Está en la página 1de 11

CURSOS VIRTUALES CAMPUSDH

Curso: Les niñes y adolescentes como sujeto


de derechos

Modalidad virtual 2021

Módulo III – Entornos protectores de derechos de niñes y adolescentes

a) El rol de las familias, comunidad y Estado en la crianza de niñes y adolescentes.


Perspectiva de género e interculturalidad.

b) Los dispositivos de la ternura en contraposición a los dispositivos de la crueldad.

c) Los entornos protectores de derechos humanos de niñes y adolescentes: Contexto


social, político y familiar.

El rol de las familias, comunidad y Estado en la crianza de niñes y adolescentes.


Perspectiva de género e interculturalidad.

En la clase anterior se profundizó en el sistema de protección integral de derechos de


niñes y adolescentes. A través de los instrumentos internacionales y nacionales se
reconoció cuál es la institucionalidad pensada para la conformación del sistema. En esta
clase les proponemos analizar estos lineamientos normativos en relación las siguientes
dimensiones: diversidad en las constituciones familiares; perspectiva de género e
interculturalidad; aportes del psicoanálisis y derechos humanos; los entornos protectores
de derechos humanos como una propuesta ética y política.

Para pensar en la dimensión de las familias se retoma la ley de protección integral de


derechos de niñas, niños y adolescentes (26.061) que en su artículo 7° define la relación
entre los organismos del Estado y las familias y la sociedad en su conjunto, en cuanto a
la responsabilidad en el cuidado y garantía de desarrollo. Al respecto se puede destacar
que le ley pone el acento en las prioridades, el respeto y el acompañamiento que el
mundo adulte debe tener con les niñes, señalando la responsabilidad prioritaria del
padre y la madre, indicando que los organismos del Estado tienen que asegurar políticas
públicas para que las familias puedan asumir ese rol.

Se propone entonces reflexionar en torno al concepto de familia dado que está asociado
en el sentido común a la “familia tipo” (madre, padre y dos hijos) y por lo general
ubicada en un centro urbano y con accesibilidad a varios servicios. La
conformación de las familias en la Argentina es muy diversa, tanto sea por su ubicación
urbana o rural como por el núcleo familiar que lo conforma. La ley de matrimonio
igualitario así como la reforma del Código Civil, permitieron que se amplíe la
aceptación social y el reconocimiento de familias de constituciones diversas.

La diversidad en las conformaciones familiares, sus pautas culturales y estilos de vida se


ven reflejados también en las diversas prácticas de crianza de les niñes. Existen
categorías generales que refieren a las modalidades de la protección, el cuidado, la
alimentación y la higiene, entre otros aspectos. Pero estas categorías generales asumen
siempre formas particulares de crianza que son propias de un grupo, una comunidad o
un sector social y económico, aún en el mismo tiempo y dentro de una misma cultura.

Las representaciones sociales, la organización laboral y económica de la sociedad


genera un vínculo muy estrecho entre crianza y mujer como cuidadora. En tal sentido,
consideramos importante introducir la perspectiva de género como categoría de análisis
transversal, que permita problematizar y reflexionar en torno a este rol adjudicado a las
mujeres en la organización social.

El género es una categoría analítica transdisciplinaria, que permite observar de manera


integral los rasgos y funciones psicológicas y socioculturales que se le atribuye a cada
uno de los sexos en cada momento histórico y en cada sociedad. Esta categoría permite
explicar las desigualdades entre hombres y mujeres, poniendo el énfasis en la noción de
multiplicidad de identidades. Lo femenino y lo masculino se conforman a partir de una
relación mutua, cultural, histórica y económica. El concepto de género fue desarrollado
por académicas feministas. Erróneamente se lo suele asociar sólo con “las mujeres”,
pero por el contrario, indaga tanto sobre la situación de las mujeres como la de los
hombres, enfatizando la dinámica relacional entre los universos femenino y masculino.

Esta idea invita a comprender la lógica con la que se construyen identidades y


relaciones de géneros en las diversas formas de organización de la vida social. Permite,
a modo de lupa, observar críticamente las relaciones entre varones y mujeres y develar
las condiciones de subordinación en que las niñas y las mujeres históricamente, y desde
su nacimiento, han desplegado sus vidas por el hecho de ser mujeres. Es decir, el
concepto de género nos habla de relaciones de poder, de jerarquías construidas en torno
a los valores y prácticas asociados el mundo masculino por sobre los asociados a lo
femenino.

