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Tomás de Aquino

La unidad del intelecto contra los averroístas

Resumen capítulo IV (Profesora Paula Pico Estrada

86. La argumentación anterior refutó, tanto desde la perspectiva de Aristóteles y su


escuela como desde la de la filosofía, la tesis que sostiene que el intelecto es algo
substancialmente separado tanto del alma como del cuerpo.

Queda pendiente, por lo tanto, refutar la afirmación de que existe un único intelecto
posible para todos los hombres. Quizás podría defenderse la hipótesis de que existiera un
único intelecto agente para todos los hombres, aunque no sea lo que sostiene Aristóteles,
pero sin duda es indefendible la postura de que el intelecto posible es uno solo.

La argumentación de Tomás va a partir de lo demostrado en los capítulos anteriores: el


alma es la forma del cuerpo, el intelecto es una potencia del alma no vinculada a un órgano
determinado y por lo tanto, el que entiende es siempre este hombre.

[87] La unidad del intelecto posible es insostenible porque, en primer lugar, si el intelecto
posible es aquello mediante lo cual entendemos, hay que decir que este hombre que
entiende (a) o es el intelecto mismo o (b) el intelecto inhiere formalmente en él, pero no
como forma sino como potencia del alma que es la forma del cuerpo. “Inherir” es
“sobrevenir” y “formalmente” significa que esta inherencia no es por accidente, sino
esencial.

Si afirmamos (a) entonces todos los hombres son el mismo hombre, y no desde el punto
de vista de la especie sino como un individuo.

Si afirmamos (b), entonces hay que admitir que existen diferentes formas para los
diferentes cuerpos. Si el intelecto posible sobreviene esencialmente a estas diferentes
formas, entonces también él deberá estar multiplicado o diferenciado numéricamente, ya
que no es posible que diferentes cosas compartan una única fuerza, virtud o potencia.

[88] Concedamos que Sócrates entiende porque el intelecto entiende, y que el intelecto
es solo un motor, del mismo modo en un hombre ve porque los ojos ven. Y supongamos
que existe solo un ojo para toda la humanidad. Preguntémonos si todos los hombres
constituyen una solo entidad visiva o muchas. Tengamos en cuenta que el motor difiere
del instrumento. La unidad de la operación está dada por la unidad del agente, no importa
cuántos instrumentos use.

Concedido lo anterior, si el ojo fuera lo principal en el hombre, aquello que usa como
instrumentos tanto al cuerpo como a las potencias del alma, entonces los hombres, por
tener un solo ojo, constituirían una única entidad visiva. Pero si lo superior en el hombre
no fuese el ojo, sino algo, diversificado numéricamente, que utilizara el ojo, entonces los
hombres que ven serían diferentes entidades visivas que usarían un mismo ojo (a la
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manera en que varios agentes pueden utilizar un único instrumento, por ejemplo, una
catapulta).

[89] Lo principal en el hombre es obviamente el intelecto, que utiliza como instrumento


el cuerpo y las potencias del alma. Si hubiera un único intelecto para todos, entonces solo
uno entendería y solo uno decidiría libremente cómo utilizar esos instrumentos por los
cuales los hombres difieren unos de otros.

[90] Si todos los hombres entendieran por un solo intelecto, no importa cómo este
estuviera unido a ellos, el acto de intelección simultáneo respecto de un solo objeto
inteligible sería solo uno.

[91] En efecto, nada de lo que diferencia una operación intelectual de otra existiría de
forma individual, ya que los fantasmas solo son una preparación para la acción del
intelecto. Cuando dos individuos conocen la misma cosa, la actividad intelectual no puede
diversificarse por la acción de los fantasmas.

[92] La idea de que el intelecto posible es único y separado contradice las enseñanzas de
Aristóteles, para quien el intelecto posible está en potencia antes de conocer, pero que
después de haber conocido está en acto por el hábito del conocimiento, por lo cual puede
actualizarse a sí mismo incluso cuando está en potencia respecto al pensamiento. [El
hábito, del verbo habere, es una posesión permanente del sujeto.]

