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ÍNDICE

PREFACIO
GUÍA DE ESTUDIO
INTRODUCCIÓN
1. LECCIÓN 1: Salutación. Bendiciones espirituales en Cristo. Ef. 1.1-14
1.1. Introducción.
1.2 Saludos: 1.1-2
1.3. Bendiciones espirituales en Cristo 1.3-14
1.4 Conclusión.
1,5. Cuestionario 1.
1.6. Síntesis del tema central de la lección 1.
2. LECCIÓN 2: El Espíritu de sabiduría y revelación. Ef. 1.15-23
2.1. Introducción.
2.2. Acción de gracias y oración: 1.15-19
2.3. Poder y señorío de Cristo: 1.20-23
2.4. Conclusión.
2.5. Cuestionario 2.
2.6. Síntesis del tema central de la lección 2.
3. LECCIÓN 3: La edificación de la iglesia. 2.1-22
3.1. Introducción.
3.2. Salvos por gracia: 2.1-10
3.3. Reconciliación por medio de la cruz: 2.11-22
3.4. Conclusión.
3.5. Cuestionario 3.
3.6. Síntesis del tema central de la lección 3.
4. LECCIÓN 4: Ministerio de Pablo a los gentiles: 3.1-21
4.1. Introducción.
4.2. Los gentiles son coherederos: 3.1-13
4.3. El amor que excede a todo conocimiento: 3.14-21
4.4. Conclusión.
4.5. Cuestionario 4.
4.6. Síntesis del tema central de la lección 4.
5. LECCIÓN 5: La unidad de la iglesia: 4.1-16
5.1. Introducción
5.2. La unidad del Espíritu: 4.1-6.
5.3. Dones de Cristo: 4.7-11
5.4. Motivo de los dones: 4.12-14.
5.5. Crecimiento y edificación de la iglesia: 4.15-16
5.6. Conclusión.
5.7. Cuestionario 5.
5.8. Síntesis del tema central de la lección 5.
6. LECCIÓN 6: Normas morales de la iglesia: 4.17-5.20
6.1. Introducción
6.2. La nueva vida en Cristo: 4.17-32
6.3. Andad como hijos de luz: 5.1-20
6.4. Conclusión.
6.5. Cuestionario 6.
6.6. Síntesis del tema central de la lección 6.
7. LECCIÓN 7: Someteos los unos a los otros: 5.21-6.20
7.1. Introducción.
7.2. Las casados y sus esposos: 5.21-33
7.3. Relación y trato padres-hijos: 6.1-4
7.4. 6. 5-9: Relación amos-esclavos: 6.5-9
7.5. Conclusión.
7.6. Cuestionario 7.
8. Síntesis del tema central de la lección 7.
9. LECCIÓN 8: La armadura de Dios: 6.10-24
9.1. Introducción.
9.2. Vestíos para estar firmes: 6.10-11
9.3. Contra quien es la lucha: 6.12
9.4. Tomad toda la armadura:6.13-17
9.5. Oración y armadura: 6.18-20
8.6. Saludos finales: 6.21-24
8.7. Cuestionario 8.
8.8. Síntesis del tema central de la lección 8.
9. BIBLIOGRAFÍA
10. MANUAL DEL MAESTRO
INTRODUCCIÓN

Escrita alrededor del 60 d.C., desde Roma, mientras Pablo estuvo preso, Efesios es una
carta de aliento que fortalece la fe de los creyentes y describe la naturaleza y la verdadera
apariencia del cuerpo de Cristo. La Iglesia de Jesucristo, nacida en Pentecostés en Jerusalén, se
difundió raudamente a través del ministerio apostólico y los primeros creyentes. Impulsado por
la diáspora, el fuego del evangelio se esparció por Judea, por Samaria y hasta lo último de la
tierra (Hech. 1.8). A través del tiempo y del espacio, la iglesia ha tomado diversas formas y
estilos materiales que no vienen al caso. Lo sustancial es que ella, está constituida por
creyentes de diversa raza, género o condición, inmersos en el denominador común de amor y
servicio a Cristo, que es Su cabeza.
Éfeso, una de las ciudades más populosas e importantes de la costa mediterránea ya
había sido visitada por Pablo. Una maldad asfixiante caracterizaba al mundo greco-romano en
los días del apóstol. Éfeso y más ciudades de Asia menor no estaban exentas de ella, como no lo
está el mundo de hoy, .asfixiado por una perversidad sin límites. Efesios es una carta de aliento
que describe la naturaleza y la verdadera obra de la iglesia. A través de una teología no
ambigua, Pablo desafía a los creyentes de todos los tiempos a funcionar como un cuerpo vivo, a
no vivir de fábulas, ni de genealogías interminables que acarrean disputas (1 Tim. 1.4), ni por
ideas ascéticas adversas a la Escritura que producen contienda en vez de edificación.
La iglesia es el cuerpo presente, espiritual, terrenal de Cristo, unido para un propósito,
donde cada persona es un siervo que debe trabajar con el resto, derribando barreras que impidan
su unidad. La iglesia no es una organización, sino un organismo vivo, en ella, todos sus
miembros funcionan en mutua relación e interdependientemente. Cristo es el creador y
sustentador de toda creación. Es la cabeza de su cuerpo: la iglesia. Los creyentes somos una
nueva familia, creada para vivir dinámica y sabiamente conforme a las normas de Jesucristo.
Todo el fundamento del vivir eclesial está en el contenido de esta epístola, considerada para
muchos como “el evangelio de la iglesia.”
El presente estudio es parte del pensum para la maestría Crete-Mints. Es mi intención,
con la guía del Espíritu, alcanzar un trabajo de edificación para el cuerpo de Cristo, basado en
la Palabra de Dios a través de la teología erudita de Pablo en su Epístola a los Efesios.

Jaime Sisalima Sarmiento


Maestría Crete Mints

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LECCIÓN 1

Salutación. Bendiciones espirituales en Cristo: 1. 1-14

1.1. Introducción

El mensaje de Pablo trasmite su sentido de autoridad, y a la vez de de humildad. Su


ministerio no fue por obra de su propia elección, sino que fue obra directa de Dios. El apóstol,
en camino a Damasco, fue llamado por Jesús. En su saludo incluye las palabras “gracia” y
“paz,” que las convierte en una voz cristiana altamente significativa para que sus lectores
disfruten del favor de Dios.
Efesios 1.3-14 exhibe una de las fórmulas de alabanza más hermosas de la Biblia. Las tres
personas de la Trinidad son exaltadas: gloria de Dios, Cristo, el Espíritu, las arras de nuestra
herencia (1.6b; 1.12b; 1.14). Estos versos señalan que somos para “alabanza de su gloria,”
hemos sido predestinados para ser adoptados hijos suyos, según el puro efecto de su voluntad
(1.5). Dios nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales (1.3b), y nos
escogió en Él desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha
(1.4). Dios multiplicó su gracia a los creyentes revelándoles el misterio de Su voluntad (1.9b).
Su voluntad de proveer en Cristo el punto central de la redención, para que todo fuese
introducido en una gran unidad (Col. 1.16-20). Él nos ha revelado Su plan para la dirección del
mundo para la dispensación del cumplimiento de los tiempos, reunir todas las cosas, tanto las
del cielo, como las de la tierra (1.10).

1.2. Salutación: 1.1-2

“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús
que están en Éfeso. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”
(1.1-2).
Como refiere John Stott: “estos dos versículos que inician la carta, nos presentan tres
asuntos preliminares: se refieren al autor, a sus destinatarios y a su mensaje. En cuanto al autor,
se arrojan dudas sobre la autenticidad de la carta: el primero histórico y el segundo teológico;
aunque en opinión de J. H. Houlden, no hay ningún consenso de opiniones expertas, porque un
argumento responde a otro sin conclusiones claras. En cuanto a los destinatarios, la descripción
que hace Pablo de sus lectores es muy amplia. Son “santos” porque pertenecen a Dios, son
11
creyentes porque han confiado en Cristo¸ tienen dos hogares porque residen al mismo tiempo en
Cristo y en Éfeso. Respecto al mensaje, la carta se ocupa de lo que Dios hizo a través de la obra
histórica de Jesucristo, y lo que hoy hace a través de su Espíritu con el fin de construir su nueva
sociedad en medio de la antigua.” 1
Con el nombre “Pablo” se abre e inicia esta epístola y se auto identifica su autor. Él
mismo dice ser “apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios” (1.1a). Tal afirmación, le da un
carácter oficial a la carta, a la vez que el término apóstol corresponde en el sentido exclusivo
de alguien que fue escogido directamente por Jesucristo (Hech. 9.15; 13.2). Aunque esta carta
la escribió mientras estuvo prisionero en Roma, Pablo no tenía duda de que su ministerio era la
voluntad de Dios para él. Los destinatarios son llamados “santos y creyentes en Cristo Jesús que
están en Éfeso” (1.1b).
2
Pablo escribe esta carta a la iglesia de Éfeso y a todos los creyentes, en cualquier
lugar, a fin de darles una enseñanza profunda en la manera de nutrir y mantener la unidad de la
iglesia.3. Da una reputación honrosa a los santos (gr. Haguíois=“separados” del mundo) que
están en Éfeso: fieles en Cristo Jesús. Tal título sería muy honroso para cualquier creyente
de hoy. “Que están en Éfeso”. Las palabras “en Éfeso” no aparecen en algunos de los
manuscritos más antiguos, lo que hace suponer que se trata de una carta circular a las iglesias
locales de la región.4

1
John Stott, El mensaje de Efesios. Barcelona. Ediciones Certeza Unida. 2006. Págs. 12-14.
2
Éfeso era la ciudad más grande de la provincia de Asia. Fue un centro comercial y religioso donde se encontraba el gran
templo de Diana (la diosa Artemisa). A pesar del ambiente pagano e inmoral, allí existía una iglesia, muestra de la gracia de
Dios Esa iglesia se había caracterizado por su arduo trabajo y paciencia, por no soportar a los malos y por aborrecer a los
nicolaítas; pero había dejado su primer amor.
Nota de Ap. 2.2-4, 6. Biblia de Estudio Harper/Caribe. Miami. Editorial Caribe. 1980. Pág. 1361.
3
“Desde la perspectiva de Dios los creyentes son aquellos a quienes Él ha hecho santos, y desde el punto de vista del hombre
los creyentes son aquellos que son fieles porque han confiado en Cristo Jesús como su Señor y Salvador. Todo cristiano es un
santo, porque todo cristiano ha sido apartado y hecho santo por medio de la justicia perfecta de Cristo que ha sido contada en su
favor (Ro. 3.21-22; 1 Co. 1.30; Fil. 3.9; etc.). Cuando una persona actúa con fe para recibir a Cristo, Dios actúa en su gracia para
dar a esa persona la justicia de Cristo mismo.
John MacArthur, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág. 18.
4
“Lo de “en Éfeso” falta en unos pocos (aunque importantes manuscritos), No sabemos de cierto porqué fue borrado en ellos
el lugar de destinación, puesto que la frase “los que están” aparece en todos los manuscritos sin excepción. La Epístola fue
dirigida a Éfeso parea ser copiada y distribuida entre las iglesias del Asia Proconsular, ya que Éfeso era la principal ciudad de
dicha provincia y como el centro de tales comunidades.”
12
Pablo cambia ligeramente la forma, usa la palabra afín “gracia” (gr. “charis”), y la
completa con el término de saludo judío corriente: “paz” (eirene) (Heb. shalom). Esta unión de
“gracia y paz a vosotros” (1.2a), convierte las bien conocidas fórmulas de los mundos griego y
hebreo en una expresión cristiana muy significativa. 5 Muestra además el deseo del apóstol de
que sus lectores disfruten del favor de Dios, el cual producirá la satisfacción interior que afirma
el corazón (Fil. 4.7). Estas bendiciones tienen su origen en Dios nuestro Padre y en Jesucristo
nuestro Señor. Pablo ve tanto al Padre como al Hijo como con el mismo rango, Ellos nos
prodigan gracia y paz a los que somos parte del pueblo de Dios.

1.3. Bendiciones espirituales en Cristo: 1.3-14

Dios el Padre nos escogió: 1.3-6

Este pasaje es uno de los más importantes de la Biblia en cuanto a las bendiciones
espirituales que son nuestras en Cristo Jesús (1.3a), lo cual debe despertar gratitud en nuestro
corazón e inducirnos a ser más fieles y perseverantes en nuestra fe y servicio. Estas bendiciones
están en “lugares celestiales en Cristo” (1.3b), En este dominio, Cristo es supremo (1.20-21).
Los seres angelicales también residen en los lugares celestiales, y son observadores de la
sabiduría de Dios manifestada en la iglesia (1. 3, 20).
Todos los seguidores de Cristo están bendecidos con bendiciones espirituales en lugares
celestiales. No obstante, estas promesas son meras palabras si no se conoce ni se comprende
cuáles son estas bendiciones. Toca, entonces, compenetrarse de su verdadero sentido estando
asidos a la Palabra de Dios. Mucha gente que ha sido perdonada, limpiada y redimida vive en la
miseria espiritual por no conocer ni practicar esta verdad sobre las bendiciones espirituales en
lugares celestiales. La frase “en lugares celestiales” no es algo que está por alcanzar, lo que

Matthew Henry, Comentario Bíblico de Matthew Henry. Barcelona. Editorial Clie. 1999. Pág. 1673.
5
“Gracia, en su uso en el griego helenístico, no significaba gran cosa, pero absorbido el término en el lenguaje del Nuevo
Testamento tomó carta de nobleza, pues no solo indica “favor”, sino toda operación divina que nace del amor de Dios y que
tiene por objeto la cumplida bendición de los hombres en “Cristo”. La paz era el saludo normal de los hebreos, y Pablo la asocia
siempre con la gracia.”
Ernesto Trenchard y Pablo Wickham, Epístola a los Efesios. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 1980. Pág. 31.

13
Dios nos dice de nosotros. Si estamos “verdaderamente” en Cristo, entonces a los ojos de Papá
estamos sentados cerca de Él, a Su mano derecha. Dios nos reconoce en Su Hijo sentándonos
con Él en los cielos. Dios el Padre es el que inicia el plan de redención, “nos escogió en Él
(en Cristo) antes de la fundación del mundo” (1.4a).6 Esta elección de Dios fue en Cristo,
porque en Él encontraba los méritos suficientes para redimir a los hombres, sin violar Su
justicia, esto es, “para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él” (1.4b).
Dios nos escogió “en amor habiéndonos predestinado (gr. Proorídso = determinar de
antemano) para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo” (1.5a). Esta elección fue
consumada al señalar a algunos para la salvación, aun antes de su existencia personal. Esta
predestinación fue la selección de Dios de algunos, para recibir la adopción (gr. Uiozesía =
colocar como hijos) como hijos suyos. Dios realmente les hace hijos suyos, por naturaleza,
mediante el nuevo nacimiento (Gá. 4.1-7). Todo ello, “según el puro efecto de su voluntad”
(1.5b). Es por la gracia de Dios que algunos responden con fe y vienen a Él por medio de Cristo.
La predestinación, es la misericordia y soberana elección que Dios demuestra hacia los
pecadores para que sean salvos en Cristo y por medio de Él.
El propósito último de la elección para salvación es la gloria de Dios: “para alabanza de la
gloria de su gracia” (1.6 a). La frase se reitera en los vs. 12 y 14. Cada fase de nuestra vida en
redención se dirige y se encamina hacia la alabanza y la gloria de Dios. “Porque de él y por él y
para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Ro. 11.36). Dios nos elige y
salva para su propia gloria. Él no fue motivado a concedernos estas bendiciones porque vio
algo bueno en nosotros, ningún ser humano tiene mérito alguno para merecer las bendiciones
de Dios. “No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido,
pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó,
os ha rescatado de servidumbre…” (Deut. 7.7-8).
La gloria de su gracia: grandeza, resplandor, magnificencia divina, unidas a la bondad,
misericordia, y el favor inmerecido del Padre celestial hacia el hombre. Dios por su generosidad
y gracia nos hizo aceptos en Cristo, el Amado (1.6b), es decir, nos hizo favorecidos para Él,

6
“La gracia de Dios es tan misericordiosa que Él nos tenía a la vista antes de que llegáramos a la fe, antes de que naciéramos,
Aún antes de que el mundo fuera creado.”
Sinclair B. Ferguson, Vamos a estudiar Efesios. East Peoria. Editorial Peregrino. 2009. Pág. 26.

14
podemos vivir para Él. El plan de Dios ha sido formar un pueblo particular que cumpla sus
propósitos. El efecto máximo de todo esto se halla en el amor salvador del Todopoderoso hacia
la humanidad.

Redimidos por Cristo: 1.7-12

El apóstol nos trae dos grandes bendiciones que Cristo nos da: 1). La redención (1.7-10).
2). La herencia (1.11-12). La redención, esto es, la liberación de la esclavitud pecaminosa
mediante la paga de un rescate. Los pecadores esclavizados por el pecado, fuimos redimidos
mediante la paga de un rescate: Cristo, “en quien tenemos redención por su sangre” (1.7a). Fue
su naturaleza vicaria la que nos limpió de pecado, según la riqueza de su gracia: el perdón de
pecados según la riqueza de Su gracia. Todas nuestras transgresiones fueron libradas y hemos
sido trasladados al reino de Cristo en quién tenemos redención por Su sangre (Col. 1.13-14).
Cristo nos hizo sobreabundar en toda sabiduría e inteligencia (1.8), características
humanas que Dios ha provisto por gracia al pecador, para que a través de ellas, pueda
comprender y aceptar lo que Dios ha hecho. Toda sabiduría procede de Dios, de arriba (Stg.
1.5; 3.15,17). “Porque Dios da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y obtienen inteligencia” (Sal. 2.6; 3.13).
Dios multiplicó su gracia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad (1.9a), es decir,
ciertos aspectos que antes no habían sido declarados. La palabra “misterio” en el Nuevo
Testamento refiere una verdad previamente guardada en reserva (“escondida” no a propósito) y
ahora dada a conocer. Pablo utiliza la palabra “misterio” seis veces en esta epístola (1.8; 3.3;
4.9; 5.32; 6.19). El “misterio” dado a conocer en esta porción, se refiere al propósito divino de
reunir todas las cosas en Cristo (1.10a). En 3.3-13, este misterio refiere la constitución de la
iglesia por judíos y gentiles; en Cristo, judíos y gentiles son unidos en un mismo cuerpo.7
El plan propuesto por Dios es el “de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación
del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”

7
“Para Pablo llega a ser algo escondido antes del advenimiento de Cristo, pero ya revelado a los fieles por medio del ministerio
apostólico. Normalmente se trata del “misterio” de la constitución de la iglesia, de creyentes hebreos y gentiles (Ef. 3.1-13),
pero el misterio que se da a conocer en estos versículos se relaciona con el propósito divino de reunir todas las cosas en Cristo
en el cumplimiento de los tiempos”
Ernesto Trenchard y Pablo Wickham, Epístola a los Efesios. Grand Rapids. Editorial Portavoz. Pág. 39.
15
(1.10). El Padre obra por medio de su Hijo y siente beneplácito en la consumación de sus
planes. 8 La palabra dispensación señala administración, dirección, mayordomía. La plenitud
del tiempo refiere el período que comenzó con la primera venida de Cristo, y alcanzará su
culminación cuando Cristo vuelva otra vez. “No Obstante, debido a la caída, el mundo de
personas y cosas ha sido fracturado y fragmentado. El pecado de Adán sumergió en desorden a
toda la creación.” 9
Dios nos redimió y esa redención nos convierte en herederos suyos; todo esto, porque
hemos “sido predestinados según el propósito de Aquel que hace todas las cosas conforme al
consejo de Su propia voluntad” (1.11). Nuestra herencia en Cristo es una más de las asombrosas
y magníficas bendiciones con las que el Padre nos ha bendecido en el Hijo. Jesucristo es el
fundamento de nuestra herencia.10 A la vez, somos conscientes de que somos lo que somos,
debido a lo que Dios decidió hacer de nosotros antes que cualquier ser humano fuese creado.
Todo esto, se lleva a cabo en perfecta armonía con respecto a su voluntad para con los
hombres. La obra redentora de Cristo hace posible la consumación del plan electivo de Dios,
¿para qué?: para que nosotros, que ya hemos puesto nuestra esperanza en Cristo, seamos para
alabanza de su gloria (1.12).

La garantía del sello del Espíritu: 1.13-14

El Espíritu Santo tiene también un cumplido vital en hacer efectivo el plan de Dios al
permitir que los hombres sean unidos a Cristo y lleguen a ser partícipes en el plan de redención.
Dos condiciones son necesarias para recibir el sello del Espíritu de la promesa: “haber oído la
Palabra de verdad, el evangelio de salvación, y haber creído en él”. Entonces, “fuisteis sellados
con el Espíritu de la promesa” (1.13). Sellar sugiere salvaguardar la propiedad, autenticidad,

8 “
Dios obra por medio de Cristo no solo para derramar abundantes bendiciones sobre los fieles, sino también para la

consumación del plan total de la creación.”


Ernesto Trenchard y Pablo Wickham, Epístola a los Efesios. Grand Rapids. Editorial Portavoz. Pág. 39.
9
Sinclair B. Ferguson, Vamos a estudiar Efesios. East Peoria. Editorial Peregrino. 2009. Pág. 31.
10 “
Como Pablo aclara en el vs. 3, nuestra herencia incluye “toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.” En
Jesucristo, los creyentes heredan toda promesa que Dios ha hecho.”
John MacArthur, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág. 51.

16
posesión, seguridad, etc. Una vez que una persona se entrega a Cristo, el Espíritu Santo reside
en la vida del creyente y es sellado por Él. El cuerpo del creyente se constituye en “templo del
Espíritu Santo, el cual está en él (1 Co. 6.19).
El Espíritu de Dios ahora presente en el nuevo creyente, provee “las arras de nuestra
herencia,” “la garantía de nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo
adquirido por Dios” (1.14 NVI). Pablo, al igual que en los vs. 6,12, reitera que el propósito de
Dios en la redención de los hombres es: “para alabanza de su gloria.” Dios nos redimió no para
nuestra propia gloria, sino para alabar la gloria de Dios.

1.4. Conclusión

Recibimos bendiciones que se originan en el Padre y en el Hijo. Dios nos escogió en


Cristo desde antes de la fundación del mundo para que seamos santos y sin mancha, para
alabanza de su gloria. Nos predestino para ser adoptados como sus hijos. En Cristo tenemos
redención y recibimos su herencia, habiendo sido sellados por el Espíritu como garantía de
nuestra herencia. Es el Espíritu que nos da promesa, sello y garantía.

1.5. Cuestionario 1

1. ¿Quién es el autor de la carta y en qué se fundamenta él para identificarse como apóstol de


Jesucristo?
2. ¿Desde dónde dirige la carta y quiénes son los destinatarios?
3. ¿Quién inicia el plan de redención? ¿En quién y por qué fuimos escogidos antes de la
fundación del mundo?
4. ¿Para qué fuimos escogidos desde antes de la fundación del mundo?
5. ¿Qué significa el término adopción? ¿En qué consiste la adopción?
6. ¿Qué es la redención y cuál es el elemento sustancial para la redención?
7. ¿Qué significa el hecho de que Cristo nos hizo sobreabundar en toda sabiduría e
inteligencia?
8. ¿Qué significa la palabra misterio en el Nuevo Testamento, y a qué se refiere el “misterio”
según Ef. 1.9-10?

17
9. ¿Cómo nos convertimos en herederos de Dios y quién es el fundamento de nuestra
herencia?
10. ¿Qué significa ser sellado por el Espíritu de la promesa y qué provee? Explique el
significado de la expresión: “arras de nuestra herencia.”

1.6. Síntesis del tema central de la lección 1

Dios nos escogió en Cristo y nos predestinó desde antes de la fundación del mundo para
grandes cosas.

18
LECCIÓN 2

El Espíritu de sabiduría y de revelación: 1.15-23

2.1. Introducción

Pablo, habiendo contemplado el gran plan de Dios para la redención, reconoce como este
plan ha obrado en la vida de los santos, y da gracias para que ellos lleguen a entender y apreciar
plenamente estas bendiciones. En su oración, los elogia y hace peticiones fervientes por ellos.
El apóstol estaba enterado de la fe y el amor que ellos profesaban hacia sus hermanos. Fe y
amor constituyen riquezas de la gracia de Dios y deben ser conocidas y practicadas por el
cuerpo de Cristo. Por tanto, Pablo intercede para que Dios el Padre de Jesucristo, les de el
espíritu de sabiduría y revelación para que le conozcan mejor y sepan cual es la riqueza de Su
gloriosa herencia y la supereminente grandeza de Su poder.

2.2. Acción de gracias y oración: 1.15-19

Como se manifestó, el propósito de esta carta es el de fortalecer la fe de los creyentes en


Éfeso (y Asia menor), mediante la explicación de la naturaleza y propósito de la iglesia, el
cuerpo de Cristo. Pablo estuvo más de tres años en la iglesia de Éfeso de la que fue su fundador,
por tanto, estuvo muy cerca de ellos y la conocía pormenorizadamente. Ahora prisionero en
Roma, no obstante, está a la expectativa de los sucesos de la congregación.
El apóstol estaba enterado de la fe y amor que ellos profesaban hacia sus hermanos: “Por
esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para
con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis
oraciones” (1.15-16). Pablo les elogia de manera afectuosa.11 No hay duda que el apóstol estaba
complacido por esas gratas noticias que practicaban los creyentes de Éfeso, traducidas por su
progreso espiritual y su labor en ellos que prodigaba fruto, ya que su fe inicial en Cristo

11
“El apóstol había oído dos cosas que indicaban la autenticidad de la salvación de sus lectores, y les elogia de manera
afectuosa por esas dos marcas cardinales de un cristianismo verdadero: fe en Cristo y amor hacia otros cristianos. Esas dos
dimensiones de la vida espiritual son inseparables.”
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág. 60.