Para los hombres, la construcción de sus masculinidades es también producto de un


proceso social y cultural que impuso límites a su desarrollo integral como seres
humanos. Ellos enfrentan problemas específicos ligados al deber ser del hombre: el rol
de proveedor, la exposición a situaciones de riesgo físico, entre otras.

La mirada de género permite construir una concepción del mundo y de la vida en


diversidad. Hoy sabemos que no hay una única forma de ser mujer y de ser varón en el
mundo. En suma, la categoría de género permite dar cuenta de los roles, identidades y
valores que son atribuidos a varones y mujeres e internalizados mediante los procesos
de socialización en contextos sociales y culturales determinados.

Por otro lado, proponemos también repensar las familias y las pautas de crianza en base
a la perspectiva intercultural. Partiendo del reconocimiento de las diferencias existentes
entre las personas y grupos humanos, la interculturalidad como principio, busca
impulsar activamente procesos de intercambio y encuentro entre seres, saberes, sentidos
y prácticas distintas, para la realización de acciones concretas de inclusión social de los
grupos excluidos, debido a relaciones desiguales de poder.

Los derechos humanos parten del reconocimiento y el respeto al otro, dando particular
primacía a la dignidad humana sobre cualquier diferencia. Este reconocimiento debe
basarse en la matriz igualitaria e inclusiva, entendiendo la igualdad no como
homogeneidad y a la inclusión como ampliación de ciudadanía.

En América Latina, el uso del término interculturalidad, se dio en el marco de proyectos


de educación indígena, en los que confluían estudiantes indígenas que entraban en
contacto con la cultura escolar hegemónica. A raíz de las luchas de estos pueblos,
podemos además añadir la recuperación del carácter multiétnico, pluricultral y
multilingüe de la condición indígena.

Ejemplo de estos cambios importantes en la región son las nuevas constituciones de


Bolivia (2009) y Ecuador (2008) que marcan un cambio en el paradigma del
constitucionalismo liberal, por cuanto se asume que se trata de un Estado plurinacional
y se invierte la hegemonía blanca mestiza por una política en la que el Estado representa
la unión del poder político, económico y social de todos los pueblos y nacionalidades al
margen de sus diferencias históricas, políticas y culturales.
Resulta necesario plantear que el respeto por la igualdad no significa homogeneizar ni
uniformar a las personas sino el reconocimiento de las diferencias. Por eso, el enfoque
de derechos incorpora, entre otras las perspectivas de género, generacional e
intercultural a fin de valorizar las particularidades socioculturales y asegurar la igualdad
de oportunidades. Ello implica que el Estado debe reconocer y generar políticas públicas
pensando en subjetividades titulares de derechos con toda la capacidad jurídica para
exigirlos. La implementación de la educación intercultural bilingüe es un avance
significativo en los procesos de ampliación de derechos en los que se viene transitando
durante el último decenio.

Los dispositivos de la ternura en contraposición a los dispositivos de la crueldad.

En el marco de lo anteriormente expuesto proponemos ahora incorporar los aportes que


el psicoanálisis ha realizado en base a las consecuencias actuales que el terrorismo de
Estado ha dejado en las víctimas y en la sociedad en su conjunto. Tomaremos los
aportes del Dr. Fernando Ulloa1 y el desarrollo que realiza en relación a los vínculos
entre adultes y niñes en el texto La ternura como contraste y denuncia del horror
represivo. Allí el autor traza los efectos psicológicos de la represión en el marco de la
restitución de niñes secuestrades. Conceptualiza este tema a través del concepto
encerrona trágica y efecto de lo siniestro: “El paradigma de la encerrona trágica es la
tortura en la cual alguien, la víctima, depende totalmente para dejar de sufrir o para
sobrevivir de alguien a quien rechaza totalmente”. 2 Es una tragedia de a dos: opresor-
oprimido, en donde no hay un tercero de apelación.

