro de
Actas N° 83; Acta N° 69: 12 de marzo de 1969). Esta relación a lo largo de su recorrido y a
pesar de los diferentes marcos organizacionales parece estar siendo cada vez más
presente en lo que refiere al significado fútbol infantil. Esto puede evidenciarse en la
similitud de los resultados buscados por las federaciones deportivas con el fin de
profesionalizar o desarrollar el deporte federado y los objetivos de CNBF-ONFI como
organización y las decisiones tomadas a lo largo del período analizado por la mesa
ejecutiva y los congresos nacionales como forma de generar los lineamientos del BF/FI. En
este sentido, nos preguntamos cuál es el rol de las organizaciones barriales en el péndulo
relacional que oscila entre el desarrollo deportivo y la posibilidad de comprender el
fenómeno del fútbol infantil como una política nacional de alto impacto que encuentre
vinculación con los derechos de niños y niñas como intencionalidad gubernamental. A su
vez, debemos partir de la base, simple pero no siempre reconocida, de que no habría BF o
FI sin la existencia del fútbol como fenómeno, y este hoy es en términos globales profesional
más allá de la distinción respecto al amateur de cobrar un sueldo o firmar un contrato. Se
trata de una dinámica profesional en el entendido de orientarse bajo las mismas
preocupaciones y lógicas que cualquier profesión, a saber; la idea de hacer más y mejor,
eficiencia y eficacia relacionadas íntimamente con la idea de economía (Rigauer, 1982).
Sin embargo, lo que significó la creación de la CNBF en el marco del Estado bajo un contexto
de complejidades sociales, económicas y políticas7 fundamentadas básicamente desde un
control de niños y familias para mejorar el deporte y no lo que sucedía con la niñez (o tal
vez por medio del deporte como normalizador de conductas), en la actualidad supone la
posibilidad de comprender al fútbol infantil como fenómeno social y cultural-punto de fuga a
la globalización deportiva mundial8. Es decir la potencialidad que hoy tiene la ONFI desde el
7
En un clima en torno a las medidas prontas de seguridad nacional que desembocaron en la agudización de los
conflictos y posteriormente la dictadura cívico-militar en el 1973 bajo la presidencia de Bordaberry (Rico, 2005).
8
La idea del control de la niñez y de sus familias se encuentra directamente referenciada en la primera
configuración dirigencial de la CNBF en 1968. Se propone desde la CNEF la dificultad de trabajo que afrontará la
CNBF debido a que «sus cultores, por su actividad y edad están vinculados a los grupos familiares» por lo que la
tarea es también para con ellos y se «deberán establecer principios fijos de sometimiento» a sus
29
punto de vista organizacional es la posibilidad de tomar decisiones vinculadas a las políticas
públicas deportivas en la infancia por fuera de la órbita de la federación que regula el fútbol
(en el Uruguay la AUF) en los marcos que propone la FIFA (como ente regulador a nivel
mundial). Al menos, a nivel administrativo. Por lo que la tensión entre la tradición y los
procesos del fútbol como fenómeno mundial-globalizante y las transformaciones culturales
que puedan esperarse en y a través del fútbol infantil son constantes. Y además, polarizan
las miradas existentes entre la gestión deportiva para el rendimiento y las políticas públicas
para la infancia.
reglamentaciones en tanto se considera la autoridad de este deporte en toda la República ( CNEF, 1969 - Libro de
actas 83; Acta N° 69: 12 de marzo de 1969; PD10/85).
9
Una de estas tensiones era la del fichaje de jugadores en AUFI y en la Organización del Fútbol del Interior ( OFI)
que reducían la participación de niños en las ligas de baby fútbol y que además veían cómo se les iban los
mejores jugadores bajo la novedosa idea de parecerse aún más a los jugadores profesionales y jugar en sus
dimensiones. En los diferentes congresos de ligas, ejemplo de ello es el realizado el 16 de enero de 1993,
buscaban a través de diferentes sanciones a la AUFI y a la OFI equiparar fuerzas (CNBF, 1993 - Acta Congreso
Nacional de Ligas; 16 de enero de 1993: PD23/45) Este proceso de luchas desde diferentes puntos y con los
diferentes argumentos que por lo general recaían en el rendimiento deportivo de los clubes que competían y
usando a los niños y su libertad como fundamento, culmina con la intervención del Ministerio de Deporte y
Juventud en el año 2001 cuando se decreta la incorporación de la AUFI a ONFI como una liga particular. Allí
alguna de las salidas encontradas se veía en definiciones de la edad para poder ser fichados como jugadores de
OFI o AUF en ligas inferiores.
10
Por más información al respecto visitar la página que ofició de fuente para el dato extraído. Estructura del
organismo –SND–. Disponible en: https://www.gub.uy/secretaria-nacional-deporte/institucional/estructura-del-
organismo
30
Estas tensiones, podemos agruparlas en la idea de las diferentes formas de adultizar la
niñez o de la preparación de la infancia para el mundo deportivizado, y que la encasilla en el
grupo de los profesionales o en el de los amateurs. La misma disputa que se dio en el fútbol
adulto en la década de 1920 entre profesionalismo y amateurismo, se vivió a lo largo de
toda la historia del fútbol infantil institucionalizado estatalmente. La continuidad de esta
tensión o polarización entre amateurismo y profesionalismo solo nos conduce a una
hipótesis: hasta que no se piensen nuevas categorías fuera de las que devienen de la
tradición deportiva, el amateurismo y el profesionalismo son caras de la misma moneda
(Bourdieu, 1980). La moneda en este caso se representa en el fenómeno de
universalización y globalización del fútbol al que nos enfrentamos en la actualidad.
En este sentido, destacaremos dos puntos que tienen multiplicidad de usos y sentidos pero
que entendemos se mantienen en el discurso oficial desde la creación a la fecha que
supone el corte temporal de la investigación.
31
2 - Entre los temas particulares que podemos tomar fuera de aquellos considerados
formalidades, como son las memorias y balances de cada uno de los años aunque estos
también lo reflejan, los campeonatos nacionales no solo son el espacio que nuclea a los
niños y niñas del fútbol infantil (más allá de que no tengan espacios para poder participar en
las decisiones que los adultos toman en cuanto a formas de su desarrollo), sino que son el
eje invariable desde el primer congreso registrado en actas de la CNBF hasta la actualidad.
En este sentido podemos afirmar que una de las prioridades de la CNBF y actual ONFI está
en mantener y garantizar la realización de los mismos. Esta afirmación también puede
comprobarse en que las partidas económicas solicitadas a la CNEF en su momento, a los
ministerios correspondientes entre 2001 y 2015 y los presupuestos de la ONFI mantienen la
cobertura de los campeonatos nacionales que nunca dejaron de existir en los 50 años de
existencia de la actual ONFI11. Por lo que se podría abrir un posible tema de investigación a
futuro, que tiene que ver con las representaciones por parte de los diferentes actores
configurantes del fenómeno respecto a las funciones de la organización nacional y cuál es
el eje que desde estos se consideran centrales como líneas de acción de la organización.
Estos tres puntos en el 1968 oficiaron no solo para regular la infancia sino para controlar a
las familias de los niños que participan en el «baby fútbol», como ya fue mencionado
anteriormente.
La preocupación que emerge sobre este punto de análisis es que no se visibilizan a lo largo
de toda la historia de la CNBF-ONFI (en los documentos analizados hasta el año 2015)
espacios de participación en la toma de decisiones, ni espacios que hagan referencia a una
autonomía progresiva de los niños y niñas que participan del fútbol infantil. Si los hubiere,
no son una preocupación central de la política estatal en el período analizado.
11
Se pueden apreciar a lo largo de las actas de la CNEF registradas en libros y digitalizadas para la investigación
estas afirmaciones. Además de los balances encontrados y presentados en los diferentes congresos de ligas.
32
1.2 El fútbol infantil y su anclaje territorial: notas desde la historia cultural
12
Esto es muy perceptible cuando miramos las producciones que hay sobre historia del deporte en el Uruguay.
En general, lo que se encuentran son libros que resaltan la historia de los dos principales clubes montevideanos
o del seleccionado nacional. A excepción de algunas producciones del Grupo de Estudios del Fútbol (Grefu), no
hay muchos estudios académicos sobre el desarrollo de las relaciones entre deporte y la sociedad uruguaya
desde una perspectiva historiográfica.
13
Sobre la influencia de Edward Palmer Thompson en la construcción de la «historia desde abajo», ver:
Thompson, Edward P. A história vista de baixo, en A.L. Negro y S. Silva (orgs.) (2001). E. P. Thompson: as
peculiaridades dos ingleses e outros artigos (p. 185-202).
14
Sobre lo que se denomina actualmente historia de la vida cotidiana ver, por ejemplo: Aizpuru, P. (2006).
Introducción a la historia de la vida cotidiana. México, D.F.: Colegio de México. doi:10.2307/j.ctv47wf1b
33
La historia oral, por lo tanto, toma como principal preocupación conocer más profundamente
los aspectos que componen determinada realidad, a partir de testimonios orales que al
centrarse en recuerdos y percepciones personales construyen una visión de la dinámica del
funcionamiento y las etapas de la trayectoria del grupo social al que pertenecen las
personas priorizándolos de esta forma debido a la importancia de los hechos que se ponen
en juego por parte de los individuos (Cassab y Ruscheinsky, 2004).
No solo en el ámbito historiográfico crece la preocupación por dar voz a los distintos
agentes de la sociedad. Cada vez más entre las ciencias humanas y sociales hay una
necesidad de interrogar a nuevos actores y pensar los problemas de investigación a partir
de sus miradas, y no solo de los que proponen o ejecutan las políticas públicas. En este
sentido, se amplía la complejidad y las posibilidades de comprensión de los fenómenos, en
este caso específico, de la relación entre los clubes de fútbol infantil y los territorios en que
se insertan.
15
Se realizaron las entrevistas en dos clubes por cada departamento donde ISEF tiene sede. La intención fue
intentar llegar a dos clubes con realidades económicas diferentes para pensar en variables que a futuro puedan
ser definitorias de los criterios de selección asumidos.
16
Relato de G.G., del Club 1 de Maldonado.