19
producía nuevas vidas de fe y su “vitalidad” cristiana se expresaba en el amor de unos para con
otros, lo que demostraba una marca de salvación genuina, puesto que el amor cristiano es
indiscriminado y se extiende a toda la “hermandad.”

“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los
hermanos. El que no ama a su hermano permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su
hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Y nosotros
tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano” (1 Jn. 3.14-
15,18; 4.21).

El contenido de estos versos (15-16) expresa la importancia que tiene el estar llenos del
conocimiento de la gracia de Dios en Cristo. Todo cuanto la iglesia de Éfeso estaba
practicando, alegraba a Pablo y por supuesto a Dios. Sin embargo, ese amor no fue perseverante,
puesto que el Señor en su mensaje a las siete iglesias, amonesta a la iglesia de Éfeso porque
había perdido su primer amor (Ap. 2.2-4).
Pablo no cesa de dar gracias a Dios por los efesios y hace memoria por ellos en sus
oraciones (1.16) que estaban repletas de intercesión por los santos, esa era su pasión. Son
palabras de un siervo que está imbuido por la gracia de Dios; entonces, la gratitud es siempre el
resultado Pablo da gracias y recibe gracias porque levanta sus ojos al trono de donde fluyen
todas las bendiciones. Pero el hombre es por naturaleza ingrato con Dios, no le glorifica como a
Dios, ni le da gracias, se envanece en sus razonamientos, su necio corazón es entenebrecido (Ro.
1.21). Se vive una época impía y de ingratitud (2 Tim. 3.2). Si la oración es la verdadera
evidencia de amor y comunión con Dios, ¿por qué no es una acción continua en la vida del
creyente? ¿Por qué la rehusamos?...
¿Cuáles son los motivos para que Pablo ore y no cese de dar gracias? En primer lugar el
apóstol ora “para que Dios, el Padre de gloria, les dé a los efesios espíritu de sabiduría y
revelación en el conocimiento de él” (1.17). La petición de Pablo es para que les aumente el
“conocimiento de Dios” a sus lectores, para que su sabiduría sea espiritual, no humana, y para
que “el Espíritu que proviene de Dios nos haga saber lo que Dios nos ha concedido” (1 Co. 2.
12-13). La frase “espíritu de sabiduría” se hace eco de la expresión utilizada para el Espíritu

20
Santo en el Antiguo Testamento griego que tenía Pablo (llamado la Septuaginta); y él, bien
podría haberla utilizado aquí en este sentido12 (situación no compartida).
Según J. MacArthur: “Pablo ora de forma específica, pide a Dios que nos dé la facultad de
entender para que podamos conocer nuestros recursos, el apóstol llama esta facultad: espíritu
de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él. El espíritu de sabiduría es dado por
medio del Espíritu Santo, pero este espíritu no se refiere al Espíritu Santo mismo, como sugieren
algunos autores. Aquí la palabra pneuma (espíritu) carece de artículo, y en tales casos, como en
esta traducción, se omite el artículo indefinido para indicar que se trata de un espíritu en
minúscula.”13 Pablo pide también “que les sean iluminados los ojos del corazón (“alumbrados
los ojos del entendimiento” (Versión Reina Valera), para que sepan a qué esperanza él los ha
llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la
grandeza de su poder a favor de los que creemos” (1.18-19 NVI).
La revelación se refiere al acto por el cual Dios nos imparte un conocimiento pleno y
profundo de Dios, de todas las verdades manifestadas por él en la persona del Espíritu Santo y
están contenidas en la Escritura, mientras más la escudriñemos, más nos empaparemos de ellas.
Pablo dice que los creyentes no han de hacer revelaciones, sino que han de ser receptores de la
revelación. La sabiduría, hace énfasis en el uso que hacemos de ese conocimiento. El término
empleado por conocimiento implica una comprensión precisa y plena. Esta sabiduría, va mucho
más allá del conocimiento intelectual y es mucho más abundante. Pablo incita: “a buscar las
cosas de arriba, donde está Cristo, pues tenemos la mente de Cristo” (Col. 3.1-2; 1 Co. 2. 16).
La obra del Espíritu Santo está presente, aunque no directamente, en las dos porciones de
este capítulo (1.3; 1.17), puesto que son bendiciones espirituales y es solo por el Espíritu (o
espíritu) de sabiduría y revelación que llegamos a conocerlas. La fe cristiana y la vida cristiana
son fundamentalmente trinitarias, por tanto, no es aventurado reconocer esta estructura
trinitaria. Por cuanto nuestro Padre celestial se ha acercado a nosotros a través de Su Hijo para

12
“Es el Espíritu que ungió a Jesús a fin de que Él creciera en sabiduría y conocimiento (cf. Is. 11.2 ss.; Lc. 2.52). Cristo ahora
nos lo envía para compartir con nosotros sabiduría y revelación. Pablo no está sugiriendo que los cristianos reciban su propia
revelación privada; más bien, El Espíritu nos conduce a conocer, entender y vivir a la luz de la revelación que Dios ha hecho de
sí mismo en Cristo y por medio del Espíritu.”
Sinclair B. Ferguson. Vamos a estudiar Efesios. East Peoria. Editorial Peregrino. 2009. Págs. 43-44.
13
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Págs. 66-67.

21
darnos bendición, y por Su Santo Espíritu, es que nos acercamos a través del Hijo y por el
Espíritu.14
En los vs. 18-19 se da una descripción del contenido de la oración de Pablo. Incluye tres
objetivos: En primer término, él deseaba que sus lectores supieran “cual es la esperanza a que él
os ha llamado.” Para sentir tal esperanza, era necesario “que les sean iluminados los ojos del
Corazón” (NVI). Pablo escribió “corazón” según el testimonio de los mejores textos griegos. 15
Nuestro corazón es transformado por la salvación. El apóstol aprovecha esta audaz y bella
metáfora: “los ojos de vuestro corazón.” Ese hombre interior puede ver, pero para tener una
completa y clara visualización, requiere el obrar del Santo Espíritu. Es el Espíritu quien capacita
para discernir entre lo bueno y lo malo, entre lo espiritual y lo carnal.
“Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que procede de Dios,
para que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido”. Esto es precisamente de lo que
hablamos, no con las palabras que enseña la sabiduría humana sino con las que enseña el
Espíritu, de modo que expresamos verdades espirituales en términos espirituales. El que no tiene
el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede
entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente. En cambio, el que es espiritual lo juzga
todo, aunque él mismo no está sujeto al juicio de nadie…” (1 Co. 2. 12-15).
Los efesios y todos los cristianos tienen la necesidad de una apreciación más profunda de
la esperanza que estaba incluida en el llamamiento de Dios al que habían respondido. Esta
esperanza es objetiva, porque provee ciertas realidades presentes futuras que le corresponden al
creyente, y es subjetiva, porque crea una actitud de confianza y de esperanza en cada cristiano
que aguarda con anhelo estas glorias y el goce de la vida eterna.
En segundo lugar, Pablo también pedía para ellos una sensibilidad más viva hacia la
gloria de la herencia que Dios ha preparado para repartir entre los santos, o, “y cuáles las

14
John Stott. El mensaje de Efesios. Barcelona. Ediciones Certeza Unida. 2006. Págs. 48-49.
15
“En las sagradas Escrituras, “corazón” significa “el hombre interior”, y no solo la sede de los afectos. De él surgen los deseos
y los impulsos que cuajan en acciones. Sobre todo es la fuente de las decisiones, la voluntad”. Jesús señaló el corazón como el
centro activo de la vida interior del hombre, con énfasis especial sobre las manifestaciones del hombre caído (Mr. 7.1-3).”
Ernesto Trenchard y Pablo Wickham. Epístola a los Efesios. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 1980. Pág. 49.

22
riquezas de la gloria de su herencia en los santos.” Como se ve, esta petición es para el futuro,
cuando la fe se cambiará en vista y la esperanza quedará realizada, “porque por fe andamos, no
por vista” (2 Co. 5.7). Como manifiestan E. Trenchard y P. Wickham: “esta herencia es la que
Dios ha “comprado” por la sangre de Cristo constituida por los redimidos, y que corresponde a
la que se nos presentó en los vs. 11-14. La oración de Pablo no solo pone de relieve “las
riquezas de la gloria” de esta herencia, sino que nos hace ver la importancia de que crezca
nuestro conocimiento de los propósitos de Dios. Él nos llama a una obra de colaboración con Él
mismo: una obra cuya finalidad es la de completar la herencia. Si nuestro conocimiento es
limitado y la esperanza es pobre y fría, habrá poco entusiasmo y celo en nuestros esfuerzos por
extender el reino de Dios.”16
En tercer lugar, hay una petición deseada: que los efesios llegasen a conocer más
perfectamente la grandeza del poder de Dios con respecto a los creyentes, es decir, “…cuál la
supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos…” (1.19). Esta potencia
divina se describe como la “operación” de la potencia de Dios. Pablo no permite que el poder de
Dios aparezca como una situación que prescinda el conocimiento de Dios.
Tenemos y conocemos de una gran prueba e ilustración de la potencia eficaz de Dios: la
resurrección de Cristo, por tanto, el apóstol desea que los creyentes comprendan que esta misma
potencia opera en ellos. La grandeza de esta potencia se aprecia al considerar la singularidad del
hecho de la resurrección. Nadie produjo una verdadera resurrección. Todas las resurrecciones
anteriores pueden considerarse como “resucitaciones”, porque fueron nada más que volver a
alguien a la vida mortal, seguida nuevamente y a su tiempo, por la muerte física otra vez.

2.3. Exaltación y señorío de Cristo: 1. 20-23

El poder de Dios no solamente levantó de los muertos a Jesús, sino que también le elevó a
la diestra del Padre, lugar de autoridad y de honor (1.20). Decir que Dios sentó a Cristo a su
diestra, no es una mera expresión, tal expresión hace eco enfático del Sal. 110.1: “Jehová dijo a
mi Señor: Siéntate a mi diestra.” Jesús nuestro Salvador, está sentado a la diestra de Dios,
entronado en majestad y poder En esta exaltación, Cristo volvió a ejercer lo que

16
Ernesto Trenchard y Pablo Wickham. Epístola a los Efesios. Grand Rapids... Editorial Portavoz. 1980. Pág. 50.

23
voluntariamente había dejado durante Su ministerio en la tierra. En la tierra, Cristo ejerció estos
poderes bajo la guía del Padre y del Espíritu Santo, solamente hasta el grado en que fueron
necesarios para realizar Su obra redentora. La expresión: “en los lugares celestiales,” indica
un concepto de localidad prominente. El cielo es la sede de la autoridad divina en la esfera
espiritual.
Jesús en su muerte había llevado los pecados de la humanidad. Jesús como el Cordero
pascual, llevó sobre su cuerpo las incontables maldades del mundo. 17 La resurrección de
Cristo no fue simplemente resucitación, fue un acto de transformación de la cual nosotros ahora
tenemos participación. Cristo con su resurrección inaugura una creación que no será jamás
manchada por el pecado ni la muerte. Si en verdad, aún no hemos sido resucitados
corporalmente; pero el poder de resurrección de Dios ya está “operativo” entre nosotros. Es
importante que conozcamos las realidades de la resurrección en términos de sus implicaciones
para nuestras vidas. La obra de Cristo como “gran sumo sacerdote… según el orden de
Melquisedec” (Heb. 4.14; 5.6) ha terminado; ahora ha comenzado la época en que su victoria
sobre la muerte, el pecado y Satanás se está poniendo en práctica.
La exaltación de Cristo por el Padre lo elevó muy por encima de las demás entidades.
Cristo reina y está “sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre
que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero” (1.21). El señorío de Cristo
implica dominio o mando y libertad de obrar. “No hay gobierno mayor que el de Cristo; ni
autoridad que pueda frustrar sus propósitos; ni poder que pueda hacer frente al de Él; no hay
dominio que pueda evitar su avance. Esa es una verdad en este siglo presente y también en el
venidero.”18. Cristo ha de ser supremo en los futuros siglos de los siglos. La realidad existe
ahora, pero su plena manifestación espera la revelación final de los propósitos de Dios.
Pablo se refiere a varios órdenes de seres angelicales: ángeles, principados, potestades en
los lugares celestiales, autoridades, tronos, dominios (Ro. 8.38; Ef. 3.10; 6.12; Col. 1.16; 2.15;

17
La resurrección de Cristo marca el inicio de la nueva creación. Jesús como representante del nuevo hombre, inaugura con su
resurrección una creación que no será jamás manchada por el pecado, ni la muerte. Si queremos mostrar un hecho del poder de
Dios, gocémonos en la resurrección de Cristo, porque ella es la manifestación más grande de la operación del poder divino.”
Julio C. Benítez. Efesios. Las Riquezas de su Gracia. Bogotá. Centro de Publicaciones Biblos. 2006. Pág. 69.
18
Sinclair B. Ferguson. Vamos a estudiar Efesios. East Peoria. Editorial Peregrino 2009. Págs. 53-54.

24
1 P. 3.22, entre otras citas). El contexto en cada uno de estos pasajes hace improbable que se
tenga en mente algún tipo de gobierno humano. El orden variado en que se presentan estas listas
no permite hacer ninguna decisión arbitraria en cuanto a rango superior o inferior. Pero la
Escritura dice: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es
sobre todo nombre” (Fil. 2.9).
En la exaltación de Cristo, toda la creación le ha sido sujeta: “Le hiciste señorear todas
las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies” (Sal. 8.6); “y sometió todas las cosas
bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia” (1.22). Cristo, al que el
Padre ha establecido como cabeza del reino angélico y asimismo sobre el resto de la creación,
también ha sido constituido como cabeza de la iglesia. Por cierto, la relación exacta e idónea de
Cristo con la iglesia es el énfasis principal de esta epístola. La iglesia es un organismo viviente
de acuerdo al poder de Dios. Cristo está indisolublemente unido a la iglesia, como una cabeza
lo está a su cuerpo. Por referencias posteriores en esta misma epístola, sabemos que “Iglesia” es
la designación del conjunto de los salvos, el “Cuerpo místico de Cristo.”19
Cristo como cabeza de la iglesia constituye su autoridad máxima, vitaliza todo el cuerpo y
Él mismo concede a la Iglesia los dones necesarios para su debido funcionamiento (Ef. 4.11-
12). Su autoridad sobre la Iglesia es absoluta, es “Cabeza suprema,” es decir, es cabeza
absoluta sobre todas las cosas. Si algo hay en la Iglesia que no está bajo su control, entonces
se introduce un elemento negativo que puede llevar su testimonio a la ruina, tanto en las
grandes instituciones como en la iglesia local de pocos miembros. Puesto que Dios ha dado
a Cristo como cabeza de la Iglesia, la bendición de los fieles consiste en su sumisión a la
voluntad revelada por Dios.
La Iglesia de Cristo “la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”
(1.23). La Iglesia como cuerpo de Cristo es llenada por Él con toda la gracia y poder que posee.
“Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Y vosotros estáis completos en él,

19
Por su derivación, “Iglesia” (eklesía) significa “un grupo llamado afuera”, y los griegos aplicaban el vocablo a sus asambleas
consultivas (Hech. 19.39), traducido por “asamblea legal” o “regular”… En vista de la gran confusión que reina hoy, es muy
importante recordar que, en el Nuevo Testamento, “iglesia” quiere decir, o la totalidad de los creyentes unidos a Cristo por la fe,
que es la iglesia universal, o la iglesia local, que es la reunión de verdaderos creyentes en un lugar geográfico a los efectos de su
adoración, comunión y testimonio. La “iglesia local” es el reflejo visible de la universal, y es la única iglesia visible.
Ernesto Trenchard y Pablo Wickham. Epístola a los Efesios. Grand Rapids.. Editorial Portavoz. 1980. Pág. 54.

25
que es la cabeza de todo principado y potestad” (Jn. 1.16; Col. 2.10). Es Cristo quien posee
toda la plenitud de Dios (Col. 1.19; 2.9). Cristo como cabeza de la Iglesia suple con toda la
plenitud de vida y de poder divinos.

2.4. Conclusión

Pablo da gracias por la fe y amor de los santos de Éfeso, e intercede por que Dios les de
espíritu de sabiduría y de revelación y les ilumine el entendimiento para conocer las verdades y
manifestaciones del Padre y del Hijo. Dios operó en Cristo en su resurrección, sentándole a su
diestra, le dio señorío sobre todas las cosas y lo constituyó como cabeza de la Iglesia.

2.5. Cuestionario 2

1. ¿De qué estaba enterado Pablo y qué había oído Pablo acerca de los efesios?
2. El hecho de que Pablo no cesa de dar gracias a Dios por los efesios, ¿qué demuestra o que
característica se observa en él?
3. ¿Qué pide específicamente Pablo en su oración por los efesios?
4. ¿Cuál es el objetivo u objetivos por el que Pablo hace esta petición para ellos?
5. ¿Cuál es la prueba e ilustración de la supereminente grandeza del poder de Dios con
respecto a los que creemos?
6. Explique brevemente el significado de la resurrección de Cristo.
7. ¿Qué significa o se entiende por exaltación y señorío de Cristo?
8. En la exaltación, ¿cómo interpreta la frase: “y sometió todas las cosas bajos sus pies”?
Anote una cita bíblica que respalde esta afirmación.
9. ¿Qué significado tiene el que Cristo sea constituido como cabeza de la Iglesia?
10. ¿Cómo interpreta la expresión: “la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo
llena en todo”? Cite algunos versículos que tienen relación con este principio.

2.6. Síntesis del tema central de la lección 2

Pablo intercede por que Dios les de espíritu de sabiduría y de revelación y les ilumine el
entendimiento para conocer las verdades y manifestaciones del Padre y Del Hijo.

26
LECCIÓN 3

La edificación de la Iglesia: 2.1-22

3.1. Introducción

Este pasaje revela la alocución de Pablo acerca de nuestra salvación por la gracia de Dios,
no sin antes demostrar nuestra condición del pasado, del presente y del futuro; todo ello, como
se ve, haciendo referencia a los efesios y gentiles. El apóstol refiere: 1) Lo que eran los gentiles
sin Cristo, un cuadro muy tenebroso y entristecedor. 2) Lo que son los gentiles en el presente,
la gracia y suficiencia de Dios nos transforma. 3) Lo que serán los gentiles en el futuro, los
pecadores redimidos seremos una lección objetiva eterna de la gracia de Dios. Una de las
grandes verdades de este capítulo y de esta carta es que judíos y gentiles están unidos en un solo
cuerpo, el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, constituida por los miembros de la familia de Dios.
Todo esto amerita: unidad, santidad y edificación en la iglesia de Dios.

3.2. Salvos por gracia: 2.1-10

Salvados del pecado: 2.1-3

Dios nos había salvado, “cuando estábamos muertos en delitos y pecados” (2.1).
Espiritualmente estábamos muertos y necesitados de resurrección, de nueva vida. “Delitos”
significa acciones que se apartan de la norma revelada de Dios. “Pecados” significa la “quiebra”
de la verdad y la justicia, dejando de alcanzar lo que Dios espera (Ro. 3.23). El apóstol señala:
“en los cuales anduvisteis en otro tiempo” (2.2a). Era la condición espiritual en la que
estábamos antes de nuestra conversión al Señor. Anduvimos en transgresiones y pecados.20

20
“De tres maneras expresa Pablo la pauta que sigue el pecador antes de su conversión: (A). Va “siguiendo la corriente de
este mundo” como los peces muertos que van siguiendo inertes la corriente de las aguas. Esta es la “corriente” que siguen los
mundanos inconversos (1 Co. 6.9-11; Col. 3.5-7), una corriente que desemboca en la perdición eterna. (B). Camina “conforme al
príncipe de la potestad del aire,” esto es, obedece sumiso al gobierno tiránico que le impone Satanás, “el príncipe de este
mundo” (Jn. 12.31; 14.30), “el dios de este siglo” de este mundo malo (2 Co. 4.4.), el Maligno en cuyo poder yace todo el
mundo (1 Jn. 5.19b). La sumisión al diablo por medio del pecado, es la peor esclavitud. (C). Camina conforme “al espíritu, al
estilo de vida impuesto por el diablo, que ahora actúa continuamente en los hijos de desobediencia, (hebraísmo que indica una
inclinación constante a desobedecer).
Matthew Henry. Comentario Bíblico de Matthew Henry. Barcelona. Editorial Clie. 1999. Pág. 1676.
27
El término andar, lo utiliza la Escritura para referir la conducta diaria, el modo de
vivir del creyente. “Entre los cuales también todos nosotros vivíamos en otro tiempo en los
deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamiento” (2.3a). Era entre
los hijos de desobediencia que todo cristiano vivía su vida antes (de ser salvo). Todo ser
humano apartado de la obra redentora de Dios está ocupado en llevar a cabo los deseos
pecaminosos. Pablo se refiere a los deseos de nuestra carne, el hacer la voluntad de ella y de los
pensamientos, esto es, los deseos concupiscentes, desordenados y pecaminosos de nuestra
naturaleza vieja y corrupta.
Los pecados de la carne no se limitan únicamente a la práctica de vicios sensuales; el
apóstol refiere que: “las obras de la carne son manifiestas; adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, contiendas, envidias, homicidios,
borracheras y cosas semejantes a estas… los que practican tales cosas no heredarán el reino de
los cielos” (Gá. 5.19-21).
Todo esto ha constituido al hombre en un objeto de la ira de Dios. Todos los hombres sin
excepción cometen pecado, lo cual es una evidencia de que comparten una naturaleza
pecaminosa. La sustancia de nuestro ser fue heredada de Adán; la naturaleza caída que Adán
adquirió fue transmitida a toda su descendencia. Siendo así, todos los hombres permanecen
bajo la ira de Dios contra el pecado (Jn. 3.36). Esto es tan cierto con respecto a los que
alcanzaron la salvación, como a los demás que permanecen incrédulos.

El estado actual: 2.4-6

Pablo señala el contraste glorioso que Dios pone en el hombre, sea este gentil o judío.
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y
juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en lugares celestiales con Cristo
Jesús” (2.4-6).
La justicia de Dios había sido ofendida por el pecado del hombre, y en tal razón, no podía
esperar nada de Dios sino juicio. “Pero Dios” apunta a la única solución concebible para el

28
hombre: amor y misericordia” (Jn. 3.16). La redención no fue únicamente un acto de librar a los
pecadores, sino que está arraigada en el amor de Dios para con los hombres a quienes Él creó.
El amor de Dios se hizo sentir en los pecadores, “aun estando nosotros muertos en
pecados”, y Él nos vivificó juntamente con Su Hijo. (2.5). El amor de Dios nos hizo vivir
porque Él nos identificó como pecadores, pero que creemos en Cristo. De esta manera, la
justicia de Dios fue satisfecha por el pago de la pena del pecado, mediante el sacrificio vicario
de Cristo que nos dio vida juntamente con Él. Fue la gracia infinita de Dios la que consumó la
salvación de los pecadores. Por ello Pablo exclama: “¡Por gracia ustedes han sido salvados!”
(2.5. NVI). ¡Cuan cierto es esto!... Solo la gracia infinita de Dios podía consumar una salvación
para los pecadores, quienes por definición, están espiritualmente muertos. El paréntesis (por
gracia sois salvos), se explica y amplía en el versículo 8. 21
La unión del hombre redimido con Cristo en Su resurrección, le involucra también en la
posición de exaltación que tiene Cristo Jesús. Cuando nuestro Señor fue ascendido por el Padre,
Dios le sentó a su diestra, y allí está actualmente en el lugar de honor y autoridad. Juntamente
con Él, nos resucitó y nos hizo sentar “en los lugares celestiales” (esta expresión, se repite en los
vs. 1.3, 20; 2.6 de esta epístola). Por tanto, en la esfera espiritual donde Cristo es Supremo, los
creyentes también estamos establecidos por su unión con Él, ya compartimos su triunfo. “Esto
es lo que Pablo quiere dar a entender cuando refiere que: estamos sentados con Cristo en los
lugares celestiales.”22

El estado futuro: 2.7

Pablo contempla la perspectiva futura de los creyentes. Deja ahora el estado actual de
ellos para vislumbrar el propósito que Dios ha planeado para los que están en Cristo Jesús, “para
mostrar en los siglos venideros” (2.7a), es una referencia a la eternidad. En aquel entonces, y
por toda la eternidad, el plan de redención de Dios y la fe que se ejerció al recibirlo, serán
plenamente reiteradas. La fe se tornará en vista, y habrá un despliegue de las glorias plenas de la
salvación.

21
Everett F. Harrison. Comentario Bíblico Moody. Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 1971. Pág. 358.
22
Sinclair B. Ferguson. Vamos a estudiar Efesios. East Peoria. Editorial Peregrino. 2009. Pág. 71.

