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TRABAJO
PROYECTO FINAL
GENERAL
ESPECÍFICOS
¿Y qué pasa con esas personas corpulentas que incluso comiendo poco van
engordando? ¿Por qué una persona de su mismo peso que haga algo de deporte
puede comer mucho más sin que esa comida extra se transforme en kilos bajo el
cinturón?, por el metabolismo, al que a menudo injustamente se le acusa de tantas
alteraciones en la línea.
Pongamos el ejemplo de dos hombres de 80 kg. Los dos pesan lo mismo, pero
uno hace ejercicio con regularidad y el otro lleva una vida sedentaria.
El metabolismo no es igual en todas las personas, las personas con una vida
sedentaria y un desequilibrio alimentario tienden a tener el metabolismo mas lento
por lo que acumulan mas cantidad de grasa en el cuerpo, en un atleta o una
persona que haga ejercicios por lo menos tres veces a la semana con una dieta
equilibrada y saludable su metabolismo es mas rapido por lo que cumulan menos
grasas y tienen un cuerpo y vida mas sana.
El cuerpo responde al ejercicio con el esfuerzo coordinado de varios sistemas,
incluyendo los músculos, el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos, la piel,
el cerebro y algunos otros más. Cuando hacemos ejercicio las diferentes partes
del cuerpo trabajan de la siguiente manera:
Los músculos brindan la fuerza, la potencia y la resistencia necesarias para
hacer el ejercicio.
Las enzimas de los músculos movilizan varios combustibles para fabricar el
ATP necesario que abastece las demandas de los músculos en
movimiento.
El corazón y los vasos sanguíneos transportan más oxígeno a
los músculos.
Los pulmones aumentan la frecuencia respiratoria para permitir que llegue
más oxígeno a los músculos.
Todos estos sistemas pueden mejorar su funcionamiento gracias al
entrenamiento. Y la falta de uso genera su atrofia.
Comparemos a un individuo sedentario con un atleta entrenado. El sedentario
tiene los siguientes problemas:
Músculos débiles o atrofiados
Músculos cardíacos débiles o atrofiados
Disminución de las enzimas metabólicas de los músculos
Capacidad pulmonar disminuida
Combustibles metabólicos incorrectos
Si no se utilizan los músculos con regularidad, disminuye la masa muscular. Y las
proteínas y las fibras de los músculos que desarrollan la fuerza también
disminuyen. Como resultado de ello, el individuo sedentario no puede generar la
fuerza necesaria para completar una maratón.
Y no hay que olvidar que el corazón también es un músculo y se adapta a las
situaciones de menor actividad perdiendo masa muscular. Aunque esto no afecta
a los individuos sedentarios a la hora de bombear sangre a los tejidos, limita su
capacidad para aumentar el flujo sanguíneo durante el ejercicio. Dicho de otra
manera, el corazón no es capaz de estirarse lo suficiente para desarrollar la
presión necesaria que se necesita para aumentar el rendimiento cardíaco. Es por
ello que los médicos recomiendan realizar actividad física regular con el objetivo
de mantener el corazón en forma.
Las enzimas involucradas en los procesos metabólicos anaeróbicos (sin oxígeno)
y los aeróbicos (con oxígeno) ayudan a brindar energía a los músculos en
movimiento. En el caso de las personas sedentarias, los niveles de estas enzimas
disminuyen. Y en consecuencia, el cuerpo de las personas inactivas tampoco
puede metabolizar las fuentes de energía.
Finalmente, la energía utilizada por el cuerpo durante el ejercicio proviene
principalmente de los carbohidratos (glucosa y glucógeno de los músculos) y de
algunas grasas. Sin embargo, las personas sedentarias tienen mayor cantidad de
grasas y, probablemente, muy poco glucógeno. Y evidentemente, cuesta más
utilizar las grasas como energía que el glucógeno. Esto significa que la
transformación de la grasa puede no realizarse a tiempo frente a las demandas de
los músculos en actividad.
Todos estos factores combinados limitan la capacidad de los individuos inactivos
para realizar ejercicio. La buena noticia es que siguiendo un programa de
ejercicios moderado, incluso los más sedentarios pueden mejorar su estado físico
y la respuesta de su cuerpo frente al ejercicio. ¡Al menos para correr unos diez
kilómetros!
