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Sede Capira
Materia:
Apologética
Nombre:
Juan A. Samudio U.
Tema:
Adventismo
Facilitador:
Heriberto Graham
Cuatrimestre II
Panamá, 2021
Índice
Introducción.......................................................................................................................................3
Adventismo........................................................................................................................................4
Historia...........................................................................................................................................4
Antecedentes.............................................................................................................................4
El movimiento millerita..............................................................................................................4
Organización de la iglesia...........................................................................................................5
Consolidación y crecimiento......................................................................................................6
Creencias............................................................................................................................................8
Creencias comunes con el cristianismo tradicional........................................................................8
Creencias comunes con algunos grupos cristianos.........................................................................9
Creencias distintivas.....................................................................................................................10
Prácticas y costumbres.....................................................................................................................11
Actividades del sábado en la Iglesia.............................................................................................11
Servicio de adoración...................................................................................................................11
La Cena del Señor.........................................................................................................................11
Actividades misioneras.................................................................................................................12
Trabajo misionero con jóvenes....................................................................................................12
Salud y dieta.................................................................................................................................13
Ética y sexualidad.........................................................................................................................13
Organización....................................................................................................................................14
Conclusión........................................................................................................................................15
Bibliografía.......................................................................................................................................16
Introducción
Cuando pequeños había un juego que creo aun se jugara o se usara como dinámica para
romper el hielo en fiestas o grupos de estudio que es pasar una oración de persona a
persona de un extremo al otro esperando que el mensaje se mantenga y llegue lo más
similar o igual, ocurre que alguno no presta atención y añade, omite o modifica lo que
tiene que ser entregado y toma otra connotación, esto pasa con las doctrinas nacidas del
evangelio esperando que sea algo innovador, se interpreta el mensaje de una manera
incorrecta y se tiene la certeza de compartirlo con alguien más que al sonar llamativo o
similar este será aceptado y extendido. El adventismo del séptimo día es una secta del
cristianismo, que considera, entre otras cosas, que los servicios de adoración se deben
llevar a cabo el "séptimo día" (el sábado) y no los domingos. Parece que hay diferentes
"grados" del adventismo del séptimo día. Algunos adventistas del séptimo día creen de
forma idéntica a los cristianos ortodoxos, distintos de los de la celebración del sábado.
Otros adventistas, sin embargo, van mucho más allá de su descarriada doctrina. Y esas
variaciones serán evaluadas en este trabajo
Adventismo
Historia
Antecedentes
El surgimiento del adventismo se enmarca dentro del Segundo Gran Despertar religioso, ocurrido
durante la primera mitad del siglo xix La inestabilidad política y social provocada por las Guerras
Napoleónicas suscitó un reavivamiento en el estudio de las profecías bíblicas por parte un grupo
interdenominacional de protestantes, quienes consideraron acontecimientos como el terremoto
de Lisboa de 1755, el día oscuro de Nueva Inglaterra en 1780 y la lluvia de meteoros de 1833,
como señales del inminente retorno de Jesucristo. El interés profético fue estimulado por los
estudios apocalípticos de Isaac Newton y por la obra La venida del Mesías en gloria y majestad del
jesuita chileno Manuel Lacunza.
Uno de los creyentes más entusiastas fue William Miller, un granjero bautista de Nueva York que
en 1818, tras dos años de intenso estudio de las profecías del libro de Daniel, llegó a la conclusión
de que Jesucristo volvería a la tierra el 22 de octubre del año 1844. Para llegar a esta fecha, Miller
se basó principalmente en el texto de Daniel 8:14: «Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas;
luego el santuario será purificado», interpretando la purificación del santuario como el fin del
mundo, y considerando los dos mil trescientos días como un periodo de dos mil trescientos años
que iniciaba el 457 a.C., fecha en que Artajerjes I emitió un edicto que permitía la reconstrucción
de Jerusalén.