29
Este futuro despliegue demostrará claramente: “las abundantes riquezas de su gracia en
su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” (2.7b). Estamos conscientes y seguros que la
gracia para con los pecadores es inagotable e infinita; pero ello no significa que debemos
“perseverar en el pecado para que la gracia abunde. En ninguna manera”. (Ro. 6.1-2). En el
contexto, la gracia de Dios significa misericordia y amor. El apóstol añade la palabra bondad
(benignidad), para mostrar la benevolencia con que se han otorgado las bendiciones de Dios.
Él mostró Su gracia suprema al elevar a los creyentes a una posición de unión con Su Hijo.

Salvos por gracia: 2.8-9

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios” (2.8). El don es un regalo inmerecido de Dios. La salvación es por la gracia de Dios y el
hombre se la apropia por la fe solamente (latín: sola fide). La gracia de Dios es la fuente de
nuestra salvación. La gracia es la actitud misericordiosa de Dios hacia el hombre. Proviene del
amor sin límites del Padre celestial. Pero aunque la fe permite al creyente reconocer a Cristo
como su Salvador, no puede contraponerse a la gracia como si la fe fuera la obra salvadora del
hombre. 23
“Por medio de la fe”. Pablo no dice: “a causa de la fe”, porque la fe no es la causa, sino
solo el canal por medio del cual nos llega la salvación. La fe implica la aceptación y la
confianza en Cristo y sus promesas, mediante las cuales el creyente lo recibe como su propio y
personal Señor y Salvador (Jn. 1.12). La auténtica fe siempre va acompañada de buenas obras,
ellas son fruto de la fe, no al revés. La fe bíblica es creer en la verdad de Cristo simplemente
porque Dios así lo dice: “No por obras, para qué nadie se gloríe” (2.9). Las obras son fruto o
producto de la salvación, no la causa de la misma. Pablo refuta la validez de las obras humanas
como medio para ganar la salvación, pues ellas son producto de la carne, lo cual es abominable

23
“La gracia es la actitud misericordiosa de Dios hacia el hombre. Proviene del amor sin límites del Padre celestial. Es la
generosidad o magnanimidad de Dios hacia nosotros, seres rebeldes y pecadores. En el NT la gracia está centrada en la persona
de Jesucristo (Jn. 1.14-17; Ro. 5.15; 1 Co. 1.4; 2 Co. 8.9.). La gracia posibilita la fe que es la respuesta agradecida a la iniciativa
de Dios, pero esta no es provocada por aquella, pues es don de Dios para salvación (Hech. 15.11; Ro. 4.13-16). Toda la idea
neotestamentaria de la salvación gira en torna a la gracia de Dios manifestada en la vida, obra, muerte y resurrección de Cristo”.
Wilton M. Nelson. Diccionario Ilustrado de la Biblia. Miami. Editorial Caribe. 1997. Pág. 172.

30
para Dios. Ni siquiera las obras de justicia son causas aptas para la salvación. El esfuerzo
humano que lleva a realizar obras no tiene nada que ver con el alcance de la salvación, “ya que
por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Dios. El hombre no es
justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo…por las obras de la ley, nadie será
justificado” (Ro. 3.20; Gá. 2.16).
En el ámbito social pueden ser necesarias las obras, los impulsos mueven a las personas a
realizarlas y hasta parecen útiles y de beneficio, pero la salvación no es a cambio de obras, la
salvación no es por mérito humano…no es por obras, para que nadie se gloríe, “para que nadie
se jacte” (NVI). El plan de Dios para proveer la salvación excluye toda vanagloria humana (Ro.
3.27).

La salvación es para buenas obras: 2.10

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras” (2.10a). Aunque
las buenas obras no cumplen función alguna en la obtención de la salvación, tienen mucho que
ver con el vivir en la práctica de la salvación. Esto quiero decir que, aunque ninguna cantidad de
buenas obras puede originar la salvación, sin embargo, muchas buenas obras son fruto de la
salvación. Al llamarnos: “hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras”, Dios
espera que los creyentes hagan buenas obras como fruto de su nueva vida, obras realizadas en
Su poder y para Su gloria (Jn. 15.1-8). El poder que nos ha creado en Cristo Jesús nos capacita
para realizar buenas obras. Estas obras sirven como aval de nuestra salvación, pues, actitudes y
actos justos proceden de una vida transformada.
Respecto a las buenas obras, Pablo dice: “las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas.” No dice que los creyentes fueron preparados de antemano para andar en
buenas obras, sino que las buenas obras fueron preparadas de antemano para que los creyentes
anduviesen en ellas. Es por eso que Santiago dice que la fe es ilegítima cuando no están
presentes las obras (Stg. 2.17-26). En 2 Co. 9.8, Pablo les dice: “Y poderoso es Dios para hacer
que abunde en vosotros toda gracia a fin de que… abundéis para toda buena obra.” A Timoteo
le dice: “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena
obra” (2 Tim. 3.17).

31
3.3. Reconciliación por medio de la cruz: 2.11-22

El contenido de este pasaje entraña importancia capital, pues, describe la iglesia unida,
compuesta por gentiles en igualdad con los judíos.

La condición anterior de los gentiles: 2.11-12:

Como refiere John MacArthur: “La desunión dentro de la iglesia de Éfeso era más que
todo entre creyentes judíos y gentiles. El comentarista, emplea el término “alienación” (“estar
separado, enajenar”) para señalar este hecho. Anota dos tipos de alienación: alienación social
y alienación espiritual. La primera, venía como resultado de la animosidad que había existido
entre judíos y gentiles durante miles de años. Los judíos consideraban a los gentiles como
desheredados y los trataban como objeto de burla y desprecio.”24
En el vs. 1.11, Pablo refiere la condición previa de los gentiles, y en particular su
identidad. Pablo los denomina “gentiles en la carne.” Lo eran en la carne porque no llevaban el
signo físico de la circuncisión. Tales personas eran llamadas comúnmente “incircuncisión,”
como un término despectivo y de reproche por los judíos piadosos, quienes se gloriaban en
sus tradiciones y llevaban con orgullo el nombre de “circuncisión.” De este hecho, brotó la
enemistad entre ellos y los gentiles, que solo pudo ser abolido por medio de la cruz (2.13-14).
Pablo critica acremente esta actitud de los judíos (Ro. 2.17-29). La descripción de esta
circuncisión como hecha con mano, significaba solamente una circuncisión física, un mero
corte prepucial hecho con la mano del hombre. Hay una circuncisión espiritual que todos
los creyentes poseen en la regeneración, “en la circuncisión de Cristo” (Col. 2.11).
Continúa J. MacArthur su comentario (2.12): “La alienación más importante de los
gentiles era la espiritual. Los gentiles como pueblo estaban separados de Dios en cinco sentidos
diferentes: Primero, estaban sin Cristo, separados por completo del Mesías, por tal razón no
tenían esperanzas mesiánicas en un Salvador ni Libertador…Segundo, estaban alejados de la
ciudadanía de Israel. Dios había organizado su pueblo escogido como una teocracia, una nación
de la que Él mismo era Rey y Señor…Tercero, no tenían un pacto con Dios, eran ajenos a los
pactos de la promesa…Cuarto, los gentiles vivían sin esperanza. Los que están sin Cristo,
alejados de la ciudadanía y ajenos a los pactos de la promesa, también carecen por completo

24
John MacArthur. La Biblia de estudio MacArthur. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2004. Pág. 1656.

32
de esperanza… En quinto lugar, y más importante, los gentiles eran objeto de alienación
espiritual porque estaban sin Dios (atheos) en el mundo. Los gentiles no tenían al Dios
verdadero, no querían reconocer su necesidad en Él. “25

Unidad en Cristo. 2.13-18

Los gentiles, ahora cercanos: 2.13

¡Que contraste! Los gentiles que antes se encontraban alejados de la salvación, sin
Cristo, sin las promesas del antiguo Pacto, y sin Dios, ahora están en una nueva posición, “han
sido hechos cercanos a Dios, por la sangre de Cristo.” Por cierto, esta cercanía no es física, es
una cercanía espiritual., una unión íntima con Jesucristo. De aquí en adelante, los gentiles
pueden disfrutar de la salvación de igual modo que los judíos, todo, en base de la obra expiatoria
de Cristo en la cruz, hecha por Dios, y disponible para todos, los que por fe, están vitalmente
unidos con su Hijo (en Cristo Jesús).

Unidos en un solo cuerpo: 2.14-18

Cristo es en quien personifica nuestra paz con Dios y la paz entre judío y gentil (2.14a).
El énfasis aquí esta sobre la nueva unidad creado entre estos dos pueblos, en Cristo ambos han
sido hechos uno con las viejas rivalidades quitadas. Cristo efectuó esta obra derribando la pared
intermedia de separación (2.14b).
Esta separación se compara con: “el rasgarse el velo del templo” durante la crucifixión, o
a la barricada que separaba el patio de los gentiles del santuario propio del templo de
Jerusalén, o simbolizó la barrera quitada entre los pecadores y Dios. Todo esto, no viene al
caso. La barrera de: “la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas,” constituía la gran
causa de división (2.15a), la cual se centraba en la ley mosaica y sus decretos y preceptos
exclusivos para el judío, y despreciada y ridiculizada por el gentil.

25
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Págs. 98-101.

33
Cristo hizo inoperante la ley al satisfacer sus demandas y pagar su pena. Y no solo eso,
sino que creó “un solo hombre nuevo” (2.15b), hizo de los dos, uno. Se puede intentar
representar en una ecuación:

judío+gentil (todo por medio de Cristo) = cristiano (nuevo hombre por el nuevo nacimiento, la
humanidad).

Cristo mediante la cruz puso fin a la división entre los dos, y reconcilió a ambos a Dios
en un solo cuerpo (Iglesia). De esta manera, todas las enemistades recibieron la muerte (1.16).
Cristo vino y anunció las buenas nuevas de paz que han sido declaradas en el evangelio, tanto a
los que estabais lejos (gentiles), cuanto a los que estaban cerca (judíos), vs.1.17. Unos y otros, a
través de Cristo tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu, quien toma ambos grupos y les
infunde una vida regenerada.

Somos el nuevo pueblo de Dios: 2.19-22

Esta porción es de suma importancia, puesto que presenta a esta nueva comunidad de
judíos y gentiles (en particular a estos) como copartícipes del reino de Dios, conciudadanos de
los santos y miembros de la familia de Dios (2.19) y templo de Dios, siendo edificados para
morada de Dios. (2.21-22).
Con todo aquello, hemos llegado a ser “uno” en Cristo. Ya no somos extraños, ya no
somos advenedizos. Somos conciudadanos del reino de Dios con todos los santos. “Nuestra
ciudadanía está en el cielo” (Fil. 3.20). Por tanto, somos copartícipes del reino de Dios y
miembros de la familia de Dios (2.19), pues, nos hemos identificado por la fe con Cristo y Su
sacrificio vicario nos tornó en hijos de Dios. Entonces, todo ciudadano del reino es miembro de
la familia de Dios y viceversa. “El reino de Dios es Dios mismo gobernando a su pueblo y
derramando sobre ellos todos los privilegios y responsabilidades que se gobierno comprende.
Pablo ve en este nuevo reino algo más espléndido y más duradero que cualquier otro imperio
terrenal. Los ciudadanos del reino de Dios son libres y están seguros, ya no son extraños ni
extranjeros, sino conciudadanos.” 26
“El fundamento de los apóstoles y profetas” (2.20a), se refiere a la revelación divina que
ellos enseñaron y que en su forma escrita es el Nuevo Testamento. Su función especial y única

26
John Stott. El mensaje de Efesios. Barcelona. Editorial Certeza Unida. 2006. Pág. 98.

34
fue hablar con autoridad la Palabra de Dios para la iglesia. La palabra apóstoles no se refiere a
un término genérico para misioneros o fundadores de iglesias u otros líderes eclesiásticos, se
refiere al grupo especial que Jesús llamó y autorizó para enseñar en su nombre, Este grupo
estaba formado por los Doce, más Pablo y quizás uno o dos más. “La principal piedra del
ángulo” (figura que Pablo usa) en ese fundamento, “es Jesucristo mismo” (2.20b). 27
De igual
modo, Él, hace piedras vivas a todos los creyentes (1 P. 2.4-5).
Pablo usa también la figura de un edificio para referirse a la iglesia: “todo el edificio bien
coordinado.” Se refiere a que la construcción debe ser debidamente acoplada en su crecimiento
espiritual diario, hasta que llegue a ser un “templo santo en el Señor”, “una iglesia que fuese
santa y sin mancha” (Ef. 5.27). Como una parte viva y funcional de ese templo, nosotros
“somos juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” Cristo a través de Su
Espíritu determina el lugar y función que nos corresponde en el edificio (Ef. 4.7-8). En
Cristo los creyentes somos formados en un solo cuerpo, en conexión con la obra del Espíritu,
para que formemos una habitación de Dios.

3.4. Conclusión

Estando muertos en delitos y pecados, Dios por su gran amor y misericordia nos dio vida
en Cristo y por gracia hemos sido salvados. Estábamos sin Cristo, separados de la ciudadanía de
Israel y alejados de los pactos, no obstante, Dios a través de Cristo nos unió en un solo pueblo,
nos hizo familia de Él y somos parte del cuerpo de Cristo.

3.5. Cuestionario 3

1. ¿Qué significado tiene la expresión: “en los cuales anduvisteis en otros tiempos”?
2. ¿Qué hizo Dios con nosotros cuando estábamos muertos en pecados? ¿Qué le impulsó a
hacerlo?

27
“La piedra del ángulo era la parte más importante en las edificaciones antiguas, era indispensable que se colocara con
precisión porque todas las demás partes de la estructura se orientaban hacia ella.”
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág. 111.

35
3. ¿Por qué fuimos salvos?
4. ¿Qué implica la fe?
5. ¡Qué espera Dios al llamarnos: “hechura suya, creados en Cristo para buenas obras”?
6. John MacArthur señala el término alienación. ¿Qué significado tiene y cuántos tipos de
alienación anota el autor?
7. ¿Por qué a los gentiles se les denomina: “gentiles en cuanto a la carne” y llamados
incircuncisión?
8. Según John MacArthur, ¿cuál era la alienación más importante de los gentiles y qué
comprende?
9. ¿A qué se refiere o que significa: “el fundamento de los apóstoles y profetas”?
10. Pablo usa la figura de un edificio para referirse a la iglesia: “todo el edificio bien
coordinado”. Explique, ¿en qué consiste o a qué se refiere?

3.6. Síntesis del tema central de la lección 3

. Fuimos reconciliados los dos pueblos en un solo cuerpo, allí somos juntamente
edificados para morada de Dios en el Espíritu.

36
LECCIÓN 4

Ministerio de Pablo a los gentiles: 3.1-21

4.1. Introducción

La emoción que embarga a Pablo por la unión de judíos y gentiles por la entrañable
gracia de Dios lo resume en tres palabras: “Por esta causa”. El desánimo y desilusión no estaban
con él, pese a la prisión física; pero la prisión espiritual en Cristo Jesús borraba todo desaliento,
pues él pertenece a Cristo y es por Su servicio que se han producido estas circunstancias. La
predicación del evangelio a los gentiles había originado las dificultades que a la larga le
condujeron a su reclusión en Roma (Hech.21-28). Pablo estaba convencido que la dispensación
(administración o mayordomía) de la gracia de Dios que le había sido dada, no fue por
instrucción humana, sino que por revelación le fue declarado el misterio, para anunciar entre los
gentiles las inescrutables riquezas de Cristo.

4.2. Los gentiles son coherederos: 3.1-13

Los comentaristas y lectores relievan un detalle sintáctico de esta porción. Pablo


interrumpe la frase inicial del vs. 1 y ese pensamiento le reanuda en 3.14-21. El contenido de
3.2-13, “es una interpolación, y menciona su relación con los gentiles, ampliando la información
que habían recibido para su edificación en Cristo”, a través de la dispensación de la gracia de
Dios.28

La mayordomía de Pablo: 3.1-4

La expresión: “Por esta causa” seguramente se refiere al contenido de la sección anterior.


El apóstol siente gozo en su alma a causa de la unión de los pueblos gentil y judío en la Iglesia,

28
“Lo que quiere decir es sencillamente esto: Pablo ora para que los efesios (y todos los creyentes a través de los siglos)
pongan tanto interés y celo en la consecución de su objetivo, que jamás lleguen al punto de decir: “Hemos llegado al final.
Ahora ya sabemos todo lo que es necesario conocer acerca del amor de Cristo”. …el apóstol ora para que los lectores logren
concentrarse intensa y exhaustivamente en la inmensidad y gloria del amor de Cristo. El corazón y mente finitos nunca podrán
llegar a una cabal comprensión o conocimiento de un amor infinito”.
William Hendriksen. Comentario al Nuevo Testamento Efesios. Grand Rapids. Libros Desafío. 1984. Pág. 130. Biblioteca para
los estudiantes de Mints. CD.

37
por la gracia de Dios. Refiere su situación actual de prisionero en Roma, considerándola no
como una situación adversa personal, sino relacionada con los propósitos divinos. Se
autodenomina: “prisionero de Cristo Jesús”, por tanto, es un prisionero doble: prisionero de
Roma y prisionero de Cristo Jesús. Precisamente es en Su causa que se ha producido esta
circunstancia. En efecto, él estaba preso por los gentiles “por vosotros”; la predicación del
evangelio a ellos, había sido la causa de esas dificultades que a la a larga le llevaron a la prisión
en Roma (Hech. Cap. 21-28).
“Si es que habéis oído” (3.2a). Esta expresión significa: “Sin duda se han enterado del
plan de la gracia de Dios que Él me ha encomendado para ustedes” (3.2 NVI). “Si es que”, no
es un condicional dubitativo; más bien equivale a: “puesto que.” Va dirigida a los gentiles, a los
que Pablo había predicado el evangelio. Es a ellos a quienes les había administrado la gracia de
Dios, les había manifestado la dispensación de esa gracia que le fue dada (3.2b). Dios le había
asignado ese misterio mediante una revelación personal (v.3).29 Por tanto, tal administración le
fue confiada particularmente a su persona, fue su responsabilidad la de proclamar esas buenas
nuevas a los gentiles, y entre ellos a los efesios.

Pablo, su mensaje: 3.5-7

“Que por revelación me fue declarado el misterio como antes lo he escrito brevemente”
(3.3). La administración particular para la que Pablo había sido investido se dice que era el
misterio que le vino por revelación. El término misterio se usa con repetición en el NT, en
Efesios lo encontramos seis veces. Este misterio trata de que gentiles y judíos han sido hechos
30
uno en Cristo, de lo cual, Pablo ya había escrito antes brevemente. Por tanto, el misterio de

29
Pablo pasa a exponer el “misterio de Cristo”. Con respecto a esto les dice a los efesios:” Que Dios le había asignado ese
misterio mediante una revelación personal (v. 3). Mediante la gracia del apostolado (Ro.1.5), Dios le había encomendado la
administración (vs.2), es decir la dispensación (gr. oikonomía) en que el plan salvador de Dios había llegado a su culminación
histórica. Esta dispensación de la gracia de Dios a favor de ellos, gentiles (v. 2b), le había confiado a Pablo como uno de los
principales administradores de los misterios de Dios. No se había nombrado a sí mismo administrador, sino que Dios le había
asignado tal misterio.”.
Matthew Henry. Comentario Bíblico de Matthew Henry. Barcelona. Editorial Clie. 1999. Págs. 1678-1679.
30
Es obvio que el misterio consiste en que judíos y gentiles son uno en Cristo, acerca de lo cual había escrito entes brevemente
en 1.9-12 y 2.11-12. Se trataba de una verdad imposible de conocer y comprender para los hombres, de quienes estuvo
escondida hasta que Dios lo reveló (cp. 2 Tim. 3.16;-17; 2 P. 1.19-21).”.
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág. 118.

38
(3.3), parece continuarse en el misterio de (3.4). Cristo es considerado como el objeto divino en
quien toda la verdad acerca de la Iglesia se halla y es hecha posible. Es el misterio
relacionado a Cristo y a Su obra redentora lo que hizo posible la Iglesia. Pablo trata de explicar
y aclarar esto, .a fin de que los efesios y todos los creyentes puedan entender cuál era su
conocimiento en el misterio de Cristo, es decir, su comprensión y entendimiento. El
conocimiento espiritual es el que lleva a una vida práctica correcta.
Como se indicó, la palabra “misterio” se usa a repetición en el NT. “No significa algo
místico ni mágico, sino un secreto sagrado que no se había dado a conocer antes; una vez
revelado, “solo los iniciados, en este caso, solo los salvados lo entienden.”31
En las generaciones precedentes, este misterio no fue hecho conocer, esta humanidad
(humanidad en general, no solo Israel) fue huérfana de este conocimiento. Sin embargo, a los
apóstoles y profetas del Nuevo testamento (3.5), esta revelación les fue hecha (cp. con 2.20,
4.11). Los que primero recibieron esta revelación fueron los apóstoles y profetas de la Iglesia.
La revelación no fue exclusiva a Pablo.32
Solo gracias a ellos, las enseñanzas del Antiguo Testamento pueden entenderse con
claridad a la luz de la revelación del Nuevo Testamento (cp. Heb. 11.39-40; 1 P. 1.10.12). En
todo esto, es el Espíritu de Dios a través del cual se produce esta revelación en estos “santos.”
Como dice Pedro: “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”(1 P. 1.20-21). El
mismo Pedro testifica que fue el Espíritu quien le llevo a la casa del gentil Cornelio (Hech.
10.1-11.18).
¿Cuál era el misterio no revelado? El misterio o secreto no revelado era: “que los gentiles
son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa de Cristo Jesús por

31
Everett F. Harrison. Comentario Bíblico Moody Nuevo Testamento. Grand Rapids. 1971. Editorial Portavoz. 359.
32
“La revelación no fue exclusiva a Pablo, sino a sus colegas los Doce, la encomienda especial al de Tarso tuvo que ver más
bien con el área de su proclamación: los gentiles.”
Ernesto Trenchard y Pablo Wickham. Epístola a los Efesios. Madrid. Editorial Portavoz. 1980. Pág. 87.

39
medio del evangelio” (3.6). En verdad, cuesta creer el carácter y dimensión que ese misterio
significaba para los judíos durante el ministerio de Pablo. No obstante, ya el Antiguo
Testamento señala una esperanza para el pueblo gentil. Con el llamamiento de Abraham, Dios
anuncia bendición para ellos (Gn. 12, 1-3) y el nuevo Testamento lo confirma (Hech. 13.47;
15.15-18; Ro. 15.9-12). Ningún israelita (miembro del pueblo de Dios) podría imaginarse que
esos “alienados” gentiles (ver nota ref.22 ), “podrían acercarse directamente a Dios, sin pasar por
la puerta de Israel, a través de la obra del Mesías, y formar parte juntamente con los judíos
convertidos, un nuevo pueblo (2.15), en igualdad de condiciones.”33
La idea de incluir a los gentiles en un solo cuerpo con los judíos equivalía decir
espiritualmente, que los leprosos ya no tenían que ser alejados del resto de personas sanas y
podían estar junto con ellas. Todo esto, como es lógico pensar, era inconcebible para los
israelitas y se consideraba una blasfemia. Pese a todo esto, Pablo declara:
1). Que los gentiles son coherederos. Ahora disfrutan de la misma condición legal que los
judíos en cuanto se refiere a heredar lo que Dios ha prometido. 2) Que los gentiles son
miembros del mismo cuerpo. Ahora ellos tienen igualdad de su relación vital con Dios a través
de la Iglesia. 3) Que los gentiles son copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del
evangelio. Estar en Cristo mediante la aceptación del evangelio es el sustrato espiritual para la
nueva vida del hombre. Vivir en Cristo es vivir en su Señor y Salvador.
Pablo ahora se regocija en su privilegio de ministrar este evangelio. Él vuelve a pensar en
su experiencia en el camino hacia Damasco (Hech. 9.1-21; 26.16), cuando Cristo desplegó Su
inmenso poder, poniendo fin a los planes de persecución de Pablo y transformando su vida
(3.7). Eso es un don, es un favor inmerecido por la gracia de Dios. El apóstol enfatiza: “que fue
hecho ministro”, él no se había hecho ministro por su propia voluntad.

La comisión de Pablo: 3.8-9

Y prosigue: diciendo: “A mí que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me
fue dada esta gracia” (3.8a). Él piensa en su comisión para Dios, no quiere ensalzarse a sí

33
C. Ernesto Trenchard y Pablo Wickham. Epístola a los Efesios. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 1980. Pág. 87.

40
mismo, se considera como menos que el menor de todos los santos. Esta alocución, quizás le
traía a la memoria su antigua condición de perseguidor de la iglesia (1. Co. 15.8-9; 2 Co12.11; 1
Tim. 1.15-16), la cual Dios le perdonó y Cristo le hizo el llamado. La gracia que le fue dada a
Pablo no era la salvación solamente, sino el ministerio particular que le había sido encargado
(cp. 3.2): la responsabilidad de predicar el evangelio a los gentiles, de anunciar el evangelio de
las inescrutables riquezas de Cristo, (3.8b). Como parte de su comisión, Pablo también había
sido encomendado para “aclarar a todos cuál sea la dispensación (administración, mayordomía)
del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas” (3.9). Él debe poner
en claro a todos, cuál era el Plan de Dios respecto al misterio de la inclusión de los gentiles.
Como se suele decir en el argot cristiano: el plan de Dios para el creyente marcha
perpendicularmente, en sentido vertical en relación con el Todopoderoso, y en sentido
horizontal en relación con el prójimo.

