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UNIVERSIDAD GALILEO

LICENCIATURA EN DEPORTES Y DESARROLLO HUMANO


ONCEAVO TRIMESTRE
BIOQUIMICA II
MSC. GUISELA JEANETTE SIERRA ORIZABAL

TRABAJO
PROYECTO FINAL

HENRY ESTUARDO ORTIZ CASTAÑEDA 14005871

QUETZALTENANGO 09 DE SEPTIEMBRE 2021


OBJETIVOS

GENERAL

 Determinar las particularidades metabólicas de un futbolista como los


cambios bioquímicos que sufre atraves de la práctica deportiva.

ESPECÍFICOS

1. Detallar las particularidades metabólicas de un futbolista.

2. Identificar los cambios bioquímicos.

3. Especificar consecuencias que pueden por una mala supercompesacion.


INTRODUCCION
El fútbol es un deporte colectivo, de colaboración-oposición, con una solicitación
energética de tipo mixto intermitente (aeróbica-anaeróbica), una solicitación
muscular general dinámica alta y una solicitación estática baja-moderada. Se
identifica con un tipo de esfuerzo fraccionado e interválico con pausas de
recuperación incompletas activas y pasivas de duración variable.

El corazón, debido a las características de este deporte es probablemente el


órgano que más se solicita durante su práctica, teniendo que realizar un gran
trabajo cardiovascular.

Actualmente en el mundo del rendimiento se está produciendo una constante


transformación y evolución, debido en gran medida a los trabajos de investigación
de las diferentes modalidades deportivas, y a las ayudas de otras ciencias para
mejorar el rendimiento deportivo, que nos permiten conocer mejor lo que ocurre en
las situaciones de juego desde diferentes puntos de vista: técnica, táctica,
psicológica y físicamente. Cada día se intenta saber con más precisión lo que
ocurre en todas las situaciones de juego para realizar un posterior análisis e
intentar mejorar cualitativa o cuantitativamente en esa acción.

En un deporte que levanta pasiones, donde 22 futbolistas se lo juegan todo en 90


minutos, la dieta cumple un papel vital. Conoce qué comen y qué beben los
jugadores antes, durante y después de los partidos de fútbol.






Cómo funciona el metabolismo de un deportista
Gastas energía, por tanto, tienes que reponerla por medio de la alimentación para
llegar a un balance correcto. La ecuación es sencilla: si gastas más de lo que
ingieres, pierdes peso; si el gasto y la ingesta están equilibrados te mantienes y
si el gasto es menor que el aporte ganas peso.

¿Y qué pasa con esas personas corpulentas que incluso comiendo poco van
engordando? ¿Por qué una persona de su mismo peso que haga algo de deporte
puede comer mucho más sin que esa comida extra se transforme en kilos bajo el
cinturón?, por el metabolismo, al que a menudo injustamente se le acusa de tantas
alteraciones en la línea.

El metabolismo, o mejor nos referimos al gasto metabólico, depende en gran


medida de la composición corporal de la persona y de su grado de actividad. Al
hacer deporte aumenta el gasto energético, eso está claro, pero además del gasto
durante la actividad hay un efecto metabólico a tener muy en cuenta, que es la
activación posterior, durante varias horas.

Los cuerpos tienen un consumo mayor de lo normal incluso después de acabada


la actividad física. Depende del tipo de actividad, duración, intensidad... Además,
el ejercicio va cambiando la composición corporal, de forma que se gana músculo
y se pierde grasa de reserva. Este cambio, aparte de resultar en un mayor tono y
una ganancia de fuerza, hace que el gasto se vea aumentado durante todo el día.

Pongamos el ejemplo de dos hombres de 80 kg. Los dos pesan lo mismo, pero
uno hace ejercicio con regularidad y el otro lleva una vida sedentaria.

 El deportista tiene 29 kg de músculo frente a los 22 del sedentario


 En proporción viene a ser aproximadamente un 38% del peso corporal total en
el caso de los deportistas, y un 30% en el caso de las personas que no hacen
ejercicio.
 Por esa razón y aún teniendo el mismo peso, el deportista gasta 2.100 kcal por
día mientras que el sedentario consume sólo 1.600.
Por eso hay personas, casi siempre poco activas, propicias a ganar peso aunque
tomen poca comida, ya que en seguida sobrepasan la cantidad diaria de calorías
que su cuerpo necesita para vivir. Basta con hacer deporte diariamente para
revertir esos porcentajes y aumentar la cantidad de músculo, lo que a la larga nos
hará mantenernos jóvenes por mucho más tiempo.

Metabolismo comparación de una persona con vida sedentaria y


otra que haga ejercicios.