El movimiento millerita
En 1831, Miller comenzó a propagar sus ideas, recibiendo constantemente invitaciones para
predicar en iglesias metodistas, bautistas y congregacionales de la costa este de Estados Unidos.
El movimiento se masificó a partir de 1840 cuando uno de sus seguidores, el pastor bautista
Joshua V. Himes, inició la edición de la revista Signs of the Times, y la publicación de numerosos
libros, folletos y panfletos que anunciaban el inminente advenimiento de Jesucristo a la tierra.
Entre 1842 y 1844 se organizaron más de 125 reuniones campestres adventistas en distintos
lugares de la costa este y el medio oeste de Estados Unidos. Se estima que la asistencia conjunta
de todas las reuniones superó las quinientas mil personas. En una reunión campestre realizada en
agosto de 1844, el predicador millerita Samuel S. Snow presentó una serie de cálculos basados en
un estudio minucioso de las antiguas festividades judías, que demostraban que Jesús volvería el 22
de octubre de aquel mismo año. Sus cálculos fueron aceptados con entusiasmo por los adherentes
del movimiento.
El 22 de octubre de 1844, entre cincuenta mil y doscientas cincuenta mil personas esperaron
ansiosamente la segunda venida de Cristo. Cuando nada extraordinario ocurrió aquel día, las
milleritas quedaron profundamente decepcionados. El acontecimiento pasó a ser conocido como
el Gran Chasco, y la mayoría de los creyentes abandonó el movimiento.
Organización de la iglesia
Un grupo minoritario continuó estudiando las profecías bíblicas, llegando a la conclusión de que
los cálculos de Miller eran correctos, pero había errado en la interpretación de la «purificación del
santuario» mencionada en Daniel 8:14. Basándose en pasajes como Hebreos 8-9 y Daniel 8-9,
llegaron a la conclusión de que existe un santuario literal en el cielo, donde Cristo ministra
como sumo sacerdote y mediador. Así, en 1844, Cristo habría comenzado la «purificación del
santuario celestial», ingresando al lugar santísimo para realizar un juicio investigador en el que se
examinarían los nombres registrados en el Libro de la Vida. Una vez finalizada esta tarea, Jesús
volvería de forma literal y visible a la tierra, acontecimiento que los adherentes a esta postura
continuaron considerando inminente, aunque evitaron en lo sucesivo señalar una fecha concreta.
Lideraban este grupo Joseph Bates, James White y Ellen Harmon.
Joseph Bates era un marino jubilado que había invertido la mayor parte de su modesta fortuna en
la propagación del mensaje millerita. En 1845 llegó a la convicción de que el sábado debía ser
observado como día de reposo, y se convirtió en su principal promotor dentro del movimiento
adventista. Esta creencia había sido adoptada de los bautistas del séptimo día, y fue aceptada
progresivamente por los demás líderes adventistas.
James White era un joven maestro de escuela que se había unido al movimiento millerita en 1842,
desempeñándose durante los dos años siguientes como predicador itinerante por iniciativa propia,
periodo durante el cual fue ordenado como ministro por el movimiento restauracionista Conexión
Cristiana.
Ellen Harmon era una joven de frágil salud y escasa educación que en 1843 había sido expulsada
junto a su familia de la iglesia metodista a la que pertenecían debido a su convicción en las ideas
del movimiento millerita. En diciembre de 1844, mientras participaba de una reunión de oración
junto a algunas amigas, experimentó un estado de trance, durante el que afirmó haber visto a los
milleritas en un camino estrecho que conducía a la Nueva Jerusalén. Después de experimentar una
segunda visión alrededor de una semana después en la que se le instruía que informara a los
demás lo que había visto, Ellen comenzó a hablar con pequeños grupos de creyentes milleritas,
diciéndoles que de acuerdo a su primera visión estaban en el camino correcto, y debían
permanecer fieles.