El propósito de Dios: 3.10-11

El propósito de que Dios revele el misterio de la iglesia es, “que la multiforme sabiduría
de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en
los lugares celestiales” (3.10). La iglesia es quien debe dar a conocer la multiforme sabiduría de
Dios (las variadas formas en que se expresa la infinita y extraordinaria sabiduría de Dios) a los
principados y potestades.34 ¿A qué principados y potestades? No se refiere a autoridades
humanas, sino a autoridades angelicales. Acerca de los ángeles, se habla de ellos en Ef. 1.21;
6.12; Ro. 8.38; Col. 1.16; 2.18; 1 P. 3.22. 35

34
”Dada a conocer traduce gnorizo, que significa “manifestar o hacer notorio”. El papel céntrico y exclusivo de la iglesia se
descubre en esta declaración. Para esto había sido constituida la iglesia, no solo para ser receptora del evangelio y todos sus
beneficios, sino para ser transmisora de los mismos.”
Comentario Bíblico Mundo Hispano. Tomo 21 Efesios. El Pao. Editorial Mundo Hispano. 1995, 2001. Pág. 110. Biblioteca para
los estudiantes del Mints. CD.
35
Los comentaristas difieren en lo que respecta a la clase de ángeles indicados aquí (3.10). Algunos defienden la posición de
que la referencia es exclusivamente a los poderes malignos. Robertson en su Word pictures Vol. IV, p. 531, los identifica con
los “aeones gnósticos o cualquier cosa”. Cierto es que la expresión “principados y autoridades“ es neutra tal como “ángeles.”
Gabriel es un ángel, pero Satanás también lo es. En cada caso, el contexto es el que determina si la designación se refiere a los
ángeles en general, como en 1.21, a los ángeles caídos como en 6.12, o a los ángeles buenos. Aun la adición aquí en 3.10 de las
palabras “en los lugares celestiales”, no es decisiva para determinar si la referencia es a los ángeles buenos, o a los demonios
como 6.12 lo establece. Sin embargo, aún no veo la razón para no estar de acuerdo con multitud de teólogos y comentaristas,
41
La redención del judío y del gentil, y su inclusión en la iglesia, estaban de acuerdo con el
eterno propósito de Dios. Este propósito fue formado en conexión con Cristo Jesús (3.11).
Aunque el plan fue ocultado en los tiempos pasados, estaba ya preparado y solo esperaba la
ocasión apropiada para su cumplimiento. Ya que Cristo vino y lo cumplió con su muerte vicaria,
ahora el plan ya es un hecho a la vista de todos, inclusive de los ángeles en el cielo.

Palabras de aliento: 3.12-13

Ahora, el apóstol se apresta a reafirmar a todo creyente lo que esto significa


personalmente. Pablo arenga, alienta y afirma que a través de la fe en Cristo alcanzamos
seguridad, acceso y confianza en Él (1.12). Subraya la realidad de la relación con Dios por
medio de Cristo. Y llegado el momento, les alienta con un ruego: “…pido que no desmayéis a
causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria” (1.13). En vez de que
experimenten tristeza por la vida del apóstol, les dice que lo tomen como motivo de gloria. En
los momentos difíciles nos hace tanto bien recordar y creer: Que toda tribulación es
momentánea y su propósito es producir en nosotros un cada vez más excelente peso de gloria.

4. 3. El amor que excede a todo conocimiento: 3.14-21

El poder del Espíritu: 3.14-16

“Por esta causa,” repite las mismas palabras de 3.1, en aquel momento tenía en mente esta
oración, ahora retoma lo dicho, luego de la interpolación o paréntesis de 3.2-13 con el que
hizo un alto para dar a conocer las grandes verdades del misterio y revelación que Dios puso en
él. El apóstol, “dobla sus rodillas.” La maravilla del plan de Dios, debe motivar a cualquier

que creen que 3.10 se está refiriendo a los ángeles buenos y no a los caídos” (Hendriksen, emite tres razones que sostienen que
se trata de ángeles buenos, y no caídos).
William Hendriksen. Comentario al Nuevo Testamento Efesios. Grand Rapids. Libros Desafío. 1984 Pág. 120. Biblioteca. para
los estudiantes de Mints. CD.

42
cristiano a ponerse de rodillas como actitud de sumisión ante Él, nuestro Padre, y Padre del
Señor Jesucristo, cuya autoridad es suprema.36
Toda oración debe ser dirigida al Padre celestial, Padre de nuestro Señor Jesucristo, “de
quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra” (3.15). Al hacer referencia a la
entera familia de Dios, Pablo no habla de una paternidad universal de Dios, sino de aquellos
que tienen un parentesco espiritual con Dios como su Padre. (cp. 2.18-19). Esta familia
espiritual de Dios incluye a todos los que realmente reconocen a Dios como su Padre celestial,
sean santos judíos o gentiles creyentes en la tierra, santos del Antiguo Testamento ahora en el
cielo, o santos de los tiempos venideros. Además, la expresión puede incluir a los santos ángeles
y otros seres espirituales en el cielo.37
Pablo ora para que los efesios y toda esa familia usen el poder que Dios les concede y que
usufructúen y sean fortalecidos con la plenitud de ese poder. Tal don puede estimarse solamente
según la riqueza incorporada en la gloria de Dios, esa gloria testifica que estas riquezas
pertenecen a Dios en virtud de quien es Él.
Pablo pide que el fortalecimiento divino sea experimentado en el “hombre interior,”
puesto que ahí se encuentra la anomalía, allí es donde la vida espiritual debe crecer y es la base
desde donde el Espíritu Santo con Su diligencia cambia la actitud del creyente. Solo el Espíritu
de Dios puede fortalecer nuestros espíritus porque nos reviste de conocimiento y poder.

36
La costumbre de los judíos era orar puestos de pie. La expresión ·”doblo mis rodillas” enfatiza más la actitud solemne y
urgente con que Pablo ora, que la posición física en que se halla.
Comentario Bíblico Mundo Hispano. Tomo 21. Efesios. El Paso. Editorial Mundo Hispano. 1995, 2001. Pág. 112. Biblioteca
para los estudiantes de Mints. CD.
37 “
El padre da su nombre a los que le pertenecen, tanto aquellos en el cielo como en la tierra. Estos son identificados como

familia, que en este texto significa de la misma paternidad., el mismo clan, la misma tribu….Pablo usa este término para
designar “familias espirituales, la de los ángeles, la de los israelitas fieles, la de los gentiles llamados a la fe” (Bonnet y
Schroeder). Padre (páter) tiene la misma raíz que la que se traduce como familia (patriá), o sea “patria.”
Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 21 Efesios. El Paso. Editorial Mundo Hispano. 1995, 2001. Pág. 110. Biblioteca para
los estudiantes de Mints.
43
Más peticiones de Pablo: 3.17-19

El fortalecimiento espiritual fue solicitado para que: “habite Cristo por la fe en vuestros
corazones” (3.17a),38 es decir, Pablo ora para que Cristo tome posesión cada vez más en nuestro
ser. Este acto de encomendar la vida al gobierno de Cristo, tiene como resultado Su ocupación
más completa e íntegra en nuestra vida. Por cierto, todo esto es posible cuando los creyentes
son: “arraigados y cimentados en amor” (3.17b). Cuando el creyente está bien afirmado en el
amor de Dios, es movido a corresponder a Él mediante una siempre creciente entrega a Cristo:
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Jn. 4.19).
Otra petición o solicitud de Pablo es que: “seáis plenamente capaces de comprender con
todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura” (3.18). Él quiere que
sus lectores comprendan la magnitud de estas cuatro dimensiones, “todos los santos” deben
comprender esta verdad. El elevado ideal es llegar a conocer a fondo los profundos afectos de
Cristo y sus maravillosas manifestaciones.39
Lo que dice Pablo en el vs. 19, amplía el contenido del verso anterior. Todos los cristianos
tenemos necesidad de incrementar y de conocer el amor de Cristo que excede todo
conocimiento. Lo anterior, nos induce al acmé, a la cúspide, a través de la petición de Pablo
cuyo objetivo es: “que seáis llenos de toda plenitud de Dios.” La plenitud de Dios consiste en
aquellos atributos comunicables de los cuales Dios está lleno: amor, sabiduría, conocimiento,
bienaventuranza, etc. El deseo ardiente del apóstol para la iglesia es que sea tan llena de todas
las cualidades y la pura naturaleza de Dios, que la iglesia sea el reflejo de Él en el mundo.

38
“El orden adecuado parece invertido, porque todo creyente en la salvación es habitado por Cristo (2 Co. 13.5; Col. 1.27) y no
puede tener al Espíritu Santo en el hombre interior hasta que haya recibido a Cristo como Salvador (Ro. 8.9-11; 1 Co. 3.16).
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág. 139.
39
“Lo que quiere decir es sencillamente esto: Pablo ora para que los efesios (y todos los creyentes a través de los siglos)
pongan tanto interés y celo en la consecución de su objetivo, que jamás lleguen al punto de decir: “Hemos llegado al final.
Ahora ya sabemos todo lo que es necesario conocer acerca del amor de Cristo”. …el apóstol ora para que los lectores logren
concentrarse intensa y exhaustivamente en la inmensidad y gloria del amor de Cristo. El corazón y mente finitos nunca podrán
llegar a una cabal comprensión o conocimiento de un amor infinito”.
William Hendriksen. Comentario al Nuevo Testamento Efesios. Grand Rapids. Libros Desafío. 1984. Pág. 130. Biblioteca para
los estudiantes de Mints. CD.

44
La gloria del Señor: 3.20-21

Esta doxología lleva a término la oración de Pablo. Él encuentra en Dios a aquel al cual
puede orar con fe, porque Dios es amplio y capaz de cumplir a las peticiones que se le hace.
Dios responde a la oración del creyente de manera que sobrepasa en mucho lo que osamos pedir
e inclusive lo que podríamos pensar. Él es Poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Dios es quien obra poderosamente en
nosotros, por tanto, puede contestar nuestras oraciones. Todo lo que Pablo hizo fue en el poder
de Dios. Es el mismo poder que actúa en nosotros por la presencia del Espíritu (Hech. 1.8).
La habilidad de Dios de ir más allá de nuestras oraciones, pensamientos y anhelos es por el
poder que obra eficazmente en nosotros (3.20).
Consecuentemente, toda la gloria pertenece a Dios. “¡A él sea la gloria en la iglesia y en
Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén” (3.21 NVI). La
doxología contenida en estos dos últimos versos, es la expresión de gratitud y alabanza por
todas las bendiciones derramadas sobre la iglesia. El poder viene de Dios. La gloria es para
Dios. A Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús. Además de dar a conocer la firme
convicción de Pablo de que Dios es capaz de conceder aún mucho más, su deseo es que la
alabanza perdure por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.

4.4. Conclusión

Los planes de Dios a corto o largo plazo se cumplen. Dentro de esos planes, estuvo
guardar el misterio o secreto, misterio que en oras generaciones no se dio a conocer. Pero
llegado el tiempo es revelado. A causa de la unión vital con Cristo, gentiles y judíos ahora son
uno en la iglesia de Dios, la cual demuestra Su gracia salvadora.

4.5. Cuestionario 4

1. ¿Cómo se autodenomina Pablo en el Vs. 1?


2. ¿Qué fue lo que le asignó Dios a Pablo, y de qué manera le fue declarado?
3. ¿En qué consistía el misterio que le fue declarado a Pablo?
4. ¿Qué pensaban los israelitas, respecto a la unión con los gentiles?
5. ¿Qué declara Pablo en Ef. 3.6 respecto a los gentiles?
6. ¿Cuál es el propósito de que Dios revele el misterio de la iglesia?
45
7. ¿Qué significa la expresión “hombre interior”?
8. Pablo expresa en Ef. 3.18 que: “seáis plenamente capaces de comprender con todos los
santos cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura”. Explique brevemente en
que consiste.
9. ¿Qué significa la expresión de Pablo: que seáis llenos de la plenitud de Dios?
10. Explique brevemente lo que afirma Pablo en el vs. 3.20.

4.6. Síntesis del tema central de la lección 4

Por medio de la promesa de Cristo y su sacrificio vicario, judíos y gentiles somos


miembros del cuerpo de Cristo.

46
LECCIÓN 5

La unidad de la iglesia: 4.1-16

5.1. Introducción

Esta porción de la carta enfatiza las responsabilidades de los creyentes como consecuencia
de las verdades y conceptos doctrinales dictados en los capítulos anteriores. Se da por entendido
que Pablo ha presentado la base doctrinal y en base a ella, presenta las exhortaciones prácticas.
Las bendiciones, honores y privilegios que gozan los creyentes al ser declarados hijos de
Dios, así como la verdad acerca de la identidad en Cristo son presentados en los primeros tres
capítulos. En los capítulos posteriores, Pablo hace conocer a los creyentes las obligaciones y
requisitos consecuentes de ser sus hijos a fin de vivir una práctica idónea que conlleva nuestra
salvación, todo esto, con la voluntad y gracia del Padre celestial. Para algunos comentaristas, la
parte práctica, se inicia plenamente a partir de 4.17. 40
Toda teología para ser llamada “buena y correcta” tiene que enfocar una aplicación lógica
e idónea en la vida del creyente, de no ser así, esta no tiene sentido. Por tanto, el cuerpo de
Cristo debe encaminarse hacia una máxima expresión de vida cristiana para la gloria de Dios.

5.2. La unidad del Espíritu: 4.1-6

Desde su condición de presidiario, material (Roma) y espiritual (en Cristo), Pablo ruega a
sus lectores que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido (5.1 NVI), pues
ese es el privilegio de ser llamado propiedad de Cristo. Nadie sino Pablo es el humano más
idóneo para exhortar a los efesios y más creyentes a ser fieles: “que andéis como es digno de la
vocación con que fuisteis llamados” (4.1).

40 “
Muchos expositores consideran que a partir del capítulo 4 comienza la parte práctica de la epístola, ya que es en este punto

que el apóstol empieza a exhortar a sus lectores a poner por obra lo que les ha expuesto acerca de su posición en el plan divino.
Admitimos la nota exhortativa que se echa de ver en el pasaje, pero preferimos tomarlo todavía como de contenido doctrinal,
porque Pablo habla de la naturaleza de esa unidad espiritual que antes ha descrito, amen de su funcionamiento vital, medios de
crecimiento, y la relación íntima que guarda con el Dios trino. Es a partir del v. 17 cuando pasa plenamente a la parte práctica.
Ernesto Trenchard y Pablo Wickham. Epístola a los Efesios. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 1980. Pág. 99.

47
Como ya se mencionó, “andar” es una figura que describe la vida cristiana, y representa
la actividad y progreso espiritual diario de la vida. Al decir vocación, se refiere al
llamamiento que cada creyente ha recibido y por el cual, cada creyente se constituye en santo,
en apartado (Ro. 1.6-7). Este llamamiento se ha descrito y declarado en los capítulos 1-3, ahora
debe ser cumplido de una manera y conducta apropiada.
“Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor” (4.2). Ese andar digno del cristiano debe entrañar una demostración de mansedumbre y
humildad. La mención de humildad, conduce naturalmente a la de mansedumbre. La humildad
41
(tapeinofrosúne) ha sido llamada la primera, segunda y tercera esencia de la vida cristiana.
Estima a los demás de igual valor delante de Dios, sin orgullo ni arrogancia delante de los
hermanos; “ciertamente El escarnecerá a los escarnecedores, y a los humildes dará gracia”
(Prov.3.34). Se debe manifestar una tolerancia amorosa o paciencia hacia los demás., ser
capaces de aguantar las pruebas en la relaciones humanas en la iglesia y fuera de ella, con amor
(ágape), tal y como señala 1 Co. 13.), este tipo de amor, es la característica cristiana clave y es
una muestra de la relación con Cristo y con su Espíritu.
Pablo dice a los efesios que sean: “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el
vínculo de la paz” (4.3). Esta unidad en el Espíritu y en la paz ya está creada, lo que los efesios
y los creyentes tenemos que hacer es mantener o preservar tal unidad en esas condiciones, es
decir, en aquella atmósfera unificante en que Dios, el autor de la paz, lleva a cabo Su voluntad
en la iglesia. Esa “unidad” no debe ser una demostración aparente, hipócrita, “a medias,” sino
que debe demostrar esa paz del corazón que acompaña a la fusión espiritual. La paz es el
antónimo de la contienda. Cuando existe contienda, la unidad está ausente; cuando existe paz, la
unidad está presente y se perpetúa. El vínculo, “pegamento o lazo” que une a los creyentes y
por ende al cuerpo de Cristo es la paz.

41
“…la lista de Efesios presenta una amplia caracterización de esta nueva disposición y conducta. Lo primero que se nombra
es la humildad. Habiendo recibido bendiciones tan grandes cuyo verdadero valor no es expresable en palabras, es totalmente
adecuado que los beneficiarios sean llenos de esta virtud básica de humildad. Obsérvese el énfasis: “toda humildad y
mansedumbre. El individuo manso es lento para insistir en sus derechos, Se da cuenta que ante la vista de Dios no tiene
derechos por naturaleza. Todos sus derechos fueron recibidos por gracia”.
William Hendriksen. Comentario al Nuevo testamento. Grand Rapids. Libros Desafío. 1984. Págs. 135-136. Biblioteca para los
estudiantes de Mints. CD.

48
Los creyentes en Cristo tienen cualidades espirituales en común, esta porción de la
epístola (4.4-6) enfoca la unidad séptupla (siete cualidades comunes) que poseen los creyentes,
y que, por supuesto, da un gran incentivo a la actitud cristiana hacia una verdadera unidad.
“Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de
vuestra vocación” (4.4). Este verso menciona los tres primeros detalles o características: Hay,
“un solo cuerpo”, en el que todos los creyentes estamos inmersos. Solo existe el cuerpo de
Cristo, no hay otro, “así, nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos
miembros los unos de los otros” (Ro. 12.5; 1 Co. 12.12). Hay, “un solo Espíritu”, por medio de
Él hemos sido puestos en Cristo y así constituimos un solo cuerpo (1 Co.12.13). El Espíritu
habita en cada creyente y le imparte vida divina, por tanto, colectivamente forman un cuerpo
espiritual viviente. Además, los creyentes somos templos individuales del Espíritu Santo (1 Co.
3.16-17). El Espíritu, es dado como las arras o garantía de nuestra herencia.
Los creyentes también poseen una sola esperanza de vuestra vocación en virtud de su
llamamiento por Dios. Este objetivo común se refiere al futuro glorioso cuando la venida de
Cristo traerá a su consumación la gran obra de redención. En Cristo tenemos una misma
vocación: el llamado a ser santos y sin mancha delante de Él (Ef. 1.14)
La segunda tríada de cualidades enfatiza la unidad en el Hijo: “Un Señor, una fe, un
bautismo” (4.5). “Un Señor”, Jesucristo, a quien todos los santos y creyentes rinden lealtad y
honor. El único Señor de la iglesia es Jesucristo. La salvación vine por Él, “Y en ningún otro
hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos” (Hech. 4.12). “Porque Cristo para esto murió, y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor
así de los muertos como de los que viven” (Ro. 14.9).
Luego Pablo dice: “una fe”. ¿Cuál fe? ¿La fe en el sentido objetivo: cuerpo de doctrina?
¿O la fe en sentido subjetivo: confianza en nuestro Señor Jesucristo y en sus promesas? Se trata
de una fe de confianza genuina por medio de la cual nos entregamos al único Señor, Jesucristo,
el único objeto de nuestra fe en quien tenemos paz y salvación (Ro. 5.1; Hech. 4.12). Se trata de
una fe subjetiva.42

42
“¿Qué se quiere significar por esta única fe? "¿Es acaso la fe en el sentido objetivo, cuerpo de doctrina, credo (Gá 1.23;
6.10; Fil. 1.27 y frecuentemente en las Epístolas Pastorales) o es la fe en su sentido subjetivo, confianza en nuestro Señor
Jesucristo y en sus promesas?” Existe entre los comentaristas gran diversidad de opiniones con respecto a este problema.”.
William Hendriksen. Comentario al Nuevo Testamento. Grand Rapids. Libros Desafío. 1984. Pág. 138.
49
El bautismo que señala este versículo (4.5), es el bautismo en agua, un medio utilizado
para que el creyente haga confesión pública de Jesús como su Salvador y Señor. Por tanto, el
cristiano que gracias a un Señor está unido en una fe, con toda seguridad testifica de esta unidad
en un bautismo.43
“Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos” (4.6). La
paternidad que aquí se manifiesta, hace relación a Dios como Padre de los creyentes. Dios es
soberano y trascendente (superior a todo). Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento
consideran Que Dios es Uno, y de Él proceden todas las cosas, que tenemos un mismo Padre y
un mismo Dios, que Dios nos ha creado, que Él es un Dios Trino (Deut. 6.4; 4.35; Mal. 2.10; 1
Co. 8.6; Mt. 28.19).
Dios está por todos y en todos, su presencia activa en todos los seres humanos y en
especial en la vida de los creyentes, todo ello es muestra de su inmanencia. Entonces, cualquier
visión de Dios que viole Su trascendencia o inmanencia, no es una imagen real de Él.

5.3. Dones de Cristo: 4.7-11

“Pero a cada uno de vosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo”
(4.7). Pablo emite una declaración: cada creyente es un participante individual y receptor de la
gracia que necesita. Esa gracia, corresponde a la medida del don que Cristo, en Su sabiduría, ha
dado libremente. La palabra “don” (dörea) proviene del griego jarismata o charísmata
derivado de jaris o charis = gracia. (dones de gracia). 44 No todos reciben los mismos dones, ni
el mismo número de dones, ni la misma medida de un don, Cristo reparte conforme a Su
voluntad. El uso correcto del don, que Dios otorga a los creyentes implica de ellos conciencia y
responsabilidad de saber que: lo recibe por gracia y no por su capacidad, habilidad, u otra
consideración personal; que su uso es para edificar el cuerpo de Cristo, no para su vanagloria;
Dios a través de Su Espíritu es el que elige los dones que nos provee, no el creyente; no usar el
don que se ha recibido, constituye una afrenta para Dios y Su Espíritu.

43
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág. 167.
44
Wilton M. Nelson. Diccionario Ilustrado de la Biblia. Miami. Editorial Caribe 1977. Pág. 172.

50
Pablo hace una alusión al Salmo 68.18. Presenta a Cristo como un Rey que asciende,
“llevando cautiva la cautividad y dio dones a los hombres” (4.8). Cristo ascendió llevando
consigo almas cautivas. En vez de recibir tributo, repartió dones a los hombres. “Y eso de que
Subió,” antes había descendido, no por algún movimiento espacial, sino a causa de la
encarnación, muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo. Él se humilló a sí mismo, pero Dios
lo exaltó hasta lo sumo (Fil. 2.8-9), para luego retornar a la diestra del Padre, desde donde
colma de bendiciones al pueblo de Dios. “Él es nuestro mediador entre Dios y los hombres.
Jesucristo hombre” (1 Tim. 2.5).
“Y el mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros,
pastores y maestros” (4.11). “Y el mismo”, Jesucristo, el que descendió y ascendió y está
glorificado a la diestra del Padre, el mismo Jesús que gobierna la iglesia, Aquel, “que todo lo
llena en todo,” dio dones a los hombres, a fin de que rindan servicio a la iglesia para su
crecimiento y desarrollo.
Hombres y dones son como las arterias que llevan la sangre que impulsa el corazón hacia
todo el organismo. Si esas arterias, por alguna patología no llevan el líquido sanguíneo a los
sistemas y órganos de la Anatomía humana, aquellos se mueren, se necrosan, se infartan, y
consecuentemente el hombre también muere. Jesucristo como cabeza de la iglesia, confiere
aptitudes espirituales a sus miembros para la edificación de Su cuerpo. Tales aptitudes o dones,
son de diverso orden.
“…constituyó apóstoles.” El llamado grupo de los Doce. Fueron testigos de la obra de
Cristo y su sacrificio vicario, de su resurrección y ascensión. A este grupo se añade Pablo. Ellos
instituyeron la doctrina apostólica, fueron revestidos de autoridad eclesiástica sobre vida y
doctrina, proclamaron las verdades del evangelio y dejaron sentada la Palabra de Dios a través
del contenido del Nuevo testamento.
Constituyó “a otros profetas.” Eran personas que recibían la revelación directa de Dios en
los días de la iglesia primitiva. “ellos dieron expresión contemporánea a la voluntad de Dios.
Fueron ambulantes e itinerantes entre las iglesias. Durante la vida formativa de la iglesia
concretaron la revelación divina como dada a Cristo Jesús y dieron orden a las enseñanzas de
ella. Fueron hombres y mujeres santos escogidos por Dios para hablar en su nombre bajo el
impulso del Espíritu Santo.”45

45
Comentario Bíblico Mundo Hispano. Tomo 21 Efesios. El Paso. Editorial Mundo Hispano. 1995, 2001. Pág. 110.

51
Pablo menciona: “a otros evangelistas.” Son predicadores ambulantes que no tienen
ningún rebaño permanente para cuidar, pero posteriormente con los que aceptaban, se formarían
pequeñas iglesias. Estos tienen su réplica moderna en el misionero actual, lo mismo que el más
formalmente denominado evangelista. Conviene aclarar que ellos, iban a lugares donde
anteriormente no había sido anunciado el evangelio.
“Pastores y maestros” son nombrados en una sola unidad gramatical. Esto se aduce a que
la enseñanza de la verdad de Dios es básica en todo cuidado pastoral, ambos sujetos forman una
combinación natural, si bien es cierto que el oficio de pastor implica literalmente ser
responsable del rebaño. El pastor debe ser un discipulador del rebaño. El maestro, debe instruir
la verdad divina. Esta doble función amerita en cierto sentido una estabilidad fija en algún lugar,
no itinerante como la del evangelista. El papel del pastor-maestro es directamente proporcional
al crecimiento congregacional, pues, las necesidades espirituales se incrementan y aquello
demanda mayor atención del titular de la iglesia.