[93] (a) El hábito de la ciencia o del conocimiento es el acto primero del intelecto posible,
por medio del cual este se actualiza y puede operar. [Se denomina “acto primero” a aquel
que no implica un acto previo, por ejemplo, el ser hombre. De ahí que se lo llame también
“acto de ser” y se lo considere la potencia para actuar.] El conocimiento no se reduce a
que los fantasmas sean iluminados, ni es una facultad que se adquiere por medio del
ejercicio para poder así unirnos mediante los fantasmas a un intelecto posible separado.
(b) Antes de conocer, el intelecto posible está en potencia como una tableta en la que nada
ha sido escrito. (c) El intelecto posible se actualiza por nuestro conocer.

[94] Si existiera un único intelecto posible, ninguna de estas cosas tendría lugar. En
efecto, cuando alguien conoce, conserva de modo permanente las especies inteligibles
adquiridas. Por lo tanto, si alguien conoció algo en el pasado, el intelecto posible ya no
se actualizaría respecto de ese conocimiento cuando alguien lo adquiriera ahora. Eso
contradeciría la afirmación aristotélica de que el conocimiento es el acto por el cual el
intelecto posible se actualiza.

[95] Si se cree que, como el mundo, la especie humana es eterna, no se puede afirmar
que haya habido un primer hombre. Si no hubo un primer hombre, tampoco hubo una
primera vez en que el intelecto posible se unió a los fantasmas para adquirir la especie
inteligible. Por lo tanto, si las especies inteligibles están en él, entonces están en él desde
la eternidad. Si esto es así, el intelecto agente, que pone a los inteligibles en acto, no
cumple ninguna función, así como tampoco la cumplen los fantasmas. El intelecto
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posible, en tanto sustancia separada, podría conocerse a sí mismo sin necesitar todo este
proceso de conocimiento.

[96] Si los defensores de la unidad del intelecto argumentaran que Aristóteles dijo que (a)
el intelecto posible pasa de la potencia al acto con el conocimiento, (b) conserva las
especies inteligibles y (c) se conoce a sí mismo solo en tanto el intelecto posible se
relaciona con nosotros y no en lo que respecta a el intelecto en sí, hay que decir que esto
no es así: que cuando Aristóteles habla del intelecto posible habla de lo que es propio del
intelecto posible en tanto se diferencia con el agente.

97. Supongamos por tanto que el intelecto posible conserva en sí las especies inteligibles
desde la eternidad y que por medio de ellas se une a los fantasmas en nosotros. Hay tres
maneras en las que esa unión puede darse: (a) que las especies inteligibles se extraigan de
nuestros fantasmas, opción que la supuesta eternidad del intelecto y las especies deja fuera
de cuestión; (b) que las especies no se extraigan de los fantasmas sino que irradien sobre
los fantasmas; (c) que el intelecto posible no las reciba a partir de los fantasmas ni
tampoco se irradien en los fantasmas.

[98] Si optamos por la segunda alternativa, que los fantasmas sean inteligidos cuando los
iluminan las especies inteligibles, habrá que concluir que los fantasmas son actualizados
no por el intelecto agente sino por el intelecto posible. Eso, si se admite que tenga lugar
una actualización, ya que en realidad los fantasmas no devienen inteligibles por
iluminación, sino por abstracción: aquí estarían recibiendo algo, una irradiación, en lugar
de ser extraídos o separados de la materia. Al recibir esta irradiación, lo harían según su
propia naturaleza, que es material y sensible, y, por consiguiente, no podríamos entender
o inteligir el universal.

Queda en pie la tercera alternativa. Pero si las especies inteligbles no son extraídas de los
fantasmas ni estos reciben la irradiación de ls especies, no hay relación alguna entre unos
y otras.

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