El metabolismo no es igual en todas las personas, las personas con una vida
sedentaria y un desequilibrio alimentario tienden a tener el metabolismo mas lento
por lo que acumulan mas cantidad de grasa en el cuerpo, en un atleta o una
persona que haga ejercicios por lo menos tres veces a la semana con una dieta
equilibrada y saludable su metabolismo es mas rapido por lo que cumulan menos
grasas y tienen un cuerpo y vida mas sana.
El cuerpo responde al ejercicio con el esfuerzo coordinado de varios sistemas,
incluyendo los músculos, el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos, la piel,
el cerebro y algunos otros más. Cuando hacemos ejercicio las diferentes partes
del cuerpo trabajan de la siguiente manera:
 Los músculos brindan la fuerza, la potencia y la resistencia necesarias para
hacer el ejercicio.
 Las enzimas de los músculos movilizan varios combustibles para fabricar el
ATP necesario que abastece las demandas de los músculos en     
movimiento.
 El corazón y los vasos sanguíneos transportan más oxígeno a
los músculos.
 Los pulmones aumentan la frecuencia respiratoria para permitir que llegue
más oxígeno a los músculos.
Todos estos sistemas pueden mejorar su funcionamiento gracias al
entrenamiento. Y la falta de uso genera su atrofia.
Comparemos a un individuo sedentario con un atleta entrenado. El sedentario
tiene los siguientes problemas:
 Músculos débiles o atrofiados
 Músculos cardíacos débiles o atrofiados
 Disminución de las enzimas metabólicas de los músculos
 Capacidad pulmonar disminuida
 Combustibles metabólicos incorrectos
Si no se utilizan los músculos con regularidad, disminuye la masa muscular. Y las
proteínas y las fibras de los músculos que desarrollan la fuerza también
disminuyen. Como resultado de ello, el individuo sedentario no puede generar la
fuerza necesaria para completar una maratón.
Y no hay que olvidar que el corazón también es un músculo y se adapta a las
situaciones de menor actividad perdiendo masa muscular. Aunque esto no afecta
a los individuos sedentarios a la hora de bombear sangre a los tejidos, limita su
capacidad para aumentar el flujo sanguíneo durante el ejercicio. Dicho de otra
manera, el corazón no es capaz de estirarse lo suficiente para desarrollar la
presión necesaria que se necesita para aumentar el rendimiento cardíaco. Es por
ello que los médicos recomiendan realizar actividad física regular con el objetivo
de mantener el corazón en forma.
Las enzimas involucradas en los procesos metabólicos anaeróbicos (sin oxígeno)
y los aeróbicos (con oxígeno) ayudan a brindar energía a los músculos en
movimiento. En el caso de las personas sedentarias, los niveles de estas enzimas
disminuyen. Y en consecuencia, el cuerpo de las personas inactivas tampoco
puede metabolizar las fuentes de energía.
Finalmente, la energía utilizada por el cuerpo durante el ejercicio proviene
principalmente de los carbohidratos (glucosa y glucógeno de los músculos) y de
algunas grasas. Sin embargo, las personas sedentarias tienen mayor cantidad de
grasas y, probablemente, muy poco glucógeno. Y evidentemente, cuesta más
utilizar las grasas como energía que el glucógeno. Esto significa que la
transformación de la grasa puede no realizarse a tiempo frente a las demandas de
los músculos en actividad.
Todos estos factores combinados limitan la capacidad de los individuos inactivos
para realizar ejercicio. La buena noticia es que siguiendo un programa de
ejercicios moderado, incluso los más sedentarios pueden mejorar su estado físico
y la respuesta de su cuerpo frente al ejercicio. ¡Al menos para correr unos diez
kilómetros!
Utilización de los sustratos
    El elevado nivel de producción de energía aeróbica en el fútbol y la acusada
movilización de energía anaeróbica durante ciertos períodos del partido favorecen
el consumo de grandes cantidades de sustratos. Durante el transcurso de un
partido suele aparecer una ligera hiperglucemia en sangre, y sólo en muy raras
ocasiones aparecen casos de hipoglucemia, por lo que podemos concluir que el
hígado libera la suficiente cantidad de glucosa como para mantener sus niveles
elevados durante todo el partido.
    SALTIN (1973) observó que la cantidad de glucógeno muscular era de 96
mmoles/kg antes del partido, de 32 mmoles/kg en el descanso y de 9 mmoles/kg
al finalizar el encuentro. Si se realizaba el día antes del partido un esfuerzo intenso
que disminuyera los niveles de glucógeno, se podía observar que, al terminar la
primera parte, estos niveles estaban prácticamente bajo mínimos.
    BANGSBO (1994) encontró que la concentración de ácidos grasos en sangre
aumenta durante un partido de competición y más durante el segundo tiempo. En
ese mismo estudio comentó que el papel de las proteínas en el metabolismo del
fútbol no está muy claro, pues la oxidación de las proteínas (en estudios de
ejercicios continuos cuya media de intensidad y duración son similares al fútbol)
puede llegar a contribuir tan poco como el 10 % de la producción total de energía.