34
lado, están aquellos que de pronto afirman no saber nada del club, y que pueden decir
solamente que «ha crecido mucho», que «hay compañerismo» o que algún jugador
conocido fue formado en sus canchas. Por otro lado, están los que, como fuera indicado
anteriormente, entienden que el hecho de no hacer parte del club por un tiempo muy largo
no los legitima a decir una historia del club, trasladando esta responsabilidad o este lugar
del habla a personas que estén en la institución por un período mayor. Eso se puede
percibir, por ejemplo, en la entrevista con los integrantes de la comisión directiva del «Club
1 de Paysandú», en que, cuestionado sobre la historia del club, el presidente rápidamente
pasa la palabra a la vicepresidenta, que afirma que con los «treinta y pico de años [que]
tengo [en el club] […] he visto de todo».
De la misma manera que el lugar del habla en términos de «legitimidad de la palabra» hace
que unos u otros individuos sean considerados más o menos «detentores» de la historia del
club, por otro lado, el lugar del habla también parece determinar qué es lo que se elige decir
sobre la historia del club. Lo que nos puede revelar, también, en qué sentido los clubes de
fútbol infantil se han constituido como espacios de referencias de sus territorios. Mientras en
un club de mejores condiciones económicas y más cercano del área central, el gran tema al
decir de su historia fue la cuestión de la seguridad, o sea, de cómo el club se ha constituido
como un espacio de divertimento y educación seguro para los niños (aunque la sociedad
35
haya cambiado), en la misma ciudad, un club más periférico y más lejano del área central
trató de contar su historia con un tono mucho más emocional y enfatizando aspectos que
son similares a los de las historias de los grandes clubes –el hilo conductor de la narrativa
son sus grandes hechos, los partidos en que «en el último minuto, salimos campeones»–17.
Existe preocupación por la vulnerabilidad de los participantes del club. Hay también cierta
sorpresa, por parte de los entrevistados, con la trayectoria del club, por ejemplo al decir que
«nunca pensamos que esto fue un objetivo, que una escuela se transformara en un club de
fútbol infantil y posteriormente en un club de juveniles, y posteriormente en un club de
mayores donde han estado incluidos y seguramente se vuelvan a acercar veteranos,
incluyendo seniors y masters»18. Lo que sí es un punto compartido entre todos los que
intentaron contar su versión de la(s) historia(s) de estos clubes, es la noción de
compañerismo y de unión, sea en la narrativa en que el punto central es la sensación de
seguridad que el club transmite a las familias, sea en aquella en que la centralidad se
concentró en mostrar el club como un espacio de constante superación de las dificultades.
A partir de los datos obtenidos en las entrevistas, se puede percibir indicios de que los
clubes se han constituido como espacios del barrio en términos de una sociabilidad que se
inicia en torno a la práctica del fútbol infantil y se va ampliando para otros aspectos de la
vida de estas comunidades, a veces presentando algunas particularidades, a veces
compartiendo aspectos similares. Se percibe, también, que son narrativas de una historia
dominantemente masculina: a excepción de la vicepresidenta de uno de los clubes de
Paysandú, que menciona a una niña que jugó en el club cuando hubo un equipo femenino y
«hoy podría estar en la selección uruguaya»19. En este sentido, algunas preguntas
comienzan a surgir respecto a la constitución histórica de los clubes de fútbol infantil como
espacios de sociabilidad en su relación con los territorios a que se vinculan y que, a través
de la mirada de la historia oral y de las trayectorias de vida, podrían permitir una mejor
comprensión de la compleja red que se establece entre club y barrios.
17
Relato de la vicepresidenta del Club 1 de Paysandú.
18
Relato de G.C., del Club 1 Maldonado.
19
Relato de la vicepresidenta del Club 1 de Paysandú.
36
1.3 Mirando hacia delante
Para cerrar el apartado dejamos una serie de líneas que pueden ser tenidas en cuenta para
futuras investigaciones en el área de la política social y la historia cultural que sobre el fútbol
infantil emergen en tanto fenómeno social y cultural educativo.
ƒ ¿Puede pensarse una política del fútbol infantil con espacios donde los niños y
niñas participen de forma activa en la toma de decisiones respecto al
fenómeno?
ƒ ¿Qué educación, para qué infancia, en el fútbol infantil se proponen desde las
políticas públicas?
ƒ ¿Qué tensiones se manifiestan entre lo público y lo privado en el fútbol infantil?
ƒ ¿Cuáles son las representaciones del fútbol infantil más allá de las planteadas
en los documentos oficiales?
ƒ ¿Que se enseña del fútbol en el fútbol infantil?
ƒ ¿Cómo el contexto territorial influye en la historia que se cuenta de los clubes?
ƒ ¿Hay una preocupación de los clubes en conservar su memoria institucional?
ƒ ¿Cómo el tipo de vínculo (DT; madre/padre; vecino/a; jugador/a) determina cómo
se cuenta la historia de estos clubes y de su rol en sus territorios?
ƒ Además del rol materno, ¿cómo aparecen las figuras femeninas en las historias
de sus clubes y del fútbol infantil como política social?
37
Capítulo 2
39
Capítulo 2 - Posibles marcos para pensar los procesos de inclusión y
exclusión en el fútbol infantil
Desde el 2015, parte del Gesocude se ha propuesto analizar las estructuras culturales de
macro y micropoder constitutivas del hecho deportivo, gracias a un trabajo de investigación
fundante sobre la violencia en el deporte (Bayce y Mora, 2017). Hechos deportivos barriales
en difusiones massmediáticas ocupan un porcentaje muy reducido en comparación a la
gran cantidad de entrenamientos, entretenimientos y eventos deportivos que suceden en el
mundo a otros niveles. Pero esa mirada dominante sobre el deporte recae y es reproducida
bajo ciertos modus operandi de colectivos que suelen naturalizar prácticas cotidianas como
buenas o normales. Hablaremos, en parte, del lugar en el cual árbitros, técnicos, familiares
y dirigentes, colocan a niñas y niños. Dicho de otro modo, de la predominancia
adultocéntrica y etnocéntrica en el fútbol infantil. En consecuencia, colaborar con el objetivo
general del proyecto, que apunta a organizar datos, construir algunas categorías y debatir a
partir de la temática en cuestión; a saber: el deporte en la infancia, y más puntualmente el
fútbol infantil, como hecho social y fenómeno cultural.
Se busca contribuir al debate teórico que pugna con el sentido común, sobre lo que en el
fútbol infantil sucede, para adentrarnos además en la organización de la política ( ONFI) y lo
político (lo que «sucede en la cancha»), principalmente al tomar como referencia a las
prácticas cotidianas como campo empírico. Partimos de la siguiente pregunta: ¿cómo
construir una perspectiva metodológica para investigar las identidades como parámetros de
inclusión o exclusión? En este apartado haremos énfasis en las dimensiones política y
académica (postergando levemente la agenda mediática), para problematizar aspectos que
hacen a la construcción de identidades (que involucran como definición de este equipo las
discusiones sobre género y clases sociales para el caso).
40
2.1 Alteridad en el fútbol infantil: ¿cómo se produce un otro?
A partir de conformar un equipo que contribuyó al debate teórico, se realiza un aporte para
analizar las prácticas de fútbol infantil. En segundo lugar, se articuló con la unidad curricular
Teoría y Práctica del Deporte de la Licenciatura en Educación Física (plan de estudios
2017) la observación y la presentación oral por parte de los estudiantes de la generación
2018, sobre el análisis de prácticas y partidos de fútbol infantil. A partir de las
observaciones, se generó un banco de fichas de observación realizada por los estudiantes
de Educación Física que podrían ser analizadas y/o utilizadas para otro proyecto.
41
1) pensar al campo del deporte como campo de productos deportivos (actividades,
entrenamientos, creencias, apuestas, etc.);
2) estudiar cuáles son las condiciones sociales que posibilitan las apropiaciones de estos
productos deportivos, analizando la producción de su demanda y cómo la gente adquiere el
gusto por ellos (Bourdieu, 1993).
Uno de los ejes fundamentales que se abordan en los discursos sobre el fútbol infantil en
Uruguay, es el relativo a la producción de identidades: la transmisión de valores, la
enseñanza, las políticas públicas y la forma en que se organiza la práctica deportiva toda.
En este sentido entendemos importante abordar algunos conceptos que nos ayudarán a
identificar estos discursos legitimadores de identidades, en particular en referencia a las
nociones de género, y la forma en que se producen, y reproducen, ciertas formas de ser,
actuar y sentir el fútbol. ¿Qué implica ser futbolista? ¿Qué implica ser un niño que juega al
42
fútbol? ¿Qué implica ser una niña que juega al fútbol? ¿Cómo se construyen esas formas
de estructurar la práctica deportiva para niños y niñas? ¿Cómo se expresa esto en el
cuerpo, los movimientos, las técnicas y el uso del lenguaje «futbolístico»? Algunos autores
hablan de identidad dominante. Por ejemplo, Galak (2008) propone que el deporte supone
una particular selección de significados que se vuelven hegemonía y por ello es posible ser
analizado desde la lógica del habitus. En otras palabras: la identidad dominante arrasa con
autonomías culturales y localismos, se transforma en lenguaje universal, en una única forma
de ser.
De este modo empezar a construir miradas desde las identidades de género, construidas
culturalmente para asumir que existe no una, sino muchas formas de construir y habitar el
género (Kaufman, 1997). Debemos entonces pensar el género como un concepto dinámico
que se vincula a la producción cultural de cada sociedad, ligado al problema del poder y la
dominación intergenérica. Por su parte, la categoría género no es una operación binaria
sino que incluye, dentro de un mismo género, posiciones dominantes y subalternas. En este
marco, nos interesa mirar cómo son construidas esas masculinidades dominantes, cómo
impactan en el mundo del fútbol en general –y el fútbol de la infancia en particular–, y cómo
estas formas determinan que otros y otras sean subalternizados/as. La identidad de género,
profundamente masculinizada, conforma lógicas de poder: de varones sobre las mujeres, y
de varones sobre otros varones (subalternos). Podríamos establecer que la identidad
masculina, en nuestras sociedades, se emparenta con el hecho de poseer, tomar, penetrar,
dominar y afirmarse (si es necesario, por la fuerza); mientras que la identidad femenina ha
de asociarse a las características de docilidad, pasividad, sumisión y a la búsqueda de ser
43
poseída (Branz, 2017). Estas formas de dominación y violencia se expresan en las formas
de relacionarse observables en los cuerpos: las posturas, las formas de vestir y de hablar.