5.4. Motivo de los dones: 4.12-14

Ante el crecimiento del cristianismo evangélico en nuestros días, es urgente y necesario


que la iglesia, según el mandato de Cristo, tenga más y más obreros idóneos que sirvan,
alimenten, guíen y capaciten “a fin de: 1) perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
2) para la edificación del cuerpo de Cristo” (4.12). Estas, son dos razones esenciales de los
dones. Lo que Cristo espera, es que todo creyente a quien Él ha otorgado estas capacidades
espirituales o dones, perfeccionándolos idóneamente, cumpla un ministerio que fortalezca a la
iglesia, por tanto, llevan sobre sus hombros, la responsabilidad de edificar el cuerpo de Cristo a
través del servicio, mayordomía, e instrucción cristiana hacia sus miembros. Como se ve, esto
tiene un efecto multiplicador, y al igual que el discipulado, el efecto de los dones y carismas
deben crecer no en progresión aritmética, sino en progresión geométrica.
Como es de suponer, el primer centro de perfeccionamiento y edificación debe ser la
propia comunidad, que tendrá a la Biblia como la autoridad sin error de fe y de conducta. Al
propio tiempo, esa comunidad, debe disponer de una diversidad de instrumentos que ayuden en
esta tarea, que desde luego, está dirigida por Cristo, que es cabeza de la iglesia.

52
Los dones y procedimientos puestos por el Hijo, tienen un propósito: “hasta que todos
lleguemos a la unidad de fe y del conocimiento del hijo de Dios” (4.13a). Hay una unidad de fe
que la hemos poseído (4.5), la cual debe desarrollarse a medida que el creyente va creciendo
espiritualmente a la par del conocimiento del Hijo de Dios. No obstante de este propósito, hay
un objetivo final: “llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (4.13b). Tal
objetivo, diríase, constituye el objetivo tanto personal como colectivo, es decir, del creyente y
del cuerpo de Cristo, respectivamente.
Aquel desarrollo espiritual que mostró Cristo Jesús durante su vida terrenal, es lo que Él
desea reproducir en nosotros. La perfección final tiene que aguardar Su venida, cuando
“seremos como Él es” (1 Jn. 3.2). Por ahora, hay una “medida” de esa semejanza con Cristo que
debemos experimentar y demostrar.
Ciertos peligros deben ser evitados por los creyentes que no están maduros
espiritualmente, (y aun para los que dicen estarlo). El creyente inmaduro espiritual es
comparable a una persona que está a la deriva en un mar tempestuoso, y está en esta condición
porque no está anclado en la firmeza con la verdad de Dios. El apóstol advierte del peligro de la
inmadurez y nos exhorta con esta frase: “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina” (4.14a). Es lógico que un niño que no ha logrado la
madurez, es inestable; así son los creyentes inmaduros, son inestable y fluctuantes y proclives al
engaño espiritual.
Para los bebés espirituales, el principal peligro es el engaño y falsedad, estas son
empleadas por: “estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas
del error” (4.14 b). Estratagema (kubeia),46 viene de la práctica de jugar a los dados y significa
astucia o artimaña.

5.5. Crecimiento y edificación de la iglesia: 4.15-16

Dos de las características de la conducta y el andar de la iglesia son: la verdad, y toda


verdad debe expresarse en amor; por ello Pablo manifiesta que la verdad tiene que ser

46
Kubéia o kubia, = estratagema, es el término del que se deriva la palabra cubo, y se empleaba con referencia a juegos de
azar de dados. Al igual que hoy, los dados con frecuencia eran cargados o manipulados de otras maneras por apostadores

profesionales para su ventaja personal. El término dados llegó a ser sinónimo para estratagemas deshonestas de cualquier tipo”.
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Págs. 199-200.
53
mantenida en un espíritu de amor y, “crezcamos en todo aquel que es la cabeza, esto es Cristo”
(4.15). “La verdad sin amor no es suficiente; el amor sin verdad es decepción. Doctrina sin amor
llega a ser rígida, y amor sin doctrina sana resulta insípido.”47
“De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se
ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor” (4.16). Este versículo, bien podría constituir el concepto bíblico de
Iglesia y su respectivo funcionamiento. El crecimiento espiritual tiene lugar en tal ambiente. La
Iglesia que es el cuerpo de Cristo (que la conforman todos sus miembros) debe crecer en
relación con su cabeza (Cristo). De Él recibe a través del Espíritu, toda provisión espiritual.
Como bien apunta Stott: “No debemos buscar en estos versículos una instrucción
inspirada en la anatomía y fisiología humanas. La intención del apóstol no es enseñarnos como
funciona el cuerpo humano, sino como crece el cuerpo de Cristo. Es cierto que utiliza algunos
términos empleados por los médicos griegos, como Hipócrates y Galeno. Pero el énfasis lo
coloca en el concepto de cabeza en la cual debemos crecer (4.15) y desde la cual el cuerpo crece
según la actividad propia de cada miembro.”48
Cristo es Aquel: “de quien” todo el cuerpo recibe su vida y su coordinación y permite que
sus miembros estén debidamente concertados y unidos entre sí por todas sus articulaciones o
uniones que se ayudan mutuamente. Así, debidamente juntados, cada uno de ellos aportan al
cuerpo los elementos necesarios para su crecimiento: dones, talentos y más capacidades
espirituales recibidos, a las que añadiremos una relación fraternal profunda y un celo para
mantener visible la unidad cristiana y seguir la verdad en amor.
De esta manera, el cuerpo alcanzará un funcionamiento y desarrollo eutrófico, ya que
todos sus órganos y sistemas vitales, marcan un ritmo espiritual óptimo. Todo esto, por la gracia
y poder de Cristo, cabeza de la Iglesia.

47
“La verdad del evangelio de Cristo junto con la cualidad más alta, el amor, deben ser el afán del cuerpo de Cristo. La verdad
y el amor son esenciales para que la iglesia crezca…La verdad (el evangelio) es la sustancia y el amor el ambiente que
contribuye a un crecimiento sano. La verdad sin amor no es suficiente; el amor sin verdad es decepción. Doctrina sin amor llega
a ser rígida, y amor sin doctrina sana resulta insípido. Unidos los dos contribuyen a un crecimiento sano.”
Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 21 Efesios. El Paso. Editorial Mundo Hispano. 1995, 2001. Pág. 125.
48
John Stott. El mensaje de Efesios. Barcelona Ediciones Certeza Unida. 2006. Pág. 159.

54
5.6. Conclusión

La Iglesia no es una organización, sino un organismo, es el cuerpo de Cristo, y Él, su


cabeza. Amor, unidad, y verdad, son las actitudes cristianas que engendran crecimiento y
desarrollo eclesial. La concertación y cohesión de los miembros, edifica el cuerpo de Cristo. La
meta de la iglesia es la madurez en Cristo en unidad, que viene del conocimiento, la confianza y
el crecimiento en Cristo.

5.7. Cuestionario 5

1. En la expresión: “de la vocación con que fuisteis llamados”, ¿a qué se refiere la palabra
vocación?
2. Pablo dice a los efesios que sean: “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo
de la paz.” ¿Qué significado tiene?
3. En la expresión: “un cuerpo y un Espíritu”, explique el significado de “un cuerpo.”
4. ¿Cuál es el único objeto de nuestra fe, y por qué?
5. ¿Qué quiere decir Pablo cuando expresa: “Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre
todos, y por todos, y en todos?”
6. ¿Qué constituyó Cristo para Su Iglesia?
7. ¿Con que fin Cristo dio dones a los hombres?
8. Los dones y procedimientos puestos por Cristo tienen un propósito y un objetivo final,
¿cuáles son?
9. ¿Qué significa el término estratagema y quiénes la utilizan?
10. ¿Cuales son las dos características esenciales de la conducta y el andar de la iglesia?

5.8. Síntesis del tema central de la lección 5

El cuerpo de Cristo, la Iglesia, por la idónea concertación y cohesión de sus miembros,


alcanzará la edificación y desarrollo en unidad en Cristo, que es Su cabeza, y que Él
espera.

55
LECCIÓN 6

Normas morales de la iglesia: 4.17-5.20

6.1. Introducción

La unidad y desarrollo de la iglesia estará acorde al andar de sus miembros en el Espíritu,


es decir, en la calidad de vida espiritual de todos y cada uno de ellos. La gente podrá ver una
diferencia entre los cristianos y los que no lo son por la forma de vivir de los primeros. Aunque
la vida cristiana es un proceso, y tenemos una nueva naturaleza, no adquirimos automáticamente
todos los pensamientos y actitudes buenas cuando nos convertimos en nuevas personas en
Cristo. Pero si nos mantenemos atentos a Dios, siempre estaremos cambiando; la pasada
manera de vivir del viejo hombre será despojada y se vestirá con la justicia y santidad del
nuevo hombre. Debemos ser imitadores de Cristo, andando en luz y no en tinieblas, dando
siempre gracias al Padre por todo en el nombre de Cristo Jesús.

6.2. La nueva vida en Cristo: 4.17-32

Nuestra pasada manera de vivir: 4.17-19

Nuestra tendencia natural y humana nos lleva a pensar en los caminos lejos de Dios. Y es
justo lo que Pablo nos exhorta, “a no andar como los gentiles (4.17) enredados en las vanidades
de su mente”, aquella que abriga pensamientos vacíos, indignos y fatuos, sin sentido moral ni
espiritual Como cristianos, somos miembros de un nuevo cuerpo con rasgos y características de
Cristo. El orgullo intelectual, el legalismo, la racionalización, la falta de propósito y utilidad, y
más actitudes humanas y de la carne alejan a la gente de Dios. La mente del hombre inconverso
está llena de muchas cosas del mundo, pero espiritualmente es incapaz de aprehenderse, de
asirse a la vida de Dios,
Puesto que se halla en un estado de oscuridad de su entendimiento, “tienen el
entendimiento entenebrecido ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la
dureza de su corazón” (4.18). No pueden percibir la luz espiritual que está disponible para ellos,
porque están ajenos de la vida de Dios, su entendimiento se embotó y produce pensamientos
cada vez más bajos y actitudes inmorales Hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les
queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado” (2 Co. 3.14). Cuando los
56
hombres rechazaron a Dios, “se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido” (Ro. 1.21).
La causa de su ignorancia y separación de Dios es: “la dureza de su corazón”. Los
médicos utilizaban y utilizamos la palabra “dureza” para referir la calcificación y neo formación
de tejido óseo que se forma alrededor de una fractura, y que adquiere mayor dureza que la
inicial del hueso. El pecado petrifica y endurece el corazón.
Este verso (4.19), describe la situación moral pagana que es afín con su dureza de
corazón, puesto que: “después que perdieron toda sensibilidad,” es decir, insensibles a toda
condición moral y espiritual, no alcanzan a discernir la clase de conducta correcta, ni los
aspectos de su comportamiento que son espiritualmente reprensibles. Entonces, se entregaron a
la lascivia, aquel deleite lujurioso, carnal e impúdico que lleva al desenfreno sensual que ya
Pablo señala en Ro. 1.24, 26-28.

Los tales, “andan en concupiscencia e inmundicia y desprecian el señorío…nacidos para


presa y destrucción, perecen en su propia perdición” (2 P. 2.10, 12). El mundo de la lascivia e
impureza es el mundo de la avidez desenfrenada por lo sensual, por eso el apóstol dice: “haced
morir pues, lo terrenal en vosotros, fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos
y avaricia, que es idolatría” (Col. 3.5).

El andar del nuevo hombre: 4.20-32

El caminar de este nuevo hombre solo puede darse en la medida en que el creyente acate
los principios expuestos por Pablo en cuanto a la doctrina de Cristo. El vivir pecaminoso y
pagano arriba descrito, obliga a Pablo a recordar a los efesios y creyentes que esa fue su pasada
manera de vivir, por ello su exhortación: “mas vosotros no habéis aprendido así de Cristo”
(4.20); con esta sentencia, quiere “hacerles entrar en sí” sobre su nuevo estado espiritual al
haber aceptado el mensaje del evangelio. Entonces, les incita a vivir de una manera conforme a
su nueva vida en Cristo.
El apóstol continúa su exhortación: “si en verdad le habéis oído, y habéis sido por el
enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús” (4.21). Con esta afirmación, parece que trata
de concientizarles y convencerles hacia una actitud afín a Cristo y Su verdad; él quiere
manifestarles, que como creyentes, ahora están en vital unión con Cristo, y en ese entorno, su
estado espiritual es diferente, puesto que son poseedores de la verdad en Cristo, sus vidas han

57
sido transformadas, y cada quien con razón podría decir: “…y ya no vivo yo, mas vive Cristo
en mí…” (Gá. 2.20).
El contenido de la instrucción cristiana que los efesios y creyentes habían recibido, da
por sentado que ellos tenían bases suficientes para que su conducta cristiana fuera idónea. Sin
embargo, parece que existía un dilema por este cambio de vida espiritual. Como refiere el
comentarista de Mundo Hispano: “En vista de este dilema espiritual, el conflicto entre la antigua
manera de vivir y la nueva vida que poseen en Cristo: Pablo sugiere tres acciones (vv. 22-24)
que suceden cuando alguien se convierte al Señor: abandonar la vieja forma de vida, renueva la
mente en el espíritu, y adopta un nuevo y verdadero estilo de vida apropiado para el nuevo
hombre en Cristo.”
La primera acción tiene que ver con vuestra antigua manera de vivir. Pablo emplea una
metáfora que sugiere la acción de quitarse la vieja ropa que no sirve, en este caso el viejo
hombre viciado por los deseos engañosos. Viciado quiere decir corrupto, Esta corrupción se
alimenta de los deseos engañosos, la codicia y la concupiscencia seductora.
Los regenerados demostrarán una nueva disposición mental y espiritual: Pero renovaos
en el espíritu de vuestra mente. Representa un cambio profundo de corazón; es un cambio del
contenido de los pensamientos. Es una renovación espiritual de todas las facultades
intelectuales. Sería como un lavado positivo del cerebro que antes estuvo ocupado con
pensamientos bajos y vacíos, y ahora son pensamientos dignos y elevados que edifican a la
persona y glorifican a Dios. La mente del creyente debe ser la sede de pensamientos
constructivos que eliminan y no oscurecen.
La tercera acción es opuesta a la que mencionó en el v. 22. Habiéndose despojado de los
harapos del viejo hombre, sigue el hecho de vestirse de nuevo. El despojarse del viejo hombre y
vestirse del nuevo hombre es el acto decisivo y terminante de cambio espiritual… La renovación
de la mente en el espíritu debe ser comprendida como una experiencia continua….Todo esto
habla de una renovación espiritual. Este hombre nuevo ha sido creado a la semejanza de Dios
en justicia y santidad de verdad (vv. 24). El creyente así renovado por la regeneración ya es
nueva criatura con las características principales de Dios, la justicia y la santidad.”49

49
Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 21 Efesios. El Paso. Editorial Mundo Hispano. 1995. Pág. 127.

58
En relación a esta porción (22-24), algunos comentaristas (como John MacArthur),
expresan que cuando Pablo usa estos tres verbos (“despojaos,” “renovaos,” y “vestíos”), no está
exhortando a los creyentes a hacer estas cosas. Estos tres imperativos describen la verdad
de salvación en Jesús y no son imperativos dirigidos a los cristianos. Estas cosas ocurren en el
momento de la conversión y se mencionan aquí con el único fin de recordar la realidad de esa
experiencia.50
Habiendo sido expuestos los principios de la nueva vida, Pablo ahora los aplica a
situaciones específicas para que el creyente pueda desarrollar tanto personal, cuanto
comunitariamente en el cuerpo de Cristo. Para el efecto, señala un conjunto de actos, un
“vademécum de censura” en relación al pecado, y que ahora por su condición de santos, no les
es lícito practicar.
Desvestirse del viejo hombre entraña desechar la mentira (5.25). Al aceptar la verdad de
Dios, los creyentes han renunciado el principio del engaño y todo acto que lo refleje. Los
cristianos tienen que vivir con la verdad, han de hablar la verdad y como pueblo de Dios tienen
la perpetua obligación de ser veraces, de “hablar verdad con el prójimo; juzgar según la verdad”
(Zac.8.16). Ninguna situación exime esta obligación. Mentira (pséudos) significa falso:
“pseudópodos”= falsos pies, “psedopathos”= falsa enfermedad, “psuedónimo,” falso nombre,”
Nada de “mentiras piadosas,” toda mentira y falta de verdad es pecado, y punto. El engaño y la
falsedad no deben formar parte del carácter del cristiano. Este trato honesto con la verdad se
debe llevar con mayor razón en la familia de Dios, ya que constituye un de los principios de la
relación de los unos con los otros. “Airaos pero no pequéis” (5.26a). Hay una ira que es justa.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento refiere ira o enojo en Dios, en Cristo, en
los apóstoles (Éx. 4.14; Núm. 12.9; Is. 9.19; Jer. 4.8; Mr. 3.5; Jn. 3.36; Ro. 1.18; Ef.5.6, etc.).
Podemos indignarnos a causa de la injusticia, el pecado, las declaraciones blasfemas y más actos
pecaminosos. Sin embargo, el imperativo: no pequéis, que está vinculado al otro imperativo,
nos advierte contra un exagerado “airarse,” inclusive en aquello que empezó como ira justa.
“Temblad y no pequéis; meditad en vuestro corazón en vuestra cama, y callad” (Sal. 4.4).
“No se ponga el sol sobre vuestro enojo” (5.26b). Nuestra tendencia humana es permitir
que la ira se infiltre y se posponga, lo cual no debe ser. Los resentimientos deben abolirse antes

50
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág.

59
del término del día. A veces no es posible solucionar el problema con la otra persona, pero uno
puede resolver el asunto antes de ponerse el sol con la actitud de nuestro corazón (Sal. 4.4).
En el argot médico se dice: que una apendicitis aguda debe ser intervenida antes que llegue la
noche o antes que llegue el amanecer, caso contrario, se dará lugar a una peritonitis por la
perforación o ruptura del apéndice.
A más de esta exhortación (5.26b), Pablo enfoca una segunda: “ni deis lugar al diablo”
(5.27). Si hemos abierto una puerta con el enojo o la ira, el diablo penetra con sigilo y provoca
destrozo espiritual en el creyente desprevenido e incauto. Si damos rienda suelta a la ira y al
enojo, estamos dando lugar al maligno, quien es nuestro adversario y acusador.
El robo ha sido y es una costumbre incrédula, por tanto, el apóstol increpa: “el que
hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga que
compartir con el que tenga necesidad” (5.28). Cuando una persona se embaraza de pereza y
vagancia, da a luz la pobreza e indigencia económica, la cual a su vez induce al hurto.
Hay variadas formas de robar: se roba el tiempo durante las horas laborales, se sustrae
dinero y especies del lugar del trabajo, se acepta y se exige coimas, se falsea al declarar
impuestos y pólizas de seguros, todo esto, constituyen unos pocos ejemplos de conducta ratera,
presente aun en algunos medios cristianos. Ni que decir de la ausencia de ayuda a los
necesitados.
Ninguna palabra obscena debe salir de la boca del cristiano, sino las que contribuyan a la
necesaria edificación y sean de bendición para quienes las escuchan (5.29 NVI). La obscenidad
hablada debe morir en el creyente por torpe corrupta e indolente. El lenguaje del creyente debe
satisfacer las necesidades de aquellos a los que se dirige, debe ser huérfano de corrupción.
Nada de lenguaje picaresco ni de doble sentido que incita a la sensualidad, al morbo. De
toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio (Mt. 12.36).
Santiago 3 nos habla sobre el uso y abuso de la lengua. El cristiano debe interesarse en que su
hablar esté sometido al gobierno del Espíritu, y por tanto, edifique La finalidad es que dé
gracia a los que oyen.
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios” (5.30a). El uso de “Y”, une esta frase con la
anterior (5.29b), e implica un recordatorio de que si fallamos en el hablar apropiado,
contristamos al Espíritu. Contristar el Espíritu significa entristecerlo, afligirlo e ir contra la
voluntad de la tercera persona de la Trinidad que mora en el creyente. Ya que Él es santo,
verdadero y pacífico, los pecados antes citados y otros como la impiedad, falta de amor,

60
lascivia, maledicencia y tantos otros, lo entristecen e interrumpen la comunión del creyente con
las otras personas de la Trinidad y el resultado es perder la plenitud y el poder del Espíritu. El
Espíritu Santo es: “en quien” los efesios (y nosotros) fuimos sellados (Ef. 1.13-14). El Espíritu
está en nosotros y nosotros en Él (Jn. 14. 16-20), por tanto, no contristemos el Espíritu.
Pablo exhorta a la abstención y cumplimiento, en su orden, de una serie de actos
negativos y positivos de la conducta cristiana (4.31-32) Ciertas cosas, vestigios del viejo
hombre, necesitan ser quitadas: Amargura, es decir, resentimiento del corazón, que rehúsa
reconciliarnos con los demás. Enojo, esa furiosa explosión de pasión o mal genio, y que con
frecuencia se torna en una actitud de ira. Gritería, es el fuerte candor bucal generalmente para
desaprobar ruidosamente y que a veces nos lleva a sentimientos amargos y al mal genio, a
gritarse unos a otros. Maledicencia, (maldecir) uso de palabras insultantes, injuriosas, e incluso
maldicientes que profundizan la amargura y resentimiento y reinician todo el penoso ciclo.
El apóstol, en esta ocasión, nos mueve a un cambio de las actitudes negativas, recomienda
tres virtudes cristianas: benignidad, misericordia y perdonarse unos a otros. Ser benigno
significa ser amable y lleno de gracia, amando a nuestros enemigos sin esperar nada de ellos
(Lc. 6.35a). Misericordiosos, es tener empatía frente a la necesidad de una persona. Perdonarse
unos a otros, es algo básico en cuanto a reflejar el carácter de Cristo. Un ejemplo: la parábola de
Mateo. 18.21-35. Estas virtudes deben reflejar nuestra nueva vida en Cristo.

6.3. Andad como hijos de luz: 5.1-20

El andar en amor: 5.1-7

El perdón, descrito en el anterior verso (4.32), y el andar en amor que se espera del
creyente (5.2), guardan una relación estrecha. Pablo aconseja aunque en tono imperativo: “Sed
pues imitadores de Dios como hijos amados” (5.1). Dios es nuestro Padre y nosotros somos sus
hijos amados. Esta relación Padre-hijos, debe llevar a los hijos a ser sus imitadores, vale decir a
expresar en su propio ser el carácter y espíritu de su Padre.51 Por tanto, si somos nacidos como

51
“La palabra imitar (mimetés) viene de una expresión de teatro para los mimos, pero significa más que imitar los
movimientos físicos. Aquí incluye expresar en carne propia el carácter y el espíritu del modelo imitado.”
Editorial Mundo Hispano Tomo 21 Efesios. El Paso. Editorial Mundo Hispano. 1995. Pág. 131. 1995.

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hijos de Dios, si participamos de Su naturaleza, y si somos objeto de Su amor, entonces
debemos exhibir el parecido familiar filial en este rol del amor y perfección (Mt.5.44-45, 48).
El amor descrito, incluye el amor para Dios lo mismo que el amor para nuestros
semejantes .Pablo, en tono imperativo nos aconseja: “Y andad en amor, como Cristo también
nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros…” (5.2a). La vida del creyente debe ser un andar
continuo en la atmósfera del amor ágape cristiano, el cual muestra la esencia de Cristo en
nuestras vidas. Cristo nos provee el modelo para ser emulado a través de Su muerte en el
Calvario. Cristo se dio a sí mismo como “ofrenda y sacrificio en olor fragante” (5.2b). Olor
fragante significa que se trataba de un sacrificio acepto agradable a Dios (Fil 4.18). Toda esa
ofrenda y sacrificio fue un olor fragante para Su Padre, porque ese sacrificio demostró plena y
supremamente la clase de amor que tiene Dios.
Seguidamente, el apóstol exhorta y hasta conmina (5.5) por impropios, ciertos actos que
deben ser evitados y tienen relación con la inmoralidad sexual y toda inmundicia o avaricia,
pues estas no deben ni nombrarse entre los santos (5.3) La inmoralidad sexual se refiere a la
fornicación. “Porneia (fornicación) se refiere a todo pecado sexual, y todo pecado sexual es
contra Dios y contra Su amor verdadero y piadoso. Es el antónimo de enkrateia, que se refiere a
autocontrol, especialmente en el área sexual. La pérdida del control sexual conduce a la
fornicación e inmundicia, esta, se refiere a pensamientos, pasiones, ideas y fantasías inmorales,
y todas las demás formas de corrupción sexual. La fornicación y la inmundicia son formas de
avaricia en el área del pecado sexual.”52
Dios creó el matrimonio para que en él, hombre y mujer encuentren plena satisfacción de
su sexualidad, para que en él, “sean una sola carne” (Gn. 3.24). Los pecados sexuales pueden
conducir a la insensibilidad completa frente a los sentimientos y el bienestar de los demás, a
una horrenda brutalidad, incluso al homicidio. Por tanto, estos pecados, no deberían ni
nombrarse entre los cristianos porque son muy indecorosas para los que llevan (o llevamos) el
nombre de santos.
Pablo continúa su exhortación, en esta vez, les induce a no caer en situaciones indecentes
y vulgares en relación con palabras deshonestas, necedades, truhanerías (5.4a). Las primeras se

52
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial 2010. Pág. 249.

