Está en la página 1de 7

do adiós al pasado, püra cerrar episodios, etapas de nucsn', [.

]no de los temas que más suelen solicitarme en relación


vida. No para olvidarlas, sino para integrarlas como cs1to ,rl trabajo con mujeres es el de la despedida y duelo amoro-
riencia vital con todo lo bueno y malo que tuvieron y pilttt .,r "¿Cómo expresar las emociones que siento?,,, ..¿cómo
poder integrarlas en su conjunto como una experienciu l¡ ,r'rrar por fín esta etapa o esta relación amorosa que tanto
aprendizaje para el presente. "Se puede perdonar pero nu ,l,uur me está haciendo ?", "¿cómo salir de esta obsesión?",
olvidar", me comentaba la terapeuta Monique Fradot. §f, ,,t:rimo poder cancelar para poder de nuevo abrir?", ,,¿cómo
creo que lo que "olvidamos" realmente no queda eliminatlo, ll('nar este vacío que tengo, que me ha quedado?,,, se pre-
sino que queda almacenado a nivel inconsciente, enquistarhr 1,rrrrtan.38
y a la larga actúa sin damos cuenta y nos hace daño. Lo t¡rto
recordamos -aunque sea con dolor- y podemos perdortrtt
tras todo el duelo que haga falta, lo reciclamos emocion¡rl
¿coMo HAS ELABORADO TUS DUELO.S?
mente y lo reconvertimos en experiencia positiva. "Para ol
vidar hay que recordar" según diría A. Mastretta.

Para mí, lo importante de este tema no es sólo cómo ha-


r cl párÍl salir del dolor sino sobre todo cómo transformar la
r,'lirción intemamente para ceffar Io existente, dar cabida a
nucvas perspectivas y transformar posibilitando
-si la otra
l)('r'sona también lo desea- un nuevo vínculo basado en la
,rnristad, el cariño y el respeto.

Hay varios ejercicios que se pueden realizar para iniciar


, l tcma de las despedidas y empezar a elaborar los duelos. A
, or¡tinuación expondré algunos:
[',n general, este e.jercicio, así como otros en relación a los
,lr¡t'los af'ectivos, suelo recomendar que no se hagan estando
,,,lil/o, al menos las primeras veces. Yo los hago en las sesio-
ll
n('.i psicoterapéuticas. La escucha y la mirada terapéutica
,,r'utlA, a transitar el proceso y a dar pautas para la compren-
t,ri I' ,r,1¡ {sl mismo. En los grupos también enseño a la gentc
onlo acompañar en el duelo como unA lirrma de relación de
,ti ,t ,u rrtla. En estos casos se trabaja por parejas: una persona ela-
lll,ll l,t,lr la despedida, tal y como lo he expuesto, y la otra perso-
r,r lstá a su lado --o detrás cle ella- en silencio y ayudándole
,r ri'spirar e integrar las emociones. Luego se cambia el rol.
lrlr

L,ste ejercicio puede realizarse sola/o conlo un ejercrcio


r. l.r rrrrrtal una vez entendemos cómo permilirnos Ia emoción y
r l.r vez nos situamos desde fuera. Hay muchas variantes del
lr. l,, nrrimo y distintas aplicaciones. Una de ellas, la más usual, es
¡rrlr l:r relacionada con conflictos con la madre o el padre de
,iil.t nuc:itra infancia.

ilay que tener en cuenta que:

-De c'ualquier persona que amamos también detestomos


t\it?clot de ella. Y no por ello dejamos de amarla.

-De cualquier personu que detestamos también hor- as-

a:.:éii¡:'¡
@r'

pectos que podemos amar, valorar, apreciar o agrade(:(t \


no por reconocer esto dejarcmos de mantener la distarrt r¡r
que deseemos con esa persona.

-Podelnos recono(er el derecho a stntir I e xprt,.\rtr


-<:uando lc¡ deseemos- lo que nos gustu o no de los dent,t¡
el derecho a sentir emociones. Las emociones no surgen v(l
luntariamente, están fuera de nuestro control racional. Si r¡o,,
permitirmos escucharlas, escuchamos, en vcz de negarl;r.,.
poco a poco sc van integrando, no nos harán daño y se c()n
vertirán en una f'uente de autoconocimiento ayudándonos ir
establecer paz interior y paz con la otra persona.

