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Las decisiones de

comprar y vender
PID_00244561

Joaquim Silvestre i Benach


Con la colaboración de
Maria Llop Llop

Tiempo mínimo previsto de lectura y comprensión: 2 horas


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Índice

Introducción .......................................................................................... 5

Objetivos ................................................................................................. 7

1. Metáfora para presentar las ideas principales ........................ 9

2. ¿Existe una ley de la oferta del consumidor? .......................... 12

3. La oferta de trabajo ........................................................................ 15

4. Las decisiones intertemporales .................................................... 20


4.1. El ahorro y el préstamo ................................................................ 20
4.2. Un paréntesis: tasas de interés diferentes ..................................... 21
4.3. Otro paréntesis: la inflación ......................................................... 22
4.4. La ecuación de Slutski .................................................................. 23
4.5. Los valores presentes .................................................................... 25

Resumen .................................................................................................. 26

Actividades ............................................................................................. 27

Ejercicios de autoevaluación ............................................................. 27

Solucionario ........................................................................................... 28
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Introducción

El consumidor no solo toma decisiones en relación con los bienes y servicios


que consume. También decide sobre cuestiones que afectan a su riqueza. Con-
cretamente, los individuos eligen su oferta de trabajo y el ahorro. La cantidad
de trabajo que un individuo decide vender tiene implicaciones sobre la renta
de la que dispondrá. La cantidad de ahorro que el individuo detrae de la renta
y el consumo presente tendrá consecuencias sobre su renta futura.

En el módulo «Las decisiones de comprar» hemos visto cómo se toman las de-
cisiones de consumo óptimas. De forma implícita, suponíamos que estas deci-
siones cogían como referencia un momento de tiempo determinado, acotado.
No obstante, la decisión de consumo está basada en una decisión previa que
tiene que ver con cómo el individuo distribuye sus recursos a través de los di-
ferentes periodos temporales. Dicho de otra forma, las decisiones de consumo
casi siempre tienen una dimensión que afecta a diferentes periodos de tiem-
pos. Esta ampliación del horizonte de planteamiento del problema del consu-
midor obliga a ampliar también sus decisiones a dos nuevas variables: la oferta
de trabajo y el ahorro presente.

Así, la microeconomía analiza el comportamiento económico de un consumi-


dor mediante la integración de las decisiones que afectan tanto al gasto en
consumo como a las decisiones que afectan a la renta disponible. En este mó-
dulo nos centraremos en el segundo tipo de decisiones, es decir, en el compor-
tamiento a partir del cual se deriva la renta o riqueza de un individuo.

Todos los días, asignamos las 24 horas que tenemos disponibles entre trabajo
y ocio. Cuando escogemos trabajar, estamos ofreciendo trabajo. Estas decisio-
nes que afectan al tiempo destinado a trabajo están basadas en el precio del
trabajo, que es el salario. Así, la variable relevante en la determinación de ofer-
ta de trabajo de un individuo es el salario que obtiene a partir de este trabajo.
El salario no es solo la remuneración obtenida a partir de la venta del tiempo
del consumidor, sino que el salario se puede destinar también a adquirir bie-
nes y servicios de consumo como contrapartida. Ofrecer más trabajo significa
exactamente lo mismo que consumir menos ocio. La microeconomía conside-
ra el ocio como un bien, igual que cualquier otro. No podemos disfrutar de
todo el consumo y el ocio que querríamos puesto que la decisión está condi-
cionada (o sea, restringida) por el salario que se cobra. La elección óptima en-
tre consumo y ocio tiene exactamente las mismas propiedades que la elección
entre alimentos y cine, por ejemplo. Se trata, pues, de una decisión paralela a
la decisión óptima de consumo.

Un cambio de salario altera la decisión óptima consumo-ocio de forma similar


a como un cambio del precio de los alimentos altera la cantidad óptima de ali-
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mentos y de cine. En concreto, una modificación del salario ocasiona dos efec-
tos simultáneos: un efecto sustitución y un efecto riqueza. El efecto
sustitución predice que un salario más elevado hará aumentar la oferta de tra-
bajo, debido a que se produce un incremento del coste de oportunidad del
tiempo de ocio, que se verá reducido. Pero un salario más elevado también tie-
ne un efecto positivo sobre los ingresos. Esto ocasiona un efecto riqueza, por-
que el aumento de salario hará aumentar la demanda de todos los bienes
normales, puesto que aumenta la riqueza del consumidor. Y como el ocio es
también un bien normal, ceteris paribus, a mayor renta salarial del individuo,
más cantidad de tiempo de ocio consumirá.

Para valores de salario muy bajos, la gente tiende a trabajar pocas horas o a no
trabajar. A medida que aumenta el nivel de salario, sin embargo, el efecto sus-
titución incentiva a reducir el ocio y a trabajar más. Pero si el salario continúa
aumentando, finalmente el efecto renta llega a dominar el efecto sustitución.
Un salario más alto entonces conduce a un consumo más elevado de bienes y
servicios y también conduce a un ocio adicional (superior). Estas dinámicas
hacen que la oferta de trabajo se comporte de forma diferente para diferentes
tramos de valor de salario.

Las decisiones de ahorro se explican por el hecho de que los individuos no ne-
cesariamente tienen que gastar toda la renta corriente. Pueden, perfectamen-
te, consumir menos cantidad de los ingresos de hoy y ahorrar la diferencia
para un momento futuro. Alternativamente, pueden gastar más del ingreso
corriente si piden prestada la diferencia y pagan el préstamo a expensas de
consumir menos en el futuro. Es posible, pues, entender la elección de cuándo
consumir usando la misma teoría de la elección que en la decisión de comprar
alimentos e ir al cine.

La decisión de ahorro de un individuo toma como referencia la tasa de inte-


rés, que es el precio del ahorro. De hecho, la tasa de interés es un precio rela-
tivo del consumo de hoy en relación con el consumo de mañana.