Utilización de los sustratos
El elevado nivel de producción de energía aeróbica en el fútbol y la acusada
movilización de energía anaeróbica durante ciertos períodos del partido favorecen
el consumo de grandes cantidades de sustratos. Durante el transcurso de un
partido suele aparecer una ligera hiperglucemia en sangre, y sólo en muy raras
ocasiones aparecen casos de hipoglucemia, por lo que podemos concluir que el
hígado libera la suficiente cantidad de glucosa como para mantener sus niveles
elevados durante todo el partido.
SALTIN (1973) observó que la cantidad de glucógeno muscular era de 96
mmoles/kg antes del partido, de 32 mmoles/kg en el descanso y de 9 mmoles/kg
al finalizar el encuentro. Si se realizaba el día antes del partido un esfuerzo intenso
que disminuyera los niveles de glucógeno, se podía observar que, al terminar la
primera parte, estos niveles estaban prácticamente bajo mínimos.
BANGSBO (1994) encontró que la concentración de ácidos grasos en sangre
aumenta durante un partido de competición y más durante el segundo tiempo. En
ese mismo estudio comentó que el papel de las proteínas en el metabolismo del
fútbol no está muy claro, pues la oxidación de las proteínas (en estudios de
ejercicios continuos cuya media de intensidad y duración son similares al fútbol)
puede llegar a contribuir tan poco como el 10 % de la producción total de energía.
Consumo de oxígeno
Han sido muy numerosos los intentos de conocer la aportación del metabolismo
aeróbico a la producción total de energía en el fútbol mediante el análisis del
consumo de oxígeno (VO2) aunque hoy por hoy (y a pesar de que se dispone de la
telemetría) sus conclusiones no son aún del todo fiables.
RODRÍGUEZ, F. A. (1996) estudió el VO 2 max. en futbolistas profesionales
obteniendo un rango de 54 a 70 ml/kg./min. (59,73 ml/kg./min. de media) similar al
encontrado por REILLY (1990) y BANGSBO (1994) (55-70 ml/kg./min.).
ASTRAND y RODAHL (1986) registraron una media de 58,6 ml/kg./min.
EKBLOM (1986) obtuvo valores superiores (61 ml/kg./min.) coincidentes con los
encontrados por WHITERS (1977) (62 ml/kg./min.), NOWACKI (1988) (62
ml/kg./min. la selección nacional alemana y 58,3 ml/kg./min. la selección nacional
austriaca).
Algunos estudios (SMAROS (1980), VAN GOOL (1988) y BANGSBO (1992)) han
encontrado correlación entre el VO 2 max. y la distancia recorrida durante un
encuentro.
Además, mediante la determinación de la F. C. podremos conocer
indirectamente el VO2 y por lo tanto la producción de energía aeróbica. Aún así,
debemos procurar evitarlo pues la F. C. suele encontrarse a menudo sobrestimada
(estrés emocional, etc.). Además en las acciones breves y muy intensas
(explosivas) que caracterizan el fútbol no existe linealidad entre la F.C. y el VO 2.
Se puede apreciar a lo largo de una temporada, cuando un jugador cae lesionado
durante varias semanas, un descenso significativo en pruebas de resistencia, pero
no en el VO2 max. Esto posiblemente muestre que el VO2 max. no es determinante
en el fútbol, aunque sea muy interesante conocer a que tanto por ciento de ese
VO2 max. el futbolista tiene su umbral anaeróbico y cuanto tiempo emplea en
alcanzarlo y/o en mantenerlo.
RODRÍGUEZ, F. A. (1996) encontró (mediante la utilización de un método
directo: el analizador de gases portátil K2) valores próximos al 64 % del VO 2 máx.
durante el transcurso de un partido.
KARPMAN elaboró una tabla en la que se reflejan los niveles necesarios de
VO2 para los futbolistas profesionales en relación con su peso.
Temperatura rectal
BANGSBO (1994) encontró valores medios de 39,5º C y nunca inferiores a 39º
C (ANDERSSON (1983)). Estas temperaturas equivalen a un 70-80 % del
VO2 max., teniendo en cuenta que los fluidos perdidos durante el partido elevan la
temperatura corporal sin producirse un incremento en el consumo energético.
