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¿Qué es la etnografía?

La etnografía es fundamental para la antropología; es uno de los pilares tanto para


sus investigaciones y como tal para la disciplina; podría decirse que sin etnografía
no es antropología; es la parte medular de un trabajo antropológico, y puede ser
vista como la arma más poderosa del antropólogo, porque ésta es un corpus de
técnicas, herramientas, métodos y metodologías, con los cuales se puede y debe
problematizar cierto fenómeno, aunado de que siempre debe estar aplicándose en
los trabajos de campo.

Sin embargo, la etnografía ha sido retomada por otras disciplinas, así como la
antropología ha utilizado metodologías, técnicas, herramientas y teorías de otras
ciencias, “pero sólo desde la Antropología Social se puede hacer una etnografía
antropológica. La investigación etnográfica antropológica, desde hace décadas, no
pretende un conocimiento total de una sociedad o cultura. Primero, porque es
imposible, y, segundo, porque resultaría una tarea inútil” (Zurita y Llorente, 2015:
738).

Básicamente, la etnografía nos permite visualizar productos de la sociedad tanto


tangibles como intangibles, que satisfacen necesidades; determinadas por
circunstancias socio-culturales e históricas, y la sociedad le ha asignado atributos,
que corresponden a demandas culturales, sociales, políticas, económicas, entre
otras; permitiéndonos conocer y evidenciar mediante el trabajo de campo, así
como los hallazgos, las lógicas en las cuales articulan dichas esferas.

Asimismo, la etnografía echa mano del trabajo de campo, el cual “puede definirse
entonces como el laboratorio del antropólogo, el lugar donde va en búsqueda de
un material empírico que le permita abarcar su objeto de estudio para desarrollar
la investigación, en una atención flotante que le permite observar y escuchar sin
privilegiar de antemano ningún punto del discurso” (Cerri, 2010: 4).

Entonces, la etnografía va más allá de una metodología, gracias a ésta nuestro


panorama de investigación es extenso, que permite deslizarnos en distintas áreas,
así como visualizar aspectos puntuales que evidencian ciertas realidades con la
ayuda del trabajo de campo, de técnica, métodos, pero sobre todo darle el corte
científico-académico a las investigaciones; derivado a que los trabajos de campo
pueden caer sencillamente en una descripción superficial de lo que se está
aconteciendo, por no utilizar la etnografía.

Por lo tanto, la etnografía con todos los elementos que tiene permite realizar
análisis para dar una explicación e interpretación de dichas descripciones y
fenómenos, a su vez es la perspectiva teórica del investigador y su manera de
abordar el objeto de estudio, lo que evidenciara que es un trabajo antropológico.
“En realidad no son las técnicas en sí, sino la manera en que se utilizan y el
objetivo por el que se utilizan. La diferencia está en la “mirada” que hace que los
datos y los resultas producidos por iguales técnicas sean diferentes” (Cerri, 2010:
28)

Sin embargo, sino se aplica y utiliza, de manera adecuada la etnografía, podría ser
que el trabajo de campo quede en un mera descripción superficial; provocando
que no sea un trabajo antropológico, sino algo más. “Esta investigación no puede
quedarse en una mera descripción de lo que acontece ante el investigador, bien
directamente (a través de la observación participante y no participante) o
indirectamente (a través de los discursos)” (Zurita y Llorente, 2015: 738).

Es por ello, que la etnografía debe estar presente desde el momento de elegir el
tema de investigación, hasta finalizar ésta; ya que la etnografía es una guía, que
indica cómo abordar un fenómeno; tomando en consideraciones el tiempo y
espacio de éste. “Hacer etnografía supone: plantear hipótesis de trabajo,
interrogantes de investigación, elegir la metodología y técnicas de investigación
adecuadas, seleccionar los espacios y tiempos más relevantes en los que llevar a
cabo el trabajo de campo, buscar, seleccionar, organizar y trabajar a fondo la
documentación pertinente, seleccionar a los informantes, transcribir textos, llevar
un diario de campo, establecer relaciones y genealogías, etc” (Zurita y Llorente,
2015: 739).

Sin duda alguna, “la etnografía es una reconstrucción analítica de escenarios y


grupos culturales intactos, aunque sea de tipo poco común, puesto que la gente
trabaja con una amplia gama de fuentes de información” (Mosquera, 2008: 534).
Por lo que nuestra óptica no tiene límites, aunque, claramente depende del
investigador; con base al objeto de estudio y al campo en el que se encuentra.
“Esta última noción puede llevar a entender la etnografía como trabajo de campo,
elemento distintivo de la disciplina antropológica, por el cual también se emplean
diferentes significados” (Cerri, 2010: 3)

“En efecto, la antropología no estudia los lugares (pueblos, empresas, etc.) sino
que se interesa por unos problemas teóricos encuadrados en determinados
lugares” (Cerri, 2010: 3). “Tener una perspectiva teórica no significa tener ideas
preconcebidas, que son perniciosas para el trabajo. Significa tener una
preparación teórica que acompañe el trabajo de campo y nos oriente en la
investigación. Esta perspectiva teórica también configura un trabajo de
investigación como un trabajo antropológico” (Cerri, 2010: 28)

Pero, dichos encuadres o enfoques teóricos, se verán en ciertas medidas regidas


por la etnografía, porque indudablemente “toda investigación en el campo de las
Ciencias Sociales requiere adoptar un paradigma a partir del cual se iniciará el
proceso de búsqueda de respuestas a los fenómenos de la realidad. Más que una
elección, la adscripción a un paradigma de investigación conlleva a la formulación
de una serie de preguntas que permitirán al investigador realizar una primera
aproximación a la ontología de lo investigado, enmarcando los conceptos en los
que se delimita su trabajo” (Mosquera, 2008: 534)

Para esto; el investigador tuvo que estar empapado de todo tipo de información de
acuerdo al eje temático que este manejado, aunado con la etnografía, la cual
permitirá hacer una especie de análisis de todo lo recabado; con la finalidad de
inclinarse o escoger ciertas variables que harán la diferencia de los demás
trabajos de investigación de otras ciencias.