62
relacionan con obscenidades, expresiones de doble sentido con tendencia al sexo y pornografía,
en general, todo esto constituye un lenguaje degradante e indecente que ofende a Dios.

Necedades, son palabra sin propósito (sandeces), necias, a veces pueden tomar un matiz
sexual, otras veces se orientan hacia rasgos de payasadas y ligerezas. Como lo anterior, estas
cosas no pueden ser nombradas, mucho menos de ser objeto de participación de los creyentes.
Truhanerías, Es la acción del pícaro o bribón que trata de convertir cualquier cosa que se
dice o hace, sin importar cuan inocente sea en si misma, en algo obsceno o sugestivo. Tales
personas utilizan toda palabra o circunstancia para ostentar su astucia y humor en el campo de
la inmoralidad: el chiste verde, el cuento pícaro, el bromear acerca de los pecados de los demás.
La solución para todas estas muestras de impureza, es que los creyentes se dediquen
positivamente a acciones de gracias, vale decir, agradecer a Dios por todas las bendiciones.
Y ahora el apóstol conmina: “ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene
herencia en el reino de Cristo y de Dios.” El incurrir en los pecados citados trae consecuencias.
“Porque sabéis esto”. Significa algo que ellos comprendían perfectamente, y admitían.
Refiere que las personas cuyas vidas están caracterizadas por estas cosas, no tienen herencia en
el reino de Cristo y de Dios. Para Pablo, la avaricia tiene relación con los deseos impúdicos y
licenciosos, lo cual es idolatría. Y esto tiene su base, cualquier cosa (en este caso el sexo) puede
convertirse en “dios” y ser motivo de adoración, y por tanto en idolatría. Los hombres ponen los
placeres sensuales e intereses temporales en el primer plano de su vida, y con sus pasiones se
dedican a estas cosas, en vez de dedicarse a Dios. El Antiguo Testamento cita a Balaam y
Jezabel como inductores de fornicación e idolatría por sus orgías sexuales religiosas.
Todo esto según Pablo nos lleva a una proposición: a no ser partícipes con ellos (5.7). Es
más, Pablo nos habla imperativamente: “no seáis”, lo cual puede entenderse como: “dejad de
ser partícipes con ellos”. Entonces, debemos tener siempre presente del peligro de recaer en las
costumbres del viejo hombre, de la vieja vida de desobediencia. Los cristianos todos necesitan
estar alertas. Puesto que los efesios habían confiado en Cristo, entonces, debían dejar de darse
a los mismos vicios y practicar un escarmiento de provecho.

63
El andar en la luz: 5.8-14

El apóstol Pablo les recuerda el gran cambio que experimentaron cuando se volvieron
cristianos, haciéndoles notar el gran contraste entre su pasado y su presente, entre su estado no
converso de ayer, y el estado converso de hoy que los hace hijos de luz.
No dice meramente que habían “estado en tinieblas”, sino que “eran tinieblas” (5.8 a). En
su estado de no convertidos habían estado tan penetrados por el dominio del mal que ellos
mismos personificaban ese reino, “el reino de las tinieblas” donde Satanás prevalece y gobierna
y sus obras son la injusticia, la corrupción, la impureza, el error y más actos de maldad. Ahora
como resultado de la regeneración, no solo estaban “en la luz”, sino que por su unión vital con
Cristo, quien es la luz del mundo, ellos mismos se caracterizan y ahora, “son luz”.
Ahora comparten la vida de Cristo y Su naturaleza y exhiben Su carácter. Los creyentes
“ahora son luz en el Señor y andan como hijos de luz” (5.8b) porque Cristo está en ellos (Jn.
8,12). Todo este cambio positivo les capacita para “andar como hijos de luz” y a dar fruto como
tales: verdad, justicia, juicio, sabiduría, amor, paz y todo el fruto que da el Espíritu (Gá. 5.22-
24). Los hijos de Dios, “son luz del mundo para alumbrar delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifique a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt. 5.14-16).
El vs. 9 aparece entre paréntesis (VRV) y parece servir para resaltar las características de
los hijos de luz que son: toda bondad, justicia y verdad. Estas características certifican de una
verdadera relación con Jesucristo por la salvación que nos ha dado, la que se traduce por nuestro
andar en este nuevo estado. Además, las tres características son obras espirituales que no pueden
hacerse realidad en la carne. La bondad, se evidencia por nuestra relación con otros; la
comunión con Dios caracteriza nuestra justicia; y la verdad, lógicamente tiene que ver con
nuestra integridad personal.
Como hijos de luz, los cristianos deben de hacer un examen de todos sus pensamientos,
palabra y hechos a fin de dirigir su vida hacia una conformidad continua con la voluntad de
Dios. De esta forma, pondrán andar de una manera idónea, discerniendo y “comprobando lo que
es agradable al Señor” (5.10).
“Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprenderlas”
(5.11). El lado opuesto de este mandato es evitar todo lo que pertenece a las tinieblas. Los
hechos producidos por el dominio de las tinieblas son las obras infructuosas de la carne
(adulterio, fornicación, idolatría, hechicería, herejías, celos, envidias, homicidios, borrachera y

64
cosas semejantes a estas), que como es obvio, no aportan ningún provecho para el hombre ni
para Dios, muy por el contrario, la práctica de estas obras alejan al hombre de la heredad del
reino de los cielos (Gá. 5.19-21).
Tales obras, merecen ser reprendidas, no deben ser toleradas ni pasadas por alto, sino
deben ser expuestas y atacadas. Los creyentes somos: “sal de la tierra, pero si esa sal se
desvanece, no sirve para nada, sino para ser echada fuera y hollada” (Mt. 5. 13). Por tanto,
tenemos que poner freno a todo acto que atente al correcto caminar en Cristo.
El vs. 5.12 enfatiza que entre las obras de las tinieblas, hay algunas que ellos las realizan
en secreto, acerca de las cuales es vergonzoso hablar. Para los puros de corazón que son
sensibles al mal, les resulta ofensivo mencionar algunas de estas obras hechas en silencio, en
secreto para ellos, pero evidentes ante Dios. Sin embargo, el deber cristiano requiere que sean
tratadas y reprendidas, pues nuestro silencio puede interpretarse como aprobación. Dios necesita
personas que defiendan lo bueno.
A este respecto, no sé si conviene poner en evidencia la conducta de algunas
congregaciones que parecen equivocar la tolerancia al pecado con la misericordia, y
prácticamente se da carta abierta al mal accionar de sus miembros bajo la etiqueta de ser
misericordiosos y compasivos, escudándose en algunos textos alusivos de la Escritura.
Puesto que somos hijos de luz, debemos poner todas las cosas bajo la luz de las Escrituras,
tales cosas deben ser expuestas conforme a la realidad y, en caso de existir algo que sea afectado
por el mal, debemos remediar esa situación (5.13a). La luz hace manifiestas todas las cosas y las
muestra como son realmente (5.13b). Cuando somos enfrentados por algo ilícito, ese “algo” es
revelado y pierde su carácter secreto o escondido, pues ha salido a la luz, y ella lo le pone de
manifiesto y le aclara.
“Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te levantará
Cristo” (5.14). La frase refiere de nuestro antiguo estado en el que nos encontrábamos dormidos,
muertos, y en la obscuridad. Cristo nos alumbró en aquel estado, nos levantó de los muertos a
través del arrepentimiento y ahora estamos vivos y listos para andar en pureza. Este versículo
parece aludir el pasaje de Is. 60.1, con Cristo, el Mesías, a quien Isaías había profetizado, que
sustituye a Jehová.

65
El andar en sabiduría: 5.15-20

La exhortación de Pablo se dirige a que observemos con esmero y cuidado nuestro andar,
puesto que hemos sido levantados de los muertos para caminar en luz. Nuestro nuevo modo de
vivir tiene que ser al estilo de Dios, inmerso en sabiduría y toda verdad como caracteriza al
sabio, no como necios (tercos, confiados, faltos de razón), como aquellos que no ordenan su
53
vida en el temor del Señor por su perversidad moral. El necio confía en sí mismo, desdeña la
revelación divina y finge ser ateo para dejar al lado a Dios.”Dice el necio en su corazón: No
hay Dios” (Sal. 14.1). Un creyente también actúa como necio cuando es desobediente. “Porque
nosotros también éramos en otros tiempos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de
concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y aborrecedores
unos a otros” (Tit. 3.3). Esta es la clase de vida de la cual, la sabiduría de Dios nos separó.
Nuestro vivir cristiano, nuestro caminar debe estar divorciado del mundo, la carne y el diablo y
con el convivir en las acciones de los impíos.
Parte del “vivir sabio” es tener la capacidad de “aprovechar bien el tiempo” (5.16 a). “La
palabra griega que se traduce “tiempo” chronos, denota un espacio específico que se mide con
el reloj (horas, minutos, segundos). Aquí se usa kairós= el tiempo, que denota una temporada o
época concreta.”54 Es probable que se refiera a los años que constituyen la vida de un individuo
como creyente. Debemos aprovechar o “redimir” al máximo nuestro tiempo en este mundo malo
para cumplir a plenitud los propósitos de Dios, y reconocer las oportunidades diarias para la
adoración y el servicio al Padre celestial. Se debe emplear útilmente el momento preciso para
obtener el mejor provecho posible para hacer el bien y servir al Señor.
Además, siempre tenemos que estar conscientes de la brevedad de nuestra vida. “Porque
¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se
desvanece. Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años como
un pensamiento” (Stg. 4,14; Sal. 90.9). “Los días son malos” (5.16b), son tiempos en que el
mundo siempre se opone y procura estorbar nuestra obra para el Señor, y nuestras oportunidades
para hacer justicia con libertad se limitan. En la vida moderna cunden los días malos: a

53
“El necio multiplica palabras sin sentido y acumula riquezas sin calcular la brevedad de la vida. Pablo exhorta: Si alguno…se
cree sabio según este mundo, hágase necio, para llegar a ser sabio” 1 Co. 3.18).”
Diccionario Ilustrado de la Biblia. Miami. Editorial Caribe. 1977. Pág. 447.
54
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág. 274.

66
causa de la situación sociopolítica, moral, cultural, espiritual y de toda índole, todas corruptas.
Por otra parte, se debe aprovechar bien el tiempo, hay un sentido de urgencia por lo sutil que es
lo malo, y nuestros días son difíciles. “No perder nunca un momento de tiempo, sino utilizarlo
de la manera más beneficiosa posible dando un uso disciplinado del tiempo.” 55
Si somos creyentes sabios, lógicamente la sensatez abundará en nuestro ser, dando
muestras de prudencia, cordura, buen juicio y otras manifestaciones de ella. A eso nos está
incitando Pablo, a que no dejemos de hacer estas cosas, de lo contrario, seremos insensatos
5.17). El creyente insensato trata de funcionar y hacer las cosas fuera de la voluntad del Señor,
él hace las cosas “a su manera.” Como consecuencia, el resultado es frustración, ineficacia en la
labor para Dios. Muchas personas emprenden actividades y programas “superfluos,” cayendo en
un activismo intrascendente tratando de agradar al Señor con su accionar a su voluntad, sin
poner por delante la voluntad del Padre, sino la voluntad humana. La solución para tal
insensatez, es hallar gracia para alcanzar la voluntad del Dios.
Otro aspecto que denota que somos sabios es el no andar en embriaguez (5.18a). A tal
estado se llega por la ingesta de vino o cualquier licor que nos hace perder la razón. 56 La
embriaguez es otra muestra de insensatez. Se entiende que la embriaguez debía haber sido un
pecado muy corriente en los tiempos de Pablo, como lo es hasta hoy. La Biblia refiere que aun
algunos siervos cayeron en la embriaguez: Noé se emborrachó, y su hijo Cam vio la desnudez
de su padre (Gn. 9.22-25). Lot fue emborrachado por sus dos hijas que le dieron a beber vino, y
le hicieron cometer incesto con ellas (Gn. 19.30-36).
El libro de Proverbios cita: “Oye, hijo mío y sé sabio… No estés con los bebedores de
vino. No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Entra suavemente;
mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, y
tu corazón hablará perversidades…El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera
que por ellos yerra no es sabio” (Prov. 20.1; 23.29-35). La Escritura dice que los borrachos no
heredarán el reino de Dios (1 Co. 6.9; Gá. 5.21).

55
John Stott. El mensaje de Efesios. Barcelona. Ediciones Certeza Unida. 2006. Pág. 190.
56
“Embriaguez. Intoxicación aguda producida por la ingestión de alcohol etílico.”
Océano Uno Color Diccionario Enciclopédico. Barcelona. Océano Grupo Editorial. 1977. Pág. 564.

67
El apóstol también dice: “antes bien sed llenos del Espíritu” (5.18b). Todos los creyentes
son sellados por el Espíritu cuando son regenerados (Ef. 1.13-14), pero no todos están llenos
del Espíritu. Hay quienes permanecen en un estado carnal y llevan una vida vencida (1 Co. 3.1-
4; Ro. 8.5-9). La meta y el ideal del cristiano es ser lleno del Espíritu, es decir, estar siempre
bajo la conducción e influencia continua del Espíritu de Dios. Entonces el Espíritu toma
dominio y control de cada uno de nosotros, ello involucra nuestra sumisión a Él para que
produzcamos fruto del Espíritu (Gá. 5.22-24). Su llenura nos da fuerza y poder que nos lleva a
una vida de cordura y plenitud continua, apta para una vida santa. Bajo la influencia del Santo
Espíritu no perdemos el control, lo ganamos, aunque externamente no hace aparecer beodos,
pues eso pensaron los incrédulos en Pentecostés al ver a los cristianos llenos del Espíritu, les
dijeron “Están llenos de mosto” (Hech. 2.13).
Como médico, concuerdo plenamente con el concepto y opinión de mi colega Martyn
Lloyd-Jones. Él dice que el alcohol no es un estimulante, sino un depresivo del sistema nervioso
central. Por tanto, inhibe todas las facultades de autodominio, sabiduría, comprensión,
discriminación, juicio, equilibrio y más funciones sensoriales y psíquicas; a más de perjudicar la
fisiología de otros órganos del cuerpo humano: hígado, estómago, intestinos, entre otros. Me
fascina la aseveración: “Si fuera posible poner al Espíritu Santo en un texto de farmacología, le
pondría bajo el rubro de estimulantes, porque a ellos pertenece…Estimula todas nuestras
facultades…la mente y el intelecto…el corazón…y la voluntad.”57
El vivir llenos del Espíritu nos da aptitud para alabar al Señor en la manera que a Él le
agrada. En tanto, el Espíritu mismo nos guiará y pondrá palabras y cánticos en nuestra boca y
en nuestro corazón. El Espíritu mismo es el que hace, nosotros no sabemos qué hacer ni como
conviene (Ro. 8.26). Pablo nos dice: que alabemos “con salmos, con himnos y cánticos
espirituales” (5.20). Dios y su Espíritu nos dan cánticos nuevos. “Alegraos, oh justos, en
Jehová; en los íntegros es hermosa la alabanza. Cantadle cántico nuevo; hacedlo bien tañendo
con júbilo. Bueno es alabarte oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. Anunciar
por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche” (Sal. 33.1, 3; 90.1-2).
Siempre debemos ser agradecidos con Dios y Su Trinidad, ello equivale a reconocer Su
control, el señorío de Su Hijo y la llenura de Su Espíritu. Demos siempre gracias por todo, con

57
John Stott. El mensaje de Efesios. Barcelona. Ediciones Certeza Unida. 2006. Pág. 192.

68
ello demostramos nuestra humildad y dependencia de Dios. La falta de gratitud nace del orgullo.
Debemos agradecer al Dios y Padre en el nombre de Jesucristo, siendo consecuentes en Su
carácter y en Su obra, eso prueba que el creyente está con el Espíritu, por tanto, siempre
cumplamos este mandato.

6.4. Conclusión

Pablo enfatiza la diferencia sustancial en el andar espiritual del viejo hombre, viciado por
los deseos de la carne. Exhorta a vestirnos del nuevo hombre, que es creado según Dios en
justicia, santidad y verdad; por tanto, ahora somos luz y debemos caminar como hijos de luz,
desechando las obras de las tinieblas, y siendo llenos del Espíritu, como tales, debemos alabar a
Dios y darle gracias por todo en el nombre de Jesucristo.

6.5. Cuestionario 6

1. ¿Qué significa la expresión: “teniendo el entendimiento entenebrecido?”


2. Explique brevemente lo que Pablo les dice a los efesios: “mas vosotros no habéis
aprendido así.”
3. De acuerdo al comentarista de Mundo Hispano, ¿qué representa la frase: “Pero renovaos
en el espíritu de vuestra mente?”
4. ¿Cómo interpreta la expresión: “ni deis lugar al diablo?
5. ¿Qué es contristar el Espíritu?
6. ¿Quiénes son los “hijos de desobediencia”?
7 Señale tres características de los “hijos de luz.”
8. ¿Para qué debemos “aprovechar bien el tiempo?”
9. ¿Qué significa la frase “los tiempos son malos?”
10. Explique qué es o en que consiste “ser lleno del Espíritu.”

6.6. Síntesis del tema central de la lección 6

Vestidos del nuevo hombre, caminamos en justicia, verdad y santidad; tenemos nueva
vida en Cristo y somos hijos de luz.

69
LECCIÓN 7

Someteos los unos a los otros: 5.21-6.9

7.1 Introducción

A menudo la palabra sumisión se entiende en forma errada y se mal utiliza. Se cree que la
persona sumisa es de poco carácter y accesible a toda orden. Como entregados al Señor,
debemos someternos en Él, a otros. Pablo señaló la interrelación entre los miembros del cuerpo
de Cristo, viendo la responsabilidad de cada uno, no solo de recibir, sino de darse a los demás.
El concepto de sumisión mutua en la Iglesia, engloba a esta como familia en Cristo. A su vez,
dentro de la familia como sociedad, y en la sociedad misma, la sumisión se debe dar entre
esposo-esposa, hijos-padres, esclavos amos, puesto que existe una sumisión común a todos
ellos; la de “cada uno” al Señor, y luego los unos a los otros.
El apóstol en este pasaje, inicia con la relación en la familia, y en esta, con la más íntima,
el matrimonio; luego sigue con la de hijos-padres, y continúa con la del trabajo: esclavos-amos.
En todas ellas, expresa que el sometimiento y el servicio deben ser mutuos en amor a Cristo.
Cabe notar que en cada pareja: esposa-esposo, hijos-padres, amos-esclavos, se menciona
primero la más débil en cuanto al orden establecido

7.2. Los casados y sus esposas: 5.21-33

“Someteos unos a otros en el temor de Dios” (5.21). Pablo alude a un sometimiento mutuo
entre hermanos en Cristo, a una acción de considerar a los demás y sus necesidades y derechos
como más importante que uno mismo En el temor de Cristo, debemos tener la responsabilidad
de cada uno no solo de recibir, sino de darse a los demás, buscar el bien del otro antes que el
suyo propio, todo lo cual muestra una empatía hacia la hermandad en Cristo y contribuye al
desarrollo y edificación de la Iglesia, que es Su Cuerpo. Como es obvio suponer, todo esto no es
por nosotros, sino por el Espíritu de Dios y muestra que como creyentes verdaderos, que
estamos “llenos de Él.”
Pablo enfatiza la igualdad de los creyentes en Cristo y aconseja someterse unos a otros por
elección. Este tipo de mutua sumisión preserva el orden y armonía en la familia, mientras al
propio tiempo incrementa el amor y el respeto entre los que la integran. Todo esto como se
supone, vehiculiza el funcionamiento idóneo de las dos instituciones creadas en el universo

70
según el orden divino: el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, de la cual es Su cabeza, y la familia,
creada por Dios, en el origen mismo de la creación (Gn. 1.27-28; 2.22-25).
En una relación conyugal, ambos esposos tienen el llamado a someterse. “Las casadas
estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor” (5.22). Esto significa que la esposa, debe
sujetarse voluntariamente al liderazgo de su esposo, en Cristo, es decir, que esa sujeción es por
la voluntad del Señor y su mayor sujeción es a Él. Una esposa que se somete debidamente a su
esposo también se somete al Señor, y una esposa que no se somete a su esposo, tampoco se
somete al Señor. La sumisión es rara vez un problema en hogares en los que los esposos
mantienen una relación con Cristo y en el que cada uno se interesa por el bienestar de su
cónyuge. La esposa cristiana se sujeta a su esposo, en la misma manera en que esa esposa se
sujeta a Cristo como su Señor. El comentarista Vaughan señala que esta sumisión tiene tres
condiciones: el amor, la voluntad y el deber cristiano.58
Pablo da dos razones, o por lo menos están implícitas, para la sumisión de la esposa frente
a su marido. La primera surge de la creación y se refiere a que el esposo es “cabeza” de su
esposa, mientras que la segunda surge de la redención y se refiere a Cristo como “cabeza” de la
iglesia.59. “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia,”
(5.23a). El motivo por el que la esposa debe sujetarse a su marido, es porque el esposo es
cabeza de su esposa y cabeza funcional en la familia, así como Cristo es cabeza de la iglesia.
Como cabeza, el esposo ejerce autoridad, la cual ha sido delegada por Dios, por tanto, es
responsabilidad divina la que ha recibido para regir la familia. Conviene aclarar que la autoridad
recibida no le autoriza a ejercer despotismo, arbitrariedad o dominio insulso y abusivo.
Cristo es el Salvador de Su iglesia, la cual es su cuerpo (5.23b), por ella murió en
sacrificio vicario transformándolo en nuestro protector y proveedor perfecto. Tal como Cristo es
el Salvador de Su iglesia, el marido ha de ser el protector y conservador material de su mujer. El

58
“El amor generoso del esposo provee el ambiente que evoca y garantiza la sumisión de la esposa. La buena voluntad de la
esposa es la respuesta de ella a la autoridad benigna que él ejerce sobre ella. La esposa cristiana, consciente de la relación que
tiene con Cristo, como Señor de su vida, se somete a su esposo en amor recíproco, reconociéndolo como el que Dios le ha dado
como compañero y protector para que mutuamente se complementen.”
Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 21 Efesios. El Paso. Editorial Mundo Hispano. 1995. Pág. 138.
59
John Stott. El mensaje de Efesios. Barcelona. Ediciones Certeza Unida. 2006. Pág. 192.

71
esposo, echará a un lado sus intereses a fin de cuidar a su esposa como a sí. Jesucristo es el
modelo divino que han de seguir los esposos en cuanto a la provisión, protección, preservación
y amor a sus esposas y familias, tal como Cristo cuida a su iglesia.
En toda cosa lícita perteneciente a la relación matrimonial, las esposas han de obedecer a
sus maridos, tal como se espera que la iglesia obedezca a Cristo (5.24). La iglesia depende de
Cristo en todo para su existencia y sustento. Igualmente, la esposa depende de su esposo en todo
lo referente en la familia. De hecho, las dos cosas están relacionadas, porque, por medio de la
obediencia de la esposa a su marido, ella, como parte de su iglesia, actúa también en obediencia
a ese mandato de Cristo. El plan de Dios está dirigido al perfeccionamiento y realización plenos
tanto del hombre como de la mujer en la manera que Él ha dispuesto que sean.
En los vs. 25-33 el apóstol se refiere a los deberes de los esposos. Como se advierte, la
porción es un tanto más extensa, como extenso es el papel del esposo en el matrimonio. ¿Por
qué Pablo dice a las esposas que se sometan y a los esposos que amen? Quizás porque las
mujeres cristianas, nuevas en Cristo, hallaban que la sumisión era difícil; y los maridos
cristianos, a la usanza romana, daban un poder ilimitado a lo de: “cabeza de familia,”
motivando que a las esposas no se trataran con respeto y amor.
Pablo dice a los maridos: “amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y
se entregó a sí mismo por ella” (5.25). El “amad a vuestras mujeres” entraña: un amor
sacrificial, no un amor erótico ni filial, sino un amor ágape, a sacrificar cualquier cosa por ella.
Debe buscar la felicidad de su esposa como asunto de primera importancia. Debe cuidarla como
cuida su cuerpo.
La sumisión del esposo a la esposa es por medio de este tipo de amor. El esposo que se
somete al Señor y es lleno del Espíritu está en capacidad de amar a su esposa con la misma clase
de amor que Cristo tiene para Su esposa, la iglesia: sacrificado, puro, preservador e
inquebrantable. El aspecto particular que Pablo enfatiza es el auto sacrificio: Cristo se dio a sí
mismo por Su iglesia para su redención. Este pasaje de las Escrituras, es el que presenta con
mayor claridad el carácter de la iglesia como esposa de Cristo.
Como refiere el comentarista de Mundo Hispano, 60
“el apóstol emplea cinco formas
verbales para describir el amor de Cristo por su iglesia: la amó, se entregó, la santificó, la

60
Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 21 Efesios. El Paso. Editorial Mundo Hispano 1995. Pág. 138.