Gasto energético y valoración metabólica


    En relación con la actividad metabólica, DAL MONTE (1975) considera que el
requerimiento de la fuerza y actividad muscular es de tipo medio. Además,
comenta que, por sus características técnicas de fases irregulares en la carrera,
cambios de velocidad y ritmo le confiere un consumo metabólico alternante.
    PIRNAY (1993) consideró que el jugador de fútbol realiza gran cantidad de
desplazamientos en resistencia donde la energía es suministrada por el
sistema aeróbico. Añadiéndose numerosos esfuerzos cortos e intensos con
participación del metabolismo anaeróbico aláctico mientras que la solicitación del
glucólisis anaeróbico es rara. Además, piensa que el 90% del tiempo es empleado
en actividades inferiores al umbral anaeróbico. Los ejercicios de resistencia de
baja intensidad y prolongados durante un largo período de tiempo consumen
oxígeno en el metabolismo aeróbico y las contracciones más potentes, rápidas y
breves de los sprints y los saltos requieren del metabolismo anaeróbico aláctico.
Los esfuerzos intermedios (de un minuto de duración aproximadamente) activan la
glucólisis anaeróbica láctica. La utilización de las tres vías en el transcurso de un
partido no queda clara aunque será fundamental conocer su incidencia para poder
programar el entrenamiento y mejorar la condición física de los jugadores.
    JIMÉNEZ (1993) también consideró (en juveniles) que el fútbol es un deporte de
marcado predominio aeróbico situando la F.C. media en valores próximos al
umbral anaeróbico y que el tiempo, considerando al portero, es en condiciones
aeróbicas de 79,75% y en anaeróbicas de 20,25% y de 78% y 22% sin tener en
cuenta al guardameta. Aún así, considera que en los puestos de carrilero y lateral,
la participación anaeróbica láctica es importante lo que debe tenerse en cuenta de
cara a los entrenamientos. El puesto de medio centro también tiene una clara
significación anaeróbica, aunque en este caso no parece prioritario el trabajo de la
potencia aeróbica. El puesto de medio centro defensivo parece el más
específicamente aeróbico. En los puestos de media punta, punta y portero existe
una participación acusada del metabolismo anaeróbico aláctico, por lo que
interesa trabajar la fuerza explosiva y la velocidad de reacción. En general se
aprecian disminuciones del ritmo en el segundo tiempo (la F.C. media desciende
un 5% y la participación anaeróbica láctica un 20%) lo que puede significar
carencias en el entrenamiento.
    Otros autores consideran que el metabolismo predominante en el fútbol es
fundamentalmente anaeróbico láctico, empleándose, como consecuencia de ello,
la resistencia anaeróbica, ya que los esfuerzos realizados son en su mayoría de
intensidad submáxima o máxima. Por otro lado, también aparecen otros esfuerzos
de menor intensidad o de reposo, de muy poca duración y que no suelen permitir
una recuperación total, intercalados entre los anteriores. FOX (1988) piensa que
en el fútbol existe un 70% de requerimientos no oxidativos y un 30% oxidativos.
    Para GONZÁLEZ CABRERO (1996) la potencia aeróbica se sitúa en una zona
media con relación a otras modalidades deportivas, alcanzando intensidades de
trabajo próximas al umbral anaeróbico (F.C. entre 158 y 170 pulsaciones por
minuto), especialmente observable en centrocampistas y defensas.

Consumo de oxígeno
    Han sido muy numerosos los intentos de conocer la aportación del metabolismo
aeróbico a la producción total de energía en el fútbol mediante el análisis del
consumo de oxígeno (VO2) aunque hoy por hoy (y a pesar de que se dispone de la
telemetría) sus conclusiones no son aún del todo fiables.
    RODRÍGUEZ, F. A. (1996) estudió el VO 2 max. en futbolistas profesionales
obteniendo un rango de 54 a 70 ml/kg./min. (59,73 ml/kg./min. de media) similar al
encontrado por REILLY (1990) y BANGSBO (1994) (55-70 ml/kg./min.).
    ASTRAND y RODAHL (1986) registraron una media de 58,6 ml/kg./min.
EKBLOM (1986) obtuvo valores superiores (61 ml/kg./min.) coincidentes con los
encontrados por WHITERS (1977) (62 ml/kg./min.), NOWACKI (1988) (62
ml/kg./min. la selección nacional alemana y 58,3 ml/kg./min. la selección nacional
austriaca).
 Algunos estudios (SMAROS (1980), VAN GOOL (1988) y BANGSBO (1992)) han
encontrado correlación entre el VO 2 max. y la distancia recorrida durante un
encuentro.
    Además, mediante la determinación de la F. C. podremos conocer
indirectamente el VO2 y por lo tanto la producción de energía aeróbica. Aún así,
debemos procurar evitarlo pues la F. C. suele encontrarse a menudo sobrestimada
(estrés emocional, etc.). Además en las acciones breves y muy intensas
(explosivas) que caracterizan el fútbol no existe linealidad entre la F.C. y el VO 2.
Se puede apreciar a lo largo de una temporada, cuando un jugador cae lesionado
durante varias semanas, un descenso significativo en pruebas de resistencia, pero
no en el VO2 max. Esto posiblemente muestre que el VO2 max. no es determinante
en el fútbol, aunque sea muy interesante conocer a que tanto por ciento de ese
VO2 max. el futbolista tiene su umbral anaeróbico y cuanto tiempo emplea en
alcanzarlo y/o en mantenerlo.
    RODRÍGUEZ, F. A. (1996) encontró (mediante la utilización de un método
directo: el analizador de gases portátil K2) valores próximos al 64 % del VO 2 máx.
durante el transcurso de un partido.
    KARPMAN elaboró una tabla en la que se reflejan los niveles necesarios de
VO2 para los futbolistas profesionales en relación con su peso.
Temperatura rectal
    BANGSBO (1994) encontró valores medios de 39,5º C y nunca inferiores a 39º
C (ANDERSSON (1983)). Estas temperaturas equivalen a un 70-80 % del
VO2 max., teniendo en cuenta que los fluidos perdidos durante el partido elevan la
temperatura corporal sin producirse un incremento en el consumo energético.