De acuerdo a esto, la etnografía se apoya contundentemente del diario de campo


que, “hay que diferenciar entre el cuaderno de campo, o notas de campo, y el
diario de campo, siendo el primero un registro de anotaciones inmediatas, o casi
inmediatas, tomadas en el campo, y el segundo un registro secundario,
sistemático y reflexivo sobre lo que se ha escrito en las notas. (Cerri, 2010: 9)

Básicamente, el diario de campo concentrara información que fue recabada


mediante la etnografía, y que de ahí se desprenderán hallazgos de la
investigación; puede ser vista como unas de las fuentes más importantes en el
proceso de investigación. Es decir, la materia prima para la antropología y tiene
como objetivos recabar:

1. “Las relaciones sociales entre las personas. Éstas se relacionan de múltiples


modos, algunos de ellos duraderos e institucionalizados. El antropólogo intenta
analizar cuáles y cómo son esos modos. Así, la sociedad entendida como red de
relaciones es el contexto en el que los antropólogos sociales llevan a cabo sus
investigaciones” (Zurita y Llorente, 2015: 742).

2. “Análisis de producciones materiales (objetos de consumo, edificios, distribución


del espacio, instrumentos), análisis de expresiones sociales (costumbres, ritos,
hábitos, comportamientos, usos del espacio y el tiempo, etc.;) y expresiones
simbólicas (mitos, tradición oral, simbología, producciones artísticas)” (Zurita y
Llorente, 2015: 742).

Finalmente, la etnografía no es una situación lineal, sino uno hecho dinámico, y es


por ello que para la antropología es de vital importancia para la compresión de los
fenómenos socio-culturales. La antropología, acentúa que la realidad es un
sistema compuesto por varios sistemas, que cada uno de éstos se organiza a sí
mismo, y se interrelación con otros logrando una articulación y dando como
resultado hechos socio culturales.

Entonces para conocer dicha articulación, lo apropiado es aproximarse mediante


la etnografía, que dará como resultado la explicación en cómo los individuos o
agentes sociales están interrelaciones entre sí en grados e intensidades diversas,
asimismo, analizar de qué manera el comportamiento de unos de estos agentes
afecta el comportamiento de los demás a partir de reglas sencillas de operación
local. Por lo que se apoya de la observación participante la cual “consiste
principalmente en dos actividades: observar sistemática y controladamente todo lo
que acontece en torno del investigador, y participar en una o varias de las
actividades de la población. (Guber, 2011: 52)

“Tradicionalmente, el objetivo de la observación participante ha sido detectar las


situaciones en que se expresan y generan los universos culturales y sociales en
su compleja articulación y variedad” (Guber, 2011: 52) Además, la observación
participante no siempre permite acceder a informaciones importantes, como datos
relativos a los discursos y al universo de significados de los actores. Por lo que
resulta indispensable complementar el trabajo con las entrevistas. (Cerri, 2010: 6)

“Desde una perspectiva constructivista, la entrevista es una relación social, de


manera que los datos que provee el entrevistado son la realidad que este
construye con el entrevistador en el encuentro” (Guber, 2011: 71) De esta manera,
entre otras se puede identificar la forma en que ocurre las interacciones de algún
integrante con el todo, pero, bueno dependen del objeto de estudio.

Sin embargo, como se hizo mención se tiene que “observar sistemática y


controladamente”, ya que un pequeño estimulo en cierto fenómeno podría generar
grandes cambios, y por lo expuesto, la etnografía es inherente a la antropología,
sin ésta no se podría comprender los fenómenos como lo ha hecho esta disciplina.
Referencia:

 Cerri, Chiara (2010) “La importancia de la metodología etnográfica para la


investigación antropológica. El caso de las relaciones de valores en un
espacio asociativo juvenil” Universidad Complutense de Madrid y Centro de
Ciencias Humanas y Sociales, Número 13.
 Hamme, Martyn , Atkinson, Paul (1994) “Capítulo 1” en Etnografía Métodos
de Investigación, Barcelona, Ed. Paidós.
 Guber, Rosana (2011) “La etnografía: método, campo y reflexividad” Bueno
Aires, Siglo Veintiuno
 Zurita Márquez, Evelina; Llorente Marín, Francisco Manuel (2015) “La
etnografía antropológica como herramienta formativa en la enseñanza
superior” Maracaibo, Venezuela. Universidad del Zulia
 Mosquera Villegas, Manuel Andrés (2008) “De la etnografía antropológica a
la Etnografía virtual. Estudio de las relaciones sociales mediadas por
Internet” Mérida, Venezuela. Universidad de los Andes.

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