-A la vez que nos permitimos vivir esas emociones, /lr¡r l.iinpiar la casa, airear las ventanas, renovar
que ir marr:undo distatrciu internu (;on (s.1. historia qut ttt'\ la casa o re-
r,,r.rSe ... son expresioncs de oucstra
emocir¡nu, ya que, precisanrcnte porquc estamos implir:r vitla coticliana que ex-
t,r, .,itn cambio, transfbm¿rción. Una casa lirnpia
dos/as en ella -no marcamos distancia no podemoS vt'rlrr ,, ,,ra su.i,
,,'r distintas. el aire enrarecido o
con objetividad" el aire fresco nos hu."n
,( ritir de distrnta forma. Cuantlo cambiamos
nuestro corte de
r" l.,' o el estilo de nuestra manera de vestir queremos
,' ilostrar algo nuevo... por el contrario, vemos
tralantos de dejarlo
t,rlu i,1¡uar,l cuantJo deseamos que perrnanezca
t:sa imagen,
,( r-ricuefdo.

,SI IIAS IIECI{O ESTE EJEIT(.tC.tO. (.etJÉ i:.S I.r)


QI:t. il \s vtst,^LIl \D(). Qr l. It\\ \tl\ llI)()
qt rt' ri,rs PL.NSAtX)'l

ieneralmente cuando lo realizamos


¡
tomamos consciencia
,l rlut: ¡enemos almacenadas demasiadas
cosas, hay unir
rr,rii Sersáción de agobio y malestar,
demasiaclas nejativi,
lr,l,.t' o¿¡,r. rencor, culpa... que podentos
firar a la b"asura:
,,1'¡r'tr)s o recuerdos que podernos
ie-galar o guarclar en un ar_

::?Frtie#!E;+iiti!#Éi¡1,.:I_Í :,
Los vínculos amorosos El clesamor

mario para sacarlos quizás en otro momento de nuestra vidfl ur()rnento pero en éste ,va no lo tiene. Puede desprentlerse de
que no tenga la misma significación. ll. ,\ su vez, Ie gustaría que lo tuviera tlria persona a la que
.r
¡rrccia.
Empezamos a encontrarnos mejor cuando vaciamos l0 Los objetos envueltos v anóninlos se deposifan en una
habitación y la limpiamos. Sentimos que hay más espacio, lrr¡lsa. Cada persona del grupo nreterá posteriormente la
que podríamos poner otras cosas o, sencillamente, de mo' nritn() y extraerá un objeto que considerar¿l como un regalo.
mento dejarla vacía escasamente, quizás con una alfombra y
unas flores. Las personas que algún día amamos -lo mismo que los
0bjetos- son valiosas en sí mismas al margen de que ya no
La persona se da cuenta de la importancia del vacío. Si kr sean para nosotras/os en la actualidad. y ese valor que re-
no hay vacío no podemos colocar otras cosas. Además, el t:onocimos en ellas, u otros que no llegamos a descubrir,
vacío también es bello y refrescante- Si nos permitimos estu ¡ruede ser apreciado por otra persona. Esa persona o esa re-
bien con el vacío, poco a poco nos daremos cuenta de quó lación que sentimos que no nos conviene, no nos hace feliz
queremos poner en su interior. o nos lastima, puede ser interesante, satisfactoria o conve-
rriente para otra .
Una de las consecuencias de este ejercicio es que Ia per'i
sona, cuando se da cuenta de que es importante "limpiar" §u'r Hay que dejar partir aquello que no nos va bien y abrir-
habitación, su casa, su interior, de recuerdos del pasado quo s( ü nueyas posibilidades satisfactorias.
quedan estancados en el presente y que desea renovar, reinit
um nueva etapa de su vida, suele empezar a limpiar El primer paso para iniciar una despedida es que real-
"ia.
efectivamente en lo real, su casa, haciendo un paralelismo nlente deseemos despedirnos. Parece absurdo plantearse esto
con su proceso de limpieza interior' Se retiran y guardan cuando incluso se acude a sesiones psicoterapéuticas para
ciertos objetos que tienen un valor sentimental, se regalan r,onseguirlo, cuando la persona sufre tanto que parece desear
otros o se redistribuyen de forma distinta (por ejemplo, lol ¡xrr todos los medios cancelar esa etapa de su vida. pero una
muebles), creando nuevos espacios y la sensación de estaf
t (:osa es lo que deseamos conscientemente
-lo que se dice, o
ante una nueva casa, distinta, confortable y sin las atadura§ rl pedir ayuda-, y otra muy distinta lo que deseamos incons-
del pasado. t'ientemente, las resistencias que tenemos a cancelar esa his-
toria de nuestra vida, a despedirnos realmente, lo que hace-
tr"isrcicllr.:' "lt*jrt¡rlur:-rls¡¡uc¡dg:lst-de-i¡lgl nros para recuperar lo perdido. ti