Partamos de conceptualizar que el crecimiento y el desarrollo son dos procesos que se


relacionan, se refuerzan mutuamente y coinciden aunque no son estrictamente paralelos;
representan una diversidad y continuidad de interacciones entre la herencia y el
ambiente, entre lo dado y lo adquirido. Considerar a le niñe como sujeto social, de
derecho y activo interlocutor en la construcción de su propio desarrollo, plantea una
perspectiva diferente de aquella que lo sitúa como objeto de cuidado. Les niñes desde su

1
ULLOA, Fernando. 1988. La ternura como contraste y denuncia del horror represivo. Eudeba. Buenos Aires. En este
texto, presentado en las Jornadas de Abuelas de Plaza de Mayo en el mes de septiembre de 1988, el autor reflexiona
teóricamente acerca de los efectos psicológicos de la represión. Fernando Ulloa fue médico psicoanalista y referente
del desarrollo del psicoanálisis en el país, fue seguidor y colega de Enrique Pichon-Rivière, con quien trabajó en la
vinculación entre psicoanálisis y política, y de Marie Langer, discípula de Freud y una de las que introdujo el
pensamiento del psicoanálisis en la Argentina.
2
Op. Cit. Pág. 253.
su nacimiento, poseen determinadas capacidades de raíz biológica que requieren de la
interacción con el medio físico por una parte, y sociocultural por otra, para transformarse
progresivamente y contar con instrumentos cada vez más complejos que les posibiliten
construir su vida psíquica; organizar, comprender y desenvolverse en el medio social y
cultural al que pertenecen.

Ulloa plantea que los primeros tiempos del sujeto humano se caracterizan por un estado
que denomina de “invalidez infantil”. Es importante señalar que este concepto no debe
confundirse con la idea de incapacidad o menos aún de cosificación del niñe. Es un
tiempo aún sin palabras, con pocas posibilidades de pensamientos memorables
posteriores en forma consciente, sin embargo con un gran valor, entendiendo que todo
lo que se inscribe en ese momento, será constituyente del niñe. Este estado de invalidez
manifiesta la necesaria dependencia del sujeto infantil con el mundo de los adultes.

Esta relación entre un sujeto humano infantil y les adultes que lo rodean, tiene la
posibilidad de ser mediada por los “dispositivos de la ternura”. La ternura
parental/maternal es leída en términos de renuncia, por parte de les adultes, de la
necesidad de apoderarsedel sujeto infantil. En tal sentido Ulloa señala dos condiciones
o habilidades propias de la ternura: la empatía y el miramiento. La empatía garantizará
un suministro adecuado de calor, alimento, arrullo, palabra. El miramiento contempla la
posibilidad de mirar al otro con amoroso interés y reconocerlo como alguien ajeno y
distinto a uno mismo.

Esta mediación tierna entre el niñe y el adulte conformará en el niñe un sentimiento


confiado en el cual el mundo que lo rodea puede satisfacer sus necesidades. Es decir,
que irá adquiriendo la convicción de que existe un suministro bondadoso ajeno, a la par
que comenzará a confiar en sus propias posibilidades de demandar y así obtener
suministro.

Este sentimiento de confianza conformará una idea de justicia, de lo que hace daño y de
lo que no, y de cuándo él misme puede o no ser dañino para otres. Es un proceso
fundamental para el desarrollo paulatino de la conciencia y discernimiento de lo que es
justo, lo que será la base constitutiva de lo ético.
Los entornos protectores de derechos humanos de niños, niñas y adolescentes:
Contexto social, político y familiar.
Los derechos humanos son los derechos del otro. Nos comprende a todo en tanto “yo
soy el otro del otro”. He buscado subrayar la preeminencia de la otredad sobre el yo y
su papel fecundo para la conciencia del sujeto. Esta se constituye en relación, en un
proceso ínter subjetivo de responsabilidad especular”.
Eduardo L. Dhualde

En base a las diversas perspectivas desarrolladas hasta aquí, se introduce el concepto de


entornos protectores de derechos como propuesta reflexiva para llevar adelante
acciones concretas que se adecuen al marco normativo, pero que no repliquen prácticas
que no respondan a las necesidades reales de cada niñes en su comunidad.

Se propone partir de algunas premisas básicas:

 Les niñes pequeñes requieren de otras voces para que sus demandas, necesidades y
sueños sean atendidos y ocupen un lugar en la agenda social y política. Este es el
compromiso que debe asumir el mundo adulte (familias, instituciones y
comunidades) y el Estado desarrollando política pública .Dicho esto en el lenguaje
de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), el énfasis está puesto en el
principio rector del “interés superior del niño”.3

 Argentina tiene en la actualidad un corpus de legislación fecunda que consagra los


Derechos Humanos de las personas y en particular de la infancia reflejada esta
última en la Ley 26.061 de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes.

 En necesario tener presentes los atributos de los derechos humanos4:

- Universalidad: todos los derechos humanos le pertenecen a todas las


personas, sin distinción alguna de edad, etnia o género, en todo momento y
lugar donde se encuentre.