Frecuencia cardiaca
a. Frecuencia cardiaca Media
DEROANNE (1971) observó valores cercanos a 170 p.p.m. Estos resultados
fueron confirmados por AGNEVIK (1970), EKBLOM (1986), VANKERSSCHAVER
(1989) VANGOOL (1989), sin embargo BRUYN-PREVOST y THILLENS (1982)
obtuvieron 162 p.p.m.
PIRNAY (1993) consideró que la F.C. media durante un partido alcanza valores
próximos a 167 ± 3,9 p.p.m. Disminuye en el segundo tiempo 2,3 p.p.m. de media.
Además el 90% del tiempo, la F.C. es inferior a 170 p.p.m.
JIMÉNEZ (1993) consideró (en juveniles) que durante un partido, incluyendo al
portero, era de 160 p.p.m. (81%) y de 161 (82,25%) si excluimos al guardameta.
GARCÍA OCAÑA (1993) encontró que la F.C. en los porteros oscilaba alrededor
de las 130 p.p.m. (en la 1ª parte 131 p.p.m. y en la 2ª parte 121 p.p.m.). Además
observó la diferencia entre acciones técnicas ofensivas y defensivas.
Frecuencia cardiaca Máxima y Mínima
GONZÁLEZ CABRERO (1996) determinó que la F.C. máx. es 184,94 ± 8,16 de
media. CASTELLANO (1997) obtuvo valores cercanos a 190, 13 ± 4,22, muy
similares a los encontrados por CAZORLA (1991).
NOGUÉS MARTÍNEZ (1996) encontró que la F.C. máx. era de 202 p.p.m.
PIRNAY (1993) observó que durante el transcurso de un partido la F.C.
evolucionaba de la siguiente forma:
Metodología para la obtención de la Frecuencia cardiaca
Podremos conocer la intensidad de esfuerzo del futbolista mediante:
La F.C. basal: Medimos las pulsaciones al levantarnos durante varios días y
hacemos la media.
La F.C. máxima: Mediante un test máximo (Conconi, Bruce, etc.).
La F.C. en cualquier momento: Mediante la utilización de pulsómetros.
La F.C. en el umbral anaeróbico: Mediante el test de Conconi.
Creatina.
La creatinina es el resultado final de la degradación de la creatina, la cual es una
molécula sumamente importante en la generación de energía ya que puede ser
transformada en ATP.
Los valores normales de creatinina en un adulto hombre sano es de 0,5 a 1,5
mg/decilitro y en las mujeres adultas sanas los valores son de 0.5 a 1,2
mg/decilitro, este examen al igual que los anteriores se hace por medio de una
muestra de sangre, en medicina general esta prueba más bien hace referencia a
posibles problemas de orden renal pero en el campo deportivo, un nivel elevado
de creatinina, puede mostrarnos la regulación hídrica corporal.
Al igual que el nitrógeno ureico, esta prueba nos indica el estado de la función
renal de los deportistas, y se recomienda hacerla en aquellos que sus niveles de
urea son constantemente elevados.
CONCLUSIONES
- El fútbol, un deporte que se ve sencillo, que todo el mundo comenta y es
tema obligado en muchas familias de nuestro país. Provoca discusiones,
genera lazos, aumenta el ritmo cardiaco y muchas veces te alegra o
entristece una semana. Sin embargo, en este deporte colectivo, se
necesitan conocer ciertas cosas para entender más el comportamiento
fisiológico del jugador, es decir, como se comporta nuestro cuerpo ante
las exigencias del alto rendimiento.
https://dra-daris-g-c-medico-nutriologo.webnode.es/news/metabolismo-
comparacion-de-una-persona-con-vida-sedentaria-y-otra-que-haga-ejercicios-/
https://www.efdeportes.com/efd102/carga.htm
https://barcainnovationhub.com/es/evaluacion-de-la-carga-interna-en-el-futbol-de-
la-teoria-a-la-practica/
https://www.eseaene.cl/sitio/03/04/2014/sistemas-energeticos-y-su-funcion-en-el-
futbol/
https://archivosdemedicinadeldeporte.com/articulos/upload/rev02_marques.pdf
http://rubensvalenzuela.com/web/articulos/el-control-bioquimico-en-el-futbol/