En 1845, Ellen conoció a James White, quien durante algún tiempo la acompañó a las reuniones
donde compartía sus visiones. James y Ellen se casaron en agosto de 1846, y junto a Bates
organizaron una serie de conferencias en Nueva Inglaterra y Nueva York a fines de la década de
1840 que forjaron las creencias centrales del movimiento adventista.
Durante el resto de su vida, Ellen White refirió haber recibido más de dos mil visiones que registró
mediante una extensa producción literaria. Su rol profético fue aceptado progresivamente por la
mayoría de los creyentes adventistas, y sus conferencias y escritos llegaron a ser fundamentales
para el desarrollo inicial de la denominación. Sin embargo, algunos grupos minoritarios rechazaron
la legitimidad de las visiones de White y se separaron del movimiento adventista, estableciendo
posteriormente la Iglesia de Dios (Séptimo Día).
Inicialmente, los creyentes adventistas no tenían la intención del formar una nueva iglesia, pero
tras el rápido crecimiento del movimiento se vieron en la necesidad de contar con una institución
que coordinara la difusión de sus creencias. En 1853 como primer paso hacia una organización
formal se inició la entrega de credenciales pastorales, y en 1860 los creyentes acordaron la
creación de una entidad que pudiera ser legalmente propietaria de las casas de culto y de una
imprenta adquirida en 1855, que hasta ese momento se encontraban a nombre de James White.
Durante una asamblea celebrada en Battle Creek, Míchigan, escogieron ser conocidos como
«adventistas del séptimo día».
Consolidación y crecimiento
En los años posteriores a la organización formal de la iglesia, el desarrollo de un estilo de vida
saludable se convirtió en una de las preocupaciones centrales de los adventistas del séptimo día.
Ellen White escribió extensamente sobre el tema, promoviendo el vegetarianismo y la abstinencia
del alcohol, el café y el tabaco. En 1866 fue fundado en Battle Creek el Instituto Occidental de
Reforma pro Salud, el primero de cientos de instituciones de salud adventistas. En 1876, John
Harvey Kellogg fue nombrado administrador general del Instituto, y pocos meses más tarde la
institución fue renombrada como Sanatorio de Battle Creek. Bajo la dirección de Kellogg, el
Sanatorio se transformó a fines del siglo xix en una de las instituciones de salud más prestigiosas
del mundo.
Inicialmente, los adventistas limitaron sus esfuerzos misioneros casi exclusivamente a los Estados
Unidos. Sin embargo, a principios de la década de 1870, los líderes de la iglesia se convencieron de
que tenían la obligación de llevar su mensaje a todo el mundo, y en 1874 enviaron a J. N.
Andrews un expresidente de la Asociación General a Suiza, como el primer misionero adventista.
Otros misioneros fueron enviados durante los años siguientes; primero, a ciudades con grandes
poblaciones de cristianos blancos en Europa, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, y más tarde a
las poblaciones no blancas de África, Asia y América Latina. Hacia el año 1900, los adventistas
contaban con casi quinientos misioneros en el extranjero, y más del quince por ciento de los más
de setenta y cinco mil adventistas vivían fuera de América del Norte. En parte para satisfacer las
crecientes necesidades de sus misiones en el extranjero, así como para proteger a sus jóvenes de
las influencias seculares, la iglesia desarrolló un extenso sistema educativo. Para la segunda mitad
del siglo xx, los adventistas estaban operando uno de los sistemas escolares protestantes más
grandes del mundo.
La teología adventista sufrió un importante cambio en la década de 1880, cuando Alonzo T. Jones
y Ellet J. Waggoner, editores de la revista The Signs of the Times, desafiaron el énfasis legalista que
había caracterizado a la denominación. En oposición a los líderes de la Asociación General quienes
sostenían que la salvación dependía de la observancia de los Diez Mandamientos y, en especial,
del día de reposo, Jones y Waggoner argumentaban que la justificación era alcanzada únicamente
gracias a la fe en Cristo. La controversia llegó a su clímax en el Congreso de la Asociación General
de 1888, donde Ellen White respaldó la postura de Jones y Waggoner, desencadenando la
renuncia del presidente de la Asociación General, George I. Butler. Durante los años posteriores,
White, Jones y Waggoner realizaron una extensa campaña para transmitir la doctrina de
la justificación por la fe a los miembros de la iglesia.
