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El documento describe los cinco consejos clave para implementar con éxito el aprendizaje basado en proyectos (ABP) en las escuelas. Estos incluyen establecer conexiones entre las ideas de los estudiantes y el mundo real, planificar para problematizar momentos de la vida escolar de los estudiantes, permitir ajustes flexibles en los proyectos para mejorar el aprendizaje, desarrollar actitudes más que solo memorización, y fomentar la interlocución entre estudiantes y maestros.
El documento describe los cinco consejos clave para implementar con éxito el aprendizaje basado en proyectos (ABP) en las escuelas. Estos incluyen establecer conexiones entre las ideas de los estudiantes y el mundo real, planificar para problematizar momentos de la vida escolar de los estudiantes, permitir ajustes flexibles en los proyectos para mejorar el aprendizaje, desarrollar actitudes más que solo memorización, y fomentar la interlocución entre estudiantes y maestros.
El documento describe los cinco consejos clave para implementar con éxito el aprendizaje basado en proyectos (ABP) en las escuelas. Estos incluyen establecer conexiones entre las ideas de los estudiantes y el mundo real, planificar para problematizar momentos de la vida escolar de los estudiantes, permitir ajustes flexibles en los proyectos para mejorar el aprendizaje, desarrollar actitudes más que solo memorización, y fomentar la interlocución entre estudiantes y maestros.
El aprendizaje basado en proyectos se ha ubicado paulatinamente como un
paradigma de trabajo escolar que está marcando tendencia en las apuestas pedagógicas de los maestros, pero es importante situar los proyectos desde el plano curricular, a continuación planteamos cinco consejos para que esta apuesta se establezca de manera metódica y coherente.
En primer lugar, es necesario establecer conexiones de las ideas previas de
los estudiantes con la realidad que los rodea “[…] estrategias que llevan a la articulación de procesos propios del hecho educativo, permiten a profesores y alumnos acceder al dominio de saberes fundamentales; vinculados con sus entornos de vida facilitando el aprendizaje mediante múltiples interacciones” (Sayago, 2003:5). En este marco, lograr entender las prácticas cotidianas de los estudiantes, su vida en sus barrios y tiempos libres, posibilitan pensar el contexto real en donde se desenvuelven, esto permite acceder a los saberes fundamentales desde el aula.
En segundo lugar, la planeación en esta estrategia no queda reducida a la
simple ubicación de contenidos-actividades, sino que debido a lo anteriormente dicho se busca problematizar momentos reales de la vida escolar, por lo tanto, la planeación curricular en ABP está encaminada a una reflexión constante por parte del maestro, donde se problematicen las necesidades de los estudiantes, los objetivos de aprendizaje y la proyección del escenario educativo, todo esto buscando una articulación eficiente que trascienda el aula, generando en los estudiantes reflexiones que permitan que estos procesos en su cotidianidad, se conviertan en un escenario de constante cuestionamiento.
En tercer lugar, el proyecto como estrategia de trabajo si bien parte de una
estrategia inicial, permite los ajustes que sean necesarios para lograr mejores espacios de aprendizaje, este lo entendemos desde la perspectiva de (Guzmán & Alba, 2014) como:
El aprendizaje se construye sobre la base de la acción
El aprendizaje se da en interacción con otros El aprendizaje requiere de disciplina, que no es lo mismo que silencio El aprendizaje se da en ambientes y situaciones significativas para los estudiantes +Lea: Educación por proyectos Por lo tanto, este proceso implica reconocer en el estudiante un sujeto activo, cuya participación es vertebral para el desarrollo eficiente del proyecto, ya que como lo planteamos anteriormente, este se basa en la participación conjunta. Frente a este punto en específico también es necesario ver cómo el proceso evaluativo que se presenta a través del proyecto, no permite pensar la evaluación desde los contenidos, sino piensa la evaluación como parte del proceso formativo, en donde el resultado final, entendido como diagnóstico, devele el proceso, más no el resultado en sí mismo.
En cuarto lugar, implementar ABP implica el desarrollo de actitudes en el
estudiante y no solo la aprehensión memorística, esto se debe articular con la apuesta educativa de cada uno de los maestros, pero en general el proyecto lo que busca es plantear la problematización y resignificación de prácticas cotidianas, ya que se deja de lado lo eminentemente contenidista y se elabora una apuesta por unos nuevos lugares de reflexión en la escuela.
En quinto lugar, ABP implica el desarrollo de una capacidad de
interlocución estudiante-docente, esto debe ser entendido en la perspectiva de lo propuesto por Adamoli (1994), donde la negociación es un lugar fundamental a desarrollar, si bien el docente plantea un proyecto general bajo el cual se va a conducir la clase, los estudiantes en su proyecto particular pueden plantear el desarrollo y ejecución, además, intervenir y vislumbrar sus intereses cotidianos, esto garantizando que el estudiante sienta como propia la elección temática y así mismo garantizando en gran medida el éxito en los propósitos formativos del mismo.