El consumidor elige la distribución temporal del consumo (y la cantidad de


ahorro o endeudamiento) igualando la relación marginal de sustitución entre
consumo presente y consumo futuro. De esta forma, tasas de interés elevadas
desincentivarán el consumo presente en favor del consumo futuro y viceversa.
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Objetivos

En los materiales didácticos de este módulo, tenéis las herramientas para lo-
grar los objetivos siguientes:

1. Aplicar el principio de la maximización condicionada a las decisiones de


venta del consumidor.

2. Obtener la curva de oferta de trabajo del consumidor.

3. Entender que el efecto de riqueza lleva al consumidor a pedir una cantidad


mayor de un bien normal al aumentar el precio de un bien que el consu-
midor vende.

4. En consecuencia, ver cómo los efectos de sustitución y de riqueza de un au-


mento de salario se mueven en sentido contrario, de forma que la curva de
oferta de trabajo en principio tanto puede tener pendiente positiva como
negativa.

5. Aplicar estas ideas al ahorro y comprobar que un aumento en la tasa de in-


terés en principio tanto puede llevar a un aumento como a una disminu-
ción de la cantidad ahorrada.
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1. Metáfora para presentar las ideas principales

Supongamos que el bien 1 son manzanas y el bien 2, naranjas. El consumidor


tiene manzanos y naranjos en el patio de su casa y, sin que él deba invertir nin-
gún esfuerzo, estos árboles producen cantidades fijas, 1 y 2, respectivamente,
de manzanas y naranjas.

Denominaremos a estas cantidades dotaciones iniciales del consumidor. A


este consumidor le dan igual las manzanas que las naranjas y se podría co-
mer, perfectamente, las cantidades 1 y 2. Pero si las manzanas y las na-
ranjas se pueden comprar y vender en el mercado, entonces el consumidor
puede decidir vender unas cuantas naranjas y comprar unas cuantas man-
zanas o al revés.

Entonces, el conjunto resultante depende de los precios de mercado de man-


zanas y naranjas, p1 y p2 respectivamente. El consumidor puede conseguir la
combinación (x1, x2) si su valor, a precios de mercado, no es superior al valor
de sus dotaciones iniciales. Es decir:

p1 x1  p2 x2 ≤ p1 1  p2 2. (1)

Podéis ver el gráfico 1. Ahora la expresión de la derecha es la riqueza del con-


sumidor, que en estos momentos depende de los precios de mercado, es decir,
de cómo el mercado valora sus dotaciones iniciales.

La pendiente de la recta presupuestaria es, como antes, (p1/p2). Ahora, en


cambio, una modificación en el precio de un bien hace girar la recta presu-
puestaria alrededor del punto de las dotaciones iniciales. El gráfico 2 ilustra un
aumento del precio p1 de las manzanas.

Observamos que, si ambos precios se multiplican por el mismo factor


positivo, el conjunto presupuestario no varía.

a) Si el consumidor acaba con una cantidad de bien 1 x1 superior a su dota-


ción inicial 1, es decir, si x1  1  0, entonces es un comprador (neto) de bien
1: su consumo final x1 (demanda o demanda bruta) es la suma de la dotación
inicial 1 y la cantidad comprada x1  1.

b) Si, por el contrario, acaba con una cantidad de bien 1 x1 inferior a su do-
tación inicial 1, es decir, si 1  x1  0, entonces es un vendedor (neto) de
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bien 1: su consumo final x1 (demanda o demanda bruta) es la dotación inicial


1 menos la cantidad vendida 1  x1. El gráfico 3 ilustra este caso, en el que
el consumidor es un vendedor de manzanas. En este caso, la restricción presu-
puestaria (1), que podemos escribir como «p2 (x2  2)  p1 (1  x1)», nos dice
que el valor de las naranjas compradas no puede exceder el valor de las man-
zanas vendidas.

c) En el caso especial en el que, para todos los bienes, el consumo final es el


mismo que la dotación inicial, el consumidor se mantiene al margen del mer-
cado: diremos, pues, que se encuentra en autarquía.

Obviamente, la autarquía siempre es alcanzable, ya que la restricción presu-


puestaria (1) se satisface automáticamente cuando (x1, x2)  (1, 2).

Gráfico 1. El conjunto presupuestario de un consumidor que compra y vende


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Gráfico 2. El precio de las manzanas sube

Gráfico 3. El consumidor vende manzanas y compra naranjas


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2. ¿Existe una ley de la oferta del consumidor?

Supongamos que el consumidor, para quien tanto las manzanas como las na-
ranjas son bienes normales no inferiores, compra naranjas y vende manzanas,
como se puede ver en el gráfico 3. ¿Existe una ley de la oferta del consumi-
dor? Es decir, ¿ha de aumentar necesariamente su oferta de manzanas cuando
el precio de las manzanas sube? (podéis ver el gráfico 2). O geométricamente,
¿las curvas de oferta del consumidor han de tener pendiente positiva? La res-
puesta a estas preguntas, no obvia a primera vista, es: no necesariamente. La
razón es la siguiente: a
1) Una subida del precio de un bien que el consumidor vende aumenta la ri-
queza real del consumidor, al contrario de lo que ocurre cuando el consumi-
dor compra el bien.

2) El efecto de riqueza causado por la subida induce al consumidor a volver a


consumir una cantidad superior de todos los bienes normales, incluyendo las
manzanas. Por lo tanto, el efecto de riqueza es positivo y el efecto de sustitu-
ción, como siempre, no es positivo. Su suma puede ser, en principio, tanto po-
sitiva como negativa.

Lo podemos ver si adaptamos la ecuación de Slutski. Seguimos los mismos pa-


sos que en el problema ya estudiado de la decisión de comprar.