Este proceso de supuesta objetivación cultural bajo la premisa heteronormativa, que no es
otra cosa que una relación de poder; hace que definamos qué es jugar como una nena y
como un nene. Pero también adultocéntrica (de los más viejos a los más jóvenes) y
etnocéntrica (define una identidad de juego y no otra, que en general se caracteriza bajo la
imagen del hombre con garra). En este eje se reconoce (si bien el camino recién se inicia)
como propuesta inicial de problematización que la ONFI propone en su estructura la
posibilidad de categorías mixtas y niñas. Por lo que al menos reglamentariamente, existe
una superación inicial del binomio marcado. Pero si esta es la solución propuesta lejos se
está de poder reflexionar sobre la categoría de género, porque como ya fuera mencionado
el planteo reglamentario de ONFI no supera los binomios regidos por la premisa
heteronormativa.
Es La Cecla (citado en Branz, 2017) quien entiende un cuerpo que se transforma bajo una
imposición y superioridad de los más viejos a los más jóvenes. La masculinidad se expresa
en lo corporal, en los gestos, en la forma de «saber estar» entre hombres, y es reconocido
como tal. Un discurso que se encarna en el cuerpo y se aprende. «Este saber ver, saber ser
visto, junto al "saber estar" (La Cecla, 1999), es parte de la condición masculina o femenina
de estar en el mundo. Es una forma cultural heredada, estratificada a lo largo de los siglos y
diferente de un sitio a otro, y además es una "estética"» (Branz, 2017, p. 6).
Entendemos entonces que en la vida cotidiana del fútbol infantil es posible observar y
rastrear algunas tradiciones, costumbres, y lenguajes propios de esta práctica (inscriptos en
el cuerpo y los discursos), que descubren algunas de las estructuras de género más
arraigadas en la sociedad. Es decir, nos interesa analizar, desde el acumulado teórico
(principalmente desde las ciencias sociales) en relación al deporte, las implicancias de las
estructuras de género, hechas cuerpo en lugares concretos. A partir de ello se intentará
discutir sobre aquello que se presenta como norma, pero también sobre los puntos de fuga,
los lugares donde se pueden construir otras formas del fútbol infantil, al margen de las
estructuras normalizadoras del deporte y el género.
44
casas lujosas y salen con modelos. Podemos ver, a pesar de esto, cómo en el fútbol es
inculcada la idea de sacrificio en las clases populares, como clave del éxito. Elías (1992),
por ejemplo, realiza un paralelismo entre la parlamentarización de la sociedad inglesa y la
creación del deporte. Presenta en este marco tres aspectos que muestran cambios en las
pautas sociales de conducta y cambios en la manera de sentir de las personas. Estos son:
a) Las reglas; a partir de las cuales comienzan a estructurarse ciertas pautas de conducta y
a limitar lo que la sociedad puede o no sentir.
c) La individualización; el sentido de lo propio y la lucha por llegar a lograr algo por uno
mismo. Se une a la idea de autocontrol, que será una característica fundamental en el
deporte moderno.
Durante el siglo XVIII, el deporte incluía a las competencias que se hacían con el fin de hacer
disfrutar al espectador. Ya en el siglo XX, el deporte se convierte en una serie de
representaciones simbólicas de competición no violenta, o de violencia regulada. El deporte
ha sido, en primer lugar, y continúa siendo, un ejercicio de competición que excluye –
relativamente– hasta donde es posible las acciones violentas que pueden lastimar
seriamente a los competidores» (Elías, 1992, p. 36). De todas formas, estas características
propias del deporte permiten que no se vea la violencia entre los sujetos que forman parte
de él, es decir, que sea disimulada bajo «lo permitido» en un «deporte de hombres». Sin
embargo, los deportistas se hacen daño y se sobreejercitan para lograr el éxito deportivo, lo
que muestra la importancia y peso que esto tiene en la sociedad y la concepción de
sufrimiento que adquiere el deportista sobre sí mismo, y el consumidor sobre los
deportistas.
45
Por ello todos los deportes deben buscar el equilibrio entre tensión y autocontrol de modo
de seguir generando emoción tanto en el espectador como en el jugador. Dice Elías que el
deporte pasa «de controlar agradablemente los sentimientos humanos (…) evocar a
plenitud una emoción placentera [que el autocontrol reprime] por una parte, y conservar sin
embargo en vigor una serie de coerciones que mantengan bajo control las emociones
descontroladas, por la otra» (Elías, 1992, p. 66).
Es importante dejar en claro que tanto en el Estado como en el deporte, hay una
interdependencia entre sujetos, grupos, esquemas y modelos donde unos no pueden ser sin
los otros y donde la intersección de los mismos generan resultados y nuevos esquemas o
modelos que no son planeados, pensados y/o esperados (tensiones incontroladas), por lo
tanto es un aspecto fundamental a trabajar tanto en la formación de técnicos como en el
trabajo con las niñas y los niños. Para ello, es importante poder cuestionarnos ¿cuáles son
las condiciones sociales que permitieron que las instituciones y los agentes sociales estén
vinculados a la existencia de prácticas o consumos deportivos?
Ya que estas prácticas y consumos, a su vez, se dan desde las agrupaciones deportivas,
quienes deberían encargarse de «representar y defender los intereses de los que practican
un deporte determinado» (Bourdieu, 1990, p. 194). Estas agrupaciones también crean y
ponen en práctica normas que hacen funcionar a las prácticas deportivas, reproduciendo y
produciendo alteridades dentro de cada una de ellas, en este caso en la práctica de fútbol
infantil, que son las que desde este proyecto buscamos identificar y trabajar.
Bourdieu (1990) plantea una continuación de la cronología más allá de lo económico ya que
no puede comprender un fenómeno deportivo si solo se lo relaciona directamente con las
condiciones económicas y sociales de un período o sociedad determinada. Este planteo lo
lleva a proponer que la historia social del deporte podría «fundarse a sí misma» (1990, p.
195) a través del establecimiento de la historicidad del deporte como «realidad específica
irreductible a cualquier otra». De esta forma podrían contestarse cuestiones como
«¿Cuándo y dónde se constituyó un campo competitivo dentro del que se definió al deporte
como práctica específica?» y que no puede reducirse a un juego ritual o una diversión
festiva, ya que tiene sus propias formas de juego y reglas que genera identidades (que no
se ven, se perciben y separan al profesional del profano) o una forma competencia
específica (Bourdieu, 1990, p. 195). Además, podríamos preguntarnos en cualquiera de los
espacios deportivos (formación de educadores, periodistas, políticas deportivas, la cancha o
en el bar) ¿cómo se sostiene y modifica la legitimidad de ciertos deportes sobre otros?
46
Sobre la expansión del fenómeno deportivo a toda la sociedad, ambos autores plantean que
se pasó del juego al deporte en las escuelas inglesas (public schools). El deporte fue creado
para las «élites» de la burguesía, convirtiéndose este en la sede del ejercicio, cuya finalidad
era la adquisición del gusto a través del cuerpo (Bourdieu, 1990). De todas formas esta
expansión a toda la sociedad no es tan lineal como parece aquí plasmada, sino que esta
dimensión del ethos, o forma de corporalizar la cultura, que plantea el autor, no es
adjudicada a toda la sociedad, sino que las prácticas deportivas se dan de forma diferente
(y son diferentes) dependiendo de la clase social en la que se esté; diferenciándose así las
intenciones por las que se practica el deporte en una u otra clase.
Esto quiere decir que se podrá practicar cierto deporte o no, de una forma o de otra, con
ciertos objetivos, en función de la clase social en la que se esté.
Los deportes que no requieren más que cualidades físicas y competencias corporales
cuyas condiciones de adquisición precoz parecen estar distribuidas de manera más o
menos pareja y son igualmente accesibles dentro de los límites del tiempo, y, en
segundo término, de la energía física disponible: sin duda aumentaría la probabilidad de
practicarlos a medida que uno asciende en la jerarquía social […] así, la mayoría de los
deportes colectivos, como el básquetbol, el rugby o el fútbol […] y sin duda también los
deportes individuales más típicamente populares, como el boxeo o la lucha, acumulan
todas las razones que repelen la clase dominante: la composición social de su público
reforzadora de la vulgaridad que implica su divulgación, los valores que intervienen,
como la exaltación de la competencia y las virtudes requeridas […] que es la antítesis
perfecta del distanciamiento respecto del papel que está implícito en los papeles
burgueses (Bourdieu, 1990, p. 209).
Habría que, en este sentido, estudiar lo que sucede en el caso del fútbol infantil uruguayo.
La realidad muestra a modo general, que el fútbol infantil y el atletismo son los deportes de
las clases populares, seguidos por el básquetbol y otros proyectos deportivos puntuales,
orientados a trabajar con esos sectores de la población. Lo que se propone en este
apartado, entonces, es mirar el campo de los deportes en el marco de la cultura corporal de
movimiento, para relevar experiencias tanto de organización como pedagógicas. Esto nos
permitirá abordar de una forma ejemplificada y cualitativa el fútbol infantil. ¿Por qué hay
deportes que han tenido éxito en la inclusión cualitativa de niñas?, ¿cómo algunas ligas
deportivas han logrado ser más inclusivas más allá de los tanteadores?, ¿qué implica el
término inclusión en el caso del deporte?, ¿mayor cantidad de niñas y niños se produce por
consecuencia al mayor ajuste al modelo dominante? Cuando hablamos de modelo
dominante de ver el cuerpo en el caso del deporte, nos referimos principalmente a las
características de heteronormativo y futbolizado.
47
Con todo esto, supone que la probabilidad de practicar cierto deporte depende, primero, del
capital económico, segundo, del capital cultural y del tiempo libre que se disponga,
establecido esto a través de las disposiciones éticas y estéticas asociadas a una posición
social. Mientras en los deportes de las clases populares el cuerpo es objeto y se lo pone en
juego, se eligen deportes en los que se debe invertir esfuerzo, dolor y sufrimiento. En las
clases privilegiadas se busca la «estilización de la vida», se trata al cuerpo como un fin,
yendo hacia el culto higienista de la «forma» y el «aspecto físico», dice Bourdieu (1992)
para el caso francés. ¿Pero cuáles son las elecciones de consumo para el caso uruguayo?