72
purificó, y se la presentó. Es un amor completo e inclusivo.” El vs. 26 señala el objetivo de
Cristo a favor de la iglesia: fue el de hacer posible que un grupo de personas sean “separadas”
para Él y purificadas del pecado en sus vidas. Esta purificación se efectúa “por el lavamiento del
agua en la palabra,” siendo el bautismo su símbolo y la Palabra la que nos limpia (Jn. 15.3).
La santificación y purificación y todo este proceso de amor y gracia tienen como
finalidad de presentársela a sí mismo en boda en el cielo. La comparación de Cristo y la iglesia
con su esposo y su esposa se extiende aquí hasta la presentación final de la esposa a su
esposo. Generalmente, la novia es presentada a su esposo por una tercera persona. Sin embargo,
respecto a la iglesia, es Cristo quien se presenta a sí mismo a la iglesia porque Él es el único que
podría prepararla para esta ocasión, para: “que no tuviese mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino que fuese santa y sin mancha.” La transformación total de la iglesia tendrá lugar
cuando veamos a Cristo.
El apóstol exhorta a los esposos a amar a sus esposas como a sus propios cuerpos, ya que
el amor que se tiene a uno mismo es sumamente práctico (5.28). El esposo cuidará a su esposa
con la misma responsabilidad y devoción con la que se cuida a sí mismo. Y la conclusión de
Pablo: “el que ama a la mujer, a sí mismo se ama.” Este amor, no es solo una obligación, sino
una respuesta basada en la misma naturaleza de la relación.
“Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como
también Cristo a la iglesia” (5.29). Lo normal es que la persona sustente y proteja su cuerpo,
esto se basa en el hecho de que nadie abuse de su propio cuerpo, sino que le cuide y lo sustente.
Pablo reafirma como Cristo sustenta y protege a Su esposa, la iglesia, tal como el esposo debe
hacer con su esposa: proveer para sus necesidades materiales y espirituales.
Cristo hace provisión para nosotros como Su iglesia, “porque somos miembros de Su
cuerpo” (5.30a). Cristo lleva una vida en común con Su iglesia y nos ha convertido en
miembros de Su carne y de sus huesos” (5.30b), por tanto, somos su encarnación en la tierra,
“el que se une al Señor, un espíritu es con Él… Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya
no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Fil. 6.17; Gá. 2.20).

Los esposos y las esposas deben dejar a sus padres y unirse o adherirse el uno al otro de
forma inseparable. (5.31). La atracción que requiere el matrimonio es más fuerte que los lazos
paternales. El diseño ideal de Dios para el matrimonio es que sea indivisible. Los esposos son

73
uno con sus esposas, “y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne” (Gn. 2.24, Ef. 5.32;
Mt.19.5). La relación conyugal se inició como la primera institución humana. El término
“unirá”, conlleva el sentido de una unión permanente o indisoluble, de modo que no se
consideraba el divorcio. “Una carne,” significa una total unidad de partes que constituyen un
todo.
Por tanto, la unión conyugal quedaba completa e íntegra con dos personas. Esto implica
también la integridad sexual de la pareja como medio para reproducirse. El esposo que brinda a
su esposa consideración, cortesía y honor, contribuye a la belleza y fortaleza del matrimonio, a
la par de ser ejemplo y legado de gran valor para los hijos.
El matrimonio constituye un reflejo sagrado del misterio de la unión entre Cristo y Su
iglesia, algo que se desconocía por completo hasta el Nuevo Testamento. Pablo recalca la
analogía entre el matrimonio y su unidad íntima, y la de Cristo y Su iglesia. Continúa
expresando a cada uno de los cónyuges: amor hacia ella y sumisión y respeto hacia él. Cuando
el matrimonio anda en el poder del Espíritu, se somete a su Palabra y su control, la sujeción
mutua está presente, entonces las bendiciones vienen de lo alto para la familia y el Señor es
honrado en gran manera.

7.3 Relación y trato padres-hijos: 6.1-4

Otro aspecto de responsabilidad en el ámbito de la familia es la relación padre-hijos, entre


ellos, hay obligaciones mutuas. Los hijos deben honrar a sus padres y los padres deben cuidar a
los hijos. Hijos-padres deben anteponer sus intereses, sometiéndose entre sí y dando lugar a que
Cristo ejerza su señorío en ambas partes.
“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo” (6.1). Obediencia,
constituye la tónica de las palabras a los hijos, y es “al Señor”. Los hijos deben colocarse por
voluntad propia bajo la autoridad de los padres con sumisión obediente como en el Señor, pues
este es el designio de Dios y Él así lo exige, “esto es justo”, es natural, porque es principio
divino que los hijos obedezcan a sus padres (Ex. 20.12; Deut. 5.16). La única excepción a esa
obediencia se da cuando al hijo se le ordena hacer lo malo.
Como cita John Stott: Pablo presenta tres fundamentos para la obediencia de los hijos en
un hogar cristiano: la naturaleza, la ley y el evangelio. La obediencia de los hijos es parte de la
ley natural que Dios ha escrito en todos los corazones humanos. La obediencia pertenece
también a la ley revelada que Dios dio a Moisés (6.2-3). El tercer argumento de Pablo, el
74
evangelio: los hijos deben obedecer a los padres en el Señor. Se coloca la obediencia de los
hijos bajo el deber eminentemente cristiano, y poner sobre los hijos la responsabilidad de
obedecer a sus padres debido a su propia relación personal con Jesucristo.61
La clave para la estabilidad bio-social de los hijos es la honra a los padres (6.2), es decir
respeto y reverencia a ellos y a su autoridad delegada por Dios. La promesa por el cumplimiento
de este mandato: “para que te vaya y seas de larga vida en la tierra” (6.3) es prosperidad
material y larga vida en la tierra (quinto mandamiento del decálogo –Ex. 20.12; Deut. 5.16-). La
obediencia es lo más sublime del hijo ante el padre. El apóstol Pablo ahora se dirige a los padres
en relación con sus hijos. La referencia a “padres,” no exime a las madres de actuar como
vigilantes de sus hijos, pero designa a los padres como cabezas de sus hogares, sobre los cuales
recae la responsabilidad fundamental de la vigilancia.
“No provoquéis a ira a vuestros hijos” (6.4a). Esta es una advertencia contra la disciplina
tipo “mano dura.” Pablo conocía los aspectos de la ley romana que atribuía al padre el derecho
de vida o muerte sobre sus hijos: hacerlos trabajar rigurosamente, venderlos como esclavos,
incluso sentenciarlos a pena de muerte. Las demandas injustas, la severidad disparatada y la
crítica incesante producen ira y exasperación en los hijos, a más de problemas emocionales y
resentimientos que quiebran la unidad familiar y aún eclesial. Es común en esta era el abuso
físico y emocional infantil por parte de los padres. Por tanto, el apóstol recomienda una
conducta santa en armonía con la disciplina y amonestación del Señor (5.4b). Disciplina implica
instrucción en la conducta correcta. Implica enseñanza a través de loar, amonestar, censurar o
explicar principios, todo esto, conforme a la Escritura y la guía del Espíritu.

7.4 Relación esclavos-amos: 6.5-9

Igual relación de respeto mutuo debe existir entre esclavos y amos. Los “siervos” referidos
en este pasaje, eran realmente esclavos y existían en gran magnitud en el Imperio, y
probablemente en la iglesia. Este estrato social, era la fuerza laboral de la época e incluía
personas con diversos tipos de actividad: manual, cultural, docente, etc. Se les adquiría por
compra, por herencia, por deudas impagas, etc., como si se tratase de un bien cualquiera. Como

61
John Stott. El mensaje de Efesios. Barcelona. Ediciones Certeza Unida. 2006. Págs. 222-223.

75
es de suponer, este fenómeno social era la semilla de muchos conflictos incluso en la iglesia, y
más aun, cuando esclavo y amo eran creyentes. La proclamación de Pablo de que en “Cristo no
hay esclavo ni libre” (Gá. 3.28; Col. 3.11) debió de haber causado más de un problema por
parte de un esclavo hacia su amo.
Aunque la Escritura no habla en contra de la esclavitud, si se refiere en contra de los
atropellos y maltratos. El imperativo usado por Pablo “obedeced a vuestros amos terrenales con
temor y temblor” (6.5a) se refiere a una sumisión continua al amo o empleador terrenal. Una
manera de agradar al Señor es obedecer a las personas bajo cuya dirección trabajamos. Tal
obediencia debe hacerse con “temor y temblor y con sencillez de corazón, como a Cristo”
(6.5b). Esto no implica cobardía o miedo, sino el honor y respeto con que una persona trata de
agradar a otra a causa del Señor. “Con “sencillez de corazón,” es decir, con sumisión genuina e
íntegra, haciendo bien el trabajo sin quejas ni alardes, todo esto, “como a Cristo,” para Su gloria,
porque Él es el principio y el fin de su obediencia con la que se agrada a Dios,
“No sirviendo al ojo como los que quieren agradar a los hombres,” sino como siervos de
Cristo que sirven de buena voluntad al Señor y no a los hombres (5.6-7). Por tanto, las
recompensas de Dios serán acordes a las actitudes de nuestro trabajo, todo lo bueno que
hagamos tendrá su galardón, seamos siervos o libres (5.8).
La sumisión mutua de los creyentes también va dirigida a los amos, y de ellos, a los
patrones creyentes: “Y vosotros amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas,
sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de
personas” (5.9). Patrono y siervo están en las mismas condiciones en el Señor. El amo debe
brindar al siervo la misma consideración que él exige. La sumisión mutua y el comportamiento
del patrón serán equivalentes al del siervo. Todo esto significa “haced con ellos lo mismo.” Las
amenazas estarán ausentes en la persona de un patrón cristiano, él hace uso mínimo de su
autoridad y poder. Sabe que él y sus trabajadores está bajo una misma autoridad, el mismo
Señor: Cristo, y para Él, no hay acepción de personas, no hay favoritos, nadie es superior ni
inferior. La conducta justa será el factor significativo, no la posición social. Estos principios son
tan aplicables a los empresarios cristianos de hoy como a los amos de esclavos de antaño.

7.5. Conclusión

Este pasaje enfoca en forma clara y precisa las relaciones familiares y laborales presentes
en la época de Pablo y en la de hoy. Inicia con la relación en la familia.. Se exhorta sumisión y
76
respeto de la esposa y amor y protección por parte del marido, todo esto, en el Señor. Sigue la
de hijos-padres. Los hijos deben obediencia y respeto a sus padres, porque eso es mandato
divino con promesa. Los padres, no provocarán ira a sus hijos, sino impondrán una conducta
santa en armonía con la disciplina y amonestación del Señor.

Continúa con la relación del trabajo: esclavos-amos. El siervo cristiano trabajará para su
amo con obediencia y responsabilidad, trabajando no como para el hombre sino como para el
Señor. A su vez, los amos o patronos deben administrar a sus siervos iguales condiciones de
obligaciones y derechos de estos, para con ellos. En todas estas relaciones, se expresa que la
sumisión y el servicio deben ser mutuos en amor a Cristo.

7.6. Cuestionario 7

1. ¿A qué alude Pablo cuando dice: “Someteos los unos a los otros en el temor de Dios?”
2. ¿Qué significa que: “las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor?”
3. Según Pablo, ¿cuáles son los mandatos para la esposa y el esposo en el matrimonio?
4. Según el comentarista de Mundo Hispano, Pablo emplea cinco formas verbales para
describir el amor de Cristo por su iglesia. Enumérelas.
5. ¿Por qué los esposos y esposas deben dejar a sus padres?
6. Explique el significado de la expresión: “se unirá a su mujer y los dos serán una sola
carne”
7. Según Ef. 6.1-2, ¿cuál es el mandato para los hijos con sus padres?
8. ¿Qué advierte Pablo cuando dice a los padres: “no provoquéis a ira a vuestros hijos?”
9. ¿Qué implica para los siervos: obedeced a vuestros amos con temor y temblor, con
sencillez de vuestro corazón, como a Cristo?
10. ¿Qué significa para los amos: “haced con ellos lo mismo”?

7.7. Síntesis del tema central de la lección 7.

Sumisión, amor, sensibilidad y respeto mutuo son las acciones que deben primar en la
familia, en el trabajo y en la sociedad.

77
LECCIÓN 8

La armadura de Dios: 6.10-24

8.1 Introducción

Es fundamental estar adecuadamente preparados para estos tiempos difíciles. Un renovado


énfasis debe ser puesto en las estrategias de la lucha contra Satanás y sus huestes. Mientras más
pronto lo reconozcamos y nos preparemos para ella, más pronto experimentaremos la victoria.
Salvo el apoyo divino, ningún rey va nunca a la guerra sin un cuidadoso examen de sus recursos
de guerra y sin desarrollar estrategias de batalla. Estrategia, es la ciencia y el arte de llevar
adelante operaciones militares y su objetivo es alcanzar la victoria. La diferencia en el mundo
espiritual, es que esa estrategia viene del Señor y de Su Espíritu, quienes proveen el plan y los
recursos que asegurarán la victoria: la armadura de Dios y la oración. Con ellas, vamos a la
lucha contra el enemigo. Ef. 6.10-20 señala los principios y elementos para el conflicto
espiritual: confianza en el poder y protección de Dios y en su Palabra, y oración ferviente.

8.2. Vestíos para estar firmes: 6.10-11

La exhortación de Pablo hasta ahora había estado dirigida a la iglesia, en un sentido,


diríase humano y material. Generalmente los cristianos creen que la salvación pone fin a todos
los problemas. En este pasaje, Pablo trata del conflicto en que se ocupará el cristiano: el
conflicto espiritual contra los poderes del diablo y sus huestes, contra los cuales, “los cristianos
libran la guerra espiritual por medio del arrepentimiento, la fe y la obediencia,”62 amén de las
armas espirituales provistas por Dios. La guerra espiritual no se ve, pero es absolutamente real.
Debido a que el diablo ya ha sido derrotado, no pierde nada en tratar de arrastrar a su
derrota junto a él, a toda la gente que pueda. Por ello la Escritura nos señala: “Por lo demás,
hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza” (6.10). El creyente necesita
ser “hecho fuerte” en el Señor, ha de dejar que el poder del Su fuera sea empleado en su vida. Y
como es lógico pensar, todo lo dicho para el cristiano, se traduce para la iglesia. Pablo quiere

62
David Powlison. Encuentros de poder. Moral de Calatrava. Editorial Peregrino. 2007. Pág. 43.

78
decir que el creyente y la iglesia necesitan el poder de Dios en operación, sacado de Su
abundante gracia todopoderosa, a fin de vivir victoriosamente, pues la iglesia y sus miembros
están en asedio continuo por las fuerzas de las tinieblas y requieren mantenerse aptos para este
combate espiritual contra Satanás y sus demonios.
A fin de enfrentar esta lucha, Dios provee a sus soldados en Cristo el equipo espiritual
necesario para esta contienda. Por eso Pablo nos dice: “Vestíos de toda la armadura de Dios,
para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (6.11). Pablo escribía estas
palabras desde una prisión romana, él había visto reiteradamente a muchos soldados romanos y
había observado el vestido, las armas y el comportamiento en el servicio. Por tanto, toma este
hecho como ilustración en cuanto a la vestimenta y equipo. “La palabra vestíos parece indicar
una actitud resuelta de tomar y colocarse la protección provista.”63 El cristiano debe estar
armado y equipado con toda la armadura de Dios, esto implica que siempre debe estar vestido y
preparado en todo lugar y tiempo, con la armadura completa; esta, no es un traje opcional ni sus
elementos son ordinarios, cada uno de ellos se complementan entre si y cumplen una función
espiritual importante.
Todo este atavío espiritual tiene una finalidad: “para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo”. No podemos dejarnos engañar por las apariencias ni artimañas que no
corresponden a la realidad espiritual que se oculta detrás, pues, “atrincheradas” al otro lado, se
encuentran las potencias invisibles del maligno que han declarado la guerra del mal a Dios y a
sus hijos. Por tanto, esta lucha consiste en estar firmes, en defender una “posición” que ya fue
ganada por Cristo en el Calvario.

¿Contra quién es la lucha?: 6.12

En el campo de la milicia, el papel que cumple la inteligencia militar es de gran


importancia, ella nos informa sobre las peculiaridades, limitaciones, constitución y más
características del enemigo. En esta porción, Pablo, cual “docto soldado de inteligencia
espiritual”, nos da una noticia de trascendencia para el mundo cristiano, informa la constitución
y dispositivo (estructura) del ejército maligno de Satanás: “Porque no tenemos lucha contra

63
Ernesto Trenchard y Pablo Wickham. Epístola a los Efesios. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 1980. Pág. 154

79
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra gobernadores de la tinieblas de
este siglo, contra huéspedes espirituales de maldad en las regiones celestes” (6.12).
Prácticamente, se trata de un ejército espiritual organizado del mundo de las tinieblas que
ejerce su acción maligna continuamente fuera de la esfera natural visible, acción que se
evidencia contra el cuerpo de Cristo. “La guerra que hace el diablo no es una guerra
convencional, sino una lucha subversiva en terrenos tramposos con tácticas cada vez más
novedosas. La palabra lucha (pále) significa un tipo de combate cuerpo a cuerpo que no termina
hasta que uno de los combatientes haya vencido o herido mortalmente.”64
Nuestra lucha no es contra “sangre y carne”. Nuestro enemigo no es el mundo humano
corrupto y malvado que vemos, sino un mundo invisible. Este conflicto entre los creyentes y
las huestes espirituales de maldad tiene lugar en las “regiones celestes”, un mundo espiritual que
trasciende lo físico. Sin embargo, seres angelicales buenos y malos habitan en ese reino. “El
término “regiones celestes”…en este pasaje (6.12) debe referirse a la región sobre la tierra pero
bajo el cielo de los redimidos; en otras palabras, ha de indicar aquí lo que en 2.2 es llamado el
imperio del aire.”65
“Las palabras empleadas por Pablo dan a entender una jerarquía maligna, describen los
diferentes rangos demoniacos así como el imperio sobrenatural de maldad en el que operan. La
mención de cada uno de estos poderes sobrenaturales está precedida por la preposición contra, y
cada uno parece representar una categoría particular de actividad demoniaca y nivel de
autoridad.”66 Pablo nos previene de que el conflicto básico del cristiano es espiritual, porque
todas las huestes de Satanás están puestas en orden de batalla contra el creyente, a fin de
malograr donde quiera que pueda los propósitos de Dios.

64
Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 21 Efesios. El Paso. Editorial Mundo Hispano. 1995. Pág. 144.
65
William Hendriksen. Comentario al Nuevo Testamento: Efesios. Grand Rapids. Libros Desafío. 1984. Págs. 200-201.
Biblioteca para los estudiantes de Mints. CD.
66
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Pág. 408.

80
8.4. Tomad toda la armadura: 6.13-17

Ante tamaño conflicto como el descrito, ninguna arma corriente bastaría para lograr la
victoria. Es la razón por la que Pablo exhorta: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios para
que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (6.13). El cristiano
debe vestir de toda la armadura de Dios para su defensa espiritual. Aunque todas las piezas de la
armadura son defensivas, la espada del Espíritu (6.17) es también ofensiva, sirve para atacar al
enemigo. Añádase a todo este conjunto la oración (6.18), como complemento indispensable.
No obstante, nunca se les dice a los cristianos que deben atacar a Satanás, sino que lo
resistan en el “día malo”, es decir, soportar y no rendirse a sus ataques. El día malo no se refiere
a un futuro escatológico, es la ocasión cuando Satanás ataca con mayor ímpetu con la
tentación y pruebas espirituales: desánimo, temor, ira, lascivia, etc. Entonces debemos resistir
todas estas fuerzas de maldad, y terminada esta batalla podemos estar firmes, estar erguidos
espiritualmente y en alerta ante cualquier ataque o sorpresa del enemigo, pues él no se rinde.
Por ello, el apóstol Pedro nos dice: “Sed sobrios, y velad, porque vuestro adversario el diablo,
como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 P. 5.8).
Con todo esto, Pablo procede a describir las partes de la armadura y cómo ceñirse, a fin de
que el creyente se equipe convenientemente para resistir a su adversario. El apóstol usa seis
metáforas derivadas de la armadura del soldado romano, aquel que iba fuertemente armado a la
batalla. Las seis metáforas, corresponden a las seis partes o elementos constituyentes de la
armadura, y que Pablo le da un significado espiritual: el cinturón, la coraza, el calzado, el
escudo, el yelmo (casco) y la espada. Como es de suponer, cada uno de estos elementos cumple
una función operativa de resistencia frente al rival satánico.
“Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de
justicia” (6.14). El soldado romano llevaba una túnica corta la cual se ceñía con un cinto de
cuero o faja, este cinto le protegía su dorso y sostenía la vaina porta espada. El cristiano ha de
estar equipado y ceñido con la verdad (6.14a) para el conflicto espiritual. Esta verdad,
representa la actitud de certeza, de sinceridad, el manejo honrado e íntegro de lo que Dios ha
confiado en él (cp. Sal. 51.6). El cristiano demostrará su unión con Cristo, quien es la Verdad.
Nos vestimos con la coraza de justicia (6.14b), que es la “justicia de vida” creada en
nosotros por el nuevo nacimiento en Cristo (Ro. 5.18, 21), la cual nos protege de las derrotas
espirituales que puede implicar una conciencia acusadora y vivir impuro (justicia practicada).

81
“Como miembros del reino de Dios, disfrutamos de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”
(Ro. 14.17). La coraza que usaba el soldado romano se enganchaba al cinto y protegía el
corazón, los pulmones, y más órganos vitales de su tórax y abdomen. Así también en el
creyente, la coraza de justicia, protege sus áreas espirituales vitales.
Los pies trasladan al soldado a la batalla, especialmente al soldado de infantería. Deben
por lo tanto estar calzados y habilitados para su firmeza, capacitándoles para cubrir las acciones
que la guerra impone. En el caso de los soldados romanos, ellos calzaban sandalias con suelas
gruesas y correas que se ataban alrededor de los tobillos. El cristiano, ha de estar espiritualmente
calzado con el apresto del evangelio de la paz (6.15). Las buenas nuevas de salvación nos han
provisto la paz con Dios, entonces podemos marchar sin temor a la batalla y así podemos llevar
el mensaje de la paz. “Podemos ser enviados para predicar. Como está escrito: ¡Cuán hermosos
son los pies los que anuncian la paz, los que anuncian buenas nuevas!” (Ro. 10.15; Is. 52.7).
Como dice Pablo: “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los
dardos del maligno” (6.16). En el argot militar romano, el escudo se refiere al escudo grande
(0.80 x 1.40 m.) que cubría al soldado por delante desde la espinilla (a la altura de las rodillas,
hasta la frente, y le protegía de las flechas incendiarias enemigas que estaban impregnadas de
brea o aceite y eran encendidas y se transformaban en dardos incendiarios, pero el escudo las
resistía y hacía que el fuego se extinguiera porque las flechas caían al suelo y se apagaban.
El cristiano requiere del escudo de la fe para contrarrestar lo dardos de fuego del maligno.
¿Qué es la fe? A más de la definición de Heb. 11.1, J. MacArthur dice: “fe es hacer descansar
todo nuestro peso espiritual y corporal (carnal) en Dios. “Pero sin fe es imposible agradar a
Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que la hay, y que es galardonador de
los que le buscan. Pero el justo por la fe vivirá” (Heb. 11.6; Hab. 2.4).”67 Por tanto, fe es
confiar completa e incondicionalmente en Su Palabra. Con el escudo de la fe, apagamos las
flechas que vienen del enemigo, ¿cuáles?: tentaciones de diverso orden, y “todos los deseos de
la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida” (1 Jn. 2.16).”
Todo soldado de cualquier Institución Armada tiene que utilizar para la batalla un yelmo
o casco, como parte de su indumentaria de combate. El casco protege la cabeza del combatiente,
que es la parte más vulnerable y a su vez el objetivo principal del enemigo. Dios nos dio el

67
John MacArthur. Equipados para la Batalla. El Paso. Editorial Mundo Hispano. 2007. Págs. 124-125

82
“yelmo de la salvación” (6.17a), para que mantengamos la seguridad de la salvación presente y
futura en Cristo. Es la mejor protección para la cabeza, es decir para que la mente del creyente
no se vea jamás sacudida por tentaciones de duda e inseguridad. Ese yelmo (salvación) no nos
podemos quitar, pues, en el tiempo de la lucha espiritual, Satanás busca destruir la seguridad de
la salvación del creyente poniendo cualquier tentación. Mas, no tenemos que sucumbir, porque
nuestra salvación está protegida, tenemos la esperanza de salvación como yelmo (1 Tes. 5.8).
“La espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios” (6.17b). La espada se refiere a una
espada pequeña (15 x 40 cm) fabricada de metal afilado y cortante. Se empleaba tanto en la
ofensiva como en la defensiva. En la lucha espiritual, solo la Palabra de Dios que es la “espada
del Espíritu” (el Espíritu Santo quien nos provee de ella) puede derrotar las falsedades satánicas.
Esta es la verdadera “guerra espiritual”. La Palabra de Dios es la única arma necesaria porque es
más poderosa que cualquier arma satánica.
Los cristianos, como soldados de Cristo, usamos la espada del Espíritu tanto en la
defensiva como en la ofensiva. En la defensiva, como refiere John MacArthur: “Es el arma
suprema del creyente contra las arremetidas de Satanás…la espada puede deshacer un ataque
solo si se maneja con protección y habilidad. Cuando Jesús fue tentado en el desierto, su defensa
para cada tentación fue un pasaje de la Escritura que contradecía y refutaba la palabra del diablo
(Mt. 4.4, 7, 10). El cristiano que no conoce bien la Palabra, no la puede usar bien en la batalla.
La espada del espíritu también es un arma ofensiva capaz de infligir golpes al igual que
neutralizar los del enemigo. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea
manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de
aquel a quien tenemos que dar cuenta” Heb. 4.12.13). Por otra parte, cuando el mensaje que es
la semilla de la Palabra de Dios es “sembrado en buena tierra, el que lo oye lo entiende y da
fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (Mt. 13.23). Aquí es donde se puede ver
el gran poder ofensivo de la espada del Espíritu, cuando convierte un alma de pecado a la
salvación.”68
La Palabra de Dios es más cortante que cualquier espada de dos filos. Por tanto, nunca
debemos avergonzarnos de utilizarla, ni dejar de reconocer que es la espada del Espíritu la cual

68
John MacArthur. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento. Grand Rapids. Editorial Portavoz. 2010. Págs. 445-446.