1) Partimos de una posición inicial en la que los precios son (p1, p2) y el con-
sumidor demanda las cantidades xA1 y xA2 de los bienes 1 y 2, respectivamente.
Ésta es la situación de antes (naturalmente, p1xA1  p2xA2  p11  p22).

2) Supongamos que el precio del bien 1 cambia a p1 p1, donde p1 puede
ser positivo (el precio sube) o negativo (el precio baja), mientras que p2 no
cambia. Ésta es la situación de después. Entendemos por xD1 la cantidad de bien
1 pedida por el consumidor en la situación de después.

3) Ahora consideremos la situación hipotética intermedia, en la que los precios


son los de después, pero la riqueza del consumidor se ajusta o se compensa, se le
suma m (que puede ser positivo o negativo), de manera que pueda mantener la
cesta de consumo de antes (xA1 y xA2 ) con los precios de después (p1 + p1, p2). Ésta
es la situación compensada, en la que los precios son (p1  p1, p2) y la riqueza
del consumidor es (p1  p1)xA1  p2 xA2  (p1  p1) 1  p2 2 m. Es decir,
m  p1[xA1 1]. Entendemos por xC1 la cantidad del bien 1 demandada por
el consumidor en la situación compensada.

Como en el problema de la decisión de comprar, ocurre lo siguiente:


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x1C  x1A
• El efecto de sustitución corresponde a la tasa de cambio (movi-
p1
miento de la situación de antes a la compensada).

x D  x1C
• El efecto de riqueza corresponde a la tasa de cambio 1 (movimiento
p1
de la situación compensada a la de después).

x D  x1A
• El efecto total corresponde a la tasa de cambio 1 (movimiento de la
p1
situación de antes a la de después).

En este caso, también ocurre lo siguiente:

x1D  x1A x1C  x1A x1D  x1C


  .
p1 p1 p1

Es decir:

Efecto total = efecto de sustitución + efecto de riqueza.

• El signo del efecto de sustitución: como en el problema de la decisión de


comprar, el efecto de sustitución no puede ser positivo.

• El signo del efecto de riqueza: si el consumidor compra el bien 1, el aná-


lisis es el mismo que en el problema de la decisión de comprar. No obstan-
te, si el consumidor vende el bien 1, el signo es el opuesto al de antes.
Intuitivamente, un aumento en el precio de un bien que el consumidor
vende aumenta su capacidad adquisitiva.

Si el consumidor vende el bien 1, entonces xA1  1  0. Cuando pasamos de


la situación compensada a la de después, los precios no cambian. Sólo cambia
la riqueza del consumidor, en la magnitud m p1 [1  xA1]  0, positiva
si el precio ha aumentado (p1  0) y negativa si ha bajado (p1  0).

Si el consumidor vende el bien 1 y el bien 1 es normal, su demanda aumenta


al aumentar la riqueza:

xD1 xC1  0 si p1[1 xA1 ]  0.

Igualmente, su demanda disminuye al disminuir la riqueza:

xD1 xC1  0 si p1[1 xA1 ]  0.

En ambos casos, si el consumidor vende el bien 1 y el bien 1 es normal,

x1D  x1C
 0, es decir, el efecto de riqueza es positivo.
p1
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En consecuencia, la suma de los dos efectos en la ecuación de Slutski para un


bien normal que el consumidor vende puede ser, en principio, tanto positiva
como negativa (o cero).

Recordemos lo siguiente:

• Los términos de la ecuación de Slutski son los efectos de un cambio en el


precio del bien 1 (manzanas) sobre la demanda (bruta) del bien 1.

• Efecto positivo quiere decir que la cantidad demandada se mueve en el mis-


mo sentido que el precio, es decir, la cantidad aumenta si el precio sube y
disminuye si el precio baja.

En términos de derivadas parciales: efecto de riqueza   x1 [x1  1], don-


m
de x1  demanda bruta ( consumo) de manzanas, x1  1 0 si el consumidor
vende manzanas (el valor absoluto x1  1 es la cantidad de manzanas ven-
x1
didas) y  0 si el bien 1 es normal.
m

La tabla siguiente resume el análisis de los signos de los diferentes efectos


en la ecuación de Slutski. Se aplica tanto a la decisión de comprar como a la
decisión de comprar y vender. Escribimos  cuando el signo es necesaria-
mente positivo (la cantidad demandada se mueve en la misma dirección
que el precio), cuando el signo es necesariamente negativo (la cantidad de-
mandada se mueve en la dirección opuesta a la del precio), (0) cuando el
signo o bien es negativo o bien es cero (la cantidad demandada no cambia).
Escribimos ? cuando los efectos de sustitución y de riqueza pueden ser de
signo opuesto y, por lo tanto, el efecto total, que es su suma, puede ser tanto
positivo como negativo o cero.

El consumidor compra El consumidor vende


el bien 1 el bien 1

Signo del efecto Signo del efecto


de sustitución  (0) de sustitución  (0)
El bien 1 es normal
Signo del efecto de riqueza  Signo del efecto de riqueza 
Signo del efecto total  Signo del efecto total ?

Signo del efecto Signo del efecto


El bien 1 tiene la de sustitución  (0) de sustitución  (0)
elasticidad respecto a
Signo del efecto de riqueza 0 Signo del efecto de riqueza 0
la riqueza igual a cero
Signo del efecto total  (0) Signo del efecto total  (0)

Signo del efecto Signo del efecto


de sustitución  (0) de sustitución  (0)
El bien 1 es inferior
Signo del efecto de riqueza  Signo del efecto de riqueza 
Signo del efecto total ? Signo del efecto total 
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3. La oferta de trabajo

Un conjunto de trabajos empíricos han estudiado la relación entre el sala-


Oferta de trabajo
rio y la oferta de trabajo, y han tratado de calcular estadísticamente la elasti-
La mayoría de nosotros vende-
cidad de la oferta de trabajo, es decir: mos no manzanas, sino más
bien nuestro trabajo, cuyo pre-
cio es el salario.