3
Secretaria de Derechos Humanos. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Derechos del Niño. Convenciòn y
Protocolos Facultativos. Ley de Protección Integral De los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes. Colección
Derechos Humanos para Todos. Buenos Aires. 2005
4
Secretaria de Derechos Humanos. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Derechos del Niño. Convención y
Protocolos Facultativos. Ley de Protección Integral De los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes. Colección
Derechos Humanos para Todos. Buenos Aires. 2005.
- Indivisibilidad (interdependencia, integralidad y complementariedad). Todos
los derechos humanos están relacionados entre sí, y en su conjunto forman
parte de un sistema armónico que garantiza y protege la vida digna, libre y
autónoma de los niños, niñas y adolescentes y de todas las personas5.

- Todos los derechos humanos son igualmente importantes, no están


concebidos para establecer jerarquías entre ellos. La negación de un derecho
pone en peligro el ejercicio de los otros derechos. Dicho de otro modo, el
ejercicio de un derecho no puede hacerse en perjuicio de algún otro. Como
ejemplo, no podemos disfrutar plenamente de nuestro derecho a la educación
si no estamos bien alimentados o si carecemos de una vivienda adecuada, ni
podemos ejercer nuestro derecho a la participación política si se nos niega el
derecho a manifestar o estar bien informados.

- Los derechos humanos son irrenunciables e imprescriptibles. Nadie puede


ser obligado a renunciar a los derechos y libertades que le ha reconocido la
Constitución, la ley y el derecho internacional. Una vez reconocida su
vigencia es permanente, aun cuando hayan sido allanadas las situaciones que
los originaron. No se pierden con el transcurso del tiempo.

- Son inalienables, inviolables e inherentes. Nadie, incluyendo al propio


Estado, puede suspender, denegar ni violar los derechos humano, en tanto
son inherentes a las personas (por lo tanto, no pueden transferirse, cederse o
comercializarse). Ello incluye el derecho a la vida, a la seguridad, justicia,
integridad, libertad, libertad de tránsito, libertad de pensamiento y libertad de
expresión.

- Los Estados no pueden desconocerlos o violarlos de ninguna forma. El


Estado no puede disponer de ellos, comprometerlos o conculcarlos. En
situaciones de excepción, de manera excepcional y temporal, por orden de
autoridad competente y de conformidad con la ley, se los puede limitar pero
no eliminar.

- Los derechos humanos son progresivos y acumulativos (se habla de derechos


de 1º, 2º, 3º y 4º generación). Cada etapa histórica expresa los avances en la
conciencia de los sujetos y de la sociedad. Esto es que los derechos no son
un número cerrado sino que están sujetos a la sucesiva incorporación y
aparición de otros.

- A medida que la humanidad cambia y se adapta a nuevas situaciones, otros


derechos humanos se reivindican. La suma de nuevos derechos no elimina o
reduce los ya conquistados. Un ejemplo emblemático de esta argumentación
es la sanción de la ley de matrimonio igualitario en la Argentina. Es un
derecho de última generación y expresa el alcance que adquirió la libertad de
elegir de las personas.

Le titular de los derechos humanos es el ser humano, los grupos sociales (niñes y
adolescentes, las mujeres, les trabajadores, les personas migrantes y refugiades, les
personas con discapacidades, les grupos étnicos, les grupos religiosos, etc.) y los
pueblos. Los Estados tienen la obligación de garantizar los derechos humanos. No hay
Estado de derecho ni democracias sin este compromiso y vigencia de los derechos
humanos.

La singularidad de los niños y niñas pequeños y sus derechos

Los atributos expuestos sobre derechos humanos, le caben también a les más pequeñes.
Su singularidad reside en que son las personas adultes (familias, cuidadoras, Estado,
comunidad) las responsables de asegurar el ejercicio de sus derechos y proveerles su
sustento material y afectivo. Somos una suerte de representantes de les más chiquites,
toda vez que re-interpretamos su lenguaje de llanto, de risas o de brazos extendidos y
ejercemos la capacidad de demandar al Estado como garante de sus derechos6.