Hacia el año 1900, los misioneros de la denominación se habían extendido por todo el mundo y
habían ganado muchos conversos. Los esfuerzos de evangelización de los adventistas en el
extranjero tuvieron tanto éxito, que hoy la iglesia se encuentra presente en más de 200 países.
Aunque continúan creyendo que el regreso de Cristo es inminente, la organización ha realizado
grandes inversiones en instituciones médicas, educativas y de publicaciones en todo el mundo. En
2015, los adventistas fueron reconocidos por Pew Research Center como el grupo religioso de
mayor diversidad étnica y racial en los Estados Unidos.
Creencias
Los adventistas del séptimo día basan su doctrina en el principio protestante de la Sola Scriptura:
la Biblia como única norma de fe y práctica de los cristianos. Creen que tanto el Antiguo como
el Nuevo Testamento fueron divinamente inspirados y pese a estar formulados en palabras
humanas constituyen la Palabra de Dios revelada a la humanidad. Consideran que todas las
creencias teológicas deben ser «juzgadas a la luz de las Escrituras», y que toda idea que no está en
armonía con el mensaje bíblico, debe ser rechazada.
Casi todas las creencias de la Iglesia Adventista son compartidas por uno o más grupos cristianos.
Sin embargo, algunas son rasgos distintivos de esta denominación.
Creen que Jesucristo es Dios y ha existido junto al Padre desde toda la eternidad; que
se encarnó mediante una concepción milagrosa y un nacimiento virginal, y que vivió una vida
sin pecado en la tierra. Sostienen que la muerte vicaria y expiatoria de Cristo es suficiente por sí
misma para la redención de la humanidad. Enseñan que, al tercer día, Jesús resucitó de la tumba, y
posteriormente ascendió literal y físicamente al cielo, donde ejerce como mediador ante el Padre.
Creen que Cristo regresará a la tierra en una segunda venida inminente, literal, personal, visible y
de alcance mundial.
Consideran además que el hombre fue creado sin pecado, pero que tras la caída de Adán y Eva
entró en un estado de separación, depravación y muerte. Sin embargo, la humanidad puede
alcanzar la salvación por gracia divina mediante la fe en el sacrificio de Jesús en la cruz. Sostienen
que la entrada a la vida nueva en Cristo es mediante el bautismo, una confesión pública de la
muerte del viejo hombre y del nuevo nacimiento. De esta forma, enseñan que el hombre
es justificado por la fe, santificado por la morada interior de Cristo a través del Espíritu Santo, y
será glorificado en la resurrección de los santos, cuando Jesucristo retorne a la tierra. Confían en
que, en la Tierra Nueva, Dios proporcionará un hogar eterno para los redimidos y un ambiente
perfecto para la vida, el amor, el gozo y el aprendizaje eternos.
Sobre el origen de la vida, los adventistas creen que Dios creó el mundo en seis días literales,
rechazando que la creación se efectuara a lo largo de miles de millones de años o
mediante procesos evolutivos.
Aseveran que los Diez Mandamientos son la norma de vida y conducta para los hombres de todos
los tiempos, rechazando que el decálogo haya cambiado o que haya sido abolido. Comparten con
los bautistas del séptimo día y otras denominaciones la creencia en que el séptimo día de la
semana, el sábado, es el día de reposo bíblico. Niegan que haya sido abolido, que haya pasado a
ser el primer día o que sea meramente una séptima parte del tiempo.
Consideran que los creyentes son responsables por el uso adecuado del tiempo, de las
capacidades y posesiones, y de las bendiciones de la tierra y sus recursos, los cuales Dios colocó
bajo su cuidado. Promueven el diezmo como el plan de Dios para el sostenimiento de la iglesia,
negando que este fuese instruido únicamente para los judíos. Además, promueven
la abstinencia del uso de bebidas alcohólicas y del tabaco. Consideran que la indulgencia en estas
cosas no es representativa del carácter de Dios.