Frecuencia cardiaca
a. Frecuencia cardiaca Media
    DEROANNE (1971) observó valores cercanos a 170 p.p.m. Estos resultados
fueron confirmados por AGNEVIK (1970), EKBLOM (1986), VANKERSSCHAVER
(1989) VANGOOL (1989), sin embargo BRUYN-PREVOST y THILLENS (1982)
obtuvieron 162 p.p.m.
    PIRNAY (1993) consideró que la F.C. media durante un partido alcanza valores
próximos a 167 ± 3,9 p.p.m. Disminuye en el segundo tiempo 2,3 p.p.m. de media.
Además el 90% del tiempo, la F.C. es inferior a 170 p.p.m.
    JIMÉNEZ (1993) consideró (en juveniles) que durante un partido, incluyendo al
portero, era de 160 p.p.m. (81%) y de 161 (82,25%) si excluimos al guardameta.
    GARCÍA OCAÑA (1993) encontró que la F.C. en los porteros oscilaba alrededor
de las 130 p.p.m. (en la 1ª parte 131 p.p.m. y en la 2ª parte 121 p.p.m.). Además
observó la diferencia entre acciones técnicas ofensivas y defensivas.
Frecuencia cardiaca Máxima y Mínima
    GONZÁLEZ CABRERO (1996) determinó que la F.C. máx. es 184,94 ± 8,16 de
media. CASTELLANO (1997) obtuvo valores cercanos a 190, 13 ± 4,22, muy
similares a los encontrados por CAZORLA (1991).
    NOGUÉS MARTÍNEZ (1996) encontró que la F.C. máx. era de 202 p.p.m.
    PIRNAY (1993) observó que durante el transcurso de un partido la F.C.
evolucionaba de la siguiente forma:
Metodología para la obtención de la Frecuencia cardiaca
    Podremos conocer la intensidad de esfuerzo del futbolista mediante:
La F.C. basal: Medimos las pulsaciones al levantarnos durante varios días y
hacemos la media.
La F.C. máxima: Mediante un test máximo (Conconi, Bruce, etc.).
La F.C. en cualquier momento: Mediante la utilización de pulsómetros.
La F.C. en el umbral anaeróbico: Mediante el test de Conconi.