83
posee un “vigoroso poder”. Si una Biblia es mutilada, es lo que Moody llamó: “una espada
rota.”69

8.5. Oración y armadura: 6.18-20

En la guerra, la comunicación (a cargo de los especialistas en transmisiones) cumple un


papel muy importante, puesto que se fluyen los mensajes de superiores (comandantes) a
subalternos y viceversa. En la guerra espiritual, también debe darse la comunicación, puesto que
si no se mantiene contacto o comunicación entre el creyente y el Comandante Supremo: el
Señor, la lucha no será eficiente. El medio de comunicación del soldado de Cristo con su
Comandante en Jefe, Dios, es la oración. “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en
el Espíritu, y velando en ella con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (6.18).
El creyente debe estar en comunión constante con Dios a través de la oración. La súplica
enfatiza ruego o peticiones. La oración ha de ser “en el Espíritu”, lo cual contempla el aspecto
de sumisión para “alinearnos” a la voluntad de Dios. Pablo pide que se acuerden de él en las
oraciones (6.19). Pide que le sea dada palabra al abrir su boca, es decir cuando predica, enseña o
realiza cualquier actividad en su ministerio. Requiere oportunidad y denuedo para llevar su
testimonio y el misterio del evangelio, que en sus circunstancias actuales están limitadas por su
prisión. ¡Que anomalía!... ¡Un embajador esposado en cadenas! Pablo, como representante de
Jesucristo, llevaba esposas (cadenas) de prisionero (6.20). Pero todo aquello, no le hizo olvidar
nunca su misión.

8.6. Saludos finales: 6.21-24

Finalmente, Pablo concluye esta epístola dando a conocer algunos de sus asuntos
personales: “Para que también vosotros sepáis mis asuntos, y los que hago” (6.21). Explica que
la carta la va a enviar con su mensajero Tíquico, quien también fue portador de las epístolas a
Filemón y a los Colosenses (Col. 4.7). Es lo más probable que las tres cartas fueron enviadas en
el mismo viaje.

69
John Stott. El mensaje de Efesios. Barcelona. Ediciones Certeza Unida. 2006. Pág. 264.

84
Tíquico era uno de los colegas de más confianza de Pablo. Procedía de la provincia de
Asia (Hech. 20.4). Había viajado con Pablo en su tercer viaje misionero, ahora estaba en Roma
con el apóstol. Tenía además la responsabilidad de conducir al esclavo fugado Onésimo a su
amo Filemón en Colosas. Al llamarlo “hermano amado y fiel ministro,” subraya el afecto
personal y espiritual entre ellos y la vital relación con Jesucristo en el ministerio y en toda la
conducta. El mensajero, podía informar a los efesios la situación actual de Pablo, entre otras, la
posibilidad de su libertad y, que su presencia, según Pablo, anime “vuestros corazones.”
El saludo de despedida incluye las bendiciones de: paz, amor, fe y gracia. En Ef. 1.2,
gracia y paz estaban unidas; en 6.23-24 están separadas y nombradas en orden contrario. Paz
(shalom) era el saludo tradicional entre los judíos, traduce una relación íntima con Dios. Amor
(ágape), es la expresión habitual de los creyentes. Fe, es el don de Dios, sin el cual no se puede
conocerlo. Esta bendición viene de “Dios Padre y del Señor Jesucristo” (6.23). La última
bendición es “gracia,” invocada sobre “todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor
inalterable” (6.24). Seguramente, aquellos cuyo amor para Cristo nunca se corrompe por la
contaminación del mundo, un amor que no mengua, un amor que no cambia, que permanece
incólume, para la gloria de Dios. “El “Amén” que aparece en nuestras versiones, no tiene base
textual, y es añadidura del copista a fin de seguir la misma pauta, por ejemplo de Gá. 6.18b.”70

8.7. Conclusión

La correcta aplicación de los principios bíblicos que son inerrantes, constituyen la


suprema autoridad para el cristiano en la lucha espiritual. Esta se basa en conocer a Dios y en
la práctica idónea de Su Palabra. La guerra espiritual no se ve, pero es absolutamente real. Por
ello, Pablo nos incita a vestirnos de toda la armadura de Dios y a utilizar cada uno de sus
elementos conforme al poder de Dios y de su Espíritu, orando en todo tiempo, todo esto, para
que podamos estar firmes contra las asechanzas del diablo.

8.8. Cuestionario 8

1. ¿Cuales son los principios y elementos que señala Ef. 6.10-20 para el conflicto espiritual?

70
Matthew Henry. Comentario Bíblico de Mathew Henry. Barcelona. Editorial Clie. 1999. Pág. 1690.

85
2. ¿Qué creen los cristianos generalmente respecto a la salvación?
3. ¿Por medio de qué, los cristianos libra la guerra espiritual?
4. ¿Para qué Pablo nos exhorta: “vestíos de toda la armadura de Dios?
5. ¿Qué significa que “nuestra lucha no es contra sangre y carne, y dónde tiene lugar?
6. ¿A qué se refiere el “día malo?”
7. Enumere las seis partes o elementos que conforman la armadura de Dios
8. ¿Qué representa o significa la expresión: “ceñidos vuestros lomos con la verdad?”
9. ¿Para qué Dios nos dio el yelmo de la salvación?
10 ¿Cuál es el medio de comunicación del creyente con Dios, y cómo debe hacerlo?

8.9 Síntesis del tema central de la lección 8.

Vistámonos de toda la armadura de Dios y utilicemos sus armas conforme al poder de


Dios y de su Espíritu, orando en todo tiempo, para estar firmes contra las asechanzas del diablo.

86
MANUAL DEL MAESTRO

Cuestionario 1

1. ¿Quién es el autor de la carta y en qué se fundamenta él para identificarse como apóstol de


Jesucristo?
El autor de esta carta es Pablo, quien dice ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de
Dios.
2. ¿Desde dónde dirige la carta y quiénes son los destinatarios?
Pablo dirige esta carta desde su prisión, en Roma. Los destinatarios son llamados
santos y creyentes que están en Éfeso (y todos los creyentes en cualquier lugar)
3. ¿Quién inicia el plan de redención? ¿En quién y por qué fuimos escogidos antes de la
fundación del mundo?
Dios el Padre es el que inicia el plan de redención. Fuimos escogidos en Cristo,
porque en Él encontraba los méritos suficientes para redimir a los hombres sin violar Su
justicia.
4. ¿Para qué fuimos escogidos desde antes de la fundación del mundo?
Fuimos escogidos para que seamos santos y sin mancha delante de Él, para alabanza
de su gloria, para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo.
5. ¿Qué significa el término adopción? ¿En qué consiste la adopción?
El término adopción proviene del griego Uiozesia que significa: “colocar como
hijos.” Dios realmente les hace hijos suyos mediante el nuevo nacimiento.
6. ¿Qué es la redención y cuál es el elemento sustancial para la redención?
La redención es la liberación de la esclavitud pecaminosa mediante la paga de un
rescate. La sangre de Cristo. es el elemento sustancial para la redención.
7. ¿Qué significa el hecho de que Cristo nos hizo sobreabundar en toda sabiduría e
inteligencia?
Son características humanas que Dios ha provisto por gracia al pecador, para que a
través de ellas se pueda comprender y aceptar lo que Dios ha hecho.
8. ¿Qué significa la palabra misterio en el Nuevo Testamento, y a qué se refiere el “misterio”
según Ef. 1.9-10?

87
El “misterio” refiere una verdad previamente guardada en reserva (“escondida” no a
propósito). El “misterio” dado a conocer en 1.9-10 se refiere al propósito divino de reunir
todas las cosas en Cristo.
9. ¿Cómo nos convertimos en herederos de Dios y quién es el fundamento de nuestra
herencia?
Nos convertimos en herederos de Dios a través de Su redención en Cristo. Jesucristo
es el fundamento de nuestra herencia.
10. ¿Qué significa ser sellado por el Espíritu de la promesa y qué provee? Explique el
significado de la expresión: “arras de nuestra herencia.”
Significa ser salvaguardado, posesionado, autenticado, asegurado, por el Espíritu
Santo de la promesa. La expresión “arras de nuestra herencia” indica la “garantía” de
nuestra herencia.

Cuestionario 2

1. ¿De qué estaba enterado Pablo y qué había oído Pablo acerca de los efesios?
Pablo estaba enterado de la fe y amor que ellos profesaban hacia sus hermanos. Había
oído de su fe en el Señor Jesús y de su amor para todos los santos.
2. El hecho de que Pablo no cesa de dar gracias a Dios por los efesios, ¿qué demuestra o que
característica se observa en él?
Pablo demuestra que es un intercesor. Esa era su pasión.
3. ¿Qué pide específicamente Pablo en su oración por los efesios?
Pide que les dé un espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él, y que
les sean iluminados los ojos del corazón (o alumbrados los ojos del entendimiento).
4. ¿Cuál es el objetivo u objetivos por el que Pablo hace esta petición para ellos?
La petición de Pablo incluye tres objetivos:
a. “Que sepáis cuál es la esperanza a que Él os ha llamado.”
b. “Cuál es la riqueza de la gloria de su herencia en los santos.”
c. “Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros.”
5. ¿Cuál es la prueba e ilustración de la supereminente grandeza del poder de Dios con
respecto a los que creemos?
Es la resurrección de Cristo a quien le elevó a la diestra del Padre.

88
6. Explique brevemente el significado de la resurrección de Cristo.
Es una manifestación del poder de Dios. Es un acto de transformación de la que ya
somos partícipes, ya está operativa entre nosotros. Inaugura una creación que no será
manchada por el pecado y la muerte.
7. ¿Qué significa o se entiende por exaltación y señorío de Cristo?
Significa que Cristo fue elevado por encima de las demás entidades, y reina sobre todo
principado, y autoridad, y poder y señorío. Implica dominio y mando y libertad de obrar
de Cristo.
8. En la exaltación, ¿cómo interpreta la frase: “y sometió todas las cosas bajos sus pies?
Anote una cita bíblica que respalde esta afirmación.
Quiere decir que toda la creación le ha sido sujeta, todo está bajo su dominio. Sal. 8.6.

9. ¿Qué significado tiene el que Cristo sea constituido como cabeza de la Iglesia?
Representa que Cristo es la máxima autoridad de la iglesia. Vitaliza todo su cuerpo. Él
concede los dones necesarios para su debido funcionamiento.
10. ¿Cómo interpreta la expresión: “la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo
llena en todo”? Cite algunos versículos que tienen relación con este principio.
La iglesia como cuerpo de Cristo es llenada por Él con toda la gracia y poder que posee
(Jn. 1.16; Col. 1.19; 2.9-10).

Cuestionario 3

1. ¿Qué significado tiene la expresión “en los cuales anduvisteis en otros tiempos?
Significa la condición espiritual en la que estábamos antes de nuestra conversión.
Anduvimos en transgresiones y pecados, haciendo la voluntad de la carne.
2. ¿Qué hizo Dios con nosotros cuando estábamos muertos en pecados? ¿Qué le impulsó a
hacerlo?
Nos dio vida juntamente con Cristo. Lo hizo por su gran amor y misericordia.
3. ¿Por qué fuimos salvos?
Fuimos salvos por gracia por medio dela fe. La gracia es la fuente de nuestra
salvación.
4. ¿Qué implica la fe?
Implica la aceptación y la confianza en Cristo y sus promesas.
89
5. ¿Qué espera Dios al llamarnos: “hechura suya, creados en Cristo para buenas obras”?
Dios espera que los creyentes hagamos buenas obras como fruto de nuestra nueva
vida, obras realizadas en Su poder y para Su gloria.
6. John MacArthur señala el término alienación. ¿Qué significado tiene y cuántos tipos de
alienación anota el autor?
Alienación significa “estar separado, enajenar”. El autor anota dos tipos de
alienación: alienación social y alienación espiritual.
7. ¿Por qué a los gentiles se les denomina “gentiles en cuanto a la carne” y llamados
incircuncisión?
Lo eran “en la carne” porque no llevaban el signo físico de la circuncisión, tales
personas eran llamadas comúnmente “incircuncisión,” como un término despectivo por
los judíos.
8. Según John MacArthur, ¿cuál era la alienación más importante de los gentiles y por qué
comprende?
La más importante era la alienación espiritual. Los gentiles como pueblo estaban
separados de Dios en cinco sentidos: 1) Estaban sin Cristo. 2) Estaban alejados de la
ciudadanía de Israel. 3) Eran ajenos a los pactos de la promesa. 4) Vivían sin esperanza. 5)
Estaban sin Dios en el mundo.
9. ¿A qué se refiere o que significa: “el fundamento de los apóstoles y profetas”?
Se refiere a la revelación divina que ellos enseñaron y que en su forma escrita es el
Nuevo Testamento. Su función especial y única fue hablar con autoridad la Palabra de
Dios para la Iglesia.
10. Pablo usa la figura de un edificio para referirse a la iglesia: “todo el edificio bien
coordinado”. Explique, ¿en qué consiste o a qué se refiere?
Se refiere a que la construcción debe ser debidamente acoplada en su crecimiento
espiritual diario hasta que llegue a ser un templo santo en el Señor. “Una iglesia que fuese
santa y sin mancha” (Ef. 5.27).

Cuestionario 4

1. ¿Cómo se autodenomina Pablo en el vs. 1?


Prisionero de Cristo Jesús.

90
2. ¿Qué fue lo que le asignó Dios a Pablo, y de qué manera le fue declarado?
Le fue asignado el “misterio,” y le fue declarado por revelación.
3. ¿En qué consistía el misterio que le fue declarado a Pablo?
El misterio consistía en: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo
cuerpo, y copartícipes de la promesa de Cristo Jesús por medio del evangelio.
4. ¿Qué pensaban los israelitas, respecto a la unión con los gentiles?
Ningún israelita podía pensar que esos “alienados” gentiles podrían acercarse
directamente a Dios, sin pasar por la “puerta de Israel”, a través de la obra del Mesías y
formar juntamente con los judíos un solo pueblo.
5. ¿Qué declara Pablo en Ef. 3.6 respecto a los gentiles?
1) Que los gentiles son miembros del cuerpo de Cristo.
2) Que los gentiles son copartícipes de la promesa en Cristo por medio del evangelio.
6. ¿Cuál es el propósito de que Dios revele el misterio de la iglesia?
El propósito es que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por
medio de la iglesia a los principados, y potestades en los lugares celestiales.
7. ¿Qué significa la expresión “hombre interior?”
Significa o es el lugar donde se encuentra la anomalía, es donde la vida espiritual debe
crecer, y es la base donde el Espíritu Santo cambia la actitud del creyente.
8. Pablo expresa en Ef. 3.18 que: “seáis plenamente capaces de comprender con todos los
santos cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura.” Explique brevemente en
que consiste.
Pablo quiere que sus lectores comprendan la magnitud de estas cuatro dimensiones;
todos los santos deben comprender esta verdad. El elevado ideal es llegar a conocer las
profundos afectos de Cristo y sus manifestaciones.
9. ¿Qué significa la expresión de Pablo: que seáis llenos de la plenitud de Dios?
La plenitud de Dios consiste en aquellos atributos comunicables de los cuales Dios está
lleno: amor, sabiduría, conocimiento, etc. Pablo desea que la iglesia sea llena de todas las
cualidades y la pura naturaleza de Dios, que la iglesia sea el reflejo de Él en el mundo.
10. Explique brevemente lo que afirma Pablo en el vs. 3.20?
Dios responde a la oración del creyente de manera que sobrepasa lo que osamos pedir.
Dios cumple a las peticiones que se le hace. Tenemos poder El Espíritu de Dios.

91
Cuestionario 5

1. En la expresión: “de la vocación con que fuisteis llamados”, ¿a qué se refiere la palabra
vocación?
Se refiere al llamamiento que cada creyente ha recibido y por el cual, cada creyente se
constituye en “santo” en “apartado.”
2. Pablo dice a los efesios que sean “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo
de la paz”. ¿Qué significado tiene?
Significa que los efesios y los creyentes tenemos que mantener o preservar tal unidad,
en una atmósfera unificante en que Dios, el autor de la paz, hace Su voluntad en la iglesia.
3. En la expresión: “un cuerpo y un Espíritu”, explique el significado de “un cuerpo.”
Hay un solo cuerpo en el que todos los creyentes estamos inmersos: el cuerpo de
Cristo, no hay otro. “Somos un cuerpo en Cristo y todos miembros los unos de los otros”
4. ¿Cuál es el único objeto de nuestra fe, y por qué?
Jesucristo es el único objeto de nuestra fe, porque por El tenemos paz y salvación.
5. ¿Qué quiere decir Pablo cuando expresa: “Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre
todos, y por todos, y en todos”?
Quiere decir que Dios es Padre de todos los creyentes. Dios es trascendente (superior a
todos). Dios está por todos y en todos, su presencia está en todos los seres humanos y en
especial en la vida de sus hijos, dando muestras de su inmanencia.
6. ¿Qué constituyó Cristo para Su Iglesia?
Constituyó apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.
7. ¿Con que fin Cristo dio dones a los hombres?
A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo.
8. Los dones y procedimientos puestos por Cristo tienen un propósito y un objetivo final,
¿cuáles son?
El propósito: hasta que todos lleguemos a la unidad de fe y conocimiento del Hijo de
Dios. El objetivo final: llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

92
9. ¿Qué significa el término estratagema y quiénes la utilizan?
Estratagema (kubeia), viene de la práctica de jugar a los dados y significa astucia o
artimaña. Los falsos maestros utilizan métodos sutiles para disfrazar su mala doctrina y
engañar a los incautos.
10. Cuales son las dos características esenciales de la conducta y el andar de la iglesia?
Son la verdad y el amor. La verdad tiene que ser mantenida en un espíritu de amor.

Cuestionario 6

1. ¿Qué significa la expresión: “teniendo el entendimiento entenebrecido?


Significa que su entendimiento está embotado y produce pensamientos cada vez más
bajos y actitudes inmorales. No pueden percibir la luz espiritual que tienen disponible
porque están ajenos de la vida de Dios.
2. Explique brevemente lo que Pablo les dice a los efesios: “mas vosotros no habéis
aprendido así.
Luego de que les hace conocer su nuevo estado al haber aceptado el mensaje del
evangelio, les incita a vivir de una manera conforme a su nueva vida en Cristo.
3. De acuerdo al comentarista de Mundo Hispano, ¿qué representa la frase: “Pero renovaos
en el espíritu de vuestra mente?”
Representa un cambio profundo de corazón. Es un cambio del contenido de los
pensamientos. Es una renovación de todas las facultades espirituales e intelectuales.
4. ¿Cómo interpreta la expresión: “ni deis lugar al diablo?
Significa que si hemos abierto una puerta, en este caso por el enojo o la ira, el diablo
penetra con sigilo y provoca destrozo espiritual en el creyente desprevenido e incauto.
5. ¿Qué es contristar el Espíritu?
Significa entristecerlo, afligirlo, ir contra la voluntad de la tercera persona de la
Trinidad que mora en el creyente. Todo pecado contrista el Espíritu.
6. ¿Quiénes son los “hijos de desobediencia?
Son aquellos cuyas vidas se caracterizan por hacer caso omiso a la voluntad revelada
de Dios. La ira de Dios caerá sobre ellos.
7 Señale tres características de los “hijos de luz.”
Toda bondad, justicias y verdad, las cuales revelan la verdadera relación con
Jesucristo.
93
8. ¿Para qué debemos “aprovechar bien el tiempo?”
Debemos aprovechar bien nuestro tiempo en este mundo para cumplir a plenitud los
propósitos de Dios.
9. ¿Qué significa la frase: “los tiempos son malos?”
Significa que son tiempos en que el mundo siempre se opone y procura estorbar
nuestra obra para el Señor, y nuestras oportunidades para hacer justicia con libertad se
limitan.
10. Explique qué es o en que consiste: “ser lleno del Espíritu.”
Es estar bajo la conducción e influencia continua del Espíritu de Dios. Él tomo el
dominio y control de cada creyente para que podamos producir fruto del Espíritu. Su
llenura nos da fuerza y poder apta para una vida santa.

Cuestionario 7

1. ¿A qué alude Pablo cuando dice: “Someteos los unos a los otros en el temor de Dios?
Alude a la sujeción mutua, a considerar a los demás y sus necesidades y derechos como
más importantes que uno mismo. En el temor de Cristo, debemos tener la responsabilidad
de darse a los demás, buscar el bien del otro antes que el suyo propio.
2. ¿Qué significa que: “las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor?”
Significa que la esposa debe sujetarse voluntariamente al liderazgo de su esposo, en
Cristo, es decir que esa sujeción es por la voluntad del Señor, y su mayor sujeción es a Él.
3. Según Pablo, ¿cuáles son los mandatos para la esposa y el esposo en el matrimonio?
Para la esposa: sujeción y respeto. Para el esposo: amor, como Cristo amó a la iglesia.
Amad como a sus mismos cuerpos.
4. Según el comentarista de Mundo Hispano, Pablo emplea cinco formas verbales para
describir el amor de Cristo por su iglesia. Enumérelas.
La amó, se entregó, la santificó, la purificó, se la presentó.
5. ¿Por qué los esposos y esposas deben dejar a sus padres? y unirse, y los dos serán una sola
carne?
Porque la atracción que requiere el matrimonio es más fuerte que los lazos paternales.
Dios quiere que el matrimonio sea indivisible. Los esposos son “uno” con sus esposas, se
unirán y serán una sola carne.

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6. Explique el significado de la expresión: “se unirá a su mujer y los dos serán una sola
carne.”
“Unirá” conlleva el sentido de unión indisoluble. “Una sola carne” significa total
unidad de partes que constituyen un todo. La unión conyugal queda completa e íntegra
con dos personas. Implica la integridad sexual de la pareja como medio para reproducirse.
7. Según Ef. 6.1-2, ¿cuál es el mandato para los hijos con sus padres?
Obediencia y honra.
8. ¿Qué advierte Pablo cuando dice a los padres: “no provoquéis a ira a vuestros hijos?”
Es una advertencia contra la disciplina tipo “mano dura”. La disciplina y severidad
extremas pueden causar problemas emocionales que quiebran la unidad familiar.
9. ¿Qué implica para los siervos: obedeced a vuestros amos con temor y temblor, con
sencillez de vuestro corazón, como a Cristo?
Implica sumisión a los amos, sin miedo ni cobardía, sino con honor y respeto para la
persona que trabaja. Hacer el trabajo sin quejas ni alardes, todo esto en amor a Cristo.
10. ¿Qué significa para los amos: “haced con ellos lo mismo?
El amo debe brindar al siervo las mismas condiciones que él exige. La sumisión
mutua y el comportamiento del patrón serán equivalentes al del siervo. Patrono y siervo
están en las mismas condiciones en el Señor.

Cuestionario 8

1. ¿Cuales son los principios y elementos que señala Ef. 6.10-20 para el conflicto espiritual?
Confianza en el poder y protección de Dios y en su Palabra, y oración ferviente.
2. ¿Qué creen los cristianos generalmente respecto a la salvación?
Creen erradamente que la salvación pone fin a todos los problemas.
3. ¿Por medio de qué, los cristianos libran la guerra espiritual?
Por medio del arrepentimiento, la fe y la obediencia.
4. ¿Para qué Pablo nos exhorta: “vestíos de toda la armadura de Dios?”
Para que podamos estar firmes contra las asechanzas del diablo.
5. ¿Qué significa que “nuestra lucha no es contra sangre y carne, y dónde tiene lugar?”
Significa que nuestro enemigo no es el mundo humano corrupto y malvado que vemos,
sino un mundo invisible... Esta lucha tiene lugar en las regiones celestes.

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6. ¿A qué se refiere el “día malo?”
Se refiere a la ocasión cuando Satanás ataca con mayor ímpetu con la tentación y
pruebas espirituales: desánimo, temor, lascivia, etc.
7. Enumere las seis partes o elementos que conforman la armadura de Dios
El cinturón, la coraza, el calzado, el escudo, el yelmo, la espada.
8. ¿Qué representa o significa la expresión: “ceñidos vuestros lomos con la verdad?
Representa la actitud de certeza, de sinceridad, el manejo honrado e íntegro de lo que
Dios ha confiado en el cristiano. El cristiano demostrará su unión con Cristo, quien es la
Verdad.
9. ¿Para qué Dios nos dio el yelmo de la salvación?
Nos dio, para que mantengamos la seguridad de una salvación completa en Cristo.
Satanás busca destruir esa seguridad poniéndonos duda, temor o cualquier tentación.
10 ¿Cuál es el medio de comunicación del creyente con Dios, y cómo debe hacerlo?
El medio de comunicación del soldado de Cristo con Dios es la oración. El creyente
debe estar en comunión constante con Dios a través de la oración, orando en todo tiempo
con toda oración y súplica en el Espíritu.

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