Creen que hay un santuario en el cielo donde Cristo ministra como sumo sacerdote y mediador en
dos fases diferenciadas, la primera de las cuales culminó en 1844. Consideran además que habrá
un juicio investigador en el que se decidirán los destinos de todos los hombres antes de la segunda
venida de Cristo.
Afirman que el don profético o espíritu de profecía es uno de los dones del Espíritu prometidos a
la iglesia de los últimos días, y que ese don fue manifestado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día
en el ministerio de Ellen G. White. Sus escritos son considerados “una permanente y autorizada
fuente de verdad que proporciona consuelo, dirección, instrucción y corrección a la iglesia”.
El viernes es usado en la preparación del sábado; por ejemplo, preparar la comida para el sábado,
ordenar la casa, lavar y planchar, etc. Algunos adventistas se reúnen en sus iglesias el viernes
después de la puesta del sol para recibir el sábado, ya que desde ese momento comienzan las
horas sagradas del sábado.
Servicio de adoración
El sábado de mañana comienza con el estudio de la Biblia que en la mayoría de los países
comenzará normalmente a las 9:30, con la «escuela sabática», la cual es un momento de estudio
de la Biblia con un folleto como apoyo para el estudiante. Este folleto es distribuido a todas las
iglesias adventistas en el mundo, teniendo un tema de estudio en común durante un trimestre.
Cada clase de escuela sabática consta con su propio folleto de estudio. Estos son, de acuerdo a la
edad: Cuna (0-2 años), Infantes (3-5), Primarios (6-9), Intermediarios o Menores (10-
12), Adolescentes o juveniles (13-15), Jóvenes (15-17) y Adultos (18 en adelante). En este estudio
bíblico filial que puede incluir cantos, relatos misioneros, oraciones y el estudio de la Biblia que se
extenderá hasta alrededor de las 10:45. Se forman varios grupos en los cuales los temas bíblicos y
preguntas prácticas son discutidos con libertad. Luego de dar el informe misionero y los anuncios
correspondientes a la iglesia, la congregación se reunirá nuevamente para un servicio de iglesia
que sigue un formato evangélico que puede diferir de iglesia a iglesia pero que siempre tendrá un
sermón como característica principal, lectura de la Biblia, entonación de himnos del Himnario
Adventista, recolección de diezmos y ofrecimiento.
En algunas iglesias, los miembros y otros amigos pueden quedarse en ella para un almuerzo a la
canasta, para el cual todos contribuyen con un plato. Las actividades del sábado de tarde pueden
variar mucho dependiendo del contexto cultural, étnico y social.
Actividades misioneras
Las actividades de extensión misionera de la Iglesia Adventista apuntan tanto a no creyentes como
a creyentes de otras denominaciones. Los Adventistas del Séptimo Día creen que Cristo ha llamado
a los que creen en él para predicar en todo el mundo. Como tal, la Iglesia tiene presencia en más
de 200 países en el mundo. Sin embargo, los adventistas son cautelosos para asegurarse de que el
evangelismo no estorbe los derechos básicos del individuo. La libertad religiosa es una postura que
la Iglesia Adventista del Séptimo Día apoya y promueve. Los esfuerzos evangélicos adventistas
tradicionales consistían en misiones urbanas y la distribución de folletos como The Present
Truth (La verdad presente), que fue publicada por James White desde 1849.