evaluación de la carga interna en el fútbol: de la teoría a la


práctica
La evolución del deporte de élite expone a los jugadores a cargas de
entrenamiento cada vez más altas, calendarios de competición saturados y
periodos de descanso más cortos. Esto provoca que los equipos se nutran de los
últimos avances tecnológicos y científicos en el campo del deporte y la medicina
en su afán por reducir el riesgo de lesión sin menoscabar el rendimiento.
La monitorización de la carga de trabajo (TL, por sus siglas en inglés) se ha
convertido en una piedra angular sobre la que planificar y periodizar los
entrenamientos, optimizar la forma física, y evitar el riesgo de lesiones. La TL se
suele categorizar como externa o interna, definidas respectivamente como el
trabajo condicionado realizado por el deportista (ej. distancia recorrida, número de
aceleraciones) y la respuesta fisiológica asociada (ej. percepción subjetiva del
esfuerzo, frecuencia cardiaca, concentración de lactato).
En 2016 se publicó un estudio que analizaba las principales variables utilizadas
por diferentes equipos profesionales de fútbol para monitorizar la carga de
entrenamiento (Akenhead & Nassis, 2016). Las variables más usadas para
cuantificar la carga externa e interna eran, respectivamente, las derivadas del
posicionamiento global (GPS) y la escala de esfuerzo percibido (RPE).
El RPE se ha erigido en una herramienta precisa y de fácil uso, ya que los
deportistas únicamente tienen que valorar subjetivamente la intensidad de la
sesión que acaban de realizar (con valores que van desde el 1 [reposo] hasta el
10 [esfuerzo máximo]). La monitorización de la carga interna a través del RPE
(RPE x minutos de entrenamiento) ha demostrado ser un instrumento válido para
reducir el riesgo de lesión y optimizar el rendimiento. Por ejemplo, en un estudio
publicado en jugadores de rugby se observó que mayores cargas de trabajo se
asociaron con un mayor riesgo de lesión (Gabbett, 2004).
La percepción física del esfuerzo es el resultado de la interacción de múltiples
factores:
 Biológicos: hormonas, concentración de neurotransmisores, nivel de
sustrato energético (p.e., glucógeno), etc.
 Externos: ambiente, espectadores.
 Estado psicológico: experiencias previas, estrés, etc.
Por ello, como explica Xavier Franquesa, preparador físico del Juvenil B de la
sección de fútbol del FC Barcelona: “Debido a su carácter multifactorial y a pesar
de ser un valor de fácil manejo, el uso del RPE requiere de una necesaria labor
pedagógica”. De hecho, las categorías inferiores de fútbol del FC Barcelona
comienzan a trabajar con esta herramienta desde Cadetes, dejándoles claro a los
jugadores que el valor reportado es individual y no condicionará una posible
alineación. “El dato se usa únicamente para el análisis de rendimiento y valoración
médica. Lo maneja el preparador físico y lo analiza y relaciona con los datos de
carga externa con el objetivo de valorar posibles asincronías entre carga externa e
interna”, afirma Marc Guitart, preparador físico del Barça B.
La metodología de trabajo entre las distintas categorías es la misma. Los
jugadores nada más llegar a las instalaciones y antes de entrenar, rellenan un
cuestionario de calidad del sueño, dolor muscular y fatiga en una aplicación móvil
(eKeep, en las categorías inferiores y FCB Team en el Barça B). Estos parámetros
son analizados por preparadores físicos, médicos y fisioterapeutas junto con los
datos obtenidos en la sesión del día anterior para valorar si es necesario realizar
posibles modificaciones individuales de la carga de entrenamiento propuesta para
ese día. Nada más terminar la sesión, los jugadores disponen de una ventana de
media hora para valorar el esfuerzo percibido en ese entrenamiento. Estos datos
se analizan junto con los valores de GPS y se busca una correlación entre carga
interna y externa. Si hay jugadores que presentan una relación inversa entre cada
una de ellas (ej. carga externa baja y carga interna alta), se estudian los valores
previos obtenidos por el jugador con el objetivo de descartar “falsas alarmas” o
valorar posibles pautas de actuación para revertir el estado.