Esta constitución del campo lleva a una filosofía política del deporte, donde el deporte es
una práctica desinteresada (teoría del amateurismo), pero que a través de él se afirman las
virtudes viriles, descendientes de la moral aristocrática. Se lo ve capaz de formar carácter y
construye la voluntad de vencer, pero siempre a través del fair play (de otra manera será
vulgar), es decir, desde la caballerosidad, símbolo del universo estable y masculino en el
deporte. Se destaca asimismo como importante la creación inicial del deporte moderno a
partir de un ideal moral proveniente de las clases dominantes (por tanto, un ethos
proveniente de estas clases), destinada a los hijos de dirigentes de industrias privadas a los
que se da una educación burguesa que trata «la energía», la «valentía», la «voluntad», que
son virtudes de «jefes» (del ejército o de la empresa), y sobre todo quizá de la «iniciativa»
(privada), el «espíritu de empresa» en contra del saber, la erudición, o la docilidad «escolar»
(Bourdieu, 1992, p. 199).
Por su parte, las clases populares reclaman el deporte como una posible erudición de la
distinción, para «pegar el salto», dicen. También se usa el término «ascenso social».
Aunque iremos viendo qué capital cultural y capital económico no siempre van de la mano.
También requieren al deporte como parte de la educación en valores, para la salud, para
estar «mejor ante la vida». Reclaman el deporte, y particularmente el fútbol, como un
derecho, siempre para algo, y no como una práctica en sí misma. Y ese derecho no es
referido a la participación dentro de las decisiones de ese derecho, sino para que exista
inversión pública en esa práctica particular.
48
escuela. Este sería el camino ideal para ejercer influencias permanentes. De esta manera,
se concebía amor mutuo, del dominado (niño) al dominador (padres, maestros, etc.), y
viceversa. Así mismo provocaba este sentimiento con las enseñanzas. La escuela y el
maestro cum plieron el rol de internalizar los valores y la sensibilidad de los sectores
dominantes en la población subalterna. Emergieron de esta manera los valores patrióticos:
el escudo, la bandera, las jerarquías, las instituciones y sus mitos heroicos. Surgió en este
momento la idea de propiedad individual, concepto que se repite a lo largo de los programas
escolares y que el deporte, en tanto regulador de las relaciones y emociones, ha puesto en
riesgo. En el deporte moderno se promovía la propiedad y el patriotismo mediante lemas
clásicos de las nuevas clases ascendentes. Sin embargo, en el deporte actual, las
identidades son múltiples y las propiedades son variables del mercado, y ya no de los
nuevos estados.
En la sociedad «bárbara» del siglo XVIII, como el niño –«bárbaro etario»–, se «civilizaron»
por la escuela, controlaron sus «malas pasiones» o la «parte mala» de sus instintos, se
convertirán en ciudadanos y trabajadores útiles, que se avergüencen de su pasado histórico
(bárbaro) y prefieran convencerse (de la modernidad). Fue la escuela el lugar donde
aprendieron a leer y escribir, y junto con la escuela, otros aparatos ideológicos del Estado
funcionaron para poder consumir la nueva sensibilidad y poder reproducirla. Los medios de
prensa escritos y editoriales fueron cobrando mayor sentido en este entramado de
comunicaciones y dominaciones.
En este sentido, Archetti (1984) realiza un estudio sobre los símbolos nacionales, como la
selección de fútbol, y cómo los medios de prensa pretendieron imponer a partir de esta una
particular identidad, incluso un modo de juego, en contraposición a otros. Pretendieron
construir un orden a partir de la reivindicación de un sistema. Lograron prescindir de
«convenciones sociales», es decir, del sistema de signos al cual deberá sujetarse el
movimiento del cuerpo en todas sus expresiones. Así, se trataba de terminar con la
conducta espontánea o desenfrenada del cuerpo, por fuera de esta identidad, para
convertirla en gestualidad y conducta elaborada, enseñada en la infancia y posteriormente y
a partir de ello incorporarla o interiorizarla.
El modelo de la conducta corporal del niño pasaba a evitar los «gestos extravagantes»,
apaciguar la tendencia al movimiento perpetuo y al juego, que el lenguaje sea decente y
respetuoso, claro y sin precipitarse, siempre conducidos por la autoridad. Este cuerpo y sus
actividades deben imitar el empaque y la rigidez del cuerpo adulto; la orden reiterada por
padres, maestros y médicos era la de una postura lo más recta posible evitando posiciones
«abandonadas».
49
En la escuela, se concebía (y concibe en ocasiones) al deporte y a la gimnasia como una
expansión placentera, gratuita y contenedora, como medio para preservar la salud del
cuerpo y reproducir las condiciones de represión de los impulsos. En otras palabras:
descarga de energía y aprender reglas. Esta sensibilidad garantizaba la sumisión de los
cuerpos a las exigencias del modelo patriótico y económico-social naciente, ya que los
héroes nacionales portadores de símbolos patrios, concentraban la identidad del país en
tanto fuertes, rectos y audaces.
Asimismo, las actividades cotidianas y las prácticas realizadas por los individuos fueron
tomando estos mismos caracteres; el disciplinamiento, la conversión del trabajo en sagrado
y el juego en pecado, el enamoramiento por las nuevas técnicas de vigilancia del alma, el
descubrimiento de la intimidad y el respeto y culpa por los cuerpos, como nuevas formas de
control social y de sus configuraciones (Barrán, 1989).
Cada ciudad, comunidad, barrio, grupo, manipula las referencias simbólicas de maneras
diferentes para construir una identificación propia. Debemos reconocer en este sentido que
Uruguay seleccionó al fútbol infantil como espacio referenciador de varias trayectorias
infantiles. Sin embargo, este no actúa en soledad. No podemos afirmar que los niños
reproducen lo que allí sucede en sus vidas, ni que lo que sucede en una cancha se replica
en otra.
Cuando nacemos nos limitamos a aprender las estructuras y los vocabularios que nos
rodean. Aprendemos diferentes códigos de comunicación, no elegimos la comida de nuestra
familia, ni tampoco el lugar donde crecer. Cuando empezamos a elegir lo hacemos con
50
base en clasificaciones y significados sedimentados. Cada individuo incorpora prácticas,
rituales, creencias y significados, modos de sentir, sufrir e imaginar. Las tramas simbólicas
que se configuran en los territorios implican lenguajes verbales, sonoros y visuales donde
quienes disputan puedan entenderse y enfrentarse. Es decir, hay características
identificatorias que se oponen, pero que forman parte de la misma trama, en referencia a
características de grupos sociales, a sentimientos de pertenencia a un determinado
colectivo y a intereses comunes. Los mismos surgen y se sedimentan en relación con
procesos de percepción y significación vinculados a las alteraciones, donde se producen
calificaciones en la propia sociedad y en sociedades vecinas.
De esta manera, las significaciones se disputan en una configuración cultural y las personas
que se las disputan conocen, al menos parcialmente, las significaciones de otros grupos y
agentes, que difieren de las propias. Las identificaciones no son idénticas, son prácticas, y
como tales reciben sentidos distintos en contextos diferentes. En una identificación siempre
hay una alteridad y esa relación está atravesada por sentimientos, intereses e historia
(Grimson, 2011).
51
No es casual que los casos de megaeventos en Ámsterdam, Colombes, Montevideo y
Maracaná nos confirman frente al mundo y muestran el «Uruguay feliz», mientras que los
fracasos sucesivos afirman esa crisis de identidad. De forma muy resumida, los rasgos que
definen a Uruguay serán los de una colonización tardía, un rápido vaciamiento del territorio
y la desestimación de las culturas indígenas que ya existían en el deporte. Estos rasgos
facilitaron la rápida formación de una sociedad criolla, con una alta capacidad de absorción
de inmigrantes, integrados a una sociedad política abierta con amplios canales para la
homogeneidad educativa y social. La producción ganadera, la debilidad tecnológica para el
desarrollo industrial, el rápido surgimiento de un sector público importante y el
desplazamiento de la tradición católica, determinaron una sociedad relativamente abierta,
tolerante e igualitaria (Achugar y Caetano, 1993).
La identidad inestable
Para un individuo, una familia o un colectivo mayor como un barrio, una ciudad o una
nación, existe un continuo proceso de sustentación y construcción de una identidad. Los
mecanismos básicos de construcción de identidades se producen en la vida social a través
de la puesta en escena de rituales que permiten la afirmación simbólica de un yo o un
nosotros, frente a un ellos. El fútbol en Uruguay aparece como mecanismo ritual secular de
masas en el caso profesional, y ritual popular en el caso infantil.
La diferenciación es porque cuando hablamos de fútbol infantil en Uruguay –el baby fútbol–
,nos referimos a los espacios barriales autorregulados por vecinos, y no a las ligas
colegiales o particulares. En la construcción de una identidad existe siempre una puja con la
alteridad, sin embargo, pueden las identidades tener recorridos similares, por tomar como
modelo un mismo proceso. Y así, encontramos identidades de género, juveniles, barriales,
de localidades, etc. La identidad nacional se ha procesado históricamente en el Uruguay
como fruto de una integración muy particular, entre el afuera y el adentro, proyectada en un
horizonte prospectivo de viabilidad posible. Ser uruguayo implicaba para Barrán (1989) la
existencia de una comunidad en anonimato, sometida a lo nacional, comunidad formada por
el aluvión inmigratorio europeo. Había que tener un sentido de época, de un pasado
legendario, o sea, un pasado de ficción, de fantasía, que mostrará: al último charrúa y al
primero de los inmigrantes que había bajado de los barcos como uruguayos; un pasado
mitológico, repetido una y otra vez en las láminas escolares, venerado en los monumentos,
visualizado en los cuadros al servicio de la patria.
52
Durante las primeras décadas del siglo XX y especialmente en el aniversario del centenario,
la sociedad uruguaya completó su proceso de construcción de identidad. Se elaboraba una
visión cosmopolita, pero encerrada en un ideal homogéneo de hombre blancos, machos
heterosexuales montevideanos y de cultura occidental de base judeocristiana. Uruguay,
primero que nada, se ve a sí mismo como un país en donde la civilización europea, blanca,
culta y letrada ha triunfado sobre la barbarie colonial, caudillesca y gauchesca, propia del
siglo XIX. A través de él, se afirma como un país seguro de sí mismo, que ha entrado en la
modernidad y ha visto consolidado su proyecto (Achugar y Caetano, 1993).