% del cambio en la cantidad de trabajo oferta


.
% del cambio en el salario

Muchos de estos trabajos están motivados por la creencia de que, si la elastici-


dad fuese positiva y alta, entonces las políticas económicas que reducen el sa-
lario que perciben los trabajadores tendrían efectos cuantitativos importantes
sobre la productividad nacional mediante la reducción de la cantidad de factor
trabajo disponible. Algunos ejemplos de estas políticas son los siguientes:

• Aumentos del impuesto sobre la renta de las personas físicas.


• Aumentos en las cotizaciones a la Seguridad Social.

Este enfoque, no obstante, implícita o explícitamente supone que el mercado


de trabajo está en situación de equilibrio competitivo y, por lo tanto, la in-
tersección de la oferta de trabajo con la demanda de trabajo es lo que determi-
na el nivel de ocupación. Sin embargo, de hecho, tanto en nuestro país como
en la mayoría de los países europeos, el mercado de trabajo se encuentra a me-
nudo en situación de desequilibrio: la oferta de trabajo excede la demanda y
muchas personas que querrían trabajar se encuentran desocupadas. Los cam-
bios en la oferta de trabajo entonces tienen poca relevancia para determinar
el nivel de ocupación. a
Estudiemos algunas de las complicaciones que encuentran los estudios empí-
ricos:

1) El exceso de oferta de trabajo complica los estudios sobre la elasticidad de


la oferta de trabajo, dado lo siguiente:

• Los datos de ocupación efectiva sólo reflejan una parte de la oferta.

• Otro segmento de la oferta está formado por las personas desocupadas


que activamente buscan trabajo.

• Hay aún un tercer componente más difícil de medir: el de la gente des-


ocupada que querría trabajar pero que no busca activamente trabajo por-
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que no cree que valga la pena, ya que, a causa del estado en el que se
encuentra el mercado, es difícil encontrar uno.

2) Otra complicación de los estudios empíricos es que, en el ámbito indivi-


dual, la decisión de trabajar está sujeta a ciertas indivisibilidades. El trabaja-
El caso de la familia
dor se puede incorporar a un trabajo o no, pero, en general, no tiene mucho
Si tomamos la familia como
margen de elección en lo que respecta al horario semanal. Tal vez pueda elegir unidad de decisión, las posibili-
dades de elección sobre las ho-
entre: tiempo parcial, tiempo completo y tiempo completo con horas ex- ras por semana que se
traordinarias. trabajarán se enriquecen; por
ejemplo, tanto el hombre
como la mujer pueden trabajar
a tiempo completo, el hombre
Para explicar la oferta de trabajo del consumidor racional, utilizamos el a tiempo completo y la mujer
por horas, al revés, etc.
modelo de libre-consumo. De hecho, es el modelo de la metáfora de las
manzanas y las naranjas, pero con otra interpretación. El bien 1 se inter-
preta como el tiempo del que dispone el consumidor, que puede distribuir
entre actividades laborales (trabajo) y actividades no laborales (libre). Las
actividades libres pueden incluir jugar con los hijos, realizar tareas domés-
ticas, etc. Digamos que la dotación 1 inicial de horas es de 24, repartidas
entre x1 horas libres, (1  x1) horas de trabajo, que denominaremos L.

El bien 2 es un índice de todos los demás bienes: podríamos suponer que 2


es cero o incluso que es positivo, lo cual reflejaría un componente de la ri-
queza del consumidor que proviene de las rentas no salariales. Supongamos,
para simplificarlo, que es cero. La restricción presupuestaria del consumidor
es p1x1  p2x2  p11  p22. Teniendo en cuenta que hemos supuesto que
2  0 y si denominamos la oferta de trabajo como L (en lugar de 1  x1) y el
salario como w(en lugar de p1), esta fórmula se convierte en:

p2 x2  w L.

Dicho de otra manera, los gastos en los otros bienes no pueden exceder las ren-
tas salariales. Podéis ver el gráfico 4.

Las preferencias sobre combinaciones (x1, x2) de tiempo libre y consumo las
representa la función de utilidad u(x1, x2). Es usual suponer que el tiempo libre
siempre es deseable y que el consumidor trabaja, a disgusto, con el único ob-
jetivo de conseguir ingresos. La hipótesis es ciertamente discutible: como de-
cía Cesare Pavese, «lavorare stanca», pero el trabajo a menudo ofrece un
vehículo para la inserción social y el desarrollo personal. Muchas personas
pueden desempeñar trabajos que no son particularmente alienantes y preferi-
rían trabajar con moderación a tener libres las veinticuatro horas del día. El
tiempo libre forzoso, en concreto, que los desempleados no pueden evitar, a
menudo es la causa de trastornos psicológicos.

Recordemos: L  1 x1, es decir, la demanda de tiempo libre x1 y la oferta de


trabajo L se mueven en sentidos opuestos. Por lo tanto, para cualquier variable
z (salario, riqueza, etc.), se cumple que L   x1 .
z z
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Gráfico 4. La decisión de trabajar

Supongamos que el tiempo libre es un bien normal, como es natural, dada su


condición de agregado. Entonces, ocurre lo siguiente:

• Efecto de riqueza sobre la demanda de tiempo libre   x1 (x1 1)  0.


m

L  x 
• Efecto de riqueza sobre la oferta de trabajo  L    1  [1  x1]  0.
m  m 

Como en el caso de las manzanas, los efectos de sustitución y de riqueza son,


típicamente, de signo opuesto. El gráfico 5 esquematiza las razones del signo
opuesto de los efectos de sustitución y de riqueza en la oferta de trabajo.