Éste es uu ei*rcicio p*ra hacer" sobre t*dc. en grup*. H¿tI Las rupturas de las relaciones, pero sobre todo los procesos
rlisflr:tas fbrmas de realiz*rl*. Ln¿r de e§las esl rle ruptura intema y la despedida consiguiente, no suelen ser
Pedir que caclil perstna tr:tiga par* la prrixinta retlni(la cosa fácil. Tampoco suelen ser algo uniforme y lineal. por el
urupal un ob,iettt ele su casa o ¡rcrsott*l que lc ¡¡uste ¡ r'alor0, r:ontrario, aparece como ambivalente y contradictorio: querer
h.se oli,ieto h* tellido u¡l valttr si¡nbólico en su vicla en otro y no querer, hacer gestos de ruptura y otros de acercamiento.

-260- - 261
L os v í¡¡ cu I o s c1t17o toSos El clesantor

momento que se está viviendo, tomar consciencia y no auto_


Frecuentemente existe una cierta lucha intema -y exter-
engañarse.
na- para no desvincularse. Esto puede darse antes de la se'
paración legal o divorcio (en el supuesto de que estén cass'
Evidenciar la contradicción entre lo que hacemos _querer
dos) como después de haberse dado éstos. Cuando lar
mantener el vínculo- y lo que decimos desear
parejas no estián casadas, igualmente puede no haber acepta' -la rupiura_,
entre nuestro inconsciente y nuestro consciente, de forma
ción de la ruptura amorosa aun después de que, de hecho,
que cada vez lo que hagamos se ajuste más a lo que quere_
ambos consideren que ésta existe tanto física como amofo§á-
mos hacer en la realidad.
mente.

Toda despedida requiere un tiempo para poder hacer el


Se puede pasar del intento de seducción del otro o la otra,
duelo; tiempo que, como veíamos, está lleno de altibajos,
a las discusiones con mayor o menor elevación de tono
de emociones diversas, de toda una revuelta interior por la
cuando la persona que trata de seducir se sienta frustrada en
que pasanos de los recuerdos agradables a los desagrada_
su objetivo.
bles, al deseo de que las cosas se solucionen, al deJeo de
ruptura, etc.
Es como si de alguna manera se mantuviera el vínculo, aunt
que sea para pelear. En algunas parejas se est¿blecen unas rela-
Desde mi experiencia clínica y también personal he visto
ciones sadomasoquistas que podrían llegar hasta Ia destrucción
que se requiere un cieflo tiempo para despedirse, que varía
mutua. El film: I-a guerra de los Rose, aunque expuesto de ma'
de unas personas a otras y de unos contextos socioculturales
nera exagerada, puede ser una buena muestra de ello.
a otros. Hay gente que hace el duelo en relativamente poco
tiempo y hay quienes durante años no se desembarazan de
Posiblemente en este tipo de relaciones pueden estar ju'
ese vínculo antiguo.
gando varias fantasías: Ia del amor ("todavía le amo/me
ama"), la de la posesión ("mía/o o de nadie"), la de la se'
Es difícil que pasemos de una relación afectiva a otra sin
ducción ("volverá a amarme")...
un tiempo de duelo. Cuando esto ocurre y una persona, tras
la ruptura de una relación, vuelve a establecer otra relación
La situación se agrava cuando existen hijos/as de la pare'
ja o asuntos econól¡r-icos que solucionar o que mantener. rápidamente, suele ser porque ya había hecho el duelo de la
relación anterior durante la misma, o se teme la soledad y el
lantasma del vacío afectivo con el dolor que hay que atra_
Es frecuente ver una resistencia a la desvinculación de la
vesar.
pareja en momentos en que parece inminente que ésta se dé,
decide un embarazo o casarse.Evidentemente la situación se
Por el contrario, considero que un cierto tiempo de sole-
agrava o se alarga artificialmente para acabar en el final quc
clad es imprescindible para hacer el duelo, integrarlo que ha
estaba previsto hace tiemPo.
¡rasado, lo que hemos vivido, cerrar bien la relación _perdo_
nar y perdonarnos por los errores cometidos*, poder estruc_
Lo mejor que puede hacerse en estos casos e§ constatar el

- 2ó3
turar otro tipo de relación con esa persona y disponernos,
abrimos a otras posibiliclades afectivas.

Ayudarnos, si es posible, de la gente que nos quiere, tlt'


jándonos acompañar y acoger.

€attE;;tftr- *ÉÉ.-r

También podría gustarte