A partir del primer logro uruguayo en el fútbol, que se da en 1924 con la coronación al
ganarle a Suiza por 3 a 0 y ganar la medalla de oro, el fútbol se termina de consolidar como
una tradición. La idea de mezcla, de mestizaje, es central en los intelectuales que
desarrollan la teoría de la hibridación cultural. En el intercambio de esa práctica cultural que
es jugar al fútbol se produce un nuevo híbrido que es el estilo nacional de jugar, que mezcla
el coraje, la picardía y la habilidad latina entronizada en la gambeta; con un agregado que
será fundamental luego del Sudamericano de 1935 y es la garra charrúa. La noción del
estilo nacional y los consecuentes logros delimitan la noción de otredad y alteridad. Al
suponer al fútbol como una tradición y transformarse en un vehículo de integración nacional
e internacional, provoca que se le pida «mucho» al fútbol; la relación asimétrica entre el
tamaño del país y sus logros en un comienzo, marcaron la historia de cómo esta expresión
cultural permite que los uruguayos se afirmen como nación y en relación con los otros, y
como los fracasos llegan a dudar de nuestra viabilidad como nación (Morales, 2013).
El fútbol sería uno de esos elementos donde convergen distintas particularidades: el
escenario deportivo, el espacio público de exhibición, encuentro, debate y reflexión. Hasta la
aparición del fútbol, no había existido ningún espacio o evento social que lograra convocar
adeptos pertenecientes a todos los estratos sociales, y en particular, a las amplias clases
populares, por fuera de las propuestas estatales institucionalizadas. La aparición de nuevos
espacios públicos otorgó la posibilidad del surgimiento a nuevas condiciones para la
participación y diversión de los individuos, donde se aprecian el interés por la vida cultural,
el deporte y la vida sexual. Se entiende esta iniciativa como producto cultural complejo; que
ofreció, ofrece y seguirá ofreciendo diversas posibilidades en la construcción de la identidad
a través de diversos elementos. En esta transformación de la sociedad, que civiliza al
«bárbaro» o gaucho, se transfieren los valores de valentía y de ideales. Se despojaron en
gran parte las concepciones de violencia y reacciones primitivas configurando nuevos
imperativos morales. Estas actitudes morales que reemplazan las reacciones primitivas de
valentía y coraje, son comprendidas dentro de los sentimientos por el otro, nociones de
53
alteridad, rectitud, honestidad, lealtad y falta de pasión excesiva. En esta perspectiva
tenemos que comprender el proceso de hibridación20 de la sociedad uruguaya y
concretamente en el desarrollo del fútbol en el país.
El fútbol es un campo privilegiado para comprender diversos procesos sociales y culturales
en el país. Los imperativos morales construidos en los colectivos, en los distintos grupos
sociales, en la conformación de un sentimiento nacional, están determinados en la historia,
o sea, los individuos elaboran sus representaciones a partir de ellos mismos como actores
del fútbol (jugador, hincha, barra, madre, consumidor, dirigente, etc), con la finalidad de
encontrar un significado, discutir acerca de lo ético y moral, dialogar sobre las formas en la
cual se reconoce y se diferencia con lo demás; en resumen, la forma en que se conforman
los diferentes colectivos y como se ven sus procesos de construcción de identidad (Archetti,
2003).
El fútbol no es lo más importante para un país, por más cultura futbolística que tenga su
pueblo. Sin embargo, se ha comprobado que discursivamente es un vehículo para llegar a
las cosas más importantes: las personas («lo popular»), la salud, la educación, la seguridad,
y muchísimas cosas más.
20
Concepto que hace referencia a la construcción del colectivo a partir de distintos aportes inmigrantes que
conformaron la sociedad uruguaya de la época.
54
2.1.4 Mitomanías identitarias del fútbol infantil
No todos los atributos indeseables generan esta discrepancia, sino aquellos que son
incongruentes con los estereotipos del que analiza, acerca de cómo debe ser una
determinada «especie» de individuos. Goffman (1990) utiliza el término estigma para hacer
referencia a un atributo profundamente desacreditador, pero reconoce que lo que se
necesita es un lenguaje de relaciones y no de atributos. Un atributo que estigmatiza a un
sujeto puede confirmar la normalidad de otro y por ello no es honroso ni ignominioso en sí.
Un individuo que desea pelear por su patria o jugar al fútbol puede ocultar sus «defectos»
por temor a ser desacreditado. Un estigma es una clase especial de relación entre el
estereotipo y el atributo, pero Goffman (1990) propone modificar este concepto, en parte
porque existen atributos desacreditados en casi toda la sociedad.
Se pueden mencionar tres tipos de estigmas según Goffman:
55
1) Los defectos del cuerpo y las distintas deformidades físicas.
2) Los defectos del carácter del individuo que en general se perciben como falta de
voluntad, pasiones tiránicas o antinaturales, creencias rígidas o falsas,
deshonestidad (homosexualidad, desempleo, suicidio, drogadicción, políticas
extremistas, perturbaciones mentales).
Comprobamos que lo que denominamos como fútbol mediático, que representa un bajo
porcentaje del fútbol, realiza un constante ejercicio metonímico (o de imposición identitaria)
pero no se asemeja, o mejor dicho no debería asemejarse a la práctica al fútbol infantil, ni
siquiera en perspectiva. Es en esta fábrica de alteridades que el deporte fabrica, a su vez,
estigmas, con los cuales el fútbol infantil y la sociedad toda debemos convivir. Para
combatirse, como se dijo anteriormente, a partir de las dimensiones organizativas y
pedagógicas, los sujetos participantes (madres, niñas, padres, vendedores, niños,
gestores), ya estigmatizados en otros ambientes, encuentran en el fútbol infantil un espacio
de convivencia y de resistencia a los modelos dominantes del cuerpo. La regulación de la
competencia en este sentido ocupa un lugar central. Las reglas deportivas son en general,
construidas «masculino-genéticamente», donde predomina un modelo biológico del cuerpo,
es decir, ganan, llegan a las finales y por tanto tienen derecho a jugar los más rápidos, los
más fuertes y los más hábiles. Construir otras posibilidades en las que la competencia no
sea el eje de la organización y de las pedagogías es una meta alcanzable y esperable de un
colectivo que pretenda transformar sus modos de convivencia, y anteponerse a los estigmas
que pululan en el fútbol infantil.
56
que permitan mayor profundidad en temas seleccionados a partir de nuevas
definiciones dialógicas.
57
1 - Pensar en los talentos deportivos es reconocer el rol que cumple el fútbol infantil en tanto
semillero deportivo. En este sentido, se propone pensar la selección de los talentos
deportivos en el marco de una tensión constante que es la de pensar el fútbol infantil como
una política social. Si esto no sucede, estaremos en nombre de la inclusión promoviendo
prácticas que lejos de serlo instalan una práctica exclusiva que tiende a reproducirse como
modelo hegemónico asociado al fútbol como fenómeno mundial y globalizado.
2 - El formato de selección de talentos si es marcado por el efecto de la edad relativa, se
transforma en una práctica de doble exclusión. No solo nos alejamos de la idea de política
social para acercarnos a la de la gestión deportiva. Sino que, en el marco de la proyección
de jugadores tampoco están siendo seleccionados aquellos con mayor potencial. Por lo
contrario, estaríamos eligiendo a aquellos con mayor desarrollo, lo que significa que no
serían los de mayor potencial.
El otro elemento central de este eje es la importancia del entorno del talento deportivo. Este
juega un papel fundamental para que el jugador pueda desarrollarse adecuadamente y
llegar al ámbito deportivo del rendimiento (Brazo-Sayavera, Olivares, Andronikos y
Martindale, 2017).
Es por todo ello que este subeje se planteó estudiar qué ocurre con los/as jugadores/as
considerados como «talentos» o seleccionados, para disputar competencias de mayor nivel
dentro del fútbol infantil.
Para tratar de dar respuesta al primer objetivo se utilizó una base de datos facilitada por la
Organización Nacional del Fútbol Infantil (ONFI) que contenía datos anónimos de 51.518
niños y niñas (sexo, fecha de nacimiento, club, zona de participación y si estaba
seleccionado para el campeonato nacional de selecciones).
58
Para abordar el segundo objetivo se invitó a participar a los jugadores de las selecciones
por liga que tomaron parte en las finales del campeonato nacional de selecciones 2018. En
la divisional A participaron en la copa oro las selecciones de las ligas Regional del Sur,
Palermo, Fray Bentos y Salteña, y en la copa plata, La Teja-Capurro, Fernandina,
Asociación Mercedes y San José. En la divisional B participaron en la copa oro Ombúes de
Lavalle, Regional del Chuy, Uruguaya, Parque, y en la copa plata, Isabelina, Varela,
Fundadora y San Gregorio. En total completaron los cuestionarios 205 participantes.
De los procedimientos utilizados: para la primera pregunta se crearon nuevas variables para
poder dividir por año de nacimiento, así como por trimestre de nacimiento. Para la segunda
pregunta, se envió un equipo de entrevistadores a las finales del campeonato nacional de
selecciones 2018 celebrado los días 6 y 7 de noviembre. La división A se llevó a cabo en
Montevideo, mientras que la división B se llevó a cabo en Paso Los Toros.
Antes del campeonato, se contactó con la ONFI para explicarles con detalle en qué consistía
el cuestionario y solicitarles colaboración en la difusión de la tarea a ejecutar durante la
disputa del campeonato. Esta se encargó de difundirlo entre las selecciones.
Los entrevistadores fueron instruidos sobre cómo tenían que llevar a cabo todo el proceso,
además se les hizo entrega de un protocolo para que pudiesen tener un procedimiento
estandarizado (anexo I). Los entrevistadores se dirigían a los responsables de las
selecciones para establecer un primer contacto y ver en qué momento iban a poder tener a
los niños a disposición para poder pasarles el cuestionario. Se evitó que fuese
inmediatamente después de la celebración de un partido para que el estado de ánimo no
interfiriera en las respuestas. Se ubicó a los participantes en un lugar tranquilo y se les
facilitaron lapiceras y copias del cuestionario para poder completarlo.