Dado que L  1 x1, los signos de los términos de la ecuación de Slutski para
la oferta de trabajo (efectos de un cambio en el salario sobre las horas de
trabajo ofertadas) son los opuestos a los de la demanda de tiempo libre. Por
lo tanto:

Efecto total efecto de sustitución  efecto de riqueza.


?  (o cero) 
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Gráfico 5. Intuición para el signo opuesto de los efectos de sustitución


y de riqueza en la oferta de trabajo

El efecto total puede ser positivo, negativo o cero: a


1) Si domina el efecto de sustitución, el efecto total será positivo y la curva de
oferta de trabajo del consumidor tendrá pendiente positiva.

2) Si domina el efecto de riqueza, el efecto total será negativo.

3) Si los dos efectos se compensan exactamente, el efecto total es cero y la cur-


va de oferta tiene pendiente vertical (en el gráfico 6, donde el salario se en-
cuentra en el eje de las ordenadas y la cantidad de trabajo, en el de las
abscisas).
Stanley Jevons, el economista británico
que parece que fue el primero que analizó
la indeterminación de signo en el efecto total.
El gráfico 6 ilustra el caso en el que para los salarios bajos domina el efecto de
sustitución, para los salarios intermedios ambos efectos se compensan y para
los salarios altos domina el efecto de riqueza.

La curva se dobla hacia atrás. Podemos decir, pues, que es una curva de oferta
de trabajo retroflexa.

¿Cuál es la evidencia empírica? Los estudios muestran elasticidades de oferta


de trabajo que son bajas en valor absoluto: a veces positivas y a veces negati-
vas. Cuando se distingue entre hombres y mujeres, y especialmente entre
hombres casados y mujeres casadas, las elasticidades de los hombres son bajas
de una manera más consistente y aparecen más a menudo como negativas. Referencia bibliográfica

John Pencavel (1987). «Labor


supply of men: A survey».
John Pencavel (1987) resume un conjunto de estudios sobre la oferta de traba- En: O. Ashenfelter; R. Layard
(editores). Handbook of Labor
jo de los hombres en Estados Unidos y sugiere como valores representativos economics (vol. 1, cap. 1).
Ámsterdam: North Holland.
los siguientes:
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• elasticidad de la oferta de trabajo del consumidor no compensada (efecto


total)  0,10,

• (efecto de riqueza) 0,20.

Lo cual implica una elasticidad compensada de 0,10. Estos valores correspon-


den al dominio del efecto de riqueza, como la parte superior del gráfico 6.

Gráfico 6. Forma hipotética de la curva de oferta de trabajo


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4. Las decisiones intertemporales

4.1. El ahorro y el préstamo

En la lista de las decisiones del consumidor encontramos el ahorro,


el endeudamiento y la inversión. Éstas son decisiones de asignación
intertemporal, que se refieren al traspaso de la capacidad adquisiti-
va de un periodo a otro. El ahorro, por ejemplo, reduce el consumo
actual a cambio de aumentar el consumo futuro, mientras que el en-
deudamiento hace la operación inversa. Los mercados de crédito, de
ahorro y de inversión son las instituciones que permiten realizar este
traspaso.

Las decisiones de ahorrar o de pedir prestado dinero se pueden entender con


la ayuda del modelo presentado en apartados anteriores donde tenemos, en
lugar de manzanas y naranjas, consumo actual y consumo futuro. Cuando
el consumidor ahorra o pide prestado dinero, intercambia consumo actual por
consumo futuro. El ahorro consiste en vender consumo actual y comprar con-
sumo futuro. a
Nos limitamos a dos momentos del tiempo: el presente (momento 1) y el fu-
turo (momento 2).

Interpretamos que el consumidor recibe, de manera exógena, una dotación


inicial de consumo presente o renta presente de 1 y que en el futuro la re-
cibirá 2.

El ahorro consiste en vender consumo actual y comprar consumo futuro. De-


notamos el consumo presente como x1. Si 1  x1, el consumidor ahorra, es
decir, vende consumo presente. Si, por el contrario, 1  x1, el consumidor
pide prestado, es decir, compra consumo presente. Paralelamente, diremos
que x2 denota el consumo futuro.

¿A qué precio se efectúa esta operación? Podemos decir que el precio del con-
sumo presente es p1 y el del consumo futuro es p2. Supongamos que no hay
inflación y que medimos el consumo en euros. El mercado intercambia 1 € (o
una unidad de consumo) hoy por (1  r) € (o unidades de consumo) en el fu-
turo, donde r es la tasa de interés del presente en el futuro (mensual, diaria,
anual, etc. según el caso). Es decir:

1 € presente  1 unidad de consumo presente  (1  r) unidades de consumo


futuro (1  r) € futuros.
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Por lo tanto:

Precio de una unidad de consumo presente p1


 
Precio de una unidad de consumo futuro p2
Precio de un euro presente
  1  r.
Precio de un euro futuro

p1
Es decir,  1  r. Por lo tanto, la restricción presupuestaria se puede escribir
p2
de esta manera:
(1  r) x1  x2 ≤ (1  r) 1  2.

De manera equivalente, también se puede escribir así:

x2 
x1   1  2 .
1 r 1 r

La pendiente de la recta presupuestaria es – (1 + r), ved el gráfico 7.

Gráfico 7. Consumo futuro y consumo presente

4.2. Un paréntesis: tasas de interés diferentes

Al dibujar la recta de balance como una única línea recta, hemos supuesto
implícitamente que la tasa de interés es la misma para el ahorro y para el
© FUOC • PID_00244561 22 Las decisiones de comprar y vender

préstamo. Este supuesto no es realista en absoluto. Si, tal como sucede con
frecuencia, el ahorro se retribuye con una tasa de interés menor que la que
se paga por préstamos, entonces el conjunto presupuestario tendrá el aspec-
to del gráfico 8.