Sistemas Energéticos y su función en el fútbol


El fútbol, un deporte que se ve sencillo, que todo el mundo comenta y es tema
obligado en muchas familias de nuestro país. Provoca discusiones, genera lazos,
aumenta el ritmo cardiaco y muchas veces te alegra o entristece una semana. Sin
embargo, en este deporte colectivo, se necesitan conocer ciertas cosas para
entender más el comportamiento fisiológico del jugador, es decir, como se
comporta nuestro cuerpo ante las exigencias del alto rendimiento.
Muchas veces los hinchas, producto de un mal juego o campaña, gritamos
eufóricos contra ciertos jugadores, las exclamaciones más frecuentes son “Corre
más rápido”, “Ya está cansado”, “No corren nada estos jugadores” “Mójenla”. Pese
a que parece sencillo, no es tan así. Es necesario entender el porqué del
agotamiento de los jugadores. Y aquí, nuevamente el preparador físico toma
mucha relevancia.
Cada actividad física necesita de energía para realizarse, pero el cuerpo de
¿dónde saca esta energía?. Existen 3 sistemas energéticos en nuestro cuerpo,
estos son los encargados, de proveer de energía de nuestro cuerpo. Los sistemas
energéticos son:
 Sistema ATP-CP
 Sistema Glucolitico
 Sistema Oxidativo.
Hay que mencionar, que la energía se expresa en ATP (Adenosintrifosfato), por lo
cual cada sistema produce esta molécula energética, lo que se diferencia en estos
sistemas, es la cantidad de tiempo que duran en acción.
Cada sistema energético cumple funciones específicas, todos actúan al mismo
tiempo, sin embargo, siempre hay uno que predomina. Sin ellos, no podríamos
realizar las actividades cotidianas, ni mucho menos jugar fútbol profesional.
El sistema ATP-CP, es el más simple de todos, y es el que se activa cuando la
intensidad del ejercicio es muy alta y de corta duración. Su duración está entre 4 y
15 segundos, y según varios autores, los tiempos de recuperación de este van
entre los 4-5 minutos. Si esto lo llevamos al fútbol, sería un pique de 50 metros, a
máxima velocidad. Por esta razón, los jugadores no pueden estar todo el tiempo
realizando movimientos explosivos, y muchas veces el cuerpo no responde. No
porque no quieran, simplemente no pueden. Los preparadores físicos deben saber
estimular este sistema para entrenarlo y que los jugadores puedan soportar las
exigencias de intensidad. La fosfocreatina es la que abastece a este sistema.
Por otra parte, el Sistema Glucolitico, este es predominante cuando el ejercicio es
de alta intensidad y de mayor duración, a diferencia del Sistema ATP-PC, este
puede durar hasta 3 -5 de minutos de actividad, dependiendo de la condición física
de cada sujeto, en este caso jugador del fútbol profesional. Este sistema, tarda
aproximadamente entre 40 a 60 minutos en recuperarse, y se abastece por medio
de los carbohidratos. Es por eso que el consumo de carbohidratos antes de un
partido de fútbol es primordial.
Si bien estos 2 sistemas no duran tanto en el tiempo, ni tampoco producen tanta
energía, son indispensables para realizar todas esas actividades que necesitan de
gran intensidad y fuerza. Además destacar que no necesitan la presencia de
oxigeno para desenvolverse.
Quizás el sistema más importante para los deportes de larga duración es
el Sistema Oxidativo. Este se encuentra en presencia cuando un ejercicio es
constante, con intensidad media, que dura un tiempo prolongado, como por
ejemplo un partido de fútbol. Este es el sistema más eficaz, ya que es el que
produce mayor cantidad de ATP, y es el que nos permite realizar una actividad por
mucho tiempo. Sin el entrenamiento de la capacidad aeróbica o del sistema
oxidativo, lo más seguro es que los jugadores no soporten todo el partido de
fútbol. Nuevamente el Preparador físico cobra relevancia.
Hay que tener atención, y no mal interpretar, los 3 sistemas actúan de forma
simultánea, solo que siempre predomina uno por sobre otro. En un partido de
fútbol profesional, el sistema que más predomina es el Sistema Oxidativo, pero los
otros 2 sistemas se encuentran en constante uso, ante las demandas del mismo
deporte.
Espero que se entienda un poco el concepto, que muchas veces los jugadores,
dependan  de lo que planifique su preparador físico, como los entrene, los tiempos
de recuperación.
Esperando que la próxima vez, que usted grite a un jugador, sepa identificar si lo
que el jugador está sintiendo es una falta de actitud, o simplemente no puede ante
la demanda. Y para que nunca más en Santiago Wanderers, se crea que el
preparador físico está de adorno, una vez más quedó demostrado que el PF es
indispensable para el logro de objetivos de un equipo de fútbol.

Futbol y recuperación: un estado-proceso complejo de valorar


El periodo competitivo en futbol implica ciclos semanales de entrenamiento,
afinamiento, competición y recuperación21, repetido durante todo el macrociclo en
función de las competiciones y los objetivos. El amplio número de competiciones
genera una alta densidad competitiva en ciertos microciclos, las cuales, junto a las
elevadas exigencias físicas, pueden generar un gran nivel de fatiga y estrés en los
sistemas fisiológicos22,23, afectando al tiempo para recuperarse por completo
después de la competición.
Aunque se hayan demostrado mejoras a las 24 horas post-partido25, se necesitan
entre 48-72 para restaurar las alteraciones metabólicas, el daño muscular y el
rendimiento anaeróbico posteriores a un partido de fútbol21,24,26-32. Aun así, 3-4
días de recuperación entre partidos sucesivos pueden ser insuficientes para
restaurar la homeostasis8,33, haciendo muy complicada la consecución de una
recuperación completa, asociada a descensos del rendimiento en épocas de gran
densidad34,35. Se ha demostrado que la recuperación post-partido y las
adaptaciones inflamatorias en respuesta a un microciclo semanal de tres partidos
(domingo, miércoles y domingo) muestran patrones de respuesta diferentes, con
fuertes indicios de un estrés fisiológico y un grado de fatiga mayor cuantos menos
días hay para recuperar36. Ese insuficiente tiempo de recuperación entre partidos
podría causar deterioro en el rendimiento y/o lesiones deportivas37-41.