Hasta el momento tan solo se ha realizado un análisis exploratorio de los datos. Así, en el
caso de la primera pregunta se requerirá un análisis de bondad de ajuste para identificar
cómo se distribuyen los participantes seleccionados.
59
En el caso de la segunda pregunta, se precisará un análisis factorial que permita agrupar
los resultados en las 5 dimensiones que establece el TDEQ-5.
Listado de productos
Análisis del efecto de la edad relativa en los jugadores del fútbol infantil
Son 3.129 participantes los identificados en la base de datos como participantes con las
selecciones, de los que la mayoría son nacidos en 2007 (30,2%).
Estos resultados precisan de un análisis más profundo, aunque a primera vista el análisis
exploratorio nos muestra que la mayoría de los jugadores seleccionados han nacido en los
primeros meses del año.
Los resultados preliminares muestran una participación de 205 jugadores en el total de los
participantes de las divisiones A y B del año de nacimiento 2006 en el total de las disputas
de las copa oro y plata. Se precisa un análisis más detallado para poder identificar con
claridad cuáles son las dimensiones que influyen en los jóvenes jugadores de fútbol en su
desarrollo deportivo. Este punto se propone como la principal proyección a futuro una vez
se conforme el observatorio del fútbol infantil.
60
Capítulo 3
Federico Wainstein, Gabriela Rodríguez
61
Capítulo 3 - Prácticas de enseñanza en el fútbol infantil
Este eje aborda los elementos y objetos referentes a las miradas de la enseñanza en el
fútbol infantil, haciendo foco, por un lado, en la formación de orientadores y actores
responsables de los clubes y ligas del fútbol infantil y, por otro, en la formación brindada a
niños y niñas en el fútbol infantil.
Este eje funcionó a partir del objetivo general de evidenciar qué es enseñado en el fútbol
infantil. Por tanto, se buscará evidenciar qué es el deporte y qué se enseña de él. A la vez
de visualizar cuáles son los fundamentos que definen la enseñanza del fútbol infantil.
exige aceptar que ha sido construido sobre la base de relaciones sociales, culturales y
de poder. Supone además ser conscientes que otro orden ha sido excluido y que un
determinado orden del discurso ha sido establecido. Es decir, el orden social y político
que parece «natural» es, en realidad, el resultado de prácticas específicas,
momentáneas y contingentes, en las que los discursos desempeñan una función
legitimadora clave (Guerrero y Vega, 2015, p. 107).
Es sustancial comprender y hacer evidentes estos discursos que dan sustentos a la acción
del orientador, para comprender la posible heterogeneidad de ideas en torno a este
problema. Se abordarán así qué saberes son puestos en juego en la enseñanza del fútbol
infantil, que permiten la asociación de una práctica singular con el deporte y con el fútbol
particularmente.
Los orientadores técnicos se encuentran obligados a pasar por una instancia de formación
sobre la enseñanza del fútbol infantil. Esta instancia obligatoria, además de tener un
carácter regulatorio sobre la actuación personal, tiene un carácter homogeneizante sobre
los discursos y formaciones discursivas que sustentan la enseñanza del fútbol infantil.
62
Según Pecheux (2014), es la ideología la matriz de todo sentido presente en un discurso,
esto quiere decir que el análisis del discurso propuesto por el autor se debatirá entre la
descripción y la interpretación de las formaciones ideológicas que dan sentido al discurso, o
sea que la matriz de sentido de un discurso se sitúa en la interrelación establecida entre
sujeto e ideología. Es por esto que resulta fundamental analizar cuáles son las formaciones
que dan sentido a los discursos sobre el deporte y el fútbol infantil, que son enunciados en
sus prácticas de enseñanza.
63
Según Valles (2000), la observación común puede resultar una técnica interesante, siempre
y cuando se atenga a determinados puntos: a) esté orientada y enfocada a un objetivo de
investigación; b) esté previamente planificada de acuerdo a fases, lugares y aspectos que
desean conocerse; c) sea controlada y relacionada con algunos elementos de la
investigación, y d) sea sometida a controles de veracidad y precisión. Para Corbetta (2003):
La observación participante es una técnica versátil que puede aplicarse al estudio de todas
las actividades y agrupamientos de los seres humanos, sobre todo cuando hay interés,
como en nuestro caso, en describir y analizar la visión de dicho grupo, los mecanismos que
operan en su interior y los discursos legitimados.
A partir de las observaciones recabadas en los distintos ámbitos de la enseñanza del fútbol
infantil fue posible la identificación de tres grandes conjuntos de enunciados que justifican
las acciones y lo que es enseñado. Son además repetidos constantemente el mismo tipo de
ejercicios, actividades, juegos y comentarios en cada uno de los ámbitos de enseñanza
analizados.
64
Tanto la idea de que es posible enseñar sin problemas cualquier cosa que sea –cuando
así lo queremos, siguiendo un programa más o menos establecido– como la opuesta, la
de esperar que el niño aprenda solo, son tributarias de una misma fantasía naturalista.
Se trata, pues, de una especie de creencia en la existencia de un principio operativo
exterior al funcionamiento discursivo que contemplaría de una vez por todas la gama de
los posibles psíquicos. De ese modo, se supone que toda intervención por parte del
adulto está destinada a resonar del lado del niño, así como, de otra manera, la
interioridad del niño estaría apta para revelar, a su debido y programado tiempo, las
actualizaciones de sus potencialidades, independientemente de las contingencias de la
vida cotidiana. Nada de lo que llegue a ocurrir es en efecto del orden de un
acontecimiento, sino actualizaciones de posibles en el interior de un conjunto donde
finalmente reinan la armonía y el equilibrio mudo del organismo (De Lajonquiere, 2011,
p. 83).
En todos los casos analizados es posible encontrar posturas como las aquí propuestas por
el autor, en las cuales se piensa al niño como un sujeto pasivo del cual o se espera un
determinado desarrollo o se le enseña algo para que lo incorpore, implicando de esta
manera la ciega confianza en un organismo predeterminado y siempre así. Inclusive en
aquellos casos en que no es explícitamente dicho que se está enseñando en función de
esta confianza en el organismo sucede de esta forma, como veremos a continuación todas
las posiciones encontradas son parte de la fantasía naturalista definida por De Lajonquiere
(2011).
En estos dos extremos ejemplificados por el autor con las posturas de «esperar» y
«enseñar» podemos encontrar a la gran mayoría de las acciones observadas tanto en
prácticas como en partidos. Por un lado, son muchas las indicaciones del tipo «esto se hace
así», en que se supone poner en signos una determinada acción que de por sí debería ser
aprendida por el niño. Por otro, encontramos muchas acciones de las cuales se espera que
el niño por encontrarse en una situación de juego particular sepa resolverla de una forma
preconcebida y particular, la cual en caso de no realizarse es un problema del desarrollo del
niño y es castigado por el enseñante.
65
Encontramos en todos los casos la operación en una especie de síntesis entre estos dos
polos, a lo que el autor identificaría como el discurso (psico)pedagógico hegemónico.
Funcionando al mismo tiempo una serie de dones que establecen una estratificación social
de la infancia, y un normal desarrollo de los aprendizajes acorde a una «evidentemente»
buena educación basada en las evidencias de las ciencias biológicas de cuño desarrollista
que establecen etapas correctas del aprendizaje de cada cosa. En el ámbito de la
educación física a esta postura se le ha llamado históricamente «fases sensibles» y
«aprendizaje motor».
Las prácticas de enseñanza investigadas en este proyecto fueron diversas, tanto en sus
ámbitos como en sus formas de desarrollo, sin embargo, son encontrados múltiples puntos
en común a partir de los cuales se presentan a continuación tres categorías que
entendemos nos ayudan a agrupar discursos para así comprender qué deporte es
enseñado en el fútbol infantil y cómo es esta enseñanza justificada.
A esa edad el niño está preparado para… del niño lo sabemos todo de antemano:
El individuo (la infancia) para la educación heredera de la ciencia positivista «es interpelado
por el discurso de conocimiento [...]: como objeto cognoscible para el que enseña»
(Rodríguez, 2008, p. 152).
66
Siguiendo lo expuesto por Voltonini (2008), encontramos en el discurso pedagógico
contemporáneo un esfuerzo deliberado por evitar las injerencias e inflexiones del
inconsciente sobre el niño. Este esfuerzo produce un efecto de continuidad entre las teorías
producidas antes y después de la teoría psicoanalítica, según el autor este esfuerzo es
consumado mediante dos grandes estrategias. Por un lado, la importación de teorías y
enunciados desde otros campos al accionar pedagógico, no importando así las condiciones
de producción de esas teorías, siempre y cuando resulten eficaces para los fines concretos
a obtener. Por otro lado, la supresión de la sexualidad de entre las características del niño,
predominando así nuevamente aquellas que tienen un correlato en lo estadístico más
directo, produciendo efectos de eficacia o ineficacia de la acción pedagógica más directos.
El niño se consuma de esta manera en un individuo asexuado, con capacidades de
inteligencia, cognición, habilidades motrices, habilidades sociales, habilidades blandas y
habilidades duras, etc., medibles, cuantificables, con comportamientos predecibles y
comparables. Cerrando de esta forma un discurso que es solidario con los fines del
proyecto neoliberal, fundado en la idea del libre comercio, el cual solo sería posible en un
espacio «cerrado» donde exista la igualdad formal de condiciones para cada individuo.
67
si es necesario equipar a los niños para que se orienten en el mundo, y eso obviamente
sucede por los procesos de regulación de sí y autocontrol, atribuidos a la vida civilizada,
es necesario preguntarse entonces, en qué medida esos procesos no se tornan un fin en
sí mismos y el autocontrol no es una máscara del dominio ejercido por una razón
instrumental, aquella que no busca los fines de una buena vida, sino la eficiencia de los
21
medios de control (Richter y Vaz, 2010, p. 58).
21
Traducción propia del portugués. Original: «Se é preciso equipar as crianças para orientarem-se no mundo, e
isso obviamente passa pelos processos de regulação de si e de autocontrole, tributos à vida civilizada, é preciso
perguntar, no entanto, em que medida esses processos não se tornam um fim em si mesmos e o autocontrole
não é uma máscara do domínio exercido por uma razão instrumental, aquela que não busca os fins de uma vida
boa, mas a eficiência dos meios de controle».