Hacia la producción de Entornos Protectores


“Nuestra sociedad necesita profundizar una cultura de respeto por los derechos
humanos para comprender de qué manera se transforma la vida cotidiana de la
población cuando en lugar de palias necesidades o pensar en los niños como objeto de
caridad o protección, garantizamos sus derechos”7.
Eduardo L. Duhalde

6
UNICEF y Fundación Kaleidos. Desarrollo emocional, clave para la primera infancia. Buenos Aires. 2012
7
Secretaria de Derechos Humanos. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Derechos del Niño. Convención y
Protocolos Facultativos. Ley de Protección Integral De los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes. Colección
Derechos Humanos para Todos. Buenos Aires. 2005
La reseña anterior ofrece el marco para una aproximación a la categoría de entornos
protectores de los Derechos Humanos, a fin de interpretar las acciones que se pueden
desplegar en los territorios a través de acciones y políticas públicas concretas. Pensar en
entornos protectores de derechos es pensar que se requiere:

 Un ambiente (familiar, comunitario, local) en el que se conjugue y respete el


conjunto de derechos consagrados por la Ley 26.061 se configuraría como un
“entorno protector” de les niñes pequeñes. Tal como fue señalado, la variedad
de derechos contemplados por esta Ley basada en la CDN, no implica
supremacía o mayor importancia de unos sobre otros. Al contrario, todos son
esenciales y complementarios entre sí: por ejemplo, hay claras sinergias entre el
derecho a la identidad y el ejercicio de todos los otros derechos, entre el derecho
a la salud y nutrición y el ejercicio del derecho a la educación.

 La realización de cada derecho de la niñez y adolescencia se hace posible con el


cumplimiento de obligaciones específicas por determinadas instituciones y
actores sociales, incluyendo a las familias y considerando al Estado no solo
como portador especialmente de obligaciones, sino también como un garante del
ejercicio de derechos y de la exigibilidad de los mismos. Se trata, precisamente,
de obligaciones o deberes que se derivan de la CDN y Leyes del Estado
Nacional sintonizadas con esta (marco legal).

 Ahora bien, en tanto la realidad de las familias difiere de la retórica del “deber
ser” que enuncian los derechos, es necesario profundizar en la interesante
categoría de entornos protectores, porque nos desafía a plantear, a la vez que en
una imagen objetivo a ser alcanzada para el bienestar de les pequeñes, a
situarnos como parte del proceso mismo de construcción del entorno, una suerte
de acumulación y complementariedad de los derechos a los que aludimos
anteriormente.

Esta categoría guarda un conjunto de dimensiones - de diversa naturaleza y rango - que


al confluir/ converger/ concurrir resultan en condiciones de posibilidad para producir
los entornos. Dicha condiciones son, entre otras, las siguientes:
Contexto social y político

- Leyes de protección a la infancia, con ajuste a derechos humanos.


- Políticas públicas sustentadas en dicha legislación8.
- Existencia de servicios públicos amables y de fácil acceso (físico, simbólico y
cultural) para la población infantil.
- Comunidades organizadas (en distintos grados o niveles) y comprometidas con
la primera infancia
- Articulación con los estados provinciales y locales.
- Contextos socio – territoriales respetuosos de la diversidad social, étnica y de su
pautas y prácticas de crianza.

En resumen y para cerrar la clase, dejamos la siguiente pregunta con algunas líneas que
ayuden a pensar en su respuesta:

¿Qué nuevos cauces abre la noción de entornos protectores, desde el punto de vista
conceptual y operativo en relación a la infancia?

 Reabre el debate conceptual y metodológico sobre la integralidad de las acciones


y de los derechos.
 Recorre críticamente - en una suerte de espiral - las diversas circunstancias
(encarnadas en actores concretos) que re – asegurarían una buena vida para les
niñes desde el inicio:
 Familia - cualquiera sea su formato – capaces de criar y sostener
(simbólica y económicamente) dicha crianza en el tiempo.
 Comunidades comprometidas con la infancia.
 Existencia de redes y organizaciones sociales capaces de pedir
cuentas.
 Gobiernos locales receptores y comprometidos.
 Servicios amables, existentes y cercanos a las familias y
comunidades.
 Políticas nacionales deliberadas para promover la capacidad de
cuidado de las familias, asegurar los recursos y los accesos.

8
Duhalde, Eduardo Luis “Las Políticas Públicas en Derechos Humanos compreden los derechos civiles,
políticos, económicos, sociales, culturales y de incidencias colectiva. El acceso a la educación, la salud,
vivienda a un trabajo digna, salario justo, protección provisional, son ejes irrenunciable de estas
políticas”. Cuadernos de la Militancia. Ediciones Punto Crítico. Buenos Aires. 2012
 Marcos jurídicos e institucionalidades vinculadas a los tratados
internacionales.

También podría gustarte