Marcadores bioquímicos relevantes para medir la recuperación en


fútbol
El concepto de biomarcador (marcador bioquímico) es una molécula o producto
medible, que monitoriza objetivamente el cambio de una condición o proceso
durante un tiempo, después de un tratamiento o después del entrenamiento53.
Actualmente no existe un consenso en cuanto su utilidad para la evaluación
rutinaria de la fatiga y la recuperación de los deportistas de deportes de equipo.
Frecuentemente se utiliza una variedad de marcadores indirectos (subjetivos,
neuromusculares, de rendimiento y bioquímicos) en reposo o durante acciones
que requieren bajas demandas metabólicas y neuromusculares.
El cambio en el rendimiento específico (realizando la propia actividad deportiva)
representa el marcador más relevante para diferenciar entre deportistas fatigados
y recuperados16. Sin embargo, la mayoría de los test de campo para medir el
rendimiento en fútbol son físicamente exigentes y provocan fatiga adicional,
pudiendo alterar la cinética de recuperación respecto al ejercicio inicial18,57. Por
ello, los test deben seleccionarse buscando un equilibrio entre el número, la
frecuencia y el orden para no afectar al proceso de recuperación.
Es evidente que, en ocasiones, no resulta oportuna ni práctica la aplicación de test
de condición física que permitan corroborar el grado de adaptación, asimilación y
recuperación del entrenamiento, fundamentalmente debido al poco tiempo
disponible para aplicarlos. También lo es que la carga física soportada por los
futbolistas provoca un aumento en el metabolismo con importantes cambios
hematológicos27,58. Y ya que la concentración plasmática de los biomarcadores
puede aportar mucha información sobre la recuperación necesaria, el estado de
preparación para la próxima sesión de entrenamiento, o cuantificar la gravedad de
la sesión de entrenamiento anterior5 , su evaluación podría ser una opción
realmente útil18,59. Aun así, los biomarcadores no deberían reemplazar a los test
de rendimiento, sino utilizarse en conjunto para ofrecer un mejor indicador del
estado de recuperación metabólica.
Por ello, los entrenadores y deportistas tienen un interés cada vez mayor en
conocer la evolución bioquímica a lo largo del proceso de entrenamiento61.
Consecuentemente, los entrenadores podrán tomar decisiones más conscientes
sobre la carga de entrenamiento que está soportando el futbolista y su estado de
recuperación, consiguiendo maximizar la disponibilidad de jugadores27. Tener
este conocimiento permite:
− Modificar la planificación del volumen e intensidad de los entrenamientos.
− Realizar rotaciones y utilizar otros jugadores para minimizar la fatiga.
− Identificar cuando sería más adecuado dar descanso a los futbolistas.
− Aplicar más sesiones de recuperación.
− Mejorar la planificación de estrategias de nutrición para mejorar la recuperación.

El control bioquímico en el fútbol


El control bioquímico puede ser considerado como un medio complejo pero eficaz
para conseguir una correcta dirección del entrenamiento deportivo mediante la
utilización de la información obtenida en los análisis bioquímicos.
El control bioquímico consiste en identificar y evaluar los valores de los
parámetros metabólicos y / u hormonales que permiten obtener una información
más profunda sobre los procesos adaptativos en el organismo del deportista.
El Proceso de control es eficaz si se cuenta con profundas bases científicas. Los
investigadores que trabajan con el control bioquímico del entrenamiento tienen
que estar familiarizados con los resultados y los conceptos relacionados con la
adaptación metabólica de la actividad muscular.
Es conocido que en el organismo desde el punto de vista bioquímico se
originan una serie de procesos y mecanismos que permiten a este nivel los
procesos de homeostasis, alguno de ellos son:
Cambio en valores de enzimas glicolíticas y oxidativas, de glucosa sanguínea,
glucógeno hepático, del CrP, y la ATP-asa de la miosina e iones de calcio, sodio y
potasio fundamentalmente entre otros.
La velocidad de las reacciones glicolíticas y oxidativas.
Variación en el contenido de proteínas en las fibras musculares.
Se incrementa la resíntesis anaerobia y aeróbica en dependencia del tipo de
ejercicio.
El incremento de la interrelación metabólica, jugando un papel importante el
hígado
Se incrementan los valores de la hemoglobina en sangre, que trae como
consecuencia una mayor capacidad de oxigenación.
Se eleva el consumo de oxigeno durante el trabajo muscular.
Mayor redistribución del Ac. Láctico en la actividad muscular del miocardio.
CONTROL BIOQUÍMICO DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO.
Los métodos, medios, técnicas y procedimientos bioquímicos se utilizan cada vez
más en el entrenamiento de los deportistas, como guía del efecto inmediato o
mediato al mismo. Cada ejercicio se realiza para conseguir un cambio específico
en el organismo y el cambio resultante (objetivo) hace posible comprobar la
eficacia de cada uno de estos ejercicios o grupo de ejercicios. La principal ventaja
del control bioquímico es que permite confirmar los cambios que experimenta el
organismo y controlar la eficacia del entrenamiento respecto a una respuesta
específica.
Afortunadamente la ciencia ha avanzado enormemente en el campo deportivo, y
aunque el fútbol no sea una ciencia, la ciencia cada día llena al deporte de más
posibilidades de triunfo, por ese motivo tener en cuenta los principios del
entrenamiento deportivo, al igual que las grandes ayudas que ofrecen los
exámenes de laboratorio con los marcadores bioquímicos de la fatiga muscular
ayudan relevantemente a la prevención de lesiones.
Creatinafosfokinasa (CPK)
La creatinafosfokinasa es una enzima que se encuentra principalmente en el
corazón, cerebro y los músculos, el CPK se encuentra en mayor cantidad en los
músculos esqueléticos, y un aumento significativo de su concentración, indica
posibles traumatismos del músculo por sobreentrenamiento, intoxicación causada
por el consumo de cocaína, inyecciones intramusculares, e inclusive por el
alcoholismo.
Los valores normales de la CPK en hombres adultos sanos es de 24 a 190 U/L y
en mujeres es de 166 U/L, estos valores van disminuyendo con la edad, y existen
de tres tipos: la CPK (BB) predomina en el cerebro, CPK (MM) predomina en el
músculo esquelético y la CPK (MB) que predomina en el corazón.
La CPK (MM) es la izoensima más abundante en el total de CPK, si esta se eleva,
debemos relacionarla con lesiones o daños musculares principalmente
ocasionados por el sobreentrenamiento, por este motivo se deben realizar
chequeos de CPK periódicamente y así establecer o descartar lesiones
musculares.
Cortisol.
El cortisol es una hormona que se produce en las glándulas suprarrenales, su
medición nos puede mostrar la capacidad del deportista para obtener energía, los
niveles altos de cortisol nos indican que el entrenamiento no está siendo bien
asimilado por lo que se debe replantear el plan de trabajo.
El examen se realiza recogiendo un muestra de sangre y los valores varían de
acuerdo a la hora que se tome la prueba, los valores normales am es de 5 a 20
microgramos/decilitro y pm de 35 a 45 microgramos/decilitro.
En conclusión es de manera importante que el preparador físico establezca junto
al médico, los exámenes bioquímicos a tener en cuenta, estos datos facilitarán el
trabajo del entrenador marcando pautas importante en el trazado del plan de
entrenamiento, cabe recordar que no es un trabajo exclusivo del preparador físico,
pues el médico es el especialista y es él quien determina los niveles de cada
prueba y los posibles pasos a seguir.