68
Son siempre ejercicios repetitivos, que no tienen variabilidad en sus formas de ejecución,
donde prima el orden de los sujetos (siempre se encuentran en fila, columna u olas).
Uno de los datos que se destacan en este sentido es que en todas las observaciones en
que se mantuvieron conversaciones informales con los orientadores técnicos, al
preguntarse por el objetivo de la práctica en todos los casos la respuesta de los
orientadores era que se busca el aprendizaje de alguna ejecución técnica. Se presenta una
continuidad muy marcada entre los planteos encontrados en todas las clases prácticas de
los cursos de orientadores técnicos y las prácticas de fútbol infantil.
De esta manera, llegamos a la conclusión de que el deporte en el ámbito del fútbol infantil
es comprendido por los diferentes actores como una actividad cerrada, aislada de las
condiciones sociales en las que se da y posee una lógica interna que es posible de ser
enseñada para todos igual y que si se aprende como es esperado los rendimientos
deportivos siempre mejorarán.
69
Hay que ir haciéndose hombre… conformando un habitus deportivo
Este concepto es introducido en la obra del autor al realizar una fuerte crítica hacia las
formaciones científicas y a las formas de producción de conocimiento más difundidas y
aceptadas hasta el momento. La crítica de Bourdieu está dirigida hacia la escolástica,
particular forma de producción de conocimiento que no es capaz de tomar en cuenta las
condiciones sociohistóricas en las que se produce. Según Gambarotta (2011), el autor
francés pretende con esto dar un giro a la producción de conocimiento para la captación de
los sentidos que son atribuidos por los agentes en su práctica. Esto se enmarca en un
proyecto de creación de una sociología reflexiva, que sea capaz de pensar y crear objetos
situados en el marco de relaciones sociohistóricas y condiciones materiales de existencia
concretas.
Vemos como –al igual que Horkheimer– Bourdieu critica las limitaciones de la lógica
científica establecida, para captar el sentido objetivo de sus propias prácticas, para llevar
a cabo un proceso de autoconocimiento en el que el sujeto aprehenda sus
particularidades a partir del conocimiento de la estructura objetiva en la que se halla
inserto, y viceversa: conozca las características del objeto a través del (auto)estudio de
sus propiedades como sujeto (Gambarotta, 2011, p. 282).
70
Esta evolución podemos pensarla a partir de lo que fuera expuesto por Uro, al decir que:
«Es también por habitus que se incorporan ciertas experiencias que tenían como resultado
visualizar como inversión el acopio de una forma de capital y no de otras» (Uro, citado en
Caraballo, 2015, pp. 273-274). De esta forma podemos ver una concepción del habitus
como mecanismo a través del que se hacen cuerpo determinadas experiencias,
aprendizajes o disposiciones que permiten la relación con un determinado tipo de capital.
Es entonces, según Galak (2010), que en la cuestión del habitus se condensa lo relativo al
sujeto y a lo social, permitiendo estudiar ya no más a la sociedad como sumatoria de
individuos, ni a estos como entidades particulares que funcionan aparte de las condiciones
materiales en las que se encuentran sumergidos.
De esta forma,
71
El aguante se transforma así en los últimos años en una retórica, una estética y una ética.
Es una retórica porque se estructura como un lenguaje, como una serie de metáforas, hasta
titular un programa de televisión. Es una estética porque se piensa como una forma de
belleza, como una forma plebeya basada en un tipo de cuerpos radicalmente distintos a los
hegemónicos y aceptados. Se trata del tipo de cuerpos que aparecen en la televisión o en la
tapa de la revista Caras. (...) Y es una ética porque el aguante es ante todo una categoría
moral, una manera de entender el mundo, de dividirlo entre amigos y enemigos, cuya
diferencia puede saldarse con la muerte. Una ética, en resumen, donde la violencia no está
penada sino recomendada (2012, p. 73).En las observaciones realizadas en los tres
ámbitos de enseñanza del fútbol infantil, se registran apreciaciones que son absolutamente
coincidentes con las formas que adopta el aguante.
72
Otro de los elementos que constituyen a la conformación de un habitus deportivo es el
entorno en el que las prácticas de enseñanza se dan. En este sentido se destaca que todos
los partidos y prácticas observadas, a excepción de las finales de campeonatos, se
realizaron en canchas que cuentan a sus alrededores con elementos distintivos del club,
típicos de los íconos descritos por Alabarces (2012) que conforman los códigos del aguante,
estas canchas se encuentran en espacios que resultan céntricos para los barrios de
pertenencia en la mayoría de los casos, encontrándose las prácticas de enseñanza
interrumpidas y afectadas por el cotidiano del barrio. Este dato resulta de gran relevancia
para la conformación de un habitus deportivo, ya que supone la necesidad de que las
instancias en que la competencia se da entre «los mejores» se de en «las mejores
condiciones» entendiéndose por esto último a una cancha sin las interferencias y ruidos del
barrio, en un campo de juego con pasto parejo y que en la medida de lo posible se asemeja
a un estadio de fútbol profesional, con sus tribunas separadas por vallas y propagandas
estáticas.
Resulta de sumo interés el registro del dato más divergente en este sentido, nos referimos
aquí a lo sucedido en las finales de campeonato nacional de clubes que se disputaron en un
complejo deportivo contratado especialmente para la ocasión.
Existe en las observaciones realizadas un conjunto de datos que por su gran dispersión y
poca repetición no consiguen conformar una categoría propia, pero sí llaman la atención
como posibles elementos a continuar investigando y que presentan la necesidad de ser
estudiados de forma más profunda y particular.
Fue posible constatar algunos clubes en particular en donde existe un trabajo sistemático
por derribar los códigos del aguante, en estos casos se constató mayor participación de
niñas dentro del campo de juego y un esfuerzo en conjunto de parte de los adultos
responsables por los niños de no gritar a los jueces ni a los niños y de intervenir en forma
de diálogos respetuosos con los participantes del club rival para evitar gritos, insultos y
expresiones violentas.
Otro de los datos que muestran una ruptura importante con el resto de las observaciones
tiene que ver con las interacciones de los niños y niñas hacia las «tribunas», nos referimos
aquí a algunos casos puntuales en que de forma explícita los niños y niñas pidieron a los
adultos que se encontraban fuera de la cancha que dejaran de gritar, insultar o dar
indicaciones.
73
Si por un lado encontramos una gran mayoría de partidos y prácticas en que adultos gritan
desde afuera y niños y niñas reciben de forma pasiva esos gritos, resulta particularmente
interesante investigar y profundizar sobre las sensaciones producidas cuando estos gritos
no son deseados.
Por último, entendemos que la enseñanza de la técnica representa un elemento que tiene
grandísimas continuidades entre los distintos ámbitos observados, entre distintas categorías
(organización por año de nacimiento de niños y niñas), distintos departamentos, etc., que es
justificado constantemente desde las teorías (psico)pedagógicas de la modernidad. Pero
que no tiene un correlato como el que se supone cuando estas teorías afirman sus
postulados direccionalistas sobre la enseñanza-aprendizaje. Encontramos interesante la
posibilidad de ver cómo niños y niñas juegan y participan en la práctica del fútbol infantil
desde lugares que se suponen no son los apropiados ni los enseñados por el «poseedor»
del saber.
74
Capítulo 4
Ignacio Cáceres
Reseña cuantitativa
75
Capítulo 4 - Reseña cuantitativa
Una de las líneas del presente proyecto se centró en trabajar con las cifras nacionales
manejadas por la Organización Nacional de Fútbol Infantil. Se buscó establecer un área
dedicada al trabajo con datos cuantitativos tomando en cuenta los ya existentes, pero
también relevando y procesando nuevos, con la intención de pensar a partir de ellos nuevas
propuestas de extensión e investigación.
Uno de los grandes beneficios de conocer datos poblacionales es que permite tener una
perspectiva más distanciada del fenómeno y dar cuenta de comportamientos generales que
no son observables en los casos puntuales. Además, brinda un panorama más claro y
certero del ámbito de intervención de la organización. Para sacar provecho de dichos
beneficios no solo se requiere la mera cuantificación, sino que se hace necesario el estudio
del comportamiento y la relación entre las variables medidas. Podremos abordar dicho
trabajo a través de la aplicación de técnicas estadísticas adecuadas para recoger datos y
analizarlos, obteniendo así la información que permita responder a las preguntas que nos
planteamos.
El espacio dedicado al manejo de datos cuantitativos está relacionado directamente con una
de las líneas de trabajo que forman parte de la estrategia de intervención del observatorio, a
saber, la producción de conocimiento científico que colabore en la toma de decisiones
políticas y técnicas a nivel nacional.
En este sentido, el primer objetivo consistió en preparar el terreno para luego comenzar a
construir relaciones entre variables. Esto implicó:
2 - Seleccionar y conservar los datos de interés. Descartar otros en una nueva versión
usada por el observatorio.
3 - Confeccionar una nueva base de datos en un programa nuevo que permita realizar
operaciones estadísticas.
4 - A partir de allí, pensar variables adicionales para incorporarlas, que permitan profundizar
en el conocimiento del fenómeno.
76
Los puntos 1, 2 y 3 están cumplidos. El punto 4 se propone abordar una vez que el
observatorio esté en marcha.
La segunda etapa consistió en depurar la base y los movimientos fueron los siguientes:
Una segunda etapa implicó que la base fuera ingresada a un programa específico que
permite realizar operaciones estadísticas, habilitando ver qué información se puede deducir
del fenómeno con los datos existentes.
Una vez en el programa, la tercera etapa consta de calcular cuántos niños pertenecen a
cada club, lo que posibilita que la unidad de análisis de la base pase de ser «los niños»
(51.517 casos) a «los clubes» (683). Esto representa un conjunto de datos mucho más
liviano, al mismo tiempo que mantiene toda la información relevante para obtener
información precisa.
77
Entre la segunda y la tercera etapa hubo una instancia de intercambio con los encargados
del manejo de los datos en la ONFI, destinado a evacuar dudas sobre la codificación de las
variables de la base y otros detalles.
Cada paso fue en la dirección de refinar el conjunto de datos para facilitar su manipulación.