Gráfico 8. Tasas de interés diferentes para el ahorro y para el préstamo

4.3. Otro paréntesis: la inflación

Si hay inflación, es necesario distinguir entre magnitudes nominales (en eu-


ros) y reales (en unidades de consumo).

Una unidad de consumo presente continúa costando un euro. Pero si la tasa


de inflación es i 0, una unidad de consumo futura costará (1 i) euros. Su-
pongamos que la tasa de interés nominal es R, es decir, el mercado financiero
intercambia los elementos siguientes:

1 unidad de consumo presente  1 € presente  (1 R) € futuros

1 R
Pero (1 R) € futuros sólo permiten comprar unidades de consumo fu-
1 i
turo. Por lo tanto:
© FUOC • PID_00244561 23 Las decisiones de comprar y vender

1 unidad de consumo presente  1  R unidades de consumo futuro.


1 i

La tasa de interés real, r, la define la equivalencia:

1 unidad de consumo presente  (1  r) unidades de consumo futuro.

Es decir:

1 R
1 r  o bien (1 i)(1  r)  1 R, 1  r iir  1 R
1 i

Para magnitudes típicas de i y de r, el producto i r es un número pequeño; por


lo tanto:
r Riir Ri

En otras palabras:

Tasa de interés real  tasa de interés nominal  tasa de inflación.

Cerremos ambos paréntesis. Desde ahora continuaremos suponiendo que la


tasa de inflación es cero o, de manera equivalente, que las variables nominales
ya se han transformado en variables reales. Volveremos al caso de una única
tasa de interés, común al ahorro y al préstamo.

4.4. La ecuación de Slutski

En este caso, el modelo de la decisión de comprar y vender también nos ayu-


dará a entender la decisión racional del consumidor. Interpretaremos que las
manzanas y las naranjas equivalen al consumo actual y futuro, respectivamen-
te. Recordemos que si 1  x1, el consumidor ahorra, es decir, vende consumo
actual. Si, por el contrario, 1  x1, el consumidor pide prestado, es decir, com-
pra consumo actual.

p1
Tal como hemos visto, el precio relativo es  (1  r ). Por lo tanto, un cam-
p2
bio en la tasa de interés r equivale a un cambio en el mismo sentido en el pre-
cio del consumo presente, es decir:

• Un aumento en la tasa de interés es un aumento en el precio del con-


sumo presente.

• Una reducción en la tasa de interés es una reducción en el precio del


consumo presente.
© FUOC • PID_00244561 24 Las decisiones de comprar y vender

Podemos aplicar los resultados sobre los signos de los distintos efectos de la
ecuación de Slutski que hemos obtenido en el análisis de las manzanas y las
naranjas de la manera siguiente:

Supongamos que r aumenta. En este caso, el efecto de sustitución inducirá al


consumidor a reducir (o quizá a no tocar) el consumo presente, de manera
que ahorrará más o pedirá menos.

Pero ¿y el efecto riqueza? Depende de si el consumidor compra o vende con-


sumo presente. Como hemos ido viendo, el encarecimiento de un bien que el
consumidor compra disminuye su riqueza real, pero el encarecimiento de un
bien que el consumidor vende lo aumenta. Es natural que tanto el consumo
presente como el futuro sean bienes normales, ya que se trata de grandes agre-
gados.

1) Préstamos

Si el consumidor pide prestado, compra consumo presente y, por lo tanto,


el efecto de riqueza de un cambio en su precio, o en la tasa de interés r, es
negativo.

Efecto total  efecto de sustitución  efecto de riqueza.


  (o cero) 

Por lo tanto, el efecto total es necesariamente negativo. En otras palabras,


cuando el consumidor pide prestado y la tasa de interés sube, el efecto total
provoca que el consumidor reduzca su consumo presente, es decir, que reduz-
ca su endeudamiento.

2) Ahorro

No obstante, si el consumidor ahorra, entonces vende consumo presente y,


por lo tanto, el efecto de riqueza es positivo.

Nos encontramos, pues, en una situación similar a la de la oferta de trabajo: el


efecto de sustitución inducirá al consumidor a reducir el consumo presente (o
a no tocarlo), de manera que ahorrará más. El efecto de riqueza, no obstante,
lo inducirá a aumentar el consumo de todos los bienes normales, es decir, a
reducir el consumo presente, de manera que ahorrará menos.

Los dos efectos son de signo contrario y el efecto total puede ser tanto una re-
ducción como un aumento del ahorro.

Efecto total  efecto de sustitución  efecto de riqueza.


? – (o cero) +
© FUOC • PID_00244561 25 Las decisiones de comprar y vender

De hecho, los estudios empíricos indican que, tal como ocurría en la oferta de
trabajo, las elasticidades del ahorro respecto a la tasa de interés son pequeñas
y de signo variable. La tasa de interés influye poco sobre el ahorro. Se tienen
más en cuenta otros factores, como la edad y la riqueza.

4.5. Los valores presentes

Volvamos al gráfico 7. La intersección de la recta presupuestaria con el eje de


las abscisas representa la cantidad máxima de consumo presente cuando el
consumidor gasta toda su riqueza en consumo presente y no deja nada para el
consumo futuro.

Si utilizamos una expresión para el caso en el que x2 es cero, podemos ver que
esta intersección corresponde al nivel de consumo presente:

1
x1  1  2.
1 r
1
La expresión 2, que es la cantidad máxima que se puede pedir prestada
1 r
a cuenta de la dotación futura 2, se denomina valor presente (descontado o ac-
tualizado) de la renta futura 2, claramente inferior a 2 siempre que r  0. Ob-
servamos que esto no tiene nada que ver con la inflación, ya que todas las
1
variables son reales. El coeficiente , por el cual 2 se multiplica cuando
1 r
calculamos su valor presente, se denomina el factor de descuento.