Creatina.
La creatinina es el resultado final de la degradación de la creatina, la cual es una
molécula sumamente importante en la generación de energía ya que puede ser
transformada en ATP.
Los valores normales de creatinina en un adulto hombre sano es de 0,5 a 1,5
mg/decilitro y en las mujeres adultas sanas los valores son de 0.5 a 1,2
mg/decilitro, este examen al igual que los anteriores se hace por medio de una
muestra de sangre, en medicina general esta prueba más bien hace referencia a
posibles problemas de orden renal pero en el campo deportivo, un nivel elevado
de creatinina, puede mostrarnos la regulación hídrica corporal.
Al igual que el nitrógeno ureico, esta prueba nos indica el estado de la función
renal de los deportistas, y se recomienda hacerla en aquellos que sus niveles de
urea son constantemente elevados.

 
CONCLUSIONES
- El fútbol, un deporte que se ve sencillo, que todo el mundo comenta y es
tema obligado en muchas familias de nuestro país. Provoca discusiones,
genera lazos, aumenta el ritmo cardiaco y muchas veces te alegra o
entristece una semana. Sin embargo, en este deporte colectivo, se
necesitan conocer ciertas cosas para entender más el comportamiento
fisiológico del jugador, es decir, como se comporta nuestro cuerpo ante
las exigencias del alto rendimiento.

- Al deporte se lo entiende como actividad y movimiento, no como reposo.


Exige de quienes lo practican una adaptación, tanto muscular como
intelectual y su práctica supone entrenamiento y buen estado físico.

- Durante la actividad física, la energía se utiliza para el movimiento, el


aumento de la masa muscular y la reparación de los daños musculares
después de la finalización del ejercicio. En ocasiones, es necesaria una
gran cantidad de energía en un período corto, mientras que en otras los
requerimientos son moderados pero constantes y duraderos.
BIBLIOGRAFIAS

https://dra-daris-g-c-medico-nutriologo.webnode.es/news/metabolismo-
comparacion-de-una-persona-con-vida-sedentaria-y-otra-que-haga-ejercicios-/
https://www.efdeportes.com/efd102/carga.htm
https://barcainnovationhub.com/es/evaluacion-de-la-carga-interna-en-el-futbol-de-
la-teoria-a-la-practica/
https://www.eseaene.cl/sitio/03/04/2014/sistemas-energeticos-y-su-funcion-en-el-
futbol/
https://archivosdemedicinadeldeporte.com/articulos/upload/rev02_marques.pdf
http://rubensvalenzuela.com/web/articulos/el-control-bioquimico-en-el-futbol/

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