Hoy se cuenta con una base de datos recodificada. Las variables acerca de las que se tiene
información son las mismas de la ONFI: cantidad y nombre de clubes, cantidad y nombre de
ligas, cantidad de niños por club, liga, zona, departamento, lo mismo con cantidad de clubes
y ligas. Sexo de los jugadores y si están en la selección de la liga (datos correspondientes a
2017).
Proyecciones
Si bien la unidad de análisis de la base manejada por ONFI son los niños, los objetivos del
observatorio con respecto a los datos no apuntan a individualizar los casos, sino que se
busca un análisis más despersonalizado, una especie de estado de situación general con
respecto a cantidad de personas involucradas y características básicas como sexo, edad,
localidad de residencia, cuántos niños seleccionados tiene el club, etc. Es decir, siempre en
referencia a los valores agregados.
La efectiva conformación del observatorio abriría camino para dar un siguiente paso:
pensar, planificar, diseñar e implementar seriamente estrategias de relevamiento de nuevos
datos.
Cabe señalar que la base sobre la que se trabajó es la correspondiente al cierre del año
2017 y cuenta con codificaciones específicas para un evento puntual (Campeonato de la
Conmebol-Liga de Desarrollo), la cual complejizó la tarea.
78
Capítulo 5
Líber Benítez, Gonzalo Pesce
79
Capítulo 5 - Consideraciones finales a modo de puntapié inicial
Lo que supone que los resultados encontrados nos permiten generar líneas que deben ser
profundizadas desde al menos dos ejes: uno investigativo y otro dialógico. La investigación
nos permite generar conocimientos que puedan ser presentados posteriormente en los
diferentes espacios que las instituciones crean convenientes. Y en el eje dialógico se
presenta, a su vez, un doble desafío. Por un lado, el de favorecer los diálogos en la
construcción de conocimientos sobre el fútbol infantil. Y, por otro lado, el de generar
espacios donde esos conocimientos se puedan debatir y discutir entre los diferentes actores
que configuran el fenómeno.
Queda una base de datos audiovisuales con entrevistas a actores que configuran el fútbol
infantil.
Se configura una base de datos que podrá ser utilizada como fuente de futuras
investigaciones.
80
De los documentos analizados en el eje emerge una visión del fenómeno en tanto espacio
masculino y masculinizante; las niñas son una preocupación reciente.
A lo largo del recorrido histórico las decisiones tomadas en los espacios ejecutivos de la
CNBF-ONFI marcan que el centro de atención está puesto no en los niños sino en el deporte
mismo.
Se reproducen estructuras que vienen tomadas del fútbol profesional y es difícil colocar al
niño como centro de interés.
Los privados que esponsorean hacen jugar sus intereses bajo la idea del fútbol infantil como
derecho al juego. En esta línea se hace necesario develar las nociones que se colocan en
los derechos del niño como fundamento, para pensar las tensiones discursivas que se
generan desde el análisis de los derechos como campos en disputa.
Se destaca que existen decisiones en los espacios de toma de resoluciones que intentan
superar los ejes marcados y emergentes de los documentos como tendencias o
continuidades hegemónicas.
Existen prácticas que escapan a estas miradas estructuradas y estructurantes del fútbol
infantil en parte transmitidas en el material audiovisual que se genera como producto del
proyecto y que están disponibles en las páginas web de los servicios. En estas fugas hay
una brecha para pensar la política pública que ONFI configura.
Se realiza una revisión bibliográfica que coloca referencias centrales para abordar las
dimensiones de inclusión/exclusión en al menos tres ejes. Género/clase social/identidades.
81
Se realizan fichas de observación participante en conjunto con estudiantes universitarios y
actores locales (Paysandú, Rivera, Maldonado, Montevideo, Mercedes).
Se propone la posibilidad de pensar en una iniciación deportiva amplia más allá que una
especificación futbolística temprana. De lo contrario, la diversidad se ve afectada por lemas
como «cada niño una pelota» en una forma de monopolizar la práctica deportiva.
Se concluye que el lugar de las niñas y las mujeres en el fútbol infantil es aún subalterno a
las decisiones de hombres y las lógicas masculinas de la cultura futbolera uruguaya
dominante.
Se construyen bases de datos para seguir estudiando el fenómeno del efecto de la edad
relativa.
Se realizan cuestionarios estandarizados a todos los seleccionados que jugaron las finales
nacionales de ONFI, que serán tomados como punto de partida para analizar el entorno de
los considerados talentos deportivos del fútbol infantil una vez se encuentre en
funcionamiento el observatorio del fútbol infantil.
82
Se apoya a la ONFI con la estandarización y ordenamiento de datos cuantitativos que
permite trabajar sobre nuevas variables desde el punto de vista de la investigación y la
generación de propuestas emergentes de los datos ordenados.
Queda disponible una base de datos con más de 400 observaciones de prácticas y partidos.
Los contextos de enseñanza determinan, a la vez que evidencian, cuáles son las miradas
del deporte para el caso del fútbol infantil. En este sentido, se destaca que las
problemáticas identificadas para la fundamentación de la existencia del fenómeno no se
hacen presentes de forma práctica.
Uno de los ejes más importantes del proyecto está en su impacto directo en los ámbitos
donde se proponía sensibilizar a la población para que la implementación del observatorio
se hiciera posible. Las bases del diálogo marcan un trabajo continuo desde el año 2016 a la
fecha que permiten posicionar a los actores involucrados en el proyecto en una situación
muy favorable. En este sentido la presentación de los resultados del proyecto en diferentes
83
ámbitos de la ONFI y la Udelar permiten acordar agendas de trabajo conjunto hacia el año
2020.
Algunas actividades centrales que dan cuenta del alcance del proyecto22
Se llevaron adelante espacios de intercambio con actores del fútbol infantil en diferentes
departamentos del país respecto a los tres ejes abordados por el proyecto.
Proyecciones posibles
Se propone la ejecución durante el año 2020 de los Laboratorios de Enseñanza del Deporte
en conjunto con el Gesocude intentando priorizar aquellos clubes que formaron parte del
proceso y agregar a clubes o actores que soliciten la ejecución de la propuesta.
Se propone la ejecución de mesas de diálogo sobre los diferentes temas abordados con los
actores con los que se logró trabajar en el proyecto y aquellos que soliciten la ejecución de
la propuesta.
22
El proyecto contó con un producto audiovisual conformado por tres videos cortos (uno por eje de trabajo) y un
video de la totalidad del proyecto para difundir a nivel institucional.
84
En el marco del estudio de la historia social del deporte pensar en la historia de los clubes
de fútbol infantil como eje de investigación que permita producir a partir del conocimiento de
la historia del fenómeno.
Proponer espacios de formación que puedan ser realizados por orientadores y dirigentes del
fútbol infantil como espacios de actualización y diálogo.
Léxico
Proponemos trabajar para que desaparezcan términos y afirmaciones estigmatizadoras
(gordito, burro, macho, garra, huevos, puto, otras), tanto por parte de los orientadores
técnicos, espectadores como de los practicantes. Es necesario para ello dar herramientas
de diálogo y acción a los orientadores técnicos, articulando la formación con otras
instituciones de la órbita educativa.
Participación
Promover la idea de deporte en tanto «arena pública», donde todos los actores deberían
tener la posibilidad de decisión sobre el futuro de cada propuesta.
85
En este sentido debería modificarse radicalmente la estructura competitiva, eliminando las
finales y los campeones nacionales. No es necesario tener campeones si el fin de la
organización, que pertenece a una órbita estatal, es la inclusión social y no la estratificación
deportiva. La motivación de juntarse a jugar al fútbol debe ser juntarse a jugar al fútbol y no
ser una fábrica de campeones (algunos) y perdedores (muchos), impostando este modelo
como único posible, el cual además reproduce las relaciones de poder (heteronormativas y
clasistas).
Redes
Articular con otras redes deportivas infantiles, para dar un mejor seguimiento de los niños,
mejor utilización de recursos y poner en diálogo experiencias para posibles acciones
conjuntas. Promover articulación de cada «club de fútbol infantil» con redes territoriales
(comunamujer, nodos educativos, socats, otras redes) para abordar las problemáticas
locales, respecto a problemas y proyecciones.
Héroes
Establecer ejemplos de modelos de rol que no sean los jugadores de fútbol de alto nivel
sino asalariados de clase trabajadora (obreros, educadores, etc). La conciencia de clase
debe inculcarse a modo de GPS social, de manera que madres, padres, niñas y niños
puedan ubicarse en los porvenires del ámbito futbolístico que exceden al fútbol infantil.
86
Fuentes23
Fuente Descripción
23
Las fuentes quedan disponibles tanto en la ONFI como en la biblioteca del Gesocude. Ante cualquier consulta
acerca del proyecto: Líber Benítez / gesocude.observatorio@gmail.com
87
A- La posibilidad de nuclear documentos con afán
homogenizador.
Actas Consejo Directivo o Mesa Este documento es de vital importancia más allá de no
Ejecutiva CNBF/ONFI contar con la totalidad de los años analizados. Fueron
utilizados todos los documentos que la organización
dispone. Fuera de ellos se desconoce si hubo registros
de actas. Desde la mesa ejecutiva se definen las líneas
de acción y se toman las decisiones que luego
impactan en el terreno de lo público. La mesa ejecutiva
a lo largo del devenir histórico se mantuvo con algunas
diferencias mínimas en su constitución y formato pero
manteniendo en todas una presidencia, una secretaría
y una tesorería. Desde este espacio se proponen los
órdenes del día de los congresos nacionales y se
generan las líneas de acción de la política a nivel
nacional. En las acciones y omisiones aparece el
discurso central del ente rector del fútbol infantil. Se
cuenta con actas de los años 1975 al 1977 (la CNBF en
el año 1975 estuvo intervenida militarmente) y luego de
un vacío (falta de documentación) desde el año 1977 al
año 1989 se retoman de forma continua desde el año
1990 al año 2003 (ya con la denominación de ONFI).
Posteriormente, aparecen los registros de 2007 para
finalmente encontrar los registros de actas desde el
año 2010 al año 2015.
88
(reglamento de funcionamiento del fenómeno. Es el primer documento al que se
que oficia de estatuto de enfrentan los clubes y las ligas para poder definir
funcionamiento) acciones. En este sentido marcan las pautas del
funcionamiento y son una foto del fenómeno a lo largo
de su devenir histórico.
89
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