Los adventistas, como lo demuestra su distribución extensa de folletos, al igual que sus ancestros
milleristas, por mucho tiempo han sido propulsores de los ministerios basados en los medios de
difusión. Hasta que J. N. Andrews fue enviado a Suiza en 1874, los esfuerzos mundiales adventistas
consistían enteramente en la circulación de folletos (como los de White) en muchos lugares. La
lectura de dichos materiales fue la razón primaria por la cual Andrews eventualmente fue llamado
para viajar ultramar. En el último siglo, dichos esfuerzos también han involucrado la utilización de
los medios de comunicación modernos tales como la radio y la televisión. El primero de estos fue
el programa radiofónico de H. M. S. Richards, Voice of prophecy (‘La voz de la profecía’), que
inicialmente fue transmitido desde Los Ángeles en 1929.
Los clubes "Aventureros/Tizones" (6-9 años/5-10 años), "Castores/Cachorros" (4-5 años/3-4 años)
y "Little Lambs" (2-3 años) son programas para niños más pequeños que participan en el programa
Club de Conquistadores.
Después de que una persona complete 16 años de edad, él es elegible para unirse al liderazgo
juvenil y / o al Club de Jóvenes. Normalmente, después de ser miembro de un club, pueden
convertirse en "miembros del personal" de Conquistadores/Cadetes/Pioneros o
Aventureros/Tizones y comenzar el programa Liderazgo Joven, que desarrolla líderes tanto para
jóvenes como para conquistadores/Cadetes/Pioneros y aventureros/tizones.
Salud y dieta
Desde su fundación en 1863, la integridad y la salud han sido un énfasis de la Iglesia Adventista. 98
Los Adventistas del Séptimo Día presentan un mensaje de salud que recomienda el vegetarianismo
y se espera la abstinencia de carne de cerdo, sangre, crustáceos, y otros alimentos proscritos como
«animales inmundos» en Levítico 11 y Deuteronomio 14:3-21, al igual que la abstinencia de
alcohol y tabaco u otras drogas. Los adventistas se abstienen de estos alimentos como deseo de
mantener un estilo de vida saludable honrando a Dios en el cuidado de sus cuerpos pues lo
consideran, según 1 Corintios 3:16-17, templo del Espíritu Santo.
Los pioneros de la Iglesia tuvieron mucho que ver en la aceptación habitual de los cereales para el
desayuno en la dieta occidental, y el "concepto moderno de cereales" se originó entre los
adventistas. John Harvey Kellogg fue uno de los fundadores de la obra de la salud para los
Adventistas. Su desarrollo de los cereales para el desayuno como un alimento saludable llevó a la
fundación de la Compañía Kellog's por su hermano William. Tanto en Australia como en Nueva
Zelanda, la "Sanitarium Health Food Company", propiedad de la iglesia, es un importante
productor de alimentos saludables y/o vegetarianos, más prominentemente "Weet-Bix".
Ética y sexualidad
La posición oficial de los adventistas con respecto al aborto es que no se aprueban los
abortos por razones de control de natalidad, selección de sexo, u otras conveniencias,
solo se permite cuando la vida de la madre se ve amenazada, se diagnostican severos
defectos genéticos en el feto, y en caso de embarazos por violación y/o incesto, aclarando
que "la iglesia no debe servir como conciencia para los individuos".
Según una declaración oficial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo
Día, los adventistas no llevan a cabo matrimonios homosexuales. Dentro del matrimonio
el adulterio, la fornicación y el abandono del mismo por un cónyuge incrédulo, se
consideran como causas de divorcio. Al usar la palabra "fornicación", el adventismo
entiende que se mencionan las perversiones sexuales, el incesto, el abuso sexual de
menores y las prácticas homosexuales, por lo tanto, cualquiera de estas conductas y/o
prácticas, son causa justa de separación o divorcio.
Los adventistas creen y animan a sus feligreses a abstenerse de tener relaciones
prematrimoniales. La iglesia discrepa con las parejas de hecho, o, dicho de otra manera,
que las parejas convivan sin estar casadas.
Organización
La Iglesia Adventista del Séptimo Día está organizada con una estructura jerárquica bien definida,
que concede poderes y responsabilidades a representantes y oficiales. Seis niveles definen la
estructura de la Iglesia, desde el creyente individual hasta la organización mundial.