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“Cierta vez llevaron unos niños a Jesús para que los tocara y les diera la bendición.
Los discípulos, molestos, no los dejaban acercarse. Entonces Jesús enojado, al ver esto les
dijo: Dejad que los niños vengan a mí, no les impidan venir, porque el Reino de Dios
pertenece a los que son como estos niños. Jesús tomó en sus brazos a los niños y los
bendijo”.
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“Estaba orando Jesús en cierto lugar y cuando acabó, uno de sus discípulos les dijo:
Señor, enséñanos a orar como Juan enseño a sus discípulos. Y Él les dijo:
CONSIGNA: Pinto con acuarelas el siguiente dibujo. Pegamos algodón en las nubes.
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CONSIGNA: Pegamos la estampita del Divino Niño Jesús, la decoramos y al lado ponemos su oración.
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Camino a Jerusalén estando ya cerca del monte de los olivos, Jesús mandó a dos
de sus discípulos y les dijo:
Vayan al pueblo que está enfrente, allí van a encontrar un burrito atado,
desátenlo y tráiganlo hasta aquí. Si alguno les pregunta que están haciendo,
contéstenle que el señor lo necesita y que enseguida se lo devolverá.
Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado. Cuando trajeron
el burrito Jesús lo montó.
Toda la gente que lo acompañaba extendió sus ropas en el camino. Otros
cortaban ramas de los árboles y lo cubrían con ellas.
La multitud que acompañaba a Jesús comenzó a gritar:
• Bendito es el que viene en nombre del señor.
Así entró Jesús en Jerusalén y toda la ciudad se llenó de júbilo. Muchos
preguntaban:
• ¿quién es este?
Y la gente respondía:
• Es Jesús, el Salvador enviado por Dios.
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Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a sus discípulos,
diciéndoles:
—Beban de ella todos ustedes. Esto es mi sangre, qué es derramada por muchos para el perdón
de pecados. Les digo que no beberé de este fruto de la vid desde ahora en adelante, hasta el día
en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.
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“Al amanecer del día Domingo las mujeres fueron al sepulcro. Vieron que la piedra que
tapaba la abertura no estaba en su lugar y entraron. No encontraron el cuerpo de Jesús y
quedaron confundidas sin saber qué hacer.
De pronto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Las mujeres,
llenas de miedo, permanecían sin animarse a mirar. Y ellos les preguntaron:
- ¿por qué buscan entre los muertos al que está vivo? ¡No está aquí, ha resucitado!
Entonces las mujeres atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del
sepulcro y se fueron a dar la noticia a los discípulos
Cuando las mujeres se lo contaron, los discípulos no les quisieron creer, y decían que
estaban delirando.
Sin embargo, Pedro se levantó y corrió hasta el sepulcro. Al llegar, se asomó, y no vio
más que sábanas.
Entonces Pedro regresó lleno de asombro por lo que había pasado”.
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CONSIGNA: Luego de visitar el Templo, vamos a construir con palitos de helado nuestra Iglesia, a
continuación nos dibujamos en ella.
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Se le apareció en varias ocasiones para decirle que la amaba a ella, a todos los hombres y lo
mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.
Durante estas visitas, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar
y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros
pecados.
CONSIGNA: Pintamos el Sagrado Corazón de Jesús con témpera roja. Coloreamos el resto de la imagen.
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Canción: Saltimbanqui.
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CONSIGNA: Recorremos el camino que hace el niño a llegar hasta la Biblia, pegamos pedacitos de papel
glasé en el camino correcto. Luego coloreamos.
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CONSIGNA: Armamos un collage sobre las semillas que cayeron en tierra fértil.
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CONSIGNA: Decoramos con diferentes materiales el árbol y luego dibujamos pájaros, flores y pegamos
semillas.
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“Dijo Dios: Produzca la tierra pasto y hierbas que den semilla y árboles frutales que den sobre
la tierra fruto con su semilla adentro”. Y así fue.
“Dijo Dios: Produzca la tierra animales vivientes de diferentes especies: ganado, reptiles y
animales salvajes”. Y así fue.
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“Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Y creó Dios al hombre a su
imagen. Varón y Mujer los creó”.
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CONSIGNA: Como muestra de agradecimiento a Dios, nos dibujamos a nosotros mismos con todas las
partes de nuestro hermoso cuerpo.
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ENCUENTRO N°27 ILUMINACIÓN: “EL AGUA DEL BAUTISMO LIMPIA NUESTRO CORAZÒN”.
“EL DON DEL NOMBRE”.
El BAUTISMO es el sacramento por el cuál Dios nos adopta como a sus hijos y empezamos a
formar parte de la Iglesia.
El BAUTISMO es como un segundo nacimiento a la VIDA NUEVA de Dios, por eso elegimos
PADRINOS Y MADRINAS que junto con nuestros papás nos acompañarán en nuestro camino de
Fe.
Al nacer nuestros papás nos ponen un nombre y en el Bautismo Jesús nos llama por nuestro
nombre a ser parte de su familia.