De manera más general, si r es la tasa de interés anual, entonces el valor pre-


1
sente de una renta de  euros a percibir al cabo de un año es . Si la renta
1 r1
 se percibe al cabo de dos años, entonces su valor presente es . Igual-
(1  r )2 1
mente, si se percibe al cabo de t años, entonces su valor presente es .
(1  r )t
La tabla siguiente da el valor actualizado de 10.000 € futuros para dos tasas de
interés anual (10 y 20%) y tres años futuros. Observamos que el valor actuali-
zado de una renta futura se hace más pequeño cuanto más alta es la tasa de
interés y cuanto más tarde en el tiempo se percibe.

En conclusión, cuando agregamos rentas que percibiremos en el futuro, es ne-


cesario aplicar los factores de descuento adecuados con tal de evitar mezclar
churras con merinas.

Factor de Valor Factor de Valor


Número Cantidad
descuento presente descuento presente
de años futura
(r  0,10) (r  0,10) (r  0,20) (r  0,20)

1 1
1 10.000 €  0,9091 9.091 €  0,8333 8.333 €
1,1 1,2

1 1
2 10.000 €  0,8264 8.264 €  0,6944 6.944 €
(1,1)2 (1,2)2

1 1
3 10.000 €  0,7513 7.513 €  0,5787 5.787 €
(1,1)3 (1,2)3
© FUOC • PID_00244561 26 Las decisiones de comprar y vender

Resumen

En este módulo hemos analizado las decisiones óptimas de trabajo y de ahorro


del consumidor. Estas dos variables completan la estrategia optimizadora de
los individuos que estudiamos en el módulo anterior, en cuanto que permiten
determinar la renta que finalmente dispondrá este individuo para consumir
hoy o en un momento futuro.

La elección entre consumo y ahorro y entre consumo presente y consumo fu-


turo determina la riqueza o renta del individuo. En este módulo se ha incor-
porado el tiempo al análisis, como una dimensión inherente al consumo. Y es
que cualquier decisión de consumir se toma cogiendo como referencia un lap-
so temporal amplio dentro del cual se materializarán todas las elecciones del
consumidor. Esta nueva óptica del consumo queda descrita a partir de la deci-
sión entre consumo actual y futuro que hemos visto en este módulo.

El tiempo dedicado a trabajo tiene el salario como precio de referencia. El aho-


rro de los individuos se determina considerando la tasa de interés como precio
de referencia.
© FUOC • PID_00244561 27 Las decisiones de comprar y vender

Actividades

1. Isaac tiene que decidir cuánto tiempo destina a trabajar como vigilante nocturno. El tiem-
po total de que dispone son 50 horas semanales, que distribuye entre ocio (LL) y trabajo/con-
sumo (C).
1 1
Sus preferencias están representadas por una función de utilidad U (C, O)  C 2 O 2 . El precio
que cobra haciendo de vigilante es de 10 euros por hora trabajada. Calculad:

a) ¿Cuál es la cantidad de ocio y de trabajo/consumo semanal óptima de Isaac?


b) Si el tiempo disponible semanal pasa a ser de 40 horas y el precio por hora de trabajo es
de 12 euros, calculad la nueva elección óptima de Isaac.

2. Malena es una consumidora que toma decisiones de consumo correspondientes a dos pe-
riodos: el «presente», o periodo 1, y el «futuro» o periodo 2. Su objetivo es maximizar la uti-
lidad que deriva del consumo presente x1 y del consumo futuro x2. La función de utilidad de
Malena responde a la siguiente expresión: u(x1, x2) = x12x12. Su renta laboral presente es igual
a m1 = 200 y la pensión futura que cobrará será de m2 = 150. Supongamos que existe un mer-
cado crediticio que permite transferir renta entre periodos a una tasa de interés igual a r. Cal-
culad:

a) La restricción presupuestaria intertemporal de Malena.


b) Las funciones de demanda de los dos periodos (presente y futuro).
c) Si la tasa de interés es igual al 5 % (r = 0,05), ¿Malena ahorrará o consumirá toda su renta
presente?

Ejercicios de autoevaluación
1. El señor Urbano y su mujer viven, desde hace años, en un piso de su propiedad en un ba-
rrio que, últimamente, se ha puesto de moda, lo cual ha hecho subir los precios de compra
de todos los pisos en un 100%.
Esta pareja se queja: «¡con estos precios, nos vemos obligados a cambiar de barrio!» Sin em-
bargo, sus ingresos y los precios de las otras mercaderías no han cambiado. Al contestar a las
preguntas, se deben hacer explícitas las hipótesis adicionales.
a) Representad gráficamente el conjunto presupuestario de esta familia antes de que el barrio
se pusiera de moda.
b) Representad gráficamente su conjunto presupuestario después de que el barrio se pusiera
de moda.
c) ¿Es posible que esta pareja salga perdiendo con el cambio? Explicadlo.

2. Representad gráficamente el conjunto presupuestario y la curva de indiferencia que pasa


por el punto que ha elegido María Autárquica, de acuerdo con la información siguiente:
a) María no ahorra ni se endeuda, dadas las condiciones del mercado.
b) Si María pudiese conseguir para su ahorro la misma tasa de interés que paga por su endeu-
damiento, entonces ahorraría.
c) Si María pudiese conseguir por su endeudamiento la misma tasa de interés que recibe por
su ahorro, entonces se endeudaría.
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Solucionario

Actividades

1.
a) La elección óptima de Isaac es aquella que cumple la condición de tangencia, es decir,
aquella que hace que la relación marginal de sustitución (RMS) entre el consumo y el ocio
iguale el cociente de precios:
U
p 1
RMS(C , LL)  C  C  .
U pLL 10
LL

Notad que en esta situación, el precio del ocio corresponde al precio que deja de ganar si no
trabaja, que es igual al salario.

Además, tenemos que:


U
O
RMS(C , LL)  C  .
U LL
LL

Entonces, la condición de tangencia lleva a que: C  10 * LL.