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María era una joven que confiaba en Dios, vivía en Nazaret. Sus papás se llamaban Joaquín
y Ana. Ellos siempre habían rezado a Dios.
Cuando María nació, Joaquín y Ana se sintieron muy felices y siendo una niña la
presentaron en el templo de Jerusalén para que sirviera a Dios.
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TODAS LAS FAMILIAS SON DIFERENTES PERO TODAS TIENEN ALGO EN COMÚN SE
QUIEREN Y SE CUIDAN.
El 11 de febrero de 1858 tres niñas, Bernardita, su hermana y una amiga fueron a buscar leña.
Para ello tenían que atravesar un pequeño río pero como Bernardita tenía asma no podía meter
los pies en agua fría y las aguas de ese pequeño río estaban muy heladas, por eso ella se quedó al
lado del río mientras su hermana y su amiga iban a buscar la leña.
En ese momento comenzó la experiencia más valiosa de Bernardita.
Camino al río Gave, pasaron por una gruta natural donde Bernardita escuchó un murmullo. Allí
divisó la figura de una joven vestida de túnica blanco, muy hermosa, con una banda azul y con un
rosario colgado del brazo.
Bernardita se acercó y comenzaron a rezar juntas. Luego la Virgen desapareció.
Durante cinco meses la Virgen se le apareció a Bernardita en medio de multitudes que se
acercaban para rezar y poder observar a la hermosa señora, pero la Virgen solo se le aparecía a
Bernardita.
La Virgen le pidió a Bernardita que construyera una gruta y que realizaran una procesión.
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CONSIGNA: Pegamos una estampita de la Virgen de Lourdes, luego dibujamos al lado, la gruta y a
Bernardita.
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Y sucedió mientras estaban en Belén, que a María le llegó el tiempo de dar a luz.
CONSIGNA: Decorar con diferentes materiales el Pesebre, luego recortamos y pegamos a todos los
presentes en ese momento.
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Algunos pastores que vivían cerca de Belén estaban en la noche afuera en sus campos cuidando sus
ovejas. Estaban preocupados de que un animal más grande pudiera venir y lastimar a las ovejas, así que
se sentaron juntos en una colina a hablar y a cuidarlas.
De pronto vieron una luz brillante. Pero esta no era solo una luz brillante, era tan brillante que debían
cerrar sus ojos por un minuto porque los lastimaba.
Cuando abrieron sus ojos para ver lo que pasaba, un hermoso ángel estaba parado en el aire justo sobre
ellos con sus brazos abiertos.
Los pastores se miraron entre sí con incredulidad, pero comprendieron que debía ser real, porque todos
veían lo mismo. Todos estaban muy asustados, pero no corrieron porque estaban demasiado
estupefactos para hacer algo.
Los ángeles visitan los pastores Luego el ángel les habló. "No teman. Estoy aquí para traer las buenas
noticias para todas las personas. Hoy ha nacido un bebé en Belén, Él es quien salvará al mundo.
Reconocerán al bebé porque está envuelto en telas, y recostado en un pesebre".
De pronto, tan rápido como llegó el primer ángel, apareció un grupo grande de ángeles, y dijeron juntos,
"Gloria a Dios, y paz a los hombres sobre la tierra". Después de hablar, se alejaron flotando.
Los pastores estaban sorprendidos y emocionados, ¿acaso todos sabían las noticias, o solo ellos? Tenían
que ir a ver este bebé del que hablaban los ángeles.
Corrieron tan rápido como pudieron, y pronto encontraron a María, José y al bebé Jesús. Los pastores
cayeron de rodillas cuando vieron a Jesús, estaban llenos de júbilo porque habían encontrado al Señor.
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El Evangelio de San Mateo nos cuenta otro acontecimiento importante, que sucedió cuando Jesús nació: la
visita de los sabios de oriente que nosotros llamamos los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar.
De acuerdo con lo que nos dice el Evangelio, los Reyes Magos eran unos señores muy ricos, que vivían en
otros países, y que tenían como distracción especial, o tal vez como oficio, como trabajo, mirar el cielo y
estudiar las estrellas que veían desde lejos.
Un día vieron una estrella muy luminosa, que no conocían, y se propusieron seguirla, mirando en las noches
hacia dónde se movía. Después, conversando entre ellos, pensaron que esa estrella debía ser una señal que
indicaba que alguien muy importante había nacido en el mundo, seguramente un rey, o un hijo de un rey.
Caminando con la estrella llegaron hasta Jerusalén, donde vivía el rey Herodes, y se fueron a buscarlo para
que les dijera quién podía ser ese niño recién nacido, pero Herodes no supo contestarles.
Los Reyes Magos siguieron su camino, buscando y preguntando a todas las personas que encontraban,
hasta que, finalmente, la estrella se detuvo sobre una casita, cerca de Belén. Y nos dice San Mateo:
“Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y,
postrándose, lo adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso, y mirra… Después
regresaron a sus países por otro camino” (Mateo 2, 10-11)
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