Como la combinación tiene que pertenecer a la restricción presupuestaria, se tendrá que


cumplir:
10 * LL  C  50  10  500.

De aquí que la combinación óptima de Isaac sea igual a: LL*  25 y C *  250.

b) Si el precio por hora trabajada es de 12 euros y la cantidad de tiempo disponible para tra-
bajar es de 40 horas, se producirá un cambio tanto en la condición de tangencia anterior
como la restricción presupuestaria.

Así, ahora tenemos:


U
p 1
RMS(C , LL)  C  C  .
U pLL 12
LL

Dado que la RMS es igual a:


U
LL
RMS(C , LL)  C  .
U C
LL

podemos escribir: C  12 * LL.

La nueva restricción presupuestaria de Isaac es ahora igual a:

12 * LL  C  40  10  400.

De aquí que la nueva combinación óptima de Isaac sea igual a:

LL*  16,66 y C *  200.

2.
a) La definición de la restricción presupuestaria intertemporal exige pasar todos los valores
monetarios presentes al periodo futuro. Entonces tenemos que el total del importe que gasta
Malena tiene que ser igual al total del importe que recibe.

En el momento futuro, el valor del consumo presente es igual a (1 + r)x1 y el valor de la renta
presente es igual a (1 + r)m1. Por lo tanto, teniendo esto en cuenta, la restricción presupues-
taria intertemporal es igual a:

(1 + r)x1 + x2 = (1 + r)m1 + m2.


© FUOC • PID_00244561 29 Las decisiones de comprar y vender

b) La elección óptima entre consumo presente y consumo futuro de Malena responde al si-
guiente ejercicio de maximización:

Max u(x1, x2) = x12x22 tal que: (1 + r)x1 + x2 = (1 + r)m1 + m2.

Cualquier solución a este problema iguala la relación marginal de sustitución (RMS) con la
pendiente de la recta de balance:

UMg1( x1 , x2 ) x2
RMS  x1 , x2    .
UMg 2 ( x1 , x2 ) x1
x2 (1  r )
 ,
x1 1
es decir: x2 = (1 + r) x1.

Además, dado que la cesta óptima tiene que pertenecer a la restricción presupuestaria de Mal-
ena, podemos escribir:
(1 + r)x1 + (1 + r)x1 = (1 + r)m1 + m2.

Como sabemos que m1 = 200 y m2 = 150 obtenemos la función de demanda de consumo pre-
sente:
(1 + r)x1 + (1 + r)x1 = (1 + r) 200 + 150 = 350 + 200r = 2(1 + r)x1,
350  200r
x1  .
2(1  r )

A continuación, sabiendo que x2 = (1 + r)x1 podemos calcular la función de demanda del pe-
riodo futuro:

x2 
 350  200r 1  r    350  200r  .
2(1  r ) 2

c) Para responder a la cuestión planteada, tenemos que ver si se cumple la siguiente desigual-
dad:
x1 < m1, o lo que es lo mismo: x1 < 200.

En este caso, Malena ahorra. En caso contrario, la Malena desahorra si se da la desigualdad:

x1 > m1, o lo que es lo mismo: x1 > 200.

Dicho de otra forma, si la demanda del periodo presente es inferior a la renta de este periodo,
se está efectuando un ahorro positivo. El ahorro será negativo si la demanda supera la renta
corriente del presente.

Efectivamente, tenemos que:

350  200r 350  200 * 0,05


x1    171,4  200.
2(1  r ) 2(1  0,05)

Por lo tanto, Malena efectúa un ahorro positivo.

Ejercicios de autoevaluación

1.
a) Observad el gráfico 9.

• La mercadería 1 es la vivienda.
• La mercadería 2 la constituyen todos los demás bienes.
• La recta continua es la recta de balance antes del cambio del precio de la vivienda: el punto
 indica las dotaciones iniciales de la pareja, que es también el de su consumo antes del
cambio de precio.

b) La pendiente de la nueva recta de balance (discontinua) es ahora el doble de la de antes,


pero la nueva recta todavía pasa por el mismo punto de las dotaciones iniciales.

c) Esta pareja, si quiere, puede continuar consumiendo en el punto . Según cuáles sean sus
preferencias (que incluyen posibles indivisibilidades en el consumo de la vivienda), incluso
podrían conseguir una curva de indiferencia superior, en un punto como B: esto represen-
taría vender el piso y comprar uno más pequeño (o en otro barrio), y aumentar su consumo
de todos los demás bienes. En cualquier caso, ya en la situación de antes consumían sus do-
taciones iniciales de vivienda. Un cambio en el precio de la vivienda no puede perjudicarlos.
© FUOC • PID_00244561 30 Las decisiones de comprar y vender

Gráfico 9

2. Según los datos del problema, es obvio que la tasa de interés que pagaría si se endeudase
sería más alta que la tasa de interés que percibiría si ahorrase. Observad el gráfico 10. A la
derecha del punto de las dotaciones iniciales, que corresponde a situaciones de préstamo, su-
cede lo siguiente:

• La recta de balance es continua.


• El valor absoluto de su pendiente es 1 + rDEUD, mayor que el de la izquierda del punto de las
dotaciones iniciales, 1 + rAHOR que corresponde a situaciones de ahorro (recta punteada).

1) El punto elegido es precisamente , en el cual María no ahorra ni se endeuda.

2) Si María pudiese conseguir con su ahorro la misma tasa de interés que paga por su endeu-
damiento, entonces su recta de balance sería la que pasa por los puntos A,  y B, y ahorra-
ría, si eligiera un punto como E.

3) Si María pudiese conseguir con su endeudamiento la misma tasa de interés que recibe por
su ahorro, entonces su recta de balance sería la que pasa por los puntos A,  y M, y enton-
ces se endeudaría si eligiese un punto como M.

Gráfico 10

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